por Marcelo Ramírez
Sí, hemos podido presenciar un avance
lento, pero firme en el área más fortificada del Donbass,
prácticamente apoderándose de Bajmut (Artemovsk en ruso) y
amenazando con cercar Avdíivka.
La Inteligencia Británica, extraña fuente que orgullosamente utiliza con suma frecuencia la prensa occidental, repite cíclicamente,
...y demás hechos, que no se sostienen cuando vemos la realidad.
Rusia se enfrenta a los 28 países de la OTAN, más los que se intentan sumarse y países amigos, cerca de 40 naciones.
Tal vez la pregunta más adecuada sería,
Rusia ha venido enfrentando las ciudades fortificadas ucranianas desde Mariúpol hasta las mencionadas Bajmut y Avdíivka.
Luego del avance inicial, las tropas retrocedieron y se concentraron en los territorios ruso-parlantes y desde allí han infligido enormes daños a las tropas enemigas.
Moscú bien podría haber realizado una ofensiva con todo su poderío arrasando al régimen de Kiev, pero además de las posibilidades de choque con la OTAN, hay un punto que es el que queremos plantear para tratar de entender la estrategia rusa.
Putin sabe que en
realidad está enfrentando a todo el Occidente Colectivo, que en su
conjunto tiene un enorme potencial militar, además de contar con
armas nucleares.
Enfrentar ese monstruo militar y económico requería tiempo y una estrategia clara.
Las sanciones efectuadas han sido esperadas y resueltas de forma tal que Rusia ha conseguido un superávit récord desde el inicio del choque armado.
El segundo aspecto a considerar es que Occidente en su derrumbe busca la guerra como forma de detener el proceso de pérdida de hegemonía.
No podemos desconocer las distintas corrientes políticas internas, como sucede con el trumpismo en EE.UU., que se oponen al choque con Rusia.
Convencer al establishment en su conjunto y a las propias fuerzas armadas de la necesidad de una guerra con Rusia, no es algo menor y debe contar con justificativos válidos para quienes se oponen.
Rusia tiene la oportunidad de agudizar esas contradicciones mientras se sigue fortaleciendo y debilitar paralelamente al aparato militar e industrial asociado, de sus enemigos atlantistas.
La estrategia parece ser involucrar en forma dosificada a la OTAN al conflicto en Ucrania en un terreno y condiciones sumamente adversa. Las fuerzas navales, su mayor desarrollo militar, están muy limitadas para actuar y carece de la oportunidad de enviar sus tropas directamente, al menos.
Un avance demoledor cerraría el conflicto, sin embargo, un avance provocador, pero a la vez con pequeñas fisuras que la propaganda del enemigo agiganta naturalmente, le permiten a Putin conseguir que la OTAN vaya enviando equipos, armas y municiones a Kiev.
La propia escalada en el tipo de armamentos y la cantidad y alcance ha sido gradual, permitiendo que el Ejército ruso vaya destruyendo metódicamente el arsenal y debilitando las estructuras militares de la organización.
Vemos sin esfuerzo las advertencias de militares de estadounidenses sobre los problemas que se presentan y que la prensa trata de ocultar.
La OTAN se ha quedado con
escasas municiones, ha perdido todo el arsenal en Europa del Este de
la época soviética, pero lo más grave es que ha demostrado que su
capacidad de producción de insumos militares es menor a la de Rusia
en soledad, quien cuenta además con la posibilidad de apoyos de
Irán, Corea del Norte y China.
Las presiones internas son un escenario de sanciones económicas que se han comportado como un bumerán, la pérdida de mercados y poder adquisitivo, sumados a los países petroleros que no se pliegan a las órdenes anglosajonas, crean un entorno que emplaza a la estrategia de utilizar a Ucrania como ariete.
El Occidente Colectivo no
puede sostener indefinidamente el esfuerzo militar en Ucrania y el
económico, sin debilitarse y agrietarse.
Los retiros parciales de Moscú pueden responder no a un error de cálculo, sino en realidad una planificada estrategia.
No es esto un consuelo de tontos como los propagandistas de la OTAN esgrimen cuando se explica esta posibilidad, si Rusia ha sido capaz de tener planes de contingencia para ridiculizar las sanciones y hasta haber comprado una flota de 300 petroleros a armadores griegos.
Esta flota le permitió
burlar el bloqueo petrolero, haciendo fracasar la estrategia
atlantista. Esto lo hizo subrepticiamente mientras Occidente
anunciaba sanciones que no serían efectiva simplemente porque Putin
se anticipó, debemos pensar que existe una gran posibilidad de que
lo que vemos está cuidadosamente planificado.
Putin ya había comenzado
a advertir a Occidente sobre su política en el 2007, por lo que ha
contado al menos con 15 años de anticipación para el choque. Si se
preparó en todo los terrenos para ello, es llamativo que en el
militar solo sea improvisación como nos dice la prensa occidental.
Un Occidente que se había dedicado a la especulación financiera y a construir un mundo de papeles que eran muy útiles mientras las naciones obedecían sus órdenes.
Pero fue suficiente que
Rusia dijera basta para que se viera qué en realidad el Rey estaba
desnudo.
El mundo no Occidental comienza a rebelarse.
El Gobierno de Chad ha
declarado la nacionalización de todos los activos y derechos,
incluidos los permisos de explotación y producción de hidrocarburos,
que pertenecían a una filial de la petrolera estadounidense ExxonMobil, quien intentó a las apuradas vender su parte, algo que
la nación africana rechazó.
La creencia inicial de que Occidente iba a ganar la guerra por el desgaste a que sometía a Rusia se ha marchitado en apenas 13 meses.
Las ideas occidentales de acuerdos de paz solo evidencia que al igual que un boxeador que ha recibido un golpe demoledor, busca una tregua para recuperarse.
Sería muy extraño que Rusia cediera en estos momentos, seguirá seguramente a fondo lentamente.
Las presiones sobre China no tuvieron resultado, el plan de paz es bastante justo, y por ello inaceptable para Occidente que se vería derrotado públicamente.
Los dos bandos quieren parecer los pacificadores, pero en sus propias condiciones:
Si ahora hace un alto debe ser en condiciones suficientemente claras para que el mundo entienda que la OTAN fue derrotada.
Eso aceleraría un efecto cascada con la salida del dólar y precipitaría la caída final. Occidente quiere dar una imagen de paz, pero a la vez demostrar que aplastó a Rusia, para evitar ese efecto mencionado.
Mientras se mantiene esta situación, Rusia sigue su acción demoledora:
Lula, luego de comunicarse con Biden y los principales líderes de Occidente, anuncia un viaje a China con un mensaje de crear un "Club por la Paz", donde Beijing se mantenga neutral.
Las cartas quedan claras:
El mandatario brasileño ha rechazado la presidencia del BRICS este año, mientras aceptó la del G20, el hecho habla por sí solo.
Probablemente, la respuesta de China seguramente sería un agradecimiento seguido por invocaciones a los deseos de paz, pero su política ha sido sellada con el viaje a Moscú de Xi.
Sin embargo, algo parece haber cambiado y el discurso de Beijing se ha venido endureciendo en los últimos días.
El viaje incluía además una serie de acuerdos comerciales y tecnológicos, y la explicación de una neumonía, que, sin embargo, permite continuar con su actividad política, parece en realidad responder a una negativa de China a desempeñar el papel esperado.
Habitualmente ese tipo de iniciativas se consensúan entre las Cancillerías de ambos países para que luego no haya diferencias entre presidentes.
En este caso es bastante probable que el anuncio de Lula fuera unilateral y eso causó malestar en el país asiático. Existe la posibilidad de que la cancelación haya sido por la presión de Washington, pero si consideramos todo el contexto, no parece probable.
EL BRICS es en realidad el RICS:
Putin ha trabajado
largamente con Turquía para tenerla en una posición cercana, hará lo
mismo con Brasil, pero el eje de sus intenciones no pasarán por el
BRICS, al menos hasta que en ese país se produzca un cambio
profundo.
Para ello, Moscú debe
mantener una apariencia de debilidad que incite a la OTAN a enviar
más y más armas, sin embargo, con cuidado de que esto no dañe su
población.
La respuesta está implícita,
¿Podrá, si eso sucede,
seguir el plan de destrucción lenta y sistemática de Putin o debería
dar respuestas internas ante el reclamo de actuar?
Ante los dichos de Annabel Goldie, ministra de Defensa británica, de que enviará los tanques con esa municiones, el ruso respondió que,
A propósito, Annika Klose, diputada alemana, visitó a la Argentina en la semana de los festejos por el 8M y dijo:
¿Será ese el problema...?
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