por
Nazareth Balbás
23 Enero 2018
del Sitio Web
RT
Protesta contra el TLCAN
en
Ciudad de México, 16 de agosto de 2017.
Carlos
Jasso / Reuters
Aunque tiene 23 años, no hay una evaluación del impacto del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en México y eso
levanta suspicacias.
Esta semana, cuando inicia la sexta ronda de negociaciones en Canadá
y el peso mexicano retrocede frente al dólar, el nerviosismo
impregna el aire.
El presidente
norteamericano,
Donald Trump, ha amenazado con salir del
tratado si los otros socios no ceden ante las demandas de Washington
y México, por su parte, ha planteado retirarse si EE.UU. deja el
bloque.
Para Enrique Dussel Peters, profesor de postgrado de Economía de la
Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) y uno de los
estudiosos del tratado, el país latinoamericano es el que se sentará
a la mesa en peores condiciones porque,
"no hay análisis, no
se han tomado en cuenta todos los sectores y solo se defienden
los intereses transnacionales. Es una postura negociadora muy
pobre, muy sesgada, muy ideológica.
Están haciendo
'guerra santa' contra el proteccionismo".
Situación
crítica
Este lunes, el
secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, se reunió con
la canciller de Canadá, Chrystia Freeland, para ultimar los
detalles del próximo 'round' y ambos coincidieron en que será
"crítica", refiere
Milenio.
Entretanto, la Casa
Blanca asegura que ve "avances" en las conversaciones y apuesta por
mantenerse en las negociaciones, destaca
El Universal.
La postura de
Washington, para la investigadora del Centro Estratégico
Latinoamericano de Geopolítica (Celag) Arantxa Tirado,
es previsible:
"No tengo una
bola de cristal pero me parece que México va a terminar cediendo
y EE.UU. también va a tener que bajar sus pretensiones por las
presiones internas en su país".
Periodistas trabajando
durante la quinta ronda de negociaciones
del TLCAN, en Ciudad de México.
Edgard Garrido / Reuters
Con un 'shutdown'
en proceso, amenazas de 'impeachment' y la presión de sectores que
se benefician del tratado con México, Tirado vaticina que la
permanencia de EE.UU. en el TLCAN será
una realidad ineludible,
al menos en el corto plazo.
Sin embargo, la
pregunta que se hacen los analistas es qué tan beneficioso resulta
eso para México.
Dussel Peters
aclara desde el principio que él es de los escépticos.
Su desconfianza en
la eficacia del tratado comienza por la ausencia de datos oficiales
que respalden la conveniencia del pacto, los escasos "ganadores" de
las preferencias arancelarias y la exclusión de sectores productivos
nacionales en las negociaciones como,
-
el textil
-
la agricultura
-
el
calzado
-
los juguetes
-
los muebles,
"que
prácticamente han desaparecido con el TLCAN".
"Es imposible
que en 20 años, de los 17.000 productos que entran en el sistema
armonizado, a todos les haya ido bien, pero lo que se nos
presenta públicamente es un análisis muy parcial que solo toma
en cuenta el ramo automotriz,
que en su mayoría no es de capital mexicano.
Entonces, la
gran pregunta es:
¿y qué se hace con los sectores que han
perdido?", se pregunta.
Pocos ganadores
En las últimas dos
décadas, Dussel Peters ha estado al frente de estudios sobre
el TLCAN presentados ante la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL) y la cámara de senadores de su país, y lo que
concluye es que,
"se ha
acelerado el proceso de polarización de la economía mexicana en
tres grupos:
-
uno mínimo con grandes beneficios
-
uno marginal que
ni va ni viene
-
una porción muy amplia que ha visto reducidas
sus actividades de manera considerable".
En el grupo de los
ganadores están los vinculados a la exportación, que son los
sectores de autopartes-automotriz y la aeronáutica, muy activos con
sus presiones a EE.UU. y México para que mantengan el tratado.
En el caso de los
automóviles, la razón de su apremio es sencilla:
si se rescinde
el TLCAN, sus camionetas ligeras pasarían de pagar un
arancel de 0,1% a 25%.
A contrapelo, se
observa el desplazamiento feroz de otros sectores productivos, en
especial la agricultura, afectada severamente por el proteccionismo
norteamericano y la apertura mexicana.
Vista de la planta de General Motors
en Silao, estado de Guanajuato.
Edgard Garrido / AP
"En términos
absolutos, el TLCAN ha sido bastante perjudicial", apunta
Tirado, quien refiere que desde 1994 hasta 2013 se estima que se
han perdido dos millones de empleos en la economía mexicana.
"Eso sin contar
que el país está inundado de productos estadounidenses al punto
que México, que era una potencia exportadora de maíz desde
tiempos ancestrales, ahora está importando. Se ha
anulado la industria nacional".
"Este escenario
era bastante previsible - agrega Tirado - porque lo que implica el TLCAN es la desarticulación de las cadenas productivas del país
para que este termine comprando los productos en el extranjero.
De los tres
miembros, México es el que tiene mayor rezago en términos de
desarrollo.
Esa asimetría
lo ponía en desventaja desde el principio".
El 'cuarto' socio
Uno de los
argumentos más recurrentes en la defensa del TLCAN para México es
que las exportaciones hacia EE.UU. aumentaron siete veces, no
obstante, el dato es engañoso:
"Si nos
fijamos, hay muchos países, entre ellos China, que sin tener un
tratado con nosotros han incrementado el comercio unas 120
veces.
Es un argumento falaz", dice Dussel.
Para el profesor de
Economía, la historia del TLCAN puede dividirse en dos fases:
-
la primera,
"de profunda integración", durante 1994-2000
-
la segunda,
"de desintegración", que comenzó desde 2001
"Todo lo que se
logró en el primer período, lo retrocedimos en 2016 al punto que
regresamos a las condiciones económicas que teníamos antes del
tratado".
El punto clave,
insiste el especialista, es China,
"que se
convirtió en el segundo socio comercial de México desde hace 15
años y el primero de los EE.UU. desde 2016. Es decir, es el
segundo socio comercial del TLCAN sin estar siquiera en el
tratado".
El presidente estadounidense, Donald Trump,
y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau,
en una reunión sobre el TLCAN en Washington.
11 de octubre de 2017.
Jonathan Ernst / Reuters
La abrumadora
presencia del gigante asiático, para Dussel Peters, tiene
como consecuencia la pérdida de competitividad de los productos
estadounidenses y la desintegración del TLCAN.
El ejemplo más
palpable es la caída del comercio de México con EE.UU., que
pasó del 81% en el año 2000, al 63%
en la actualidad.
Para Tirado, el
problema de fondo trasciende la realidad de América del Norte:
"Es una
evidencia más de la crisis capitalista, que necesita tener su
ejército de reserva para poder bajar costos salariales y seguir
creciendo, pero que al dejar a gente fuera del sistema
productivo, esta no puede consumir sus productos.
Allí hay una
contradicción de base y no veo que tenga una solución sencilla,
ni creo que un presidente empresario como Trump vaya a ser la
salvación de la clase obrera estadounidense".
¿Quién se robó el empleo?
Una de las
preocupaciones recurrentes expresadas por Trump es la pérdida de
empleos en EE.UU. y culpa de ello a México.
Dussel lo rebate:
"¡Ojalá
nosotros los hubiéramos robado!".
Pero la realidad
mexicana es otra.
Mientras EE.UU. alega que se han perdido seis
millones de empleos desde la suscripción del TLCAN, en México solo
se han generado 300.000 nuevas plazas de trabajo, es decir, menos
del 5% de la cifra total de la que se queja Trump.
"Esos empleos
se perdieron en aras del aumento de la productividad y no por
México. Hay que tener en cuenta que un auto hoy se produce con
muchas menos personas que hace 20 años.
Esas plazas de
trabajo se perdieron con Asia y, particularmente, con China".
Desde esa mirada,
la opinión de Tirado coincide con la de Dussel Peters:
"EE.UU. se
queja de México, que actualmente es una maquila, pero si se sale
del TLCAN, ¿qué hace con China? Si la industria automotriz, por
ejemplo, no puede tener mano de obra barata mexicana, sabe dónde
encontrarla en Asia".
Salir del TLCAN - pros y contras
Hay visiones
contrapuestas sobre el impacto que podría tener para México la
eventual salida de EE.UU. del TLCAN.
Dussel Peters
considera que no afectará,
"masivamente a
la economía, sino a segmentos específico".
Sin embargo, Tirado
no lo cree así:
"México tiene
un altísimo nivel de dependencia de la economía norteamericana y
es evidente que le afectaría, pero hay que recordar que ese
retiro de EE.UU. se haría paulatinamente, así Trump decidiera
mañana rescindirlo".
El ministro de Economía de México,
el secretario de Comercio estadounidense
y la ministra de Exteriores de Canadá
antes de la tercera ronda de negociaciones
en Ontario. Septiembre de 2017.
Chris Wattie / Reuters
El punto en el que
confluyen ambos analistas es que la encrucijada de México ante el
TLCAN la obliga a revisar cuál es su modelo productivo:
"El impacto más
alto que habrá será en las cadenas de valor automotriz y eso
resulta muy interesante e irónico porque no se trata de empresas
mexicanas", apunta Dussel.
"¿Apostar
a la seguridad del capital transnacional es lo que nos conviene?
¿Es realmente un beneficio? Desde el gobierno se asume que sí
pero no nos muestran porqué".
Tirado, por su
parte, cree que el hermetismo sobre los resultados reales del TLCAN
tiene una razón:
"Habría aún más
rechazo a ese tratado y no solo en México, también en EE.UU.
Y aquí cabe
preguntarse: Si ese tratado es tan eficiente, ¿por qué no dan
los datos?
Para mí es
porque se darían cuenta que es un sector ínfimo de la sociedad
el que se beneficia ampliamente, y son ellos los que dirigen
la
élite del poder".
El profesor de la
UNAM es aún más tajante y afirma que lo único que ha entrado a
debate en estas rondas ha sido la cadena automotriz:
"Lo demás no
aparece en ningún lugar. Eso no es casual.
En México hay
cinco millones de empresas y lo que se discute es el beneficio
de tres o cuatro, que ni siquiera son mexicanas. Es
una negociación caricaturesca,
una suerte de realismo mágico que daría risa si no fuese tan
serio".
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