por Thierry Meyssan
19 Junio 2018
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RedVoltaire
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Los electores estadounidenses optaron por Donald Trump porque
aspiraban a un cambio de paradigma y, ya en la Casa Blanca, Trump
sigue sorprendiendo a quienes lo consideran una especie de
desquiciado.
Pero Trump no está haciendo otra cosa que aplicar las
ideas que ya había desarrollado durante su campaña electoral,
inscribiéndose así en una tradición política profundamente enraizada
en la historia estadounidense, aunque fue ignorada por mucho tiempo.
Haciendo abstracción de su particular manera de comunicarse con la
opinión, Thierry Meyssan se concentra en los actos de Donald Trump
en relación con sus compromisos.
Durante la campaña electoral que precedió la elección presidencial
estadounidense mostramos que la rivalidad entre Hillary Clinton y
Donald Trump no tenía tanto que ver con sus estilos respectivos como
con la cultura particular de cada uno de los dos candidatos.
[1]
Donald Trump, recién llegado a la política, cuestionaba la
dominación puritana sobre Estados Unidos y reclamaba el regreso al
compromiso original de 1789 - inscrito en la Carta de Derechos (The
Bill of Rights) - entre los revolucionarios que luchaban contra el
rey Jorge y los grandes terratenientes de las Trece Colonias.
Pero Donald Trump no era tan neófito en materia de política:
en
2001, ya había manifestado claramente su oposición al sistema el día
mismo de los
atentados del 11 de septiembre
[2] y, posteriormente,
con su polémica sobre el
lugar de nacimiento del presidente Barack
Obama.
En aquel momento tampoco interpretábamos la fortuna personal de
Donald Trump como una señal de que actuaría obligatoriamente al
servicio de los más ricos sino como prueba de que defendería el
capitalismo productivo contra el capitalismo especulativo.
En materia de política exterior subrayábamos que los presidentes
George W. Bush y
Barack
Obama habían iniciado guerras en,
-
Afganistán
-
Irak
-
Libia
-
Siria,
...en aplicación de la estrategia del
almirante Cebrowski tendiente a destruir las estructuras de los Estados en
todos los países del "Medio Oriente ampliado" (o "Gran
Oriente Medio"), [3] mientras que, en el plano interno, habían suspendido
la aplicación de la mencionada Carta de Derechos y que todo eso
había empeorado la situación de los "blancos pobres".
Donald Trump, por el contrario,
denunciaba constantemente el Imperio estadounidense y anunciaba el
regreso a los principios republicanos, señalando como referencia a
Andrew Jackson (presidente de Estados Unidos de 1829 a 1837),
[4] y obteniendo así el aval de los ex colaboradores de
Richard Nixon (1969-1974). [5]
En materia de política interna, Trump sintetizaba su pensamiento en
el eslogan "Make America Great Again", o sea apostando por dejar de
lado la quimera imperial para volver al "sueño americano" de
enriquecimiento personal.
Y su política exterior la expresaba con el
eslogan "America First", que nosotros no interpretábamos en el
sentido que se le dio durante la Segunda Guerra Mundial sino con su
sentido original.
En resumen, no veíamos en Donald Trump un
neonazi
sino un político que se negaba a mantener su país al servicio de
las
élites transnacionales.
Más sorprendente aún, nos parecía imposible que Trump lograra llegar
a un acuerdo cultural con la minoría de origen mexicano y
pronosticábamos que facilitaría a largo plazo una especie de
divorcio por consentimiento mutuo a través de la independencia de
California (CalExit).
[6]
No obstante, nuestra lectura de los objetivos de Donald Trump y de
su método dejaba abierta la cuestión sobre las posibilidades reales
que un presidente estadounidense puede tener para modificar la
estrategia militar de su país. [7]
Durante 2 años, nuestros artículos han ido contra la corriente de la
totalidad de los comentaristas, y hemos sido clasificados como
partidarios de Donald Trump, lo cual es una interpretación errónea
del sentido de nuestro trabajo.
No somos electores estadounidenses
y, por ende, no apoyamos a ningún candidato a la Casa Blanca. Somos
analistas políticos y sólo tratamos de comprender los hechos y
anticipar sus consecuencias.
¿Cuál es la situación en este momento?
-
Tenemos que concentrarnos en los hechos y hacer abstracción de todo
lo que Trump dice.
-
Tenemos que distinguir los resultados de los actos de Donald Trump
de lo que constituye la continuidad de sus predecesores así como lo
que tiene que ver con la tendencia del momento preciso.
En el plano interno
Donald Trump apoyó una manifestación de los supremacistas blancos en
Charlottesville y el derecho a portar armas, incluso después de la
matanza de Parkland.
Esas posiciones han sido interpretadas como un
respaldo a la extrema derecha y a la violencia. En realidad, para Trump se trataba de defender la versión estadounidense de los
"derechos humanos", la que se enuncia en la
Bill of Rights.
Por supuesto, es válido enumerar las duras críticas contra la
definición estadounidense de los "derechos humanos", que nosotros
mismos criticamos constantemente, pero ese es otro debate.
A falta de los medios necesarios, está lejos de terminarse la
construcción - iniciada por los predecesores de Trump - del muro en la
frontera con México. Es pronto aún para sacar conclusiones al
respecto.
No ha tenido lugar el enfrentamiento con el sector de los
inmigrantes hispanoamericanos que rechazan hablar inglés e
integrarse al compromiso de 1789.
Donald Trump se ha limitado a
suprimir el servicio de comunicación pública de la Casa Blanca en
lengua hispana.
En el sector del medioambiente, Donald Trump rechazó el Acuerdo de
París, no porque no le importe la ecología sino porque ese acuerdo
impone un arreglo financiero que sólo beneficia a los responsables
de las bolsas creadas para la compra-venta de derechos de emisión de
gases de efecto invernadero. [8]
En el plano económico, Donald Trump no ha logrado imponer su
revolución, que consistía en favorecer la exportación y gravar la
importación.
Pero sacó a Estados Unidos de los
tratados de libre
comercio que aún no estaban ratificados, como el
Acuerdo de
Asociación Transpacífica.
Su Border Adjustment Tax fue modificada
por el Congreso y ahora está tratando de evadir la oposición de los
parlamentarios y de instaurar gravámenes prohibitivos a la
importación de ciertos productos, sorprendiendo con ello a los
aliados de Estados Unidos y provocando la cólera de China. [9].
Al mismo tiempo, Donald Trump encuentra dificultades para iniciar su
programa rooseveltiano de construcción y reacondicionamiento de
infraestructuras:
hasta el momento sólo
ha encontrado un 15% del financiamiento.
Y tampoco ha iniciado aún
su programa de utilización de cerebros extranjeros para mejorar la
industria estadounidense, a pesar de tratarse de un tema recogido en
su Estrategia de Seguridad Nacional. [10]
Sin embargo, lo poco que ya ha podido hacer ha bastado para
reactivar la producción y el empleo en su país.
En el plano exterior
En su intento de renunciar al Imperio estadounidense, Trump había
anunciado su intención de poner fin al apoyo de Estados Unidos a los
yihadistas, disolver la OTAN, abandonar la estrategia del almirante
Cebrowski y traer de regreso las tropas estadounidenses que ocupan
varios países.
Es claramente mucho más difícil reformar el más
extenso de los entes federales - las fuerzas armadas de Estados
Unidos - que modificar por decreto las reglas económicas y
financieras.
El presidente Trump priorizó poner personas de confianza a la cabeza
del Departamento de Defensa y de la CIA, para evitar todo intento de
rebelión.
Reformó el Consejo de Seguridad Nacional restringiendo el
papel del Pentágono y el de la CIA. [11] Y de inmediato puso fin a
las "revoluciones de colores" y a otras formas de golpes de Estado
utilizadas por sus predecesores.
Luego convenció a los países árabes, como Arabia Saudita, para que
pusieran fin a su apoyo a los yihadistas. [12]
Los resultados de esa
decisión no tardaron en aparecer con la caída del Emirato Islámico (Daesh)
en Irak y en Siria.
Al mismo tiempo, Trump postergó la disolución de la OTAN y se limitó
a agregarle una función antiterrorista. [13] Mientras tanto, en el
contexto de la campaña británica contra Moscú, la OTAN desarrolla su
dispositivo anti-ruso. [14]
Si Donald Trump ha conservado la OTAN ha sido sólo para mantener
bajo control a los vasallos de Estados Unidos. Y al mismo tiempo
acaba de desacreditar deliberadamente al G7, poniendo con ello a sus
desorientados líderes ante sus propias responsabilidades.
Para interrumpir la aplicación de la estrategia de Cebrowski en el
"Medio Oriente ampliado", Trump está preparando una reorganización
de esa región alrededor de la salida de Estados Unidos de los
acuerdos con Irán (o sea el acuerdo llamado 5+1, o
JCPOA, y el
acuerdo bilateral secreto entre Washington y Teherán) y de su plan
para el arreglo de la cuestión Palestina.
Si bien ese proyecto - que
Francia y el Reino Unido ya tratan de sabotear - tiene pocas
posibilidades de instaurar una paz regional, al menos permite
paralizar las iniciativas del Pentágono.
Pero los oficiales
superiores preparan ahora la aplicación de la estrategia Cebrowski
en la "cuenca del Caribe".
La iniciativa tendiente a resolver el conflicto en la península de
Corea, último vestigio de los tiempos de la guerra fría, debería
permitir a Trump poner nuevamente en tela de juicio la razón de ser
de la OTAN ya que si los países europeos se hicieron miembros de ese
bloque militar fue, supuestamente, para evitar en Europa una
situación comparable a la guerra de Corea.
A fin de cuentas, las fuerzas armadas estadounidenses ya no serían
utilizadas para aplastar pequeños países sino única y exclusivamente
para aislar a Rusia y para impedir que China pueda desarrollar sus
"Rutas de la Seda".
Referencias
-
"Estados
Unidos, ¿se reforma o se desgarra?", por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de octubre de 2016.
-
Ver la
intervención de Donald Trump, el 11 de septiembre de 2001, en
New York 9.
-
"El
proyecto militar de Estados Unidos para el mundo", por
Thierry Meyssan, Haïti Liberté (Haití), Red Voltaire,
22 de agosto de 2017.
-
"Trump
has picked a deeply disturbing hero", Michael Gerson, The
Washington Post, 16 de marzo de 2017.
-
"Donald
Trump's 'America First' Foreign Policy Speech", by Donald Trump, Voltaire Network, 27 de abril de 2016.
-
"Balance
y perspectivas de Donald Trump", por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de diciembre de 2017.
-
"La
alternancia del Poder imperial", por Manlio Dinucci, Il Manifesto
(Italia), Red Voltaire, 16 de noviembre de 2016.
-
"1997-2010:
La ecología financiera", por Thierry Meyssan, Оdnako
(Rusia), Red Voltaire, 28 de abril de 2010.
-
"En
Estados Unidos, imperialismo contra ultraimperialismo" y "¿Guerra
económica o "guerra absoluta"?", por Jean-Claude Paye, Red Voltaire, 3 de junio y 9 de junio de 2018.
-
Security Strategy of the United States of America,
White House, 18 de diciembre de 2017.
-
"Presidential
Memorandum: Organization of the National Security Council and
the Homeland Security Council", por Donald Trump, Voltaire Network,
28 de enero de 2017. "Donald
Trump disuelve la organización del imperialismo estadounidense",
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 30 de enero de 2017.
-
"Presidential
Memorandum: Plan to Defeat the Islamic State of Iraq and Syria",
por Donald Trump, Voltaire Network, 28 de enero de 2017.
"Donald
Trump's Speech to the Arab Islamic American Summit", por
Donald Trump, Voltaire Network, 21 de mayo de 2017.
-
"Remarks
by Donald Trump at NATO Unveiling of the Article 5 and Berlin Wall
Memorials", por Donald Trump, Voltaire Network, 25 de
mayo de 2017.
-
"La OTAN
no 'obsoleta' se prepara con Mattis para otras guerras", por
Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia) , Red Voltaire,
16 de febrero de 2017.
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