
por Darío Prieto
16 Abril 2025
del Sitio Web
ElMundo
Información enviada por JHGP

Julio
Ceballos
(por
Javier Barbancho)
"Su obsesión no
es el Poder, es la eficacia.
Y la eficacia no
se improvisa"...
El experto en negociación y estrategia de mercado
Julio Ceballos,
dirige un
negocio de marcas líderes
y asesora a
empresas occidentales
en su
implantación en el mercado asiático.
"Los chinos son
auténticas
esponjas de conocimiento,
no hay nada más
poderoso
que una
población volcada en la autoexigencia",
dice el autor
del libro
'El calibrador
de estrellas'...
Julio Ceballos, autor del libro
El Calibrador de Estrellas
(Planeta, 2025), no pretende vender una fascinación exótica por
China ni blanquear sus defectos.
Su mensaje es claro:
el ascenso del gigante asiático no supone una
sentencia fatalista, sino una llamada de atención para
Occidente...
El escritor y experto en el mercado chino, que ha
vivido en el país y sigue trabajando con empresas occidentales en
ese mercado desgrana las ideas de su obra, un ensayo que invita a
mirar a China con pragmatismo, humildad y un interés renovado.
"Hay una preocupante falta de interés y
atención por parte de Occidente a un país que está
reestructurando el mundo", lamenta.
Ceballos no aboga por un cambio radical de
modelo, sino por un aprendizaje selectivo.
"Yo no he escrito este libro desde la
fascinación, ni idealizo ni glorifico este sistema", aclara.
Su propuesta es más práctica:
identificar "palancas, tuercas, bujías" del
modelo chino que puedan "complementar y perfeccionar" las
democracias occidentales sin sacrificar sus principios
fundamentales.
En un
mundo multipolar y acelerado,
donde,
"el gendarme del mundo [EE.UU.] cada vez está
menos dispuesto a cuidar de nuestros intereses",
...el autor ve en China
un espejo donde mirarse, no para
copiar, sino para mejorar.
A lo largo del libro - y de la conversación - el autor despliega lo
que llama "plug-ins":
elementos del modelo chino que podrían
inspirar mejoras concretas en las democracias liberales sin
alterar su código fuente.
Entre ellos destaca el valor de la
educación como motor de competitividad:
"Para China, la educación es la arquitectura
básica de su estrategia nacional.
Han hecho del esfuerzo una cultura. Kung fu,
en chino, significa precisamente eso:
trabajo competente.
Mucho más que artes marciales"...
En ese marco, el aprendizaje del idioma chino no
se presenta como una moda ni como una imposición, sino como un
vector positivo.
"No va a ser un idioma global, por lo menos
en los años que nos quedan de vida, en este siglo", afirma.
Lo considera,
"suficientemente complejo" y señala que a los
propios chinos "les interesa que no lo sea porque les aísla y
hace más difícil entenderles".
Sin embargo, lejos de verlo como un obstáculo
insalvable, Ceballos lo plantea como una oportunidad.
"Si tú dispones de un conocimiento suficiente
de chino para desenvolverte, eso siempre te va a dar preferencia
respecto a otros",
...argumentó, subrayando que el número de
occidentales con esta habilidad será siempre una minoría que tendrá
una ventaja en un mundo donde China,
"está en ascenso" y "no es un fenómeno con
fecha de caducidad".
"China No es una Amenaza - Es una
Oportunidad para Despertar"
La meritocracia es otro eje central de su discurso.
"No es elitismo: en la mayor parte del mundo,
incluido EE.UU., es una cuestión de supervivencia", afirma
Ceballos.
Para él, China ha elevado el mérito a,
"una exigencia, un requisito", convirtiéndose
en "la meritocracia más grande y antigua del mundo".
Este enfoque que,
"premia la brillantez" y pone a los más
competentes al frente, es, según el autor, "la mayor ventaja
competitiva" del país asiático.
En contraste, lamenta que Occidente haya
"diluido" este valor:
"En China, en cambio, los líderes se eligen
como si fueran CEOs.
Su obsesión no es el poder, es la
eficacia. Y la eficacia no se improvisa.
Occidente sigue atrapado en un andamiaje
mental pre-2019.
Pero ya no vivimos en esa Arcadia feliz
de paz duradera, consumo creciente y energía barata. El mundo ha
cambiado.
Trump, la 'pandemia'
y la
guerra de Ucrania han sido
un electroshock...
Y no vamos a volver atrás".
Ante ese nuevo tablero, el papel
de Europa se tambalea.
"El Estado ha dejado de ser estratega para
convertirse en un burócrata. Si no reaccionamos, pasaremos a ser
un museo de gloria geopolítica pasada".
Ceballos reivindica el largo plazo como
tabla de salvación.
"Sin visión estratégica no hay políticas
eficaces en sanidad, educación, defensa o vivienda. Pero
nuestros ciclos electorales no lo permiten".
Ceballos no se queda en la crítica.
Propone recuperar esa tradición occidental de,
"fomentar la competencia" y "empujar a los
más brillantes", algo que, asegura, está en "nuestro ADN".
"Si Occidente ha sido lo que ha sido, ha sido
gracias a premiar el talento", recuerda, vinculándolo de nuevo
con la educación.
"No hay nada más poderoso que una población
volcada en la autoexigencia, en la cultura del esfuerzo y en la
formación continua.
Los chinos son auténticas esponjas de
conocimiento", destacó.
El autor no esquiva las sombras del modelo chino.
"¿Qué no debemos copiar de
China? La
vigilancia estatal excesiva, el
control excesivo del mercado, su autoritarismo", enumera.
Su propuesta no es importar un sistema
"inexportable", sino adoptar estos 'parches' que mejoren sin alterar
el núcleo:
Además de la educación, planificación
estratégica a largo plazo, desarrollo tecnológico y pragmatismo.
"Los chinos son los pragmáticos por
antonomasia.
Cuando adoptan un nuevo sistema no se
preguntan si es comunista o capitalista, se preguntan:
¿funciona o no funciona?", explica.
Este pragmatismo, aplicado a cuestiones como la
reindustrialización o las energías nucleares, podría ser un antídoto
contra la "fobia ideológica" que, según Ceballos, paraliza a Europa.
"Nuestra orden de prioridades tiene que
empezar a introducir criterios mucho más pragmáticos", insistió,
alertando de que, sin decisiones "ágiles y audaces", la Unión
Europea corre el riesgo de caer en la "irrelevancia" o incluso
en la "desaparición como modelo".
Uno de los aspectos más reveladores del modelo
chino, según el autor, es su política de lectura...
"La lectura no construye personas mejores.
Pero sí construye personas más felices, más
críticas, con mayor capacidad de absorber conocimiento. Y el
conocimiento hoy es la nueva geopolítica".
China ha creado plataformas literarias con
millones de lectores activos que leen a través del móvil, en
soportes nuevos, escritos por autores emergentes.
"Han entendido que el hábito lector es el
paso previo a la alfabetización digital. Prefieren tener más
lectores que 'gamers".
Ceballos no ve el ascenso de China como,
"una amenaza inevitable", sino como "una
oportunidad para despertar".
"El punto de partida de este libro es que ese
ascenso nos genera ansiedad y mucho miedo. Empleemos ese miedo
para actuar, para ponernos las pilas", propuso.
Lejos de la fascinación o el rechazo, aboga por
un enfoque realista:
"A China hay que aprender a verla en términos
más reales. Puede ser una fuente de lecciones que hagan más
fuerte a la democracia".
En un mundo donde "no se espera a los rezagados",
su mensaje resuena como un toque de atención.
"La democracia tiene un problema de talento",
cita, subrayando que la supervivencia de nuestro modelo depende
de "dejar de improvisar" y apostar por la eficacia.
Al final, Ceballos deja un mensaje tan sencillo
como urgente:
"Europa necesita recuperar su voz, su
autonomía, su capacidad industrial y de defensa. La soberanía no
se mendiga. Se construye".
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