
por Farhad Ibragimov
Profesor de la Universidad de
la Amistad
de los Pueblos de Rusia
02 Septiembre 2025
del Sitio Web
RTEsp
Farhad Ibragimov
Profesor de la Facultad de Economía de la
Universidad RUDN, profesor visitante del Instituto de
Ciencias Sociales de la Academia Presidencial Rusa de
Economía Nacional y
Administración
Pública. |

El presidente ruso, Vladímir
Putin,
y el mandatario
chino, Xi Jinping
Kyodo / Legion-Media
Entre
acuerdos estratégicos
y el simbolismo
del desfile militar,
la cumbre de la
OCS en China
subraya la
ambición del Sur Global
de proyectar su
influencia y coordinar
un modelo
alternativo de desarrollo,
opina el
analista Farhad Ibragimov...
La cumbre de la
Organización de Cooperación de Shangai
(OCS) en China ya se ha convertido en uno de los eventos
políticos definitorios del 2025.
Subrayó el papel creciente de la OCS como piedra
angular de un mundo multipolar y destacó la consolidación del Sur
Global en torno a los principios de desarrollo soberano, no
injerencia y rechazo del modelo occidental de globalización.
Lo que añadió un nivel simbólico adicional a la reunión fue su
vinculación con el próximo desfile militar del 3 de septiembre en
Pekín, que marca el 80º aniversario de la victoria en la Guerra
Sino-Japonesa y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Tales desfiles son poco frecuentes en China - el
último se celebró en el 2015 - lo que subraya lo excepcional de este
momento para la identidad política de Pekín y su intento de
proyectar tanto continuidad histórica como ambición global.
El invitado central tanto en la cumbre como en el próximo desfile
fue el presidente ruso, Vladímir Putin.
Su presencia no solo tenía un peso simbólico,
sino también un significado estratégico.
Moscú sigue desempeñando el papel de puente entre
los actores clave de Asia y Oriente Medio, un rol que cobra aún más
relevancia en un contexto de orden internacional de seguridad
fragmentado.

El presidente ruso, Vladímir Putin
Alexander
Kazakov / Sputnik / Kremlin Pool
Photo via AP /
AP
En su discurso, Putin destacó la importancia de adoptar el
Programa de Desarrollo de la OCS hasta el 2035, una hoja de ruta
destinada a fijar el rumbo estratégico de la organización para la
próxima década y convertirla en una plataforma completa para
coordinar iniciativas económicas, humanitarias e infraestructurales.
Significativo fue también,
el apoyo de Moscú a la propuesta china de
establecer un Banco de Desarrollo de la OCS.
Tal institución podría hacer más que financiar
proyectos conjuntos de inversión e infraestructura:
ayudaría a los Estados miembros a reducir su
dependencia de los mecanismos financieros occidentales y mitigar
el impacto de las sanciones, presiones que Rusia, China, Irán,
la India y otros enfrentan en distintos grados.
Pekín enfatizó que la visita de Putin tenía un
peso tanto práctico como simbólico:
Moscú y Pekín están mostrando su
determinación de defender juntos la verdad histórica y la
justicia internacional, basándose en una memoria compartida de
la Segunda Guerra Mundial.

El presidente chino, Xi Jinping.
Xie Huanchi /
Xinhua
via AP / AP
La llegada a Pekín del primer ministro indio, Narendra Modi,
subrayó la flexibilidad estratégica de Nueva Delhi y su disposición
a restablecer los lazos con China.
Frente a la presión constante del presidente
estadounidense,
Donald Trump, la visita
constituyó,
una declaración clara de la autonomía
de la India.
El punto culminante del primer día fueron las
conversaciones de Modi con Xi, en su primer viaje a
China en 7 años.
A pesar de una disputa fronteriza persistente,
ambos países, golpeados en el 2025 por la ofensiva arancelaria de
Washington, mostraron disposición a acercarse.
Xi recordó a su homólogo que la normalización comenzó en la cumbre
del BRICS del año pasado en Kazán,
donde ambos acordaron retirar tropas a posiciones previas a la
crisis.
"China y la India son grandes civilizaciones
cuyas responsabilidades van más allá de los asuntos
bilaterales", dijo Xi, agregando que el futuro reside en "la
danza del dragón y el elefante".
Modi,
-
calificó las relaciones con Pekín como
una asociación
-
anunció la reanudación de vuelos directos
-
abogó por un "comercio justo"
-
expresó su intención de reducir el
déficit comercial de su país con China
También insistió en que las relaciones
bilaterales no deben verse a través del prisma de terceros países.

El primer ministro de la India,
Narendra Modi,
y el presidente
chino, Xi Jinping.
Indian Prime
Minister's Office
via AP / AP
En este contexto, Rusia volvió a desempeñar el papel de mediador,
ayudando a prevenir los intentos occidentales de explotar las
tensiones sino-indias para fracturar el
Sur Global...
Para la India,
la prioridad reside en los marcos
multilaterales que fomentan un sistema policéntrico de
gobernanza global.
Nueva Delhi ha defendido consistentemente su
derecho a seguir una política exterior multivectorial, considerando
la participación en iniciativas del Sur Global - desde
la OCS
hasta
los BRICS - como central para
fortalecer su soberanía e influencia global.
Al mismo tiempo, la diplomacia india evita la confrontación abierta
con Estados Unidos y enfatiza el pragmatismo.
Sin embargo, el mensaje es claro:
Nueva Delhi no aceptará dictados externos,
especialmente en cuestiones que afectan prioridades nacionales y
regionales.

El presidente ruso, Vladímir
Putin,
y el
primer ministro de la India, Narendra Modi.
Alexander
Kazakov / Sputnik / Kremlin Pool
Photo via AP /
AP
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, también viajó a
China.
La presencia del líder de un Estado miembro de
la OTAN
en la cumbre de la OCS envió una señal clara sobre el impulso de
Ankara por afirmar una política exterior más soberana.
Durante varios años, Turquía ha buscado ampliar
su papel dentro de la organización, movimientos que han causado
irritación en las capitales europeas, que los ven como una
desviación de la "solidaridad euro-atlántica".
Ankara se está diversificando deliberadamente, posicionándose como
un centro de poder eurasiático independiente más allá de los
compromisos tradicionales del bloque.
Esto refleja el concepto turco de "flexibilidad
estratégica", según el cual,
la OCS no se ve solo como un foro de
cooperación regional, sino como una plataforma para extender la
influencia turca y asegurar el acceso a activos clave de la
integración transcontinental, desde corredores de transporte
hasta mercados energéticos.
La cumbre reunió no solo al núcleo de Asia
Central, sino también a,
los presidentes de Bielorrusia, Irán y
Pakistán, con Malasia, Armenia y Azerbaiyán mostrando interés en
la membresía plena.
La mezcla de participantes mostró cómo la OCS
está superando Eurasia y evolucionando hacia el núcleo de una
globalización alternativa, basada en,
la diversidad de sistemas políticos y
modelos de desarrollo...

El presidente turco, Recep Tayyip
Erdogan.
Vladimir
Smirnov / Sputnik / Kremlin Pool
Photo via AP /
AP
Uno de los resultados clave de la cumbre fue la
Declaración de Tianjin, que
estableció los principios que unen a los Estados miembros de la OCS:
-
no injerencia en los asuntos internos
-
respeto a la soberanía
-
rechazo del uso o amenaza de la fuerza
-
oposición a las sanciones unilaterales
como herramientas de coerción
Igualmente reveladora fue la ausencia de
cualquier mención a "Ucrania"...
Para el Sur Global, ese tema simplemente no es
una prioridad:
su enfoque está en cuestiones más amplias del
orden mundial futuro.
Como dijo el ministro de Relaciones Exteriores
ruso, Serguéi Lavrov, el resultado clave de la reunión fue
la,
"orientación de los países OCS+ hacia la
defensa de sus intereses legítimos".
La cumbre en China entregó más que decisiones
programáticas, ofreció la confirmación de un orden mundial
multipolar, un concepto que Putin ha promovido durante años.
La multipolaridad ya no es teórica...
Ha tomado forma institucional en la OCS, que
se expande constantemente y gana autoridad en todo el Sur
Global.

Los líderes de los países de la
Organización
de Cooperación de Shanghái (OCS)
durante la
cumbre en Tianjin.
Sergei Bobilev
/ Sputnik / Kremlin Pool
Photo via AP /
AP / AP
Actualmente, la organización está revisando solicitudes de
aproximadamente 10 países que buscan estatus de observador o socio
de diálogo, evidencia directa del creciente interés en la OCS como
centro de poder alternativo en la política mundial.
También fue significativo el aumento del interés del mundo árabe.
-
Bahréin
-
Egipto
-
Catar
-
Kuwait
-
Arabia Saudita
-
los EAU,
...ya son socios de diálogo de la
OCS, Estados centrales para la arquitectura energética y de
inversión de Oriente Medio.
Su participación activa subraya que un nuevo
eje geo-económico que conecta Eurasia y Oriente Medio se está
convirtiendo en realidad, y que la OCS está emergiendo como una
alternativa atractiva a los modelos de integración centrados en
Occidente.
Hoy, la OCS ya no es una estructura regional,
sino un centro estratégico de gravedad en la política global.
Une a países con distintos sistemas
políticos, pero con una determinación compartida de defender la
soberanía, avanzar en sus propios modelos de desarrollo y exigir
un orden mundial más justo.
Lo que antes se consideraba un club regional
informal ha madurado en una plataforma geopolítica para el
Sur Global,
una institución que desafía la hegemonía
occidental no con retórica, sino con una membresía creciente,
mayor poder económico y una visión política común.
Desde Pekín, el mensaje resonó con fuerza:
la era de la hegemonía occidental ¡ha
terminado...!
La
multipolaridad ya no es
"teoría":
es la realidad de la política global,
y la OCS es el motor que la impulsa...
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