
por Jordi Pigem
09 Marzo 2025
del Sitio Web
BrownstoneEsp

La
forma de colapso que
más
inmediatamente nos amenaza
es también
la más íntima:
el colapso
de lo que nos hace humanos,
el colapso
de nuestra capacidad de entender,
el colapso
cognitivo...
El mundo está bajo un hechizo, que se va extendiendo e
intensificando.
Manipular la opinión pública para obtener objetivos inconfesables se
ha convertido en una estrategia habitual del poder.
Orwell ya lo vio venir:
en
1984 escribe que,
"el poder consiste en romper en pedazos
las mentes humanas y volverlas a ensamblar en nuevas formas
que tú eliges".
Una arma de manipulación de enorme impacto
son las
operaciones de bandera falsa, en
las que se diseña un hecho terrible para cargar las culpas a quien
no las tiene.
El 15 de febrero de 1898, en el puerto de La
Habana, se hunde un barco de la Marina de Estados Unidos, el
Maine.
Mueren la mayoría de sus tripulantes, más de
doscientas sesenta personas.
La prensa norteamericana acusa del
hundimiento a España.
Así empieza la guerra de Cuba.
Acabará siendo evidente que hay fuerzas del poder
que querían entrar en guerra y necesitaban un hecho espectacular
para ganarse el apoyo de la opinión pública, norteamericana y
mundial.
El 4 de agosto de 1964, en aguas del golfo de
Tonkín, ante la costa norte de Vietnam, hay un supuesto ataque
de barcos norvietnamitas contra barcos norteamericanos.
Es el pretexto que desencadena la guerra del
Vietnam.
Acabará siendo evidente que aquel ataque fue una
ficción, creada por el presidente Lyndon B. Johnson y su
secretario de Defensa, Robert McNamara, que necesitaban un
argumento contundente para poder declarar la guerra.
El mismo McNamara admitió en 2003, en el
documental
The Fog of War, que aquel ataque
jamás se
produjo.
Una operación de bandera falsa puede
ser igualmente efectiva, aunque sea una ficción.
También en el siglo XXI hay ataques de bandera
falsa, muchos más de lo que podría parecer.
Es natural que apenas se hable de ellos:
su objetivo, precisamente, es confundir y
pasar desapercibidos.
Pero están al alcance de toda potencia con
servicios secretos.
Si son más conocidos los perpetrados por los
Estados Unidos de América es por que tienen los servicios secretos
más grandes del mundo, y porque han tenido periodistas e
historiadores honestos que han acabado demostrando los hechos - a
menudo, sin embargo, demasiado tarde.
Harold Pinter, en su discurso de aceptación del
Premio Nobel de Literatura,
explicó cómo se le aparecían los personajes de sus obras, pero sobre
todo aprovechó la ocasión para denunciar públicamente un "acto de
hipnosis" colectiva:
La mayoría de los políticos [...] no están
interesados en la verdad, sino en el poder [...].
Para mantener ese poder, es esencial que la
gente permanezca en la ignorancia [...]. Lo que nos rodea, por
tanto, es un vasto tapiz de mentiras. [...]
Todo el mundo sabe lo que ocurrió en la Unión
Soviética y en toda la Europa del Este [...]:
brutalidad sistemática, atrocidades
generalizadas, supresión despiadada del pensamiento
independiente. [...]
Sin embargo [...] los crímenes de Estados
Unidos en el mismo período solo han sido registrados
superficialmente [...].
Estados Unidos impulsó, y en muchos casos
engendró, todas las dictaduras militares de derechas del mundo
tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. [...]
Pero [...] incluso mientras sucedía, no
sucedía... No importaba. No tenía ningún interés.
Los crímenes de Estados Unidos han sido
sistemáticos, constantes, crueles y despiadados, pero muy poca
gente ha hablado realmente de ellos. [...]
Han manipulado clínicamente el poder en todo
el mundo mientras se hacían pasar por una fuerza para el bien
universal.
Es un acto de hipnosis brillante,
incluso ingenioso, de gran éxito. [...]
¿Qué significan estas palabras?
¿Tienen que ver con un término muy poco
usado hoy en día:
conciencia? [...]
La determinación intelectual [...] de definir
la verdad real de nuestras vidas y nuestras sociedades es una
obligación crucial que recae sobre todos nosotros. [...]
Si esa determinación no se incorpora a
nuestra visión política, no tenemos ninguna esperanza de
restaurar lo que estamos a punto de perder:
¡la dignidad humana...!
En 1990 el Parlamento Europeo concluyó que los
servicios secretos de varios países miembros habían participado en
actos terroristas y otros delitos graves en el marco de la llamada
Operación Gladio, en la que, sobre
todo en Italia, se indujo a elementos de "extrema derecha" a cometer
actos terroristas que fueron atribuidos a la "extrema izquierda".
Este tipo de ataques de bandera falsa son
conocidos como
MIHOP, Make it happen on purpose,
deliberadamente perpetrados para que sean atribuidos a otro.
En los llamados
LIHOP, Let it happen on purpose,
se sabe que el enemigo prepara un ataque y se le dan facilidades
para que pueda perpetrarlo - como posiblemente hizo Israel
(¿Es creíble que el 7 de octubre fallaran, casualmente,
todos sus hipersofisticados
sistemas de vigilancia y control?) antes de iniciar la invasión de
Gaza.
Y así el mundo se ha ido llenando de,
banderas falsas, palabras vacías, máscaras,
disfraces y cortinas de humo.
El mundo se ha ido llenando,
El mundo se ha vuelto tan falso, frívolo y
frenético que no podrá mantener por mucho tiempo su despliegue de
hechizos y se hundirá, como todas las cosas huérfanas de arraigo y
de sentido.
El hogar anímico que nos acogía ahora se tambalea.
La forma de colapso que más inmediatamente nos
amenaza es también la más íntima:
La batalla por el futuro es, en
gran medida, una batalla cognitiva, entre tormentas de propaganda y
tentaciones digitales.
En esta batalla cognitiva, como
Assange y
Snowden mostraron hace ya más
de una década, también mienten los gobiernos. Miente, en general:
el poder manipula la percepción y la opinión
de las personas, en beneficio de lo que interesa al poder y no a
las personas...
Los grandes poderes del mundo dedican cada vez
más recursos a la llamada guerra cognitiva.
Para conseguir que las personas hagan y piensen lo que el poder
quiere, y crean que lo han decidido libremente, hay herramientas
como,
-
el
control mental (aplicado en
un proyecto ilegal de la CIA que, hasta 1970, estuvo
experimentando con ciudadanos sin su consentimiento: el
infame
MK-Ultra)
-
lo que ahora se conoce como gestión de
las percepciones (perception
management)
Los grandes medios de comunicación contribuyen a
la manipulación a gran escala de la opinión pública.
Un claro ejemplo fue, en 2003, la campaña
cuidadosamente orquestada para atemorizar a la población mundial
haciéndole creer que Irak tenía "armas de destrucción masiva".
Se nos dijo que estas armas podían arrasar
cualquier lugar de Europa en cuarenta y cinco minutos.
Tales armas jamás existieron, pero la
campaña generó el pretexto para invadir el país en una guerra que
duró ocho años y que, según los cálculos de la prestigiosa revista
médica
The Lancet, ya había causado
un exceso de 654.965 muertos entre
la población local en 2006.
Como en 2018 escribía el reconocido periodista Pascual Serrano
en
Desinformación - Cómo los Medios Ocultan el
Mundo:
No se trata simplemente de desmentir las
informaciones mayoritarias que recibimos sobre [...] las
elecciones en Estados Unidos, el conflicto palestino-israelí, la
guerra de Iraq o la descolonización del Sáhara, sino de
despertar de la ficción en la que tantos ciudadanos siguen
inmersos creyendo que se están informando cuando leen el
periódico, escuchan la radio o ven el informativo de
televisión...
Se trata de "despertar de la ficción", de
darnos cuenta de que hay toda una maquinaria que genera hechizos a
través de los datos, las imágenes, las informaciones y las ideas.
Una maquinaria diseñada para confundir, para
alterar el sentido de la realidad y para hacer que las personas
acepten con convicción, o incluso con entusiasmo, lo que
interesa a los grandes poderes.
En 2004, en un artículo en The New York Times,
el periodista Ron Suskind recogió unas declaraciones de un
asesor de alto nivel de
George W. Bush que reconocía
que,
en el siglo XXI, el poder consiste en
manipular la percepción de la realidad.
De lo que se trata es de imponer ficciones y
alterarlas según convenga:
Ahora somos un imperio y, cuando
actuamos, producimos nuestra propia realidad.
Y mientras vosotros estéis estudiando esa
realidad (de manera tan sensata como queráis), nosotros
actuaremos otra vez, produciendo otras nuevas realidades, que
también podréis estudiar.
Y así es como irán las cosas...
Crear la realidad según se le antoje, si lo hace
un individuo, lleva al delirio.
¿Adónde lleva si lo hace todo un país o una poderosa organización
global?
"Nunca se había mentido tanto como hoy",
...afirmó el filósofo e historiador de la ciencia
Alexandre Koyré en 1943, cuando la propaganda empezaba a
hacerse omnipresente, más de medio siglo antes de que se empezara a
hablar de posverda...:
Nunca se había mentido tanto como hoy. Ni
mentido de una manera tan descarada, sistemática y constante.
[...]
La palabra, el texto, el periódico, la
radio..., todo el progreso técnico se aplica al servicio de la
mentira...
En aquellos mismos años, George Orwell
intuyó que un día el poder querría imponer que,
"2 + 2 = 5" y habría que creerlo sin
rechistar...
Referencias
-
Extraído de los capítulos 1-3 de Jordi
Pigem:
Conciencia o Colapso -
Fragmenta, Barcelona, 2024, páginas 9-15 (las referencias se
encuentran en las páginas 125-128).
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