El pasado 31 de marzo, los conflictos diplomáticos entre Argentina y Colombia, y Argentina y México llegaron a su fin con el restablecimiento de relaciones diplomáticas, en el primer caso, y una conversación entre la canciller argentina, Diana Mondino, y la canciller mexicana, Alicia Bárcena.

La crisis se desencadenó a raíz de los comentarios de Milei contra el presidente colombiano, Gustavo Petro.

En declaraciones a la CNN, Milei calificó a su homólogo de "terrorista asesino". En el pasado, Petro fue miembro del M-19, una guerrilla ya desaparecida.

Su historial fue incluso uno de los motivos de su elección a la presidencia del país, que busca un alto al fuego con la guerrilla, explicó a Sputnik Regiane Bressan, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sao Paulo.

La situación escaló hasta el punto de que Petro expulsó a diplomáticos argentinos del país, y Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, mostró su apoyo al colombiano.

Al final, la cancillería liderada por Diana Mondino jugó un papel clave en la normalización de los lazos diplomáticos entre los países.

"Desde luego, no es apropiado que un país acuse o señale con el dedo las políticas internas de otro.

 

De hecho, esto [no acusar ni señalar con el dedo] forma parte de la política exterior brasileña, lo que llamamos no injerencia", explicó la experta.

Para el escritor y politólogo Paulo Velasco, este clima de deterioro de las relaciones no beneficia a la región y el comportamiento de Milei,

"es malo para la integración suramericana".

Argentina y Colombia ocupan el segundo y tercer lugar en términos de economía y población en Sudamérica,

subrayó Velasco.

"Argentina es la segunda economía, Colombia es la tercera. Y Colombia tiene la segunda mayor población, mientras que Argentina es la tercera.

 

Así que son dos actores importantes", opinó.

Esta búsqueda de tensiones con Colombia, México e incluso con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, afirmó Velasco, demuestra que Milei parece meter a todos los líderes de izquierda de América Latina "en el mismo saco".

"De alguna manera, Milei se erige en portavoz de las críticas más ácidas de la izquierda latinoamericana (...).

 

Y da igual que sea Lula, López Obrador, Gabriel Boric [presidente de Chile] o Gustavo Petro", enfatizó.