por Lautaro Rivara del Sitio Web TodosLosPuentes
los ataques de Milei a diferentes gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe son parte de una cuidada estrategia de desintegración regional, que parte de los esquemas mentales heredados de la Guerra Fría...
A la manera de las viejas zonceras que
popularizó el ensayista argentino Arturo Jauretche, el eficaz
eslogan recorrió la región en las últimas décadas, pese a tratarse
de una reedición vulgar de lugares comunes antiquísimos, que pueden
rastrearse hasta la posición de peninsulares y monárquicos durante
las guerras de independencia.
Todavía en campaña electoral, en una entrevista concedida a Jaime Bayly, Milei sindicó a Lula da Silva, presidente del principal socio comercial argentino,
Además prometió romper relaciones con el gigante brasilero, algo que por supuesto los poderes fácticos no habrían jamás de consentir.
También por esos meses Milei se refirió al mandatario chileno Gabriel Boric.
Algo más suave, afirmó que,
Frente a quienes suponían que el ejercicio de la más alta función pública habría de morigerar las declaraciones del libertario, éste no hizo más que aumentar las tensiones regionales.
En conversación con el periodista Andrés Oppenheimer de CNN en español, Milei calificó (ver video) a Andrés Manuel López Obrador,
Aún más arriba de la escalada verbal, y con consecuencias inmediatas y palpables, el libertario también definió al presidente colombiano Gustavo Petro como,
De manera inmediata, el gobierno colombiano
retiró a sus diplomáticos en territorio argentino, apenas un mes
después de haber convocado a consulta a su embajador en el país,
como respuesta a una agresión anterior.
Como respuesta, el gobierno de Nicolás Maduro
clausuró el espacio aéreo venezolano a los aviones con matrícula
argentina.
Al respecto, es sintomático que Milei concentre los dardos más envenenados en los gobiernos que desenvuelven una política exterior más autónoma.
Y también el que se haya decidido ausentarse de
la reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC) realizada en San Vicente y las Granadinas,
enviando en su lugar a Leopoldo Sahores, un discreto
vicecanciller que optó por no firmar varias de las declaraciones del
cónclave.
Más que disputar las mentes y los corazones para
la construcción de una hegemonía política duradera, se trata de
construir chivos expiatorios, movilizar las más bajas pasiones, y
lanzar regularmente fuegos de artificio, que puedan encandilar a la
opinión pública y distraerla de sus acuciantes dramas cotidianos.
Sólo así podemos entender la visita reciente a la Argentina de William Burns, actual director de la CIA, que puso en agenda los presuntos ciberataques rusos y los no comprobados movimientos de Hezbollah en la región; sin duda asuntos prioritarios en un país con una inflación del 276% anual e índices de pobreza infantil que según UNICEF treparán en breves al 70.8%.
Lo mismo pasa con la reacción
paranoide que ve comunistas y
guerrilleros aún en los gobiernos más recatadamente moderados de
la región.
Mientras el Ministro de Economía pedía al principal comprador de los productos agropecuarios argentinos la extensión del SWAP (un intercambio de monedas que había comenzado con el gobierno de Fernández), el presidente daba un ruidoso portazo al ingreso a los BRICS, el bloque comercial al que más de 20 países del Sur Global han solicitado ya su ingreso formal.
Además, diputados de La Libertad Avanza y hasta la propia Canciller Diana Mondino se reunían con representantes de Taiwán, considerada por China parte inalienable de su territorio y como asunto prioritario de su política exterior, lo que de hecho derivó en la congelación del SWAP en represalia.
Otro capítulo antológico de la política exterior de Mondino fue su reciente gira asiática.
La Canciller celebró acuerdos con el gobierno
comunista de Vietnam y con la monarquía malaya de Yang di-Pertuan
Agong, pero cerró su gira en Japón cuestionando el comercio "con
democracias no liberales".
Incluso la sobreactuación del apoyo a Israel, derivado de la confusión habida entre el credo personal de un presidente en pleno proceso de conversión al judaísmo ortodoxo y los intereses de 45 millones de argentinos, han dejado al país en una soledad extrema.
Como consecuencia, el libertario comenzó a
cultivar un lenguaje entre críptico y mesiánico,
justificando sus políticas con citas y referencias del antiguo
testamento, imitando el estilo teocrático de Benjamín Netanyahu.
Pero aún respecto de este reducido nicho de países Milei quedó fuera de escuadra.
Mientras Trump instó hace pocos días a Israel a terminar su ofensiva en Gaza, y cuando la administración Biden se abstuvo por primera vez de bloquear las resoluciones del Consejo de Seguridad que exigen un inmediato cese al fuego, Milei se diferenció de los dos contendientes a la Casa Blanca y aseguró que,
Pero el aspecto económico es tan relevante como el juego de tronos geopolítico.
Mientras en otra época los neoliberales vernáculos parecían poder garantizar - al costo que fuera - la inversión extranjera directa, el financiamiento de organismos crediticios internacionales o la firma de tratados de libre comercio, hoy parecen satisfechos con integrarse de manera pasiva a los esquemas de militarización de la OTAN y el Comando Sur, y en cosechar respaldos más afectivos que efectivos en los foros conservadores internacionales.
Por eso la "segunda oleada neoliberal" no intentó reeditar espacios como el anodino PROSUR, que en el año 2019 buscó reemplazar a la UNASUR, ni tampoco el extinto Grupo de Lima.
Sin dudas, la retracción nacionalista que inició
el gobierno de Donald Trump, así como la multiplicación de los
problemas occidentales en Ucrania, Palestina, Taiwán o el Sahel,
explican en parte la ingrata retribución que reciben hoy por hoy los
más fieles aliados regionales de la gran potencia al norte del Río
Bravo.
...no le ha prodigado ni las mieles de la "lluvia de inversiones", ni el esperado apoyo financiero a su propuesta de dolarización, y ni siquiera el favor inmediato del Fondo Monetario Internacional, que sigue retaceando y condicionando el envío de fondos a la generación de un consenso conservador que dé cierta sustentabilidad a la política de shock económico.
Para la realpolitik, un subalterno
ideológico es siempre el más barato de los aliados...
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