— ¿Qué piensa del ascenso de
Trump al poder? Ha enardecido a sus rivales, está dando medidas
sorpresivas y ha desatado mucha polémica.
Es el caso de una presidencia anunciada y previsible.
Trump fue presidente en un primer
mandato y encontró enormes obstáculos dentro de la
administración pública, en los servicios secretos y en el FBI.
Cuando dejó la presidencia fue perseguido.
Tuvo procesos judiciales que fueron archivados, ingresaron a su
residencia en Florida.
El planteamiento del segundo gobierno es el
de un presidente que llega absolutamente preparado, que conoce
bien a sus enemigos.
Tiene un plan y toda la ejecución de ese plan
ha sido preparada durante estos cuatro años que no ha estado en
el poder.
Steve Bannon, quien fuera su asesor en
el primer gobierno, ha dicho en una entrevista que no cometerán
los mismos errores, que han aprendido, que habían sido ingenuos,
que no habían tenido la gente necesaria, pero que ya tienen los
cuadros preparados.
Es obvio que Trump tenía todas estas órdenes
ejecutivas que hemos visto en los primeros cinco días de
gobierno con anticipación.
El mundo no está frente a un presidente que
está actuando caprichosamente o por impulsos.
— ¿Y cuál es el plan de Trump?
El discurso de investidura es el plan de Trump...
Es evidente, por ejemplo, cuando plantea
temas que parecen absurdos, como comprar Groenlandia. Tenemos
que recordar que es el quinto intento.
Los Estados Unidos han tratado de comprar
Groenlandia desde el siglo 19.
— ¿Qué quieren de Groenlandia?
La cobertura estratégica y militar del Ártico y del Polo Norte.
La costa oeste del Polo Norte es un pequeño
pedazo Alaska, luego vienen estas grandes islas canadienses
heladas y luego viene Groenlandia que sí penetra en el círculo
ártico, pero la costa, la totalidad de la costa este del océano
Ártico es de un solo país:
Rusia.
Durante la Guerra Fría, los misiles nucleares
no apuntaban a través del Atlántico, apuntaban sobre el Polo
Norte, porque es la ruta más corta para alcanzar sus objetivos.
Esta preocupación de los Estados Unidos
respecto a Groenlandia y el control del Ártico viene desde
finales del siglo 19, antes de que existieran las bombas
atómicas.
— ¿Y Canadá? Donald Trump ha dicho de manera
osada y soberbia que Canadá debería ser el estado 51.
Es imposible, los canadienses tienen otro sistema político.
Independientemente de las afrentas, lo que hay son estrategias.
No entremos al plano emocional.
Trump es un negociador. Publicó un libro hace
muchos años que se llamaba "Trump
- The Art of the Deal", pide cosas imposibles, pero
al final de la lista está lo que realmente se quiere.
Lo que se quiere es integrar a Alaska, Canadá
y Groenlandia en un solo sistema estratégico para confrontar a
Rusia y China.
Esa es la petición real...
— ¿Trudeau lo entiende?
Trudeau
ya está perdido...
Lo entienda o no, poco importa porque que ya
vienen las elecciones en el Canadá y Trump se va a entender con
su sucesor.
— ¿Por qué atacar con aranceles a Canadá y a
México?
Los aranceles son punitivos.
Hay dos tipos de aranceles. Un Estado
realmente proteccionista tiene una política arancelaria general
que se aplica a las 200 naciones del mundo.
— No es el caso.
Exacto.
Ellos actúan caso por caso y son sanciones
por asuntos no comerciales.
Con México y Canadá el problema es el
fentanilo y la migración a través de esta inmensas fronteras.
Colombia no acepta dos aviones que devuelven
a migrantes ilegales y los Estados Unidos amenazan
inmediatamente con altos aranceles, con negar visas y en 16
horas el presidente Petro capitula.
Lo mismo ocurre con la presidenta de México,
que es mucho más discreta que Petro, pero finalmente despliega
10,000 soldados mexicanos para impedir el tráfico de fentanilo y
la migración, con los cuales gana 30 días para seguir
negociando.
— En el caso de Panamá ha ocurrido exactamente lo
mismo.
Reclamo maximalista:
vamos a retomar Panamá, vamos a
instalarnos en Panamá.
Reclamo real:
hay dos puntos el canal de Panamá, que es
la entrada y la salida, donde
hay una compañía china que operan y eso lo interpretan como
contrario al
tratado Torrijos-Carter en
el sentido de las normas de seguridad del artículo cuarto.
Entonces viaja Marco Rubio a Panamá,
hace un tour de países del Caribe y regresa 'victorioso' porque
consigue lo que quiere.
Son mensajes políticos y directos a China
y a Rusia, por supuesto.
Por otro lado está la pérdida de Venezuela,
donde se han metido los rusos, los chinos,
los iraníes, un asunto muy grave dentro de su
concepción geopolítica.
— ¿Y por qué Trump no pisa el acelerador con
Maduro? Más allá de legitimar a Edmundo Gonzáles y de aclarar
que no le van a comprar petróleo…
Trump tiene exactamente 17 días en el poder.
Ningún presidente de los Estados Unidos, por
lo menos del cual yo tenga memoria, ha pisado tanto el
acelerador para ejecutar un plan de gobierno.
A un presidente normalmente le tomaría dos
años hacer lo que ha hecho Trump.
Seamos francos, el mundo occidental con
todos sus defectos es un mundo 'democrático'...
Los Estados Unidos con la presidencia de
Trump son los primeros en un cuarto de siglo en mirar a América
Latina.
— Pero Trump asegura que somos nosotros los
necesitados y no al revés. Es más, ha quitado la comunicación
oficial en español.
Quitar la información oficial en español es un disparate.
El rey de España ha sido muy discreto al
decir que 100 millones de personas en los Estados Unidos son
hispanohablantes.
Con eso ha dicho todo.
Parte de la técnica Trump, es hacer
afirmaciones atrabiliarias para después bajar a un nivel
aceptable a sus interlocutores.
Es una técnica de negociación.
Nos guste o no la personalidad, tenemos que
ser lúcidos.
— El tercer punto es la Franja de Gaza.
Eso no va a funcionar.
No se puede deportar a 2 millones de
personas. Las mismas Fuerzas de Defensa de Israel han dicho que
no ven con buenos ojos este proyecto.
Fue un discurso para presionar a los
palestinos a aceptar alguna fórmula que todavía no
conocemos.
Pedirle a Jordania y Egipto que acepten a dos
millones de palestinos es una fórmula negada.
— En el vértigo de tanta información, Trump
avanza con su prioridad que es el orden interno de los Estados
Unidos.
Lo que él está haciendo es reorganizar internamente los Estados
Unidos. 3,000 empleados públicos ya han aceptado su oferta de
irse a cambio recibir su sueldo.
Hay un juez de Massachusetts que ha
interpuesto una acción en contra, pero hay un plan de reducción
del Estado muy fuerte.
— Y luego está la declaración de que sólo hay dos
géneros hombre y mujer.
Eso es muy ideológico.
Forma parte de la lucha política, es la línea
divisoria central entre los conservadores y las izquierdas. Es
una toma de posición para marcar la diferencia de aguas
políticas.
Nosotros estamos aquí y ustedes están
allá.
Trump no quiere permitir que los sectores
moderados que aún quedan en el partido demócrata tomen
posiciones preponderantes. Está reforzando la posición extrema
del partido demócrata al clavarles una pica.
No es solamente un paso estratégico, es un
paso programático.
— ¿Dónde queda queda la narrativa de inclusión?
Es un combate contra la
ideología woke y contra la
ideología de la corrección política deliberado. Es un ataque
frontal que apunta a la destrucción en lo posible de estos
baluartes 'ideológicos'...
— Pero son baluartes que han estado 25 años.
Empezó en el 2000 y un ejemplo claro de la demolición
es USAID. Hay que entender que
la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo tiene tres
etapas nítidas.
Primera, 1961:
El presidente Kennedy funda la Agencia.
La idea es que fuera de las acciones
militares americanas en Vietnam, exista apoyo humanitario,
tecnológico en los campos agrícola, económico, etc. para ayudar
al progreso del tercer mundo, ese es el esquema originario.
Segunda etapa 1975 en adelante:
Zbigniew Brzezinski,
Consejero de Seguridad Nacional del gobierno de Carter
diseña una estrategia por la cual los Estados Unidos se
apoyarán en los derechos humanos...
Todo esto al salir de Vietnam.
Los americanos, sabiendo que cualquier acción
militar será muy impopular, toman este camino estratégico y
logran convencer a la Unión Soviética de firmar los acuerdos de
Helsinki en 1975.
Derechos humanos es el nuevo gran
garrote de los Estados Unidos; al poco tiempo se funda la
primera ONG rusa, que es la
Helsinki Moscú, dirigida
por Andréi Sajárov, el físico y disidente soviético.
Así empieza la lucha contra el aparato
soviético que culmina con Gorbachov.
Los Estados Unidos se dan cuenta de que han
inventado un arma ideológica formidable y
USAID y la Voz de
América se transforman en instrumentos de ofensiva
ideológica.
Entonces se van empujando posiciones cada vez
más radicales.
— ¿Y en qué momento comienza la narrativa 'woke'?
En el siglo 21, cuando ya ha caído la Unión Soviética y hay la
convicción en las izquierdas americanas que ellos son las
izquierdas del futuro porque la Tercera Internacional, el
movimiento por la paz y todo lo que salió de la Unión Soviética
ya no existe.
Lanzan su ofensiva desde el interior de estas
organizaciones y van cobrando más autonomía frente al propio
gobierno americano y tienen una agenda política propia.
Hasta que llega Donald Trump y
subordina USAID al Secretario de Estado y todo se suspende. Las
medidas son radicales, es un desmantelamiento completo.
¿Cómo volverá USAID? Sólo Trump y Marco Rubio
lo saben...
— ¿Considera que se pervirtió USAID?
Se convirtió en una arma política demasiado eficaz, pero luego
esta arma fue cobrando autonomía. Sus funcionarios terminaron
haciendo lo que les daba la gana.
Por ejemplo, el cómic trans que han
pagado en el Perú.
— Por el otro lado USAID ha tenido programas
magníficos.
Por supuesto.
Toda la variedad de café que nosotros vemos
en los supermercados peruanos, café que exportamos, el cacao,
todo eso es la política de sustitución de cultivos creada por
USAID a partir de 1989.
Muchísimos proyectos positivos.
Pero la cultura woke, lo que se está
neutralizando es el arma política inventada por Zbigniew
Brzezinski y el presidente Carter, que no es ya
conveniente.
Parte de esta revisión obedece al examen del
destino de los fondos. Estamos hablando de $40,000 millones
alrededor del mundo. Es mucho dinero.
¿Qué pasa cuando el dueño del arma pierde el
control?
— Va a querer retomarlo.
No solo va a querer retomar el control, no va a querer que el
arma se voltee contra él. Qué es lo que ha pasado.
USAID se partidarizó y las embajadas
americanas en el fondo han sido dependientes de las pautas
políticas que daba USAID.
— ¿Qué pasará con todo el apoyo a la comunidad
LGTB, trans, etc?
Ahí siguen las ONG.
Buscarán otras fuentes de financiación. ¿Por
qué tendrían que ser solo los Estados Unidos? Podría ser Canadá,
Francia, Rusia, podría ser la China.
— ¡En la China no hay activismo LGTB!
En Rusia tampoco.
Estamos entrando a un nuevo mundo. Hay temas,
minorías que se han convertido en prioritarios, como si fueran
temas de mayorías.
Elon Musk es esta especie
de secretario de la eficiencia determinará cómo se ha llevado el
gasto público.
Resulta que alrededor del 15% de
estos $40,000 millones ha llegado a sus destinatarios
finales, los supuestos beneficiarios.
Todo lo demás se ha quedado en camino en
sueldos.
Estamos hablando del 75% de esas
sumas gigantescas de dinero en sueldos de los onegistas.
Estados Unidos no tiene por qué pagar
el modo de vida de miles de oneegistas alrededor del
globo...
— ¿Estamos a un nuevo mundo conservador, como era
antes?
No. Porque nunca hay regreso al pasado.
Estamos entrando a un nuevo mundo
que primero tiene una contención internacional muy peligrosa
entre Rusia y la China de un lado, y los Estados Unidos y
Occidente del otro, que no es broma.
Estamos frente a un escenario de alta
conflictividad y alta peligrosidad, sin que eso signifique que
podamos llegar a una tercera guerra.
El arma nuclear hace muy remota la
posibilidad de una guerra.
Me refiero al nuevo orden en el sentido de
que las líneas conceptuales, políticas entre las democracias
occidentales y los regímenes del socialismo del siglo 21 que son
el adversario.
Lo que está haciendo el gobierno de Trump
es trazar la línea para definir claramente quiénes son amigos y
quiénes enemigos.
— ¿Hasta dónde llegan los derechos humanos?
El problema es la subjetividad.
Llega un momento en que desafían a la ciencia
y desafían a la biología y entonces ese es el momento en el cual
se traza la línea de la arena.
Por eso la prohibición de hacer transición
hormonal a menores de edad.
— ¿Cuán perdurable es todo esto?
Nada es perdurable. Esto durará unos años y luego viene
la tendencia contraria. Nada es para siempre...
— Meloni en Italia, Trump en Estados Unidos,
Milei en Argentina. ¿Es un resurgir de la derecha?
No, es una transformación radical de la derecha.
La derecha se ha vuelto libertaria. Las
derechas del siglo pasado estaban centradas en premisas que no
eran liberales.
Esta derecha combina conservadurismo
axiológico en el terreno humano, familia, el sexo biológico,
etc., pero el liberalismo en lo que refiere a la democracia y a
la economía.
Por eso la reducción del estado.
— ¿Cree usted que ese cambio se está dando en el
Perú?
Eventualmente sí, estas cosas se contagian.
— ¿Entonces no cree que vuelva a triunfar un
comunista, alguien de izquierda radical en el 2026?
El comunismo existe como anacronismo.
¿Puede triunfar un comunista? Con 40 partidos
en el Perú uno triunfa con el 12%, puede pasar cualquier cosa;
pero tengo la esperanza de que el Perú haya escarmentado y
comprendido.
— ¿Existe una derecha peruana liberal?
Recién se está formando.
No ha existido en el pasado. Las derechas
peruanas querían hacerse perdonar o aprobar por las izquierdas.
Siempre hacían concesiones, no eran muy definidos.
Estamos yendo a un mundo en el cual las
cosas se dicen como son...
En esta época el consenso es destructivo,
porque si yo tengo que ceder parte de mi programa de gobierno al
partido A y parte de mi programa de gobierno al partido B y
ejecutar por mi parte parte del programa de esos partidos,
termino no haciendo nada y no puedo implementar ninguna
política.
Trump, lo que hace es justamente
evitar ese juego de concesiones. Este es un momento de
definición.
— ¿Qué piensa de Dina Boluarte?
No hay en el gobierno de
Dina Boluarte una intención
o una posibilidad de ejecutar las políticas que el Perú necesita
para volver a dar prosperidad, para recuperar mucha gente que
había entrado a la clase media y han vuelto a caer.
O para el millón de personas en la línea de
pobreza o para aquellos que se han ido del Perú.
Lo importante para Dina Boluarte es durar,
no hacer...
— ¿Cómo pasa a la historia?
Como una presidenta de transición.
— ¿Ve con buenos ojos algún político que se
proyecte para 2026?
Veo probables contendores, pero hay enormes dudas sobre cada una
de las posibilidades de estas personas.
— El nombre de su hija surge para una posible
plancha presidencial. Adriana Tudela ha demostrado una gran
eficiencia en el parlamento. ¿Qué piensa de ver a su hija en una
plancha presidencial en las próximas elecciones?
Quien tiene que dar la respuesta es ella. Yo no puedo.
Es una decisión 100% de ella.
— ¿Le ha hecho alguna consulta?
Sí, pero los padres tienen que respetar la autonomía de los
hijos. A mí me parece que ella ha hecho un trabajo estupendo y
yo respeto sus decisiones.
— ¿Vería con buenos ojos una candidatura de
Butters?
Eso todavía no está definido.
— ¿Butters es ese tipo de político disruptivo que
anda triunfando?
Es disruptivo, no cabe duda. El que sea candidato es todavía una
cuestión que no está definida. Tiene que haber un proceso
interno.
— ¿Y Porky? ¿No es acaso uno de los políticos más
disruptivos del país?
Es muy disruptivo.
Ha tenido una relación compleja con los
medios. Es un alcalde que tiene mucho apoyo popular, pero no
tiene ese mismo apoyo en los sectores mediáticos, académicos,
etc.
Hoy está haciendo campaña.
— ¿Ve con preocupación el 2026 o tiene optimismo?
Con preocupación, como todo el mundo.
Si no acertamos, el camino seguirá siendo de
bajada.
— ¿Logró hablar con
Alberto Fujimori cuando salió
de prisión, antes de que muriera?
No pudimos reunirnos.
— Usted era muy cercano a él…
Bueno, en la época de gobierno, obvio.
Cuando renuncié a la vicepresidencia no
estuvo contento y nos apartamos. Lo visité una vez en la cárcel,
pero la relación no continuó.
Yo le tengo mucha admiración como presidente.
Lo he visto trabajar. Su capacidad era impresionante. Era un
hombre que sabía confiar en sus ministros.
El final fue terrible para todos.
— Si su hija le pide que se meta
Avanza País, ¿se inscribirá?
Son palabras mayores. Habría que pensarlo.
— ¿Y con quién se queda en América Latina? ¿Con
Bukele o con Milei?
Con
Milei. Interpreto con
claridad lo que piensa, no veo la totalidad de la agenda de
Bukele.
Es verdad que tiene una gran política de
seguridad, es un logro extraordinario lo que ha conseguido.
¿Pero cuál es el futuro de su política económica, de su política
social?
No se ve con claridad.
— ¿En el terreno de la seguridad necesitamos un
Bukele?
No sé si necesitamos alguien con la personalidad de Bukele, pero
tenemos que ver qué medidas han funcionado para controlar la
criminalidad y sacar fuera de circulación a los delincuentes.
Eso del Bukele peruano, del
Napoleón, del Trump peruano son infantilismos.
Cada país tiene sus propias soluciones porque
tiene sus propias realidades.