
por Ociel Alí López
09 Mayo 2025
del Sitio Web
RTEsp

El presidente Donald Trump
llega para
hablar sobre sus primeros
100 días en
Warren.
29 Abril 2025
Alex Brandon /
AP
Hace poco más de 100 días, el presidente de EE.UU.,
Donald Trump, estaba a punto de
entrar triunfante a la Casa Blanca por segunda vez.
El mundo ya conocía su estilo desenvuelto durante
la primera gestión, pero nadie pensó que lograría hacer un cambio
tan tajante y rápido.
El magnate ha replanteado la mirada de EE.UU. sobre la región,
abriendo nuevos frentes, posicionándose
rápidamente en determinados lugares y, quizá lo más importante,
en aquellos días nadie imaginaba que los países de
América Latina iban a estar,
sin exclusiones, penados o amenazados arancelariamente por
Washington.
Trump ha logrado, en su breve pero agitado período, aislar a
EE.UU. de América Latina, una región que no siempre fue la
preocupación central de la clase dirigente de la potencia
norteamericana, pero que con mucha fuerza esta administración ha
puesto en el ojo del huracán.
Trump ha logrado, en su breve pero agitado período, aislar a
EE.UU. de América Latina, una región que no siempre fue la
preocupación central de la clase dirigente de la potencia
norteamericana.
Si bien durante la campaña presidencial
republicana aumentó el grado de criminalización de la migración
latina, la forma arbitraria en que Trump comenzó a ejecutar
deportaciones masivas generó no solo fricciones con distintos
gobiernos como los de Brasil, Colombia y México, sino también la
disolución del "sueño americano".
Tampoco se tenía claro el nivel de agresividad con que Washington
intentaría "recuperar"
el control del Canal de Panamá.
Entonces, era difícil imaginar los planes que
iba a implementar y la rapidez con que intentaría posicionarse
en el territorio.
Los últimos 100 días han cambiado la forma en que
ambas regiones se miran mutuamente.
Trump en el Poder
Durante su primer trimestre, el magnate ha movido fichas a lo largo
y ancho del continente para ejercer su poder y reconfigurar un nuevo
mapa de alianzas y adversarios.
Así, ante esta nueva avanzada, el funcionariado republicano
trata de aprovechar la ola conservadora apoyando a sus aliados en la
región, pero, por otro lado, le resulta difícil establecer una
relación fluida con los mismos gobiernos que han sido castigados con
aranceles, como,
-
Argentina
-
Paraguay
-
Guyana
-
Ecuador
-
El Salvador
La tabla de aranceles por países demuestra que no
privó el enfoque ideológico: a pesar de las medidas contra
Venezuela y
Cuba, también se vieron
afectados otros tradicionales aliados de Washington, sin
establecerse excepciones según el grado de alineación geopolítica.
Varios de estos países están teniendo acuerdos concretos y
pragmáticos con Washington.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele,
firmó un
pacto para el uso de cárceles
salvadoreñas donde han sido enviados migrantes.
Al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, Trump le dio un
respaldo decisivo para su reelección, recibiéndolo en
Mar-a-Lago.
En Argentina, la visita del secretario del
Tesoro, Scott Bessent, en abril significó un espaldarazo
a las medidas de ajuste del presidente
Javier Milei.
Guyana, por su parte, fue visitada por el
propio secretario de Estado, Marco Rubio, quien firmó
junto a su homólogo, Hugh Todd, un Memorando de
Entendimiento que incluye cooperación militar.
Todos han sido "castigados" con aranceles.
Es decir, el alto funcionariado se ha desplegado por la región y ha
sellado acuerdos rápidos e importantes, pero eso no se ha traducido
en eje regional articulado a favor de Washington, como el recordado
y extinto
Grupo de Lima, que reunió a 17
países y fue fundado durante la primera gestión de Trump.
El alto funcionario se ha desplegado por la región y ha sellado
acuerdos rápidos e importantes, pero eso no se ha traducido en eje
regional articulado a favor de Washington, como el recordado y
extinto Grupo de Lima.
Aunque no estamos en pleno auge de un nuevo "ciclo derechista",
podría haber un desarrollo embrionario.
Para que este se concrete, habrá que esperar
primero las elecciones presidenciales en Colombia y Brasil en 2026,
para saber si la región se mantendrá en el espectro izquierdista o
girará hacia la derecha.
Ahora bien, de todas las piezas que ha movido la Casa Blanca, la de
Panamá ha sido donde ha conseguido una victoria temprana.
El memorando firmado entre el gobierno de
EE.UU. y el de Panamá refleja la determinación de Washington en
la región.
La presión sobre empresas chinas para vender
puertos a compañías estadounidenses también representa otro
logro del discurso "antichino" esgrimido a lo largo del
continente por el trumpismo.
Región Andina
Una vez posicionados en Panamá, los estadounidenses atienden otras
preocupaciones, especialmente en un antiguo feudo:
la región andina...
Esta zona resulta clave para los intereses de
EE.UU.
Es considerada un eje de articulación entre
el norte y Sudamérica, y allí ha tenido aliados de peso, sobre
todo en Lima y Bogotá.
No obstante, actualmente, algunos de los
gobiernos más fieles a Washington, como los de Bogotá y Santiago de
Chile, han girado a la izquierda.
Recientemente, el presidente colombiano, Gustavo Petro,
anunció un viaje a China como presidente de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC),
ante lo cual
respondió rápidamente el asesor
para América Latina de la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone,
amenazando con sustituir las importaciones de café y flores
colombianas.
Pero no solo en
Colombia, y a raíz del triunfo
izquierdista de Petro, EE.UU. ha tenido problemas en el mundo
andino.
La principal preocupación de Washington en esta zona se ubica en
Perú, concretamente en el
puerto
de Chancay.
El gobierno peruano, ideológicamente alineado
con Washington, ha permitido sin embargo la construcción de un
megaproyecto portuario chino, estratégicamente clave para la
relación comercial de China con el resto del mundo.
Las grandes economías de América Latina están
profundizando, cada una por su cuenta, sus relaciones con
un mundo multipolar.
Esto obliga a EE.UU. a acelerar sus
"maniobras"...
El miércoles de esta semana, el ministro peruano de Defensa,
Walter Astudillo, y el canciller Elmer Schialer visitaron
al secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth,
quien les pidió reforzar la
"interoperabilidad militar" y contrarrestar el avance chino en
la región, aunque no se dio a conocer la postura estadounidense
sobre el megaproyecto ni sobre los planes colindantes, como la
carretera bioceánica.
En otro país andino,
Ecuador, su presidente, Daniel
Noboa, ofreció durante la campaña presidencial dos bases
militares a EE.UU. (en las
islas Galápagos y en
Manta), ubicadas en puntos
clave que podrían servir para vigilar tanto la línea comercial
entre China y Chancay como el tráfico de drogas, que se ha
expandido en la zona.
Cabe recordar que, desde hace años, Washington ha
perdido influencia en otros países andinos como Venezuela y Bolivia.
Por tanto, aunque el panorama no es del todo
favorable, EE.UU. intentará ejercer presión e influencia sobre los
gobiernos que aún están alineados, pero que han abierto amplios
canales con China, para tratar de debilitar los intentos de
establecer una gran ruta entre el Pacífico asiático y Sudamérica.
La Resistencia a Trump
Por otro lado,
...afectados por la guerra arancelaria, están
ajustando rápidamente sus relaciones comerciales, lo que indica que
las grandes economías de América Latina están profundizando, cada
una por su cuenta, sus relaciones con un mundo multipolar.
Esto obliga a EE.UU. a acelerar sus maniobras.
Actualmente, la mayoría de los gobiernos
latinoamericanos son de izquierda, pero, lejos de responder con
mayor beligerancia al tono duro de Trump, han preferido mantener un
perfil bajo y esperar que la nueva gestión comience a cometer
errores, tanto en el plano interno como en el exterior.
Quizá este tiempo de cautela ante la belicosidad
de la Casa Blanca no haya permitido alcanzar mayores acuerdos en la
cumbre de la CELAC, celebrada en abril en Tegucigalpa.
Así las cosas, poco más de 100 días después de la toma de posesión,
las relaciones entre América Latina y Washington son otras.
Hay nuevos mapas de alianza y conflicto, así como
nuevas zonas de relevancia que estaban totalmente solapadas. Se
proyectan tensiones a distintos niveles.
El juego de Trump apenas comienza y, a
pesar de sus idas y venidas, ha demostrado determinación.
Los próximos meses serán cruciales para evaluar
su capacidad de avanzar y enfrentar los obstáculos que se le
presenten, y para saber si América Latina enfrentará la tempestad
¡unida o dividida...!
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