Febrero 1, 2008
del Sitio Web
TrinityATierra
A lo largo de muchos posts nos hemos encontrado con la posibilidad
de vida no humana en la Tierra.
A la pregunta sobre si la vida no
humana viene de fuera de nuestro planeta o lo habita los
descubrimientos del almirante y explorador Byrd, así como una rápida
exploración que podamos realizar con Google Earth , nos propone una
visión muy distinta de la Tierra y de la estructura de la litosfera,
la capa exterior de la Tierra.
¿Está la Tierra hueca por dentro y habitada por otras una o varias
razas no humanas?
Si vamos a
http://maps.live.com y elegimos la
opción de 3D, para
descargar la versión en tres dimensiones de esa cartografía de la
NASA, podemos ver emplear la cartografía que emplea la NASA, es
decir que corresponde a fotografías de satélite tomadas por la NASA
desde el espacio. Si te fijas en esta imagen del Polo Sur ampliada
verás que hay un círculo blando en el centro de la imagen.
Es un
parche que emplea la NASA para ocultar la oquedad en el Polo Norte
de la Tierra.
Si vamos al ”Polo Norte” y observamos, nos damos cuenta de que no
existe ningún casquete polar.
En la foto aparecen los hielos de
Groenlandia, el norte de Canadá y el norte de Siberia, pero el
casquete de hielo del “Polo Norte” no aparece por ninguna parte,
porque no existe.
La NASA ha falsificado la fotografía,
ocultando la
Apertura Polar Norte, de la misma manera que han ocultado la
Apertura Polar Sur.
Antes de que
Colón descubriera América, la existencia de un nuevo
mundo cruzando el Atlántico, en la forma de un continente
occidental, se consideraba el sueño de un loco.
Lo mismo ocurre, en
nuestra época, con la existencia de un mundo nuevo, un mundo
subterráneo, en el interior hueco de la tierra; una tierra tan
desconocida para la humanidad actual como el continente americano
para los europeos antes del descubrimiento de Colón.
Por lo tanto,
no hay ninguna razón para que no pueda también ser descubierto y que
se establezca su existencia como un hecho.
Dr. Raymond Bernard
La Tierra Hueca
Este es el aspecto que presentaría la apertura de la Tierra en el
Polo norte, en el interior de la Tierra hay una segunda fuente de
luz y energía, un sol interior.
El Almirante Richard Evelyn Byrd Gran Canciller de la Orden de
Lafayette y de La Cruz del Mérito, Secretario perpetuo de La
Academia Federal de La Marina
Americana y de las Ciencias, según las
afirmaciones de un articulo de Jean Brun de la revista Nostra n° 425
de la semana del 29 de Junio al 4 de Julio de 1980, el Almirante
Byrd habría vivido una aventura “extraordinaria” en los Glaciales
del Polo Norte:
“Byrd, acompañado de 3 personas iban caminando horas
sobre el hielo, escalando los picos de hielo.
De pronto de una cumbre, descubrieron un espectáculo inolvidable: Un
valle estrecho y profundo cubierto de una vegetación abundante y
aparentemente iluminada por un Sol caliente permanente. Un verdadero
Oasis de vida en medio de un gran Desierto de Hielo. Consultando su
termómetro la temperatura era -50°C.
Su colega el Capitán Fitin
escribe en el periódico de la misión:
“El 14 de Junio de 1926 a 74
metros de Altitud a 12h 08. Los 4 hombres se pusieron a utilizar sus
cuerdas para llegar a la maravillosa vegetación que se extendía
sobre una centena de metros.”
Era su primer viaje de los muchos que
realizó.
Prefacio del almirante Byrd
Este diario lo escribiré en secreto y oculto. Contiene mis
anotaciones sobre mi vuelo ártico del 19 de Febrero de 1947.
Estoy
seguro de que llegará el día en que todas las suposiciones y
reflexiones del hombre se disiparán para convertirse en nada y se
tendrá que reconocer la irrefutabilidad de la verdad evidente. Se me
ha denegado la libertad de publicar estas anotaciones y quizá nunca
lleguen a la luz de la opinión pública.
Pero yo tengo una tarea que
cumplir, y lo que yo he vivido lo dejaré aquí escrito. Confío en que
todo esto pueda ser leído, en que venga un tiempo en que la ambición
y el poder de un grupo de personas no pueda ya ocultar más la verdad.
Del libro de Abordo
-Tenemos considerables turbulencias. Ascendemos a una altitud de
2.900 pies (aprox. 885 metros).
-Las condiciones de vuelo son de nuevo buenas. Se pueden ver enormes
masas de nieve y hielo bajo nosotros.
-Notamos en la nieve bajo nosotros un tono amarillento. Ese cambio
de color sigue un patrón preciso.
-Descendemos para poder observar mejor este fenómeno.
-Ahora podemos reconocer distintos colores. Vemos también patrones
rojos y lila.
-Sobrevolamos la región otras dos veces, y después volvemos al curso
en que estábamos.
-Volvemos a chequear la posición con nuestra base. Transmitimos todas
las informaciones referentes a los patrones y a los cambios de color
del hielo y la nieve.-Nuestras brújulas se han vuelto locas.-Ambas,
la brújula giroscópica y la brújula magnética, giran y vibran.
-Ya no podemos comprobar nuestra posición y dirección con nuestros
instrumentos.-Sólo nos queda la brújula solar. Con ella podemos
mantener la dirección.
-Todos los instrumentos funcionan titubeantemente y extremadamente
lentos.
-Sin embargo no podemos determinar una congelación. Podemos
distinguir montañas ante nosotros.
-Nos situamos a 2.950 pies (aprox. 900 metros). De nuevo tenemos
fuertes turbulencias.
-Hace 29 minutos que hemos visto las montañas por primera vez.-No
nos hemos equivocado. Es toda una cadena montañosa.
-No es especialmente grande. Nunca ante la había visto.
-Entretanto estamos directamente sobre la cadena montañosa.
-Seguimos volando en línea recta, siempre en dirección norte.
-Tras la cadena montañosa hay verdaderamente un pequeño valle.
-A través del valle serpentea un río.
-Estamos asombrados: aquí no puede haber un valle verde.-Aquí hay
cosas que no concuerdan.
-Bajo nosotros debería haber masas de hielo y nieve.
-A babor las pendientes de las montañas arboladas con altos árboles.
-Toda nuestra navegación ha dejado de funcionar.
-La brújula giroscópica se balancea continuamente en un ir y venir.
-Desciendo ahora a 1.550 pies (aprox. 470 metros).
-Hago girar acusadamente al avión hacia la izquierda.
-Ahora puedo ver mejor el valle bajo nosotros.-Sí, es verde.-Está
cubierto de árboles y zonas de musgo.
-Aquí dominan otras condiciones de iluminación.
-En ningún lado puedo ver el sol.-Hacemos de nuevo una curva a la
izquierda.
-Ahora divisamos bajo nosotros un animal adulto.
-Podría ser un elefante. ¡No! Es increíble, parece un mamut.
-Pero de verdad es así. Tenemos bajo nosotros un mamut adulto.
-Ahora bajo aún más.-Ahora estamos a una altura de 1.000 pies (aprox.
305 metros).-Observamos al animal con los prismáticos.
-Ahora es seguro, es un mamut o un animal que se le parece mucho al
mamut.
-Radiamos las observaciones a la base.
-Sobrevolamos entretanto otras montañas más pequeñas.
-Yo estoy mientras tanto totalmente asombrado.-Aquí hay cosas que no
concuerdan.-Todos los instrumentos vuelven a funcionar.
-Empieza a hacer calor.
-El indicador nos dice que estamos a 74 grados Fahrenheit (aprox.
23º C)
-Mantenemos nuestro curso.
-Ya no podemos localizar a nuestra base, puesto que la radio ha
dejado de funcionar.-El terreno bajo nosotros se vuelve cada vez más
plano.
-No sé si me expreso correctamente, pero todo da una impresión de
completa normalidad, ¡¡¡y ante nosotros se levanta con absoluta
claridad una ciudad!!!
-Esto sí que es imposible.
-Todos los instrumentos dejan de funcionar.
-¡¡¡Todo el avión empieza ligeramente a tambalearse!!! ¡¡DIOS mío!!!
-A babor y estribor aparecen a ambos lados extraños objetos
voladores. Son muy rápidos y se nos acercan. Están tan cerca que
puedo ver claramente su distintivo. Es un interesante símbolo sobre
el que no quiero hablar. Es fantástico. No tengo ni idea de dónde
estamos.
-¿Qué nos ha pasado? No lo sé.
-Manejo mis instrumentos - pero siguen sin funcionar en absoluto.
-Entretanto hemos sido rodeados por los discos voladores en forma de
plato.
-Parece que estamos prisioneros. Los objetos voladores irradian un
brillo propio.
-Nuestra radio emite unos chasquidos. Una voz nos habla en lengua
inglesa.
-La voz tiene acento alemán:“¡¡¡BIENVENIDO A NUESTRO TERRITORIO,
ALMIRANTE!!!
-”En exactamente siete minutos les haremos aterrizar. Por favor
relájese, almirante, está Vd. en buenas manos.”
De aquí en adelante nuestros motores dejan por completo de funcionar.
El control de todo el avión está en manos ajenas.
-El avión gira en torno a sí mismo.
-Ningún instrumento reacciona ya.
-Recibimos precisamente otra comunicación por radio, que nos prepara
para el aterrizaje.-A continuación empezamos sin demora con el
aterrizaje.
-A través de todo el avión pasa un suave temblor apenas perceptible.
-El avión baja hasta el suelo como en un inmenso e invisible
ascensor.
-Levitamos de manera totalmente suave hasta ahí.
-El contacto con el suelo apenas se nota. Sólo hay un ligero y corto
choque.
-Hago mis últimas anotaciones de abordo a toda prisa.
-Viene un pequeño grupo de hombres hacia nuestro avión. Todos ellos
son muy altos y tienen cabellos rubios. Más atrás veo una ciudad
iluminada. Parece resplandecer en los colores del arco iris. Los
hombres están aparentemente desarmados. No sé lo que ahora nos
espera. Claramente, una voz me llama por mi nombre y me ordena abrir.
Obedezco y abro la portilla de carga.
Aquí terminan las anotaciones en el libro de abordo.
Todo lo que
sigue lo escribo de memoria.
Es indescriptible, más fantástico que toda la fantasía, y si yo
mismo no lo hubiera vivido, lo calificaría de completa locura.
Nosotros dos, mi operador de radio y yo, somos conducidos fuera del
avión y saludados con suma amabilidad. Entonces nos conducen a un
disco deslizante, que aquí utilizan como medio de locomoción. No
tiene ruedas.
Con enorme rapidez nos acercamos a la brillante
ciudad.-El esplendor de colores de la ciudad parece provenir del
material parecido al cristal en que está construida. Pronto nos
paremos ante un imponente edificio. Semejante arquitectura no la
había visto hasta ahora en ninguna parte. No es comparable con nada.
La arquitectura es como si proviniera directamente de la mesa de
dibujo de un Frank Lloyd Wright, o bien podría estar sacado de una
película de Buck Roger. Nos dan una bebida caliente. Esta bebida
sabe diferente a todo lo que yo haya disfrutado. Ninguna bebida,
ninguna comida tiene un sabor comparable. Sabe sencillamente
distinto, pero sabe de maravilla. Han pasado unos diez minutos,
cuando dos de estos extraños hombres que tenemos por anfitriones se
acercan a nosotros.
Se dirigen a mi y me comunican sin lugar a dudas
que debo acompañarles.-No veo otra alternativa que cumplir su orden.
Por tanto nos separamos. Dejo a mi operador de radio y sigo a los
dos. Poco después llegamos a un ascensor, en el que entramos. Nos
movemos hacia abajo. Cuando nos detenemos, la puerta se desliza
silenciosamente hacia arriba. Caminamos por un pasillo largo en
forma de túnel e iluminado por una luz color rojo claro. La luz
parece emanar de las paredes mismas.
Llegamos ante una puerta grande.
Ante esta gran puerta nos paramos y permanecemos así. Sobre la gran
puerta se encuentra un letrero acerca de cual nada puedo decir. Sin
ningún ruido se desliza la puerta a un lado.
Una voz me exhorta a entrar.
“No se preocupe, almirante”, me
tranquiliza la voz de uno de mis dos acompañantes, “¡el Maestro va a
recibirle!”
De manera que entro. Estoy deslumbrado.
La multitud de
colores, la luz que llena la habitación, mis ojos no saben a dónde
mirar y tienen primero que acostumbrarse a las condiciones. Pasa un
rato hasta que puedo reconocer algo de lo que me rodea. Lo que ahora
veo es lo más bonito que he visto nunca. Es más espléndido, más
bonito y más suntuoso de lo que yo podría describir. Creo que ningún
idioma puede resumir con palabras lo que puede ver. Creo que a la
Humanidad le faltan palabras para ello.
Mis observaciones y
reflexiones fueron interrumpidas por una voz melodiosa y cordial:
“Le doy la bienvenida. Sea Vd. de la forma más cordial bienvenido en
nuestro país, almirante”. Ante mi está un hombre de gran estatura y
una fina cara marcada por la edad. Está sentado a una imponente mesa
y me da a entender con un movimiento de la mano que debo sentarme a
una de las sillas. Le obedezco y me siento, después junta sus manos
de forma que se tocan las puntas de los dedos. Me sonríe.
-“Nosotros le hemos hecho venir, porque tiene Vd. un carácter
consolidado y arriba en el mundo goza de una gran fama.
-”¿Arriba en el mundo?”, me falta el aliento.
“Sí”, contesta el Maestro a mis pensamientos, “Vd. Está ahora en el
imperio de los Arianni, en el interior del mundo. No creo que
nosotros tengamos que interrumpir su misión mucho tiempo. Vd. pronto
será conducido a la superficie de la Tierra. Pero antes le voy a
comunicar por qué yo le hice venir, almirante. Nosotros seguimos los
acontecimientos que se producen arriba sobre la Tierra. Nuestro
interés fue despertado cuando Vds. lanzaron las primeras bombas
atómicas en Hiroshima y Nagasaki. En aquella mala hora fuimos a
vuestro mundo con nuestros platillos volantes.
Teníamos que ver
personalmente lo que hizo vuestra raza. Entretanto ya hace mucho de
eso, y vosotros diríais que es historia. Pero es para nosotros
significativo, por favor déjeme continuar. Nosotros no nos hemos
inmiscuido en vuestras escaramuzas y guerras.
Vuestras barbaridades
las hemos consentido. Pero mientras tanto habéis empezado a
experimentar con fuerzas que en realidad no estaban pensadas para
los hombres. Esto es la fuerza atómica. Ya hemos intentado algunas
cosas. Hemos hecho llegar mensajes a los estadistas del mundo pero
ellos no creen en la necesidad de escucharnos.
Por este motivo fue
Vd. elegido. Vd. debe ser nuestro testigo, testigo de que nosotros y
este mundo en el interior de la Tierra existimos, que nosotros aquí
realmente existimos. Mire a su alrededor, y Vd. pronto comprobará
que nuestra ciencia y nuestra cultura están varios miles de años por
delante de las vuestras. Mire Vd., almirante.”
-”Pero”, interrumpí al Maestro, “¿qué tiene esto que ver conmigo,
señor?
El Maestro parecía sumergirse en mi, y después de que durante un
largo rato me había examinado, me contestó:
-”Vuestra raza ha alcanzado un punto de no retorno”.
“Tenéis a
personas entre vosotros que estarían dispuestos antes a destruir la
Tierra entera antes que perder su poder , el poder que ellos creen
conocer.”
Yo de nuevo le di a entender con un movimiento de cabeza
que seguía sus explicaciones.
El Maestro continuó hablándome:
“Ya desde hace dos años intentamos
una y otra vez contactar con vosotros. Pero todos nuestros intentos
son contestados con agresividad. Nuestros platillos voladores son
perseguidos por vuestros aviones de combate, atacados y disparados.
Ahora debo decirle, hijo mío, que una enorme y nefasta furia se
levanta, que una poderosa tormenta barrerá su país, y durante mucho
tiempo arrasará.
Desconcertados ante ello estarán vuestros
científicos y ejércitos y no podrán ofrecer ninguna solución. Esta
tormenta tiene poder de aniquilar toda la vida, toda la civilización
de Vds., de forma que toda cultura podría ser destruida y todo
podría hundirse en el caos.
La gran guerra que acaba de terminar es
sólo un preludio de lo que puede venir sobre vosotros. Para nosotros
aquí esto se hace patente hora tras hora de manera más clara. Parta
de la base de que me equivoco”.
-”No, ya vino una vez la época oscura sobre nosotros, y duró 500
años”, le repliqué yo al Maestro.
-”Así es, hijo mío”, me contestó, “los tiempos sombríos cubrirán
vuestro país de cadáveres. Y sin embargo parto de la base de que
algunos de vuestra raza sobrevivirán a esta conflagración. Lo que
después ocurrirá no puedo revelarlo. Nosotros vemos en un futuro
lejano surgir una nueva Tierra, que será construida con los
escombros de vuestro viejo mundo, y os acordaréis de sus tesoros
legendarios y los buscaréis. Y mira, los tesoros legendarios estarán
aquí con nosotros.
Nosotros somos aquellos que los mantenemos a
salvo. Cuando haya comenzado ese futuro, nos presentaremos a
vosotros, ayudaremos a los hombres a revivificar su cultura y su
raza. Quizá hayáis aprendido entonces que guerra y violencia no
conducen al futuro. Para el tiempo que entonces seguirá, se os hará
accesible antiguos conocimientos. Conocimientos que ya tuvisteis una
vez.
De Ud., hijo mío, espero que vuelva a la superficie con estas
informaciones”.
Con esta exigencia terminó el Maestro su exposición y me dejó muy
desconcertado, pero para mi estaba claro que el Maestro tendrá razón.
Por consideración o por humildad, no lo sé, me despedí de todas
formas con una ligera inclinación. Antes de que pudiera perderme
aparecieron mis dos acompañantes, los que me habían conducido hasta
aquí.
Me indicaron el camino. Yo me volví hacia el Maestro. Había una
cálida y amistosa sonrisa en su vieja y noble cara:
- ”Le deseo a Vd. un buen viaje, hijo mío”, hizo por último el signo
de la paz y entonces nuestro encuentro había llegado ineludiblemente
a su fin.
Volvimos rápidamente hacia nuestro ascensor. Nos movimos hacia
arriba.
Entre tanto me explicó uno de mis dos firmes acompañantes
que tras finalizar la conversación con el Maestro teníamos prisa de
verdad. El Maestro en ningún modo quería retrasarnos más, y además
era importante que yo llevase inmediatamente el mensaje recibido a
mi raza, me aclaró. A todo esto yo no dije nada.
Cuando fui
conducido hasta mi operador de radio, comprobé que él probablemente
tenía miedo, esto al menos se reflejaba en su cara.
-“Todo está en orden, no hay de qué preocuparse, Howie, todo es
O.K.”, intenté quitarle el miedo.
Junto con nuestros acompañantes,
fuimos de nuevo al disco deslizante, que muy velozmente nos devolvió
a nuestro avión.
Los motores ya estaban en marcha, y nos encontramos inmediatamente a
bordo. Había una atmósfera de tremenda prisa, la necesidad de actuar
rápido era evidente. Inmediatamente después de que cerramos la
portilla, nuestro avión fue elevado en las alturas por una fuerza
inexplicable para mi, hasta que volvimos a encontrarnos a 2.700 pies
(aprox. 825 metros). Fuimos acompañados por dos de sus platillos.
Se
mantuvieron no obstante a una cierta distancia de nosotros.-El
velocímetro no indicaba en todo el tiempo velocidad alguna, a pesar
de que ésta había aumentado enormemente.
Nuestra radio no obstante
funcionaba, y de esta forma recibimos un último mensaje de los
objetos voladores que nos acompañaban.
-”A partir de ahora puede Ud. volver a utilizar todos sus equipos,
almirante, sus instrumentos vuelven a ser funcionales. Nosotros le
dejaremos ahora. Hasta la vista”.
Seguimos con nuestros ojos a los objetos voladores hasta que se
perdieron en el cielo azul pálido. De inmediato tuvimos a nuestro
avión de nuevo bajo control. No hablamos entre nosotros, cada cual
estaba demasiado ocupado con sus pensamientos.
Última anotación en el libro de abordo:
-Nos encontramos de nuevo sobre vastas regiones cubiertas de nieve y
hielo.
-Estamos todavía aproximadamente a 27 minutos de vuelo de la base.
Podemos enviar mensajes por radio, y nos responden. Radiamos que
todo es normal. La base está contenta de que vuelva a haber
comunicación.
-Tenemos un aterrizaje suave.
-Yo tengo un encargo.
Fin de las anotaciones en el libro de abordo.
4 de Marzo de 1947:
Yo estaba en una reunión en el Pentágono. He
informado detalladamente sobre mis descubrimientos y sobre el
mensaje del Maestro. Todo fue grabado y escrito. El presidente
también fue informado. Fui retenido aquí durante varias horas (exactamente
fueron seis horas y treinta y nueve minutos).
Fui interrogado
minuciosamente por un equipo de seguridad y por un equipo médico. ¡Fue
un infierno!.
Fui puesto bajo la estricta supervisión de la Previsión Nacional de
Seguridad de los Estados Unidos de América. Yo había recibido la
orden de guardar silencio sobre todo lo que había vivido por el bien
de la Humanidad. ¡Increíble!
Se me recordó que soy un oficial y que por tanto debo obedecer sus
órdenes. 30 de Diciembre de 1956: Última anotación: Los años
posteriores a 1947 no fueron muy agradables para mí… Hago ahora la
última anotación en este especial diario.
Quisiera mencionar que me he callado los descubrimientos que hice,
tal y como se me ordenó. ¡Pero eso no es lo que tengo en mente! Noto
que pronto llegará mi hora. Pero no morirá este secreto conmigo,
sino que será difundido - como toda verdad. Y así será.
Sólo así puede existir la única esperanza para la Humanidad. Yo he
visto la verdad. Ella me ha hecho despertar y me ha liberado.
He cumplido mi deber con el enorme complejo militar y económico.
Mi larga noche se acerca, pero tendrá un fin. Así como la larga
noche del Ártico tiene un fin, así también la verdad volverá como un
luminoso rayo de sol, y los poderes oscuros no podrán atravesar la
luz de la verdad…¡
He visto el país más allá del Polo, el centro del Gran Desconocido!
R.E.B.
US Navy
(Esa trascripción del diario de Byrd es la traducción de la edición
alemana “Das Tagebuch des Admiral Byrd” y ha sido realizada por el
sitio web Hitlerismo Esotérico)
Además de Byrd otros exploradores como Olaf Jansen, también asegura
haber observado la inesperada abertura de la Tierra en el Polo
Norte. La localización más plausible de este hueco se sitúa a 84.4
latitud Norte, 141 longitud Este.
En 2006, Steve Currey planeaba una
aventura similar para determinar de una vez por todas si la Tierra
era hueca o no.
Steve Currey en la derecha de la foto
Lamentablemente falleció antes de que su aventura se llevara a cabo,
el sitio Web de esta aventura se clausuró y todos los futuros viajes
a bordo del barco rompehielos nuclear ruso YAMAL, quien había
contratado Currey 100 viajes al polo norte para llevar a cabo
observaciones científicas se cancelaron.
Pero la leyenda o el
conocimiento de que la Tierra está hueca viene de muy antiguo, mucho
antes de las expediciones de Byrd.
Hace 7000 años ya se hablaba del reino de Agharta y
Shambala, reinos
localizados bajo la superficie de la Tierra llenos de esplendor y
que han hecho soñar al ser humano desde muy antiguo.
Y es que parece que la oquedad de la Tierra no es algo exclusivo de
este planeta.
Muchos otros planetas, satélites y cometas muestran la
misma oquedad en sus polos. Ello probablemente apunta a que en el
proceso de formación de los estos objetos celestes la fuerza
centrífuga en la rotación deja hueco el interior, al igual que
ocurre con la ropa que da vueltas en una lavadora.
Se pega a las
paredes interiores de la lavadora, dejando un hueco justo en el
centro de la masa de ropa.
Imágenes reveladoras del satélite muestran esa apertura de la Tierra
en, al menos, uno de sus polos.
Esta fotografía (abajo) fue tomada en el
Polo Norte de la Tierra, Misión STS-75, 1996. El antiguo enlace
oficial donde podía verse la foto ya no está activo.
www-pao.ksc.nasa.gov/kscpao/spanish/75fact2s.htm
Video
Este vídeo muestra el
intento de
conquista de la Antártica y la batalla que se desató allí
hace 60 años entre las fuerzas del
Admirante Byrd
y fuerzas desconocidas con base en la Antártica.
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