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Tendencias21 con sus sensores esféricos (llamados DOM) bajo el hielo para detectar neutrinos.
IceCube/NSF
procede de la
constelación de Orión el origen de un potente neutrino detectado en 2017: procede de un agujero negro situado en una galaxia de la constelación de Orión, a 4.000 millones de años luz de la Tierra. Un significativo paso para resolver el misterio del origen de los rayos cósmicos.
Esta observación, llamada de tipo multimensajero, podría proporcionar también pistas para resolver el misterio del origen de los rayos cósmicos.
La identificación fue
posible al combinar una señal detectada por el
experimento IceCube, en la Antártida,
con medidas del observatorio espacial
Fermi-LAT y de los telescopios
MAGIC, del Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma,
así como de otros instrumentos repartidos por todo el mundo.
Aunque son difíciles de detectar, son mensajeros cósmicos importantes, ya que traen consigo información excepcional sobre las regiones donde son producidos.
El mayor detector
especializado en cazar estas partículas elusivas es IceCube.
Estas pistas previas se
han consolidado y completado con la nueva investigación (Multimessenger
Observations of a Flaring Blazar coincident with High-Energy
Neutrino IceCube-170922A).
Por ese motivo, la alerta del neutrino fue enviada a numerosos instrumentos con la esperanza de que sus observaciones pudiesen discernir el origen de la fuente de la partícula.
Fermi-LAT, un observatorio espacial que estudia todo el cielo, comunicó que la dirección del neutrino estaba alineada con una fuente de rayos gamma (fotones de alta energía) a una distancia de 4500 millones de años luz de la Tierra:
Estos hallazgos,
combinados con la dirección del neutrino, hacen que el blazar
sea un candidato probable como fuente de neutrinos.
Los rayos cósmicos consisten mayoritariamente en protones de altas energías.
Según aclara Elisa Bernardini, investigadora principal del proyecto en MAGIC, científica de DESY Zeuthen y de la Universidad Humboldt en Berlín, el motivo de que sea tan difícil encontrar las fuentes de origen de los rayos cósmicos se debe a que,
En cambio, los neutrinos y los fotones, al no tener carga eléctrica, viajan por el universo sin desviarse.
Esto permite identificar los objetos astrofísicos en los que se originaron.
Los científicos encontraron, además, una huella muy clara en el espectro de rayos gamma de altas energías proveniente del blazar.
Estos resultados, que acaban de publicarse en la revista The Astrophysical Journal Letters (Multimessenger Observations of a Flaring Blazar coincident with High-Energy Neutrino IceCube-170922A),
María Victoria Fonseca, Presidenta de la Junta de la Colaboración MAGIC y Catedrática de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), considera por su parte que,
Por su parte, Manel Martínez, presidente del comité de asignación del tiempo de observación de MAGIC e Investigador del Instituto de Física de Altas Energías (IFAE) en Barcelona, destaca la alta prioridad que este tipo de alertas tiene y añade que,
La comunidad española participa en MAGIC desde sus inicios a través de varios centros de investigación públicos, entre ellos,
Además, el centro de
datos de MAGIC es el Port d'Informació Científica (PIC), una
colaboración del IFAE y el Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
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