07 Agosto 2017
del Sitio Web
RT
Imagen ilustrativa
Flickr / *vlad*
Los escándalos en
la Iglesia católica no cesan.
Las acusaciones contra el
'número tres' del Vaticano o los abusos sufridos por centenares de
niños en el coro dirigido por el hermano del papa Benedicto XVI han
sido las noticias que han vuelto a golpear estas semanas la
credibilidad de la Iglesia católica y de su política de "tolerancia
cero" respecto a los abusos sexuales.
El "infierno"
de Ratisbona
Quizás el escándalo más grande fue el causado por los resultados
finales de la investigación del caso de la escuela de la catedral de
Ratisbona, en Baviera (Alemania), y en particular de su reconocido
coro Regensburger Domspatzen, dirigido durante décadas por
Georg Ratzinger, el hermano mayor del papa
Benedicto XVI.
El papa Benedicto XVI (izquierda)
saluda a su hermano, Georg Ratzinger,
durante un concierto del coro de Regensburger Domspatzen
para celebrar el 85 cumpleaños de este último
en la Capilla Sixtina en el Vaticano.
Osservatore Romano-Arturo Mari / AFP
El informe de 440 páginas, publicado el 18 de julio, recoge los
resultados de una investigación independiente iniciada por la
diócesis local y dirigida por el abogado Ulrich Weber que se
prolongó durante varios años .
La investigación desveló que al menos 547 niños del famoso coro,
cuyo nombre se traduce del alemán como 'Los Gorriones de Ratisbona',
fueron víctimas de abusos sexuales y físicos perpetrados por
sacerdotes y profesores entre 1945 y los años 90.
Además, determinó que 49
sacerdotes y profesores estuvieron implicados en las agresiones a
los menores, y nueve de ellos habrían cometido abusos sexuales.
"Castigos
sádicos y lujuria"
La mayoría de las víctimas que revelaron sus experiencias en el
marco de la investigación ocultaron lo sucedido durante muchos años.
Muchas de ellas
recurrieron a la ayuda de psicoterapeutas para superar el trauma.
Una de las víctimas confesó a varios medios, bajo la condición de
mantenerse en el anonimato, que el director de la escuela en la
década de 1950 practicaba un ritual especial al que llamaba
'azotaina al desnudo'.
El maestro obligaba a
niños de ocho o nueve años a desnudarse y luego les pegaba con la
mano.
La víctima confesó que a
veces también les violaba.
"Los afectados
describieron sus años escolares como una prisión, como un
infierno y como un campo de concentración. Muchos se referían a
esos años como la peor época de su vida, caracterizada por el
miedo, la violencia y el desamparo"
Ulrich Weber
abogado responsable
de la investigación
Franz Wittenbrink,
un compositor que estudió en la escuela de la catedral de Ratisbona,
dijo que en el lugar funcionaba,
"un elaborado sistema
de castigos sádicos combinados con la lujuria".
El papa Benedicto XVI
asiste a un concierto del coro de Regensburger Domspatzen
en la Capilla Sixtina en el Vaticano,
el 22 de octubre de 2005.
Osservatore Romano-Arturo Mari / AFP
El músico afirmó que el director de la escuela solía invitar a su
habitación a dos o tres chicos, les daba a probar vino y luego les
obligaba a masturbarse juntos.
Wittenbrink asegura que
este era un hecho bien conocido y que no entendía por qué el
entonces director del coro, hermano del papa Benedicto XVI, cerraba
los ojos ante esta horrorosa práctica.
Weber también subrayó en varias ocasiones que Ratzinger tenía que
conocer algunos de los casos, aunque él ha negado tener cualquier
tipo de información.
El abogado denuncia que
la Iglesia habría fomentado una "cultura del silencio" sobre el
caso, lo que permitió a los sacerdotes y profesores agredir
impunemente a los menores durante décadas.
El propio Ratzinger confesó haber dado bofetadas a sus discípulos,
aunque puntualizó que después se disculpaba ante ellos. El hermano
del papa dejó de recurrir a esta práctica en 1984, cuando la Iglesia
prohibió los castigos corporales.
Ratzinger admitió que se
sentía culpable por recurrir a ellos, pero al mismo tiempo los
calificó como,
"una reacción normal
a los errores y a la desobediencia".
"Si hubiera conocido los excesos de violencia que se estaban
ejerciendo, habría hecho algo", aseguró Ratzinger en una
entrevista concedida en 2010, en la que pidió perdón a las
víctimas.
"Al principio, yo
también daba bofetadas, pero siempre tuve mala conciencia",
añadió.
El 'número tres' del
Vaticano, acusado de múltiples abusos sexuales infantiles
Otro reciente escándalo que supuso un fuerte golpe contra la Santa
Sede fueron las acusaciones de múltiples abusos sexuales infantiles
presentadas contra el cardenal australiano George Pell,
asesor financiero del papa Francisco.
El tesorero del Vaticano, George Pell,
llega a
una audiencia en la Corte de Magistrados
de
Melbourne, Australia, el 26 de julio de 2017.
Mal
Fairclough / AFP
Según autoridades de la Policía del estado de Victoria (Australia),
varias personas han presentado demandas contra Pell, quien es
sospechado de haber cometido abusos contra niños cuando era
sacerdote en la ciudad de Ballarat (1976-80) y también durante su
etapa como arzobispo de Melbourne (1996-2001).
El tesorero del Vaticano, quien estuvo considerado entre los
posibles sucesores del papa Benedicto XVI, es el representante del
Vaticano de mayor rango jamás acusado por un caso de abuso sexual.
De momento, la Santa Sede
ha mostrado su respaldo al cardenal, de quien el papa Francisco
subrayó su respeto por su "honestidad" y "enérgica dedicación" a
las Finanzas del Vaticano.
El propio Pell ha negado en reiteradas ocasiones todas las denuncias
de abusos sexuales en su contra, asegurando que,
"la idea misma de
abusos sexuales" le parece "detestable".
No obstante, en febrero
admitió los "enormes errores" en la respuesta de la Iglesia ante los
casos de pederastia, después de que la Real Comisión sobre Abuso
Sexual de Menores de Australia confirmara que más de 4.400 menores
sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos en este
país durante décadas.
"Un fenómeno
enorme del que nadie habla"
El
papa Francisco
reconoció en mayo que
el Vaticano tenía un retraso de 2.000 casos
mientras procesaba las denuncias de abuso sexual contra sacerdotes,
por lo que las quejas sobre el lento ritmo de las investigaciones de
la Iglesia católica estaban "justificadas".
El sumo pontífice aseguró
también que ordenó agregar más personal para acelerar todos estos
procesos de revisión.
Mientras tanto, los datos secretos revelados por la Congregación
para la Doctrina de la Fe demuestran que el fenómeno de los abusos
sexuales a niños por parte de sacerdotes se ha duplicado en los
últimos años con respecto al periodo que va desde el 2005 al 2010.
En los tres primeros años
de pontificado de Francisco, Roma ha recibido casi 400 denuncias
procedentes de iglesias de todo el mundo, según ha desvelado a RT el
periodista italiano Emiliano Fittipaldi.
Manifestantes con máscaras y carteles
esperan
la llegada del cardenal George Pell, tesorero del Vaticano,
en la
Corte de Magistrados de Melbourne, Australia,
el 26
de julio de 2017.
Mark
Dadswell / Reuters
De acuerdo con Fittipaldi, considerado el enemigo público número uno
del Vaticano por investigar sus temas más polémicos - los abusos
sexuales a niños por parte de sacerdotes y las finanzas de la
Iglesia católica - se trata de un fenómeno que afecta sobre todo a
los países más católicos,
"como España, Italia
o los países sudamericanos" y del que "nadie quiere hablar de
forma oficial: ni la Iglesia, ni los periodistas, ni la sociedad
civil".
A su vez,
"las víctimas sienten
una gran vergüenza", ya que "el concepto de pecado está todavía
muy desarrollado", señala el periodista.
"He hablado con las
víctimas y me contaban que cuando un sacerdote violaba a un
niño, le decían: '¡Chsss! No digas que he pecado, porque tú
también has pecado'," denuncia.
Fittipaldi revela que
durante sus años de investigación sobre este asunto, el ejemplo que
más le ha escandalizado es el mencionado caso de George Pell que,
según el periodista,
"ha protegido
sistemáticamente a pedófilos cuando era obispo en Melbourne y en
Sídney" y ha intentado "comprar el silencio de las familias
pagando sumas muy pequeñas" por abusos sexuales "que llevaron al
suicidio".
Para más
inri, el propio Pell ha sido
acusado de haber perpetrado abusos sexuales.
"He publicado un
documento en el que pide a sus hombres, a sus sacerdotes, que
ayuden a los curas que han acabado en la cárcel a cambio de
recibir un sueldo, una casa o un seguro sanitario", sostiene.
"No logro entender
por qué el papa Francisco no se deshizo de alguien como Pell y
que además lo defienda diciendo: 'Hay que esperar a la
Justicia'"
Emiliano
Fittipaldi
periodista italiano
Asimismo, Fittipaldi
critica que el Sumo Pontífice haya incluido en el C9 vaticano (el
Consejo de nueve cardenales que asesoran al Papa en la reforma de la
Curia romana) a Francisco Javier Errázuriz,
"un cardenal chileno
que ocultó en su escritorio durante seis años cinco denuncias
contra un sacerdote pedófilo y violador en serie de Santiago de
Chile llamado Karadima porque no creía a las víctimas".
"Es inaceptable que la jerarquía católica los siga defendiendo
en vez de ofrecer verdadera transparencia y una política de
tolerancia cero que sea no solo palabras, sino hechos
concretos", añade.
¿Está el
problema en el celibato?
Teniendo en cuenta la escala del problema, no es de extrañar que hay
varios estudios que se centran en las razones por las cuales tantos
sacerdotes están implicados en casos de abuso infantil.
Una de las versiones más
comunes que se ha barajado desde hace años es la que relaciona el
problema del abuso infantil con el celibato sacerdotal católico.
En 2014, incluso los representantes de la Iglesia Católica en
Australia vincularon por primera vez el celibato de los sacerdotes
con los abusos sexuales de menores en un informe del Consejo de
Justicia y Sanación de la Iglesia, que admitía que,
"el celibato
obligatorio ha podido contribuir al abuso en algunas
circunstancias".
Imagen ilustrativa
Flickr.com / Etienne Valois
El informe apuntaba a una cultura de "obediencia y entornos
cerrados", así como a la forma en que se elegían candidatos
potenciales para el clero como posibles factores que influían,
"en la prevalencia
del abuso dentro de algunas órdenes y diócesis".
El documento afirmaba
también que una "formación psico-sexual" para los sacerdotes podría
ser suficiente para prevenir el abuso a menores.
Sus hallazgos estaban en marcado contraste con uno de los estudios
más fundamentales, extensos y caros sobre el tema:
el realizado por el
Colegio John Jay de Justicia Criminal (EE.UU.) durante cinco
años y presentado en la Conferencia de Obispos Católicos de
Estados Unidos en 2011.
Estos fueron los
principales resultados de la investigación, recogidos en el informe
'Las
Causas y el Contexto del Abuso Sexual de Menores por los Sacerdotes
Católicos en EE.UU., 1950-2010':
-
La crisis de los
abusos sexuales en la Iglesia Católica estuvo causada por la
influencia de los amplios cambios sociales y el aumento de
la "conducta desviada" de los años sesenta y setenta en
sacerdotes inadecuadamente entrenados, emocionalmente
desprevenidos y aislados.
-
Los sacerdotes
homosexuales no son más propensos a abusar que los
sacerdotes heterosexuales.
-
El celibato
tampoco podía ser culpado por la epidemia de abuso.
-
Ninguna
característica psicológica, de desarrollo o de
comportamiento diferenció a los sacerdotes que abusaron de
los menores de los que no lo hicieron.
-
La mala formación
de los sacerdotes, combinada con el aislamiento social, el
estrés laboral y pocos mecanismos de apoyo probablemente
contribuyeron al problema del abuso. La disminución del
abuso sexual a mediados de los años ochenta coincidió con
una mejor formación de los seminaristas en sexualidad y
relaciones humanas.
El propio papa Francisco
apuntaba en el libro 'El Jesuita' en 2010 - cuando todavía era el
cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio - que se trata de
perversiones de tipo psicológico, previas a una opción celibataria,
y que el celibato ni provoca ni tampoco cura esta perversión.
"El 70% de los casos
de pedofilia se producen en el entorno familiar o vecinal.
Hemos leído crónicas
de chicos abusados por sus papás, sus abuelos, sus tíos, cuando
no por padrastros. O sea, son perversiones de tipo psicológico,
previas a una opción celibataria.
Si hay un cura
pedófilo, es porque lleva la perversión desde antes de
ordenarse. Y tampoco el celibato cura esa perversión. Se la
tiene o no se la tiene"
Jorge Mario
Bergoglio
Stephen Rossetti,
investigador de casos de violencia contra niños en la Iglesia
católica, también discrepaba con esta hipótesis en una entrevista a
'El Tiempo', explicando que,
"no hay razón para
pensar que porque un adulto escoge a un niño es porque está
sexualmente frustrado".
"¿Porqué no otro
adulto? No es el celibato, es que hay algo mal desde el punto de
vista psicológico", agregaba.
¿Política de
"tolerancia cero" o mera retórica?
En una carta del pasado 28 de diciembre, el papa Francisco llamó a
los obispos de todo el mundo a adherirse a una política de
"tolerancia cero" hacia los clérigos que abusan sexualmente de los
niños y pidió perdón por,
"un pecado que nos
avergüenza", en los cometarios más exhaustivos del Sumo
Pontífice sobre el abuso hasta la fecha.
"Nos unimos al dolor
de las víctimas y a su vez lloramos el pecado. El pecado por lo
sucedido, el pecado de omisión de asistencia, el pecado de
ocultar y negar, el pecado del abuso de poder", se lamentó el
Sumo Pontífice.
Instó a "tomar el
coraje necesario para implementar todas las medidas necesarias y
proteger la vida de nuestros niños, para que tales crímenes no
se repitan más".
El papa Francisco habla a la multitud
desde la ventana del palacio apostólico con vistas a
la plaza de San Pedro en el Vaticano,
el 6 de agosto de 2017.
ANDREAS SOLARO / AFP
De hecho, desde su elección en 2013, Francisco ha tomado algunos
pasos para erradicar el abuso sexual en la Iglesia y poner en
práctica medidas para proteger a los niños.
Así, en 2015 ordenó la
creación de un tribunal para juzgar a los obispos que encubren
abusos sexuales.
Este mismo año, ordenó el
primer juicio por pedofilia en el Vaticano, contra un exarzobispo
polaco acusado de pagar por sexo con menores en la República
Dominicana. Asimismo, se reunió varias veces con víctimas de abuso
sexual.
No obstante, grupos de víctimas se quejan de la lentitud del cambio
en el Vaticano y de que no ha hecho suficiente - sobre todo con los
obispos que toleran o encubren los abusos sexuales - y de que las
palabras sobre la "tolerancia cero".
Estas son, de momento,
poco más que retórica, como declaró a 'The Guardian' Anne Barrett-Doyle,
fundadora del grupo estadounidense de investigación y monitoreo
Bishop-Accountablity.org.
"Este Papa sigue
proclamando la tolerancia cero, pero no la promulga. Él sabe muy
bien que la ley de la Iglesia no contiene ninguna disposición de
tolerancia cero.
La tolerancia cero es
mera retórica.
El triste hecho es
que la iglesia todavía no ha cambiado su sistema para hacer de
la tolerancia cero una realidad vinculante"
Anne Barrett-Doyle
fundadora del grupo Bishop-Accountablity.org
Sea como fuera, los
últimos escándalos vuelven a demostrar que se trata de un problema
complejo que exige una respuesta compleja, y que de momento está
lejos de ser resuelto.
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