Diciembre 20, 2007

del Sitio Web TrinityATierra

 

 

 

 

Parte 1


En la foto: Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús
 

Cuando estudiaba historia en la escuela, la asignatura me resultaba aburrida, incomprensible, anodina, y, desde luego, jamás, veía ninguna relación entre la historia que nos enseñaban y la vida o el momento histórico que me había tocado vivir a mi.

Eso es probablemente lo más peligroso de enseñar la falsa historia, que a uno le inculcan la errónea idea de que está en este mundo con el máximo grado de civilización visto por el hombre a lo largo de toda su existencia, y donde algunos hechos fundamentales que definen la vida y la existencia son consecuencia “natural” de la evolución histórica y humana.

Hace tiempo que esto empezó a cambiar para mi, entre otras cosas, gracias a libros como el de Eric Jon Phelps, que, como tantos y tantos otros, no he encontrado en castellano, si es que alguna vez fue editado en este idioma.

Aprovecho para decir, que en un futuro no lejano escribiré un largo post sobre la barbarie del negocio editorial en el mundo hispano, cómo se desclasifican y dejar de imprimirse verdaderas joyas y libros imprescindibles, cientos de miles, mientras que el mundo editorial se centra exclusivamente en la novela, como único género literario, los premios literarios para novela, como si el libro fuese ya una equivalencia del género novela. Esto es una barbaridad, es como si en televisión sólo se vieran telenovelas y no hubiera documentales, telediarios, etc.

 

Yo, personalmente, aborrezco la novela y, normalmente, me resulta indiferente qué destino pueda tener tal o cual personaje que ha salido, en última instancia, de la imaginación literaria de un autor, como podría haber sido cualquier otro.

Bueno, me estoy yendo por las ramas, evidentemente…El libro en cuestión se llama Vatican Assassins, o “Los Asesinos del Vaticano” y de este tema va a tratar el presente post y no de literatura.

Si has leído algo sobre la teoría de la conspiración y el Nuevo Orden Mundial, a estas alturas, estarás familiarizado con conceptos tales como “zionistas” (que fueron quienes inventaron el término “judío”) o el rol importantísimo de las elites financieras y los ‘banksters’ (es decir, gansters bancarios) , que controlan las economías mundiales, o de la CFR (Council of Foreign Relations), La Comisión Trilateral, los Bilberbergers en Europa, los Rockefellers en America, los Bronfman en Canadá etc.

 

Todos ellos son sinónimo de los actores principales del Nuevo Orden Mundial. Son familias e individuos motivados por secretos y oscuros objetivos de dominación mundial y probablemente también habrás oído y leído muchas veces su relación estrecha con entidades del mal, como Lucifer o Satán.

Sin negar nada de lo anterior, sino como un elemento fundamental que contribuye a tener la “foto” completa, lo que dice Phelps en su libro, y como otros autores han señalado antes, es que nos falta un Eslabón Perdido en todo esto. Y no es precisamente un pequeño “detalle” sin importancia, sino el motor fundamental, el corazón y mente detrás del proyecto.

Sin embargo, dada la propia naturaleza de esta ‘pieza’, ha permanecido oculta largo tiempo incluso para los investigadores más comprometidos con el tema de La Conspiración. El hecho es que esta pieza cambia por completo el cuadro global que los acontecimientos presentes y futuros. Si tuviéramos acceso libre a la Biblioteca del Vaticano, donde se encuentra una enorme parte del conocimiento y la historia real de la humanidad y de la que el Vaticano es “protector” y sobretodo ocultador probablemente todas estas cuestiones verían la luz y nos daríamos cuenta de hasta qué punto los hitos y relaciones históricas nos han sido transmitidos completamente trastocados y pervertidamente falseados.

Hagamos un repaso de algunos hechos de la historia:

Los Jesuitas, formalmente “aplastados” actualmente por el Papa, fueron aliados de Federico el Grande de Prusia y Catalina de Rusia. El General Jesuita tenía entonces el control del Rito Escocés de la Masonería (fundamental elemento del poder Illuminati) y vieron la posibilidad de establecer una alianza con la Casa Masónica de los Rochschilds en Inglaterra.

 

Para llevar a cabo esto, seleccionaron a un hombre, Weishaupt, que era una brillante instructor de Derecho Canónico en la Universidad jesuita de Bavaria (leer post de este blog titulado “El Nuevo Orden Mundial y Los Illuminati, ¿Qué son? ¿Quiénes son?

En La Teocracia Oculta, de Lady Queenborough, originalmente publicado en 1933 se dice:

“Del Colegio Jesuita del Ingolstadt se conoce que ha salido la secta conocida como “los Illuminati de Bavaria”, fundada por Adam Weishaupt. Su fundador nominal, Weishaupt, sin embargo, parece haber jugado un papel de subordinado en la organización de la secta.”

El 1 de Mayo (sí, “casualmente” el Día Internacional de los Trabajadores) , de 1776, la Orden de los Illuminati fue fundada oficialmente en el feudo tradicional de los Jesuitas en Bavaria. A partir de entonces, la compañía haría uso de la Casa Judía de los Rothschild para financiar la Revolución Francesa y el ascenso de Napoleón (Ver el post anteriormente mencionado), un masón, con el asesor entrenado por los jesuitas, Abbe Sieyes.

A pesar de lo que escribió el jesuita Abbe Barruel, que culpaba a los Rothschilds y la Masonería de la Revolución, fue la Sociedad de Jesús quien usó todas estas herramientas para llevar a cabo la Revolución y castigar a los monarcas que osaron expulsarles de sus dominios.

Los Jesuitas, habiendo sido expulsados del Reino de España, se refugiaron en Córcega, de donde auparon al poder a su vengador más importante, Napoleón Bonaparte.

Aunque esto suene a “música escuchada por primera vez”, se ha escrito mucho y dicho mucho, por parte de personalidades de renombre sobre esta orden, que no es una orden religiosa, sino militar. Fue fundada por un militar, Ignacio de Loyola.

Escribió el General Lafayette.

“En mi opinión si las libertades de este país, los Estados Unidos de América, son destruidas, será por culpa de los miembros jesuitas de la Iglesia Católica Romana, ya que estos son los más crueles y peligrosas enemigos de la libertad religiosa y los derechos civiles. Ellos, y no otros, han instigado la mayor parte de las guerras en Europa”.

Como todos sabemos, Napoleón fue capturado por los ingleses y deportado a la isla de Santa Elena. Allí, en sus memoria, con gran detalle describió a sus maestros:

“Los Jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su superior, es un general de un ejército, no un simple padre de abadía o monasterio. Y su objetivo es: EL PODER. El poder en su forma más despótica, el poder absoluto, el poder universal, el poder de controlar el mundo con la voluntad de un solo hombre. El jesuitismo es la forma más absoluta de despotismo: y, al mismo tiempo, el más gigantesco de los abusos”

En el revelador libro “Fifty Years In The Church Of Rome”, por Charles Chiniquy, 1968, reeditado de una edición de 1886, en el capitulo que habla de la Memoria de la Cautividad de Napoleón en Santa Helena, por el General Montholon.

“El general de los jesuitas persigue convertirse en master, soberano con poder sobre los soberanos. Allá donde sean admitidos, los jesuitas serán los dueños, cueste lo que cueste. Su sociedad es, por naturaleza, dictatorial, y por lo tanto es un enemigo irreconciliable de toda autoridad constituida. Cada acto, cada crimen, por más atroz que sea, es un trabajo meritorio, si está cometido en el interés de la Sociedad de los Jesuitas, o ha sido ordenado por el General”.

Existe una relación muy estrecha entre los Jesuitas y los Señores de Malta. ¿Qué es la Orden de Malta? La Orden de Malta es un estado no territorial, cuya sede central está en la ciudad de Roma y tiene el estatuto de extraterritorialidad (como si fuera una embajada).

La Orden de Malta es un estado soberano reconocido internacionalmente. Como dato de interés, valga decir que el Rey Juan Carlos I de España fue bautizado en la capilla de la Orden de Malta en Roma por el Cardenal Pacelli (que luego sería Pio XII) y tiene el collar del gran mérito maltés y la Gran Cruz de la Orden de Malta.

 

Es decir, las relaciones del rey español con la Orden de Malta son simplemente excelentes.

Esta relación entre jesuitas y orden de Malta no es irrelevante, ya que fue la Orden de Malta, que tiene ya 900 años, la que financió a Leinin y Hitller usando el dinero del Banco de la Reserva Federal, negociaron un tratado papal entre el Papa y Hitler y en Estados Unidos están detrás de proyecto “Paperclip, entre otras muchas cosas.

 

Es una Orden Muy poderosa.

Los Padres de la fundación de Estados Unidos sabían bien de la intriga dirigida por los Jesuitas y John Adams escribió en 1816:

“Como enjambres de ellos, adoptando todas las formas que sólo el rey de los gitanos puede asumir, vestidos como pintores, publicistas, escritores y profesores, si ha habido sobre la Tierra una sociedad de hombres que merecieron la condena eterna sobre la Tierra y el Infierno, esa es sin duda la Sociedad de Loyola”

(The New Jesuits, George Riemer, 1971)

El Presidente Abraham Lincoln dijo:

“Los protestantes tanto del Norte como del Sur deberían unirse para exterminar a los monjes y los jesuitas; si alcanzaran a vislumbrar cómo los monjes, las monjas, los curas, que diariamente llegan a nuestras tierras, bajo el pretexto de predicar su religión, no son nada más que emisarios del Papal, de Napoleón III, y de otros déspotas europeos, que quieren únicamente minar nuestras instituciones, alienar los corazones de nuestra gente y nuestra Constitución, de nuestras leyes, destruir nuestras escuelas y preparar un reino de anarquía aquí, como ya han hecho en Irlanda, en Méjico y España, y como han hecho en cualquier lugar del mundo donde hubiera gente que aspiraba a ser libre”

Fuente: Fifty Years In The Church Of Rome, Charles Chiniquy, 1968, reeditado de la edición de 1886

Lincoln que se hizo presbiteriano y tenías largas conversaciones con su cercano amigo y cura, Charles Chiniquy:

“Te voy a repetir lo que y ate dije en Urbana, cuando por primera vez me preguntaste sobre mis miedos de ser asesinado por los jesuitas: el hombre no debe preocuparse de donde y como morirá, siempre que muera con honor y cumpliendo su obligación. Pero debo añadir, que tengo el presentimiento de que Dios va a llamar hacia él por medio de la mano de un asesino. De forma que dejemos que se cumpla Su Voluntad, y no la mía.

 

El Papa y los Jesuitas, con su Inquisición infernal, son los únicos que han organizado los poderes del mundo recurriendo a la daga de un asesino para matar a aquellos a los que no pueden convencer con otros argumentos… Me parece que el señor quiere, como lo quiso en los días de Moisés, otra víctima.. No puedo ocultarte que creo que yo soy esa víctima.

 

Se han urdido tantos complots ya contra mi que es un milagro que siga vivo, considerando que la mayor parte de ellos eran ejecutados por manos expertas de asesinos de la Iglesia Católica Romana, evidentemente bien entrenados por Jesuitas.

 

Pero, ¿acaso puedo esperar que Dios siga haciendo estos milagros para salvar mi vida?. Creo que no. Los jesuitas son tan expertos en los entresijos de la sangre que Enrique IV decía que era imposible escapar de ellos, y por supuesto, él se convirtió en su víctima, aunque hizo todo lo que pudo por protegerse de ellos.

 

Si escapara de sus manos, de nuevo, desde la carta del Papa a Jeff David , esto sería más que un milagro”
Fuente: Fifty Years In The Church Of Rome, Charles Chiniquy, 1968, reeditado de la edición de 1886

En el libro “The Suppressed Truth About The Assassination Of Abraham Lincoln”, Burke McCarty, 1973, publicado por primera vez in 1924 leemos:

“El asesinato de Lincoln fue instigado por el papa “negro”, es decir, el General de la Orden Jesuita, camuflado detrás del papa “blanco”, Pio IX, asistido, ayudado y financiado por otros que se creen con “derechos divinos” en Europa y finalmente el asesinato fue consumado por la Jerarquía Romana y sus agentes a sueldo en este país (EE.UU.) y el Canadá francés, el día “Good Friday” , el 14 de Abril de 1865 en el Teatro Ford, de Washington D.C."

 

Este es el Papa Negro en la actualidad, el general de la Orden Jesuita, Hans Kolvenbach, para algunos, el hombre más poderoso del mundo.

 

 

 

 

Parte 2

 

La Orden Jesuita fue fundada en 1491 y hasta 1540 no fue validada por el Papa de Roma.

 

A la Orden a menudo se la denomina la Militia de la Iglesia Católica Romana, ya que quienes se convierten en miembros, le deben una obediencia brutal y absoluta al Papa de Roma y son, a partir de ese momento, los soldados del Papa y su cometido es ejecutar los planes y objetivos del Papa y la Iglesia, a cualquier precio.

Los Jesuitas se encuentran hoy en día en todas partes de mundo (hasta los confines más alejados), pero tienen presencia especialmente en Europa con 9000 miembros, 5500 aprox. En Norte América, 5400, en Asia y 1150 en África, aproximadamente.

 

Las cifras reflejan únicamente los miembros del círculo más estrecho de jesuitas.

Los jesuitas supieron desde el comienzo que los principios de la Iglesia Católica no se extenderían de forma efectiva si no participaban en la educación, de forma que la fundación de colegios y universidades fue una de sus primeras tareas. Hoy hay cerca de 200 universidades jesuitas en todo el mundo donde trabajan cerca de 3000 jesuitas y más de medio millón de alumnos reciben formación.

Además, existen miles de colegios de enseñanza primaria y secundaria que aseguran la impartición de la doctrina y entrenamiento jesuita en todas partes del mundo.
 

Este documento sobre los Objetivos de los Jesuitas Para el Próximo Milenio, revelados por las propias fuentes jesuitas, es muy revelador. Es muy interesante comprobar cómo ponen especial énfasis en la nueva evangelización y el ecumenismo (es decir, todas las religiones en “una”, algo cuyo sentido lógico y religioso se cae por su propio peso).

Como Phelps o Greg Szymanski, otros muchos autores creen que la Orden Jesuita es la que controla espiritualmente el Nuevo Orden Mundial.

En cualquier caso, la Orden ha sabido mantener con brazo firme su profundo, oscuro y criminal pasado escondido de los ojos del mundo y controlan hoy en día enormes recursos, que mantienen ocultos, y un poder extraordinario sobre los líderes norteamericanos y europeos, incluyendo aquellos que controlan la agenda fascista para el planeta.

A pesar de las sólidas evidencias y documentos que apuntan al, entre otras muchas cosas, asesinato de Abraham Lincoln, uno de los presidentes más emblemáticos de Estados Unidos, por parte de la Sociedad de Jesús, rara vez se oye hablar de ello, o se menciona en los medios de comunicación, lo que nos da una idea del gran poder y control sobre la libertad de expresión que tiene la Sociedad de Jesús, así como el enorme control, sobre la educación de muchos ciudadanos.

Al igual que en la masonería y otras órdenes secretas, en la Sociedad de Jesús, por supuesto no todos sus miembros son informados ni conscientes de la totalidad de la Obra, de forma que es admisible pensar que muchos miembros, en los niveles menos accesibles a la cúpula del poder, puedan desconocer muchos de los detalles, objetivos y asuntos de los que se trata aquí.

 

Como en toda estructura de corte “militar”, el desglose de información “sensible” se ofrece solo a miembros destacados en el vértice de la pirámide de poder.

En el capítulo 60 de “Cincuenta Años de La Iglesia Romana” escrito por el cura que fuera católico (más tarde renegó del catolicismo), Charles Chiniquy, éste plasma las palabras expresadas por Lincoln y que ilustran cómo la historia se repite y el peligro de que los jesuitas no sean desenmascarados definitivamente.

“Hay un hecho que ha sido ignorado por los americanos, y del que yo he caído en la cuenta sólo después de convertirme en Presidente de los Estados Unidos; es el hecho de que las familias destacadas del Sur han recibido su educación en gran medida, sino en su totalidad, de jesuitas y monjas.

 

De forma que los degradantes principios de la esclavitud, el orgullo y la crueldad son naturales entre tantas personas de entre ellos”.

“Los ideales de juego limpio, humanidad, igualdad y libertad, tal y como los encontramos en la Palabra del Señor, son combatidos implacablemente por estas gentes. Como sabes los primeros pobladores de Louisiana, Florida, Nuevo Méjico, Texas, Sur de California y Missouri fueron católicos romanos y sus primeros maestros fueron jesuitas.

 

Es cierto que después hemos conquistado o ganado esos estados, pero Roma ya había dejado su virus mortal en las máximas antisociales y anticristianas de sus gentes antes de que se convirtieran en ciudadanos americanos”.

“Desgraciadamente, los jesuitas y las monjas han seguido siendo desde entonces sus profesores.”

“Han perpetuado su silencioso, pero absolutamente eficaz, método de extender su odio contra nuestras instituciones, nuestras leyes, nuestras escuelas, nuestros derechos y libertades de tal forma que este terrible conflicto resultó inevitable entre el Norte y el Sur.

 

Como ya te he comentado antes, es al Papado de Roma a quien le debemos esta terrible Guerra Civil”.

Estas son las palabras de Abraham Lincoln sobre la Guerra Civil norteamericana.

Como ilustración de cuan engañosa y maligna es la jerarquía de los Jesuitas aquí hay un ejemplo del Juramente Extremo de los Jesuitas (Extreme Oath o Blood Oath), también conocido como el Cuarto Voto Jesuita o el Juramento de Sangre.

Existen dos versiones ligeramente distintas de ese Juramento, el original de uno está en la Librería del Congreso y el segundo en al Registro de Congreso, de 1913.

Aquí pueden estudiarse las diferencias entre ambas versiones.

"Cuando un jesuita de menor rango va a ser elevado a un puesto superior de mando, es llevado a la capilla del Convento de la Orden, donde sólo hay otras tres personas presentes, el Superior está de pie frente al altar.

 

A cada lado se sitúa un monje, uno de los cuales lleva una banderín amarillo y blanco, que son los colores del papado, y el otro una banderín negro con una daga y una cruz roja sobre un calavera con huesos cruzados, con la palabra INRI escrita, y debajo de ello, las palabras IUSTUM NECAR REGES IMPIOUS, el significado de lo cual es: es justo exterminar o aniquilar a los Reyes herejes o impíos.

Sobre el suelo hay una cruz roja sobre la cual el postulante se arrodilla.

 

El superior le pone en la mano un pequeño crucifijo negro, el cual el postulante recoge con la mano izquierda y lo presiona sobre su corazón, y el Superior al mismo tiempo le presenta la daga que aprieta por la hoja y después sitúa la punta de la daga sobre su corazón (del postulante).

 

El superior tiene la daga por la empuñadura y se dirige al postulante con estas palabras”...

Ver El Juramento Jesuita (The Jesuit Oath Exposed).