por Nicholas West
21 Agosto 2015
del Sitio Web
ActivistPost
traducción de El Robot Pescador
10 Septiembre 2015
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
La tecnología predictiva está en pleno desarrollo.
La llegada de las iniciativas de Big Data o Datos Masivos en
manos de los gobiernos, no sólo está poniendo en riesgo la
privacidad, sino que está ofreciendo a aquellos que acceden a dicha
información, una nueva manera de gestionar, controlar y vigilar
nuestras vidas, hasta un nivel sin precedentes en la historia.
La mayoría de la gente parece haberse resignado a que sus
dispositivos de comunicaciones sean vigilados, desde los móviles y
las tablets, a los ordenadores y los Wearables.
Sin embargo, nuestra información de salud es la más tentadora y
ofrece una ventana de intrusión completa en nuestra vida cotidiana.
Los ejemplos del nuevo nivel de control que se avecina empiezan a
aparecer a nuestro alrededor y resultan de lo más preocupantes.
En julio del año pasado, por ejemplo, conocimos un proyecto
realizado por investigadores de la Universidad de Tel Aviv
consistente en,
"Una aplicación para Smartphone que
puede revolucionar el tratamiento de la 'salud mental'."
Así es como describían el proyecto estos
científicos en la nota de prensa:
-
Hay una gran necesidad de
servicios de apoyo para ayudar a los médicos en la
evaluación y el tratamiento de aquellos que sufren de
enfermedades mentales.
-
Un nuevo sistema basado en
teléfonos inteligentes, detecta los cambios en los patrones
de comportamiento de los pacientes y, a continuación, los
transmite a profesionales en tiempo real.
-
Al facilitar la observación del
paciente a través de los teléfonos inteligentes, la
tecnología también permite a los pacientes un cierto nivel
de independencia respecto a hospitales, médicos e incluso
miembros de la familia.
-
Debido a que la mayoría de las
personas de la actualidad poseen teléfonos inteligentes,
pensamos, ¿por qué no aprovechar el teléfono inteligente, un
depósito que registra las actividades diarias, para
monitorear los patrones de comportamiento?
"El trastorno bipolar, por ejemplo,
comienza con un episodio maníaco" dijo el Dr. Uri Nevo.
"Un paciente que por lo general hace
cinco o diez llamadas al día pronto podría empezar a hacer
docenas de llamadas al día. Saber cuánto habla por teléfono,
cuántos mensajes de texto envía, el número de lugares que
visita, cuándo se va a la cama y por cuánto tiempo.
Todo esto pueden ser indicadores
sobre la salud mental del paciente y proporcionan importantes
conocimientos a los médicos que quieren detectar un trastorno
antes de que se desarrolle plenamente"
La idea fue bien recibida por otros
equipos de psiquiatras en otros lugares del mundo.
La Northwestern University siguió el anuncio de Tel Aviv,
proclamando que según sus propias "investigaciones", el smartphone
estándar puede detectar con precisión si una persona tiene
depresión, con casi el 90% de precisión, simplemente basándose en
los datos de localización GPS y en la información de uso del
dispositivo.
Los investigadores parecían muy contentos por los resultados
obtenidos a partir de tan sólo 40 participantes, pero vale la pena
señalar cuál es su objetivo, según ellos mismos afirmaron:
-
Objetivo:
El objetivo de este estudio fue
explorar la detección de marcadores de comportamiento en la
vida diaria utilizando los sistemas de telefonía móvil de
posicionamiento global (GPS) y sensores de uso, y su uso en
la identificación de la gravedad de los síntomas depresivos.
-
Conclusiones:
Mientras que estos resultados
deben ser replicados en un estudio más amplio entre
participantes con síntomas clínicos confirmados, los
resultados obtenidos sugieren que los sensores telefónicos
ofrecen numerosas oportunidades clínicas, incluyendo el
monitoreo continuo de las poblaciones en riesgo y las
intervenciones clínicas que permitan actuar a tiempo.
En definitiva, lo que todos estos científicos afirman es que,
controlando cómo usas el móvil, cuánto llamas, cuántos mensajes
envías y a dónde vas, pueden detectar si,
"tienes una enfermedad mental o no,
o si estás en riesgo de padecer algún trastorno mental".
Para ellos, los pensamientos elaborados
y complejos de los seres humanos, junto con sus deseos y emociones,
pueden ser reemplazados por una superposición algorítmica extraída
de los resultados de los sensores de tu móvil.
Solo con esos datos superficiales, estos científicos sostienen que
pueden conocerte mejor que tú mismo o que tu propia familia y
amigos.
-
¿Sabías que el tiempo promedio de uso del teléfono inteligente para
una persona deprimida, según sus cálculos, es de 68 minutos?
-
¿Sabías
que 17 minutos de uso, en cambio, te convierte en alguien normal?
-
¿Estos datos tan fríos y superficiales, realmente definen lo que es
tu vida y lo que eres tú?
Dichos científicos utilizan términos como "variación de la
ubicación", "clustering", "movimiento circadiano" y "tiempo de
transición" para definir tus movimientos.
Es el procedimiento
operativo estándar para los reduccionistas y tecnócratas de todo el
mundo, aquellos a los que
Jon Rappoport ha llamado OTO
(obsesionados en organizar).
Lo más peligroso de este tipo de proyectos de análisis de
comportamiento es que definen implícitamente lo que es "una vida
normal" y ponen bajo sospecha de "enfermedad mental" o "conducta
anormal o sospechosa", a cualquier conducta que se salga de esa
norma pre-establecida.
Por lo tanto, si a usted no le gusta pasar el tiempo comprando en
centros comerciales y prefiere estar en su casa la mayor parte del
tiempo o si por contra, le gusta vagar sin rumbo por las calles
durante horas y sin mayor objetivo que dejarse llevar y observar el
entorno humano, podría llegar a ser considerado como "sospechoso de
enfermedad mental", simplemente porque no se comporta como
'todos los
demás', según los datos de seguimiento de su teléfono inteligente.
Y estos grandes científicos determinarán entonces que usted debe ser
vigilado…
"siempre por su 'propio bien',
claro".
Con todos estos datos, elaboran lo que se conocen como "modelos
predictivos", que reducen la compleja conducta y psique de las
personas a meros datos de los que se pueden extraer previsiones de
comportamiento futuro, como si todos fuéramos poco más que robots
completamente predecibles.
Esto puede parecer un proyecto científico que no llegará a puerto y
que no tiene demasiado sentido.
Pero está empezando a ser aplicado cada vez más, tal y como
indicábamos en el artículo: Peligro - Llegan los Modelos Predictivos
a la Medicina.
Ya se ha creado el marco político para aplicar estas técnicas de
control y seguimiento en algunos países.
Por ejemplo, en EE.UU., incrustado en la "ley de protección del
paciente y de Asistencia Asequible" (también conocido como
Obamacare),
se afirma, con toda claridad, el valor de los datos obtenidos de
dispositivos de comunicación y de los patrones de comportamiento del
consumidor, y augura cómo el gobierno podría exigir cambios en el
futuro próximo.
"Las organizaciones de atención
médica canalizan cada vez más a sus pacientes hacia
intervenciones basadas, en parte, en lo que deducen a partir de
modelos predictivos.
Un creciente número de expertos en el cuidado de la salud, ven
los modelos predictivos como una oportunidad para prevenir
enfermedades y sus complicaciones, controlar admisiones en
hospitales, predecir riesgos, controlar costos para una gama
cada vez más diversa de segmentos de población.
Las organizaciones de atención médica tendrán acceso a fuentes
de datos más variadas, como las procedentes de las evaluaciones
de riesgo para la salud, evaluaciones de comportamiento,
resultados de laboratorio y recetas farmacéuticas, lo que
comportará que el impacto de los modelos predictivos se
incrementará cada vez más"
Para entender hasta qué punto pretenden
analizarnos, controlarnos y clasificarnos mediante estos sistemas de
control, solo necesitamos leer lo que dijo sobre dichos modelos
David Mohr, director del Centro de Tecnologías de
Intervención del Comportamiento de la Escuela Feinberg de
Medicina de la Universidad Northwestern:
"La importancia de esto es que
podemos detectar si una persona tiene síntomas depresivos y
conocer la severidad de esos síntomas sin tener que hacerle ni
una sola pregunta.
Ahora disponemos de una medida
objetiva de la conducta relacionada con la depresión. Y estamos
detectándola pasivamente. Los teléfonos pueden proporcionar
datos discretamente y sin ningún esfuerzo por parte del usuario"
Naturalmente, el siguiente paso que
seguirá a los diagnósticos de depresión, será el de utilizar estas
tecnologías para "prevenir los suicidios".
Y he aquí donde el asunto empieza a adquirir un tono mucho más
oscuro y amenazante.
La Universidad de Indiana está tratando de utilizar bio-marcadores
procedentes de muestras de sangre, tomadas de aquellas personas que
están siendo tratadas por trastornos bipolares y otras
"enfermedades" mentales y que los psiquiatras afirman que están en
un máximo riesgo de suicidio, combinándolos con estas aplicaciones
para móviles.
Así es como nos lo venden en el comunicado de prensa de la
Universidad de Indiana:
"Investigadores de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Indiana han anunciado en la
revista 'Molecular Psychiatry', que han desarrollado pruebas de
sangre y cuestionarios instrumentales que pueden predecir con
más del 90% de exactitud cuándo un paciente empezará a pensar en
suicidarse.
'Creemos que la adopción
generalizada de las pruebas de predicción de riesgo en base
a estos hallazgos durante las evaluaciones de salud,
permitirá a los médicos intervenir con cambios en el estilo
de vida o tratamientos que pueden salvar vidas', declaró
Alexander B. Niculescu III, profesor de psiquiatría y
neurociencia en la Escuela de Medicina de la Universidad de
Indiana.
Alexander B. Niculescu
Usando bio-marcadores de ARN a partir de muestras de sangre,
junto con un cuestionario de nuevo desarrollo en forma de
aplicación para dispositivos móviles, los investigadores fueron
capaces de predecir qué individuos dentro de un grupo de
pacientes con una variedad de enfermedades psiquiátricas,
podrían experimentar impulsos suicidas, con aproximadamente el
92% de precisión.
Entre los pacientes con trastorno
bipolar, la precisión alcanzó el 98%. La combinación de los bio-marcadores
y de la aplicación para móviles también fue precisa para
predecir cuál de los pacientes acabaría siendo hospitalizado por
intento de suicidio en el año siguiente a la prueba"
Estos estudios completan una serie de
estudios realizados sobre 217 enfermos psiquiátricos iniciados hace
años por el mismo equipo científico dirigido por el Dr. Alexander
B. Niculescu; los enfermos presentaban diagnósticos de trastorno
bipolar, trastorno depresivo mayor, trastorno esquizo-afectivo y
esquizofrenia.
Los investigadores identificaron 37 participantes que pasaron de no
tener ningún impulso suicida a presentar impulsos suicidas claros
durante el estudio. Los científicos fueron capaces de identificar
los ARN que estaban presentes a diferentes niveles en muestras de
sangre tomadas a todos los enfermos, entre ellos estos 37 individuos
con impulsos suicidas.
Eso les permitió definir la naturaleza de los biomarcadores a
vigilar para predecir ese presunto riesgo de suicidio.
Como hemos dicho antes, paralelamente con la aplicación de estos
biomarcadores procedentes de análisis de sangre, se utilizarían
cuestionarios en forma de aplicaciones para móviles.
Una de las aplicaciones evalúa el nivel de estado de ánimo y de
ansiedad; el otro hace preguntas relacionadas con temas de la vida
cotidiana, incluyendo la salud física y mental, las adicciones, los
factores culturales y el estrés ambiental. Ninguna de estas
aplicaciones, le pregunta explícitamente a a una persona si está
pensando en suicidarse.
El Dr. Niculescu cree que estas aplicaciones están listas para ser
desplegadas y probadas por profesionales de la medicina,
especialmente en entornos servicio de urgencias, combinadas con los
biomarcadores procedentes de los análisis de sangre.
***
Con toda probabilidad, mucha gente verá en estas tecnologías un
montón de ventajas y las considerará un gran avance para el
tratamiento de los
trastornos psiquiátricos, antes de que estos se
produzcan.
Pero imaginemos por un momento, las implicaciones que el desarrollo
de estas técnicas y tecnologías pueden tener para nuestro futuro.
Estamos hablando de un futuro en el que los médicos y psiquiatras
podrían determinar, solo analizando los datos de nuestros
dispositivos móviles y sin entrevistarse con nosotros si,
"estamos a punto de sufrir algún
tipo de trastorno psiquiátrico".
Una vigilancia "pasiva", de la que
nosotros no seríamos conscientes y que iría combinada con el control
de determinadas sustancias de nuestra sangre, que funcionarían como
indicadores o marcadores de nuestros impulsos futuros.
Eso convertiría a los médicos y a los psiquiatras, en algo parecido
a dioses que nos vigilan desde las alturas y que sabrán, "antes que
nosotros mismos", lo que vamos a hacer, cómo y cuándo.
Esas predicciones sobre nuestras posibles acciones futuras, ya no
estarán basadas en el contacto humano directo, ni en conocer
nuestras circunstancias vitales especificas, ni en un conocimiento
de nuestra personalidad propia; estarán basadas en protocolos y
algoritmos y en la presencia de indicadores físicos de los que, "los
mortales" ni tan solo podemos constatar su existencia.
Y gracias a estas frías predicciones, estos médicos podrán
intervenir sobre nuestras vidas, con el presunto propósito de
"salvarnos de nosotros mismos", antes de "que nos hagamos daño".
Y puesto que estas previsiones de conducta futura estarán basadas en
fríos protocolos y algoritmos informáticos, podemos deducir que, en
un futuro no muy lejano, ni tan solo hará falta la intervención de
seres humanos para predecir nuestras futuras acciones:
Cualquier inteligencia artificial
podrá determinar, siguiendo estos protocolos, cuándo cualquiera
de nosotros podemos convertirnos "en un peligro potencial"
porque no cumplimos con determinados estándares.
Será esa
inteligencia artificial, convertida en infalible juez supremo
sabedor de la verdad absoluta, la que determinará si "debemos
ser sometidos a tratamiento psiquiátrico urgente" para "prevenir
males mayores".
Este es el futuro obvio que se perfila
en el horizonte, por culpa de esos tecnócratas maníacos del control,
vestidos con sus batas blancas y convertidos en los sacerdotes de
una nueva religión basada en dogmas científicos.
-
¿Hasta qué punto estamos dispuestos a dejarnos vigilar y controlar?
-
¿Quién garantizará que todos estos protocolos son realmente
correctos y que no pueden ser alterados a conveniencia para "acabar
con aquellos individuos molestos o desobedientes que se aparten de
los marcos de conducta correcta"?
Si no empezamos a actuar ahora, pronto seremos perseguidos y por
simples máquinas, antes de que ni tan solo, hayamos hecho nada…
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