por Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
del Sitio Web
MitosYFraudes
El concepto del respeto por la
"autoridad científica", es un arma de doble filo que corta a
creyentes y escépticos por igual.
Se nutre del arraigado sentimiento
de respeto a la autoridad política, y
otras autoridades como la paterna, la de maestros de escuela y la de
un amigo mío que "sabe mucho". Quienes no se han librado de tan
peligroso concepto están librados a su propia suerte y seguirán
siendo víctimas de políticos, influyentes, y científicos
inescrupulosos por igual.
Cuando en una discusión científica los argumentos propios y las
evidencias que proveen las observaciones, además de las leyes
fundamentales de la física, la química y las matemáticas no son lo
bastante convincentes, se hace necesario recurrir a la referencia
del tipo " me lo dijo un amigo que sabe mucho", que termina siendo
alguna referencia a los dichos de algún reconocido personaje de las
ciencias (o de la farándula, para el caso es lo mismo), los estudios
científicos publicados en revistas especializadas (por desgracia,
hoy de dudosa credibilidad) o, como golpe de gracia, referencia al
Sagrado Verbo de las Academias de Ciencias de cualquier país, o a
organismos de gobiernos o de las Naciones Unidas – como si todas
estas organizaciones estuviesen integradas por seres divinos ajenos
a la corrupción y a los errores propios de los humanos.
El tema de hoy, para variar un poco, es la capa de ozono y los
famosos CFC, o cloro-fluoro-carbonos, los halones, y demás
sustancias acusadas de destruir a la capa de ozono y permitir que
los rayos ultravioletas causen estragos en la gente, cánceres de
piel, cataratas, extinción de especies y otras tantas sandeces como
se han escuchado por allí, y que culminaron con el otorgamiento de
un Premio Nóbel.
Como dijo en su momento el renombrado volcanólogo y
científico francés, ex ministro de Grandes Riesgos Naturales y
Tecnológicos de Francia, director del Centro Nacional de
Investigación Científica, Haroun Tazieff comentando el Premio Nóbel
de química de 1995 a los inventores del fraude del ozono:
"Es muy lamentable comprobar la
velocidad a la que está desapareciendo la honestidad
científica."
Como ven, yo también he tenido que recurrir a la costumbre de
referir mis dichos a personas "que saben mucho", pero cuando se
dirige uno a quienes no están en posesión de todos los detalles y
los conocimientos sobre algún asunto, es necesario mencionar las
fuentes de la información y alentar al interlocutor a comprobar las
cosas por sí mismo.
Como ya lo he expresado aquí en otras muchas
oportunidades, la tarea de la búsqueda y recopilación de información
es larga, complicada y se hace a veces penoso – y luego viene el
terrible trabajo de comparar las opiniones y trabajos de unos con
los de los demás, y los de todos ellos con las leyes fundamentales
de todas las ciencias. Uno queda de cama, cuando no se tiene el
entrenamiento suficiente.
Por ello es que se abandona toda precaución y se acepta la
"autoridad" en la materia de muchos que tienen intereses personales
o comerciales, o políticos en el asunto que se discute (como sucede
con todas las organizaciones oficiales, incluidas las Academias de
Ciencia, que deberían ser el último refugio de las sabios y honestos
– pero que en gran cantidad de oportunidades se convirtieron en un
reducto de granujas.
Me pregunto ¿qué habría sido del destino de la humanidad si en
algunos momentos se hubiere aceptado la "autorizada" palabra de
personajes influyentes en cada materia?
¿Qué habría pasado si se
hubiese prestado atención a opiniones como las que siguen?:
"No parece que el hombre pueda jamás dominar al poder del átomo"
Robert Milliken,
Premio Nobel, 1923
La energía producida por la ruptura del átomo es una cosa muy pobre. Cualquiera que espere obtener energía de la retransformación de estos átomos está hablando cosas sin sentido."
Rutheford,
Premio Nobel 1908
Se ha hablado mucho acerca del cohete de 3.000 millas. En mi opinión, tal cosa es imposible... podemos dejarla fuera de nuestra
imaginación. Vannevar Bush,
físico del MIT, Premio Nobel 1945
No hay esperanza alguna para la fantasiosa idea de alcanzar la Luna, a causa de la barrera insuperable de la gravedad terrestre.
Dr. F.R. Moulton,
astrónomo, Universidad de Chicago, 1932
Aunque teórica y técnicamente la televisión sea posible,
considero que es una imposibilidad comercial y financiera. Es un desarrollo en el que no debemos perder tiempo soñando con él.
Lee de Forest,
pionero de la radio de EEUU, 1926
¿Qué me dice, señor?
¿Hará usted navegar a un barco en contra del
viento y la corriente poniendo una caldera con fuego bajo la
cubierta? Le ruego que me excuse, pero no tengo tiempo para escuchar
tales tonterías. Napoleón Bonaparte,
a Robert Fulton, inventor del barco a vapor
Vista la manera en que grandes
personajes de la historia se han equivocado de manera garrafal
en sus apreciaciones sobre el futuro de alguna cosa, sería muy
prudente si revisamos ese asunto de
confiar en las "Sagradas Palabras" de científicos famosos y
Academias de Ciencia con mandamases un tanto granujas.
No olvidemos
que aquellos que llegan a una posición, en cualquier terreno que
sea, tienen una "quintita que cuidar", de la que depende la comida
que lleva a su casa, y tienen que regarla de continuo con
declaraciones sobre cualquier cosa.
La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos
Durante muchos años ha sido, sin lugar a dudas, una de las Academias
más respetadas en el mundo, junto a la de Francia.
Las demás no
cuentan, aunque una de ellas, al de Suecia, se le ha confiado el
privilegio de otorgar los Premios Nóbel – desvirtuando los
postulados de Alfred Nobel para el otorgamiento de la distinción,
"para quienes hayan contribuido durante el año anterior al progreso
y desarrollo de la industria, y le hubiesen conferido los mayores
beneficios a la humanidad" a través de la física, química, medicina
y literatura… "y al mejor trabajo para la fraternidad entre las
naciones".
Y ¿qué hizo F. S. Rowland para ayudar a la humanidad?
Además de
privarla de una de las más grandes maravillas del siglo 20, junto al
DDT, y a los antibióticos, Rowland había firmado en 1991 la
Declaración Morelia, un manifiesto a favor de la igualdad de todas
las especies. Rowland y la Morelia propulsaban la creación de una
Corte Internacional del Ambiente para perseguir criminalmente a
quienes estuviesen involucrados en "actividades ambientales
criminales" en cualquier lugar del mundo.
Comer un pollo sería
considerado un crimen, ya que después de todos los movimientos de
liberación que triunfaron en el siglo 20, era factible que "un día
alcancemos una genuina igualdad entre todas las cosas vivientes."
También se lo grabó diciendo que el mundo tenía demasiada gente y
que había que reducir la población por los medios que fuesen
necesarios.
La prohibición de los CFC obtenida por su fraude
científico está impulsada por su filosofía, vistos los efectos
mortales que causó la prohibición de los CFC en muchos países pobres
que no podían costear una cadena de frío más cara de la que ya
apenas podían mantener con los CFC.
Pero el tema de los Premios Nóbel son motivos de otra discusión
apasionante.
Pero en los últimos diez años, o un poco más, la seriedad y
autoridad de la Academia de Ciencia de USA está siendo cuestionada
‘soto voce’ por muchos miembros respetables de la comunidad
científica, incluidos algunos ex miembros de esa Academia.
Y todo el
asunto de la degradación de la calidad científica de la Academia
comienza cuando F. Sherwood Rowland, el autor de la teoría de la
destrucción del ozono por los CFC, es nombrado presidente de la
Academia de Ciencias, empujado políticamente por la notoriedad que
había venido alcanzando por la masiva publicidad dada a su falsa
hipótesis.
Como presidente de la Academia de Ciencias también lo era
de la AAAS, o American Asociation for the Advancement of the
Sciences, la editora de la revista científica Science, que tanto
prestigio había ganado – hasta entonces, y que tanto ayudó para
promocionar la falsa teoría.
También fueron presidentes de la Academia Nacional de Ciencias
Robert Watson, otro de los impulsores del fraude del ozono y más
tarde del calentamiento global, quien alcanzó la posición de
presidente del panel Intergubernamental del Cambio Climático,
IPCC,
como representante de los EEUU, hasta que fue destituido por su
gobierno y reemplazado por otro adicto al calor: Rakendra Pachauri.
Poco a poco, las críticas a la falta de seriedad científica de la
Academia comenzaron a hacerse escuchar, primero por un ex presidente
de esa Academia, el Dr. Frederick Seitz, quien en su momento se
opuso tenazmente al fraude del ozono, y quizás ello le valió perder
el puesto. Luego, otros ex miembros de la Academia la han acusado de
hacer más propaganda política que ciencia, y se recuerdan todavía
las acusaciones de Richard Lindzen, quien también era uno de los
autores contribuyentes a los informes del IPCC sobre el estado del
clima global.
Y llegamos así a comprobar que en el sitio Web de la Academia
Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, existe todavía publicado
un largo trabajo, en varias páginas del sitio, sobre el tema de la
capa de ozono y sus "salvadores", Sherwood Rowland, Mario Molina, y
Paul Crutzen. El trabajo data de 1996, es decir poco después de que
Rowland ganase su Nóbel.
Los créditos al pie de la página nos dice
algo revelador:
Créditos
"Este artículo es una adaptación de
Ron Cowen de un artículo
elaborado por el Dr. F. Sherwood Rowland para Beyond Discovery :The
Path from Research to Human Benefit [Más allá del descubrimiento: El
camino desde la investigación hasta el beneficio humano], un
proyecto de la National Academy of Sciences
(Academia Nacional de las
Ciencias)"
"La Academia, con sede en Washington, D.C.,
es una sociedad de distinguidos eruditos comprometidos con la
investigación científica y de ingeniería, dedicada al uso de la
ciencia y la tecnología para el bienestar común. Durante más de
un siglo, la Academia ha proporcionado asesoramiento científico
objetivo e independiente a la nación."
"1996 de U.S. National Academy of Science"
El trabajo, si alguien tiene interés en comprobar la manera en que
se desarrolla un fraude, está en
El Fenómeno de la Reducción del
ozono donde podrá ser consultado en castellano.
Extractaré algunas
partes para comentarlas, pero todo el resto no es más que auto-bombo
y bla, bla, bla de Sherwood Rowland.
El fenómeno de la reducción del ozono
Al igual que una infección que se vuelve cada vez más virulenta, el
agujero de la capa de ozono, de dimensiones similares a las de un
continente, es cada vez más y más grande.
Recuérdese que el artículo era de 1996.
Las cosas ni eran como las
decían, ni siguieron siendo como las profetizaban. Se ha comprobado
ya que el "agujero" existía desde siempre, que se hace muy grande
algunos años, y en otros se reduce a tamaños increíbles, demostrando
que los CFC no influyen en el tamaño del agujero.
"Cada año desde finales de la década de 1970, gran parte de la capa
protectora de ozono estratosférico situada sobre la Antártica
desaparece durante el mes de septiembre, creando lo que popularmente
se conoce como el agujero de ozono."
Se sabe que el Agujero existía ya en 1957, cuando
Dobson y los
franceses lo descubrieron, y Dobson lo describió en su libro de
1966, Explorando la Atmósfera.
¿Será posible que la Academia de
ciencias de los EE.UU. mantenga publicada una falsedad científica (para
no decir mentira fraudulenta), desinformando a los jóvenes que,
cándidamente acceden a sus páginas para aprender algo de ciencia
provista por una organización "seria" y "respetada" por su veracidad
científica?
"En otros lugares del planeta
también se ha detectado una reducción importante, aunque no tan
considerable, de los niveles de ozono."
Este es un ejemplo de cómo se puede transmitir información falsa sin
mentir!
Se inscribe dentro de la categoría de "medias verdades =
mentiras completas", es decir, cuando se dice sólo la parte de un
asunto que apoya la teoría y se oculta la otra que la contradice, se
está desinformando, se está mintiendo. Las reducciones importantes
que se han observado en todo el mundo se deben a las variaciones
normales, anuales, estacionales, mensuales, semanales, diarias y
hasta horarias, de la concentración de ozono en diversos niveles de
la estratosfera.
Este aspecto ha sido profundamente estudiado por el
satélite conjunto de la NASA y de la Universidad de Wuppertal,
Alemania, el llamado Proyecto Crista-SPAS, que demostraba ya en 1995
que el asunto de los CFC y el ozono era un fraude. Cuando tenga un
tiempo libre, lea el artículo sobre Crista-SPAS en este mismo sitio.
Verá que no le mentimos.
"Esta reducción del ozono en la
atmósfera permite que una mayor cantidad de radiaciones
ultravioletas lleguen a la Tierra, aumentando con ello los casos
de cáncer de piel, las lesiones oculares y los daños en las
cosechas. "
Aparte de la falsedad que
significa el recitado de parte de la Letanía Verde, la radiación
ultravioleta que llegaba hasta la Tierra no disminuyó jamás ni un
ápice más de los valores registrados en sus numerosas variaciones
normales de la capa de ozono.
El científico Joseph Scotto, del
National Cancer Institute publicó en Science un estudio llamado
"Radiación Ultravioleta Biológicamente Efectiva: Mediciones de
Superficie en los Estados Unidos, 1974-1985," 2 Feb 12, 1988, donde
mostraba los registros de todas las estaciones de medición de los
EE.UU. y se llegaba a la conclusión de que en ese período entre 1974 y
1985, la radiación UV había disminuido 75 en todo el territorio
americano.
El estudio hizo "roncha", dado que a Scotto se le cortaron todos los
fondos para seguir investigando, y se clausuraron todas las
estaciones que medían la radiación UV, reemplazándolas por "modelos
computarizados" de medición. Modelos!
La información sobre el asunto
la hallará en el Capítulo 2 de Ecología: Mitos y Fraudes, en este
mismo sitio, "El Fraude del Ozono."
Sigue diciendo la página de la
Academia.
"¿Qué es el ozono? ¿Cómo llegaron los investigadores a descubrir el
papel que desempeña en la atmósfera de la Tierra y las devastadoras
consecuencias de su reducción? El artículo siguiente, que es una
adaptación de un artículo del Dr. F. Sherwood Rowland, uno de
los pioneros en este campo que compartió el premio Nobel de
química en 1995 por su trabajo, trata de responder a éstas y
otras preguntas."
Esta es la primera muestra del "autobombo" de Rowland. ¿Pionero
Rowland en el tema del ozono?
Seguro que fue quien más provecho
económico le sacó, pero de allí a que haya contribuido con algo de
validez científica a la química atmosférica, es algo que muchos,
muchísimos químicos, han puesto en duda.
El problema
"Con la primavera llega un nuevo
tipo de luz a la Antártica, una luz que es más perjudicial que
beneficiosa. En esta época en la que todo comienza, el agujero
de la capa de ozono se forma de nuevo, permitiendo el paso a
través de la atmósfera de las perjudiciales radiaciones
ultravioletas."
Cuando se miente, hay que mentir sin que a uno lo pesquen.
De otra
manera, se corre el riesgo de perder toda la credibilidad para el
resto del discurso. Esta afirmación de Rowland es pura basura
propagandística. El Sol aparece sobre la Antártica el 21 de
septiembre de cada año, y lo hace como un pequeñísimo punto en el
horizonte, que a medida que avanza la primavera, comienza a elevarse
cada vez más sobre el horizonte hasta llegar en 23 de diciembre a
ubicarse a 23,5º sobre el horizonte.
Es el momento en que el Sol
está vertical sobre el Trópico de Capricornio, de manera que recién
a principios de diciembre es cuando algunos rayos solares podrían
colarse por los bordes del "agujero de ozono", que algunas veces
llega hasta los 55º S, pero que por lo general se mantiene dentro de
los 66.5º S del Círculo Polar antártico.
A menos que los rayos del Sol tengan la capacidad de curvarse por
encima de los bordes del agujero (entre 16 y 30 Km. de altura sobre
el Polo), es difícil imaginar que "se permite el paso a través de la
atmósfera de las prejudiciales radiaciones ultravioletas." Habría
que preguntarle a los médicos que tratan a los pacientes de
osteoporosis, o raquitismo, si los rayos UV son prejudiciales, o
beneficiosos.
En este, como en cualquier otro tema de la
peligrosidad de las exposiciones a radiaciones o a toxinas, la regla
de oro sigue siendo,
"La Dosis es
el Veneno"
Mucha radiación, sea UV o ionizante, resulta perjudicial.
La dosis
precisa cura cánceres y contribuye a la salud humana, la formación
de la vitamina D y E sobre la piel, la fijación del calcio en los
huesos y, para que hablar de ello, a la fotosíntesis que nos
mantiene vivos a todos los seres de este bendito planeta.
"Aunque el agujero sólo dura dos meses, la época en la que se
produce no podía ser peor. Al mismo tiempo que la luz solar hace que
se reinicie la actividad en plantas y animales hasta entonces
aletargados, también es fuente de radiaciones ultravioletas
perjudiciales para estos seres.
Transcurridas ocho semanas, el
agujero deja la Antártica para pasar a zonas más pobladas, entre
las que se incluyen Nueva Zelanda y Australia. Esta radiación de
alta energía y perjudicial para los seres vivos puede causar
cáncer de piel y lesiones oculares, dañar el sistema
inmunológico y alterar el delicado equilibrio de ecosistemas
enteros."
Imagen tomada por satélite el 25 de septiembre de 1995
del agujero de ozono (área rosa) sobre la Antártida
La capacidad de mentir sin que se les
mueva un pelo, es realmente asombrosa.
El comentario de que la "época en que se
produce no podía ser peor," no tiene sentido alguno. Es una idiotez
fenomenal. ¿Cuál sería la época buena para que se abriese el
Agujero? Si el agujero se abriese en verano, ¿sería mejor, señores
de la Academia de Ciencias?
Ustedes saben bien que la única época en
que se puede producir el "agujero" es a principios y mediados de la primavera,
entonces, ¿a qué viene el tonto comentario catastrofista y pesimista
de la peor época?
El Agujero jamás llegó hasta Australia o Nueva Zelanda, de acuerdo a
los mapas de la NASA, aunque sí llegó, en forma de mini-agujeros de
ozono, a pasar por encima de Ushuaia y Tierra del Fuego. Entonces,
sería interesante comprobar si las radiaciones que el agujero de
ozono permite pasar son tan letales como lo afirma el cachafaz de Rowland.
Extracto y cito pasajes del capítulo 2 de mi libro,
El
Fraude del Ozono, para que se analicen datos científicos.
Algunos Hechos Científicos
Los científicos Ernesto A. Martínez e Isidoro Orlansky, del
Laboratorio de Geofísica (LAGE), de la Universidad de Buenos Aires,
completaron un estudio sobre los niveles de radiación UV que llegan
a la superficie del planeta, y los compararon con los niveles de
reducción del ozono.
Luego declararon a la prensa:
"Si los niveles de ozono disminuyesen un 50% algo que ocurre muy
pocos días y en zonas muy reducidas de la Antártica y los demás
parámetros se mantienen constantes, la radiación UV se incrementa
un 15%, y la radiación global apenas aumenta un 1,5%.
Los valores
típicos de radiación global (de acuerdo a los promedios anuales) son
de 300 watts/m2 en Buenos Aires; alrededor de 100 a 150 watts/m2 en
Tierra del Fuego; y unos 100 watts/m2 en la Antártica.
Los niveles
de radiación UV directamente debajo del Agujero de Ozono no alcanzan
a los niveles promedio que se encuentran en Buenos Aires".
Por su parte, la Licenciada Victoria Tafuri, del
Observatorio
Nacional de Villa Ortúzar en Buenos Aires, y que está a cargo de
medir los niveles de ozono, fue a la Antártica en 1988 acompañando a
la expedición NOZE de la NASA.
A su regreso, declaró a la prensa en
Diciembre de 1988 que:
"El mal llamado agujero de ozono de la
Antártica está circunscrito al continente antártico y no hay
razones científicas para presumir que pueda llegar al territorio
argentino."...
"La historia del Agujero de Ozono sólo beneficia a
intereses corporativos e industriales. La falta de ozono no produce
cáncer de la piel como se ha repetido con persistencia aunque el
problema puede derivarse de una excesiva exposición al Sol,
sin la protección de aquellos productos que hemos estado usando
durante los últimos 30 años"
Más tarde explicó que ella realiza diarias observaciones y
mediciones de los niveles de ozono sobre Buenos Aires, y declaró:
"No se ha observado ninguna
variación en los niveles de la capa de ozono durante los últimos
25 años"
Como se puede apreciar en la foto de la NASA mostrada más arriba (la
misma que aparece en el sitio de la Ac.Nac.C., el agujero, de color
rosa, ni siquiera toca la punta norte de la Península Antártica, y
está a cientos de kilómetros de Tierra del Fuego. Se puede
distinguir Argentina en la parte superior de la foto.
Australia esta
directamente abajo, en una región que en esos momentos tenía niveles
de ozono de 350 DU, de acuerdo a la escala de colores de la NASA.
En dirección al Polo vemos a continuación zonas de crecientes
niveles de ozono (los colores verdes y amarillos) que llegan hasta
los 450 DU, es decir un 50% más de ozono de lo que existe en el
Ecuador.
Pero la propaganda y la neurosis en esas épocas en que se
jugaba la prohibición de los CFC y la consolidación de la Madre de
todos los fraudes científicos, se llegó a decir que en Australia
había aumentado la incidencia de cánceres de piel – en los gatos!
Animales de hábitos nocturnos, cubiertos de pelos (menos en el
hocico), dónde había piel expuesta para causar cánceres de piel? El
hocico, por parte, es de color negro debido a la cantidad de
melanina, el gran protector de rayos ultravioletas.
Aunque la mayor reducción de los niveles de ozono se produce sobre
el Polo Sur debido a la combinación de condiciones meteorológicas y
CFC, estas sustancias no se liberan en esta región sino en zonas más
al norte, principalmente en Europa, Rusia, Japón y Norteamérica, y
juegan un papel fundamental en la disminución de las concentraciones
de ozono en todo el planeta.
Una de las claves para resolver el fraude está en esa frase:
"sobre el Polo Sur debido a la
combinación de condiciones meteorológicas y CFC," porque no se
ha determinado aún la manera en que los CFC producidos en el
hemisferio Norte han viajado hasta el hemisferio
Sur, porque también deberían hacerlo – y con mucha mayor facilidad -
los aerosoles de sulfatos y hollines industriales, cosa que no se ha
comprobado.
Otra de las claves del fraude está en los estudios del satélite
Crista-SAPA, que usa a los Freones CFC-11 como "marcadores" para
determinar las concentraciones de los gases, y se comprueba que más
que un agujero de ozono, lo que hay en el Polo Sur es un "agujero de
Freones"!
La cantidad de freones allí es insignificante, casi no se
pueden medir – pero se los culpa de destruir al ozono a una velocidad
pasmosa.
Es curioso que la Academia de Ciencias haya ignorado la
multitud de estudios que hablan de las más de 650 millones de
toneladas de cloro anuales que produce madre naturaleza y las envía
alegremente a la atmósfera.
También parece ignorar los estudios
(entre ellos los de Haroun Tazieff) sobre el volcán Erebus en la
Antártica, que emite 1000 toneladas diarias de cloro directamente
dentro del "agujero de ozono".
Cuando se habla de lo que apoya la teoría y se ocultan los hechos
que la destruyen, entonces lo que se hace es mentir
– desvergonzadamente.
"Según un informe de las Naciones
Unidas, la cantidad anual de radiaciones ultravioletas
perjudiciales que alcanzan el hemisferio norte ha aumentado un 5
% durante la última década."
Ya vimos que a la hora de dar cifras y hablar de ciencia, las
organizaciones políticas no son para nada de fiar.
También vimos que Jospeh Scotto había probado que durante el período que va desde 1974
hasta 1985, la radiación UV había disminuido en los Estados Unidos
(una porción muy grande del planeta y la más productora de CFC en el
mundo) un 75, a pesar de las afirmaciones en boga – como esta de la
Academia Nacional de Ciencias sobre un aumento de la radiación UV en
el Hemisferio Norte.
Miente una vez más la Academia a través de su
vocero Sherwood Rowland.
Durante los últimos 40 años, se ha podido comprobar un aumento
alarmante de los casos de cáncer de piel maligno; el índice actual
es diez veces mayor que el alcanzado en la década de 1950. Aunque
este aumento no se puede achacar únicamente a la pérdida de ozono y
a una mayor exposición a los rayos ultravioletas, se ha demostrado
que existe una relación.
También se ha comprobado que el aumento de los cánceres malignos
(melanomas) de piel se debe a una mejor tarea en las estadísticas y
en el papeleo de los centros de salud y en el aumento de la
costumbre de viajar a centros de salud en las ciudades grandes para
tratar los casos de melanomas. Antiguamente no se trataban, o era
demasiado tarde para actuar, y las víctimas quedaban fuera de las
estadísticas de los grandes centros médicos.
Los científicos han
determinado que existe una correlación cierta entre los tumores
benignos de piel (baso celulares y espino celulares) pero no hay una
evidencia científica creíble y convincente que haya establecido una
relación directa entre el melanoma con la radiación ultra-violeta.
Un argumento de tremendo peso para esta afirmación es que la raza
negra tiene muy poca incidencia de tumores de piel benignos (los
causados por la radiación UV), debido a que están protegidos por
abundante cantidad del pigmento de la piel llamado melanina, que es
el más efectivo bloqueador de los rayos ultravioletas.
Sin embargo,
la raza negra tiene la misma incidencia de melanomas que la raza
blanca, indicando que la relación UV y melanoma es inexistente.
La llegada de los CFC
A principios de la década de 1970, la industria utilizaba
aproximadamente un millón de toneladas por año.
Tras desarrollar un detector de estas características, en 1970 el
científico británico
James Lovelock fue el primero en detectar la
presencia de CFC en el aire. Lovelock informó que uno de estos
compuestos, el CFC-11, tenía una concentración atmosférica de 60
partes por billón …
Dos años después, este investigador británico
informaba sobre la detección de CFC-11 en cada una de las más de 50 muestras tomadas en el Atlántico Sur y Norte. Lovelock dedujo
acertadamente que el gas había sido transportado por movimientos de
vientos a gran escala.
Se conocen vientos de diversos tipos en el mundo, los alisios,
causados por la rotación del planeta, soplan en los respectivos
hemisferios desde el ecuador hacia el suroeste y desde el ecuador
hacia el noroeste, o desde el Polo Sur Polos hacia el noroeste y
desde al Polo Norte hacia el suroeste.
Las regiones ecuatoriales que
se calientan crean gigantescas masas de aire caliente ascendente
que, cuando llegan a la estratosfera se tuercen hacia cada uno de
los Polos.
Se producen entonces movimientos de la atmósfera desde el
sur y el norte que empujan a la atmósfera para rellenar el vacío
producido por el aire que subió. Las regiones de mayor presión
atmosférica se precipitan a equilibrar la presión. Las regiones de
alta presión traen vientos y lluvias sobre las regiones de baja
presión.
Pero no sabemos de corrientes que atraviesen de un Hemisferio a
otro, por lo menos en las cantidades necesarias para transportar
tanto CFC del Hemisferio Norte al Sur, y crear una destrucción de
ozono en el Sur –que no producen en el Norte. Como se ve, la teoría
está un tanto renga, y llena de agujeros, no precisamente de ozono.
La detección manual de CFC en muestras traídas en barcos puede haber
estado plagada de errores de medición y de toma de muestras. Pero
concedemos que había CFC en ambos hemisferios. El asunto es ¿cuánto?
¿Era suficiente como para subir hasta la estratosfera,
sabiendo que el aire tiene una densidad promedio de 29,01 y los
freones una densidad media de 132?
Sobre todo ahora que sabemos que
en los años de las mediciones del satélite Crista-SPAS, en el Polo
Sur la existencia de Freón-11 era casi nula!
Lovelock también afirmó que los CFC no eran perjudiciales para el
medio ambiente, una conclusión que pronto se demostró que no era
correcta.
¿Por qué una afirmación era correcta y la otra no? Una conforma a la
teoría pero la otra la contradice. Las dos afirmaciones eran
correctas.
Los CFC, invulnerables a la luz solar visible, prácticamente
insolubles en el agua y resistentes a la oxidación, presentan una
sorprendente resistencia en las capas inferiores de la atmósfera.
Sin embargo, por encima de las 18 millas (29 kilómetros) de
altitud, con el 99% de todas las moléculas de aire por debajo de
ellos, los CFC muestran sus debilidades.
A esta altitud, las
perjudiciales radiaciones ultra-violetas de alta energía emitidas
por el sol inciden directamente en las moléculas de CFC,
descomponiéndolas en átomos de cloro y fragmentos residuales.
La página de Rowland da como altura de destrucción de las moléculas
de CFC por parte de la radiación ultravioleta la altura de 20
kilómetros, porque esa es la altura máxima a la que se han detectado
cantidades infinitesimales de moléculas de ozono. Por fortuna hay
estudios realizados en esa época sobre la abundancia de CF en la
estratosfera y los datos han quedado registrados – de manera que
nadie pueda mentir.
Los científicos atmosféricos R. Fabian,
S.A. Borders, y S. Penkett, publicaron un estudio en
Nature titulado,
"Halocarbonos en la Estratosfera," el 24 de diciembre de 1981, de
donde se extrae el siguiente gráfico:
Estúdiense las concentraciones de freones: las unidades al pie del
gráfico son logarítmicas, y la cantidad de Freón-11 y Freón-12 en
la estratosfera, a 32 Km. de altura eran de entre 4 y 9 partes por
trillón en volumen.
Aunque estas proporciones son insignificantes,
lo interesante es que a esa altura, la radiación UV-C, de longitud
de onda menor a 290 nm está ausente. Ha sido absorbida por el
oxígeno que está por encima.
Los últimos vestigios importantes de de UV-C se desvanecen entre los 35 y 40
Km. de altura. Por lo tanto
resulta muy difícil que los CFC puedan ser disociados y privados de
su átomo de cloro por la radiación UV-B, de más de 290 nm, que
aunque muy abundante en esa región, no tiene la energía necesaria
para disociar a las moléculas de CFC.
Rowland y Molina no tuvieron que realizar ni un solo
experimento de laboratorio para conocer la velocidad de reacción de
los átomos de cloro. Sólo fue necesario consultar las velocidades
registradas por otros científicos. Gracias a las investigaciones
básicas realizadas con anterioridad en cinética química, el trabajo
de varias décadas
se redujo a dos o tres días.
De hecho, Rowland y Molina jamás probaron en experimentos de
laboratorio que su teoría fuese correcta, y toda su teoría descansa
en modelos computados de la atmósfera, que ya se han visto que tienen
una utilidad cercana a cero.
Más tarde, debido a las severas
críticas recibidas por los demás científicos, Molina diseño un
mecanismo que intentaba explicar la destrucción catalítica del
ozono:
Al reaccionar el cloro con el ozono, se forma el radical libre óxido
de cloro que, a su vez, pasa a formar parte de una reacción en
cadena. Como resultado de dicha reacción en cadena, un solo átomo de
cloro puede eliminar hasta 100.000 moléculas de ozono.
Esta es la llamada "Tonteoría del Cloro Paralítico", que está bien
expuesta en esta dirección: Ciclo Cloro Paralítico: la Tonteoría.
También vale la pena echarle una ojeada a Cálculos Sorprendentes,
donde descubrirán de donde sale la famosa cifra de 100.000 moléculas
de ozono por cada molécula de cloro. Hay cosas estúpidas en este
mundo, pero esto bate muchos récord previamente establecidos.
Lo
peor: la tontería está "avalada" por dos Academias de Ciencias!
En 1974, Rowland y Molina hicieron una predicción inquietante: si la
industria continuaba expulsando un millón de toneladas de CFC a la
atmósfera cada año, el ozono atmosférico descendería con el tiempo
entre un 7 y un 13%.
Tan buena fue la profecía de Rowland y su amigo Molina que en 1988,
14 años después del hablar Sagrado de los Profetas del Agujero,
Joseph Scotto les dio una puñalada por la espalda probando que la
radiación UV había disminuido 7% en 9 años. Ni que decir que a
Scotto lo cubrieron de toda clase de improperios y se le terminó su
carrera como investigador.
El lobby ecologista tiene poderes
incalculables – pero no son imbatibles.
Sigue el artículo del sitio Web del NAS (por US National Academy of
Sciences) hablando de los óxidos de nitrógenos y su tiro por
elevación contra la flota de automóviles mundial, los aviones de
pasajeros, todas esas cosas útiles para la humanidad. De ello se
había encargado Paul Crutzen, un admirador y ferviente colaborador
del
Club de Roma, Alexander King,
Aurelio Peccei y su macabra
comparsa maltusiana, con lo cual quedo excusado de seguir
presentando sus credenciales "humanitarias".
El interés de estos
"héroes" no ha sido "salvar a la humanidad de una catástrofe
ambiental" (ya que sabían perfectamente todo esto que les estoy
contando, y por lo tanto sabían que los CFC no tienen ningún efecto
sobre la capa de ozono) sino por el contrario,
acelerar en todo lo
posible la desaparición de la mayor cantidad de población del
planeta al que consideran excesivamente poblado.
Lo grave (y triste)
es que por lo menos dos Academias de Ciencias estuvieron de acuerdo
y les apoyaron: la de EEUU y la de Suecia.
Aparece el agujero de ozono
"Como después se confirmaría, el problema del ozono resultó ser más
grave de lo que Rowland y Molina podían haber imaginado.
Las
primeras señales que advertían que el problema podía ser más grave
no aparecieron hasta finales de la década de 1970, … Dobson esperaba
que su estudio diera lugar a un nuevo método de predicción
meteorológica.
Sin embargo, empezó a interesarse por las variaciones
estacionales de las concentraciones de ozono. Uno de los
instrumentos que desarrolló, el espectrómetro de Dobson, se ha
convertido en el estándar para la monitorización del ozono desde
tierra."
Como se comprueba, ya desde muy temprano la redacción de los
catastrofistas usó el estilo,
"más grave de lo que…. se creía, se
imaginaba, se calculaba, se preveía, etc."
También está siempre
presente el carácter de urgencia perentoria,
"Rápido, ya! ya!, no
hay tiempo que perder! Nos comerá el lobo! – No me escuchan? Dije YAAA!".
"En 1957 y 1958, esto dio lugar a un esfuerzo científico a nivel
mundial conocido como Año geofísico internacional o IGY (del inglés
International Geophysical Year). El IGY motivó que se
empezaran a realizar en todo el mundo gran cantidad de
investigaciones acerca de los océanos, la atmósfera y zonas del
planeta aún sin explorar."
Fue precisamente ese año en que Dobson,
Leroy y Rigaux descubrieron
que en la Antártica se producía una disminución "anormal" de ozono a
mediados de primavera.
"Al monitorizar los niveles de ozono
en la región del Polo Sur, los investigadores descubrieron que
eran sistemáticamente alrededor de un 35% más altos a finales de
la primavera que en invierno. La monitorización anual mostró el
mismo patrón estacional durante los últimos años de la década de
1970."
Lo dicho: los valores a finales de la
primavera eran más altos que los de invierno.
A finales de la primavera es cuando el
agujero se cierra, más o menos a mediados o fines de noviembre, debido a la
acción de la radiación UV sobre el oxígeno de la estratosfera del
Polo Sur. Durante el inverno los rayos del Sol no llegan a la capa
de ozono del Polo Sur por lo tanto no genera ozono.
El ozono se va
destruyendo al tocarse las moléculas de ozono entre sí, o con otras
de las llamadas "sumideros", como los óxidos nitrosos. Luego, cuando
viene la primavera, los rayos del Sol tienen todavía que atravesar
una distancia demasiado larga a través de la atmósfera para llegar
hasta la estratosfera del Polo, por lo cual la radiación UV es
filtrada casi totalmente por el oxígeno.
Fíjese en el gráfico:
El espesor "práctico" de la atmósfera es de unos 50 a 60 km. Y son
suficiente esos 20 primeros kilómetros para filtrar a los rayos
UV-C, los únicos que tienen la capacidad de disociar al oxígeno y
provocar la formación del ozono.
El gráfico muestra la fecha del 21
de septiembre de cada año, cuando los rayos solares pasan
tangencialmente sobre el Círculo Polar Antártico. Es necesario que
el Sol se eleve más sobre el horizonte para que el camino que
recorren los rayos UV se acorte lo suficiente para que se comience a
producir la destrucción del ozono y la creación del ozono.
Aquí es necesario usar el raciocinio y preguntarse, dado que el
agujero se cierra puntualmente todos los años para la misma fecha
(días más, días menos) lo lógico sería pensar que si el cloro ha
sido el responsable de producir un enorme agujero (cuando ha batido
récord de extensión), impediría o retardaría la regeneración del
ozono por que lo seguiría destruyendo, gracias a esa bendita teoría
de las 100.000 moléculas de ozono por cada una de las de cloro.
Eso
haría que en vez de cerrarse el agujero para mediados de noviembre,
se cerrase a mediados de diciembre.
Pero la naturaleza y la física
atmosférica se niegan a colaborar con Rowland, Molina, Crutzen y las
Academias de Ciencia, y el cierre del agujero se produce siempre en
la misma fecha.
Fíjense en las fechas de cierre del agujero: coinciden con el final de las líneas del gráfico (que tan
gentilmente nos ha prestado la Academia Nacional de Ciencias, aunque
la calidad sea pésima).
"Pérdida de ozono sobre el Polo Sur en 1995 (en verde) comparada con
la pérdida de ozono registrada en 1993 (en rojo). La línea azul
muestra los valores existentes antes de que comenzara la destrucción
de la capa de ozono. Fuente: National Oceanic and Atmospheric
Administration (NOAA)."
Aquí la mentira se hace tan evidente que no queda más remedio que
decirlo bien claro: las mediciones realizadas por Dobson, Leroy y
Rigaux, en 1957 no tienen nada que ver con las que pretende mostrar
la línea azul. Las mediciones de Dobson se asemejan más a las líneas
verde y roja, y las de los franceses están todavía más por debajo de
los que muestra el gráfico. Con otro tipo de gráfico, Dobson
mostraba la "anomalía del sur" en todo su esplendor. Los valores de
Agosto y los de octubre, cuando aún no se había cerrado totalmente
el agujero.
Los valores de octubre son los de la izquierda.
Fuente: G.M.B. Dobson,
"Exploring the Atmosphere," Oxford University
Press, 1968.
El resto de las páginas del sitio de la Academia Nacional de
Ciencias es tan lamentable como lo poco expuesto hasta aquí. Nos
informa que gracias a que la caballería Rowland y Molina y
secuaces llegaron al rescate...
El resultado - se ha evitado una posible catástrofe
En 1995, la Real Academia Sueca de las Ciencias concedió el premio
Nobel de química a Rowland, Molina y Crutzen por su trabajo acerca
de "la sensibilidad de la capa de ozono a la influencia de emisiones
antropogénicas de determinados compuestos".
La Academia además
declaró que, al explicar los mecanismos químicos que afectan al
grosor de la capa de ozono,
"estos tres investigadores han
contribuido a nuestra salvación frente a un problema medioambiental
global que podía haber tenido consecuencias catastróficas".
Créditos
Este artículo es una adaptación de Ron Cowen de un artículo
elaborado por el Dr. F. Sherwood Rowland para Beyond Discovery
:The Path from Research to Human Benefit [Más allá del
descubrimiento: El camino desde la investigación hasta el beneficio
humano], un proyecto de la National Academy of Sciences (Academia
Nacional de las Ciencias)
La Academia, con sede en Washington, D.C., es una sociedad de
distinguidos eruditos comprometidos con la investigación científica;
y de ingeniería, dedicada al uso de la ciencia y la tecnología para
el bienestar común.
Durante más de un siglo, la Academia ha
proporcionado asesoramiento científico objetivo e independiente a
la nación.
Desde hace diez años ha dejado de hacerlo.
RESUMEN
-
El ozono no es de una provisión limitada. Es producido todo el
tiempo por la acción de los rayos UV-C (que penetra hasta los 30 Km.
de altura) sobre las moléculas de oxígeno, dependiendo de la
intensidad de los rayos antes de ser absorbidos totalmente en las
reacciones. Si todo el ozono desapareciese mágicamente, toda la
atmósfera del planeta tendría oxígeno de sobre para volverlo a
crear.
-
Las moléculas del CFC son muy pesadas (más de 4 veces más pesadas
que el aire) y no se elevan en la atmósfera en cantidad suficiente
para resultar perjudiciales. Hallar trazas de freones en la
estratosfera no significa nada en sí mismo, cuando se toma en cuenta
la extraordinaria sensibilidad de los modernos instrumentos de
análisis y medición. (Las cosas están siendo prohibidas en base a
presuntos contaminantes que ni siquiera eran detectables hace 20
años) La gente que trabaja con CFCs dice que cuando el freón escapa
de los sistemas de refrigeración, el lugar para encontrarlo es justo
debajo de la pérdida.
A 30 Km. de altura, los CFC declinan hasta el 2% del valor de
superficie – que es muy poco para comenzar. Aproximadamente un 2% de
los fotones penetran hasta la altura donde llegan los CFC, de manera
que el encuentro entre fotones de UV-C y moléculas de freón es
minúsculo, casi insignificante, por la misma razón que no hay mucho
casamientos entre esquimales y aborígenes de Zanzíbar.
-
Por cada fotón que logra llegar hasta la altura donde están los CFC,
existen 136 millones de moléculas de oxígeno que esperan atrapar al
fotón. De tal manera, la probabilidad de que un fotón disocie a un
CFC es de 136.000.000 a 1. La realidad demuestra que por cada
molécula de CFC impactada que libera un átomo de cloro, se disocian
136 millones moléculas, produciendo 272 millones de átomos de
oxígeno, lo que eventualmente producen entre 136 y 272 millones de
moléculas de ozono.
De esta manera, el argumento de que un átomo de cloro puede destruir
100.000 moléculas de ozono ha sido elaborado con demasiada premura y
sin un análisis profundo de las cosas. Pero la urgencia no es buena
consejera.
-
Aunque una seria destrucción del ozono fuese creíble, no existe nada
que conecte al cloro de la estratosfera con las actividades humanas.
Todos los átomos de cloro son iguales, ninguno tiene una etiqueta
que dice "de origen natural", o "de origen humano". El diagrama de
abajo muestra las diversas fuentes naturales del cloro atmosférico,
y se comparan sus respectivas cantidades.
-
Los informes de altos
niveles de cloro en la Antártica en los años 80 se "olvidaron" de
mencionar que la estación que medía los niveles del cloro, McMurdo
Sound, está a 15 kilómetros viento abajo del volcán Erebus, un
volcán activo que emite normalmente de 200 a 300 toneladas diarias
de cloro, y que en 1983 promedió las 1000 toneladas diarias.
-
El llamado "agujero, que se afirma que fue descubierto en 1985, ha
sido informado en la literatura científica desde 1957, cuando los
descubrió G.M.B. Dobson, y los científicos franceses, durante el
Año Geofísico Internacional, antes del gran uso de los CFC. Se trata
de un fenómeno natural anual, que varía en ubicación y tamaño.
Básicamente, la corriente de chorro polar sur forma un vórtice
dentro del cual la destrucción del ozono continúa durante el
invierno polar Antártico, pero que no se rellena porque no hay luz
solar para crear nuevo ozono – y la imposibilidad de que el
abundante ozono por fuera del "agujero" pueda penetrar al mismo,
cruzando la infranqueable barrera de vientos huracanados que
forma el Vórtice Polar."
-
Es verdad que el ozono declinó 5% entre 1975 y 196 – a pesar de lo
cual los valores de radiación UV de los Estados Unidos disminuyeron
7% en el mismo período. Pero entre 1964 y 1975 había aumentado el
ozono un 5,5%, correlacionado estrechamente con el ciclo de manchas
solares.
Más abajo se dan los datos reales, con una clara inversión
hacia arriba en 1986.
(fuente: "Global average ozone change from
November 1978 to May 1990," J.R. Herman et al., Journal of
Geophysical Research Vol. 96, pp.17, 29717, 305, Septiembre 20,
1991.)
Ozono Total Medido
La cifra de un exceso de 200.000 cánceres proclamada por la EPA a
principios de los años 90 estaba basada en ignorar esta inversión
del aumento del ozono y extrapolaron la tendencia 1975-1986 a 40
años.
Prolijo, no?
Por la misma lógica, la tendencia de la
temperatura media de Buenos Aires desde julio hasta enero mostraría
que la ciudad estaría en llamas para dentro de 40 años.
-
Todo el caso del próximo Apocalipsis se reducía a decir que
"si no
se hace algo ahora para prohibir los CFC la intensidad de los rayos
UV aumentarán 10% en los próximos 20 años. "¿Y cuál es el problema?
La radiación ultravioleta aumenta desde los Polos hasta el ecuador
en un 5.000% (un factor X50), y un 25% desde el inverno al verano.
Viajar desde La Plata hasta San Isidro le daría a usted el mismo
aumento en la exposición que recibiría a causa del peor de los
escenarios imaginados por los tremendistas.
-
Lo que hace irrelevantes y sin importancia alguna a los argumentos
teóricos, modelos, simulaciones y Premios Nóbel es el hecho que los
niveles de radiación UV no han aumentado. De manera que olvídense de
las historias de las ovejas ciegas y los bebés de Punta Arenas y los
gatos de Australia con melanomas. Ocho estaciones de tierra que
medían la radiación UV en los EE.UU. mostraron disminuciones de la
radiación UV que iban del 0,5 al 1,1% en 15 años, antes de los años
80. ¿La respuesta del establishment? Se bloqueó la presentación de
estos estudios en conferencias científicas y las estaciones de
tierra fueron clausuradas.
Entonces, ¿porqué no están los científicos corriendo en bandadas a
los diarios y diciendo todas estas cosas, y otras que ellos saben?
Por lo que se sabe, por la experiencia de mucha gente, en muchos
casos para salvaguardar carreras y mantener subsidios de investigación.
La religión Ecologista que procura la desindustrialización por todos los medios disponibles, estuvo por
décadas buscando a un candidato creíble para armar el terror
alrededor suyo (se acuerdan de los SST, o transportes
supersónicos?), y esta religión se a atrincherado sólidamente en
las organizaciones políticas y gubernamentales, y en las agencias
reguladoras.
La meta inmediata coincide también con los intereses a los que se
supone que los ecologistas se oponen. Cuatro compañías controlan
el 80% del negocio de los CFC. Las patentes sobre los freones y
otros CFC han expirado hace tiempo, y el negocio a tenido graves hemorragias con la creación de numerosas fábricas de CFC en el
Tercer Mundo, como India y China.
Sólo había un único reemplazante y
era demasiado caro, como también la tecnología de reemplazo de
equipos que tenían que usarlo. Uno de los cuatro productores
(DuPont) tiene acuerdos de compartir derechos de patentes con los
otros tres. Al forzar por medios políticos lo que no pudieron lograr
por medios comerciales, reestableció por muchos años más los
privilegios del monopolio para el cartel de los refrigerantes.
Última tontería: de acuerdo con la revista Science, en un artículo
publicado en Science en febrero de 2001, revela que en cada
primavera, después de varios meses de oscuridad invernal, el Sol
comienza a elevarse sobre el Ártico. Alrededor de la misma época, el
ozono a nivel de la superficie comienza a desaparecer.
Los
investigadores habían sospechado por largos años que hay dos
elementos químicos responsables de esto: el bromo y el cloro, pero
el origen de estos había permanecido desconocido. Los investigadores
informaron en ese estudio de Science que muy posiblemente provengan
de la sal de mar.
Estos descubrimientos indican que la compleja
interacción entre el Sol, la sal del mar y la nieve están
destruyendo de manera natural al ozono cercano da la superficie.
¿No podían esas mismas reacciones ser las responsables de la
destrucción del ozono dentro del agujero?
Era necesario culpar a los
CFC y no a la naturaleza. Como nadie tiene patrones sobre la sal del
mar, y una campaña para prohibir la sal de mar está fuera de todo lo
que sea imaginable, no se espere escuchar a nadie en los medios de
prensa hablando de ello.
Allí, no hay dinero para ganar.
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