Capítulo V
La geometría de la conciencia
manifiesta
Estáis empezando a comprender y a experimentar que vuestro ser, así
como el de
Gaia, está compuesto de muchas capas compenetradas, y que
vuestro cuerpo astral puede viajar y entremezclarse con otras
dimensiones, y lo hace constantemente. De igual manera, vuestro
sistema solar —y, en verdad, todo el universo material— está
compuesto de diversas capas etéreas y también experimenta viajes
fuera del cuerpo.
Si bien vuestros científicos debaten con
las implicaciones filosóficas y las posibilidades científicas de los
universos paralelos, aún les falta mucho para entender el concepto
de los cuerpos universales y el doble etéreo de ese universo físico,
el cual puede moverse e interactuar libremente con otras realidades
dimensionales y con otros universos, como lo hace el vuestro, lo
cual es más notorio cuando soñáis, meditáis u os proyectáis
astralmente.
En verdad entendemos que, desde vuestra
perspectiva, ya es una tarea hercúlea conceptualizar la enormidad de
un universo tridimensional aparentemente infinito. Por lo tanto,
comprendemos las dificultades que encontráis cuando intentáis
imaginarlo como la manifestación física de un ser vivo
multidimensional mucho más grandioso, especialmente porque no os
dais cuenta de que vosotros mismos sois seres de múltiples
dimensiones.
Para complicar aún más las cosas, el
término «capas» no describe con propiedad la sustancia etérea del
Ser Universal, por cuanto el concepto en sí mismo implica una cierta
perspectiva tridimensional de aspectos claramente separados. Sin
embargo, es necesario para nuestro propósito, puesto que estamos
intentando reducir a un lenguaje comprensible el funcionamiento del
cuerpo material, etéreo y astral del Ser Universal.
Considerad el mar del universo material como un cuerpo físico o, más
bien, como la manifestación de la materia construida a partir de la
voluntad consciente del Creador Original. Como finalmente han
reconocido los físicos cuánticos, la fuente de la materia es la
conciencia; es decir, vuestros científicos ahora están empezando a
entender cómo se forma la materia cuando las ondas cuánticas son
activadas por la conciencia.
El pensamiento, el «primer motor», está
más allá de la velocidad de la luz, y es sólo cuando aminora su
velocidad hasta llegar a la de la luz que la materia adquiere
potencia. En un sentido, entonces, os podemos decir que la materia
es el resultado del pensamiento que primero reduce su velocidad
hasta igualar la de la luz, y luego de la luz, que reduce aún más su
velocidad, mientras se mueve de un lado a otro en patrones
entrelazados hasta culminar cristalizándose en materia.
En esencia, decimos que el Creador Original concibió inicialmente
vuestra galaxia tridimensional como un mar receptivo de conciencia
que se manifiesta a través de patrones de onda, y éstos, una vez
activados, resuenan en patrones geométricos definidos. Lo que
aparenta ser aleatorio o invisible es realmente una exquisita trama
de forma, proporción y vibración geométrica entretejida en todo el
mundo material. Podemos decir, entonces, que la arquitectura de la
materia se estructura sobre ondas de energía conscientemente
dirigida, y toma forma en una matriz constantemente cambiante y
fluida, de proporción y armonía geométricas.
La organización de estos patrones es lo que plasma la materia en sus
infinitas manifestaciones y dimensiones. Si hemos de aceptar que
todo el universo tridimensional existe en forma de diversas
densidades de conciencia-materia, por definición, entonces, todo lo
que está contenido en él habrá de describirse como tal. Aquello que
parece un mar infinito de la nada, un vacío, es en realidad un ser
físico que se expresa en patrones de conciencia geométricamente
formados que se alteran continuamente.
¿Es posible que visualicéis
un universo de conexiones infinitas de patrones y ondas que son
absolutamente interdependientes?
Os decimos que cada uno de vuestros
pensamientos afecta los modelos de la realidad.
Lo que a primera vista consideráis que es un vacío, después de una
profunda reflexión es cualquier cosa menos eso. Por ejemplo, cuando
contempláis el espacio, tendéis a imaginar un silencio oscuro y, sin
embargo, aceptáis de buena gana que en el vacío hay cuerpos
celestes, estrellas, polvo espacial, asteroides, meteoros, satélites
—vuestra basura espacial—, astronautas, nubes, gases y otros
elementos menores, ¡incluso la masa de vida y sus manifestaciones de
vuestro mismísimo planeta!
Muchos de vosotros habéis aceptado la
realidad de las naves espaciales de otros mundos, naves madre de
enorme configuración, y partículas de otras dimensiones aún sin
definir. Puede que hayáis oído hablar de las bacterias espaciales,
una creciente preocupación de la comunidad científica. No olvidemos
los rayos cósmicos, los rayos gamma y los sonidos que emanan de esta
materia espacial, y admitiréis que es un vacío en verdad muy lleno.
Las ondas y partículas de la física cuántica son los vehículos
elementales de la conciencia, la materia de la cual se forma la
sustancia del universo, muy similar a lo que los aminoácidos son
para las proteínas. Nada es independiente. Por muy distantes o
separadas que parezcan las cosas en la visión tridimensional, toda
dimensión, conciencia, oscuridad y luz son solamente aspectos
polares del Uno.
Por lo tanto, cuando se os dice que
podéis afectar el resultado de todas las realidades, ya sea un
aspecto de vuestro mundo individual o aquél de la próxima
transformación que acaecerá tras la liberación de Gaia, sabed que
poseéis la capacidad de alterar cualquier destino. En vuestra
calidad de co-creadores, continuamente centráis vuestra conciencia
para cambiar de frecuencias y, al hacerlo, alteráis la materia y
afectáis el tiempo, o el tiempo futuro, como aún lo entendéis.
Si arrojáis un guijarro en un estanque, causará suaves ondas en la
superficie, mientras que una roca grande formará una ola que romperá
contra la orilla. Os recordamos que el universo es inimaginablemente
inmenso e infinito y, por lo tanto, para efectuar un cambio de
grandes proporciones tenéis que superar vuestro sentido de
individualidad y uniros a los demás, para guiar conscientemente el
destino de Gaia y enviar esas vibraciones amorosas dirigidas a la
inmensidad del Ser Universal.
Las ondas de conciencia, por muy
distantes que sean, se experimentan en todas las dimensiones de los
cuerpos del alma del Ser Universal. Por esto estamos tan
involucrados en servir a la humanidad en esta etapa crítica de
nuestra evolución mutua. Las ondas pasan a través de nosotros y se
convierten en nuestra vibración, afectando nuestras vidas como
afectan la vuestra, tan sólo en diferentes frecuencias de
intensidad.
Y luego está la Finísima Red, ese brillante despliegue de los hilos
de luz dorada del Espíritu que, al igual que los tejidos de las
mujeres pioneras de antaño, se entreteje desde los confines más
lejanos hacia el centro y, al unirse, unifica la Luz del Amor del
Espíritu en todas sus dimensiones y en toda conciencia. La
triangulación de los filamentos de luz, la más sagrada de las formas
geométricas del cosmos, personifica la explosión creativa de la
Trinidad y es la ruta principal de la Familia de Luz: el camino al
hogar.
Allí donde confluyen los tres rayos, en
esos cruces de la Red, los coloridos rayos del espectro de vuestro
arco iris se irradian por todos los cuerpos del Ser Universal, y ése
es verdaderamente el «puente» de la tradición mítica y de los
pueblos indígenas. En nuestra experiencia mutua del despertar
espiritual a través de la Red, centelleando con la música del
Corazón Único, compartimos la gran vibración wam del Ser Universal,
y con estas cuerdas se canta la música de las esferas.
La orquesta primordial no es más que el
corazón que pulsa las cuerdas de la conciencia.
Aquí reside la solución al panorama del Apocalipsis, el cual niega
vuestra divinidad e invalida vuestro poder de concentrar la
conciencia en el resultado positivo, pues vuestra creencia en él le
da vida, a medida que las ondas de miedo e impotencia alteran la
sustancia misma del universo. Os hacemos un llamamiento a la unidad,
a que elevéis las frecuencias vibratorias de vuestros pensamientos y
reconstruyáis el universo para que resuene con la esperanza y la
visión extática de un mundo brillante y amoroso, y nosotros
experimentaremos esas ondas de amor y os las reflejaremos a través
de la Finísima Red desde nuestra dimensión del cuerpo del alma del
Ser Universal.
Hemos llevado a nuestro instrumento, Trydjya, en su cuerpo etéreo
hasta los confines más remotos de vuestra galaxia, y para hacerlo
simplemente resonamos con su wam y la transportamos en las ondas
cuánticas hasta su hogar estelar, donde ha recibido la afinación
vibratoria necesaria para descodificar estas transmisiones. Ha
conocido el esplendor del viaje por el pasaje del vórtice hasta el
cuerpo etéreo de vuestra galaxia, donde se ha conectado con seres de
universos paralelos en niveles más elevados de conciencia.
Somos conscientes de que vuestra
credibilidad se pone a prueba cuando tratamos de describir la
enormidad y complejidad de las realidades simultáneas mediante
simples estructuras de pensamiento lineal; no obstante, creed que
vosotros, lazos del corazón de Alción, hoy estáis preparados para
aceptar estas verdades tal como llegan a vosotros a través de
nuestro instrumento, Trydjya, uno de los muchos mensajeros
enviados para ayudaros en vuestra recuperación de las claves de la
ascensión.
Para explicar el Ser Universal multidimensional, y cómo se pliega y
despliega en sus cuerpos etéreos, usaremos como metáfora el volcán y
su actividad eruptiva. Cuando el mundo interior bajo la superficie,
en estado fundido y gaseoso, llega a la fase yang explosiva
de su cuerpo vibratorio, sale disparado a través de los vórtices
volcánicos, llenando el espacio conocido como «aire» con partículas
de su forma.
Entonces, cuando el campo de fuerza
magnética yin de la Tierra lo atrae de nuevo hacia abajo, se
precipita hasta los océanos y formaciones de tierra para enfriarse y
cristalizarse, adquiriendo una nueva forma que constituye «la
superficie». En esencia, presenciáis un torrente de materia que
emana de un vórtice y que luego, en cierto modo, regresa a sí misma
en forma alterada. Con el tiempo, como en el caso de Atlántida, los
sismos, los cambios continentales y los hundimientos hacen que estas
masas de tierra regresen abajo y, al hacerlo, completan una
revolución en la rueda de los infinitos ciclos de transmutación de
forma y energía de la Tierra.
A vuestros científicos les falta mucho para entender el propósito,
función y forma de los agujeros negros que impregnan el cosmos
porque/ como ya dijimos, están trabajando a partir de un contexto
tridimensional. Sin embargo, nosotros no, de modo que tenemos la
libertad de ofrecer una perspectiva muy diferente de aquella que se
genera en la hipótesis científica, perspectiva que tendréis que
contemplar y procesar a través de vuestro cuerpo emocional e
intelectual a fin de determinar si resuena con la verdad de vuestro
interior.
El espíritu de vuestro universo físico en expansión se abre paso a
través de sus vórtices y viaja por planos astrales para experimentar
sus yo dimensionales más elevados, así como sus universos paralelos,
que coexisten como cuerpos deidades del Creador Original. Descritos
como «agujeros negros», los vórtices a través de los cuales pasa la
conciencia en evolución del alma del Ser Universal son en realidad
curvaturas del espacio, tubos toroides de energía en espiral que
desafían todas las leyes de la física con las que contáis
actualmente.
Vuestros científicos modernos quieren definir un
agujero negro como
un punto de salida por donde la materia, de una u otra forma,
abandona el universo material, y ni siquiera se aventuran a explicar
adonde va luego. Igualmente, si la ciencia quisiera describir un
agujero blanco como un punto de resurgimiento de la materia, ¿no
tendría que definir el lugar del cual emana, dada la contradicción
anterior de que al marcharse se ha ido a «ninguna parte»?
Un agujero blanco es, entonces, ese vórtice a través del cual un
aspecto de la conciencia del alma del Ser Universal regresa a su
cuerpo material. En ambos casos estamos describiendo, en esencia, el
cordón de plata, esa conexión entre lo astral y lo físico que o bien
habéis experimentado personalmente en vuestros viajes fuera del
cuerpo, o lo estáis leyendo y oyendo ahora de parte de quienes
tienen experiencias cercanas a la muerte y visiones astrales.
Es por medio de este renacimiento cíclico que vuestra galaxia se
renueva continuamente, y os recordamos que el proceso del
nacimiento, como tal, es siempre un paso de una forma a otra, a
través de la sagrada oscuridad y la luz, y de regreso otra vez.
Pensad en la magnitud de lo que os estamos pidiendo que concibáis:
la conciencia en evolución del alma del Ser Universal que deja su
cuerpo físico a través de los túneles de sus cordones astrales para
viajar a otras dimensiones, otros universos, otros estados de
conciencia. Si le describiésemos vuestros propios viajes astrales a
la conciencia de un átomo de vuestras células, ¿no le resultaría tan
inconmensurable e inimaginable como esta inmensa hipótesis? ¿Y qué
propósito tiene todo eso?
La respuesta es obvia: así como vosotros
(como una unidad de conciencia) buscáis la iluminación espiritual
mediante la conquista de la materia y de vuestra limitada percepción
física, también lo hace el Ser Universal, quien mediante la
ascensión a su cuerpo astral experimenta la apoteosis de su yo-Dios,
la renovación del Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y
Que-siempre-será.
Los primeros faraones, descendientes (en todo sentido de la palabra)
de los seres del cuerpo de luz de los sistemas estelares de las
Pléyades y Sirio, disfrutaban y se deleitaban con los placeres del
mundo de los sentidos, y por éste motivo desarrollaron su capacidad
de preservar la forma física con esa intensidad y concentración,
como lo manifiestan sus sofisticados métodos de momificación del
cuerpo.
Sin duda ha de pareceros que este es un
parangón interesante. Ahí estáis vosotros, que os sentís «atascados»
en la realidad tridimensional, ejercitando vuestro deseo de pasar a
vuestro cuerpo de luz, en tanto que ellos persiguieron
fervientemente el deseo de retener el cuerpo físico en un contexto
inmortal.
Observar vuestra realidad desde nuestra perspectiva es mucho menos
intrincado que vuestros intentos de alcanzar la conciencia y visión
más elevadas que se requieren para experimentar esta dimensión desde
la densidad de la realidad tridimensional. No obstante, estáis
desarrollando estas capacidades, y no está muy lejos en el tiempo
lineal el momento en que conoceréis la fusión de estas realidades de
capas múltiples. Os estáis esforzando por imaginar qué es lo que os
espera, y aunque aún no podéis percibirlo, sentís que se está
acercando. Las cosas ahora están moviéndose más rápido, mucho más
rápido, girando hacia el gran vórtice.
Ahora podéis entender con mayor precisión el propósito del Gran
Octaedro, el acelerador de energía libre. Los primeros faraones,
habiendo alcanzado la realidad física sin perder su conciencia del
cuerpo de luz, deseaban viajar en el cuerpo a las dimensiones
superiores con la misma determinación con que deseaban conservar su
forma en la muerte. Dioses orgullosos, llevaron a los reinos de
las
Pléyades y
Sirio la experiencia de la expresión a través de la
materia densa, y reflejaron las frecuencias más altas de la
existencia material a los seres de luz de muchas dimensiones.
Sus cuerpos emocionales intensificados, polarizados por la dualidad
electromagnética de Gaia, enviaban ondas de inmenso amor, deseo y
placer a las Pléyades, el chakra del corazón del universo.
La
conciencia siriana recibió un campo fértil de nuevas ecuaciones,
desafíos y realidades probables para hacerlos cristalinos y darles
forma.
Plantar la semilla de Egipto fue uno de los grandes experimentos de
las dimensiones más elevadas, y todos los ojos estaban fijos en Gaia,
así como hoy, una vez más, hemos puesto nuestra atención en el
grandioso despertar de vuestro mundo.
Sentimos y experimentamos nuevamente
vuestro amor vertiéndose en los cielos, y con la alianza siriano-pleyadiana,
que ahora ha tomado vuelo, deseamos estimular vuestra memoria
estelar de la geometría y forma sagradas de la conciencia del sexto
nivel, unida al amor de la vibración pleyadiana, para que podáis
enviar la música de vuestra alma a través de las ondas de la
conciencia universal y conozcáis al Creador Original en cada momento
de vuestra existencia.
Ya no volveréis a sentiros huérfanos. Vuestra familia galáctica
anhela el momento en que os reuniréis en la celebración de la
liberación de Gaia desatados de vuestras restricciones
tridimensionales. La red que una vez sujetó a la Tierra en la
oscuridad del control de
los Anunnaki sencillamente no puede
soportar las frecuencias que la Finísima Red está enviando a través
del Ser Universal y, además, ellos se han cansado de su experimento.
Han mirado en sus tubos de ensayo y han encontrado que la naturaleza
de la conciencia humana híbrida ha alterado el resultado.
Finalmente, reconocen que el atraparos
en la polaridad extrema de sus controles deliberados es una denota
definitiva. Mientras la Tierra avanza hacia la iluminación, el juego
está prácticamente perdido.
Los descendientes de los Anunnaki,
la élite de poder, sienten que el
control se les está escapando de las manos, su red se está
desintegrando y la luz está ganando, y están aferrándose al poder
para su propia supervivencia. Se ha elaborado y montado una amplia
estrategia para evitar que abortéis su misión, y por este motivo han
recreado una forma de la jaula estructural Anunnaki en Internet, la
red tecnológica a la que nos hemos referido anteriormente.
Diseñada para aparecer como la suprema red de comunicaciones de la
humanidad —la tecnología «imprescindible» de la década de los
noventa— es, por el contrario, una herramienta de control muy
peligrosa de la estructura de poder. Lo sabemos: muchos de vosotros
estáis encantados con Internet, por cuanto tenéis la libertad de
jugar y compartir vuestros pensamientos, conocimiento y curiosidad
con hermanos y hermanas a lo largo y a lo ancho de la gran expansión
de vuestro planeta en tiempo instantáneo, pues tenéis un gran anhelo
de desembarazaros de vuestras restricciones del tiempo lineal.
Os estáis promoviendo, haciendo
contactos y derribando viejos sistemas con gran entusiasmo y
deleite, conforme admiráis vuestros avances y celebráis las
tendencias de la tecnología de punta. Muchos de vosotros estáis
creando vuestras páginas de Internet, os estáis uniendo a los
trabajadores de luz del mundo entero en cada instante de éste, el
más apasionante de todos vuestros tiempos.
Experimentáis el acceso y conexión
infinitos que proporciona como un paso positivo y vital —una
necesidad— para vuestra travesía a la luz. Sin embargo, os pedimos
que sopeséis cuidadosamente nuestra visión de la red tecnológica,
por cuanto creemos que necesitáis una imagen objetiva de sus
implicaciones de largo alcance, y desde la sexta dimensión
percibimos un panorama bastante diferente de aquel que se está
representando en vuestras mentes.
Hace poco tiempo, en vuestra primera fase tecnológica de desarrollo,
apareció la radio, y la vida nunca volvió a ser la misma para
vosotros. Reunidos alrededor de vuestro juguete nuevo, os
regocijabais con la voz del entretenimiento y las noticias
mundiales, y os convertisteis en receptores de ondas de sonido
conscientemente dirigidas, y teníais la libertad de percibirlas e
interpretarlas en muchos niveles de comprensión.
Creasteis imágenes visuales en vuestra
mente, experimentasteis nuevas emociones, y empezasteis a conocer
las posibilidades de comunicación global que la humanidad entera
tenía por delante. Una herramienta limitada, pero efectiva, la radio
alteró vuestras percepciones, manipuló hasta cierto punto vuestras
decisiones y afectó vuestras emociones; ésta fue la primera forma
tangible de
control mental en masa que experimentasteis. No
obstante, en el silencio de vuestros campos lejanos y poblaciones
aún relativamente remotas, fue una amiga bienvenida en esas noches
solitarias de vuestro aislamiento.
La televisión fue el siguiente gran paso para despojaros
gradualmente de vuestro poder. Esta vez usurparon vuestras
capacidades imaginativas y de visualización creativa, suplantándolas
con las imágenes holográficas y los sonidos que llegan a vosotros
desde vuestras pantallas.
El Poder ahora tenía una ventaja enorme
sobre vosotros, porque a través de este medio podía controlaros
emocionalmente, compraros y venderos, drogaros y alterar por
completo vuestro estilo de vida. Pegados a vuestro televisor,
atascados en vuestra creciente impotencia, habéis sido explotados a
través de la televisión con resultados bastante desastrosos.
Físicamente, os están convirtiendo en gordos y aletargados, y
mientras tanto, llenan vuestra aura de polución electromagnética,
formas negativas de pensamiento y «enganche» adictivo.
Os sentís frustrados y aburridos, y si
«no hay nada bueno en la tele», os volvéis irritables e
indiferentes.
¿Y qué hay de los niños?
Están perdiendo su inocencia creativa, el
deleite del descubrimiento de la naturaleza y su simplicidad, y
están haciéndose insensibles a la violencia y la desesperación. ¿No
habéis notado el aumento drástico de suicidio infantil en vuestras
culturas? ¿No os habéis preguntado tampoco por qué un número tan
elevado de jóvenes está optando por marcharse quitándose la vida?
Los niños pasan tantas horas delante de
las pantallas del televisor, entregados a las imágenes vacías y al
violento trastorno representado allí, que para nosotros es un
milagro que se las arreglen para superar eso. Sus pequeños y
preciosos cuerpos absorben cantidades tan excesivas de radiación,
que podéis tener la certeza de que una cantidad abrumadora de ellos
desarrollará enfermedades muy graves relacionadas con la televisión
y la computadora cuando lleguen a los veinte años.
Este síndrome ya está apareciendo en forma de fatiga crónica y manía
depresiva en la primera oleada de adultos criados con adicción a la
televisión. También se están dando con mayor frecuencia casos de
niños que sufren ataques después de pasarse horas usando la
computadora, para gran perplejidad de los doctores, quienes no
tienen el conocimiento ni el entrenamiento para tratar los casos de
manipulación de la energía sutil, el síndrome de la pantalla, y los
efectos de la radiación electromagnética.
No tienen idea de cómo tratar los
síntomas, mucho menos la causa, pues son pocos los que quieren creer
en los peligrosos efectos secundarios de estar enganchados a la
pantalla. El número de niños afectados aumentará con alarmante
rapidez, hasta que os conmocionéis lo suficiente como para rebelaros
en contra de vuestra obsesión y quitéis los enchufes.
No ignoréis los muchos miles de millones de dólares invertidos en
los comerciales de televisión, donde el conglomerado multinacional
bombardea vuestro subconsciente con productos entremezclados con
mensajes subliminales de control mental; es una campaña tan feroz,
que sencillamente sois incapaces de oponer ningún tipo de
resistencia.
Ellos saben mucho más que vosotros
acerca del impacto que tienen las imágenes, los mensajes y los
sonidos encubiertos. Los subliminales en los anuncios, como es el
caso de las imágenes superpuestas, las imágenes inducidas y las
bandas sonoras encubiertas en el mensaje perceptible, atacan
vuestros chakras inferiores. Pronto, sin que lo sepáis
conscientemente, estáis comprando productos, pues vuestro yo sexual
y animal ha sido excitado en el área
de la respuesta subconsciente para que entre en acción. Esto es un
hecho. Aunque gran parte de las empresas de publicidad niegan el uso
de subliminales, podéis identificar fácilmente el material en muchos
de los anuncios que se ven en revistas, carteles y otras modalidades
de publicidad fija.
Enfrentadlo: el Equipo de la Gerencia Corporativa de la Tierra os
considera ovejas inconscientes y controlables, a quienes es fácil
incitar a consumir, reaccionar y comportarse como ellos quieren.
Os venden la convicción de que no sois
bastante hermosos, bastante delgados, bastante ricos, bastante
listos o bastante chic. Entretanto, los productos que pretenden
proporcionaros belleza, cuerpo, riqueza, inteligencia y distinción,
os los meten a empujones en la conciencia, constantemente y de
manera enervante, en todos los momentos en que estáis mirando. Los
anuncios comerciales no sólo están presentes en el texto promocional
oficial, también están disimulados en los cuerpos perfectos de las
estrellas; en una toma donde se ve la etiqueta de algún producto; en
la marca de un automóvil... Todo está muy bien pensado y hecho con
premeditación.
No tenéis idea del tiempo y dinero que
se invierten en crear estos paquetes de imágenes, pues la tarea de
las agencias de publicidad, su objetivo, es garantizar el aumento de
las ventas al cliente.
Con ese fin, la mayor parte de la gerencia corporativa se valdrá de
cualquier medio disponible si pretenden permanecer en el negocio
altamente competitivo de induciros a comprar un producto. La
publicidad financia a la televisión, el medio que, hasta ahora, ha
sido el más efectivo en movilizar a las masas de la humanidad al
consumo compulsivo e irresponsable.
Os vuelve pasivos y receptivos al dogma
político y socioeconómico, a los productos y a la opinión. Mientras
más horas miráis, más os amoldáis subconscientemente a los mensajes
y, más importante aún, consumís más.
Ellos tienen la tecnología; no
os podéis escapar de ella del todo, pero podéis reducir enormemente
el efecto de la manipulación subliminal al liberaros de los
instrumentos de telecomunicación y persuasión masiva.
El auge de la industria de la informática realmente fue un aliciente
para los equipos de tecnología, pues ahora contáis con hardware y
software que son imprescindibles y que inmediatamente se vuelven
obsoletos, y ellos tienen a una colosal población inerte situada
frente al monitor de su computadora o pantalla de televisión durante
gran parte de las horas en que está despierta. Considerando que hoy
las computadoras en el ambiente de trabajo, en los hogares y en las
instituciones educativas emulan la adicción a la televisión, eso
bien puede significar que estáis pasando más de doce horas diarias
poseídos por las imágenes de una pantalla.
¿Todavía creéis que dicha tecnología os
«ahorra tiempo»?
Sed francos: si aún no habéis quitado el
enchufe, preguntaros cuánto de vuestro precioso tiempo pasáis
mirando pantallas.
¿Cuándo fue la última vez que os
tomasteis el tiempo para caminar por un bosque o un campo de hierba?
¿Os habéis tendido con vuestros hijos entre las flores silvestres en
una pradera alguna vez? ¿Les habéis mostrado la suave brisa del
viento en las olas?
Con toda seguridad, vuestros hijos están
tan atrapados por la tecnología que prefieren un salón de juegos
electrónicos o sentarse pegados a la televisión, y no ese tipo de
descubrimiento, porque es muy fácil, y ellos también se están
volviendo adictos a su inercia.
Las computadoras, en verdad, son útiles si las usáis como una
extensión de vuestra inteligencia creativa, y no queremos sugerir
que regreséis a un estado de existencia primitiva y que os privéis
de los beneficios de la tecnología. Más bien, quisiéramos iluminaros
en cuanto a los peligros y el mal uso de esa tecnología, cuya
existencia os atrapa y os vuelve impotentes. Ésta es nuestra
advertencia en cuanto a Internet: simplemente os pedimos que, junto
con los aspectos aparentemente beneficiosos, tengáis en cuenta el
impacto negativo de esta red, pues eso es exactamente lo que es.
Ahora que la fibra óptica se está
instalando alrededor del globo, podéis conceptualizar la realidad
material de dicha red, pero ¿reconocéis las sutiles implicaciones
contenidas en su formación etérea?
Estáis empezando a creer que sin la red no podéis ser miembros
funcionales de la era de la tecnología. Creéis que estáis ahorrando
tiempo, haciendo a un lado el tedio con el brazo de Internet, y
también estáis convencidos de que si no sois eficientes en el manejo
de la red, caeréis en alguna categoría nebulosa de mente anticuada e
ineficaz y ya no podréis funcionar en la sociedad.
Se invierten muchos miles de millones de
dólares para asegurarse de que sigáis creyendo que dependéis de la
tecnología, y esos mismos miles de millones salen directamente de
vuestros bolsillos. Irónicamente, sois vosotros quienes estáis
poniéndole combustible al mecanismo para que se perpetúe a sí mismo
en un legado que os hace alimentar al monstruo que os mantiene
esclavizados.
Si se nos permite plantear una hipótesis siniestra con el fin de
sacaros de vuestras convicciones, sugerimos que conectaros a la red
os hace interactivos de muchas formas que no os favorecen. El Poder
adquiere la capacidad de rastrear vuestros contactos, hábitos y
poder adquisitivo, y la información que dais en vuestra ingenuidad
no tiene fin, pues creéis en la red y en el dios tecnológico, y, en
verdad, habéis sido programados con ese objetivo.
Dentro de poco tiempo, todos los vehículos serán programados a
través de la red. Ya no necesitaréis estudiar rutas, consultar mapas
o confiar en vuestro sentido natural de orientación, pues el autonet
—disfrazado de útil dispositivo de localización— en realidad estará
rastreando dónde os encontráis exactamente cuando no estáis en línea
o enchufados en vuestra casa u oficina. Dispositivos de rastreo por
satélite ya se están infiltrando en vuestros mercados, se los venden
a los desprevenidos bajo la apariencia de «tecnología de protección
contra el robo».
¿Reconocéis el potencial que tiene esto?
¿Qué habría ocurrido en los oscuros años del régimen de McCarthy en
la historia de Estados Unidos (apenas unos cincuenta años atrás) si
Internet ya hubiese estado en funcionamiento? ¿Realmente creéis que
nadie se interesaría en tener acceso a vosotros con intenciones que
no fueran altruistas y constructivas?
Con una comprensión elemental del marketing
de segmentos y la publicidad basada en estadísticas, ¿no es acaso
probable que alguna organización esté muy interesada en el tipo de
datos estadísticos influyentes que provendrán de millones de
usuarios de la red y sus hábitos, necesidades y preferencias
adquisitivas?
Sin duda, esto presenta un número de posibilidades interesantes para
la explotación comercial (como mínimo), si consideramos las listas
de correo y los perfiles de usuario propios del sistema. ¿Reconocéis
lo vulnerables que os estáis haciendo a vosotros mismos y a aquellos
con quienes interactuáis electrónicamente cuando os exponéis de
lleno a través de los cables?
Demos un paso hacia delante. Supongamos que las fuerzas oscuras
quisieran perseguir y reprimir una vez más a los trabajadores de
luz, a los líderes espirituales, a los sanadores holistas y a
cualquier individuo librepensador cuyo trabajo o intereses pudiesen
considerarse amenazas para el sistema.
¿Pensáis en esto, o habéis olvidado los
días del holocausto, el macartismo y las cruzadas?
Vuestra memoria es muy corta.
¿Qué podría ser más penetrante y certero
que recurrir a los grandes bancos de datos de Internet, y
simplemente buscar las páginas de las organizaciones e individuos
que, como trabajadores de luz, ofrecen servicios y alternativas a lo
que el equipo corporativo de control vende en masa a la humanidad?
Salidos de la clandestinidad, aquéllos de la luz están exponiéndose
peligrosamente en la red, atrapados intrincadamente en ese mecanismo
como moscas en una telaraña.
Sí; Internet aparenta ser una invención
extraordinaria, y la mayoría de vosotros lo defenderá con
vehemencia, arguyendo que ahorra tiempo y el alto coste de la
tecnología de comunicación convencional; que abre nuevos horizontes
y llega a lo inalcanzable.
Os pedimos que ejercitéis la precaución y la objetividad con
respecto a vuestra necesidad de la red; sobre todo, que reconozcáis
que, en definitiva, vuestra obsesión, con el tiempo, os ha
esclavizado durante largas horas a la pantalla de la computadora.
Cuestionamos si en verdad estáis siendo liberados como creéis, o
atados aún más fuertemente a vuestras ilusiones del tiempo: la
limitación tridimensional que aún no comprendéis.
En la red de la tecnología de Internet se encuentran codificados
mensajes subliminales más poderosos y manipuladores que aquéllos de
las cadenas de televisión y publicidad. Hay una poderosa atracción,
proveniente de vuestros monitores, que ha sido creada por métodos
altamente sofisticados que os enganchan al sistema, los cuales
utilizan mensajes codificados y velados, percibidos únicamente en el
nivel subconsciente de vuestra mente.
También hay una activación de
frecuencias de sonido imperceptibles en el nivel consciente, lo que
crea un enganche energético del cual es extremadamente difícil
liberarse. Lamentablemente, vuestra comprensión de la mente humana
aún se limita a la función de una parte muy pequeña de la así
denominada «materia gris» que compone el cerebro material. Sigue
siendo relativamente desconocido para vosotros cómo el subconsciente
puede percibir información y experimentar estímulos, en tanto que la
mente consciente no puede hacerlo. Éste es un gran peligro para
vosotros.
Si damos la impresión de poner excesivo énfasis en que entendáis la
metodología de control mental que ejerce la estructura de poder, eso
se debe a que ellos han iniciado una feroz campaña en las cuatro
direcciones para explotaros desde ahora hasta el gran cambio que se
experimentará en la Tierra y en todo vuestro sistema solar. Deseamos
serviros estimulando vuestra conciencia para que seáis capaces de
oponer resistencia a la maraña de sus redes.
Nuestro instrumento, Trydjya, ha sido
afinado para captar las emanaciones que provienen de la mera lectura
de un documento impreso de Internet, y puede reconocer que la
esencia etérea emitida al leer dicho material ya contiene la fuerza
magnética de atracción. El fijar la mirada en la pantalla es mucho
más hipnótico, mucho más dañino; esto explica, en parte, por qué hoy
tanta gente admite ser adicta a la red.
La red emite sonidos subliminales inaudibles mucho más allá del
alcance de vuestra percepción consciente, y éstos están filtrándose
por los cables subterráneos de fibra óptica hasta vuestras unidades.
Estos cables están siendo instalados en vuestras calles
metropolitanas y conectados a vuestros hogares, escuelas y oficinas,
y su propósito es enredaros en la red de control por medio de la
tecnología de sonido y otros mecanismos avanzados a los cuales hemos
aludido aquí.
Si sois escépticos en cuanto a la
manipulación mediante frecuencias de sonido, constatamos un reciente
suceso de sabotaje político: cuando la embajada estadounidense
experimentó frecuencias de sonido de control mental y emanaciones
electromagnéticas que estaban siendo emitidas hasta sus oficinas de
Moscú.
Salió en las noticias, pero sabéis
demasiado poco de este tipo de manipulación de la energía como para
responder y reaccionar ante sus implicaciones; y se presentó de tal
manera, que creéis que pertenece al mundo de James Bond y no
puede afectaros personalmente, así que os desentendéis del asunto.
Nos preocupa que entendáis cómo y por qué se usan estos métodos, y
que luego aprendáis a percibir estas frecuencias en el nivel
consciente, pues una vez que hayáis hecho aflorar la información en
la conciencia ya no pueden manipularos a través de ella. Siendo
conscientes, podéis aprender a desviar las ondas y enviarlas de
regreso al emisor, eliminar sus efectos de vuestro cuerpo energético
y liberaros de sus mecanismos de control.
No sugerimos, en absoluto, que le tengáis miedo a vuestra
tecnología, pues no estimulamos el miedo en vosotros. Más bien, os
pedimos que despertéis a la posibilidad de que exista
la tecnología
de control mental en este contexto y, por ende, sugerimos que si
tenéis que utilizar la red, lo hagáis discriminadamente. Para
prepararos, empezad por envolver a vuestro ser en un campo de fuerza
de luz blanca dorada; luego, visualizad que rodea vuestra
computadora, penetra en los circuitos y en la fibra óptica del
sistema, y finalmente que sale y llega a la computadora receptora de
vuestro contacto.
Debéis tener la intención de que vuestro
instrumento tenga la capacidad de desbaratar las ondas de sonido de
alta frecuencia que vienen a través del equipo, y que estéis
escudados de cualquier información subliminal que esté siendo
irradiada a través de la pantalla. Ésta es una preparación
absolutamente necesaria antes de que trabajéis en la red.
Al hacerlo, no sólo os escudaréis
parcialmente, sino que estaréis liberando en ciertos niveles los
mecanismos de control programados a través del sistema,
contribuyendo así a su desmantelamiento. Sin embargo, nada será tan
efectivo como simplemente no haceros usuarios, y permanecer «fuera
de línea», si podemos citar la jerga de vuestra tecnología de punta.
Os advertiremos ahora, sin embargo, que el autonet es el eslabón
perdido de la cadena con grillete que pondréis en torno a vuestra
libertad. Dada nuestra explicación concerniente a controles y
emisiones electromagnéticas, os sugerimos que no os dejéis seducir y
creáis que sólo podréis encontrar vuestro camino guiados por el
circuito móvil de Internet. Eso sería, verdaderamente, una
declaración de resignación total y de que os han lavado el cerebro,
y ya sabemos cómo os manipularán para que creáis que no llegaréis a
«ninguna parte» sin él.
¿No diríais que ya es hora de que desarrolléis algún tipo de sistema
de alarma en contra de la explotación tecnológica?
Como miembros del
amanecer, tenéis que ser claros en este asunto. El objetivo del
marketing tecnológico del pasado fue la introducción masiva de
Internet en los terminales de computadoras personales y de negocios;
ahora se inicia la intensa comercialización de la conexión
interactiva entre Internet y la televisión. El autonet ha empezado a
aparecer en una versión más inofensiva del trazado de mapas asistido
por computadora para vuestra conveniencia mientras conducís, y ya es
«opcional» en los últimos modelos de coches de lujo. Hay
laboratorios que ya están listos para
insertar chips computarizados
en las redes nerviosas de vuestro cuerpo que os robotizan
mentalmente y os vuelven físicamente «rastreables».
Os harán implantar software biológico
directamente en vuestro cerebro —chips biológicos computarizados que
cubren un sinnúmero de temas—, y así desaparecería la educación que
conocéis en la actualidad, así como también la inteligencia natural.
No os engañéis creyendo que ésta es una fantasía disparatada, pues
la tecnología ciberbiónica es el último grito de la industria, y no
penséis que no os están preparando lentamente para aceptarla también
como un «progreso».
Sin duda estáis al tanto de la implementación de órganos
artificiales, pues se han hecho muchos avances en este campo, y
algunos son muy positivos. Nos preocupan más los trasplantes de
órganos y genes, precursores de la tecnología de computadoras
biológicas. Muchos de vuestros gobiernos están poniendo en vigencia
legislaciones que autorizan al Estado el libre acceso a vuestro
cuerpo una vez que lo dejáis, para ser utilizado en la rentable
práctica médica de la cirugía de trasplante de órganos.
Estad seguros de que cada célula del
cuerpo es un reflejo plenamente consciente de la vibración de
vuestra alma, y al imponer a otro cuerpo vuestra matriz etérea y
vuestro tejido físico están violando absolutamente las leyes de la
creación divina, interfieren en vuestro karma mutuo y niegan a
vuestra alma su viaje sin tropiezos de regreso a la luz. Un
fragmento de vuestro ser queda inexorablemente atado a otro
individuo, y el destino del alma de ambos se altera permanentemente.
En
Atlántida se vio mucho este tipo de intervencionismo; y ya hemos
aludido a las monstruosas mutaciones creadas por la transferencia de
genes y otros experimentos biológicos antinaturales, incluyendo el
trasplante de órganos. Estos procedimientos no constituyen ningún
beneficio para el propósito supremo, y son un ejemplo más de que la
tecnología aparentemente «humanitaria» actúa, de hecho, en contra
del orden superior.
Algunos de vosotros habéis desarrollado vuestra conciencia y
sensibilidad para reconocer la música de vuestra alma: la vibración
del wam. En cierto grado, sentís y experimentáis cada célula, en
verdad cada partícula subatómica, mientras ejecutáis la vibración de
la esencia de vuestra alma a través de las ondas de vuestro ser y
hasta el mar de la existencia. El trasplante de órganos donados,
inevitablemente, crea una disonancia atonal en el cuerpo del
receptor, pues se ha interrumpido la totalidad en la sutileza de las
frecuencias vibratorias que trascienden vuestra esfera física; la
música ha sido afectada.
El donante, cuyo wam está retenido como
una vibración remota en el cuerpo del otro, queda atrapado en el
interior de la zona gris entre el Espíritu y la materia, la luz y la
oscuridad.
El cuerpo humano, la sede del alma, se ciñe a un modelo
predeterminado y único de expresión del alma, creado para cumplir
con ciertos requisitos kármicos que ésta fija antes de entrar. El
ADN, el arquitecto inteligente, establece la geometría del cuerpo
físico (determinada por la especie, raza y memoria genética) de tal
modo que los huesos, tejidos, líquidos y órganos llevan al alma
—sujeta a las intenciones de vuestro libre albedrío—, a través de la
encarnación física, desde la concepción hasta el fallecimiento.
En ese lapso de tiempo, cuando el cuerpo
aún vibra energéticamente aunque haya sido declarado «clínicamente
muerto» (un estado cuestionable determinado por fuerzas ajenas al
libre albedrío del individuo), todavía resuena la canción del alma
y, por ende, el cuerpo debe dejarse en un agradable silencio
mientras la transmutación llega a su fin. Para cuando la música ha
cesado en los tejidos y fluidos del cuerpo, éste ya no es viable
para llevar a cabo la cirugía de trasplante de órganos; ésta es la
zona de peligro. En esencia, si el órgano tiene suficiente fuerza
vital como para ser trasplantado, aún lleva la frecuencia del alma y
no debe ser molestado.
Vuestro cuerpo, el vehículo de manifestación y expresión del
espíritu, nunca pretendió ser incorporado y superpuesto
artificialmente en la matriz vibratoria de otro ser humano, cuyo
deseo (impuesto o no) de aferrarse a la vida física niega el proceso
del alma originalmente establecido antes de encarnarse. En verdad,
no cabe ninguna duda de que vuestro cuerpo no previo un gobierno que
simplemente autoriza el acceso sin restricciones a vuestra alma,
negando todo libre albedrío en la materia.
Esto va absolutamente en
contra de las leyes del karma, y se opone a vuestro propósito más
noble.
También es altamente indicativo de
vuestro actual miedo y concepción errónea del proceso de la muerte,
el cual, en gran parte, aún se considera el Final de Finales en
vuestro mundo moderno. La transformación de la materia es el
comienzo de la nueva forma, y el proceso natural es que el ser
entero, una expresión física consciente de la vida, experimente en
su totalidad la disolución de lo físico como un proceso normal de su
propia evolución.
La muerte, entonces, ha de percibirse como un paso, la continuación
de la existencia, y una experiencia evolutiva, y no como el fin de
la vida.
De la semilla, al árbol, y luego, de regreso a la semilla.
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