por Guylaine Lanctot, M.D.
traducción de
Adela Kaufmann
Versión original
Extraído de
The Medical Mafia
(p.126-131)
del sitio Web
Whale
¿Cual es el objetivo de las autoridades mundiales
destruyendo la
salud de la gente, tanto en países industrializados y en el Tercer
Mundo?
Siempre es difícil presumir las intenciones de otros,
particularmente cuando uno no está cerca de ellos. Y esto es verdad,
en esta instancia. Pero hay ciertamente ventajas para alguien, en
alguna parte, para continuar tan fielmente la campaña para
vacunaciones, por cualquier y todos los medios posibles.
Deben de beneficiar a alguien, en alguna parte.
Una cosa es cierta: Que no es para nuestra ventaja.
Para determinar lo que son estas ventajas, y para quien son,
detengámonos a ver las CONSECUENCIAS de estos masivos programas de
vacunación y saquemos nuestras propias conclusiones.
-
La vacunación es cara y representa un costo de un billón de
dólares anuales. Por ello beneficia la industria, y todavía más a
los fabricantes multinacionales. Uno vende las vacunas. El otro,
entonces, suministra el arsenal de medicinas para responder a las
numerosas complicaciones que siguen. Sus beneficios se incrementan,
mientras que nuestros gastos se disparan al techo. Hasta el punto
donde a nosotros simplemente nos lo presentan hasta aquí y están
listos para aceptar lo inaceptable, tal como la medicina socializada
en los Estados Unidos, por ejemplo.
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La vacunación estimula el sistema inmune, el mecanismo de defensa
del cuerpo. Repetido, la vacunación agota al sistema inmune. Da un
falso sentido de seguridad y, haciendo esto, abre la puerta ancha a
toda clase de enfermedades. Notablemente, para aquellos relacionados
con el SIDA, el cual puede desarrollarse solamente en suelo fértil,
donde el sistema ha sido perturbado, hace que el SIDA estalle.
Asegura que la enfermedad florezca perpetuamente.
-
La vacunación conduce a la violencia social y al crimen. ¿Qué
mejor manera de desestabilizar un país que desarmar a sus habitantes
y reesforzar el control policial y militar? Las autoridades
sutilmente crean situaciones de pánico y miedo entre la población,
la cual, a su vez, necesita el refuerzo de “medidas de protección”,
incluyendo el prohibirle a los ciudadanos tener armas.
Las autoridades, entonces, intervienen como salvadores y refuerzan
su control. Es cierto que, para imponer un solo ejército mundial,
uno debe primero desarmar a los ciudadanos de cada país. Uno, por
ello, debe crear violencia, si han de alcanzar este desarme,
particularmente en los Estados Unidos, donde el derecho de portar
armas está garantizado por la Constitución.
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La vacunación incita a la dependencia médica y refuerza la
creencia en la ineficiencia del cuerpo. Crea gente que necesita una
asistencia permanente. Sustituye la confianza que uno tiene en uno
mismo por una ciega confianza en otros, fuera de nosotros.
Conduce a la pérdida de la dignidad personal, además de hacernos
financieramente dependientes. Nos hala hacia el círculo vicioso de
enfermedad (miedo – pobreza – sumisión) y, de esta manera, asegura
la sumisión del rebaño para dominar mejor y explotarlo. Y entonces
conducirlos al matadero. A la matanza.
La vacunación también anima a la moral y a la dependencia financiera
de los países del Tercer Mundo. Perpetúa el control social y
económico de los países occidentales sobre ellos.
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La vacunación camuflagea los verdaderos problemas sociopolíticos
de pobreza de algunos debido a la explotación por otros, y resulta
en pseudo-soluciones tecno-científicas que son tan complicadas y
sofisticadas que los pacientes no pueden entenderlas.
Además, la vacunación re-dirige los fondos que deberían usarse para
ayudar a mejorar las condiciones de vida, y las canaliza hacia los
bancos de las multinacionales. Ensancha la brecha entre los
dominantes ricos y los explotados pobres.
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La Vacunación decima las poblaciones. Las Vacunaciones deciman
poblaciones. Drásticamente en los países del Tercer Mundo.
Crónicamente, en países industrializados. A este respecto, el
antiguo presidente del Banco Mundial, antiguo Secretario de Estado
en los Estados Unidos, quien ordenó el bombardeo masivo de Vietnam,
y miembro del Programa Expandido de Inmunización, Robert McNamara,
hizo algunas observaciones muy interesantes.
Como lo reporta una publicación francesa, "j'ai tout compris", fue
citado como diciendo:
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“Uno debe tomar medidas draconianas de reducción demográfica en
contra de la voluntad de las poblaciones. Reduciendo la tasa natal
se ha probado ser imposible o insuficiente. Uno, por ello, debe
incrementar la tasa de mortalidad. ¿Cómo? Por medios naturales.
Hambrunas y enfermedades.”
-
La vacunación permite la selección de poblaciones a ser decimazas.
Facilita el genocidio apuntado. Permite que uno mate gente de cierta
raza, cierto grupo, un cierto país. Y dejar a otros sin tocar. En el
nombre de la salud y el bienestar, por supuesto.
Tomemos, por ejemplo a África. Hemos atestiguado la casi total
desaparición de ciertos grupos. Los más optimistas estiman que un
50% están muertos. Unos 70% muertos, según los menos optimistas.
Como si por casualidad, muchos estaban en la misma región, tal como
Zaire, Uganda, el extremo sur de Sudán.
En 1967, en Marburg, Alemania,
siete investigadores, trabajando con
monos verdes africanos, murieron de una desconocida fiebre
hemorrágica. En 1969, también por casualidad, la misma enfermedad
mató a mil personas en Uganda. En 1976, una nueva y desconocida
fiebre hemorrágica mató en el sur de Sudán. Luego en Zaire.
Es significativo que, desde 1968, los virólogos (especialistas en
virus) han instalado su sofisticado equipo en ciertos hospitales en
Zaire.
En una audiencia de la CIA, el Dr. Gotlieb, un cancerólogo, admitió
haber dispersado, en 1960, una gran cantidad de virus en el Río
Congo (en Zaire) para polucionarlo y contaminar a toda la gente que
usaba el río como su fuente de agua.
¡El Dr. Gotlieb fue nombrado director del Instituto Nacional del
Cáncer!!!
Hace un par de años, Reuters reportó:
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“Una enfermedad similar al SIDA ha matado a 60,000 personas en el
sur de Sudán. Ellos llaman a la enfermedad la asesina. Familias,
aldeas enteras han desaparecido. Esta enfermedad, la Kala-azar toma
la forma de una fiebre y una sacudida de peso. Los síntomas son los
mismos como los del SIDA . El sistema inmune es deficiente, y uno
muere de otras infecciones.
Es obvio que África, particularmente aquellos países en el centro y
hacia el sur, contienen fabulosos recursos que siempre han incitado
a los occidentales a machacar a sus habitantes para asumir el
control sobre sus riquezas. Y cuidado cualquiera que se les ponga en
su camino.
Las colonias han desaparecido, pero no el colonialismo.
-
La vacunación sirve como una forma de experimentación, para
aprobar nuevos productos en un gran muestreo de una población. Bajo
la guisa de la salud y el bienestar de la población, la gente es
vacunada contra pseudo-epidemias con productor que uno quiere
estudiar.
La vacuna de la hepatitis B parece ser la opción de las autoridades
para lograr esta meta.
Sin embargo, esta vacuna es fabricada por un proceso de manipulación
genética. Y es mucho más peligrosa que la vacuna tradicional, porque
se inocula en las células del cuerpo que son extrañas a este código
genético. Además, esta vacuna es producida de virus cultivados en
los ovarios de hámster chinos.
¡Uno solo puede imaginarse cómo se verán las futuras generaciones!
Pero hay más. También se reporta que cause cáncer del hígado.
A pesar de todo eso, goza de mucho renombre entre las autoridades,
quienes las imponen primero en aquellos que trabajan en el campo de
la salud, y luego en el resto de la población.
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En 1986, las autoridades médicas administraron la vacuna contra la
hepatitis B a niños Indios Nativos en Alaska, sin ninguna
explicación o consentimiento de sus padres. Muchos niños enfermaron.
Y varios murieron. Parece que había un virus llamado RSV (Virus del
Sarcoma Rous) en la vacuna. (1)
Las tribus amerindias han sido sujetos a muchas vacunaciones. Seamos
conscientes que ellos son difíciles de batir en cuanto a la sumisión,
y ellos poseen extensas zonas de tierras, que a las autoridades les
gustaría poseer para su propio beneficio.
Recientemente, cuando me reuní con un grupo de mujeres nativas para
charlar acerca de salud con ellas, salió a colación el tema de las
vacunaciones. Yo les estaba dando alguna información sobre el tópico
cuando, repentinamente, la enfermera del grupo me confió que el
gobierno federal le había dado a ella completa libertad en el manejo
de su salud, pero con una estricta condición.
Que cada vacunación debía ser escrupulosamente aplicada a todos. El
silencio era ensordecedor. Todos comprendimos.
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En 1988, el Embajador de Senegal dio una entrevista por radio,
reportando sobre las devastaciones del SIDA en su país, en donde
aldeas enteras estaban siendo decimazas. Unos pocos años antes,
equipos médicos y científicos habían llegado a vacunar a sus
habitantes contra la hepatitis B.
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En 1978, una nueva vacuna fue probada en homosexuales en Nueva
York. Y en 1980, en los de San Francisco, Los Ángeles, Denver,
Chicago y San Luis. Oficialmente, esta “nueva vacuna” era contra la
hepatitis B y, como ahora sabemos, causó que muchos de ellos
murieran de SIDA. Sonó el comienzo “oficial” de la epidemia del SIDA
en 1981.
El programa de vacunación de homosexuales contra la hepatitis B fue
conducido por San O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) y el
Instituto Nacional de Salud. Hay reportes de colaboración entre
estas dos organizaciones en 1970 para estudiar las consecuencias de
ciertos virus y bacteria introducidos a niños durante las campañas
de vacunaciones.
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En 1972, ellos transformaron este estudio para enfocarse en los
virus que provocaron una caída en el mecanismo inmune. Wolf Szmuness
dirigió los experimentos anti-hepatitis B emprendido en Nueva York.
El tenía unos lazos muy estrechos con:
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El Centro de Sangre donde el tenía su laboratorio
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El Instituto Nacional de Salud
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El Instituto Nacional del Cáncer
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La FDA
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La O.M.S.
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Las Escuelas de Salud Pública de Cornell, Yale y Harvard
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En 1994, una inmensa campaña de vacunación contra la hepatitis B fue
emprendida en Canadá. Es tanto inútil, peligroso y costoso. ¿Y para
que? ¿Hay allí alguna agenda oculta?
Observo que la Provincia de Quebec es un blanco en particular, sobre
el curso de tres años.
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1992: vacunación contra la meningitis
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1993: re-vacunación contra la meningitis
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1994: vacunación contra la hepatitis B.
Yo estuve allí en 1993. Me preocupaba ver que era apuntado a toda
una generación (1 a 20 años), en solo una provincia. ¿Desde cuando
los virus respetan fronteras, y especialmente provinciales en eso?
Los hechos son:
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No había ninguna epidemia, ni riesgo de una. Los epidemiólogos lo
confirmaron.
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No una, sino tres vacunas diferentes fueron administradas, cada
una en un área designada.
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Ciertas enfermeras fueron seleccionadas y entrenadas para
administrar una vacuna especial.
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Todos los niños fueron metidos en un banco de datos informático.
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La presión para vacunar a los niños era enorme. Las escuelas
fueron convertidas en clínicas. Aquellos que no querían ser
vacunados eran señalados y tratados como parias sociales.
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Las enfermeras cazaban a los padres en los hogares que no querían
que sus niños de pre-escuela fueran vacunados.
Tengo una cuenta directa de uno de estos niños. La madre no quería
que vacunaran a su hijo. La enfermera que vino a la casa la hizo
creer que era compulsorio. La madre cedió… El niño está ahora
discapacitado: física y mentalmente (parálisis espástica).
La vacunación costó $30 millones.
¿Porqué hubo tal voluntad asesina? Como las gentes Nativas, la gente
de Quebec son también una “molestia”. Ellos creen en su identidad
cultural y en la soberanía. Es más, Quebec, con sus territorios
Nativos abarca
enormes reservas de agua, en la cual han puesto sus
ojos muchas multinacionales. Como un conocido mío quien está en la
Junta de Manejo de Agua de California dijo, “El agua hoy en día es
oro.”
¿Podría uno pensar en una más apropiada arma biológica para
posiblemente quitar cualquier impedimento para acceder a esos
recursos?
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Las vacunaciones permiten estudios epidemiológicos de poblaciones
para coleccionar datos sobre la resistencia de diferentes grupos
étnicos a diferentes enfermedades. Le permite a uno estudiar las
reacciones de los sistemas inmunes de grandes números de la
población a un antigen (virus, microbio) inyectado por medio de la
vacunación.
Si debería estar dentro del marco de trabajo de la lucha contra las
enfermedades existentes o una que ha sido provocada.
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En 1887, ciertos laboratorios estadounidenses y el Departamento de
Biotecnología de la India firmaron un acuerdo autorizando la prueba
de vacunas genéticamente fabricadas en a gente de la India. Este
acuerdo fue recibido con feroz oposición, porque le daba acceso a
perfiles epidemiológicos e inmunes de una población.
Estos datos son extremadamente importantes desde un punto de vista
militar. Son incluso más valiosos, porque la India nunca ha
experimentado la fiebre amarilla. Y, en el momento de escribir este
libro, solo había conocido un puñado de casos de SIDA. Sobre todo
esto, los laboratorios privados estadounidenses propusieron probar
productos en la población hindú para los cuales no tenían ningún
derecho de probarlos en los Estados Unidos.
¡Y las autoridades accedieron!
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La vacunación es un arma biológica al servicio del armamento
biológico. Permite apuntar a gente de cierta raza y deja a otros que
están cerca o alrededor, más o menos sin tocar. Hace posible
intervenir en el linaje hereditario de cualquiera que sea
seleccionado. Ha nacido una nueva especialidad.
Diseño genético. Está floreciendo, goza mucho prestigio, y está
recibiendo apoyo investigativo. El reto es asombroso. Para encontrar
una vacuna que da una enfermedad en contra de la cual nosotros ya
tenemos la vacuna. De esta manera seríamos capaces de enviar en
tropas que ya han sido vacunadas en contra de la vacuna asesina, la
cual ellos, entonces, regarían entre el enemigo. ¡Es absolutamente
loco e irracional!
Mientras tanto, el robo industrial está en pleno movimiento.
Neil Levitt, capitán y biólogo de la Naval estadounidense en
Fort Detrick
reportó la desaparición de 2.35 litros de una vacuna experimental.
Una dosis suficiente para contaminar al mundo entero. Fort
Detrick es un laboratorio de investigación que fabrica vacunas. Está
ubicado bastante cerca a Washington, en Maryland, y está ligado con
el Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda, un suburbio de la
capital.
No es extraño que, en cada campaña importante de vacunación, uno
encuentre el mismo enredo:
No perdamos de vista el hecho de que:
En el nombre de la defensa de nuestros países, nosotros fabricamos
las armas más asesinas. La guerra, ya sea biológica o no, es guerra.
Y las armas matan. Las armas biológicas son un negocio gigante, en
gran parte financiado POR NUESTROS FONDOS, NUESTRAS VIDAS.
Aquellos de nuestros hijos y de millones de inocentes quienes han
sido sacrificados. Somos nosotros, aquellos que vivimos en el mundo
occidental, quienes somos responsables de todas las enfermedades y
actos de genocidio en el mundo.
Por nuestra aceptación de la vacunación, tanto en casa como en el
extranjero.
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