10 Febrero 2009
del Sitio Web
TrinityATierra
Nadamos en mares de confusión conceptual, no hay más que ver el lío que se
hacen algunos cuando no saben definir la palabra “sionismo” o el concepto
“Nueva Era”, aunque esa ignorancia no les impide emplear el término a todas
horas y asocian alegremente hasta a su madre con
el movimiento “Nueva era”,
mientras que otros caen en la trampa de la Nueva Era dejándose embaucar por
sus dulces palabras sobre la espiritualidad sin conocimiento y la redención
global.
La mayor parte de estos problemas surgen por algo tan sencillo como es que
la gente no lee o no sabe leer (es decir, comprender los textos que tiene
delante y supuestamente “ha leído”), pero, sean cuales sean las causas, esto
no es más que un ligero aperitivo para entender la enorme confusión en la
que estarán envueltas las mentes de la mayor parte de las personas cuando el
totalitarismo ideológico se implante definitivamente.
Los únicos textos
fácilmente accesibles serán los que nos dejen leer y los únicos diccionarios
serán los de “Neolengua”, así que te digo:
¿Qué es la Carta de la Tierra?
La
Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo
(también llamada la
Comisión Brundlland) hizo un llamamiento en 1987 para una “nueva carta” que
estableciera un conjunto de nuevas normas para guiar la transición hacia el
desarrollo sostenible (Nuestro Futuro Común, 1987).
Se hizo un borrador de dicha Carta de la Tierra por parte de la ONU que se
presentó en Rio de Janeiro en 1992. La Carta de la Tierra puede entenderse
en el marco de la llamada “Agenda 21“, un programa de
las Naciones Unidas
para promover el desarrollo sostenible
En 1994 ,
Maurice Strong y Mijhail Gorvachov miembros del Consejo de la
Carta de la Tierra, relanzaron el proyecto como si fuera una iniciativa
social civil con el apoyo del Gobierno holandés.
La Comisión de la Carta de la Tierra fue creada por el Consejo de la Tierra
y la Cruz Verde Internacional, creada en 1997, fue la encargada de la
redacción y o supervisión del texto final y de darla a conocer en el año
2000 en el cuartel general de la UNESCO en Paris.
Muchos de los que recién están despertando a la realidad de
la
“globalización” puede que no hayan oído mencionar este término, aunque sin
embargo las derivaciones e implicaciones de la misma nos inundan.
(Nota:
Siempre escribo “globalización” entre comillas porque se globaliza
únicamente el poder centralizado, que se hace absoluto y navega libremente
en su medio de supervivencia, el medio financiero, que como ya sabemos no
está basado en el dinero, sino en la deuda que recae sobre los "ciudadanos de
a pie", todo lo demás está más atomizado que nunca.)
De esta forma el Consejo de la Tierra, una organización no gubernamental
internacional, fue creado en Septiembre de 1992 para promover y avanzar en
la implementación de los acuerdos firmados en la Cumbre de la Tierra. Sus
actividades principales incluyen proyectos relacionados con la economía y el
desarrollo sustentable, la gobernabilidad, la mediación y resolución de
conflictos, y la participación pública.
A partir del año 2000, se apoyó formalmente la campaña por parte de más de
2500 organizaciones, que representan a millones de personas, nacionales e
internacionales, instituciones como la UNESCO y la IUCN.
Más de 400 ciudades han tomado resoluciones de apoyo y aceptación de la
Carta de la Tierra y miles de personas en todo el mundo apoyaron por medio
de la campaña online el contenido de la Carta, de forma que para 2005, la
Carta de la Tierra se ha convertido en una declaración “globalmente”
consensuada.
Desde 2007, los gobiernos nacionales han comenzado a contribuir de forma
mucho más activa con los objetivos de la Carta de la Tierra (Earth
Charter). Como ejemplos,
el Ministerio del Medio Ambiente de Brasil firmó un acuerdo para promover la
Carta de la Tierra en cada sector de la sociedad brasileña, así como a nivel
internacional. Muchos otros estados y ciudades han entrado en acuerdos
similares con esta organización.
Posteriormente se creó la CTI , la Carta de la Tierra Internacional con
objeto de difundir y fomentar la visión y la misión de la Carta de la
Tierra.
El papel del Consejo de la Tierra en la Carta de la Tierra ha sido
fundamental como puede deducirse de este discurso de Máximo Kalaw
(ver inserto abajo), director
ejecutivo del Consejo de La Tierra en el foro australiano sobre la Carta de
la Tierra en 1999.
El papel del Consejo de la Tierra en la Carta
de la Tierra
Maximo Kalaw,
Director Ejecutivo del Consejo de la Tierra
Foro Nacional Australiano sobre la Carta de la Tierra
5-6 de febrero, 1999
del Sitio Web
EarthCharterInAction
Primeramente, quisiera rendir homenaje a los organizadores de la
reunión.
En lo que quisiera extenderme en el debate sobre el papel que tiene
el Consejo de la Tierra dentro del proceso de la Carta de la Tierra,
es quizás la necesidad de ahondar aún más en el significado del
proceso mismo. Estamos frente a una iniciativa llamada Carta de la
Tierra que puede ser vista con dos procesos complementarios:
(a) el de redacción de un texto,
el cual debe ser elaborado como resultado de un dialogo mundial
de la sociedad civil y luego de los gobiernos, en la definición
de sus valores compartidos en la promoción de la
sustentabilidad
(b) el proceso de internalización
de los valores fundamentales para la sustentabilidad en la toma
de decisiones de cada uno de nosotros. Son dos los procesos que
existen y me gustaría profundizar en el segundo
De lo que quisiera platicarles es de
lo siguiente: Nuestra intención ha sido crear una Carta de la Tierra
que perteneciera a la gente - una a la cual la gente pudiera
contribuir y a la cual tuviera acceso. Este documento no es el
final; es solamente el principio de ese proceso.
Nosotros lo llamamos el proceso de
valoración y diferenciación. El propósito, como lo indiqué, es que
pertenezca a la gente, y ésta pueda decir, "Yo contribuí con eso" -
no los equipos de expertos y burócratas de la ONU, sino gente común
y corriente. Por lo tanto, la gente podrá identificarse con el
proceso en función de su propio comportamiento personal y en función
de los organismos sociales a las que pertenecen y los regímenes
políticos que ellos apoyan.
Les daré algunos de los principales procesos que el Consejo de la
Tierra está ayudando a promover para la profundización del proceso
de valoración. Para que la Carta de la Tierra revista autenticidad,
deberá abordar los deseos del pueblo:
"¿Me ayudará a superar mi
pobreza?"
"¿Me ayudará a conseguir agua potable?"
"¿Me ayudará a
lograr la paz en mi comunidad o pueblo?"
"¿Me ayudará a
comprometerme más con mis semejantes y con la Tierra?"
A menos que podamos contestar "sí" a las anteriores interrogantes,
estaríamos perdiendo nuestro tiempo. No se puede llegar a un pueblo
y exclamar, "¡Eh! vean que documento más hermoso", más no ser capaz
de responder a la pregunta, "¿Qué puedo hacer para mejorar la
situación de esta gente?"
Ya sea que seamos del hemisferio norte o sur, hemos de enfrentar las
realidades de la situación. Es muy interesante notar que cuando el
Informe de Desarrollo del PNUD fue citado por el New York Times y
por CNN, fue denominado "Los Hechos según Kofi", con las pequeñas
notas al pie del Secretario General, tales como:
"El 80 por ciento de todo el
consumo mundial lo hace la quinta parte superior de la
humanidad, y sólo el 1,3 por ciento es consumido por la quinta
parte inferior de la humanidad"
"Los gastos en cosméticos en los
Estados Unidos suman $2.000 millones más de lo que se
necesitaría para alimentar a los pobres con sus requerimientos
básicos"
"Los europeos gastan $17.000
millones en sus mascotas - $4.000 millones más de lo que se
necesitaría para garantizar la nutrición y servicios de salud
para toda la población mundial".
Si tomamos seriamente la
responsabilidad de velar por la Tierra y su gente, entonces estos
asuntos son en verdad serios. A menos que podamos decir que tomamos
en serio este enfoque a nivel de pueblo, entonces la Carta de la
Tierra no podrá ser la Carta de la Gente.
Podríamos obtener quizás
las principales fuerzas de globalización y algunos valores
universales, pero si no somos capaces de localizarlos para que la
capacidad sostenible local pueda hacer viables a las comunidades
locales, entonces la globalización tampoco podrá ser viable. No se
puede tener un cuerpo saludable, si contiene células enfermas -
sería una contradicción de terminología. Por ende, lo que es
importante abordar son las necesidades del 70 por ciento de la
familia humana que vive en esta situación.
En segundo lugar, debemos reconocer en el proceso - que la
diferenciación humana es una realidad. Debemos aceptar que existen
diferencias de credos, de perspectivas del mundo, de prácticas
culturales, y aún de valores morales entre los moradores de la
Tierra. Esto forma parte de la realidad, como también forma parte de
los recursos de la familia humana.
La principal tarea es que de esas diferencias debemos crear una
cooperación común y responsabilidades comunes. Se ha puesto sobre el
tapete la pregunta:
"¿Qué haríamos si tuviéramos varios países con
sus propias cartas de la tierra nacionales?"
A mi entender, este
sería un paso necesario. Uno de los principios que hemos aprendido
en este proceso en más de 35 naciones es que debemos afirmar,
reconocer y respetar las identidades de los distintos pueblos.
Debemos respetar su identidad cultural
y espiritual, y así estimularlos para que utilicen el borrador de la
carta para evocar sus propios valores y reforzar dicha identidad.
Porque sin respeto no puede haber cooperación. A no ser que les
mostremos primero que afirmamos su identidad y, por lo tanto, su
derecho de ser capaces de expresarse en términos que tienen un
significado para ellos, no podremos contribuir hacia una
responsabilidad global y universal.
Lo anterior es fundamental. Así que estimulemos a los grupos y
países para que elaboren su propia carta grupal o nacional. Sin
embargo, debemos colocarlos a todos dentro de una escala de valores
común - ¿con qué podrán ellos contribuir hacia la responsabilidad
universal de cuidar de la familia global y del proceso de vida
global de la Tierra? Tiene que ser de esta manera. El respeto y la
autoridad son elementos necesarios para poder desplazarnos desde la
competencia y el conflicto a la cooperación.
El tercer factor del proceso de valoración es el siguiente: ¿Qué
sucederá después de que se apruebe la Carta?
El proceso de
valoración de los principios de la Carta de la Tierra no podría ser
significante ni efectivo, si estos no fueran interpretados para por
lo menos cuatro áreas básicas en cuanto a su relación con las metas
de dicho proceso. Podrían leer estas bellas palabras, pero a menos
que signifiquen algo para ustedes y éstas no logren afectar su
comportamiento, realmente no producirán cambio alguno. Para esto se
requiere de un proceso distinto. Requeriría de cierta reflexión,
silencio, meditación y de un proceso introspectivo. Esto es parte
del proceso de valoración.
Asimismo, el proceso de la Carta de la Tierra deberá traducirse en
ética laboral, en nuestro sistema educativo y enseñanzas religiosas.
Los procesos necesitan discernir la forma en que los médicos,
abogados y demás profesionales pueden integrar este principio a sus
códigos de conducta. Por ejemplo, la Organización Mundial de
Ingenieros ha logrado avanzar mucho hacia la adopción de algunos
principios en sus propios códigos de ética. En el Reino Unido hay un
movimiento orientado a integrar una porción de esos principios, como
parte del juramento Hipocrático que hacen los médicos, para que se
integre a su ética laboral. A menos que se traduzca en esta forma,
realmente no cobrará ningún significado efectivo.
En México, el gobierno ha legislado a favor de que los principios de
la Carta de la Tierra se conviertan en parte del curriculum
educativo de segunda enseñanza de ese país. La Iglesia griega
ortodoxa rusa ha adoptado una posición muy estricta en lo que se
refiere a la destrucción ambiental, denominándola un pecado
ecológico.
Esto resulta operativo y tiene sentido
práctico.
A nivel político, estamos manifestando, aún antes de que se inicie
el debate en el proceso intergubernamental de la ONU -de hecho, hay
un chiste que dice que si se introdujeran los Diez Mandamientos en
ese proceso, todos aparecerían entre paréntesis-existe la necesidad
de que estos principios de integren a la Agenda 21 nacional de cada
país.
Cualquier negociación en la ONU se
beneficiaría con el respaldo firme de países que ya hayan aceptado
estos principios. Esto es lo que está intentando hacer el Consejo de
la Tierra en 56 países, donde está trabajando con consejos
nacionales para el desarrollo sostenible (NCSD) - para poner esto
sobre el tapete como un marco de referencia ético para su plan
nacional de desarrollo. Cuando lo llevemos a un nivel más elevado de
políticas internacionales en la ONU, esto servirá de trampolín para
ese debate.
El proceso de redacción de una Carta como esta no sería suficiente.
Tendría que venir acompañado de distintos mecanismos; debería
conllevar una legislación - no sólo a nivel de la ONU, sino en
términos de que se traduzca en legislaciones nacionales y
comunitarias. Precisamente, éste es uno de los tópicos de dicha
Carta en el que está laborando el Consejo de la Tierra. Necesitamos
crear un marco de referencia legal fundamentado en los principios de
la Carta de la Tierra.
Nosotros debemos ser capaces de reunir
a las múltiples disciplinas que enlazan las diferentes esferas de
valores en una entidad de recursos de conocimientos, a la que tengan
acceso las personas. Lo que intentamos enlazar aquí realmente no son
solamente las generaciones, sino también los paradigmas. Estamos
vinculando distintas clases de perspectivas del mundo, y esta es en
verdad la parte más difícil: la forma de entrelazarlo todo de manera
que cada una de las esferas de valores -la económica, la
sociológica, la religiosa-puedan integrarse para desarrollar un
marco de referencia ético común para el futuro de la humanidad.
Creo que así debería ser el proceso, a
fin de convertir todo esto en algo más significante. De hecho, ya
está sucediendo con frecuencia en todos los países, particularmente
en Latinoamérica y Europa Central, donde se ha convertido en un
movimiento - un movimiento que pareciera ofrecer una promesa y una
alternativa política al capitalismo neoliberal y a la ideología
socialista centralizada. La gente ha ido paulatinamente adoptando un
concepto que quizás esté basado en sus propios valores culturales y
espirituales, y que al mismo tiempo esté enfocado hacia el
desarrollo sostenible.
Porque lo que estamos moldeando aquí es realmente una consciencia
común, una mentalidad global. Estamos creando un tipo de valor común
para una sociedad global. Pero sobre todo, se trata de crear un alma
global, y sé que ustedes tienen mucho que contribuir en este
sentido.
Me siento muy complacido de saber sobre los esfuerzos que
se han dado en Uruguay en este mes de junio, y les insito a que de
hecho participen en este proceso de creación de una nueva ética
global para el desarrollo sostenible en forma de una Carta de la
Tierra.
Muchas Gracias. |
El discurso dice interesantes cosas como ésta:
“En México, el gobierno ha legislado a favor de que los principios de la
Carta de la Tierra se conviertan en parte del curriculum educativo de
segunda enseñanza de ese país. La Iglesia griega ortodoxa rusa ha adoptado
una posición muy estricta en lo que se refiere a la destrucción ambiental,
denominándola un pecado ecológico. Esto resulta operativo y tiene sentido
práctico”.
“El proceso de redacción de una Carta como esta no sería suficiente. Tendría
que venir acompañado de distintos mecanismos; debería conllevar una
legislación - no sólo a nivel de la ONU, sino en términos de que se traduzca
en legislaciones nacionales y comunitarias”.
“Estamos vinculando distintas clases de perspectivas del mundo, y esta es en
verdad la parte más difícil: la forma de entrelazarlo todo de manera que
cada una de las esferas de valores - la económica, la sociológica, la
religiosa - puedan integrarse para desarrollar un marco de referencia ético
común para el futuro de la humanidad.”
“De hecho, ya está sucediendo con frecuencia en todos los países,
particularmente en Latinoamérica y Europa Central, donde se ha convertido en
un movimiento - un movimiento que pareciera ofrecer una promesa y una
alternativa política al capitalismo neoliberal y a la ideología socialista
centralizada.“
“La gente ha ido paulatinamente adoptando un concepto que quizás esté basado
en sus propios valores culturales y espirituales, y que al mismo tiempo esté
enfocado hacia el desarrollo sostenible.”
Aquí tenemos la oportunidad de leer en español un
folleto informativo sobre
la Carta de la Tierra.
A simple vista, la mayor parte del contenido de la visión o la misión sobre
sus objetivos parecen tremendamente razonables.
La introducción del folleto que nos sirve para entender cual es su punto de
partida formal dice:
“El mundo está experimentando profundos cambios ambientales, sociales,
económicos y enfrenta un futuro incierto. Es esencial adquirir un compromiso
con un marco ético compartido que ofrezca un claro sentido de orientación
para lograr que los pueblos del mundo se unan en medio de su diversidad y
establezcan una sociedad global que sea justa, sostenible y pacífica.
La
Carta de la Tierra es una expresión de esta aspiración general de la
emergente sociedad civil entorno a una visión compartida de un mundo mejor.”
Si uno se encuentra esto en una nota de prensa sin conocer absolutamente
nada de lo que ha rodeado el origen de la Carta de la Tierra, probablemente
dirá que esto es bastante razonable y que no ve nada de malo en ello. Pero
una aproximación más exigente nos muestra claramente las mentiras y trampas
ocultas en todo esto.
La Carta de la Tierra NO ES DE NINGÚN MODO UNA INICIATIVA DE LA SOCIEDAD
CIVIL como hemos visto.
Ha sido impulsada desde una agenda que arranca, con
total certeza, hace al menos 17 años y, con toda seguridad mucho antes,
desde organizaciones e intereses de una elite como lo demuestra el hecho de
que el Co-presidente del Consejo de la CTI, quien firma este documento no es
otro que
Steven C. Rockefeller, otro viejo conocido nuestro.
Ha sido
impulsada desde miles de organizaciones y think tanks creados para tal fin,
para presentarnos posteriormente que esa Carta de la Tierra ha sido avalada
y consensuada con organizaciones civiles y nuestros gobiernos nacionales y
locales, que son quienes nos representan.
Esa elite y quienes aspiran al gobierno mundial
son los impulsores de esa sociedad global, pretendidamente,
“más justa, más sostenible y más pacífica
de un mundo mejor”.
El mundo modelado por ellos nunca ha sido “mejor”, es
decididamente peor y todos los pasos que dan para modificarlo a su gusto lo
convierten en infinitamente peor.
Los conceptos de “sostenibilidad” y el “respeto por el medio ambiente” están
muy marcadamente presentes en el contenido de la Carta de la Tierra.
Podemos
apostar que este concepto es parte de la retórica fundamental para maquillar
todo el proyecto que también nos menciona,
“la erradicación de la pobreza, el
desarrollo económico equitativo, el respeto a los derechos humanos, la
democracia o la paz”.
Ya sabemos que no es otra cosa que la Neolengua de Orwell en
1984, di “paz”
cuando quieras decir “guerra”.
Quienes dirigen esta agenda convenientemente definida por la retórica, se
sientan en los Consejos Directivos de las Corporaciones y los Gobiernos que
toman la dirección exactamente opuesta a cualquier concepto de
sostenibilidad, paz o erradicación de la pobreza.
Pero ¿alguien cree que los
incautos internautas votarían afirmativamente a una Carta de la Tierra que
dijera que el objetivo es crear un marco de control global, sobre una masa
homogénea de borregos eliminando las resistencias y diferencias culturales,
lingüísticas, éticas, espirituales o económicas previamente?.
Es bastante claro que no.
(Como tampoco hubieran votado tan alegremente una iniciativa como la de
“Pónle freno” en España si hubieran sabido que el objetivo oculto del
proyecto que prometía señalizar los puntos negros en las carreteras
españolas era en realidad colocar cámaras de vigilancia en todos los puntos
“negros” para tomar bonitos primeros planos de las infracciones y recaudar
más y mejor.)
Tenemos que dejar de ser tan infantiles e incautos. O no iremos a ninguna
parte.
Esa Carta de la Tierra en su “Visión” recoge la necesidad de un marco ético
compartido. ¿Qué significa esto?
Acordaros de l tema de la “ética” que
gravita en asuntos como la “Educación para la Ciudadanía”.
“La ética que ellos entienden no es otra cosa que la
autocrítica, la
autocensura y la autoaniquilación de la diferencia”.
Es el método “pacífico”
y barato de eliminar resistencias. Eliminar primero las resistencias internas
por medio del propio individuo.
Si convenzo a alguien de que robar para
comer es “anti-ético” (sociedades anteriores nunca lo consideraron así)
evitaré gastos posteriores en la implantación de mi régimen policial y de
“reinserción en la sociedad”.
Un buen lavado de cerebro tiene un valor en el
mercado muy alto y unos costes relativamente bajos, especialmente si se
lleva a cabo desde las instituciones educativas de masa y los medios de
comunicación.
Y éste es el objetivo.
En la página 3 de ese documento podéis ver que una de
las metas no es otra que,
“Exhortar y prestar apoyo educativo al uso de la
Carta de la Tierra en escuelas, universidades, comunidades ecuménicas,
comunidades locales y muchos otros entornos” además de “Promover el
reconocimiento y el uso de la Carta de la Tierra como un documento de Ley
Blanda”.
¿Qué es eso de Ley Blanda?
En derecho se distingue entre Ley Dura (Dura Lex) y Ley Blanda (Lex Mollis).
Poca información he podido encontrar acerca de la diferencia histórica entre
ambos conceptos, sin embargo este documento de setiembre de 2007 de la
Comisión Europea me aclara algunas cosas importantes:
En la
primera página de este documento, sobre el “Uso de la Ley Blanda” y
que viene a decir en pocas palabras,
“considerando la ambigüedad consabida
del concepto de Ley Blanda, considerando que no debería aceptarse o
reconocerse la distinción entre ley dura o ley blanda por ser una aberración
conceptual, considerando que una ley blanda no ofrece una plena protección
judicial, (etc., etc.,) debería evitarse su uso en las resoluciones y
documentos de la Comisión o usarse con mucho cuidado”.
Está claro al menos esto: una Ley Blanda es un instrumento abierto a la
interpretación, la ambigüedad. Y esta Carta de la Tierra es considerada una
Ley Blanda.
¿Qué relación tiene todo esto con la Nueva Era?
Si continuamos leyendo el discurso de Maximo Kalaw sobre la Carta de la
Tierra (inserto arriba) dice:
“Porque lo que estamos moldeando aquí es realmente una consciencia común,
una mentalidad global. Estamos creando un tipo de valor común para una
sociedad global. Pero sobre todo, se trata de crear un alma global, y sé que
ustedes tienen mucho que contribuir en este sentido”
Se trata de crear un alma global. ¿Un alma global?
Muchos de nosotros hablamos sobre la importancia vital de la Religión en
todo este tablero y en la
Agenda Illuminati. Por el contrario, muchos
ciudadanos viven instalados todavía en la idea de que todo se trata de
grandes empresas y grandes beneficios frente a los pobres y desamparados
consumidores y esclavizados ciudadanos, con los intermediarios políticos
como relleno del bocadillo, con sus dos caras, su corrupción y su doble
lenguaje.
Pero hay más, ¡mucho más!.
Esta gente quiere implantar con su Agenda un
“ALMA GLOBAL”. Lleva años haciéndolo, en realidad y muchos de los conceptos
ya se han colado en la casa de millones de personas que la han consumido sin
comprender lo que hay detrás de este proyecto.
Nosotros podemos estar
discutiendo aquí si el alma existe o no existe pero ellos, por medio de una
legislación “blanda”, “dura” o “semi-suave”, según convenga en cada ocasión,
nos impondrán un “ALMA GLOBAL” diseñada durante años para nosotros.
¿Y qué dice oficialmente de todo esto el Vaticano?
Michel Schooyans, representante del
Vaticano ante
las Naciones Unidas denuncia,
«la ambición de la ONU por entronizar un sistema de pensamiento único, en el
que se legitime y cree un gobierno mundial».
Según él,
«Bajo el disfraz de
responsabilidad compartida, la ONU invita a los Estados a limitar su justa
soberanía».
“De esta manera, Naciones Unidas se presenta cada vez más como un
superestado mundial. Tiende a gobernar todas las dimensiones de la vida, del
pensamiento y de las actividades humanas, ejerciendo un control cada vez más
centralizado de la información y del conocimiento.”
"Se argumenta que no somos capaces de alcanzar la verdad respecto de la
persona, y que inclusive dicha verdad no es accesible o no existe"
Schooyans denuncia que la Carta de la Tierra sería invocada no sólo para
superar a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también
para reemplazar al propio Decálogo (los 10 Mandamientos), como ya anunció Mijaíl Gorbachov, uno de los promotores de estas iniciativas globales.
Schooyans cree que,
"para consolidar dicha visión holística del
globalismo
deben ser allanados algunos obstáculos por parte de la ONU."
Las religiones
en general, y en primer lugar la religión católica, según Schooyans, figuran
entre los obstáculos que se deben neutralizar. Fue con ese objetivo que se
organizó, dentro del marco de las celebraciones del milenio en septiembre
del 2000, la Cumbre de líderes espirituales y religiosos, a la que el
Vaticano no dejó de asistir.
El objetivo es lanzar una iniciativa unida de las religiones que tiene entre
sus objetivos velar por la salud de la Tierra y de todos los seres vivos.
De manera que esta religión mundial,
el New Age, la Nueva Era se oculta
detrás de la “Ecología”, “El calentamiento global”, “el desarrollo
sostenible” y toda esta serie que conocemos tan bien...
Fuertemente influenciado por la New Age, dicho proyecto apunta a la
creación
de una nueva religión mundial única, lo que implicaría inmediatamente la
prohibición a todas las otras religiones de hacer proselitismo.
«Para la ONU, la
globalización no debe envolver apenas las esferas de la
política, de la economía, del derecho; debe envolver el alma global».
Representando al Vaticano, el cardenal Arinze no aceptó firmar el documento
final, que colocaba a todas las religiones en un mismo pie de igualdad.
Para entender la posición del Vaticano respecto a este asunto hay que
recordar el punto de partida: es una lucha por el poder, no de principios,
porque si el Vaticano no buscara fervientemente liderar este proyecto
global, habría denunciado hace tiempo ya la Agenda que el mismo Vaticano ha
identificado tan perfectamente bien.
Si de verdad el Vaticano estuviera en
contra de esta globalización espiritual, la denuncia del Vaticano, contra la
ya consensuada y ampliamente difundida Carta de la Tierra, estaría sonando
alto y claro desde sus organizaciones eclesiásticas, páginas Web, sistemas
de comunicación de masas y demás plataformas controladas por ellos; estaría
denunciando lo que hay detrás de las organizaciones de la Nueva Era, estaría
denunciando la complicidad de los Gobiernos, estaría denunciando el objetivo
detrás de la Agenda de la Carta de la Tierra: Crear un alma global.
No oímos nada sobre esto porque lo que aquí se está “cociendo” es una pugna
por el poder y el liderazgo de este proyecto ambicioso.
La "Carta de la Tierra", o como
sustituir los diez mandamientos
por Juan C. Sanahuja
del Sitio Web
Mercaba
Con la intención de subordinar al Mundo a los "valores" del Discurso
Cultural Dominante que quiere imponer el Nuevo Orden Mundial varios
organismos de la ONU, y paralelos, con la complicidad de muchos
gobernantes nacionales, y en contra de los intereses de sus pueblos,
están preparando, a través de diversas conferencias internacionales,
"una única agenda para el gobierno mundial"
Ésta somete a los intereses de una minoría privilegiada al resto de
la Población.
Altas instituciones internacionales, y con la participación de muy
influyentes personajes ser reunieron a finales del año 2001 para
prepararn la reunión Rio + 10
Las declaraciones finales de estas reuniones, además de muchos
lugares tópicos, en los que no se podría dejar de estar de acuerdo
por ser generalidades de buena voluntad, sin embargo incluyen
conclusiones que traslucen las verdaderas intenciones de los
objetivos de estos encuentros de la plutocracia mundial
En el mismo sentido, los discursos de algunas de las autoridades no
auguran nada bueno. Se advierte en estos planteos la sombra de la
Carta de la Tierra. Aunque no se la nombra es clara la referencia a
ese "código de ética de la nueva era, que sustituirá a los Diez
Mandamientos", según el ex-premier soviético M. Gorbachov.
De todas estas reuniones preparatorias pera esta Cumbre, llamada
Río+10, convocada para el año, se puede concluir que ha sido el
momento elegido para "proponer al mundo" (imponer por parte de los
instrumentos del "sistema") nuevos principios éticos, que incluyan
la obligatoriedad de someterse a los dictados de la llamada
"gobernabilidad global". Una de nuestras esperanzas es que esa
reunión fracase por el enfrentamiento entre las tendencias más
"socialistas" y las corrientes más "capitalistas", que se advierten
en los organismos internacionales.
Cada año tiene para la ONU una meta, un objetivo. En el año 2001 la
finalidad declarada fue la de destruir la familia sustrayendo a los
niños de la autoridad de sus padres, en nuestras páginas hemos
seguido este proceso global que aún no ha terminado. El objetivo de
la ONU, y la constelación de ONG's que con ella trabajan, era
consolidar su propósito en la Cumbre de la Infancia programada para
septiembre pasado. La reunión fue suspendida por los criminales
atentados terroristas de New York. La Cumbre sobre la Infancia, para
conmemorar los 10 años de la segunda versión de la Convención de
Derechos del Niño, se realizará en mayo de este año.
Sin embargo, este año ya tenía fijado el objetivo. Centrado en la
Cumbre llamada de Río+10, (Sud Africa del 26-08-2002 al 4-09-2002,
las fechas anteriores eran del 2 al 11 de septiembre), la meta es
terminar de tejar los últimos acuerdos en orden a afianzar no sólo
las políticas de control de población sino también un nuevo orden
social para el mundo entero.
En efecto, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable (siglas
en inglés WSSD), -ese es su nombre oficial-, el proyecto de dominio
mundial de los países del norte ha centrado gran parte de sus
esperanzas para imponer a todas las naciones, con categoría de
dogma, una tríada indisoluble: 1) nuevos derechos humanos (entre
ellos los llamados "reproductivos", -anticoncepción y aborto-); 2)
desarrollo sustentable (perspectiva de género, sociedades
sustentables, salud sustentable, educación sustentable, etc.); 3)
conservación del medioambiente para las generaciones futuras, (es
decir, reservar parte del mundo para que lo exploten los países
ricos).
Dándole unidad a estos tres aspectos aparece ya un nuevo culto
religioso o casi religioso, llámese Carta de la Tierra o con
cualquier otro nombre.
Aunque en borradores posteriores de la Carta se ha tratado de
moderar sus afirmaciones, reiteramos lo que hace un tiempo
publicamos en estas páginas, porque entendemos que conserva toda su
validez:
La Carta de la Tierra es un documento pensado en el seno del Consejo
de la Tierra que preside Maurice Strong, ex-subsecretario general de
la ONU, conocido impulsor de políticas compulsivas de control de
natalidad. Del mismo consejo forma parte el ex premier soviético,
que ahora vive en Suiza, Mikhail Gorbachov, fundador de la
organización Cruz Verde Internacional. También intervinieron, entre
otros, en su redacción el ex-Director General de la UNESCO, Federico
Mayor Zaragoza, Mercedes Sosa, y los difuntos Paulo Freire y Bella
Abzug, entonces presidenta de WEDO, la Organización para el
Desarrollo de las Mujeres y el Medio Ambiente, una de las poderosas
ONG's con status consultivo en las Naciones Unidas, que busca, entre
otras cosas, el reconocimiento del aborto como derecho humano y la
equiparación de las parejas homosexuales a las heterosexuales.
La Carta de la Tierra fue presentada y aceptada por el Secretario
General de las Naciones Unidas e incluida entre los documentos a
aprobar por los Jefes de Estado en la Cumbre de la Tierra+5 (Río+5,
Asamblea General de las Naciones Unidas, 23 al 27 de junio de 1997).
Pero a pesar de que la falta de tacto de los funcionarios del
Consejo para el Desarrollo Social, hizo que la oposición del bloque
de países llamado Grupo de los 77 hiciera fracasar la iniciativa, la
Carta de la Tierra no fue enterrada en junio de 1997 en Nueva York,
sino que sigue en pie y goza de buena salud.
La Carta de la Tierra, como indica Gorbachov, es "el manifiesto de
una nueva ética para el nuevo mundo", un verdadero "Decálogo de la
Nueva Era", base para un código de conducta universal que deberá
regir al mundo desde el año 2000. "Estos nuevos conceptos -dijo el
ex premier soviético y antes jefe de la KGB-, se deberán aplicar a
todo el sistema de ideas, a la moral y a la ética y constituirán un
nuevo modo de vida. El mecanismo que usaremos, será el reemplazo de
los Diez Mandamientos, por los principios contenidos en esta Carta o
Constitución de la Tierra".
La Carta de la Tierra es un manifiesto materialista y pagano, es
más, panteísta, que entre otras cosas intenta controlar férreamente
la población mundial. Una de las explicaciones que le encuentran los
expertos a este documento, es la de disfrazar de elevadas
intenciones, -por el bien de la humanidad-, el proyecto de convertir
grandes extensiones del planeta en el almacén de materias primas que
asegure el sostenimiento de los hábitos opulentos de consumo de unos
pocos privilegiados.
Si no es así, ¿por qué habla, con el acostumbrado lenguaje
antinatalista de la ONU, de modos de "reproducción que respeten los
derechos humanos y las capacidades regenerativas de la tierra"?. ¿Se
impondrán cuotas de población a ciertas zonas del planeta, para
preservar los recursos naturales?.
¿Por qué la insistencia de la Carta en conceptos que la ONU utiliza
para disfrazar sus políticas de control de natalidad y sus proyectos
de reingeniería social, como la equidad de género y la salud
reproductiva y sexual de las niñas y las mujeres, como pre-requisitos
para desarrollo sustentable?.
"La tierra, cada forma de vida y todos los seres vivientes poseen un
valor intrínseco. Se debe garantizar el respeto y su cuidado", dice
la Carta en su primer punto. Pero, ¿se desprende de esto que sólo el
hombre tiene derechos absolutos, que le han sido dados por el
Creador?, o por el contrario, ¿las piedras, las plantas y los
animales, tendrían los mismos "derechos" que el hombre?.
Como lo declararon en Río de Janeiro en 1997, los redactores de la
Carta están dispuestos a convertirla en "la única agenda para el
gobierno mundial", es decir, es un propósito declarado, que la Carta
es un proyecto totalitario, de imposición de una determinada
ideología, que en su materialismo, en su ateísmo, y en su afán de
control, coincide con el marxismo.
Desde hace tiempo la opinión pública está siendo sometida a un
lavado de cerebro que trata de sustituir el concepto de respeto
debido a la naturaleza, de raíz eminentemente cristiana, con los
esquemas ecologistas de la nueva ideología del humanismo
inmanentista.
Esta ideología no se priva de cultivar diversas formas de
materialismo pseudo religioso, que asimiló algunas manifestaciones
de misticismo oriental, a veces esotérico, y con eso procura
descristianizar la sociedad e implantar un nuevo modo de interpretar
toda la realidad. En los documentos internacionales se llama
claramente a este empeño, proceso de reingeniería social.
El nuevo humanismo pretende salvar de un supuesto exterminio, por
ejemplo, a las focas, ballenas, gorilas, manatíes, chitas,
elefantes, diversas especies de mariposas, osos y cabras montesas,
por otro, no sólo se justifica, sino que se tiene como una
obligación "natural" procurar y provocar un verdadero y propio
holocausto con leyes que autorizan el abominable crimen del aborto.
Y esto en nombre de la paz y la armonía.
¿No es la matanza de millones de
inocentes, el mayor atentado contra la paz? .
La nueva ideología se preocupa de las víctimas de la violencia,
-refugiados, prófugos, excluidos y migrantes-, sometiendo a sus
mujeres compulsivamente al aborto y a la esterilización, para que no
sumen más de la cuenta y pongan en jaque "la gobernabilidad global".
Por su ecologismo, la nueva ideología está impedida para distinguir
entre el ser humano y la bestia. No es infrecuente, por ejemplo, que
en documentales de televisión sobre la vida silvestre, producidos
por National Geographic, Audubon Society, la BBC, etc., se llame al
chimpancé "nuestro hermano" o "nuestro primo" y, en general, no sólo
se culpe al hombre de algunos desmanes que son ciertos, sino que se
lo presente por definición como "el enemigo" de la naturaleza -el
máximo depredador-, sin reconocer su dignidad trascendente y
poniéndolo en pie de absoluta igualdad con los otros seres vivos,
distinto de ellos sólo por pequeños porcentajes de ADN.
La nueva ideología rompe lanzas por mantener la naturaleza intacta,
bosques, mares y montañas, pero desconoce las naturales diferencias
entre hombre y mujer, tratando de imponer unos nuevos derechos,
contrarios a la naturaleza misma, basados en la teoría del género y
la libre opción sexual.
La nueva ideología predica incansablemente que el ser humano tiene
como fin elevar propia calidad de vida, aún a costa de la vida de
los no nacidos, los enfermos y los viejos. Busca una utópica
felicidad intramundana, que el hombre sólo con sus fuerzas nunca
podrá alcanzar. Así, reedita las teorías sobre el progreso sin fin
de la humanidad.
A la vez, como quien conserva en un zoológico a un orangután albino,
intenta preservar lo que llama culturas autóctonas, condenando
-previa esterilización, para que no sumen más de la cuenta-, a otros
seres humanos a la ignorancia y al subdesarrollo, porque la
educación y la transmisión de conocimientos ha de ser sustentable,
es decir, limitada.
El nuevo humanismo predica también el "respeto a la diferencia"
buscando el reconocimiento de ciertos derechos para los
homosexuales, provocando el disgusto de los indígenas, que se ven
incluidos en la misma bolsa con esos "diferentes".
Pero en nuevo humanismo le niega "el respeto a la diferencia" a
otros seres humanos que, por ejemplo, desean ser buenos cristianos,
viviendo su fe en todo lugar y no sólo encerrados en su casa o en la
iglesia; también se lo niega a una pareja -hombre y mujer;
cristianos o no- que quiera tener una numerosa prole; también se lo
niega a esos u otros padres que, ejercitando sus derechos
inalienables, quieren transmitir a sus hijos una fe trascendente; y,
por supuesto, el nuevo humanismo no ejercita el "respeto por la
diferencia" con respecto a los médicos que por motivos éticos, no
quieren ser cómplices del crimen abominable del aborto.
Toda diferencia que no entre dentro de las diferencias estipuladas
por la nueva "nomenklatura" nacional o internacional es calificada
por los voceros del nuevo orden, de antidemocrática, violenta,
totalitaria y fundamentalista.
En la presentación de la Carta de la Tierra sus redactores afirmaron
haber consultado a más de 300 líderes religiosos. Así, la Carta de
la Tierra pretende vestir de una cierta espiritualidad al nuevo
orden mundial.
Un proyecto similar en ideología e intenciones lo encontramos en el
proyecto de Nueva Etica Global, que Hans Kung presentó hace pocos
años en el Foro Económico de Davos, auspiciado por el World Wildlife
Found (WWF, Fondo para la Vida Silvestre, del príncipe Felipe de
Edimburgo). El ex teólogo católico dijo allí que no se puede
construir el nuevo orden mundial sin su nueva ética planetaria. En
la misma línea, Gorbachov se compromete a imponer la Carta de la
Tierra en lugar de los Diez Mandamientos, porque es necesaria "una
nueva ética para la nueva era".
Algunos han intentado unir estos dos proyectos y así constituir un
"único paradigma mundial para la paz y la gobernabilidad global".
Entre otras cosas, cabe preguntarse, ¿puede haber diálogo con este
nuevo humanismo?, ¿se le puede conceder alguna buena intención a
este totalitarismo?, ¿no debemos ir pensando más en cómo resistir
que en cómo dialogar con este nuevo orden?.
Fuentes
Propias;
The Club of Rome, Press Release,
Valdivia Conference, 12-14, Noviembre-2001;
Declaración Final de la Reunión
del Club de Roma sobre "Pobreza, Solidaridad y Desarrollo
Sostenible" en Valdivia, Noviembre 12-14, 2001;
2001 Annual Conference, Poverty,
Solidarity and Sustainable Development, November 12-14, 2001,
Programme;
Tasneem Ahmad Siddiqui,
Presentation to the Club of Rome, Valdivia (Chile) on Nov. 13,
2001;
Message from His Royal Highness
Prince El Hassan bin Talal of The Hashemite Kingdom of Jordan to
The Club of Rome 2001 Conference Valdivia, Chile, 12th-14th
November, 2001;
EQUIDAD Y SOLIDARIDAD: OBJETIVOS
ESQUIVOS DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO, Palabras del Secretario
Ejecutivo de la CEPAL, Dr. José Antonio Ocampo, en la reunión
anual del Club de Roma, Valdivia, Chile, 12 de noviembre de
2001.
|
En un texto difundido por la Iglesia con la “boca pequeña” en el 2001 (hoy
es difícil encontrarlo en Internet) denominado “La
'Carta de la Tierra', o
como sustituir los diez mandamientos" (inserto superior), firmado por Juan C. Sanahuja se puede
leer:
“El nuevo humanismo pretende salvar de un supuesto exterminio, por ejemplo,
a las focas, ballenas, gorilas, manatíes, chitas, elefantes, diversas
especies de mariposas, osos y cabras montesas, por otro, no sólo se
justifica, sino que se tiene como una obligación “natural” procurar y
provocar un verdadero y propio holocausto con leyes que autorizan el
abominable crimen del aborto. Y esto en nombre de la paz y la armonía.
¿No es la matanza de millones de inocentes, el mayor atentado contra la
paz?"
No puedo estar más de acuerdo con esta declaración.
He posteado sobre esto muchas veces en el blog, con el disgusto de muchos
“verdes” que interpretaban mis palabras como contrarias al respeto por la
naturaleza. Pero no, no tiene nada que ver con mi respeto particular. Tiene
que ver con una treta y una estrategia que ha puesto en jaque a millones de
personas con la película mal contada de la “ecología”y el “desarrollo
sostenible” que ha sido financiada abiertamente por esos grupos elitistas
que implantan punto por punto la Agenda Illuminati.
¿Qué 10 mandamientos querrán imponer en su lugar?
Tenemos la respuesta en un monumento existente llamado “Las
Piedras Guía de
Georgia”, un monumento de piedra en el estado americano de Georgia con un
mensaje que consiste en un conjunto de diez directrices o principios. Está
escrito en ocho idiomas diferentes: inglés, español, swahili, hindi, hebreo,
árabe, chino antiguo y ruso.
El mensaje, traducido del inglés, dice así:
-
Mantener la humanidad por debajo de 500.000.000 en perpetuo equilibrio
con la naturaleza
-
Guiar sabiamente la reproducción, mejorando la condición física y la
diversidad
-
Unir la humanidad con un nuevo lenguaje viviente
-
Gobernar la pasión, la fe, la tradición y todas las cosas con una
templada razón
-
Proteger a las personas y a las naciones con leyes justas y tribunales
imparciales
-
Permitir que todas las naciones gobiernen internamente resolviendo sus
disputas externas en una corte mundial
-
Evitar las leyes mezquinas y los funcionarios inútiles
-
Equilibrar los derechos personales con las obligaciones sociales
-
Premiar la verdad, la belleza y el amor, buscando la armonía con el
infinito
-
No ser un cáncer para la tierra. Dejar espacio para la naturaleza, dejar
espacio para la naturaleza
El monumento mantiene ese halo de misterio sobre ¿Quién lo puso allí y a qué
se refiere ese decálogo?.
Para mi no puede estar más claro. Es un mensaje
telegráfico de la “Carta a la Tierra” que ha sido “consensuada” con millones
de personas, a través de miles de organizaciones.
¿Han votado millones de personas, que dijeron que “sí” a la Carta a la
Tierra, a esto sin saberlo? Me temo que sí, han dado su consentimiento (no
informado) a esto. Han respaldado la Carta de la Tierra con esta declaración.
“Nosotros los abajo firmantes hemos avalado el espíritu de la Carta de la
Tierra. Adoptamos el espíritu y los objetivos de documento. Nos
comprometemos a unirnos a la alianza mundial para un mundo justo, sostenible
y pacífico y a trabajar para la realización de los valores y los principios
de la Carta de la Tierra”.
Millones de individuos y organizaciones han respaldado ese “espíritu”, esos
“objetivos”, esos “valores” y esos “principios” sin entender realmente lo
que hay detrás de ellos.
Por supuesto, los promotores de la Carta de la Tierra niegan la mayor, dicen
no pretender “imponer una religión global” , ni pretender reemplazar a las
religiones. Dicen que donde la Carta a la Tierra menciona “a la reverencia
ante el misterio del ser”, cada religión puede reemplazar la palabra “ser”
por lo que más le guste.
Echemos un ojo a la página 13 del folleto de la Carta a La Tierra para
conocer a los Miembros de la Comisión.
Nos suenan algunos nombres, como:
-
Steven Rockefeller
-
el español José Mayor Zaragoza
-
Maurice Strong (presidente Canadá)
-
Mercedes Sosa (Argentina)
-
Mikail Gorvachev (Rusia)
-
Maria
Novo
Si vais a la página 16 del
documento pdf veréis que el Nombre de la cuenta
para hacer contribuciones a la Carta de la Tierra no deja lugar a duda:
Rockefeller Philantroply Advisors, en el Banco JP Morgan/Chase Private
Banking.
En ese documento hasta podéis ver el presupuesto básico del proyecto,
desglosado en tres grandes grupos: Básico, Juventud y Religión (pág 19).
De manera que ya no tendremos que preguntarnos mucho más sobre el por qué le
damos tanta importancia al asunto de la Religión en este blog.
La religión es una pieza fundamental de la estrategia que han preparado para
nuestro futuro.
Nosotros tenemos que aclarar nuestras ideas, depurar
conceptos, comprender quién es quién y cual es su objetivo antes de que esa
Agenda sea implementada a todos los niveles y seamos incapaces de
documentarnos porque entonces no tendremos la posibilidad de buscar la
verdad que ahora tenemos al alcance de nuestra mano para que la guardemos
después en algún lugar bien seguro en nuestros corazones y en nuestra
memoria, para que nuestros hijos puedan heredarla cuando la Mentira Global
sea la única moneda de uso legal en el planeta.
La Carta de la Tierra consta de 16 “Mandamientos” o “principios”. Muchos de
ellos nos parecen ya perfectamente “naturales” porque los leemos después de
que muchas políticas al respecto ya hayan sido implementadas en nuestros
países, al respecto del “respeto por la naturaleza”, “el reciclaje”, “la
reproducción”, y aprovecha todos sus recovecos para introducir aspectos
absolutamente controvertidos, como es (ver Principio 8c) que
la información
genética de individuo sea de dominio público.
El plan de la elite
Illuminati es ambicioso, sumamente ambicioso y toda esta
estudiada y hermosa verborrea New Age, llena de retórica, se expresa en
esencia en los 10 principios recogidos en las
Piedras Guía de Georgia que me
permito “traduciros” un poco más por medio de mi comentario en mayúsculas
para que no quede lugar a dudas:
-
Mantener la humanidad por debajo de 500.000.000 en perpetuo equilibrio
con la naturaleza. (GENOCIDIO HUMANO GLOBAL)
-
Guiar sabiamente la reproducción, mejorando la condición física y la
diversidad. (ABORTO y APOYO MASIVO AL CONTROL DE LA REPRODUCCIÓN HUMANA)
-
Unir la humanidad con un nuevo lenguaje viviente. (EL INGLES)
-
Gobernar la pasión, la fe, la tradición y todas las cosas con una
templada razón. (LAS EMOCIONES DEBEN DEJARSE APARTE, SOLO EL PLAN TRAZADO
TIENE LUGAR AQUÍ PARA EL FUTURO)
-
Proteger a las personas y a las naciones con leyes justas y tribunales
imparciales. (ESTABLECIDOS POR EL
GOBIERNO MUNDIAL PARA EL MEJOR DOMINIO DE
SUS SÚBDITOS)
-
Permitir que todas las naciones gobiernen internamente resolviendo sus
disputas externas en una corte mundial (GOBIERNO MUNDIAL A TODOS LOS NIVELES)
-
Evitar las leyes mezquinas y los funcionarios inútiles. (EVITAR LEYES QUE
AL NUEVO GOBIERNO MUNDIAL NO LES SEAN ÚTILES)
-
Equilibrar los derechos personales con las obligaciones sociales. (EL
INDIVIDUO VIVE PARA LA SOCIEDAD, LA LIBERTAD PERSONAL ESTA SERIAMENTE
LIMITADA)
-
Premiar la verdad, la belleza y el amor, buscando la armonía con el
infinito. (EN EL MARCO DE LA RELIGIÓN DE LA NUEVA ERA, LO “BONITO” SE PREMIA,
AUNQUE ESTE ESPIRITUALMENTE MAS HUECO QUE UN COCO.)
-
No ser un cáncer para la tierra. Dejar espacio para la naturaleza, dejar
espacio para la naturaleza. (EL SER HUMANO ES UN INCORDIO PARA EL DESARROLLO
DE LA NATURALEZA. ANTE LA DISYUNTIVA ENTRE UNA COMUNIDAD HUMANA Y UNA
ANIMAL, PRIMARÁ LA ANIMAL, SIN DUDA ALGUNA)
Enlace a la
La Carta de La Tierra
en castellano.
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