por Lice Moreno
6 Marzo, 2011
del Sitio Web
TeAtrevesADespertar
Desobediencia Civil, parece fuerte, pero ¿qué otro camino queda?
Conocí a Lice Moreno en Bilbao, como ponente en el 22º Congreso Ibérico e
Internacional de Investigación en Astrología en el 2.005, en el cual
compartí con él escenario de exposición, todo un lujo para mí, un aficionado
en esa área, es como jugar al lado de Messi y mejor que contra él, de todas
maneras un honor.
Me llega esta su reflexión y su conclusión y tal parece
que estuviésemos compartiendo criterios y reflexiones todo el tiempo, cosa
que me gustaría por cierto. Ahora lo sabemos, el imperio a falta de nuevas
ideas se hace cada vez más violento y descarado en su afrenta contra los
pueblos y contra la vida misma.
Un maestro de colegio me pregunta en una
conferencia qué esperanza había para solucionar el problema escolar, le dije
ninguno, mientras continuemos con el actual sistema de antivalores
peloteando a la Humanidad, porque el modelo educativo fue inventado por el
sistema materialista para que le preparara a los soldados que ayudarían a
esclavizar al resto; y por la misma cañería viajan todos los demás asuntos.
Ha llegado el tiempo en el cual el sistema de antivalores se va a pique como
un Titanic ya quebrado, pues su tiempo se ha terminado, ¿y quien dice que no
está quebrado?
Así que mejor tomar las balsas y
alejarse, no sea que te
quedes merodeando y te sumerjas en el borbotón del naufragio anunciado por
más de un visionario para esta época y si no me crees, observa al sol, no le
pierdas la pista porque está decidiendo los grandes cambios, en verdad la
Gran ayuda para la Humanidad.
DESOBEDIENCIA CIVIL
Hace dos mil años, le preguntaron capciosamente a Jesús el Cristo, si debían
pagar tributo al Cesar.
El pidió una moneda y enseñándosela a los presentes,
dijo:
¿De quién es esta figura? - Del Cesar, respondieron. El Maestro
contestó: - “Pues dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de
Dios”.
¿Por qué esta introducción?....
En el mundo actual, son el “G-8” y el “G-20”, movimientos de naturaleza
económica los que dirigen el mundo. Estos grupos están formados lógicamente
por las naciones más ricas del mundo.
Un movimiento económico no puede dirigir el mundo. Tiene que ser una idea,
un principio, una directriz moral o una filosofía, que busque la justicia
social, el progreso armónico y la dignidad de los seres humanos y de las
naciones. Pero un movimiento económico, no tiene alma, es un depredador sin
alma, que busca más beneficios y perpetuar el estatus de
unos pocos sobre la
mayoría.
Todos los gobernantes del mundo, dejando de lado sus principios morales y
las formas éticas, se someten al dictamen económico de estos grupos o de
otros tantos grupos de poder.
Y al seguir estas directrices, se incumplen
los valores de la justicia y los valores morales, éticos y sociales que
deben dirigir al pueblo.
Mi pregunta es esta:
¿Debemos seguir las normas, las leyes y las
recomendaciones, impuestos y normas de nuestros dirigentes?
Si las
seguimos, incumplimos los valores elementales que forman parte del derecho
natural, de los valores éticos universales y los valores espirituales.
¿Debemos dar al Cesar de nuestro tiempo su tributo? Yo creo que no.
Pero estos grupos de poder equivocado, para que tú cumplas sus normas, se
dotan de leyes, de represión, de ejércitos y de instrumentos represores que
no puedes ignorar.
Nos cobran por todo y
nos controlan en todo.
Tengo un paciente encantador, que es teólogo. Hombre de fe y práctica
religiosa ordenada.
En nuestros coloquios amenos y tolerantes yo le digo:
- Antonio, dentro de poco nos van a cobrar un impuesto por hacer el amor.
Cada vez que suba la temperatura de los genitales, un sensor térmico,
enviará por radiofrecuencia un impulso al Ministerio de Hacienda y te
aplicaran el impuesto correspondiente. Hoy en día tenemos una tecnología,
que con un simple sensor extrafino de silicona electromagnético, puesto bajo
la piel basta.
- ¡Que bruto eres Lice!, ¿Cómo van a hacer esto? Es una barbaridad.
- Pues mira por donde, mi querido amigo, que
la Iglesia, desde hace 2000
años, cada vez que se hacia el amor, imponía un gravamen más fuerte. El del
pecado. El clero tuvo la habilidad de aplicar una culpa a un acto
absolutamente natural, libre y espontáneo. Y este impuesto psicológico, creó
a toda la Humanidad un sentimiento de culpa que generó un estado
psicopatológico, amargando la vida de propios y extraños.
La risa y la broma termina con nuestro coloquio, pero Antonio, se va
preocupado, por si mañana le llaman para implantarle un electrodo en el pene,
pues a este paso pagaremos por absolutamente todo.
Hace unos meses intenté instalar en mi casa paneles solares, a fin de
contribuir al problema energético al que la Humanidad se debe enfrentar en
un futuro.
Solicité en el Organismo correspondiente la autorización para instalarlos y
justo en ese momento comenzó mi calvario.
Me pidieron,
-
escrituras
-
informes
de catastro
-
modelo de instalación
-
plano de la instalación
-
informe de
impacto visual
-
impacto ambiental, etc., etc.
Me quedé alucinado, puesto que
reunir todo este material y los informes suponían un montón de dinero, que
al pagarlo desnivelaba el presupuesto que tenía para los paneles.
Casi al instante evoqué la figura de Akhenatón, cuando instauró el Culto
Solar, aboliendo la adoración a dioses, y las prebendas de las castas
sacerdotales.
¿Quién podría imaginar entonces que nos cobrarían por recibir
la luz del Sol?
-
Si te vas al campo y pones una cabra, te cobran por la cabra, o por la
gallina que te da huevos.
-
Te cobran por el árbol que da fruto, te cobran por
trabajar, por el agua, por la luz, por aprender, por vivir.
-
Te cobran por tu
entierro aun estando en vida.
-
Te cobran por purificar el aire en las
ciudades, o por drenar el agua de los ríos.
Imaginad a un indio piel-roja,
de hace dos siglos, que le dicen que en este siglo el Estado cobra por el
agua que se consume.
¡Eso sí!... nos dicen que somos 'libres'.
Quizás lo seamos, pero nos está
costando mucho dinero. Y además esta libertad, no tiene que ver nada con la
verdadera libertad que requiere nuestro espíritu y nuestra dignidad.
En España tenemos un veinte por ciento de parados y un cuarenta por ciento
de paro juvenil. En Canarias, donde vivo, el porcentaje sube respectivamente
a un treinta y cuatro por ciento de paro y un cincuenta de paro juvenil. Y a
pesar de todo no podemos hacer nada para que los que dirigen el país se
marchen y nos dejen en paz.
La 'democracia' lo impide y tenemos que asistir a
nuestra agonía, en nombre de la Ley.
Creo sinceramente que debemos cambiar nuestras formas de vida si queremos
preservar los valores del espíritu y la libertad del alma. Es el momento de
vivir lo más posible fuera del sistema.
Si no queremos ser envenenados
-
tendremos que producir nuestro propio
alimento
-
tendremos que regresar al campo, emplear más la moneda de la
solidaridad
-
tendremos que utilizar el vestido, la
comida, y los medios imprescindibles que necesitemos para ser
felices, pero nunca lo superfluo
Votar ahora mismo en mi país, contribuyendo al estatus degenerativo de los
valores y de la economía donde nos movemos, puede ser legal, pero es un
delito moral, contribuir con nuestro voto a perpetuar este estado de cosas.
Nuestros nietos nos dirán:
- Pero tú formaste parte de este tiempo y de este
estado de cosas y no hiciste nada para pararlo.
Ni podemos darle el tributo a este cesar gobernante ni podemos adorar
al
dios que nos venden los religiosos. Todo ha cambiado, todo está equivocado y
vamos en forma pasiva hacia el precipicio de la sociedad.
Tened la seguridad, que si el mundo sigue gobernado por un colectivo
económico, sin alma, el cambio con dolor, la guerra, o el final de un ciclo
esta próximo.
Ir al campo, no significa ir con una cabra a una cueva. Tenemos que llevar
una conexión a Internet, para estar conectados con las personas y colectivos
que viven como tú. Tenemos que tener lo necesario para comer y los medios
para producirlo y tenemos que tener un seguro médico, mínimo para cuidar de
nuestra salud.
Con Internet, tenemos cultura y esto es vital para aprender.
No hace falta tener un fontanero, un médico, un carpintero o un agricultor,
puesto que todos estos oficios están entre las
personas que piensan como tú
y simplemente emplean el capital de la solidaridad compartiendo con alegría.
Si tú me das un huevo yo te doy un poco de miel, pues yo vivo en lo alto del
monte y tú en la llanura. Si tú me arreglas esta máquina, yo te doy un
masaje.
Hay que hacer una revolución, y no he conocido ningún revolucionario mejor
que Gandhi.
Os recomiendo que
veáis su película, que de momento se puede
bajar por Internet. Veréis, un ser que se opuso al imperio más fuerte de la
Tierra, en el tiempo que le tocó vivir, y le venció, con la “no violencia”.
Supo salirse del sistema y agotó la paciencia y la economía del imperio
Inglés.
A mí siempre me ha apasionado el modelo esenio. Monjes de antes del Cristo,
que empleaban la mitad del día en trabajar su autosuficiencia en el huerto y
la otra mitad, empleaban su tiempo en el culto de su espíritu.
Quizás no conocéis su historia. Haré por tanto un pequeño homenaje a estos
monjes, retomando lo que de ellos dijo el historiador de la época, Flavio
Josefo.
Mientras tanto, seguiré invitándoos a esta pequeña revolución que
nos haga más libres y menos dependiente del sistema.