por Matthew Butler
Marzo 14, 2015
del Sitio Web
ConsciousReporter
traducción de El Robot Pescador
Marzo 16, 2015
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Desde hace algún tiempo, podemos ver como el poder de decisión
político y económico, le ha sido arrebatado tanto a los ciudadanos
como a los Estados-nación y ha sido transferido a las organizaciones
globales multilaterales.
De la misma manera, ha habido señales que indican que se está
trabajando también en una
globalización de la religión y en
la creación de algo que podría calificarse como,
"una autoridad política mundial que
controle la espiritualidad del mundo".
La señal más evidente de esto se produjo
el pasado septiembre, cuando el ex presidente de Israel,
Shimon Peres,
se reunió con el Papa para proponer la formación de una
nueva "ONU de las religiones", que el Papa encabezaría.
Peres sugirió que esta organización
debería ejercer una autoridad "incuestionable" que le permitiera
proclamar "qué es lo que Dios quiere y qué es lo que no quiere", con
el objetivo de combatir el extremismo religioso.
Las implicaciones de esta idea son enormes.
El 84% de la población mundial
tiene una fe espiritual de algún tipo.
Si juntamos las religiones cristiana, musulmana, hindú y budista,
encontramos que son seguidas por más de 5300 millones de personas, y
una mezcla diversa de creencias populares y credos minoritarios más
pequeños, desde Bahai a la Wicca, representan a casi otros 500
millones de personas.
Si como todo indica, la espiritualidad juega un papel central en la
vida de la mayor parte de la población mundial, es lógico deducir
que un "gobierno mundial" deberá tener en cuenta la religión, de
forma inevitable.
Muchos teóricos de la conspiración vienen advirtiendo desde hace
décadas del nacimiento de una "Religión Mundial" que surgiría como
parte de un "Nuevo
Orden Mundial".
-
¿Es posible que personas
poderosas de las élites mundiales busquen conseguir algún
tipo de control hegemónico sobre las creencias espirituales
del mundo para influenciar a las religiones y a sus
seguidores a través de una autoridad central?
-
Esto significaría seguir un
modelo similar al de la globalización económica, política y
comercial, ahora extendido al campo de la espiritualidad.
-
¿Son realmente nobles las
intenciones de los impulsores de esta idea?
Un examen más detallado del asunto
sugiere que dentro de este proyecto se esconden elementos altamente
sospechosos, que forman parte de una agenda mucho más amplia con
consecuencias nefastas.
EL PLAN PARA
UNA AUTORIDAD RELIGIOSA MUNDIAL
Antes de su reunión de septiembre con el Papa para discutir la
formación de una "ONU de las religiones", Shimon Peres detalló sus
ideas en una entrevista con la revista católica italiana Famiglia
Cristiana:
"Lo que se necesita es una
Organización de las Religiones Unidas, una ONU de las
religiones.
Sería la mejor manera de combatir estos terroristas que matan en
nombre de la fe. En el pasado, la mayoría de las guerras fueron
motivadas por la idea de nación. Hoy, en cambio, las guerras se
desatan sobre todo con la excusa de la religión".
Shimon Peres
Ya existen iniciativas interreligiosas religiosas globales, tales
como la Iniciativa de las Religiones Unidas, pero evidentemente
Peres prevé una "Organización de las Religiones Unidas -
United
Religions Initiative" construida de arriba hacia
abajo, que concentre en sí mucho más poder y autoridad, de forma
centralizada.
Lo que se necesita es una autoridad
moral incuestionable que diga con voz fuerte:
"No, Dios no quiere esto y no le
permite".
Peres sugirió que el Papa debería ser
esa autoridad, porque según él:
"es tal vez el único líder religioso
que se respeta verdaderamente".
El Papa se mostró
favorable a ello, pero no hizo tomó
ninguna "decisión o compromiso personal" y queda por verse si
finalmente este nuevo órgano se acaba materializando.
Cabe destacar que Peres no es la primera alta figura política que
defiende este enfoque.
La Fundación caritativa del ex-primer ministro británico Tony
Blair, "Faith Foundation",
centra sus esfuerzos en "la fe y en
la globalización".
En enero de 2014, Blair escribió
un ensayo ampliamente reeditado
indicando los objetivos de su fundación:
"…El propósito es cambiar la
política de los gobiernos: empezar a tratar este tema del
extremismo religioso como un tema que trata tanto de religión
como de política; atacar la raíz del asunto del extremismo, que
promulga una falsa visión de la religión.
El objetivo es que se convierta en
un punto importante en la agenda de los líderes mundiales, para
que colaboren eficazmente para combatir este extremismo.
Esta es una lucha que sólo está
empezando".
Al igual que Peres, Blair argumenta que
el extremismo religioso es la causa principal de los conflictos en
el mundo actual y sostiene que los líderes mundiales deben unirse
para hacerle frente.
Y también, como hace Peres, afirma que
una autoridad política debe tener la facultad de determinar qué
puntos de vista religiosos son "falsos" o "ciertos".
Blair, también solicitó el apoyo
del Vaticano, que congrega la mayor cantidad de
seguidores a nivel mundial.
Sin embargo, a pesar de ser un católico recientemente convertido,
Blair
no tuvo mucho éxito cuando hizo
propuestas al Vaticano en 2011, y un prominente erudito católico, el
profesor Michel Schooyans, llegó a declarar que creía que
Blair tenía objetivos siniestros:
"Uno de los objetivos de la Faith
Foundation de Tony Blair, era el de reformar las principales
religiones, de forma paralela a como
su colega Barack Obama
reformaba la sociedad global.
Con este fin, la fundación en
cuestión tratará de ampliar los 'nuevos derechos', utilizando
las religiones del mundo para este fin y adaptándolas a sus
nuevas funciones.
Las religiones tendrían que ser
reducidas a un mismo denominador común, lo que significaría
vaciarlas de su identidad…
Michel Schooyans
Este proyecto amenaza con llevarnos a una época en la que el
poder político se atribuya la misión de promover una confesión
religiosa, o de cambiarla.
En el caso de la Fundación de Tony
Blair, esto gira entorno a promover una única confesión
religiosa que vaya de la mano de un poder político universal
global, que sería impuesto al mundo entero".
(fuente)
Ver como Blair trata de hacerle creer al
mundo que el extremismo religioso es la causa fundamental de los
conflictos globales actuales, mientras al mismo tiempo justifica su
papel engañoso en la invasión de Irak y reclama una intervención
militar más directa
en Oriente Medio, solo puede
provocar indignación e incredulidad.
Dada su falta de credibilidad como defensor de la paz, no es
sorprendente que al final haya sido apartado de esta función y
hayamos acabado viendo a otro líder mundial jubilado presionando al
Vaticano para crear una autoridad religiosa global.
Es el caso de Shimon Peres , que se ajusta mucho mejor a la tarea de
crear las bases para esa entidad religiosa global, pues a diferencia
de Blair, no tiene una imagen tan belicosa y ha sabido transformarse
a ojos de la opinión pública en un presunto pacificador en sus
últimos años en el cargo, donde siempre pareció mucho más
conciliador en comparación con sus compatriotas sionistas de la
línea más dura.
Francisco, que se ha
erigido en un as de las relaciones públicas de la Iglesia y ha sido
nombrado "Hombre
del Año" en la revista TIME, también tiene la
credibilidad y la autoridad moral para llevar a cabo una iniciativa
de este tipo, un hecho del que Peres parece ser muy consciente.
Conocidos pues los actores principales hasta el momento, la pregunta
clave es:
¿Se trata de una iniciativa
auténtica para promover la paz mundial, o esconde algo más...?
UNOS
DEFENSORES CUESTIONABLES
A pesar de sus diferencias superficiales, el argumento central que
ofrecen Peres y Blair es el mismo:
"el extremismo religioso es el
responsable de los conflictos actuales y una autoridad política
mundial debe ejercer control sobre todas las religiones".
Si bien la violencia por motivos
religiosos, sobre todo en el mundo islámico, es sin duda un problema
importante, este argumento es extremadamente engañoso y tramposo,
porque ignora la mano oculta que inflama este problema y que trabaja
activamente para sostenerlo.
El hecho es que la causa principal de la explosión de violencia
extremista en Oriente Medio, ha sido la política exterior
destructiva de los gobiernos de la OTAN y de sus aliados.
La invasión de Irak, que Blair codirigió, se basó en mentiras
descaradas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en el
país.
La guerra ha causado la muerte a un
millón de personas, ha destruido su gobierno, su ejército y sus
infraestructuras. El caos resultante permitió que los extremistas
religiosos devastaran la región, primero bajo el sello de Al Qaeda
en Irak (que no tenía presencia en el país antes de la guerra) y
ahora a través del autoproclamado Estado Islámico, antes conocido
como ISIS.
Aunque ahora sea visto como "un defensor de la paz", Peres también
tiene un pasado repleto de puntos oscuros, entre los que se podrían
incluir el estar
asociado con crímenes de guerra y
el de actuar como un importante arquitecto del programa secreto de
armas nucleares de Israel.
Es un secreto a voces que
Israel tiene un arsenal nuclear y otras armas
de destrucción masiva no revelados.
Israel comenzó su programa secreto de
armas nucleares en la década de 1950, robando secretos y material
nuclear de muchos países, incluidos los EE.UU.
El productor de Hollywood, Arnon Milchan, se jacta de que
Peres le reclutó como espía israelí y contrabandista en una
discoteca de Tel Aviv en 1965, para impulsar este programa nuclear.
A mediados de los años 70, Israel trató de
vender armas nucleares a la Sudáfrica del
apartheid.
Los documentos obtenidos por The
Guardian y publicados en 2010, revelan que en 1975, Shimon
Peres, entonces ministro de Defensa de Israel, estaba en
negociaciones directas con su homólogo sudafricano y se ofreció a
venderle armas nucleares "en tres tamaños diferentes".
Como podemos ver, tanto Blair como Peres tienen vínculos ocultos con
las armas de destrucción masiva.
Si vemos que ahora convocan al mundo para una globalización
religiosa, que supuestamente "promoverá la paz mundial", debemos
preguntarnos:
¿realmente podemos confiar en
personas con un pasado tan sucio y oscuro?
UNA PREMISA
FALSA
Los argumentos de Blair y Peres también ignoran deliberadamente cómo
la política exterior del gobierno de Estados Unidos y sus aliados ha
fomentado el extremismo islámico desde los años 70, cuando la CIA
financió y armó a los Muyahidines en Afganistán para expulsar a los
soviéticos de Afganistán, una táctica que dio lugar a la creación de
los talibanes y de Al Qaeda.
En una línea similar, la
actual política exterior del gobierno de
Estados Unidos y sus aliados ha creado a ISIS y ha
sentado las bases para su rápida expansión.
Tras destruir al ejército y al gobierno de Irak, la OTAN después
dirigió su atención a Libia y lo bombardeó hasta convertirlo en un
estado fallido, mientras apoyaba a los rebeldes yihadistas para que
derrocaran a Gaddafi.
Curiosamente, ambos países, antes de la intervención de la OTAN,
tenía gobiernos laicos que mantenían alejado al extremismo
religioso.
Cuando Libia cayó, los combatientes yihadistas y su armamento
empezaron a inundar Siria, otro gobierno secular que Estados Unidos
también ha
tratado de derrocar.
De hecho, actualmente, en Libia, ISIS está siendo dirigido por un
rebelde que en su momento recibió el
apoyo de la OTAN para derrocar a Gaddafi.
Cuando ISIS, ahora autodenominado Estado Islámico, cruzó la frontera
con Siria en Irak en 2014, el país devastado por la guerra no pudo
impedir la incursión.
En Siria, donde la guerra civil continúa haciendo estragos,
el gobierno de Estados Unidos y
sus aliados han estado armando y
entrenando a los llamados rebeldes "moderados" para derrocar al
gobierno de Assad, a pesar de que estos rebeldes tienen vínculos
evidentes con los "yihadistas".
Muchas de estas armas y combatientes financiados por el gobierno de
Estados Unidos han
terminado en las filas de ISIS, que
sospechosamente, también lucha contra Assad.
También hay informes recientes que informan que el gobierno iraquí
ha detenido a asesores de Estados Unidos e Israel que ayudaban
directamente a los terroristas islámicos.
Lo que estamos viendo es un evidente "doble juego" geopolítico por
parte de EE.UU. e Israel.
Y es que todo sigue un patrón pre-establecido.
Todos los regímenes amenazados por esta política exterior de EE.UU.,
la OTAN e Israel, son gobiernos seculares y sumergirlos en la guerra
y el caos sólo favorece el surgimiento de grupos extremistas como
Estado Islámico, cuyo aumento se ve reforzado aún más por los
ataques aéreos extranjeros o los ataques con aviones no tripulados
que inevitablemente matan a civiles y causan indignación entre la
población local, que en respuesta, pasa a engrosar sus filas.
Al mismo tiempo, estos extremistas "accidentalmente" reciben los
beneficios de la financiación y las armas proporcionadas por el
gobierno de Estados Unidos y sus aliados.
Así pues, es obvio que si alguien quisiera terminar con el
extremismo religioso, lo lógico sería cambiar esta política exterior
tan destructiva por parte de Occidente, ¿no?
PROBLEMA-REACCIÓN-SOLUCIÓN
El patrón de armar y apoyar a los extremistas religiosos para poder
luchar contra ellos más tarde, se viene produciendo desde hace tanto
tiempo, que es imposible creer que este esquema se produzca de forma
accidental.
"Problema, Reacción, Solución" describe un proceso en el que los
gobernantes crean un problema; ese problema provoca una reacción del
público que exige que se haga algo al respecto, y eso permite a los
gobernantes imponer su "solución" pre-diseñada, para resolver el
problema que ellos mismos han creado.
La guerra contra el terrorismo es un ejemplo de ello.
Al alimentar continuamente el fuego del extremismo, se mantiene la
guerra en marcha. Esto justifica el gasto militar continuo, las
intervenciones extranjeras y la reducción de las libertades civiles
en el frente interno, donde se construye un estado de seguridad y
control sobre la población.
Desde que los conceptos de enemigo y "terrorismo", se han convertido
en vagos e intercambiables, la guerra ya no parece que vaya a tener
un final.
Esto significa que viviremos un aumento del estado policial a través
de políticas de vigilancia masiva, hasta que se conviertan en algo
permanente y arraigado en la propia estructura de la sociedad.
IMPLICACIONES
"ESPIRITUALES" DE LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO
La "guerra
contra el terror" sirve para múltiples fines.
Todo el mundo parece comprender perfectamente su influencia a nivel
político y militar, pero sin embargo, la mayoría de gente está
ignorando las implicaciones espirituales y religiosas de esta
"guerra global contra el terrorismo".
Esta gran maniobra ha permitido alimentar al máximo el extremismo
religioso, en su forma de extremismo islámico, el chivo expiatorio
para el conflicto global actual.
En el caso de las guerras en el Medio Oriente, hay un evidente
intento de enfrentar a las sociedades cristianas y musulmanas con el
objetivo de provocar un "choque de civilizaciones", que sirve al
complejo industrial militar.
Curiosamente,
algunos ateos prominentes, algunos
de los cuales se oponen con vehemencia a todas las religiones, han
estado
apoyando este militarismo desbocado.
Tal vez de las cenizas de esta conflagración religiosa, acabará
surgiendo la necesidad de
una única religión mundial.
Como hemos visto, es el argumento esgrimido como excusa para la
creación y fabricación de un poder espiritual centralizado a escala
planetaria, que vaya de la mano de esa unificación política y
económica global.
Aquí es donde la agenda global hacia la espiritualidad se cruza con
la guerra contra el terrorismo en el
Nuevo Orden Mundial. Además de
mantener la guerra perpetua, proporciona un pretexto para que se
cree una autoridad religiosa a nivel global.
Nada de lo que estamos viendo es casual… todo tiene su función y fue
planeado hace mucho tiempo…
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