by Michel Chossudovsky
Septiembre 1, 2010
del Sitio Web GlobalResearch

traducción de Beatriz Morales Bastos
 

Hemos llegado a una transición decisiva en la evolución de la doctrina militar estadounidense.

 

La “Guerra Global contra el Terrorismo” dirigida contra al Qaeda y emprendida tras el 11 de septiembre está evolucionando hacia una “guerra de religión” con todas las de la ley, a una “santa cruzada” contra el mundo musulmán.

 

 

El dogma militar y la guerra de propaganda estadounidenses bajo el gobierno Bush se basaban más en combatir el fundamentalismo islámico que en atacar a los musulmanes.

“Esto no es una guerra entre Occidente y el Islam, sino... una guerra contra el terrorismo”.

Hay que distinguir a los llamados “buenos musulmanes” de los “malos musulmanes:

Apenas se había asentado el polvo de las derrumbadas Torres Gemelas el 11 de septiembre cuando empezó una búsqueda febril de “musulmanes moderados”, personas que proporcionarían respuestas, que se distanciarían de esta atrocidad y condenarían los actos violentos de los “extremistas musulmanes”, “fundamentalistas islámicos” e “islamistas”.

 

Rápidamente emergieron dos categorías de musulmanes: los “buenos” y los “malos”; los “moderados”, “liberales” y “laicos” frente a los “fundamentalistas”, “extremistas” e “islamistas”

(Tariq Ramadan, “Good Muslim, Bad Muslim," New Statesman, 12 de febrero de 2010)

Tras el 11 de Septiembre la comunidad musulmana en la mayoría de los países occidentales estaba claramente a la defensiva.

 

La división entre “buen musulmán” y “mal musulmán” se aceptaba ampliamente. Los atentados del 11 de septiembre supuestamente cometidos por musulmanes no sólo fueron condenados, sino que comunidades musulmanas también apoyaron la invasión y ocupación estadounidense y de la OTAN de Afganistán e Irak como parte de una campaña dirigida contra el fundamentalismo.

La comunidad musulmana raramente ha reconocido el hecho de que los atentados del 11 de septiembre no fueron instigados por musulmanes. No se menciona la continua relación de al Qaeda con la CIA, tampoco se menciona su papel como una “baza de inteligencia” patrocinada por Estados Unidos en la época de la guerra soviético-afgana.

Desde principios de la década de 1980 Washington ha apoyado de manera encubierta a las facciones más conservadoras y fundamentalistas del Islam, en gran parte con vistas a debilitar los movimientos laicos, nacionalistas y progresistas de Oriente Medio y Asia Central.

 

Tal como es sabido y está documentado, los servicios de inteligencia estadounidenses apoyaron de forma encubierta las misiones fundamentalistas wahhabi y salafi de Arabia Saudita, enviadas no sólo a Afganistán sino también a los Balcanes y a las repúblicas musulmanas de las antiguas repúblicas soviéticas.

 

Lo que se suele denominar “Islam político” es en gran parte creación del aparato de inteligencia estadounidense (con el apoyo de [los servicios de inteligencia] MI6 británico y Mossad de Israel).
 

 


La mezquita de la Zona Cero

Acontecimientos recientes sugieren un límite, una transición desde la “guerra contra el terrorismo” a la demonización categórica de los musulmanes.

 

Al mismo tiempo que pone de relieve la libertad de culto, el gobierno Obama está “pregonando a bombo y platillo” una guerra más amplia contra el Islam:

“Como ciudadano y como presidente, creo que los musulmanes tiene el mismo derecho a practicar su religión que cualquier otra persona en este país... Esto es Estados Unidos y nuestro compromiso con la libertad de culto debe ser inquebrantable”.

(citado en “Obama Backs Ground Zero Mosque; Iranian Link Questioned”, Israel National News, 15 de agosto de 2010)

Tras la cortina de humo política se está descartando la distinción entre “buenos musulmanes” y “malos musulmanes”.

 

Supuestamente la anunciada mezquita de la Zona Cero está siendo financiada por,

“el radical Estado canalla de Irán... mientras Estados Unidos está redoblado las sanciones contra el régimen [iraní] en represalia por su apoyo al terrorismo y lo que se teme que sea un programa ilegal de desarrollo de armas nucleares”

(“Ground Zero mosque developers refuse to outright reject funding from Iranian president Mahmoud Ahmadinejad", NYPOST.com, 19 de agosto de 2010).

 

La creciente oleada de xenofobia, desencadenada por la propuesta de hacer una mezquita y un centro comunitario en la Zona Cero, tiene toda la apariencia de una PSYOP (Operación Psicológica) que contribuye a fomentar el odio contra los musulmanes en todo el mundo occidental.

El objetivo es infundir temor, despertar y utilizar el firme apoyo de los ciudadanos a la próxima etapa de la “larga guerra” de Estados Unidos que consiste en emprender ataques aéreos “humanitarios” contra la República Islámica de Irán, a la que los medios de comunicación retratan como un país que apoya a los terroristas.

Aunque “no todos los musulmanes son terroristas”, los medios de comunicación informan de que todos los atentados terroristas (planeados o realizados) los han perpetrado musulmanes. En Estados Unidos se está atacando a la comunidad musulmana en su conjunto.

 

Se describe el Islam como una “religión de guerra”.

 

Se está anunciando la propuesta de levantar una mezquita y un centro comunitario como “una violación de la santidad de la Zona Cero”.

...abrir una mezquita en la Zona Cero es ofensivo y despectivo para con la ciudad y para con las personas que murieron en los atentados. El proyecto supone “escupir a la cara de cada una de las personas asesinadas el 11 de septiembre”

(“Plan to build mosque at Ground Zero angers New Yorkers”, National Post, 17 de mayo de 2010)


 

“Terroristas locales”

Tanto las detenciones en base a acusaciones falsas como los juicios espectáculo de supuestos terroristas islámicos “locales” desempeñan una importante función.

 

Mantienen la impresión en la conciencia íntima de los estadounidenses de que los “terroristas islámicos” no sólo constituyen una amenaza real sino que la comunidad musulmana a la que pertenecen apoya ampliamente sus actos:

La amenaza proviene cada vez menos de extranjeros con un inglés rudimentario y pasaportes dudosos. En vez de ello, reside mucho más cerca de casa: en las casa unifamiliares urbanas, sótanos oscuros, en cualquier lado con una conexión. Los terroristas locales son la última encarnación de la amenaza de al-Qaeda.

(“How terror came home to roost”, Ottawa Citizen, 27 de agosto de 2010, informa sobre un supuesto ataque terrorista en Canadá).

Desde un proceso de atacar selectivamente a musulmanes con tendencias radicales (o supuestamente asociados con “organizaciones terroristas”), lo que se está desarrollando ahora es un proceso generalizado de demonización de todo un grupo de población.

Los musulmanes son cada vez más objeto de una discriminación rutinaria y del perfil étnico. Se les considera una amenaza potencial a la seguridad de la nación. Se dice que la amenaza está “mucho más cerca de casa” , “en tu barrio”, en otras palabras, lo que se está desarrollando es una caza de brujas total que recuerda a la Inquisición española.

En cambio, se describe a al-Qaeda como una poderosa organización terrorista multinacional (que posee armas de destrucción masiva) con filiales en los países musulmanes:

se presenta a al-Qaeda (con sus correspondientes acrónimos) en varios puntos geopolíticos conflictivos y escenarios de guerra:

  • Al Qaeda en Iraq (AQI)

  • Al Qaeda la Península Arábiga (AQAP) (compuesta de al-Qaeda en Arabia Saudita y la Yihad Islámica de Yemen)

  • al-Qaeda en el sudeste de Asia (Yamaa Islamiya)

  • Organización al-Qaeda en el Maghreb islámico

  • Harakat al-Shabaab Muyahidin en Somalia

  • la Yihad Islámica egipcia, etc.

Las fuerzas de ocupación no consideran en ningún momento que las atrocidades cometidas contra varios millones de musulmanes en Irak y Afganistán sean actos terroristas.
 

 


La Inquisición estadounidense

Se está desarrollando una “guerra de religión” con vistas a justificar la cruzada militar global.

 

En la conciencia íntima de muchos estadounidenses la “santa cruzada” contra los musulmanes está justificada. Aunque el presidente Obama confirme la libertad de culto, el orden social inquisitorial estadounidense ha institucionalizado modelos de discriminación, prejuicio y xenofobia en contra de los musulmanes.

 

El perfil étnico se aplica para viajar, al mercado laboral, al acceso a los servicios sociales y más generalmente a la movilidad social.

La Inquisición estadounidense tienen un constructo ideológico que en muchos sentidos es similar al orden inquisitorial prevaleciente en Francia y España durante la Edad Media.

 

La Inquisición, que empezó en Francia en el siglo XII, se utilizó como justificación de la conquista y de la intervención militar (véase Michel Chossudovsky, 9/11 and the “American Inquisition”, Global Research, 11 de septiembre de 2008).

Las detenciones, juicios y condenas de los llamados “terroristas locales” (procedentes de la comunidad musulmana de Estados Unidos) en base a acusaciones falsas mantiene la legitimidad del Estado de Seguridad Nacional y su aparato legal y de aplicación de la ley inquisitorial.

Una realidad inquisitorial pone la realidad del revés. Es un orden social basado en mentiras e invenciones.

 

Pero debido a que estas mentiras emanan de la más alta autoridad política y forman parte de un amplio “consenso”, invariablemente permanecen incontestadas. Y quienes discuten el orden inquisitorial o se oponen de cualquier manera a la agenda miliar o de seguridad nacional de Estados Unidos son calificados ellos mismos de “terroristas de la conspiración” o de rotundos terroristas.

Más allá de este proceso de detenciones y persecución inquisitorial, que supera a la Inquisición española, la Casa Blanca ha lanzado un oportuno programa de asesinatos extrajudiciales que permite a las fuerzas especiales estadounidenses asesinar a ciudadanos estadounidenses y a personas sospechosas de ser terroristas locales:

“¿Una lista de ciudadanos estadounidenses preseleccionados que son objetivo específico de asesinatos?”

(Véase Chuck Norris Obama's US Assassination Program? "A Shortlist of U.S. Citizens specifically Targeted for Killing"?, Global Research, 26 de agosto de 2010).

El objetivo es mantener la impresión de que “Estados Unidos está siendo objeto de ataque” y que los musulmanes de todo el país son cómplices del “terrorismo islámico” y lo apoyan.

La demonización de los musulmanes mantiene una agenda militar global.

 

Bajo la inquisición estadounidense Washington tiene un autoproclamado mandato santo de extirpar el Islam y “expandir la democracia” por el mundo. Con lo que nos enfrentamos es con la aceptación ciega y total de las estructuras de poder y de la autoridad política.

 

La santa cruzada de Estados Unidos contra el mundo musulmán es un flagrante acto criminal dirigido contra millones de personas.

 

 



 

 





America's Holy Crusade Against The Muslim World
by Michel Chossudovsky
August 30, 2010
from
GlobalResearch Website

 

We have reached a decisive transition in the evolution of US military doctrine.

 

The "Global War on Terrorism" (GWOT) directed against Al Qaeda launched in the wake of 9/11 is evolving towards a full-fledged "war of religion", a "holy crusade" directed against the Muslim World.

 

 

US military dogma and war propaganda under the Bush administration were predicated on combating Islamic fundamentalism rather than targeting Muslims.

"This is not a war between the West and Islam, but.. a war against terrorism."

So-called "Good Muslims" are to be distinguished from "Bad Muslims":

"The dust from the collapse of the twin towers had hardly settled on 11 September 2001 when the febrile search began for "moderate Muslims", people who would provide answers, who would distance themselves from this outrage and condemn the violent acts of "Muslim extremists", "Islamic fundamentalists" and "Islamists".

 

Two distinct categories of Muslims rapidly emerged: the "good" and the "bad"; the "moderates", "liberals" and "secularists" versus the "fundamentalists", the "extremists" and the "Islamists"."

(Tariq Ramadan, Good Muslim, bad Muslim, New Statesman, February 12, 2010)

In the wake of 9/11, the Muslim community in most Western countries was markedly on the defensive.

 

The "Good Muslim" "Bad Muslim" divide was broadly accepted. The 9/11 terrorist attacks allegedly perpetrated by Muslims were not only condemned, Muslim communities also supported the US-NATO invasion and occupation of Afghanistan, as part of a legitimate campaign directed against Islamic fundamentalism.

Washington's objective was to instill a sentiment of guilt within the Muslim community. The fact that the 9/11 attacks were not instigated by Muslims has rarely been acknowledged by the Muslim community. Al Qaeda's ongoing relationship to the CIA, its role as a US sponsored "intelligence asset" going back to to the Soviet-Afghan war is not mentioned.


Since the early 1980s, Washington has covertly supported the most conservative and fundamentalist factions of Islam, largely with a view to weakening secular, nationalist and progressive movements in the Middle East and Central Asia.

 

Known and documented, the fundamentalist Wahhabi and Salafi missions from Saudi Arabia, dispatched not only to Afghanistan but also to the Balkans and to the Muslim republics of the former Soviet republics were covertly supported by US intelligence.

 

What is often referred to as "Political Islam" is in large part a creation of the US intelligence apparatus (with the support of Britain's MI6 and Israel's Mossad).
 

 


The Ground Zero Mosque

Recent developments suggest a breaking point, a transition from "the war on terrorism" to the outright demonization of Muslims. While underscoring the freedom of religion, the Obama administration is "beating the drums" of a broader war against Islam:

“As a citizen, and as president, I believe that Muslims have the same right to practice their religion as anyone else in this country... This is America, and our commitment to religious freedom must be unshakable."

(quoted in Obama Backs Ground Zero Mosque; Iranian Link Questioned, Israel National News, August 15, 2010)

Beneath the political smokescreen, the distinction between "Good Muslims" and "Bad Muslims" is being scrapped.

 

The proposed Ground Zero mosque is allegedly being funding by,

"the radical rogue Islamic state of Iran... as the United States is stepping up sanctions on the regime in retaliation for its support of terrorism and what is feared to be an illegal nuclear-weapons development program."

(Ground Zero mosque developers refuse to outright reject funding from Iranian president Mahmoud Ahmadinejad - NYPOST.com, August 19, 2010)

The rising tide of xenophobia, sparked by the proposed Ground Zero mosque and community center, has all the appearances of a PSYOP (Psychological Operation) which contributes to fomenting hatred against Muslims throughout the Western World.

The objective is to instill fear, rouse and harness citizens' unbending support for the next stage of America's "long war", which consists in waging "humanitarian" aerial attacks on the Islamic Republic of Iran, portrayed by the media as endorsing the terrorists.

While "all Muslims are not terrorists", all terrorist attacks (planned or realized) are reported by the media as being perpetrated by Muslims.

In America, the Muslim community as a whole is being targeted. Islam is described as a "religion of war".

 

The proposed mosque and community center are being heralded as "violating the sanctity of Ground Zero".

"..opening a mosque at Ground Zero is offensive and disrespectful to the city and the people who died in the attacks. The project is “spitting in the face of everyone murdered on 9/11.”

(Plan to build mosque at Ground Zero angers New Yorkers ,National Post, May 17, 2010)


 

"Homegrown Terrorists"

The arrests on trumped up charges, as well as the show trials of alleged "homegrown" "Islamic terrorists", perform an important function.

 

They sustain the illusion, in the inner consciousness of Americans, that "Islamic terrorists" not only constitute a real threat but that the Muslim community to which they belong is broadly supportive of their actions:

"[T]he threat increasingly comes not from strangers with rough English and dubious passports. Instead, it resides much closer to home: in urban townhouses, darkened basements - anywhere with an Internet connection. Homegrown terrorism is the latest incarnation of the al-Qaeda threat." (How terror came home to roost, Ottawa Citizen, August 27, 2010, report on an alleged homegrown terrorist attack in Canada)

From a process of selective targeting of Muslims with radical tendencies (or allegedly associated with "terrorist organizations"), what is now unfolding is a generalized process of demonization of an entire population group.

Muslims are increasingly the object of routine discrimination and ethnic profiling. They are considered a potential threat to national security. The threat is said to be "much closer to home", "within your neighborhood". In other words what is unfolding is an all out witch-hunt reminiscent of the Spanish inquisition.

In turn, Al Qaeda is described as a powerful multinational terrorist organization (possessing WMDs) with subsidiaries (covertly supported by US and allied intelligence agencies) in a number of Muslim countries:

Al Qaeda is present (with corresponding acronyms) in various geopolitical hotspots and war theaters:

  • Al Qaeda in Iraq (AQI)

  • Al Qaeda in the Arabian Peninsula (AQAP) (comprised of Al Qaeda in Saudi Arabia and the Islamic Jihad of Yemen)

  • Al Qaeda in Southeast Asia (Jamaah Islamiyah)

  • Al-Qaeda Organization in the Islamic Maghreb

  • Harakat al-Shabaab Mujahideen in Somalia

  • the Egyptian Islamic Jihad, etc.

At no moment is the issue of atrocities committed against several million Muslims in Iraq and Afghanistan considered a terrorist act by the occupation forces.
 

 


The American Inquisition

A "war of religion" is unfolding, with a view to justifying a global military crusade. In the inner consciousness of many Americans, the "holy crusade" against Muslims is justified.

 

While President Obama may uphold freedom of religion, the US inquisitorial social order has institutionalized patterns of discrimination, prejudice and xenophobia directed against Muslims. Ethnic profiling applies to travel, the job market, access to education and social services and more generally to social status and mobility.

The American Inquisition as an ideological construct which is, in many regards, similar to the inquisitorial social order prevailing in France and Spain during the Middle Ages.

 

The inquisition, which started in France in the 12th century, was used as a justification for conquest and military intervention. (See Michel Chossudovsky, 9/11 and the “American Inquisition", Global Research, September 11, 2008).

The arrests, trials and sentences of so-called "homegrown" terrorists" (from within America's Muslim community) on trumped up charges sustain the legitimacy of the Homeland Security State and its inquisitorial legal and law enforcement apparatus.

An inquisitorial doctrine turns realities upside down. It is a social order based on lies and fabrications. But because these lies emanate from the highest political authority and are part of a widely held "consensus", they invariably remain unchallenged. And those who challenge the inquisitorial order or in any way oppose America's military or national security agenda are themselves branded as "conspiracy theorists" or outright terrorists.

Beyond the process of inquisitorial arrests and prosecution, which outdwarfs the Spanish inquisition, an expedient extrajudicial assassination program sanctioned by the White House has been launched.

 

This program allows US special forces to kill American citizens and suspected homegrown terrorists:

"A shortlist of U.S. citizens specifically targeted for killing"?

(See Chuck Norris, Obama's US Assassination Program? "A Shortlist of U.S. Citizens specifically Targeted for Killing"?, Global Research, August 26, 2010)

The objective is to sustain the illusion that "America is under attack" and that Muslims across the land are complicit and supportive of "Islamic terrorism".

The demonization of Muslims sustains a global military agenda. Under the American inquisition, Washington has a self-proclaimed holy mandate to extirpate Islam and "spread democracy" throughout the world.

What we are dealing with is an outright and blind acceptance of the structures of power and political authority. America's holy crusade against the Muslim World is an outright criminal act directed against millions of people. It is a war of economic conquest.

More than 60% of the World's oil and natural gas reserves lie in Muslim lands.

"The Battle for Oil" waged by the US NATO Israel military alliance requires the demonization of the inhabitants of those countries which possess these vast reserves of oil and natural gas.

(See Michel Chossudovsky, The Demonization of Muslims and the Battle for Oil, Global Research, January 4, 2007)

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