15 Julio 2016
del Sitio Web
ElRobotPescador
Como todo el mundo sabrá ya, estas últimas horas se ha producido un
espantoso "atentado
terrorista" en Niza, Francia.
Unas imágenes horribles que tardaremos en borrar de nuestra retinas.
Un camión de gran tonelaje se ha precipitado salvajemente sobre una
multitud que celebraba el día nacional de Francia y que volvía a sus
casas tras ver los fuegos artificiales, causando más de 80 muertos
(84 víctimas cuando escribimos estas palabras).
No hace falta que incidamos en unos detalles escabrosos y
absolutamente escalofriantes.
Poco podemos añadir a lo que ha sucedido, más allá de lamentar
profundamente la muerte de tantas personas inocentes que podríamos
ser nosotros mismos, en un ataque que promete tener consecuencias
graves, sobretodo por las características impactantes de la masacre
a nivel social y psicológico.
POCAS
CONTRADICCIONES INICIALES
En anteriores atentados terroristas hemos destacado las profundas
contradicciones y circunstancias discutibles en las versiones
oficiales sobre los hechos; pero en este caso concreto, las
contradicciones parecen ser mínimas.
Podríamos destacar, en todo caso, las contradicciones en las
versiones iniciales ofrecidas por los medios, cuando por ejemplo las
televisiones hablaron de "intercambios de disparos" entre varios
ocupantes del vehículo asaltante y la policía.
Quizás esas contradicciones, (que rápidamente fueron denegadas por
los propios testigos presenciales de los hechos que eran
entrevistados por los medios), se deban a la confusión inicial
propia de una masacre de estas características.
Y quizás se deban también, a
la mala praxis periodística
habitual de aquellos grandes medios que se autocalifican como
"serios".
Sí podríamos destacar, como más sospechoso, el baile de datos acerca
de las presuntas armas que el asaltante llevaba con él en el
vehículo.
Hemos pasado de escuchar versiones que hablaban de varios fusiles
Kalashnikov, granadas y explosivos, a versiones más
recientes que hablan de una pistola y de varias armas
falsas, como fusiles impedidos que no podían ser disparados,
que el asaltante habría llevado en el vehículo.
¿A raíz de qué, alguien "acudiría" a un atentado tiroteo con "armas
de juguete"?
Éste es, al menos en las horas iniciales, el punto más extraño y con
menos sentido de la narración que nos ofrecen los medios.
También podríamos añadir a ello algún testimonio que afirmó haber
escuchado un tiroteo minutos después de que el asaltante fuera
reducido. ¿De quién y contra quién? De momento, no parece haber
una versión que sustente estas afirmaciones.
Pero como decimos, estamos ante contradicciones menores, muy
diferentes a las graves contradicciones y sospechas que han rodeado
los últimos atentados, tanto en Francia, como en Bélgica, o en los
recientes tiroteos de EE.UU., acaecidos en Orlando o Dallas.
PATRÓN
REPETIDO
En todo caso, sí podríamos incidir en un patrón que se viene
repitiendo desde hace un tiempo en los últimos atentados (Orlando,
Dallas y ahora este en Niza):
la figura del terrorista
solitario (o "lobo solitario", como les gusta decir a
los mass media).
Sistemáticamente nos encontramos con
individuos que aparentemente llevados por sus obsesiones personales,
realizan espantosas masacres en solitario y que sistemáticamente,
son abatidos por la policía sin que exista opción de que ofrezcan su
testimonio o sus razones en una declaración posterior, lo que deja
la puerta abierta a que se manipule toda la narrativa
alrededor de sus intenciones.
No obstante, y especialmente en el caso del ataque de Niza, es
totalmente justificable que el atacante fuera abatido por la
policía, porque era necesario detener el camión e impedir que
siguiera aplastando a la gente.
Sin embargo, queda pendiente un estudio más profundo sobre la
proliferación de esta narrativa relativa a la figura de los,
"individuos enajenados que se
convierten en terroristas ocasionales".
Es la clave de todo y es fácil intuir
que esta nueva narrativa centrada en individuos-terroristas, tiene
profundas repercusiones para la sociedad del futuro, puesto que
cambiará la configuración del modelo de control sobre
la población.
Nos aproximamos a un mundo en el que la represión y el control
policial no se aplicará a colectivos, sino que se centrará en todos
y cada uno de los individuos.
La clave para justificar un 'Gran
Hermano' de características invasivas ahora
inimaginables.
CONSECUENCIAS
DE AMPLIA REPERCUSIÓN
Pero si hay un aspecto que realmente debemos discutir sobre este
atentado, son las previsibles consecuencias a nivel social,
político y represivo que tendrá esta masacre.
Hace algunos días, publicamos un artículo en el que destacábamos que
Patrick Calvar, jefe de la Dirección General de Seguridad
Interior de Francia, declaró a miembros de la comisión parlamentaria
francesa, que su país "Está al borde de la guerra civil":
Parece ser que lo que contenía esta
información, era una oscura premonición sobre lo que se aproxima a
nivel social en Francia y quizás en el resto de Europa.
En este aspecto, nuestros amigos latinoamericanos son unos
afortunados respecto a los europeos, pues permanecerán bien alejados
del terrible conflicto interno que pronto sufriremos en Europa (y
que quizás nos merezcamos por nuestras tropelías históricas).
ELEMENTOS
PSICOLÓGICOS
Si Patrick Calvar advertía de que un nuevo atentado islamista en
Francia podía desembocar en un conflicto civil, difícilmente
controlable, lo cierto es que las características del atentado de
Niza lo convierten en el detonador idóneo para que se produzca este
estallido.
Para empezar, las características del ataque son especialmente
crueles y salvajes.
Hay algo visceral y personal en aplastar
y atropellar con un camión a personas indefensas que están viviendo
una fiesta, que lo diferencia de cualquier atentado terrorista
anterior de carácter militarizado, con bombas o fusiles de asalto.
A nivel inconsciente, no es lo mismo ver a un atacante armado (que
se identifica inconscientemente con un soldado en una acción
bélica), que a un hombre que utiliza métodos "domésticos" para
realizar una masacre.
En el primer caso, el agresor es un "combatiente yihadista"; sin
embargo, en el segundo es un "musulmán rabioso y criminal", un tipo
que conduce un camión y que puede ser tu vecino o el tendero de la
esquina.
Esto lleva a concluir que el efecto demoledor de división social que
puede acabar teniendo este atentado, es incluso superior al de las
masacres anteriores.
Puede ser un punto de inflexión
que divida definitivamente a la sociedad francesa y provoque una
oleada imparable de resquemor y sospecha hacia todos los musulmanes.
Añadámosle a ello que el atentado se ha producido en Niza,
considerado uno de los feudos principales del Frente Nacional, la
ultraderecha francesa liderada por Marine Le Pen.
Y por último, añadamos que el atentado se produce durante la
celebración del Día Nacional de Francia y que por lo tanto,
es un ataque contra la identidad nacional francesa en su conjunto,
lo que aún contribuye más a separar la sociedad entre los que se
consideran franceses "puros" y los que serán considerados por la
ultraderecha como "invasores musulmanes".
LA RESPUESTA
DE LA EXTREMA DERECHA FORMA PARTE DEL PLAN
-
Podríamos pasarnos horas
discutiendo sobre las causas profundas de este tipo de
terrorismo, sobre la actitud criminal y genocida de
occidente hacia los países musulmanes y sobre si ello podría
justificar su respuesta violenta.
-
Podríamos pasar horas
discutiendo sobre la sospechosa política migratoria en
Europa desde hace años, que ha permitido la entrada de miles
de musulmanes radicales que no tienen la más mínima
intención de adaptarse a las costumbres occidentales y que
tienen una conducta claramente propia de un invasor.
-
Podríamos discutir sobre una
sospechosa crisis migratoria que parece haber sido
orquestada en estos últimos meses para justificar una
presunta entrada "incontrolada" de elementos terroristas en
Europa.
-
Podríamos hablar horas y horas
sobre los extraños vínculos entre muchos de estos
terroristas y los servicios secretos occidentales en
diversos países (no parece ser el caso del atacante de
Niza).
-
Y podríamos pasar mucho tiempo
hablando sobre quién financia el salafismo internacional y
la proliferación de estos yihadistas.
-
Podríamos hablar del oscuro
papel de Arabia Saudita, Catar u otras monarquías del Golfo
Pérsico en la promoción incesante del terrorismo islamista
-
Podríamos hablar de la
vergonzosa permisividad de los mandatarios occidentales con
estos regímenes criminales y de la amistad a veces personal
(como en el caso de la familia real española), con estos
auténticos terroristas internacionales.
Pero tras lo acaecido en Niza y tras
las advertencias previas realizadas por el jefe de la
Inteligencia Francesa, creemos que el punto focal debe centrarse en
el papel que a partir de ahora tendrá la extrema derecha francesa (y
la del resto de países europeos).
Y es que todo parece indicar que la respuesta radical que dará esta
ultraderecha forma parte del plan desde sus inicios.
Tenemos todos los ingredientes necesarios para fabricar una bomba
social en Francia, que explote de un momento a otro.
Previsiblemente, no tardaremos demasiado en ver un contraataque
contra la población musulmana por parte de elementos organizados de
extrema derecha.
Posiblemente veamos ataques a mezquitas, algún que otro tiroteo o
ataque contra centros o locales musulmanes, ataques contra centros
de refugiados, incendios premeditados, etc.
Lo peor es que, llevados por la indignación que han provocado todas
estas matanzas, mucha gente aplaudirá en silencio y aprobará estos
actos de venganza indiscriminados, que a su vez, contribuirán a que
cada vez más musulmanes, que inicialmente no estaban a favor de los
yihadistas, se incorporen a sus filas.
Así pues, veremos una maquinaria de violencia entre dos bandos
enfrentados, que se irá retroalimentando entre sí.
Estamos hablando de un gran potencial de caos
social.
Y para controlar ese caos creciente, hará falta implantar,
-
un control policial exhaustivo
-
un recorte radical de las
libertades civiles
-
prácticamente la instauración de
un estado policial con una policía con amplios poderes, sin
restricciones y altamente militarizada
Hará falta vigilar no solo las calles y
los lugares públicos, sino el interior de los hogares y las
comunicaciones entre todos los ciudadanos.
Se mezclará la necesidad de controlar a
grupos radicalizados de extrema derecha, a grupos terroristas
yihadistas y a individuos concretos que actúan en solitario de forma
imprevista.
Todo a la vez.
En definitiva:
el sueño de todo aquel que quisiera
implantar
un Gran Hermano y
un Estado Policial de facto.
Y como decíamos, para alcanzar este
objetivo, la respuesta de grupos de extrema derecha resulta clave.
Cuando estos radicales ultraderechistas ataquen a los musulmanes, la
narrativa oficial nos dirá que,
"estos actos solo sirven para
contribuir aún más al crecimiento del yihadismo" y que "con cada
ataque contra los musulmanes, nacen 1000 nuevos terroristas
yihadistas que nos atacarán".
Tendrán la excusa perfecta para aplicar el control exhaustivo sobre
TODA LA POBLACIÓN.
Y es que hasta ahora, el control solo estaba justificado sobre parte
de la población: la fracción conformada por los musulmanes y los
árabes, fácilmente diferenciables a nivel cultural, étnico y racial.
Sin embargo, con la incorporación a la ecuación de los grupos de
extrema derecha, esa fracción occidental de la población que
podríamos calificar como "blanca", pasará a formar parte de,
"los sospechosos que tienen que ser
controlados".
Así pues, quedará justificado plenamente
el control sobre toda la población en su conjunto, que era el
objetivo inicial de todo el plan para
implantar este Nuevo Orden Mundial.
Por esa razón es tan necesaria la extrema derecha para alcanzar sus
planes. El suyo es un papel clave en
la agenda globalista.
Añadamos a ello la posible respuesta de grupos de extrema izquierda
contra esa extrema derecha y tendremos un cóctel perfecto para
justificar un estado policial indefinido.
Estamos a punto de vivir,
"todas las explosiones de la
disgregación".
Estamos al borde de un Jaque Mate...
Lo que pronto presenciaremos si nadie puede impedirlo, es lo más
parecido a una de esas películas japonesas "frikis", en las que dos
monstruos enormes (Godzilla contra King Kong, por ejemplo), se
pelean en pleno centro de Tokio destrozándolo todo a su paso.
Parece como si los globalistas hubieran alimentado en silencio
durante años a ambos monstruos, encerrados en sus jaulas.
Un buen día decidieron liberar a
Godzilla de su jaula y siguieron dándole alimento para que se
hiciera cada vez más fuerte, arrasando la ciudad a su paso, mientras
King Kong, espuma en boca, intentaba doblegar los barrotes de su
jaula para salir a su paso y atacarle.
Ahora van a liberar a ese King Kong ultraderechista y ambos
monstruos se pelearán a muerte en las calles de Tokio, derribando el
viejo orden a su paso y dando pie a que los adalides del Nuevo
Orden arrojen sus bombas sobre ellos para garantizar que se
acaba con el caos de una vez por todas.
Mientras tanto, nosotros, las personas de la calle que nada tenemos
que ver ni con unos ni con otros, seremos los que sufriremos las
consecuencias, aplastados por los cascotes del viejo mundo que
caerán a nuestro alrededor.
Habrá quien nos diga que debemos tomar partido por King Kong, que él
es el salvador que nos liberará de ese maldito lagarto gigante
musulmán; y habrá quien se siga sumando a las filas del lagarto para
luchar contra el viejo mono occidental.
Pero la mayoría de gente, lo que hará será pedir ayuda a las
autoridades globalistas.
Pedirán ayuda a los que en las películas
se presentaban como los expertos científicos (encarnación
viva de
la tecnocracia), que buscarán la
manera de acabar con los malditos monstruos, y sobretodo se
encomendarán a los uniformados y militares, con sus tanques y
aviones, a los que la población implorará protección armada a cambio
de renunciar incluso hasta al más mínimo atisbo de libertad.
"¡Protéjannos de los monstruos,
haremos lo que ustedes nos digan!"
Y nadie se preguntará de dónde han
salido esos monstruos, quién los ha alimentado y porqué los han
dejado acceder al centro de la ciudad, a pesar de que se les venía
venir desde kilómetros a lo lejos.
Lo único que pedirá la población, es seguridad… aunque ello
implique vivir en la jaula donde estaban encerrados los
monstruos.
Pero sobretodo, por encima de todas las cosas, lo que exigirá la
población es que no se caigan las redes, porque por lo visto,
lo que realmente le importa a la gente en estos momentos, es poder
seguir cazando pokémons con su smartphones, aunque el
mundo se derrumbe a su alrededor o esté en medio de un bombardeo…
***
A continuación, proponemos una encuesta, quizás para algunos un poco
provocadora, con algunas de las opciones que se están planteando en
la calle y que los periodistas jamás expondrán en
los medios de comunicación…
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