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Él escribe:
Somos una especie arrastrada - "poseída" por - y escenificando, el inconsciente. Jung explica:
Pensar condescendientemente que
nosotros, como personas racionales modernas, somos demasiado
sofisticados como para creer en algo tan primitivo como demonios es
haber caído bajo el hechizo de los mismísimos espíritus malignos que
imaginamos de ser inexistentes.
Para citar a Jung,
Aunque el poseído podría imaginar que
tienen libre albedrío, su libertad es ilusoria. Están siendo
utilizados involuntariamente como instrumento de alguna "otra"
energía o fuerza para encarnar y expresarse a través de ellos.
Cuantos más complejos tengamos, más
poseídos estamos. No tenemos que deshacernos de nuestros complejos,
más bien, debemos llegar a ser conscientes de ellos. Lo que es
importante es lo que hacemos con nuestros complejos.
Para citar a Jung:
Temáticamente organizado (como el
complejo del poder, el complejo del salvador, complejo materno,
complejo de inferioridad, etc.), los complejos son los vehículos que
profundizan en el rico repositorio de contenido de
los arquetipos
subyacentes, dándoles a los arquetipos sin forma, una cara
específicamente humana.
Jung, sin embargo, diferencia su sentido de la palabra "posesión" del significado asociado con la Iglesia Católica, por ejemplo, cuando escribe:
Posesión, psicológicamente hablando, es identificarse con un complejo del inconsciente, convirtiéndonos en él, de tal manera que actuamos como él y a través de él en nuestras vidas.
¿Quién de nosotros no ha hecho esto?
¿Quién de nosotros podría tirar la primera piedra?
La estrella del tenis Serena Williams "perdió la cabeza" cuando cayó en un ataque de rabia en el Open de EE.UU. en un arrebato incontrolado dirigido al congresista republicano Joe Wilson, gritándole "Mientes", durante el discurso del Presidente Obama ante el Congreso; o el rapero Kanye West fundiéndose groseramente e interrumpiendo y estropeando el discurso de aceptación de la cantante de country Taylor Swift en los MTV Video Music Awards, todos ilustran exactamente lo que estoy señalando.
Todos ellos fueron "apoderados por
algo."
Posesión es sinónimo de esclavitud.
Posesión significa ser suplantado por algo más fuerte, ser absorbido y "adueñado" por algo distinto de nosotros mismos.
Jung dice:
Todos hemos tenido momentos en los que hemos estado poseídos por algo, en la que todos hemos sentido "no ser nosotros mismos," donde ya no somos idénticos a nosotros mismos.
Algunos de nosotros pasamos toda nuestra
vida viviendo la vida de otra persona en lugar de la nuestra. Todos
hemos tenido momentos en los que "algo" se nos ha metido dentro, en
que nos sentimos de extraño humor, fuera de sí.
Para citar a Jung:
En palabras de Jung, entonces una persona se convierte en:
Al desestimar los demonios como meras
ilusiones sin darnos cuenta de su realidad psicológica,
involuntariamente llegamos a ser poseídos por ellos.
Jung dice:
Nosotros, como personas "modernas," en la medida en que estamos actuando a través de nuestro inconsciente, estamos tan "plagados" por la posesión como la gente en la Edad Media.
Jung Comenta:
Todo con lo que estamos inconscientemente identificados estamos poseídos por ello, y por lo tanto, compelidos a actuar en nuestra vida sin entender el por qué.
Aunque hemos descartado la idea de los demonios en el altar de nuestra racionalidad, en palabras de Jung:
Más que nunca, la humanidad actual, sin duda actúa como si fuera una especie poseída.
El teólogo eminente y activista por la Verdad del 11S David Ray Griffin escribe:
Jung comenta:
Cuando estamos poseídos no somos libres, no somos dueños de nuestra propia casa.
Cuando estamos poseídos por el inconsciente, llegamos a estar disociados de nosotros mismos de tal manera que, como escribe Jung, hay,
Aunque nos identificamos con ellos
inconscientemente, los complejos autónomos están subjetivamente
experimentados como algo más que nosotros mismos. Aparte de su
inherente oscuridad y extrañeza, nuestra identificación inconsciente
con los complejos autónomos es la razón esencial por la que es tan
difícil de conseguir un asidero en ellos.
Dotado de una energía numinosa, los complejos autónomos son lo que nuestros antepasados solían llamar "demonios."
Un demonio o complejo autónomo, en palabras de Jung:
Debido a su falta de asociación con el yo consciente, los complejos autónomos típicamente no están abiertos a ser influenciados, educados, ni corregidos por la "realidad".
Un intruso desde el inconsciente y un perturbador de la paz, un complejo autónomo, Jung señala,
Si los dejamos y no reflexionamos sobre ellos, estos demonios o complejos autónomos causan estragos para todo el mundo dentro de su esfera de influencia.
Jung escribe:
Mientras se hace cargo y toma el mando de una persona, un complejo incorpora un régimen aparentemente autónomo en el mayor cuerpo político de la psique.
Al escribir sobre los complejos autónomos, Jung dice:
Cuando somos tomados por y estamos en conflicto interno con, y debido a un complejo autónomo, es como si nosotros, los gobernantes naturales de nuestro propio paisaje psíquico, hayamos sido depuestos, y estuviéramos viviendo en un país ocupado.
Se nos permite nuestra libertad aparente, siempre y cuando no amenace la soberanía y el dominio de la potencia dominante.
Jung comenta:
Siendo esto una situación psicológica
no-local
interna, puede manifestarse tanto en nuestra psique como en
el mundo exterior al mismo tiempo.
La obsesión se refiere a ciertas ideas que han tomado posesión de la persona.
Podemos llegar a ser poseídos por ideas inquebrantables de cómo deberían ser las cosas o como quien pensamos que somos, oprimiendo y tiranizando ambos a nosotros mismos y a los demás que tienen un punto de vista diferente en el proceso.
Jung escribe:
Millones de nuestra especie han matado y
han sido asesinados por una idea fija.
Al igual que un vampiro se re-vitaliza
chupando nuestra fuerza vital, cuando nos identificamos
inconscientemente con un complejo autónomo activado, literalmente
estamos animando y avivando a los muertos vivientes. Cómplices de
nuestra propia victimización, entonces cedemos involuntariamente
nuestra libertad, poder, y fuerza vital en el proceso.
Extrayendo y atrayendo todas las partes
sanas de la psique hacia sí mismo, un complejo autónomo puede
potencialmente deformar y destruir la psique de la persona (o de la
nación) así afligida, infectando de manera no local y propagando por
contagio psíquico su malestar con el campo circundante en el
proceso.
Encontrando el Nombre
Jung dice:
En otra parte, Jung escribe:
Encontrar el nombre es un acto de poder.
Jung comenta:
Es muy importante para nosotros el volver a introducir la palabra "demonio" y "posesión" de vuelta a nuestro vocabulario, sin el temor de que seremos vistos como primitivos, locos o incluso poseídos nosotros mismos si usamos esas palabras.
Necesitamos ampliar nuestra fluidez
psico-espiritual que nos permita navegar por las aguas vivas de
nuestro paisaje interior y exterior.
En la búsqueda de las palabras de
nuestra experiencia, estamos echando un "conjuro positivo," cuya
órbita no local e influencia son liberadoras. Somos entonces capaces
de la conjugación consciente y de dar voz a nuestra experiencia, que
es dar un paso hacia y acceder al espíritu creativo.
La creación de un nuevo lenguaje con el fin de re-crearnos a nosotros mismos nuevamente, nos adentra en las figuras arquetípicas del "Sanador Herido" (leer la Parte 1 y la Parte 2) y el "Creative Artist" (Artista Creativo).
En la animación de estas figuras
arquetípicas, activamos y participamos creativamente en nuestro
propio proceso evolutivo, ampliando y perfeccionando las formas en
las que tel-empáticamente comulgamos y telepáticamente nos
comunicamos entre nosotros, así como con nosotros mismos.
Al igual que la acuñación de una moneda, cuando acuñamos una frase y encontramos el nombre, creamos moneda corriente en el reino de la mente con la que ejercer el comercio entre sí, así como con nosotros mismos.
Esto es para generar
consciencia, que es algo de valor genuino.
La forma de tratar más eficazmente con un demonio es volver nuestra atención con valentía hacia lo que se desencadena dentro de nosotros.
El texto gnóstico, El Evangelio de Felipe (The Gospel of Philip), dice:
El origen de los demonios se encuentra dentro de nosotros mismos.
En comparación a existir "en virtud" de algo, los demonios sólo pueden vivir por la "falta de virtud" de nuestras propias mentes oscurecidas y sin examinar.
La cita Gnóstica anterior trae a la mente el famoso pasaje de Pablo en el Nuevo Testamento:
...que es una expresión clara y sencilla de nuestra propensión humana para la posesión, si alguna vez la hubo.
Un complejo autónomo no-iluminado y no reconocido nos obliga a actuar diabólicamente en contra de nuestras mejores intenciones, como cualquiera de nosotros que hayamos luchado contra toda forma de comportamiento adictivo sabe por experiencia propia.
El estar poseído por demonios es un
problema tan antiguo como la humanidad.
Si los demonios no están integrados, tampoco lo está el alma humana, es decir, que la adopción e integración de nuestros demonios es fundamental para la evolución del alma.
Jung sopesa:
Elevar los demonios al nivel de la consciencia les resta su existencia autónoma, ya que vuelven a juntarse a la unidad profunda de la psique.
Jung comenta:
Lo demoníaco no es una entidad
metafísica objetiva existente en el sentido Cristiano, sino que es
una función arquetípica de la experiencia humana, una realidad
psíquica, así como una realidad existencial en la que todos
participamos.
Jung escribe:
Los arquetipos son entidades dinámicas vivas, instintos psicológicos o campos de información de influencia que proporcionan la plantilla subyacente de los patrones humanos de comportamiento, percepción y experiencia.
Lo demoníaco se anuncia mediante el reclutamiento de las personas a su servicio, alistando los seres humanos como instrumentos de su revelación a-cuerpo-entero de sí mismo.
Jung comenta:
Lo demoníaco se expresa a través de nuestro reclutamiento a su causa y obligándonos a actuar externalizandolo inconscientemente a fin de darse forma viva a sí mismo en la tercera dimensión.
La palabra demoníaca está relacionada con "el diablo," que a su vez se relaciona con la palabra diabólica, cuyo significado interior es dividir, separar, y des-integrar. Al ser divisivo, lo diabólico nos escinde en varios trozos fragmentados y compartimentados.
Jung comenta:
Convertirse en un verdadero seguidor de Cristo, que es el símbolo del Ser totalmente integrado, es transformar la naturaleza diabólica de la disyunción en una sagrada conjunción, donde se conectan todas las partes de la psique y los opuestos se unen.
Esta es la razón por lo que la mayor
protección contra los demonios es estar en contacto con nuestra
integridad intrínseca, que ha de ser "dueña de sí misma" - en
posesión de la parte de nosotros que no es 'poseíble,'- que es el
Ser, la totalidad de nuestro ser.
Lo demoníaco es un fenómeno quántico, que contiene tanto lo simbólico y lo diabólico codificado dentro de sí en un estado de superposición, es decir, que oculto dentro de lo demoníaco está la semilla creativa de su propia transformación.
Ambas fuerzas constructivas y destructivas están plenamente presentes en lo demoníaco simultáneamente, y cualquiera de las energías puede, potencialmente manifestarse, dependiendo de cómo una consciencia observadora interactúa con ello.
Para citar a Jung:
Escondido en lo demoníaco está nuestra voz interior, nuestro espíritu guía, nuestro ángel y nuestro genio. Jung se refiere a lo demoníaco como "la creativa desapercibida", es decir, es la creatividad todavía no "hecha realidad" o lograda por el yo.
El desarrollo de un yo sano y fuerte es
de vital importancia para entrar en relación a y expresar
creativamente las energías demoníacas dentro de nosotros. Una de las
cosas más destructivas de la psique humana es la creatividad no
realizada.
Jung comenta:
Antes de que un arquetipo pueda ser conscientemente integrado, siempre se manifestará físicamente, ya que, en palabras de Jung,
En su forma negativa, que es una verdadera forma virulenta de la locura, a nosotros, debido a nuestra inconsciencia, se nos convierte en un conducto viviente de la encarnación de una energía malévola, depredadora y rapaz inhumana, que sólo se preocupa por la alimentación de su propio narcisismo insaciable, en última instancia, victimizando, consumiendo y canibalizando tanto a nosotros mismos como a otros en el proceso.
Al describir este momento de ser poseído, Jung elabora:
Esta energía en-toxicante, que es el yo narcisista campando a sus anchas mientras se auto-encanta, es el combustible que anima cualquier forma de adicción.
...que salvo que se reflexione sobre ella, y así es iluminada y transformada por la luz de la consciencia, conduce inevitablemente a la autodestrucción.
Jung nos recuerda que:
Entonces caemos en la regresión infinita y perpetúa retroalimentación de negar que estamos en la negación, una cepa de creación propia de la locura a la que le he dado el nombre de "egofrenia maligna" o "enfermedad del yo", para abreviar.
Esta es una forma de auto-engaño, disociación y ceguera psíquica en la que estamos mintiendo en última instancia, y ocultando de nosotros mismos. Llegado a cierto punto este proceso se atrinchera dentro de la psique de tal manera que desarrolla impulso suficiente para convertirse aparentemente en su propia auto-generada entidad autónoma.
Entonces nos hemos convertido en un "problema" para nosotros mismos, creando nuestro propio monstruo de Frankenstein en el proceso, que es nosotros.
Podemos entonces decir que somos la
encarnación de la enfermedad del yo en persona de carne y hueso, su
revelación en forma humana. Similar a ser poseído por un demonio,
estar apoderado por la enfermedad del yo es al mismo tiempo su
propia auto-revelación y, codificada dentro de la aparente
patología, está su propia medicina.
Jung dice:
En la medida en que no somos conscientes de nuestra sombra es la medida en que no somos conscientes de nuestro potencial para promulgar involuntariamente nuestro inconsciente de una manera que podría ser hiriente.
Jung escribe:
Comprender los "aspectos inconscientes" es arrojar luz sobre las partes dormidas más oscuras de nosotros mismos - "el lado negativo de lo que hacemos" - que es esencialmente el acto de toma de consciencia.
Los demonios están actuando a cabo por sí mismos a través de nuestros puntos-ciegos psíquicos.
Jung comenta:
Los lugares en los que somos poseídos por nuestro inconsciente son los lugares en nosotros mismos en donde no somos capaces de ver, donde "nuestros ojos no están," donde no somos capaces de la especulación auto-reflexiva.
Simbólicamente, esto es como un vampiro que no proyecta reflejo en el espejo.
Jung escribe:
Curiosamente, Jung se refiere simplemente a la "proyección de la sombra," un proceso en el que proyectamos nuestros propios aspectos no-abrazados (nuestra "propia condición") sobre el prójimo, como "la mentira."
Uno de los significados de la palabra "diablo" es "el mentiroso." (ver "Shadow Projection: The Fuel of War" - "La Proyección de la Sombra: El Combustible de la Guerra" y "Shadow Projection is its Own Medicine" - "La Proyección de la Sombra es su Propia Medicina"). La proyección de nuestra sombra sobre los demás es una actividad que es en sí misma una expresión del diablo que se esconde dentro de nosotros, al acecho detrás de la proyección.
Hablando sobre lo fácil que es para los "demonios" encontrar una nueva víctima, Jung comenta:
Jung comenta sobre el estado de estar poseído por arquetipos tales como el demoníaco cuando escribe:
El arquetipo invisible sin forma se ha in-formado a sí mismo y se ha hecho visible a través de la persona, grupo o nación de la que se apodera.
Se puede decir que es la viva encarnación del arquetipo, ya que son la revelación hinchada completa en toda regla, en la forma. Una cualidad esencial de ser poseído por el inconsciente es la de no saber que estamos poseídos porque si lo supiéramos, no estaríamos poseídos.
Para citar a Jung:
Cuando somos idénticos con algo, no somos capaces de diferenciarnos de él, es decir, no tenemos la libertad de elección con respecto a aquello con lo que nos identificamos inconscientemente. Cuando nos identificamos con y representamos el inconsciente, somos verdaderamente inconscientes.
Jung conjetura:
A pesar de que un arquetipo se expresa a través de los individuos, un arquetipo es impersonal.
Los arquetipos que nos alistan para sus fines, tomando posesión de nosotros como un objeto de propiedad, y nos abandonan cuando ya no les somos útiles.
Jung continúa:
El no saber que estamos poseídos por el inconsciente, es como si los padres no estuvieran en casa, creando una oportunidad para que los niños (el inconsciente) actúe sin restricciones.
Jung dice:
El surgimiento de fuerzas inconscientes del inconsciente colectivo normalmente evoca confusión y ceguera, es decir, pérdida del conocimiento.
Jung continúa,
Es como si un invisible golpe de estado hubiera tenido lugar dentro de la psique.
Cayendo en el autoengaño, la mente consciente está bajo la ilusión de que ella está decidiendo, de que está en control, mientras que en realidad está siendo dirigida y manipulada como un títere.
Citando a W.H. Auden:
Jung dice:
Cuando estamos poseídos por el
inconsciente, una energía arquetípica más potente, se desplaza de
forma y toma nuestra forma aparente, que absorbemos en,
identificamos con y consideramos que es quienes somos.
En la medida en que inconscientemente
estamos poseídos por el demonio, es como si un parásito psíquico se
hubiera hecho cargo de nuestro cerebro y nos haya bureado, su
anfitrión, a pensar que estamos alimentando y fortaleciéndonos
nosotros mismos, mientras que en realidad estamos nutriendo al
parásito.
Los arquetipos, señala Jung,
El espíritu del inconsciente nos suplanta, engañándonos incluso a nosotros mismos, mientras se encubre con nuestra forma.
Este espíritu mercurial "se ha vestido
de nosotros" como un disfraz, apareciendo como nosotros mismos, o
por lo menos como quienes nos imaginamos ser.
Confiscando la Humanidad
Describiendo la experiencia de ser dirigidos y asumidos por el inconsciente, Jung continúa:
¿A cuántas personas conocemos, incluyendo a veces a nosotros mismos, que como zombis, compulsivamente y mecánicamente promulgan sus patrones habituales sin la espontaneidad y la creatividad, como un robot programado?
Jung dice:
Cuando estamos poseídos por un arquetipo, es como si estuviéramos congelados en el tiempo, similar a lo que ocurre en un trauma, en el que nos obsesionamos en un punto de vista rigidizado que se refuerza a sí mismo.
Nos identificamos inconscientemente con
la "persona", la personalidad de fachada que hemos creado para la
protección y la presentamos al mundo, no tenemos profundidad real, y
dejamos de crecer y evolucionar.
La imagen de Dorothy y sus amigos
durmiéndose en el campo de amapolas cuando se acercan a la Ciudad
Esmeralda en la película "El Mago de Oz" expresa simbólicamente esta
situación arquetípica de caer bajo un hechizo cuando nos acercamos a
lo sagrado.
Al identificarse inconscientemente con y ser poseído por el demonio, a nivel personal y humano renunciamos a nuestra humanidad y nos convertimos en una cáscara vacía.
Al mismo tiempo, sin embargo, accedemos, y nos convertimos en canales de, e inflados por, una energía más potente, una energía arquetípica y no humana que nos atraviesa. Cuando estamos poseídos por un arquetipo, somos una yuxtaposición paradójica de cualidades subhumanas y sobrehumanas a la vez.
Jung continúa:
Cuando llegamos a ser apoderados por un arquetipo nos inflamos, inconscientemente identificándonos con poderes divinos, olvidando al mismo tiempo nuestra humanidad.
Jung aclara:
Interesantemente, uno de los significados de la palabra "maldad", etimológicamente hablando, es transgredir fronteras.
Continuando con su descripción sobre el estado de estar poseído por un arquetipo, Jung dice:
Comportándose como si él, como yo, fuese ese arquetipo, juega a un papel arquetípico mítico y se identifica inconscientemente con él ("al que ha tomado como de ser su propio yo"), engañándose a sí mismo, y potencialmente a otros, en el proceso.
Jung continúa:
El arquetipo sin forma adquiere y se expresa a través de la forma limitada y particular de la personalidad del yo. El arquetipo activado transfigura el yo desde el interior a fin de adaptarse a sus propósitos.
Jung continúa:
Jung escribe:
Las personas que son cautivadas por un arquetipo tienen un efecto cautivador sobre los demás, cuando estamos bajo la fascinación de un arquetipo, involuntariamente tenemos una influencia fascinadora sobre los demás.
Jung señala que,
Las personas poseídas por su inconsciente tienen un efecto magnético, carismático y "posesivo" sobre el inconsciente de los demás.
La parte de ellos que está hechizada evoca la parte sugestionable y endemoniada correspondiente de la psique de los demás y la engancha, embelesándola y arrastrándola en su giro arquetípico.
En otras palabras, cuando alguien está poseído por un arquetipo, son, literalmente el canal a través del cual ese arquetipo, tanto a nivel local y no local, se está materializando en el campo, que es decir, que ejercen gran influencia energética en su entorno.
Jung dice:
Hasta el punto en que nos identificamos con y por lo tanto poseídos por el arquetipo, es la medida en la que no somos conscientes de la correspondiente influencia que tenemos en el inconsciente de los demás.
Esta es una situación peligrosa porque estamos actuando inconscientemente, de tal manera que esto garantiza que vayamos a abusar de nuestras cuestiones de poder no resueltas en la medida en que permanezcamos inconscientes.
Jung va directo al grano cuando escribe:
La conexión con el arquetipo es como arrancar un acorde de mayores dimensiones de nuestro ser, que activa inmediatamente una resonancia en el inconsciente colectivo del que lo oye.
Al igual que el péndulo con el swing mas
fuerte arrastra a todos los otros péndulos en su apogeo, la persona
que está canalizando el poder viviente de la fuerza arquetípica más
profunda puede potencialmente en-colar y en-tranzar a otros.
Siendo arquetípica, esta energía
fundamentalmente no es ni buena ni mala, pero potencialmente puede
manifestarse en cualquier dirección dependiendo de nuestra
intención.
Cuando se constela un arquetipo, la lógica racional y los hechos no tienen ningún efecto.
La profunda emoción que es característica de un arquetipo activado garantiza que, en palabras de Jung:
El identificarse inconscientemente con un arquetipo es extremadamente peligroso, en cuanto a que está en la raíz de las psicosis, tanto individuales como colectivas.
Nuestra tendencia a caer sin saberlo en
las garras de un arquetipo, anima lo que está siendo escenificado en
el teatro del mundo, es decir, que el origen de los acontecimientos
mundiales es el inconsciente de la humanidad (ver "It’s
All in the Psyche" - "Todo está en la psique")
Hablando de nuestra tendencia inicial para la identificarnos y llegar a estar enganchados por arquetipos activados, Jung continúa,
Nadie puede entender su demonio sin primeramente haberse identificado inconscientemente con él, es decir, alcanzado por él, y por lo tanto, poseído por él.
En el proceso de integración, tenemos que aprender a experimentar nuestro demonio arquetípico tanto desde el exterior como desde el interior.
Experimentar el arquetipo desde el exterior significa experimentarlo de forma objetiva, como algo aparte de nosotros, que significa separarnos de él, porque un arquetipo, en palabras de Jung,
En última instancia, tenemos que ver
ambos el arquetipo como objeto fuera de nosotros mismos, así como
experimentar lo que se siente con relación a nosotros, lo cual es
una experiencia dentro de nosotros mismos.
Jung señala que,
Tener complejos autónomos, o tener un demonio o dos de repuesto en el armario, es un fenómeno humano "normal," algo que todos poseemos, al mismo tiempo que nos posee.
Identificándose con nuestro inconsciente de tal manera que actuamos escenificando, es decir, estar poseídos, parece ser una expresión natural de la experiencia humana.
¿Podría haber un potencial evolutivo
oculto, una teleología subyacente, un misterioso propósito u
objetivo, que nos está poseyendo para que actuemos como lo estamos
haciendo?
Al relacionarnos con el arquetipo de manera consciente, no caemos bajo la esclavitud del arquetipo, sino que somos capaces de mediar, humanizar y canalizar sus energías trans-personales y sus contenidos de manera constructiva, creativa y enriquecedora de la vida.
A medida que nos conectamos con el otro
a través de nuestra lucidez, podemos potencialmente convertirnos en
un vehículo a través del cual los propios arquetipos se transforman
y evolucionan, que instantáneamente y no-localmente, tiene un efecto
transformador evolutivo por todo el campo entero de la consciencia
colectiva.
El tener un demonio instalado en nosotros es la misma cosa que "hace" de nosotros un héroe. Nuestra lucha heroica contra la garra paralizante del demonio es iniciática, en cuanto a que suscita nuestros latentes poderes creativos.
El llegar a la concordancia y la lucha con nuestro demonio, es decir, con nosotros mismos, nos creamos a nosotros mismos. El demonio es la fuente de toda creatividad. Se necesita verdadero valor para hacer batalla con estas fuerzas internas y arrancarles el mítico "tesoro difícil de alcanzar," que no es otro que nuestro ser de alma-llena.
Jung comenta:
Cuando caemos en la cuenta de un arquetipo tal como el demoníaco, somos capaces, de adentro hacia afuera, de canalizar su poder trans-personal en un creativo, alma llena, espíritu vivificante que proviene de una fuente más allá de nuestro yo.
Codificado en lo demoníaco está todo cuanto necesitamos para nuestra curación y auto-realización, como si lo demoníaco fuera una compensación del campo más unificado y unificador de la consciencia, que nos ofrece exactamente lo que se requiere para despertar.
Los demonios son como máquinas nautilos psíquicas que soñamos para ayudarnos a desarrollar los músculos de la comprensión. Alquímicamente transmutando en el acto la potencial destrucción de lo demoníaco en estimuladores de nuestra propia lucidez creativa, damos a luz a nuestro demonio, nuestro guía espiritual.
O más bien, en ese momento nuestro
demonio nos da a luz a nosotros.
Al ser una función de nuestra consciencia, el cómo se materializa lo demoníaco - cómo el mal destructivo más profundo, o cómo genio creativo, no depende de otra cosa que de cómo lo que soñamos.
Jung comenta:
Cuando llegamos a ser poseídos por el inconsciente, somos inconscientemente asumidos por nuestros primitivos instintos, nuestros instintos animales, de tal manera retrocedemos, involucionamos y caemos en nuestra naturaleza inferior.
Jung explica:
Me imagino que todos conocemos a
personas así, personas que están bajo un hechizo de tal manera que
realmente no hay dialogo con ellos, ya que perversamente ingieren e
interpretan la reflexión que se le está ofreciendo de su
inconsciencia como prueba de la exactitud de su punto de vista
deludido.
Cuando un grupo de personas en esta condición llegan a un acuerdo sobre la "verdad," y se convierten en miembros con carnet de un "ismo" dogmático, se está fermentando una psicosis colectiva en el caldero del inconsciente colectivo.
PSICOSIS COLECTIVA
Jung nunca se cansó de advertir que el mayor peligro que enfrenta la humanidad es caer inadvertidamente en nuestro inconsciente en masa, de forma que nos convertimos en instrumentos para que una epidemia psíquica cause estragos en el mundo, tal como lo vemos hoy en día (ver "Diagnosis: Psychic Epidemic" - "Diagnóstico: Epidemia Psíquica").
Jung escribe que las epidemias psíquicas,
Estamos en medio de una psicosis colectiva que se ha vuelto tan normalizada que muy pocas personas ni siquiera hablan de ello, que es en sí mismo una expresión de nuestra locura colectiva. (ver "Why Don’t We See our Collective Madness?" - ¿Por Qué No Vemos Nuestra Locura Colectiva"?)
Jung escribe:
Una vez que se activan los contenidos arquetípicos en el inconsciente, Jung elabora, es como si,
La gente que ha caído en su inconsciente naturalmente se atrae y conecta entre sí, mientras recíprocamente refuerzan la locura ajena.
Se consigue conjurar una burbuja compartida impenetrable de creencias rígidas en torno a ellos que desvía y resiste cualquier auto-reflexión que amenace su punto de cosmovisión fija. Cualquiera que les refleje de vuelta su estado inconsciente es demonizado y visto como hereje, blasfemo y enemigo.
Aunque usa a individuos como sus instrumentos, el mal necesita las masas inconscientes para su génesis y proliferación en el escenario mundial. Las masas siempre están engendrando caldos de cultivo de epidemias psíquicas. En una psicosis colectiva hay una mentalidad de rebaño, donde la gente deja de pensar por sí misma permitiendo que otros piensen por ellos, como ovejas ("borregos") que sólo siguen a donde quiera que sean dirigidos.
Jung escribe que quien compre el acordado conjunto de pensamiento de grupo,
Cuando cedemos nuestro poder, siempre hay alguien portando la autoridad del Estado quien está más que contento en aceptar nuestra ofrenda, alimentando la insaciable voluntad de poder de la sombra.
Jung comenta,
Siendo arquetípico, el proceso recíproco de las personas regalando su poder a otras personas que lo abusan, simplemente porque pueden hacerlo, se ha recreado continuamente en sí a lo largo de toda la historia.
Jung nos advierte que,
En una psicosis colectiva, los muchos son manipulados por los pocos que sienten atracción por mantener el poder sobre los demás.
Jung señala que:
En una epidemia psíquica, las masas, dirigidas e inspiradas por los pocos que están perversamente poseídos por y adictos a la necesidad del poder, conspiran en conjunto con, apoyan y refuerzan mutuamente las creencias irracionales de los demás, las necesidades narcisistas y miedos, creando una cultura loca increíble.
Esta cultura, o falta de ella, es a la vez la causa y el efecto de su locura, ya que colectivamente encarnan la profecía auto-cumplida viviente.
Se convierten en instrumentos mediante los cuales el DNL, el demonio no local, se reproduce, como una hidra de múltiples cabezas, en, como, y a través del campo.
BENDICIONES DISFRAZADAS
Jung escribe:
Las personas que han sido engullidos por el arquetipo y han caído en el inconsciente, en lugar de aclarar e integrar el significado de los contenidos inconscientes activados dentro de sí mismos, involuntariamente escenifican la dimensión simbólica mítica de "el papel que les está siendo lanzado" en forma concretizada, literal sobre el escenario de la vida.
Los nuevos contenidos se entienden cuando nos damos cuenta de que el rol que llega a través de nosotros tiene su origen en el propio inconsciente colectivo, como si estuviéramos interpretando un papel en un drama cósmico.
Además de conferir sobre nosotros una opción de cómo queremos interpretar este papel, este descubrimiento también nos despierta a la identificación personal con el papel.
La parte de nosotros que ha sido inconscientemente poseída se libera, creando más consciencia en el proceso.
Cuando llegamos a ser absorbidos por el inconsciente, por citar a Jung,
Cuando nos encontramos haciendo caso omiso a las pruebas fácticas y celebrando una creencia "mágica" que racionalmente sabemos de ser incierta, estamos bajo un hechizo, siendo "impulsados" por el inconsciente, que está en ese momento en el asiento del conductor.
Los factores psíquicos que hacen posible la posesión son la sugestionabilidad, la falta de discernimiento crítico, la falta de voluntad o incapacidad de auto-reflexión, el miedo, y la tendencia a la superstición y prejuicios.
Los contenidos que nos apoderan cuando somos poseídos por el inconsciente aparecen como fobias, afección exagerada, convicciones peculiares, idiosincrasias, planes obstinados, compulsiones y obsesiones, todos de los cuales no están abiertos a debate o corrección.
Los demonios trabajan a través de nuestra psique, "gestionando nuestras percepciones" de tal manera que somos incapaces de ver su influencia.
Los demonios deslumbran, hechizan, y endemonian la consciencia de tal manera que nos cegamos a nuestra propia asumida perspectiva subyacente. Caemos bajo su hechizo cuando nos extasiamos por nuestra propia versión de la realidad, de tal forma que creemos que el mundo "objetivamente" existe como lo percibimos, separados de nuestra propia mente.
En otras palabras, caemos bajo el poder de los demonios cuando nos obsesionamos con nuestro punto de vista fijado no negociable e imaginamos que lo que estamos viendo objetivamente existe, en estado sólido, fuera de nosotros mismos, de manera aplicable a todos.
Entonces atraemos hacia nosotros toda la evidencia que necesitamos para demostrarnos a nosotros mismos la verdad aparente de nuestro punto de vista evidente, lo que confirma el espejismo de que estamos separados de, y no participando en contribuir a crear la misma situación en la que nos encontramos, que estamos en última instancia, creando.
A esto lo llamo "Síndrome Delirante Aparticipatorio", o SDA por sus siglas (ver "Delusions of Separation" - "El Engaño de la Separación").
Por otro lado, rompemos el hechizo de los demonios cuando nos damos cuenta de que cada momento de nuestra experiencia es inseparable de nuestra propia consciencia, que es reconocer la fluida, no objetiva y, por tanto, "naturaleza onírica" de la realidad.
Al igual que figuras en un sueño, los demonios están, en última instancia, hablando, nuestra propia energía, y no separados de nuestra mente (ver "God the Imagination" - "Dios la Imaginación").
Al igual que un sueño, la forma en que observamos el mundo literalmente evoca, el mundo que estamos observando.
Esto significa que es a través de nuestra consciencia en sí que podemos intervenir en la matriz subyacente de la creación y encontrar el punto de apoyo en el que podemos cambiar el sueño despierto que estamos teniendo, que es la "evolución en acción".
Curiosamente, no nos habríamos despertado ni tenido esta realización sin la cooperación antagonista de los demonios, es decir, los demonios son secretamente aliados disfrazados, los catalizadores de consciencia apareciendo como adversarios, bendiciones disfrazadas (ver "The Light of Darkness" - "La Luz de la Oscuridad").
NO ES EL ÚNICO
Jung escribe:
En la medida en que no estamos conscientemente trabajando sobre la integración, a través del proceso de individuación, el contenido y conflictos inconscientes que se activan dentro de nosotros, es el grado en que estos contenidos psíquicos se manifestarán externamente y serán inconscientemente actuados a cabo colectivamente de una manera literal, concreta en el escenario mundial.
Jung comenta:
Un contenido psíquico activado no realizado conscientemente en el curso de la individuación se manifiesta externamente, donde es "ideado" en, como, y por el mundo exterior.
Para utilizar la metáfora de Jung, el patrocinador de este/a proyecto (proyección) es "el diablo."
Jung dice:
Esto trae a la mente diversas citas de la Biblia acerca de "poderes y principados" que gobiernan sobre la humanidad, que es la expresión metafísica equivalente de nuestra situación psicológica.
Tanto como si lo llamamos un demonio o un factor psíquico inconsciente, la fuerza que nos gobierna es creada por y una expresión de nuestra propia psique.
Reflexionando sobre la Primera Guerra Mundial, Jung dice:
Del mismo modo, en la actual "guerra contra el terror", una guerra que nadie, o al menos muy pocas personas quieren, debe ocurrírsenos preguntar exactamente quién o qué ha provocado esta guerra y su continuación.
Jung continúa:
El verdadero portador de la vida es el individuo. La transformación real no viene a través de los movimientos de masas, o nuevas leyes, sino a través de cambios en el individuo.
Hablando de los efectos de la identificación con, poseído e inflado por el inconsciente, Jung escribe:
Como resultado de convertirse en demasiado unilaterales en un universo multilateral, los "demonios totalitarios" se "imaginan," tanto en el inconsciente y, sincrónicamente, en el mundo exterior.
Eventos en el mundo exterior son reflejos simbólicos de lo que estamos soñando en el interior de nosotros mismos (ver "Catching the Bug of Synchronicity" - "El Contagio del Microbio de la Sincronicidad").
Lo que esto significa es que la forma más eficaz para cambiar el mundo es cambiar nosotros mismos.
Jung escribe:
¿Seremos cada uno de nosotros, capaces de mediar, canalizar y transformar la energía demoníaca arquetípica que está fluyendo a través de nosotros, en creatividad de tal manera que podamos constructivamente construir un mundo nuevo?
Esta es la pregunta en cuya respuesta descansa la futura supervivencia o la destrucción del mundo tal como lo conocemos.
Jung dice,
¿Cuándo vamos a hacer "la tarea más vital de la civilización," el exorcismo de los demonios que nos están poseyendo? En otras palabras, ¿cuándo vamos a hacer que nuestra tarea más vital sea "despertar?"
Jung vio esta manifestación demoníaca actual como expresión arquetípica de los trastornos potencialmente catastróficos que acompañan a las grandes transiciones de una época a otra.
Cuando un arquetipo como el demoníaco aparece, tanto en nosotros mismos como en el mundo, las cosas se vuelven críticas, con posibilidades de bueno y malo por igual. De cómo resulten las cosas en realidad depende de cómo la consciencia responda ante la situación.
Durante una manifestación colectiva de lo demoníaco, tal como la que tenemos hoy en día, el gran peligro es un movimiento de masas en el que millones, o incluso miles de millones de personas caigan en su inconsciente juntos, encendiendo una epidemia psíquica que genera una guerra apocalíptica que hace estragos de la vida en la Tierra y destruye la biosfera del planeta (ver "Archetypal Dimensions of World Events" - "Las Dimensiones Arquetípicas de los Acontecimientos Mundiales").
Para citar a Jung:
La catástrofe sólo puede evitarse si suficientes personas se despiertan a lo que se nos ha revelado mientras escenificamos a través del inconsciente, y luego conectamos con los demás con el fin de des-activar, asimilar y transformar los posibles efectos perjudiciales del demonio activado.
Podemos entonces, bajo la dirección del Ser, nuestra integridad intrínseca, ayudarnos unos a otros a marcar el comienzo de una nueva era de paz sostenible, la comprensión y la cooperación mutua.
Nuestra existencia muy continuada como especie en este hermoso planeta depende de esta compresión.
El ser pesimista y creer que no podemos cambiar la trayectoria del comportamiento suicida de nuestra especie en trance es estar bajo un hechizo, es estar caído bajo una "maldición del demonio." Haber caído bajo tal hechizo, sólo fortalecemos y solidificamos nuestra hechizada convicción, actuando como si no hubieran otros resultados posibles.
El pesimismo es alimento para los demonios (véase "Our Situation is Dire, and There’s no Need for Pessimism" - "Nuestra Situación es Grave, y no Hay Necesidad de Pesimismo").
Es una locura no invertir nuestra energía creativa en imaginar que podemos "unirnos," e igual locura el pensar que no podemos. Si no estamos invirtiendo nuestra imaginación creativa en formas para que podamos sanar y despertar, entonces ¿qué estamos pensando?
Al igual que en un sueño nocturno, cuando un número suficiente de nosotros estemos lúcidos en el sueño despierto de la vida, podremos conectar con los demás y juntar nuestra lucidez, cambiando el mundo de manera positiva en el proceso (ver "Lucid Dreaming").
Si la gente me dice que soy un "soñador" cuando yo profeso estas creencias idealistas y aparentemente ingenuas, me limitaré a decir que, en palabras del fallecido John Lennon: "Yo no soy el único."
Hay cada vez más cantidades crecientes de nosotros - ¿millones de personas? ¿billones? - por todo el planeta que, de diversas maneras están siendo reclutadas por el mismo Ser para ser canales de un proceso más profundo de despertar, facilitando una amplia gama de posibilidades totalmente nuevas y nunca antes imaginadas que se hagan disponibles para nosotros.
El universo está soñando despierto en sí a través de nosotros.
Cuando un número suficiente de nosotros simplemente reconozca el profundo, patrón arquetípico que está sucediendo, es decir, que el universo se está despertando a sí mismo a través de nosotros, podemos "unirnos" e "imaginar," y ayudarnos a profundizar y estabilizar nuestro mutuamente compartido despertar, lo que yo llamo "soñar despiertos."
Como sanadores heridos, chamanes, soñadores y artistas cuyo lienzo es la vida misma, podemos crear conjuntamente un "Art-Happening Called Global Awakening" - "Art-Happening Llamado Despertar Global."
El verdadero demonio es nuestro aferramiento al ego. En la medida en que estamos bajo la influencia aparente de un demonio es el grado en que nos aferramos y agarramos, tratando de sujetarnos a nuestro concepto de nosotros mismos como un ser discreto y separado, cuando en realidad no hay nada (ninguna "cosa") a qué aferrarse.
En la medida en que estamos aferrados o agarrados, hemos caído en el auto-refuerzo, el patrón habitual de contraer contra nosotros mismos, y al hacerlo estamos bloqueando nuestra propia luz.
Podemos, en este mismo momento, salir de nuestro propio camino y dejar que brille nuestra luz.
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