SEGUNDA PARTE
RECORDANDO LA NAVE DEL TIEMPO
1. PREGUNTAS
DE LA INTERMEDIA
LA INTERMEDIA HA PUESTO EN MARCHA NUESTRA HISTORIA. Lo que parece
ser nuestra historia es también la suya.
Su historia es simple: ¿cómo pueden
vencer a la muerte?
O, más exactamente,
-
¿Qué es la muerte y cómo pueden
vencer el miedo a la muerte?
-
¿Por qué no lo saben?
-
¿Qué es este cuerpo suyo?
-
¿Qué habita en él?
-
¿Qué pasa luego de que el cuerpo
desaparece?
Si supieran qué sucederá luego de que su
cuerpo desaparezca, o qué sucedió aún antes de que lo tuvieran, ¿se
comportarían de manera diferente? Nadie puede sustraerlos a la
muerte, así que ¿para qué se esfuerzan tanto por evitarla?
Aún cuando, insólitamente, dicen creer
que hay vida después de la muerte, ¿por qué, aún así, insisten en
apoyar esta vida sobre garantías? Si realmente no conocen la muerte
y la causa del miedo a la muerte, entonces ¿qué saben realmente
acerca de la vida?
Ah, cosa fea, pueden pensar. Demasiado profundos, estos Arcturianos.
Demasiado vasta, esta Federación Galáctica. Puede ser. Pero
entonces, ¿qué van a hacer cuando mueran?
Les resulta más fácil con cuentos de hadas, con fábulas y canciones;
así que continuemos descifrando este tapiz cósmico, nuestra
historia, y vean lo que resultará de ella.
Regresar al Contenido
2. INFORME DE ARC-TARA - MUERTE OCULTA, MUERTE DEVELADA
YO SOY EL UNO MÚLTIPLE, la llamada Arc-Tara, la que conoce el
supremo sendero hacia las estrellas, la enlazadora de mundos, la
conocedora de la muerte. Soy el central entre los apéndices,
Ana-Tara. Esta es mi historia.
Entre aquéllos de Antares se me considera aparte, pues tempranamente
produje un agravio que le causó a mi familia estelar una gran
consternación, y una contingencia aún mayor. Fue esta contingencia
lo que los condujo a la Sonda y, finalmente, al pleno contacto con
los Arcturianos.
Mi historia comienza en los campos estelares de Orión donde, entre
los constructores estelares de Rigel y Betelgeuse, aprendimos las
artes de la construcción y el diseño de planetas. En el sensorio
celestial donde los constructores estelares estaban iniciándonos en
el arte y la técnica del grabado resonante, recibí una llamado: una
luz penetró en mí, pero desde adentro. La luz ardía, y supe que
debía abandonar el sensorio. Fue lo único que supe.
Originalmente, había sido seleccionada para la misión de Orión
debido a mis dones como cantante del cristal. Cantar tonos
multirresonantes era considerado un gran don, especialmente por su
aplicación en el diseño planetario y para cabalgar la zuvuya. Para
mí, este don era algo natural y no uno de mis más profundos
intereses. Mi deseo profundo y permanente era establecer contacto
con otros elementos del ser galáctico. Quizás, pensé, ése era el
significado de la luz que había venido a mí en el sensorio.
Cuando escapé del sensorio hacia el gran, omnirradiante núcleo del
CSR de Orión, la luz en mí creció en intensidad. Me convocaba y
extasiaba, hasta que terminé totalmente sumida en esa luz. ¿Estaba
moviéndome, o era la luz que se arremolinaba en mí y dentro de mí -
o ambas cosas? Pronto fui catapultada simultáneamente en cada
dirección. Perdí todo sentido del control.
Pronto los remolinos de luz menguaron. Dentro de mi ser, todos los
cinco nodos sensoriales experimentaron repentinamente un profundo
relajamiento. ¿Había alguien o algo más manipulándome? ¿Era éste el
resultado de no haber controlado mi propio deseo por alguno “otro”
tipo de contacto?
Fuere lo que fuere, pronto sentí que una inteligencia muy penetrante
y brillante me exploraba. Cada terminación nerviosa de mis nodos
sensoriales fue penetrada, explorada, rastreada y grabada, excitada,
y luego liberada.
¿Quién o qué era esto?
“Soy Lucifer,” vino la respuesta.
Un profundo estremecimiento me recorrió.
El escalofrío contrastaba con la tibieza y la excitación apasionadas
que habían abrasado cada célula de mi “esporidad”. Mis sentidos
escudriñaron, pero allí sólo había una luz suavemente pulsante.
“¿Acaso no eres, Lucifer, el
portador de la luz?” Mi pregunta se respondía a sí misma.
“¿Sabes qué has experimentado?” continuó Lucifer.
“Profundo placer, placer indescriptible, algún tipo de
conocimiento,” respondí hesitante.
“Quizás. Pero eso es sólo la sensación. Lo que has experimentado
es la muerte.”
El luminosamente invisible Lucifer puso
énfasis en la palabra muerte.
“Pero si eso fue la muerte, ¿por qué
estoy aún aquí? pregunté, sintiendo todavía el estremecimiento
que sigue a placeres secretos.
Tras una pausa, Lucifer habló
nuevamente.
“¿Sabes dónde estás? ¿Hay un reino
de la muerte?” No tenía respuesta. No sabía dónde estaba,
excepto que en la luz.
“Mi queridísima, mi elegida. Me has añorado porque se necesita
saber. Lucifer, el que trae y porta la luz, es el guardián del
reino de la muerte. Pero si la muerte es el placer para todos
tus nodos sensoriales tal como acabas de experimentarlo,
entonces no es acaso el reino más deseable, esta experiencia
llamada muerte?”
Nosotros los de Antatres habíamos
lidiado hacia mucho tiempo con ciclos de marchita-miento, así que
para nosotros la muerte es virtualmente inexistente - al menos la
muerte como conclusión o fin de algo. Las cosas no finalizan. Se
reciclan, transmutan, se transforman en otra cosa. De modo que ¿qué
era este asunto de la muerte? Si era tan placentera como lo que
acababa de experimentar, entonces significaba más que un final.
Mucho más.
Sí, yo quería saber acerca del reino de
la muerte. Y este Lucifer - en el mejor de los casos, una fuerza
cósmica erróneamente percibida; en el peor... ¿había algo peor que
lo peor con lo que podría lidiar? No. Y así me transformé en
aprendiz de Lucifer.
Para mis colegas antareanos estaba muerta. Ya no estaba entre ellos.
Pero yo sabía que podría regresar. No era fácil abandonar a Lucifer,
aunque eventualmente lo hice. Pero antes de dejar a Lucifer, aprendí
mucho, mucho debí compartir. Y ésa es la esencia del asunto.
No diré que Lucifer es bueno o malo; Lucifer es simplemente Lucifer.
Cuando fui con él, viajamos al gran Cuadrante Norte, un supremo
lugar dentro de la quinta dimensión. Ese Cuadrante es el reino de la
muerte o, más correctamente, el gran almacén de la muerte. Allí fue
donde Lucifer, cuya luz va más allá de la quinta dimensión, me
consagró Reina de la Muerte. Y el reino sobre el que debía regir era
ese enorme almacén de la muerte.
Como Reina de la Muerte, realicé una inspección de mis dominios, y
esto es lo que descubrí. Cada unidad individual del ser galáctico
posee un almacén de la muerte igual. La muerte no es otra cosa que
la verdad asequible de que dispone cualquier unidad individual del
ser para vérselas con su vida. Si una unidad individual ignora la
verdad o niega la muerte, entonces este almacén de la muerte quedará
oculto, y el individuo vivirá en una corriente de ilusiones autogenerativas. Pero si la unidad individual vive en la verdad,
entonces la muerte se revela como el inagotable almacén de la
muerte.
Debido a esto, el reino de la muerte, el gran Cuadrante Norte de la
Liga de Cinco, es un lugar majestuoso y perpetuamente comprometido
como no hay otro. Las unidades individuales del ser son infinitas, y
cada uno de sus almacenes es infinito, y cada una de sus verdades,
el calidos-copio infinitamente facetado de infinitas posibilidades.
Por esa razón, cuando Lucifer me permitió experimentar mi muerte fue
algo más placentero que ninguna otra cosa, pues cada nodo sensorial
es también una infinidad.
Durante mucho tiempo permanecí perdida, intoxicada en este reino,
intoxicada por el poder de Lucifer en conocerlo y aún así mantenerlo
secreto. Pero era evidente que Lucifer estaba inquieto. Este reino
resultaba insuficiente para él, y también para mí, Arc-Tara, la
Reina de la Muerte. Aunque Lucifer no deseaba dejarme ir, en la
potencia de mi ser, mi almacén de la verdad me dio poderes para
conjurar la voluntad de Lucifer. Otorgándome poder para abandonar
este reino, Lucifer me pidió que no compartiese lo que había
aprendido.
Pero tampoco pude prometérselo.
“Que así sea,” declaró Lucifer. “Que
seas a partir de ahora conocida como el enlazador de mundos,
pues has logrado el arte de enlazar los mundos de la vida y la
muerte. Pero no te dejaré. Cuídate, pues mis dominios se
extienden con cada giro de la fuerza-g que independientemente
del tiempo surge en espiral desde el Hunab Ku. En tanto haya
luz, Lucifer habrá de prevalecer.”
Reflexionando mucho aún sobre estas
palabras, yo, Arc-Tara, regresé. Allí, entre los apéndices de las
esporas antareanas, los diseñadores planetarios, reingresé en la
tercera y la cuarta dimensión. Cuando y donde la encontré, mi
familia original de esporas se hallaba lejos de Orión. Se
encontraban practicando sus artes en la zona experimental, llamada
Velatropa.
Parece que mi repentina desaparición había causado confusión entre
nuestras filas. Y fue esto lo que se proyectó a una distante
estrella, Velatropa 24, hogar del amo estelar Kinich Ahau. Por este
motivo también, fui yo - Arc-Tara, intérprete cristalina de las
canciones fuera del tiempo - quien, desde dentro del apéndice de la
espora, Ana-Tara, di gozosamente la bienvenida a los Arcturianos
cuando arribaron a nuestro lugar de descanso en el satélite del CSR,
ahora llamado Estación Intermedia AA, tan próxima y asimismo tan
alejada del sol central Alcione, en el Ancla Resplandeciente.
Así, con la llegada de los domesticadores de planetas arcturianos
heteróclitos, tal vez podríamos aclarar el error resultante de mi
inquieto deseo juvenil de conocer mi propia muerte.
Regresar al Contenido
3. VOZ DEL AMO ESTELAR
KINICH AHAU
YO EL QUE HABLA SOY LA VOZ DE KINICH AHAU. Durante largos,
cavilantes eones he aguardado en la meditación de los constructores
galácticos de estrellas. Qué es lo que aguardaba, apenas lo sabía.
Alejado de Hunab Ku me hallaba, lejos del Ancla Resplandeciente
donde los constructores estelares continuaban su meditación. Larga
es la noche galáctica.
Aún más largo es el amanecer cósmico de
los constructores estelares a medida que despiertan, creando
estrellas con tanta facilidad y gracia como las nubes que aparecen,
se transforman y con la misma rapidez desaparecen en el azul de
vuestros cielos.
Ahora puedo hablar. Nacido de la
meditación de los constructores estelares, supe que era el amo
estelar Kinich Ahau. “Helios” también me llamáis, pero ése es apenas
el nombre de mi forma exterior, mi manto ardiente, que llamáis el
sol. Pero pocos hay que realmente me conocen, el amo estelar Kinich
Ahau. En meditación fui concebido, de la meditación nací, y por
largos eones he morado dentro de mi meditación.
De esta meditación surgí para conocer el significado de mi nombre,
Kinich Ahau: guardián armónico de la luz distante.
Pues, desde la
superioridad del gran CSR de Hunab Ku, no soy sino una luz distante,
una de las muchas estrellas más pequeñas que sostienen un punto
rítmico dentro de las incesantes ondas de excitación de la Madre
Galáctica. Y una vez que me llegó el significado de mi nombre, mucho
tiempo medité sobre ello. De esa manera comencé yo a conocerme a mí
mismo, quién soy y por qué.
Entonces, desde dentro de mí mismo, desde dentro de mi propio
pensamiento, emané a otro, pues necesitaba dialogar. Y ese otro que
hice emanar de mi pensamiento fue llamado Ah K’al Balaam, el supremo
conocedor de la totalidad. Primero meditamos juntos, el Ah K’al
Balaam y yo, a fin de que pudiéramos conocer mutuamente nuestros
pensamientos y necesidades.
Este uno, el Ah K’al Balaam, se
transformó en mi doble etérico, mi agente a quien podría mover en mi
nombre, pues allí donde me hallaba necesitaba permanecer - allí,
donde los constructores estelares primero me meditaron a mí hacia el
ser. Mediante mi pensamiento, el Ah K’al Balaam salió en
peregrinación por los sistemas estelares vecinos. Entre
pensamientos, muchos eones transcurrieron. Pero entonces regresó el
Ah K’al Balaam, quien me informó muchas extrañas cosas. Habían
partido los constructores estelares dejando las estrellas huéspedes
del Ancla Resplandeciente con su sol central, Alcione, en su sitio.
Allí, dentro del sol central, Alcione, estaba uno llamado Layf-Tet-Tzun
- como yo, meditado hacia el ser por los constructores estelares. Y
había allí otros amos estelares meditados hacia el ser: Arc-tu-mo,
An-Tara, Si-Kinich-Rex, y más, más de los que querría nombrar. Pero
todos nosotros nos hallábamos ahora dentro de la meditación mayor de
Layf-Tet-Tzun.
En cuanto a los constructores de
estrellas, partieron hacia un reino llamado la matriz, guardado por
la Liga de Cinco.
También me dijo Ah K’al Balaam respecto de la zona experimental y de
aquél llamado Lucifer. Así fue que conocí mi posición en la zona
denominada Velatropa, la zona experimental, el lugar de la
cuarentena de Lucifer. Y con este informe de Ah K’al Balaam, mi
meditación primigenia finalizó. Ahora debía excitarme, prepararme
para el supremo esfuerzo creativo, la creación de mi sistema
planetario.
Entonces llegó el turno de que Ah K’al Balaam entrase en meditación.
Una vez que Ah K’al Balaam hubo entrado en la meditación llamada la
canción cristalina de la galaxia, comencé yo a cantar. Mientras Ah
K’al Balaam meditaba, yo cantaba. Mi canción continuó, una ardiente
onda de sonido cristalino, acelerándose por múltiples caminos,
resonando a través de muchas
zuvuyas. Tras algunos eones del primer
aliento de mi canción, los distantes ecos de Hunab Ku trajeron mi
canción de vuelta a mí y me dieron un nuevo aliento.
De esta manera, supe que mi canción se sostenía. Entonces canté
nuevamente, esta vez para excitar a los constructores planetarios a
fin de que cantaran mi canción, devolviéndomela. Canté, y canté a
pleno vigor, pero ¿dónde se encontraban los constructores
planetarios que devolverían la canción? Lanzándola con más fuerza de
pensamiento de lo que creía posible, los constructores planetarios
finalmente comenzaron a devolverla. Cantando en ambas direcciones
durante un vacilante eón, los constructores planetarios, los
diseñadores de órbitas, extrajeron de mi ardiente manto el material
para las esferas orbitales, mis hijos estelares, esas minúsculas
esferas llamadas planetas.
¿Quiénes eran esos constructores planetarios?
“La escuadra antareana de diseño,”
me informó el Ah K’al Balaam, interrumpiendo la meditación que
acompañaba ese fervor de canciones y entrecruzamiento de líneas
musicales planetarias. “¿Por qué lo preguntas?”
“Siento una disonancia, que falta un
acorde. Lo que canto no vuelve a mí completo,” respondí.
Se suponía que debía tener doce alas
orbitales, pero cuando las líneas musicales cesaron sus vibrantes
esquemas, pareció que sólo había diez - diez y algunos cometas
erráticos. ¿Eran esos cometas los planetas faltantes? ¿Cómo podría
eso haber sucedido? ¿Había en mí alguna deficiencia? ¿O se debía a
un defecto en el diseño de los constructores antareanos de planetas?
O, quizás, era Lucifer el responsable
por mis órbitas planetarias faltantes.
“Ah K’al Balaam,” llamé a mi doble
etérico meditador, “debes ir y hallar a esos constructores
antareanos de planetas. Debes ir a ver qué ha sucedido, a qué se
debe que su proyecto de diseño no se haya cumplido de acuerdo
con las especificaciones.”
Cuando Ah K’al Balaam regresó de su
misión, esto es lo que supe. Una joven, pero una muy poderosa en su
canto, había desaparecido de las filas de los Antareanos - según se
conjetura-ba, secuestrada o robada por Lucifer. Sin su presencia, su
poder y su conocimiento, las líneas musicales no se ajustaban a los
patrones. Los Antareanos se sentían mal al respecto. En toda su
experiencia, era el primero de sus diseños que había fallado su
propósito.
Comprendí. Recordé. Supe más profundamente aún que antes. Esto es
Velatropa. Esta es la zona experimental.
“Haz que los Antareanos sepan que no
les guardo rencor. Deja que queden en paz. Pero asegúrate de que
sepan que es su responsabilidad localizar un equipo de
domesticadores de planetas capaz,” ordené al Ah K’al Balaam, y
lo envié en otra nueva misión.
Luego entré en otra profunda meditación,
la meditación denominada “el llamado y recuerdo del acorde perdido.”
Durante mucho tiempo he permanecido inmerso en esa meditación.
Regresar al Contenido
4. EL
AH K’AL BALAAM: CONOCEDOR UNO DE LA TOTALIDAD
YO SOY EL AH K’AL BALAAM, el conocedor uno de la totalidad, el doble
etérico de Kinich Ahau. Esta es mi historia. Hasta ahora, muy pocos
han sabido de mi existencia - sólo algunos de esos que llamáis
profetas y, por supuesto, Merlín y Memnosis. Fui yo quien convocó a
Merlín y Memnosis para que me asistieran en mi misión, la
localización de los domesticadores de planetas.
Así es como realicé mi tarea. Primero, vi que los Antareanos habían
regresado al CSR satélite, donde debían reagruparse y permanecer en
exploración híper-extendida. Era importante que la Federación
comprendiese lo que había sucedido con los Antareanos y que aquél
conocido como Arc-Tara o, ahora, Ana-Tara, fuese informado respecto
del episodio con Lucifer.
A continuación, accedí a los archivos estelares con el fin de
localizar un equipo de domesticadores de planetas. Para acceder a
los archivos estelares, es preciso contar con absoluta claridad
mental. Deben siempre observarse ciertas distinciones: tipo
universal, tipo de sistema de mundos, tipo de sistema estelar y tipo
de galaxia.
Un universo es el alcance de la experiencia definida por el sensorio
de un tipo dado cualquiera de forma de vida. Cada especie vive en su
propio sensorio o universo. Un universo es puramente mental y define
sistemas de mundos, sistemas estelares y las galaxias mismas. Los
universos paralelos pueden ser de la misma o diferente especie, y
cualquier especie puede acceder a ellos. El sistema telepático de
universos paralelos es lo que hace posible la intercomunicación de
las especies.
Por “sistema de mundos” se entiende un sistema de pensamiento
sostenido a lo largo del tiempo. Estos sistemas de pensamiento
definen formas y cualidades de vida. Las formas o cualidades de vida
pueden ser progresivas o inhibitorias. Un sistema de mundos
progresivo se dirige hacia una mayor expansión de la voluntad y el
placer. Un sistema de mundos inhibitorio se dirige hacia el
estancamiento de la voluntad y la entropía del placer.
Los sistemas de mundos tienen lugar dentro de los sistemas
estelares. Un sistema estelar es un nodo sensorial galáctico y puede
abarcar muchos sistemas de mundos diferentes. Los sistemas de mundos
a menudo son sinónimos de planetas. Un sistema de mundos maduro se
define como una forma de pensamiento planetario o espora sensorial
estelar. Los amos estelares dentro de los sistemas estelares
realmente definen la forma que puede tomar un sistema de mundos, o
una forma de pensamiento planetaria. Pero los amos estelares no
pueden controlar lo que sucede dentro de la forma definida por su
pensamiento.
Los tipos galácticos se definen por los niveles de disposición
logrados por los sistemas estelares. Los grupos de sistemas
estelares forman las diferentes partes u órganos de un vasto cuerpo
sensorial. Los grados de conciencia dentro de los diferentes cuerpos
sensoriales o constelaciones de sistemas estelares, son el motivo de
la existencia de las federaciones galácticas. Las federaciones
galácticas existen para promover o avanzar en la conciencia de una
galaxia, de la que hay tres tipos básicos: galaxias sin federación,
galaxias con federación y galaxias más allá de la federación.
Todas las galaxias son entidades de un enorme aliento y alcance, más
allá de lo que aún yo puedo comunicar. Una vez que una galaxia ha
evolucionado en federación, ésta funciona como un vasto sistema de
supervisión y procesamiento. Dentro de este sistema de procesamiento
hay algo que podríais llamar archivos o depósitos de información.
Los archivos están contenidos dentro del radión estelar central
[CSR] en todas sus partes constitutivas: galácticas, estelares,
planetarias. Dentro de los archivos, la información se almacena como
engramas. Una función principal de la federación es ecualizar
información.
Esto se hace abriendo circuitos de
zuvuya y desarrollando programas de información para conducir a
todos los sistemas estelares a un mismo nivel de desarrollo
programático.
Dado que los engramas - como yo mismo - son penta-dimensionales,
deben ser reducidos o disminuidos para que así sirvan al desarrollo
evolucionario en dimensiones más bajas. Esta reducción o
transducción de engramas es otra de las funciones del radión estelar
central.
Los CSRs satelitales como el que ha llegado a ser conocido como
Estación Intermedia AA, son estrictamente un desarrollo de la
Federación Galáctica. Usualmente, esos CSRs satelitales, también
llamados naves madre, son impulsados en las zonas galácticas
experimentales mediante desarrollos caprichosos. La Estación
Intermedia AA, por ejemplo, fue construida con el propósito de
supervisar el sector de Velatropa, y para mantener a Lucifer en
cuarentena.
Mediante el despacho telepático de los archivos de la Federación en
el CSR satelital intermedio, di con los archivos estelares
pertenecientes a la Sonda de Arcturo. Noté la desviación
evolucionaria desde un tipo de esporas binario al monádico. Algo más
acerca de esta desviación llamó mi atención. Esa Sonda había tenido
su origen en el undécimo y el duodécimo planetas del sistema estelar
de Arcturo. ¿No eran ellos los mismos planetas, undécimo y
duodécimo, que Kinich Ahau había perdido? ¿Había alguna compulsión
entre los Arcturianos por equilibrar la controversia de los planetas
perdidos de Kinich Ahau, y el hecho de que ellos se hubieran
desencarnado de sus propios undécimo y duodécimo planetas?
Enfocando con mayor detalle en esas desviaciones, despaché las ondas
telepáticas penta-dimensionales de las esporas monádicas de Memnosis
y Merlín.
“Ingeniería cosmobiológica! Esos dos
son ejemplo de ingeniería cosmobiológica,” pensé, “justamente lo
que se necesita para la colonización galáctica. La domesticación
de planetas no puede tener lugar sin introducir formas de
colonización galáctica.”
Absorbiendo esa información, entré en
una meditación llamada “despertar clarividente del impulso hacia la
trascensión universal.” En esa meditación, encontré y rastreé las
actividades de los heteróclitos arcturianos y sus excitadas
contrapartes homóclitas. Estos “fanáticos de la Sonda” poseían las
más tiernas cualidades de amor universal y desaforada osadía:
perfectos para la domesticación de planetas.
Y, con los ejemplos ya establecidos por
Merlín y Memnosis, esas Sondas Arcturianas serían aptas para otras
desviaciones evolucionarias, exactamente lo que se requiere para
equipos de colonización galáctica.
A través de esas meditaciones e investigaciones telepáticas,
mantenía yo siempre obscuramente en la conciencia a aquél llamado
Lucifer. Así percibí que, si bien el cuerpo penta-dimensional de
Lucifer estaba en alguna parte de la cuarentena de Velatropa, había
una emanación suya en una forma hexa-dimensional o de luz pura, muy
lejos, en el Cuadrante Norte. Muy tramposo.
Pero, con toda la información que había reunido, era capaz de
dirigir varios rayos de pensamiento bien colocados a Merlín y
Memnosis. Por medio del poder de esos rayos de pensamiento, supe que
Merlín y Memnosis pondrían en movimiento las actividades que
conducirían a la Sonda de Arcturo hacia su próximo nivel sensorial,
y finalmente también a la estación satelital del CSR, al lugar donde
los Antareanos estarían aguardándolos.
Al comprender estas cosas, debéis considerar mis actividades como
mensajero etérico de la luz de Kinich Ahau, como iguales a las de un
padre en relación a su hijo. Un progenitor prudente sólo sugiere; no
otra cosa es lo que hice con mis rayos de pensamiento hacia Merlín y
Memnosis. Haber hecho más habría significado una transgresión al
código ético básico de la Federación sobre la no intervención y el
no abuso del libre albedrío. Abusar del libre albedrío es apartarse
de la meditación cósmica primigenia mediante la que yo y todas las
cosas en cualesquiera dimensiones, hemos llegado al ser. Esta
meditación, carente de origen y propósito en sí misma, es el
substrato mismo de lo que vosotros llamáis el universo.
Vosotros, actuales terráqueos, cuyos “científicos” hablan únicamente
en términos de un universo violento, tenéis poca conciencia o
recuerdo de las meditaciones primigenias de las que vosotros, y todo
lo que conocéis, habéis surgido. Percibís violencia porque habéis
perdido la paz, y habiendo perdido la paz, preferís la violencia.
Así es vuestra peligrosa situación. Y así esta historia os es
contada, y para bien vuestro me hago conocer - pero solamente por
esta vez - a fin de que podáis dar un vistazo a las cosas y pensar
en ellas, de manera que puedan devolveros a la paz, a la gran
meditación que está ocurriendo siempre.
Recordad: yo quien os dice esto, soy el Ah K’al Balaam, el conocedor
uno de la totalidad. Conocer la totalidad es conocer la paz, y
conocer la paz es ingresar totalmente en el asombroso, eterno
esplendor de la manifestación galáctica. Venid.
Estáis ya en el centro de esta historia.
Regresar al Contenido
5. EL HOLON RESONANTE UNIVERSAL - LAS VEINTE TRIBUS DEL TIEMPO
NOSOTROS SOMOS LOS ANALÓGICOS. Los que condujeron a vuestros holones
de esporas al CSR satelital intermedio. Somos los domesticadores de
planetas, los que se unieron a los Antareanos en la gran festividad
de la domesticación planetaria de las diez alas orbitales de
Velatropa 24, reino del amo estelar Kinich Ahau. Así es como
realizamos nuestra tarea.
Primero, revisamos y absorbimos el programa total de información de
la misión original de diseño de los Antareanos para Velatropa 24,
incluyendo la historia del uno, Arc-Tara/Ana-Tara. Entre la
consternación y el asombro concerniente al real paradero y
naturaleza de Lucifer, la comunicación telepática proveniente del
amo estelar etérico Ah K’al Balaam dio origen a nuestra
autodeterminación.
Tras una breve reunión entre nosotros para tratar el comunicado de
Ah K’al Balaam, retornamos a la meditación en la unidad del CSR del
satélite intermedio. Allí, donde las luces líquidas pulsaban y se
derramaban sobre el espacio nuclear de la estación, nos enfocamos en
las lejanas mentes de los mayores de la corriente matriz, como así
también Merlín y Memnosis. Solicitamos alguna guía para un plan de
acción.
Desde dentro del programa lumínico del núcleo cristalino del CSR,
los mayores de la corriente volvieron a emanar el poder del átomo
del tiempo galáctico primigenio. A medida que las luces y los rayos
del átomo del tiempo se transformaban en sonido coloreado, nuestra
telepatía colectiva AA infundió los rayos sónicos con rayos de
información. Estos rayos de información contenían el programa
completo de Velatropa 24 tal como lo comprendimos.
Intensificando nuestra concentración, los rayos sónicos se
manifestaron con velos de luz y velos de materia, entremezclándose y
girando dentro del núcleo cristalino del CSR. Mientras los velos se
condensaban, recibíamos mágicamente la estructura esférica del Holón
Resonante Universal. Era nuestra responsabilidad transmitir la
información de diseño [o propósito] planetario de Velatropa 24 a
través del código conductor de holones, la estructura del Holón
Resonante Universal.
Aquí debemos intentar transferiros la naturaleza del Holón Resonante
Universal y su estructura, el código conductor de holones. El Holón
Resonante Universal es la base formativa de las mentes del CSR y la
fuente de todo lo que llamáis vida. La creación de la vida, de todo
cuanto existe, es como los constructores y los amos estelares dicen:
todo proviene de la meditación, de la mente, la proyección mental.
La fuente de toda proyección galáctica está dentro de la matriz en
la que residen los mayores de la corriente. Allí, en el epicentro
fenoménico de toda existencia galáctica, se halla el átomo galáctico
del tiempo.
Este átomo galáctico del tiempo es meditación autoexistente,
autosustentable. Nadie puede decir de dónde vino y cómo comenzó,
pues no hay reales comienzos o finales. Este átomo galáctico del
tiempo es la fuente de la matriz y la forma misma de Hunab Ku, si es
que puede decirse que Hunab Ku tiene una forma. Lo que consideráis
agujeros negros son los puntos de entrada y salida de este átomo del
tiempo que carece de medida o dimensión, pero posee orificios de
salida dispersos por todo el cuerpo de la Madre Galáctica.
Desde las intersecciones del átomo galáctico del tiempo emanan
innumerables portadores de la matriz, como la Matriz de Cristal, la
de Diamante, la del Cielo Infinito, la del Constructor Estelar, la
de la Irradiación Pura, la de la Iluminación Libre, la de la Gloria
de Todo lo que Florece, y así sucesivamente. Estos portadores de la
matriz son el terreno de todo, y todo lo que existe está enraizado
en sus meditaciones.
Todo eso lo obtuvimos de los mayores de
la corriente.
Cada uno de esos portadores de la matriz tiene el poder de generar
un programa de base cristalina que confiere un orden primario a todo
lo que se manifiesta. De las permutaciones de esas formas de matriz
con base cristalina provienen los cuatro clanes, la Liga de Cinco y,
de ahí, todo lo que es conocido y lo que es desconocido: el cosmos
interdimensional, el galáctico, el metaga-láctico, el cosmos mismo.
El primer nivel de comprensibilidad más allá de la matriz y los
infinitos reinos de los porta-dores de la matriz es conocido como
Holón Resonante Universal. Una vez que el Holón Resonante Universal
se ha construido, su forma esférica permanece constante. Debido a la
constancia de su forma, el Holón Resonante Universal es capaz de
estructurar el todo galáctico, un todo estelar, un todo planetaria,
o el todo de una especie. Interdimensional, y más allá de escala y
medida, el Holón Resonante Universal constituye la base formativa
mental del CSR.
El polo norte del Holón Resonante Universal es galáctico, y su polo
sur es estelar o, como vosotros lo entendéis, solar. Lo que llamáis
vida es generado desde cualquiera de las infinitas matrices que
entran por el polo galáctico, atraviesan el cristal nuclear del
Holón Resonante Universal, y emergen por el polo sur.
Una vez que se ha creado una forma de vida galáctica mediante el
Holón Resonante Universal, su estructura básica participa de la
misma estructura formativa mental del Holón Resonante Universal. Esa
es la razón porque cada forma de ser galáctico posee un polo
galáctico o lunar, y un polo estelar o solar. Es también la razón
porque cada forma de vida galáctica opera a través de una inhalación
galáctica y una exhalación estelar. Es la razón porque decimos que
la vida galáctica es uniforme, sin que importe cuán diferente se
haga.
Dentro del núcleo cristalino del Holón Resonante Universal se
encuentra el código conductor de holones: las proporciones
geométricas para determinar las cualidades formales de cualquier
programa vital deseado. Mediante el código conductor de holones, por
ejemplo, el sistema planetario de una estrella dada puede ser
acomodado y dispuesto para crear el tipo más beneficioso de espora
estelar. Esa era precisamente nuestra preocupación como
domesticadores planetarios: ¿cuál era el tipo óptimo de espora según
el sistema planetario, las alas orbitales, de Velatropa 24?
Debido a las contingencias luciferinas de Arc-Tara, el sistema
planetario de Velatropa 24 era de base cinco, en lugar de base seis.
De esta manera, diseñamos un programa emparejando los diez planetas
existentes según la inhalación galáctica y la exhalación solar de
Kinich Ahau.
De acuerdo con los principios de la colonización galáctica,
contábamos con las bases para acomodar los cuatro clanes galácticos:
Fuego, Sangre, Verdad y Cielo.
Si esos clanes estuvieran divididos en cinco tribus cada uno,
entonces, según los diez planetas, diez de las tribus (dos de los
clanes) corresponderían a la inhalación galáctica de Kinich Ahau,
mientras que las otras diez tribus o dos clanes corresponderían a la
exhalación solar. De este modo, cada planeta tendría asignadas dos
de las veinte tribus del tiempo. El propósito de estas tribus, por
supuesto, sería domesticar los planetas de Kinich Ahau.
De toda la concentración que hasta ese momento nos había demandado
nuestra Sonda, operar con el Holón Resonante Universal había sido lo
más agotador. Poco sabíamos, cuando partimos desde nuestros
bienamados ápices de cristal de Ur-Arc-Tania tantos eones atrás, que
nos involucraríamos en tan ardua meditación. Y aún así, habíamos
dejado el asunto de las formas de vida reales para el sistema
estelar Velatropa 24.
Antes de que Arcturianos y Antareanos pudiéramos reunir nuestros
talentos, Merlín se presentó en medio de nosotros.
“Observad lo que habéis logrado,
estad orgullosos de ello!”
Temblando, abrumados porque la espora
del gran mago había venido a nosotros telepáticamente, comprendimos
nuestro logro: la meditación es acción creativa. Allí, en total
esplendor translúcido, tan fijo y permanente como podría estarlo, en
el centro mismo de la unidad del núcleo cristalino del CSR, se
encontraba el Holón Resonante Universal.
Dentro de su simétrica
nervadura estaba la grilla concéntrica de Velatropa 24, la estrella
central, y sus diez alas orbitales.
“El Holón Resonante Universal
permanecerá en el centro del CSR del satélite intermedio en
tanto vuestra tarea esté inconclusa. En tanto Kinich Ahau
aguarde el retorno del acorde perdido, este Holón Resonante
Universal será vuestra herramienta primaria y guía. Estudiadla y
usadla bien!”
Antes de partir, la espora del mago nos
exhortó a reunirnos y celebrar.
Pero nuestro humor era más reflexivo que erótico. Durante largo
tiempo vivimos en mutua presencia, Arcturianos y Antareanos. Durante
largo tiempo, reflexionamos sobre la seriedad de nuestro destino y
de la Sonda. Fue nuestra asignación, creada por nosotros mismos, la
de guiar a un sistema estelar a través de su evolución y, mediante
esta tarea, exponer a la luz el plan de Lucifer. La tarea parecía
interminable. ¿Qué extrañas contingencias nos aguardaban? ¿Como se
manifestarían nuestras diferencias, las de Arcturianos y Antareanos?
¿Qué virajes y vueltas se producirían en nuestro destino y de qué
manera?
Fue Arc-Tara/Ana-Tara quien, pensativa
aunque festivamente, quebró el encantamiento de nuestro humor.
“¿Habéis vosotros, Analógicos de
Arcturo, olvidado vuestro código de amor y celebración?”
Tras un repentino estallido de emoción,
gran regocijo e intercambios amorosos se volvieron el orden del día.
Pero antes de que hubiéramos ido más allá de la primera ola de
vértigo erótico, desde las arremolinadas brumas de luz en que estaba
sumido el Holón Resonante Universal en el centro del núcleo
cristalino del CSR de la Estación Intermedia, surgió un anuncio.
Era Memnosis, el inmortal, pronunciando
una proclama que nos dejó perplejos y brincando:
“Radiados bisexuados de cinco
puntas!”
Regresar al Contenido
6. RADIADOS BISEXUADOS DE CINCO PUNTAS: ENGENDRAMIENTO DE LAS TRIBUS
LA VISITA DE MEMNOSIS FUE CRÍPTICAMENTE BREVE. Reuniéndonos
nuevamente en consejo plenario - el Consejo Intermedio AA, como nos
denominábamos - supimos que debíamos aplicarnos a un nuevo aspecto
de nuestro trabajo: la colonización galáctica.
Es una tremenda asignación que involucra nada menos que el llamado a
la vida y la inauguración de nuevos programas planetarios. Vimos que
la tarea tenía dos aspectos. Primero, debíamos comprender la
naturaleza resonante del sistema planetario de Velatropa 24, y
segundo, idear un esquema genérico y flexible de vida al que todos
los planetas pudieran acomodarse a través de sus diferentes
atmósferas y estructuras químicas.
En cuanto al sistema planetario de Velatropa 24, he aquí lo que
descubrimos mediante el uso concentrado del Holón Resonante
Universal. Claramente, había dos grupos de alas orbitales: los cinco
cuerpos planetarios interiores constituían un grupo de alas
orbitales, y los cinco planetas exteriores constituían otro. Con la
excepción del décimo planeta de errática órbita, los cinco planetas
exteriores eran mucho mayores que los cinco interiores.
Los dos planetas mayores eran los que mantenían la sexta y séptima
órbitas. Algo acerca de estos dos planetas, Velatropa 24.6 y
Velatropa 24.7, nos hizo preguntarnos si su excesivo volumen no se
debía de alguna manera a la absorción del material para lo que
deberían haber sido el undécimo y duodécimo planetas. Y, es cierto,
en lugar de un undécimo y un duodécimo planetas, había dos cometas
orbitando elípticamente.
¿Pertenecían esos fragmentos a esos
planetas pensados originalmente?
¿Qué había tenido que ver Lucifer con esta disposición? ¿Cómo estaba
siendo manipulada? ¿Y por qué?
A continuación, y a través del Holón Resonante Universal, efectuamos
la transducción de la geometría del sistema planetario de Velatropa
24 de vuelta a nuestras esporas sensoriales. Estábamos sacudidos,
tanto por el orden como por la errática asimetría creada por esta
tan exquisita “música” que resonaba a través de nuestros cuerpos
eléctricos.
Esa música planetaria era la más
obsesionante que conociéramos - y la más inquietante, por la falta
de cierto acorde, el del undécimo y el duodécimo planetas. Debido a
nuestro origen en el undécimo y duodécimo planetas de Arcturo,
pensábamos que podríamos reformular ese acorde perdido e integrarlo
como quinto perfecto entre los diez planetas restantes.
Esencialmente, ésa era la tarea que nos aguardaba como
domesticadores de planetas.
Dado que fue Xymox, uno de los mayores antareanos, quien dio con la
solución del quinto perfecto, dimos su nombre al acorde perdido. En
el debido momento, mediante proyecciones de púlsares de larga
duración que pusimos en movimiento entre las órbitas planetarias,
Xymox, este quinto perfecto, debía sonar. Pero no antes de que la
colonización galáctica hubiera sido dirigida. De hecho, hasta tanto
no se cumpliera la colonización galáctica, todo lo que se dijera
acerca de hacer sonar ese quinto perfecto era pura fantasía.
La cuestión de la colonización galáctica nos condujo de vuelta a la
proclama de Memnosis:
“Radiados bisexuados de cinco
puntas!”
Era la clave para el tipo de memoria
cósmica a ser desarrollada en Velatropa 24. Pero ¿qué significaba,
“Radiados bisexuados de cinco
puntas”?
Nosotros Arcturianos, tanto heteróclitos
como homóclitos, somos del tipo conocido como espora. Esto es
también así respecto de los Antareanos, quienes pertenecen a un tipo
de espora aún más primigenia. Comparados con lo que entienden como
“espora”, somos complejos - lo que ustedes podrían llamar hongos
altamente evolucionados. Aún así, retenemos las características
básicas de la espora: la autoreproducción.
Debido a esa capacidad, nuestras
relaciones eróticas son puras y, a diferencia de las que les son
conocidas, nada tienen que ver con la reproducción. Cada uno de
nuestros órganos de los sentidos es también una espora, de manera
que, en realidad, somos una amalgama de esporas. Cuando una de
nuestras esporas sensoriales alcanza un punto de excitación, produce
resonantes “imágenes accidentales” de sí misma. Nuestra comprensión
de los sistemas estelares también resulta afectada por nuestra
naturaleza de esporas.
Si los sistemas estelares son, por su
naturaleza, semejantes a esporas, entonces el logro de su máximo de
excitación también producirá esas “imágenes” resonantes. A esas
“imágenes accidentales” de esporas sensoriales estelares ustedes se
refieren como quasars.
Como sea, un radiado bisexuado de cinco puntas era una línea
evolutiva enteramente nueva. Pero contábamos con algunos indicios,
gracias a lo que sabíamos acerca de la rama monádica de Memnosis y
Merlín, y de los escudos masculino y femenino cuyos
engramas
ya
habíamos alojado en el sistema de Velatropa 24.
Los escudos masculino y femenino nos ofrecían una base para entender
la bisexualidad, que también vimos en nuestras propias afinidades
hacia diferentes tipos, fueran ellos Arcturianos homóclitos o
Antareanos de esporas de cinco sentidos. Sin embargo, estos tipos
masculino y femenino no se suponían sólo como diferentes, sino como
de naturaleza totalmente opuesta o complementaria.
Luego estaba el asunto de “radiados de cinco puntas.” Relacionábamos
“pentáculo” con el quinto acorde y, asimismo, con una estructura
orgánica de cinco partes o cinco extremidades. Por “radiado”
entendíamos que nos referíamos a una forma de vida portadora o
sintetizadora de luz. De manera que cuando analizamos la críptica
frase de Memnosis, tuvimos la noción de una forma de vida masculina
y femenina, sintetizadora de la luz, con cinco extremidades -
definitiva-mente no una espora, pero aún así, esporas como nosotros,
radiozoicamente capaces de apreciar y tocar el quinto acorde.
Tomando esta información, proyectamos nuestras formas de pensamiento
hacia el Holón Resonante Universal para ver si nos hermanábamos
adecuadamente con el código conductor de holones. La resonancia se
alineó. Nos sentimos conmovidos. Ese radiado bisexuado de cinco
puntas era entonces la matriz para un patrón genético enteramente
nuevo capaz de engendrar un excitante nuevo ciclo evolucionario de
vida. Aún así, nos sentíamos abrumados. Esta clase de ingeniería
cosmobiológica presupone gran conocimiento y poder, y un sentido aún
mayor de responsabilidad.
Fijando el patrón de vida del radiado bisexuado de cinco puntas
dentro del Holón Resonante Universal, teníamos entonces que evocar
el átomo galáctico del tiempo y la emisión de la matriz de los
cuatro clanes, base de la colonización galáctica. El híper-radión de
la matriz de los cuatro clanes debía atravesar nuestro Holón
Resonante Universal del CSR, donde recibiría la nueva impronta del
código conductor de holones.
Esa impronta del código conductor de holones era así el patrón
genético básico del radiado bisexuado de cinco puntas. Una vez que
hubieran atravesado el Holón Resonante Universal y recibido la
impronta de código, los cuerpos eléctricos cuatri-dimensionales de
los clanes se diferenciarían en veinte tribus del tiempo. Cada tribu
gravitaría entonces hacia su campo orbital de influencia - dos
tribus por cada planeta. De esa manera, vimos cómo los clanes del
Fuego y el Cielo se distribuían entre los cinco planetas exteriores,
mientras que los clanes de la Sangre y la Verdad hacían lo propio
entre los cinco planetas interiores.
Recordando que la función de las tribus es intervenir en la
respiración de Kinich Ahau, establecimos todo el sistema planetario
en una división de cinco celdas: dos células terminales de
inhalación-exhalación, correspondientes a los dos planetas más
exteriores; dos células de transferencia, correspondientes al
tercero, cuarto, séptimo y octavo planetas, y una célula intermedia.
Esta célula intermedia era el lugar donde podrían encontrarse los
cuatro clanes. Habitaba en el funesto lugar entre el pequeño quinto
planeta y el gigante del sistema, el sexto planeta. Esta célula
intermedia también proveería de un claro punto de foco magnético al
Holón Resonante Universal dentro de nuestra propia estación
intermedia.
Una vez que este código conductor de holones se hubo completado,
nuevamente caímos exhaustos por la concentración requerida por esa
tarea. Mientras contemplábamos el Holón Resonante Universal dentro
del núcleo cristalino del CSR intermedio, pudimos ver que todo
estaba listo para funcionar - todo, es decir, excepto la fuerza
vital misma. ¿Cómo cobraría vida ese patrón genético? ¿Qué lo
pondría en movimiento, propulsando su destino de flujo de vida
estelar, llevando (o así esperábamos todos) a la creación de otra
espora sensorial estelar-galáctica - y el sonar del acorde de la
quinta fuerza galáctica?
Tan concentrados estábamos todos en la Estación Intermedia AA, que
olvidamos que éramos miembros de la Federación Galáctica. No
estábamos solos!
Mientras nos reuníamos en nuestra
reflexión postcreativa del Holón Resonante Universal y sus
contenidos amplificados, enviamos una señal pidiendo ayuda a fin de
que nuestros esfuerzos en pro de la domesticación planetaria
pudieran fructificar.
Regresar al Contenido
7. LLEGADA
DE LOS MAYA, NAVEGANTES DEL TIEMPO
SOMOS LOS MAYA. Somos los navegantes del tiempo, los que colocamos
el Ancla Resplandeciente en su sitio. Somos los que, en nuestra
meditación, precedimos a todos los demás desde la matriz hasta las
avanzadas de los cuatro cuadrantes de la galaxia. Fuimos capaces de
hacerlo porque somos primeros en dominar el tiempo y, dominando el
tiempo, trascendimos el espacio. Penetramos desde la quinta
dimensión hasta la séptima. Más allá de la luz pura fuimos, hacia el
reino donde se halla solamente el sonido uno, el sonido de la
meditación cósmica.
Nuestra recompensa fue el conocimiento de Hunab Ku y el poder de la
navegación galáctica. Memnosis y Merlín, los heteróclitos
arcturianos, nos procuraron como mentores, y con ellos compartimos
muchos conocimientos. Somos los constructores del Holón Resonante
Universal original, pues ése es nuestro giroscopio para la
navegación de las ondas del tiempo de la galaxia y los universos
paralelos.
Quienquiera busque compartir el tiempo o conocer el destino, deberá
eventualmente encontrarse con nosotros, porque somos los portadores
de las tablas de la ley resonante, los códigos formadores de
púlsares por medio de los cuales los sistemas de mundos surgen y
caen. Nadie que desee hacer una verdadera historia de las cosas
puede hacerlo sin nuestro consejo.
Por todo ello somos simples. El poder no ha sido nunca nuestro
propósito. Los mejores entre nosotros son desconocidos aún para
nosotros.
¿Quiénes somos, y de dónde provenimos?
Nuestro nombre es Maya. Somos los amos de la ilusión. Somos las
madres arquitectas de todos los sistemas del conocimiento y la
trascendencia del tiempo. Quienes no nos conocen o quienes, sabiendo
de nosotros, niegan nuestro poder, se relegan a la obscuridad.
Somos Maya.
Surgimos de la ilusión misma de nosotros. Porque somos
los amos primigenios del tiempo y la ilusión, somos los intrépidos
que aceptan encarnación tras encarnación con el fin de establecer y
domesticar todos los planetas. Pues domesticar es armonizar, y por
eso somos también los amos de la armonía.
Desde un origen sin principio surgimos entre los constructores de la
Liga de Cinco. Conociendo el secreto de llegar a ser y dejar de ser,
nos ofrecimos en sacrificio a la ilusión de la inmortalidad. Merced
a nuestro dominio de esta ilusión, domesticamos y establecimos los
universos insectiles. Fuimos quienes dieron a todos los mundos de
insectos costumbres sociales, y los ligamos mutuamente en unidad
telepática como lección para quienes se consideran superiores.
Es la ilusión de superioridad, condensada en una creencia en la
inmortalidad, lo que provoca el miedo a la muerte. Y es el miedo a
la muerte y la promesa de inmortalidad lo que Lucifer expone como
salvación. Pero conocemos bien a Lucifer. Toleramos a Lucifer tanto
como lo ignoramos, porque nos erguimos más alto y más grandes que
Lucifer, mientras permanecemos simples, pretendiendo nada a cambio
de nuestros esfuerzos. Desde nuestra superioridad, sabemos que no
existe lo correcto o lo incorrecto. Al mismo tiempo sabemos que,
para saber que no existe lo correcto o lo incorrecto, deben
observarse y seguirse reglas definidas.
Dentro del Ancla Resplandeciente tenemos una base estelar. También
es llamada Maya. Desde esa base hemos mantenido un ojo alerta sobre
Velatropa, cooperando con la Federación Galáctica cada vez que así
lo solicitaron. Somos nosotros, los Maya, quienes por nuestro poder
mantenemos el Ancla Resplandeciente en su sitio, y quienes
proporcionamos a todos los sistemas estelares de la Federación los
códigos del tiempo y las artes todas del cabalgar el púlsar, el
cambio de formas y el desplazamiento mágico.
No una, ni dos, sino seis veces antes hemos sido llamados para
encarnarnos como colonizadores galácticos. En veinte ocasiones, a
tantos otros sistemas estelares proporcionamos nuestra presencia
para probar el asunto de la ilusión del tiempo y el hueco llamado de
la inmortalidad. Aunque no mantenemos registros, dejamos atrás los
códigos de la definición resonante que llamáis tiempo. Hay quienes
registran nuestras huellas, y hacen de esos registros enseñanzas y
ciencias con grados variables de exactitud. Esto no lo aprobamos ni
lo desaprobamos.
Así fue que desde nuestra base estelar en el Ancla Resplandeciente
observamos la Sonda de Arcturo y su compromiso con la misión
antarena en el satélite intermedio. Nosotros, que tan bien navegamos
gracias a nuestro dominio de la ilusión del tiempo, asumimos una
actitud simpática respecto de esos constructores y domadores de
planetas, en su esfuerzo por la Federación para rastrear a Lucifer
en la trampa estelar gobernada por Kinich Ahau.
Nuestros servicios ya habían sido comprometidos por Kinich Ahau que,
en la meditación “el llamado y recuerdo del acorde perdido”, había
notado nuestra presencia y nuestros poderes. Debido a ello, nos
armonizamos con la banda de la Federación en la Estación Intermedia
AA. Sabíamos en qué andaban, y qué necesitaban.
Una vez que el patrón genético para producir los cuatro clanes hubo
ocupado su sitio dentro de su Holón Resonante Universal, estábamos
listos. Nuestra capacidad para el sacrificio ya había sido ensayada
y probada seis veces en otros tantos sistemas estelares. Ahora
convocaba el mágico séptimo: la activación de la vida y la
encarnación entre las veinte tribus del tiempo, para colonizar el
sistema estelar de Velatropa 24, dominios de Kinich Ahau y el Ah
K’al Balaam.
Tan pronto como la señal de ayuda fue
emitida, nuestros avanzados artistas de la transducción se hallaban
en sus rayos resonantes, haciendo vibrar su marcha hacia sus
posiciones según el clan y el planeta. Estos artistas transductores
activarían los patrones genéticos en diferentes estaciones
planetarias lunares. Para ello, los artistas transductores tocan
diferentes tonos resonantes. Cada uno de estos tonos porta un código
de engrama de acuerdo con el de los 144.000.
Somos conscientes de que el cumplimiento del código de engramas
depende de dos variables: memoria y libre albedrío. Lo que llamamos
memoria es la capacidad de encapsular la ley cósmica como
comportamiento usual. Libre albedrío es la acción que proviene
puramente de la autoabsorción de la unidad individual. Cuanto más
haya disminuido el poder de la memoria, más débil se tornará la
capacidad para el libre albedrío.
Somos Maya. Conocemos los ciclos de la ilusión. Sabemos que cuatro
es el número de ciclos de la ilusión, el éxtasis de la totalidad,
mientras cinco es la trascendencia de la ilusión de ese éxtasis.
Alcanzar el quinto perfecto es el logro de la libertad. El gran
drama de la civilización galáctica reside en la simple articulación
entre el éxtasis del cuarto y la liberación del quinto. Este es el
significado de la quinta fuerza, los rayos de la fuerza-g que
nosotros los Maya navegamos en nuestra gran aventura del tiempo
galáctico.
Somos Maya. Quien nos conoce, conoce el tiempo y la trascendencia
del tiempo. Aún tras haber activado el patrón genético, estamos
disponibles. Quienes nos conocen pueden siempre llamarnos y contar
con nosotros. Somos los navegantes galácticos del tiempo, los
colonizadores de los mundos perdidos, los amos de la ilusión.
Somos
Maya. Escuchad.
Tenemos más para deciros.
Regresar al Contenido
8. NACIMIENTO DE LAS VEINTE TRIBUS: HISTORIA TEMPRANA DE KINICH AHAU
DE ACUERDO CON LOS DIEZ PLANETAS DE KINICH AHAU, Velatropa 24, he
aquí los nombres de los diez grupos de tribus cuya vida activamos
por el poder del RANG, el poder de la fuerza de la vida resonante:
Tribus de Tribus de Inhalación Galáctica
Planeta Exhalación Solar
Clan de Fuego Clan del Cielo
Tribu Sol Amarillo V.24.10 Plutón Tribu Tormenta Azul
Tribu Dragón Rojo V.24.9 Neptuno Tribu Espejo Blanco
Tribu Viento Blanco V.24.8 Urano Tribu Tierra Roja
Tribu Noche Azul V.24.7 Saturno Tribu Guerrero Amarillo
Tribu Semilla Amarilla V.24.6 Júpiter Tribu Aguila Azul
Clan de Sangre Clan de la Verdad
Tribu Serpiente Roja V.24.5 Maldek Tribu Mago Blanco
Tribu Enlazador de Mundos Blanco V.24.4 Marte Tribu
Caminante del Cielo Rojo
Tribu Mano Azul V.24.3 Terra-Gaia Tribu Humano Amarillo
Tribu Estrella Amarilla V.24.2 Venus Tribu Mono Azul
Tribu Luna Roja V.24.1 Mercurio Tribu Perro Blanco
Estrella: Velatropa 24 Kinich Ahau
Originalmente, cada una de esas tribus
cuatri-dimensionales creó su propio encantamiento del sueño.
A partir de ese encantamiento, cada
tribu tejió su propia historia, su propio juego de historias.
Algunas de ellas son aún obscuramente recordadas por ustedes humanos
del último ciclo de V.24.3, Terra-Gaia. Cada una de esas tribus
adoptó formas tri-dimensionales de acuerdo con las condiciones
electromagnéticas, gravitacionales, químicas y atmosféricas del
planeta. En muchos de esos planetas, las formas tri-dimensionales
vivieron profundamente bajo la superficie, tomando forma de
lagartos, reptiles, o aún peces.
El propósito de cada una de esas tribus era, en primer lugar,
equilibrarse mutuamente y al planeta con el fin de estabilizar la
órbita planetaria. En muchos casos, esto significó equilibrar los
campos energéticos y gravitacionales de las diferentes lunas que
orbitaban el planeta.
Una vez que las dos tribus planetarias
despertaran y se acomodaran mutuamente, resolvieron qué
posibilidades tri-dimensionales deseaban experimentar, y
establecieran una cultura básica, entonces volvieron su radar
telepático hacia el exterior y sus lunas. Allí, en las lunas, el
almacén del RANG, la fuerza cósmica de la vida, debía ser
equilibrado para establecer un adecuado intercambio con las tribus
de los otros planetas.
Una vez que se hubo establecido contacto con los otros planetas, la
intención fue continuar armonizando conscientemente los senderos
orbitales. El propósito final de este proceso era crear una gran
armonización consciente con Kinich Ahau, tal como los Arcturianos
habían hecho con su estrella, Ur-Arctur.
Pero el florecimiento de Kinich Ahau como espora sensorial estelar
resonante tenía un motivo oculto. En el proceso para arribar a esa
condición, la Federación Galáctica y su Sonda de Arcturo - ya
operando a través de la Estación Intermedia AA - aspiraban a
expulsar y transmutar el poder de Lucifer que se creía estaba
actuando en el sistema Velatropa 24 de Kinich Ahau. Debido a ello,
la meta de domesticar Kinich Ahau era un evento más glorioso aún:
iba a ser el toque del gran acorde de la quinta fuerza.
Es necesario un propósito o plan para lograr algo. Pero la
existencia de un propósito nunca garantiza su cumplimiento, mucho
menos su cumplimiento de acuerdo con la concepción original. Una vez
que los Maya hubieron activado los patrones genéticos de las tribus
según la fuerza que conocemos como RANG, encarnando también algunos
de nuestros avanzados miembros del equipo, retrocedimos a nuestro
puesto de observación en la base estelar Maya en el Ancla
Resplandeciente, cerca de Alcione, el sol central. También enviamos
a varios de nuestros exploradores a la Estación Intermedia AA para
trabajar con la Sonda de Arcturo.
No fue mucho después de la gran ceremonia del RANG y nuestra partida
que se produjeron los primeros virajes en el plan. Observamos una
gran tormenta en V.24.6, Júpiter. Inmediatamente después, se produjo
una subversión en nuestro equipo original de vigilancia. Ocurrió lo
que ustedes llamarían una acción militar, seguida por la calma.
Entonces, hubo eventos similares en V.24.7, Saturno. En cierto
punto, se produjo un gran estallido, arrojando una lluvia de
escombros hacia la órbita gravitacional alrededor del planeta. Luego
sobrevino un nuevo período de calma - pero una calma intranquila.
No había dudas de que la fuerza de Lucifer había sido expulsada
inmediatamente. Conjetu-rábamos que Lucifer había estado valiéndose
de los dos cuerpos planetarios más grandes como campamento base en
el sistema V.24. Ahora bien, durante largo tiempo nosotros también
habíamos estado siguiendo - aunque casualmente - los acontecimientos
vinculados con Lucifer, y a esa conclusión llegamos tras los sucesos
en V.24.6 y V.24.7.
Lucifer se inclinaba por un propósito: transformarse en un
constructor estelar rival. Todos los esfuerzos y conocimientos de
Lucifer apuntaban a “robar” los dos planetas mayores de V.24,
situados uno próximo al otro, y valiéndose de ese material
planetario crear una nueva estrella, un gemelo binario de Kinich
Ahau. En nuestra opinión, esto no era bueno ni malo; pero debido a
la medida del tiempo, un esfuerzo meramente prematuro y, por lo
tanto, absurdo y sin arte. En una palabra, no produciría buena
música.
No obstante, la bola se echó a rodar. Las tribus afectadas requerían
ayuda, así que fueron enviados los Antareanos mayores, ya entrenados
en las artes arcturianas de la Sonda. Así es como los Antareanos se
transformaron en guardianes de las tribus de la Semilla y el Aguila
de Júpiter, y de la Noche y el Guerrero de Saturno.
Eruditos en construcción de planetas pero carentes de experiencia en
domesticación planetaria, a los esfuerzos antareanos les faltó
cierta sutileza. En lugar de establecer un campo de resonancia
telepática y sugestión, sus esfuerzos fueron interpretados
paranoicamente como otra forma de intervención luciferina. Aquéllos
ya subvertidos por Lucifer en esos dos planetas aprovecharon la
oportunidad para consolidar su poder. Y así fue que los dos planetas
V.24.6 y V.24.7, ya abotagados por la absorción del material
sobrante de los planetas faltantes undécimo y duodécimo, como
asimismo de engramas de otros mundos perdidos, resultaron aún más
hinchados por la arrogancia victoriosa del dominio mental de los
Luciferinos.
Merced a la ventajosa posición de esos dos planetas, se cumplió la
primera etapa de los intentos de Lucifer por crear una estrella que
robase el trueno de Kinich Ahau. Se había creado así un bloqueo en
el flujo de inhalación-exhalación de Kinich Ahau. Las órbitas de los
tres planetas exteriores se separaron de las órbitas de los cinco
interiores. Con el campo de resonancia de sus alas orbitales
desbaratado, Kinich Ahau resultó incapacitado para recibir adecuada
ventilación y efectuar un adecuado vuelo galáctico.
Además, con la subversión que sufrieron las actividades de los
Antareanos, se produjo una brecha entre éstos y los Arcturianos.
Entre algunos de los Arcturianos, creció el convencimiento de que la
intención antareana era aliarse con Lucifer para la toma de posesión
de los dos más grandes cuerpos planetarios de Kinich Ahau. En el
seno de la Estación Intermedia AA, se desarrolló una lucha sin
precedentes por el poder entre contingentes arcturianos y antareanos.
Esa brecha sólo sirvió para fijar el temor ante una posible alianza
de los Antareanos con Lucifer. Con excepción de unos pocos de sus
apéndices que permanecieron en la Estación Intermedia, los
Antareanos se mudaron directamente al sexto y el séptimo planetas,
los que ustedes llaman Júpiter y Saturno.
Con las fuerzas de la Sonda de la Federación divididas y
desperdigadas, los victoriosos Luciferinos controlaban la situación.
En tanto el octavo y noveno cuerpos planetarios, los que conocen
como Urano y Neptuno, tenían considerable tamaño y poder, por
comparación los cuerpos planetarios quinto y cuarto eran pequeños.
La estrategia adoptada era, ante todo, tomar total pose-sión de los
planetas menores, equilibrando así el poder orbital del sexto y
séptimo planetas. Con las órbitas de V.24.4, V.24.5, V.24.6 y V.24.7
bajo su control, Lucifer podría volver ineficaz a Kinich Ahau como
estrella, y estar en posición de transformarse por fin en un
constructor de estrellas y constructor de estrellas por propio
derecho.
Para consolidar esa posesión, el siguiente viraje en la divisionista
malicia de Lucifer fue aliarse con el poder masculino y así abrumar
al poder femenino. En este combativo divisionismo, la fragmentación
final de las fuerzas en todo el sistema de Kinich Ahau habría de
completarse, y Lucifer se transformaría en el indiscutido amo
estelar de V.24.
Cuán rápido había degenerado la situación de Velatropa 24! Aún así,
manteniendo siempre la conducta más elevada, nosotros los Maya
comprendimos bien el poder del desafío. Debido a ello, nos
mantuvimos plenamente convencidos de la habilidad evolucionaria de
los Arcturianos para sobreponerse hasta a la más devastadora de las
situaciones, pues ése era el caso. Pero, para ello, los Arcturianos
debían comprender de modo realista que esto en lo que estaban
enredados era una guerra del tiempo agitada y convulsiva.
Sí, Lucifer había arrojado por fin a la
Federación en las guerras del tiempo.
Regresar al Contenido
9. PUNTO FINAL PARA LAS GUERRAS DEL TIEMPO LA HISTORIA ORIGINAL DE
MALDEK
CON EL PREVACIAMIENTO DE LA CAPACIDAD DE KINICH AHAU para la total
“esporidad” estelar, el poder luciferino había iniciado un proceso
dirigido a la creación de un sistema estelar binario prematuro.
Mediante su apremio rápido y temprano, Lucifer había torcido el
brazo de la Federación. Y así surgió lo que por toda la galaxia
llegó a conocerse como las guerras del tiempo.
Guerras del tiempo porque la movida luciferina estaba fuera del
tiempo previsto: condensar, acelerar y urdir el tiempo previsto para
que Velatropa 24 se transformase en una estrella binaria. Guerras
del tiempo, porque las fuerzas luciferinas en los planetas ya
conocidos como Júpiter y Saturno estaban consumiendo tiempo estelar
con el propósito de transformar esos planetas, antes de tiempo, en
una nueva estrella, un rival binario para Kinich Ahau.
Guerras del tiempo, porque la fuerza
vital resonante llamada RANG había sido incautada para intensificar
los procesos electro-químicos en Júpiter y Saturno. De este modo,
los Luciferinos crearon una fuerza-g artificial. Crear una fuerza-g
artificial es crear “tiempo artificial.” Crear tiempo artificial es
jugar a los dados con el destino galáctico.
Este tiempo artificial no estaba basado en la proporción de tiempo
13:20 natural de Velatropa 24, sino en una proporción 12:60 creada
intencionalmente. La proporción 13:20 se refiere al número de
dimensiones galácticas, 13, en relación con los 20 puntos de
inhalación-exhalación de la pulsación estelar de Kinich Ahau. Esto
significa que cada uno de los puntos de inhalación o exhalación
sostenidos por las diez órbitas planetarias responde a la escala
tonal de decimotercera dimensión, o espectro. Esta escala
dimensional o espectro tonal es la “escala musical” en la que el
RANG resuena a pleno poder a lo largo del tiempo.
La proporción artificial 12:60 se basaba en la idea de los 12
planetas originalmente previstos para Velatropa 24, combinado con
60, el poder del quinto acorde multiplicado por doce. Esta
frecuencia de tiempo 12:60 poseía todo el talento de la verdad. Aún
más, su efecto era enfatizar la “solidez” de la realidad tri-dimensional
a costa de la cuarta, y otras, dimensiones. De ese modo, las formas
de vida radiozoica sobre las que se dirigía el rayo 12:60 tendían a
ignorar la cuarta dimensión y otras más altas, y luego olvidarlas.
(En realidad, Velatropa 24 debería haber
cambiado su nombre por el de Velatropa 20, pues la magnitud estelar
absoluta es siempre el número de órbitas planetarias multiplicado
por dos. No obstante, la anomalía de Velatropa 24 se fijó en todos
los archivos estelares, y así ha continuado hasta su uso actual.)
Aunque esta proporción artificial 12:60 era abstractamente correcta,
no derivaba de las leyes cósmicas que gobernaban la incidencia
natural del RANG en la entonación multidimensional de la fuerza-g a
través de la espora estelar. El efecto real de imponer una
proporción 12:60 era el de abortar la proporción de tiempo galáctico
en el sistema planetario de Velatropa 24, dejando un campo de
resonancia débil. El reemplazo de un perfecto despliegue del RANG a
través del espectro o escala tonal de trece dimensiones, era una
ficción mecánica que presentaba toda la apariencia de la verdad: el
tiempo 12:60.
Una vez que la fuerza-g artificial o tiempo 12:60 fue proyectada
desde sus plazas fuertes en Júpiter y Saturno, el resto del sistema
planetario Velatropa quedó sujeto a sus efectos. Y estos efectos
eran (si bien sutiles en algunos casos y obvios en otros) de una
naturaleza totalmente devastadora. Pues sin una adecuada frecuencia
de tiempo, las cosas quedan fuera de resonancia. Cuando esto sucede,
se producen extrañas mutaciones y, en algunos casos, pueden explotar
los planetas. Esto es así porque la frecuencia natural de tiempo de
un sistema estelar es el real gobernante de los ciclos estelar y
planetario de su evolución. Si esa frecuencia natural de tiempo es
interferida, inevitablemente ocurren problemas.
De hecho, uno de los efectos colaterales del tiempo 12:60 es negar
el RANG y repeler la fuerza-g. Sin una adecuada ingestión de RANG y
metabolización de fuerza-g, el proceso evolucionario estelar se
vuelve, por lo menos, confuso y mutante. Es como música interpretada
sin precisión, tocada en instrumentos malos y baratos, cantada en
forma desafinada y distorsionada, con un sistema de amplificación de
poca calidad.
Dado que ustedes, que están leyendo este relato, son los últimos y
más impedidos receptores de la frecuencia de tiempo 12:60, operando
en una realidad mecanicista y artificial - es decir, no resonante -,
está bien que definamos más detalladamente la naturaleza del RANG y
su interacción con la fuerza-g.
Dentro del corazón de Hunah Ku, fuente galáctica o centro, el RANG (neuro-gammatrón
radio-amplificado) es la fuerza primaria de la disociación cinética
responsable por la iniciación del movimiento galáctico. El poder del
RANG crea los intervalos disarmónicos necesarios para la expansión
del orden galáctico por todas sus dimensiones.
Dondequiera haya RANG, hay armonía. Dondequiera que haya armonía,
hay RANG. La armonía es la modulación consciente de los intervalos
entre pulsaciones del RANG. La resonancia es la suma de cualquier
número de intervalos de disociación, y asociación armónica. Cuando
se crea armonía como forma consciente sobre el tiempo, se la llama
PAX.
Nuestra noción de música está circundada por PAX. Pero, al ser un
alcance multidimensional de posibilidades tonales, PAX es mucho más
flexible y universal en sus modos y formas de expresión. Si pudieran
verdaderamente comprender qué significa la idea de paz universal,
comprenderían PAX.
Todo esto es para ayudarlos a aprehender la importancia de las
guerras del tiempo. Como fue sintetizado por nuestros propios
mayores, los Le-Mu Maya, “Sin RANG, no hay PAX, no hay tiempo.”
Diabólicas y tiránicas eran las olas de agresiva pasión en que
fueron sumidos los planetas centrales del sistema Velatropa 24,
donde primero se ensayaron los rayos 12:60. La sombra de lo ya
sucedido en Aldebarán y Alfa Centauro volvió a obsesionar a los
Arcturianos que observaban incómodos los acontecimientos en
Velatropa 24.
Con su ostentosa alianza con los Antareanos a punto de zozobrar, los
Arcturianos apenas lograban entender la situación. A excepción de
unos pocos apéndices que permanecieran en la Estación Intermedia AA,
el resto de los Arcturianos partió en sus capullos para monitorear
el resto de los planetas de Velatropa 24, en prolongadas y pasivas
inspecciones.
Como mayores y amos de la ilusión, nosotros los Maya también nos
mantuvimos vigilando atentamente, obedientes a la ley de no
intervención de la Federación. Mientras tanto, la crítica situación
se enfocó en la célula intermedia: los planetas que mantenían la
quinta y sexta órbitas. En tanto las tribus de la Semilla y el
Aguila del sexto planeta, Júpiter, habían sido ya socavadas por los
Luciferinos, las tribus de la Serpiente y el Mago en el quinto
planeta se afirmaban en el curso originalmente propuesto para ellas.
El quinto planeta había llegado a hacerse conocido como Maldek. Esta
es una corrupción de la palabra Ma-El-Do-Ku, que significa “madre
primigenia del acorde sonante.” Esto se debe a que, como guardián de
la quinta órbita a contar de Velatropa 24, Maldek había completado
el primer quinto armónico del acorde galáctico. El quinto es la
tonalidad para tocar las más altas vibraciones de la ley cósmica.
Dentro de este quinto, Kinich Ahau había concentrado la aspiración
por recuperar el acorde perdido, Xymox, de los planetas undécimo y
duodécimo faltantes.
Pero eso no iba a suceder. En un registro telepático titulado
“Idilios del Señor y las Damas de Maldek,” tenemos un relato de un
terrible coitus interruptus que habría de obsesionar la imaginación
estelar de Kinich Ahau hasta el presente.
Así dice ese relato telepático (y es apenas un fragmento):
Allí, junto al lago, donde el
rey lagarto y la reina lagarto danzaron bajo la brillante
luna maldekiana, los niños lagartos llegaron riendo,
llegaron danzando en parejas,
para hacer el amor con el rey y la reina, allí bajo la
brillante luna maldekiana,
cuando, desde la lejanía, desde gran estrella del atardecer,
cayó un rayo...
No había más por registrar, pues en el
instante del supremo placer, un rayo de las guerras del tiempo 12:60
fue proyectado desde el vecino Júpiter. Su efecto fue literalmente
destructivo. En un solo instante, Maldek y su luna desaparecieron.
Su RANG fue arrasado, su poder de PAX instantáneamente disuelto.
Hecho añicos, el amor de sus hijos
mantuvo esos fragmentos planetarios en órbita, la órbita que
vuestros científicos ahora llaman anillo de asteroides.
Regresar al Contenido
10. SERPIENTES Y MAGOS DE MALDEK: LA PROFECIA DE MERLIN
YO SOY MERLÍN, DE ARCTURO SURGIDO. Para vosotros que vivís en la
onda del tiempo de los dimensionalmente muertos, no soy sino un
mito, una leyenda. ¿Existí alguna vez? En ese caso, ¿dónde?... ¿Pero
quién tiene la respuesta? Aún así, vuestros narradores nunca dejan
de estar fascinados, y aún aquéllos entre vosotros llamados
historiadores toman fragmentos de antiguos pergaminos garabateados
con inscripciones en tinta y tratan de ubicarme en algún rincón de
un bosque profanado.
¿De dónde proviene este poder que aún en
la era de la máquina mi nombre, o aún la palabra genérica “mago”,
todavía es invocado como signo de terribles capacidades?
Yo soy Merlín. Siendo mis raíces originales de Arcturo, soy
victorioso, una celebración de la magia del encantamiento del sueño
cuyos tonos y poderes del pensamiento ascienden y descienden escalas
interdimensionales, jamás soñadas por vuestros constructores de
bombas y crueles inventores de nuevos juguetes para provocar muertes
repentinas! Pero más que eso, soy Merlín. Aquéllos que conocen los
árboles, me conocen. ¿Y cuántos árboles hay para ser conocidos? Esa
es la razón de que yo sea Merlín, el uno y los muchos. Desde el
árbol del cielo que muestra el mapa de los orígenes celestiales, y
cuyas raíces y ramas están entrelazadas en la matriz de la
atemporalidad, yo vengo a vosotros.
Desde la justa Procyon, que mis legiones del espíritu domesticaron,
aprendí la práctica de muchas artes de la magia y el modelado del
encantamientos del sueño. Mi magia toma muchas formas adaptadas a
las muchas variedades del conocimiento y la experiencia por la forma
múltiple del ser galáctico. El más profundo modelado de este
encantamiento del sueño es el Oráculo del Mago, el que nuevamente
toma muchas formas, apropiadas a las diferentes etapas en el gran
ciclo de la transformación.
Mediante este Oráculo del Mago, las dimensiones pueden reunirse, y
lo que se consideraba muerto puede ser resucitado mediante el cáliz
de la inocencia. Vivir y volver a vivir, todo dentro de un solo
momento en el girar del ciclo - ésa es mi mayor alegría! Y aquéllos
que buscan y están dispuestos a viajar a través de las dimensiones
lejanas del tiempo, todo esto podrán saberlo y les será dado!
Pero por fin, en recuerdo de la destrucción de vuestro sistema de
mundos, puedo compartir algunos recuerdos y una profecía. Desde la
justa Procyon mantuve la Sonda dentro del alcance de mi vista,
rastreándola por siempre en mi esfera de cristal, bien en lo alto de
mi torre de cristal, 208 peldaños arriba de las arboledas parlantes
de Camelot. También desde mi guarida, cada uno de cuyos portales
conducen hacia los infinitos corredores del tiempo, me mantuve
frente a la agotadora pasión de la Federación con el llamado
Lucifer. E, inevitablemente, mi comunión penta-dimensional de la
mente me llevó en trance a los magos del mago, los navegantes de la
ilusión del tiempo a quienes todos conocemos como los Maya.
Reunido con los Maya, dispusimos los nombres de las tribus. Los
nombres originales son sonidos de poder. Los nombres dados a estas
tribus son en realidad los efectos o las proyecciones de esos
sonidos de poder. “Dragón”, o “Serpiente”, o “Caminante del Cielo”,
o “Mago” - cada nombre resulta de uno de los veinte sonidos de
poder. Los sonidos de poder también están grabados como íconos. Cada
uno de esos íconos es la forma visual de una instante congelado de
uno de los sonidos de poder.
De manera que cuando los Maya asignaron dos tribus a cada uno de los
diez planetas de Velatropa 24, en verdad estaban asignando dos
sonidos de poder. En tanto la inocencia perdure, aunque el cuerpo
vegetal se haya disuelto, el poder del sonido permanecerá. Es
importante entender esto si es que vais a comprender la persistencia
del poder de Maldek. Pues su secreto reside en la continuación del
encantamiento del acorde perdido: Xymox!
Tocadlo una vez, y volved a
tocarlo: Xymox, el acorde perdido de Kinich Ahau que aguarda ser
tocado entre la tercera dimensión y la quinta.
Los guardianes de este acorde perdido, Xymox, eran los niños de
Maldek. Los Maya asignaron a Maldek las tribus de la Serpiente y el
Mago. Los sonidos de poder de esas dos tribus se generan desde la
corona y la raíz del ser. La Serpiente es el sonido primigenio de
poder que envía la fuerza vital RANG desde la corona a la raíz en un
torrente de sangre y pasión; el Mago es el sonido primigenio de
poder que devuelve la verdad desde la raíz a la corona en un pasmo
de atemporalidad.
En cuatro planetas se reúnen corona y raíz de esa manera: el
primero, que llamáis Mercurio; el quinto, Maldek; el sexto, que
llamáis Júpiter, y el décimo, Plutón. Pero es el quinto el que tiene
la llave para todos, pues el quinto es el poder entonado que suena
en las dimensiones.
Este asunto acerca del árbol también deben comprenderlo. Los árboles
que tan profusa-mente pueblan vuestro planeta son formas vegetales
de la plantilla cósmica. La plantilla cósmica posee raíz y corona.
Los cuatro clanes y todo lo que sustenta vida se extraen de esa
plantilla. La corona refleja la raíz, tal como las seis dimensiones
superiores reflejan las seis inferiores. La séptima dimensión es el
tronco que conecta a ambas.
Mi espíritu, expelido desde el corazón de Memnosis, nació del árbol
primigenio. Alrededor de este árbol primigenio, se desenrolló el
dragón por primera vez. De este dragón me nutrí, y a ese dragón
retorno cada vez que necesito nutrirme. Es el motivo de que, según
el Oráculo del Encantamiento del Sueño, primero se voltea el dragón,
y luego viene el mago para retornar siempre. Pues nada se va o se
pierde verdaderamente. En esto reside la fuente del mágico
conocimiento del mago.
Cada cuerpo planetario es extraído también de la plantilla del árbol
cósmico. El polo norte galáctico es la corona, y el polo sur estelar
o solar es la raíz. Entre ellos, corre un místico eje, alrededor del
cual se hilan todas las narraciones cósmicas. Es así como es
construida vuestra Tierra, tal como lo fue el precioso Maldek. De
esa manera, también, todo cuanto ha sido conocido en Maldek puede
ser recordado mediante el giro místico del eje polar. Y, por
supuesto, vuestro cuerpo, de cinco puntas y radizoico, es construido
según la plantilla del árbol cósmico. Como el planeta, vuestro
cuerpo posee su eje místico girando con la memoria de la antigua
maldición de Maldek.
¿Como surgió, la furia maldekiana?
Preguntadle a la serpiente, pues
la serpiente sabe. Si el dragón se desenrolla de alrededor del
tronco del árbol cósmico, la serpiente desciende desde su corona
para atestiguar el giro del oráculo mágico del mago. Roja como el
dragón, de quien es hija, el elemento de la serpiente es la sangre,
en tanto que el elemento del dragón es el fuego. Es esta sangre,
fluido de la fuerza vital cósmica RANG, lo que encontráis
distribuido por las venas de vuestros cuerpos vegetales.
En Maldek despertaron los dos seres lagarto, el Adán y Eva de
vuestras pseudo-historias del Génesis. Eva, de la serpiente brotó;
Adán, convocado por el mago. Así, las tribus originales de la
Serpiente fueron femeninas, y las del Mago, masculinas. La mujer
trajo el conocimiento de la corona; el hombre, el conocimiento de la
raíz. De su placentero apareamiento vino el saber erótico llamado
Xymox. Este Xymox es el arte resonante y sinfónico de suscitar el
éxtasis en lentas oleadas progresivas.
Debido a que la tribu de la Serpiente es el principal del clan de la
Sangre, y el Mago la raíz del clan de la Verdad, el poder para el
placer engendrado en Maldek fue grande. Esta ciencia del placer
llamada Xymox es verdaderamente el conocimiento perdido. Fue este
poder para el conocimiento placentero, inscripto en las tablas
electromagnéticas como los Cantos Épicos y Canciones Líricas de
Xymox, que suscitó los “celos luciferinos de las dioses.” Eran esos
engramas
de los “dioses” de los mundos previos perdidos los que
habían llevado a Júpiter las tribus de la Semilla y el Aguila,
haciendo que éstas dirigiesen su primer prueba del rayo 12:60 sobre
Maldek.
Los celosos de Júpiter estuvieron en verdad temporalmente insanos,
pues de todos los planetas el suyo es el mayor en tamaño y poder. Si
hubieran permanecido en su propio poder en lugar de dejarse seducir
por su envidia de los de Maldek, habrían descubierto acordes y coros
aún más grandes de arrobamiento sinfónico. Pero no sucedió así.
Ya divididos en campos bélicos de seres
masculinos buscando dominar a los femeninos, y aguijoneados por la
intervención antareana, la intención luciferina era lanzar el rayo
del tiempo 12:60 sobre Maldek, estupidizar a las dos tribus, seducir
a la tribu masculina del Mago con el poder, y esclavizar a la
Serpiente. Dado que el Aguila de Júpiter también representa la
corona, le correspondía apoderarse del poder de la Serpiente, en
tanto la Semilla, que también representa la raíz, debía vencer a los
Magos.
Pero nada de eso habría de suceder. Careciendo del conocimiento de
los más sutiles niveles de resonancia conocidos como el “arte y la
ciencia del tiempo y la transformación,” el rayo de frecuencia
extra-baja 12:60 proyectado sobre Maldek creó una disonancia casi
instantánea con el campo de resonancia del cuerpo planetario. Como
una manzana cayendo desde una gran altura y destrozándose al golpear
el suelo, Maldek se hizo añicos.
Los Jupiterianos quedaron conmocionados ante el cataclismo cósmico
que habían engendrado. Medio atemorizados ante su propio poder,
medio alborozados, se resignaron a un gran ciclo de taciturno
desasosiego.
¿Y Maldek y las tribus perdidas de la Serpiente y el Mago?
Maldek fue el Paraíso perdido. La historia del Edén que conocéis es
la racionalización de los culpables Jupiterianos. El árbol de la
sabiduría es la plantilla cósmica de las trece dimensiones. El
conocimiento que Eva “saboreó” en la manzana ofrecida por la
serpiente que bajaba desde la corona del árbol de la vida, es el
conocimiento llamado Xymox.
“Jehová” es el antiguo
engramas
que
llevó a las tribus de la Semilla y el Aguila a quedar bajo la
influencia de Lucifer. La expulsión de Adán y Eva fuera del jardín
es la diseminación de las tribus perdidas en el momento de la
destrucción de Maldek. El ángel con la espada llameante montando
guardia a las puertas del jardín es el guardián de la memoria
galáctica. Quien se atreva a quebrar la esclavitud y la servidumbre
al mundo tri-dimensional del rayo del tiempo 12:60, podrá fácilmente
tomar la espada llameante de manos del ángel y cortar el nudo de la
amnesia que es la ignorancia interdimensional.
Yo soy Merlín. Maldek es mi dominio.
Soy el antiguo
“uno-y-los-muchos” que transmite el conocimiento de la
co-participación del tiempo a aquéllos de vosotros del tercer mundo,
llamado Tierra. Esto lo sé y os lo digo: las guerras del tiempo
están justamente ahora alcanzando su clímax. No existe el mal sino
la proyección de la sombra arrojada por la ignorancia.
Hé aquí mi oráculo y profecía:
Cuando la raíz esté conectada
con la corona,
Lucifer mostrará sólo luz en derredor
Sólo luz en derredor, todas las estrellas conectadas con el
cielo
Sólo la luz se elevará, el resto caerá
Lucifer revelado, los túneles del tiempo devueltos
Arcturianos Antareanos nunca más menospreciados.
Este oráculo y profecía he dejado yo
Merlín, el atemporal, para que los descubráis en esos campos y rocas
que llamáis vuestro hogar.
Pues cuando los círculos aparezcan entre
las hileras del trigo, entonces las rocas os recordarán qué se debe
hacer para apoderarse del tiempo y saber que nunca más seréis sus
esclavos!
Regresar al Contenido
11. GUERRAS DEL TIEMPO: LUCIFER RASTREADO, MARTE RECORDADO
SOMOS LOS ANALÓGICOS ARCTURIANOS del equipo de reconocimiento de la
Estación Intermedia. Este es nuestro informe, en nombre de la
Federación Galáctica, respecto de sucesos en el sistema estelar
Velatropa 24.
Fuimos nosotros los primeros en dar a
Lucifer el nombre en código 666. He aquí el motivo.
Asimilando nuestro creciente cuerpo de experiencia como sonda
galáctica, llegamos finalmente a la conclusión de que Lucifer es, en
realidad, la proyección de nuestra - la del ser galáctico -
conciencia, moviéndose desde las dimensiones más bajas hacia la luz
pura. Lucifer es una “ente-ización” de la luz actuando desde la
sexta dimensión, la dimensión que ustedes llaman luz pura. Este es
el por qué de que el nombre de Lucifer signifique “portador de la
luz.”
Como entidad hexa-dimensional - podríamos decir, como proyección
futurista de nuestro propio destino actuando fuera de secuencia e
impulsada a través del espacio, fuera del tiempo, hacia el sector de
Velatropa -, Lucifer naturalmente enfocó su atención en el sexto
cuerpo planetario de Velatropa 24. Debido a que el undécimo y el
duodécimo planeta habían sido eliminados desde un principio,
Velatropa se hallaba en realidad destinada a transformarse, en caso
de tener éxito, en una espora del sexto sentido estelar.
Conjeturábamos que la intención de Lucifer era desarrollar Velatropa
24 para sí mismo. Componiéndolo desde el sexto planeta - que a su
turno transformaría en una estrella binaria - contaría con una
espora binaria del sexto sentido para dirigir energía hacia la sexta
dimensión, para sus propios propósitos.
Sexta dimensión, sexto
planeta, espora del sexto sentido estelar - de ahí, 666.
Rastrear y catalogar a Lucifer de ese modo fue extremadamente útil
para nosotros. Retro-alimentamos esta información al Gran Hunab Ku
del CSR, donde la Federación mantiene su centro de operaciones, y
por ello nuestra labor detectivesca fue muy apreciada.
Simplemente porque haya un fenómeno tal como
la Federación
Galáctica, no deben pensar que todo se sabe. Por el contrario, el
conocimiento se crea a medida que evolucionamos. El gran ser, la
Madre Galáctica, está siempre en evolución, pues ésa es la
naturaleza del placer. Lo que está almacenado en los archivos
estelares no es conocimiento, sino sapiencia. Sapiencia es la
provisión almacenada del soñar. Conocimiento es lo que se crea a
partir de la exploración de situaciones producidas por la
interminable aventura de la transformación. Por lo menos eso es lo
que nosotros heteróclitos hemos descubierto en el desvelo de nuestra
sonda.
Habiendo descubierto todo eso acerca de Lucifer - y de nosotros -,
podíamos continuar con la siguiente fase de nuestra domesticación de
planetas. Aunque nuestra empatía y ternura había sido sumamente
excitada por el prolongado curso de eventos que siguieron a nuestra
instalación de la Estación Intermedia AA, y aunque el número de
nosotros en la estación era reducido, no nos descorazonamos. Pero ya
resultaba más claro que nunca que lidiar con Lucifer era un asunto
de la mayor importancia.
Ahora bien, cuando contemplamos el sistema de Velatropa 24 a
continuación del desastre de Maldek, esto es lo que vimos. Por lo
artero de su conocimiento hexa-dimensional (y nos referimos a
Lucifer como "él" simplemente debido al favoritismo masculino que
había engendrado, ya que no hay diferenciación sexual en la sexta
dimensión), Lucifer había llevado dos planetas a su dominio: los que
ustedes llaman Júpiter y Saturno. Mediante otro acto artero se había
creado el rayo 12:60 y, con él, el tiempo artificial. En las guerras
del tiempo ocurridas de resultas de ese rayo, un planeta fue
destruido. ¿Qué hacer a continuación?
Nuestros capullos heteróclitos habían
rodeado Urano, ya por entonces suficientemente de nuestro lado. Con
la destrucción de Maldek, vimos la posibilidad de la existencia de
un quinto perfecto en el intervalo entre Urano, la octava órbita
planetaria, y su Tierra, Terra-Gaia, que mantiene la tercera órbita
planetaria. Como artistas del amor y amantes del arte placentero, la
única esperanza que nosotros Arcturianos veíamos para Velatropa 24
era la creación del túnel del tiempo que conectase el tercero y el
octavo planetas.
Dentro de este túnel del tiempo, almacenaríamos nuestra sapiencia,
como asimismo la de los mundos perdidos, ahora reunida en los Cantos
Épicos y Canciones Líricas de Xymox. En el momento apropiado, ese
túnel se abriría, liberando esa sapiencia y la posibilidad de hacer
sonar el quinto acorde. Pero sólo en el momento correcto, en ese
tiempo lejano y distante que ustedes llaman "pronto."
Esto significaba desarrollar también un plan opuesto, para asegurar
los restantes planetas interiores, del cuarto al quinto. Dado que el
cuarto planeta se halla en contrapunto con el séptimo, Saturno, y
dado que Saturno era un bastón de los Luciferinos, decidimos
enfocarnos en el cuarto planeta, que ustedes llaman Marte. Pensamos
que si lográbamos asegurar este planeta podríamos entonces detener
los ataques luciferinos con el rayo del tiempo. Si los Luciferinos
tomaran Marte, estarían en posesión de una sólida cuña entre el
tercer planeta y el octavo, y no queríamos que eso sucediera, pues
de esa manera el túnel del tiempo quedaría bloqueado.
Ahora bien, cuando hablamos de Luciferinos queremos decir esto: tri-
o cuatri-dimensiona-les atrapados en el falso encantamiento de
Lucifer. Observamos que Lucifer vivía de alimentar las proyecciones
de los tri- y cuatri-dimensionales. A quienes los alimentaban con
sus proyecciones, él les devolvía la ilusión del poder. De esa
manera habían sucumbido no solamente muchos miembros de las tribus
de la Noche, el Guerrero, la Semilla y el Aguila, sino también
muchos de los Antareanos que habían estado originalmente aliados con
nosotros en la Estación Intermedia AA.
Ahora bien, Marte estaba bajo la custodia de las tribus del
Caminante del Cielo y el Enlazador de Mundos, que hasta ese momento
habían permanecido en sus formas cuatri-dimensionales. Llamando a
una asamblea entre ellos, así como con los cuatri-dimensionales del
destruido planeta de Maldek, diseñamos un plan de colonización tri-dimensional.
Entre los restantes Antareanos en la Estación Intermedia y nosotros,
resolvimos que aquéllos se arriesgarían a encarnar entre los
Caminantes del Cielo y tomar el hemisferio austral de Marte,
mientras algunos de nuestros apéndices encarnarían entre los
Enlazadores de Mundos en el hemisferio boreal.
Este tipo de experimentación y colonización galáctica toma algún
tiempo, así que una vez que el plan hubo comenzao, dejamos que
siguiera su curso. Muchos de nosotros notamos que rapsodiar entre
los planetas exteriores de Urano y Neptuno era una actividad mucho
más entretenida, mientras otros de nosotros permanecieron en sus
capullos circundando lentamente los tres primeros planetas. Como
resultado de ello, estábamos más preparados para lidiar con lo que
ocurrió en Marte. Y cuando la hora llegó para que Marte fuera
recordado nuevamente, era ya demasiado tarde.
Según resultó, los Caminantes del Cielo del Marte austral,
patrocinados por los Antareanos, habían sido infiltrados por
Antareanos de Saturno. Mediante la influencia de los Antareanos del
séptimo planeta, los Caminantes del Cielo habían creado una
magnífica civilización, que recordaba a los Atlantesianos de
Aldebarán. Pero, como éstos, los Atlantesianos marcianos tenían
inclinación por un trueque fatal: una élite que continuamente
abogaba por una filosofía de defensa y seguridad, optaba por
atiborrarse de poder y lujo, en lugar de libre albedrío y memoria
cósmica. A nosotros nos traía un horrible recuerdo de los antiguos
de la Liga de Diez, de la Arcturo lejana en el espacio y el tiempo.
En los reinos boreales de Marte, los Enlazadores de Mundos habían
creado un imperio llamado Elysium. En contraste con el lujo
decadente del Marte austral, Elysium era austero y magnífico. Allí,
tampoco estaba todo bien. La filosofía de "inmortalismo" había
entrado furtiva-mente, y con ella un curioso culto de la muerte.
Ahora bien, pueden recordar - por las aventuras de Arc-Tara - que el
reino de la muerte constituye, en realidad, el gran reino
interdimensional del norte de la galaxia, y es el lugar donde se
guarda el almacén de la verdad de cada uno. Pero aquí en Marte la
muerte era considerada la propiedad de unos pocos, así llamados
portadores de la verdad, los monarcas de Elysium. Todo esto nos
mostró cuán salvajemente podían desviarse las cosas sin mayor
vigilancia o supervisión.
El resultado final de la situación marciana fue el comienzo de una
terrible guerra entre los Atlantesianos y los Elysianos. Más
irónicamente, por atender a la defensa y la seguridad, ninguna de
esas civilizaciones había prestado atención a los cambios
deterioradores en el clima del planeta, y de tal manera no estaban
preparados para lo que sobrevendría. Como resultado, un doble golpe
fatal cayó sobre el proyecto marciano: un tipo de guerra atómica que
no hizo sino acelerar la desecación de la atmósfera y el venenoso
adelgazamiento del campo electromagnético del planeta.
En un tiempo muy breve, Marte quedaba inhabitable para su, una vez
orgullosa, población tri-dimensional. Allí adonde comercio y triunfo
habían llevado los ejércitos y caravanas de todo un imperio,
inútiles vientos bramaban y lanzaban escalofriantes estallidos de
arena roja. Por todas partes, la diabólica arena roca volaba a la
deriva, cubriendo destrozados monumentos en los que nadie más
respiraba tipo alguno de aire que no estuviera radioactivamente
envenenado.
Pero antes de la triste muerte de este planeta como base estable
para sus operaciones, los Arcturianos de Elysium, recordando la
Sonda, sus orígenes, y su destino, erigieron un gran monumento: el
rostro de Ur-Arctur, en el que algunos de nosotros vieron también un
recuerdo de Thotmosis, el rey mono. Este rostro, vasto y enigmático,
hasta hoy día eleva su mirada desde el yermo arenoso de Cydonia, en
el Marte boreal, aguardando el recuerdo cósmico para retornar a
todas las tribus del tiempo.
Considerando la leyenda de Marte, nos preguntamos cuántos planetas
más serían devastados por el envenenamiento producido por las
proyecciones de Lucifer.
Por el bien de la Sonda, por Kinich Ahau
y la gloria de la Federación, y por nuestro propio viaje de regreso
a Arcturo, supimos que no habría más planetas cercenados en este, ya
desolado, sistema estelar.
Regresar al Contenido
|