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por Andy Lloyd Agosto 2000 del Sitio Web DarkStar1 traducción de Adela Kaufmann
Veamos más de cerca de la antigua mitología egipcia relevante a la Teoría de la Estrella Oscura y exploremos la mitología central a un entendimiento de aquella parte sagrada del cielo, la Duat.
Haciendo
esto, se volverá claro porqué he propuesto que esta área sagrada del
cielo dominada por Sirio y Orión marca el paso de perihelio de
Nibiru.
Este está claramente identificado en la antigua mitología egipcia como una serpiente oscura o invisible, así como un hombre pelirrojo:
Nada de lo que está escrito arriba elimina una conexión entre Seth y Mercurio, pero la identidad mitológica de Seth como una ‘estrella’ roja invisible relacionada con una serpiente parece más en armonía con lo que sabemos sobre Nibiru. La otra dificultad con la idea de que Seth era asociado con Mercurio es el aspecto solar identificado con su adoración.
Mientras que discutía los rituales mágicos de los egipcios, Seligmann describió esta espantosa ceremonia dirigida a Seth:
Aquí tenemos a un dios solar venerado por su poder y dominación, no obstante descrito como invisible.
Mercurio está cerca del Sol, y uno podría argumentar que este arrebato religioso pudo haber sido dirigido al ‘invisible’ Mercurio del día. Pero, ¿porqué adorar a Mercurio en el día? ¿Porqué no llevar a cabo la ceremonia en la oscuridad o el amanecer, cuando Mercurio aparece como la estrella del atardecer o la estrella de la mañana?
No solo eso, sino el concepto del terrible poder destructivo asociado con Seth parece estar en desacuerdo con el perfil celestial bajo de Mercurio. Esto nos presenta un dilema, y abarca la posibilidad que Seth haya sido asociado con el planeta equivocado. Una identidad más poderosa es requerida. No es Venus, el otro planeta que está asociado con el Sol.
¿Podrían estas imágenes, de nuevo, estar aludiendo a una deidad
solar invisible, la cual, a veces, es ocultada detrás del sol?
Ellos representan una dualidad del bien y el mal, y los mitos que los rodean procuran explicar la naturaleza bizarra de la Estrella Oscura; a veces fiera, casi siempre invisible.
De esta manera, Nibiru también era entendido,
tanto como la fuerza para el bien – el dominio celestial de los
dioses – pero también representaba gran maldad potencial, cuyo
arribo en los cielos podría señalar la apocalíptica destrucción
venidera.
La estrella oscura está asociada con hacer el mal y la muerte de los dioses, manteniendo el papel cataclísmico de Nibiru en el Enuma Elish.
También indica el pavor con el cual la aparición de una enana marrón fue sostenida por los antiguos.
Sin embargo, la aparición de Nibiru también era un tiempo de gran celebración, cuando Anu visitó la tierra en una de sus ‘visitas de estado’ que hacían época.
Uno esperaría que los mitos rodeando la aparición de Nibiru reflejaran esta mezcla de terror y esperanzadora expectativa en las poblaciones humanas del mundo prehistórico.
La siguiente representación poética de la aparición de Horus nos empuja en la dirección de un objeto celestial apareciendo milagrosamente desde las profundidades del espacio:
Sin embargo, Horus no está en sí identificado con nuestro Sol, como muchos egiptólogos afirman, pero es tanto un hijo estelar y solar de Isis, quien está representado por Sirio.
Los egiptólogos, una vez más, han reducido todo al Sol, lo cual es su modo estándar de analizar la antigua mitología egipcia. No obstante, si los egipcios estaban describiendo dos ‘Soles’, uno para el dador de vida, Ra. El otro, un ‘sol’ oscuro, escondido, Horus, entonces los mitos comienzan a volverse más claros. Horus puede ser identificado con un ‘sol’ que es nacido de Sirio, apareciendo periódicamente del primordial profundo.
Su aparición es trascendental, marcando el paso de una era.
El mito está describiendo la Inundación, ocurriendo simultáneamente con la desaparición del dios sol en la oscuridad primordial. Las consecuencias cataclísmicas del viaje del dios-sol van más allá de la familiar aseveración de que estos mitos describen la inundación anual del Nilo.
La discusión es más bíblica en su contenido.
El dios sol se vuelve invisible en los cielos, decreciendo en tamaño a una ‘pequeña serpiente’, y finalmente ‘invisible a los dioses’. Esto parece indicar la salida de Nibiru del Sistema Solar al final del catastrófico pasaje de perihelio que inundó al mundo.
La
representación de Horus siendo colocado en la ‘isla de fuego’ es
sugestiva a aquel otro mito Egipcio, el Fénix, el cual también es
identificable con la Estrella Oscura.
Se entiende estar dividido en divisiones de 12 horas, y cada ‘hora’ ve a Ra batallar con nuevos demonios de la oscuridad. El entra en la ‘cola de la poderosa serpiente, la cual es llamada ‘Vida Divina’.
Esta puerta final está custodiada por Isis y Nepthys, y significa el Sol levantándose al amanecer con Sirio (Isis). Pero hay un problema de escala con esta interpretación: Sirio y Orión están prácticamente adyacentes uno al otro en los cielos.
Así, si la Duat estuviese
describiendo la trayectoria celestial del Disco Solar a través de
las constelaciones bajo el horizonte por la noche, entonces deberían
ser segmentos adyacentes, ciertamente no en el 7º y 12º lugar.
Como lo describe E. C. Krupp:
De particular interés era el levantamiento helicoidal de Sirio, el decano asociado con el Solsticio de Verano durante la Edad de las Pirámides.
Esta noche más corta es aproximadamente de seis horas modernas de longitud en Egipto.
El tiempo de noche fue dividido en 12 intervalos, los cuales representaban el hecho de que solamente 12 de los posibles 36 decanos podrían ser vistos esa noche. Así, en este tiempo crucial del año, cuando la Duat fue ‘activada’, la hora egipcia nocturna variable era de solamente ½ hora moderna de longitud.
La Duat, según esta manera de pensar, comprendía un tercio del Ciclo Solar total en el cielo, en vez de medio. En contraste, algunos egiptólogos consideran a la Duat estar activo durante todo el año.
Pero la hipótesis del reloj estelar de
alguna forma explica el número anómalo de divisiones entre Sirio y
Orión en la Duat.
Diciendo esto, es aún difícil para el entendimiento convencional de la Duat.
Pero hay un punto más importante aquí: la mitología Isis/Osiris/Horus depredó considerablemente la Edad de las Pirámides, y representó la más antigua mitología egipcia. Cuando uno regresa en el tiempo, entonces la presesión de los equinoccios toma el levantamiento helicoidal de sirio más lejos del solsticio, ocurriendo este más temprano en el año al remontarse más allá en el tiempo.
Por ello, la fuente más
antigua de esta mitología no pudo haber surgido basada en el
cronometraje de la inundación del Nilo, o, de hecho en el Solsticio
de Verano, porque estas nociones religiosas pre-datan esta
coincidencia de calendario.
Esto trae la pregunta: ¿Cómo puede Ra, como la serpiente invisible, encuentra al Dios de los Muertos, Osiris, si el Sol realmente no pasa a través de Orión?
Este es un problema fundamental con la posición de la egiptología, y lanza su interpretación de la naturaleza de la Duat en duda. Para encontrar a Osiris, nuestro viajero celestial debe pasar a través de Orión, y por ello viajar fuera de la eclíptica.
Hasta ahora, ese punto ha sido incontestable, ya que todos los planetas visibles viajan a lo largo de la eclíptica. Pero los textos babilónicos indican que un cuerpo enteramente diferente pasó a través del Can Mayor y Orión en la forma de Marduk, o Nibiru.
Mi controversia es que Sirio marca la
posición de perihelio de la Estrella Oscura, y que la opción de
decanos al sur de la elíptica indica la aparición del Disco Alado en
la Duat.
Las divisiones convencionales del amanecer encajan limpiamente con la aparición inicial de Nibiru al acercarse a Sirio en su trayectoria de oposición al Sol:
Este punto de renacimiento de la Estrella Oscura cerca de Sirio también marca el comienzo del ciclo de la Duat, y el ardiente dios-sol es Horus, regresando a los cielos después de su larga ausencia de eras. Supera una alta pared, la cual significa la oscilación de Nibiru alrededor del Sol y cambia la dirección celestial, y entra la puerta de la Duat en la 1era división.
La estrella roja, Horus batalla contra la gran serpiente Apep desde ese punto en adelante, al moverse a través de las próximas pocas divisiones, significando cómo la brillante orbe roja pudo, de nuevo, ser hecha invisible por la Serpiente Seth en cualquier momento. Pero lucha a través de una masa de monstruos voladores para pasar cerca del Ahogante Estanque (significando el punto donde la Inundación fue soltada a la Tierra en un previo Paso Nibiruano), y entonces entra Orión en la 7ª división.
En este punto de la Duat, las almas de los muertos son
juzgados por Osiris y sobreviene una gran pelea con la serpiente,
mostrando cómo Seth, la serpiente negra invisible, comienza a
superar a Horus y a establecerse a sí mismo como la identidad del
dios-sol. De la 10ª división hacia delante , los monstruos que el
dios sol encuentra toman un carácter más acuoso, mostrando cómo, de
nuevo, se ha vuelto sumergido en el profundo primordial y totalmente
tomado el disfraz de Seth.
(Las memorias de la Inundación son capturadas por los monumentos de Giza, y su vigilancia de edades de longitud, denotando el punto celestial del viaje de Nibiru a través de Orión cuando el mundo fue una vez destruido por el dios sol).
Desde allí, el orbe rojo se descolora rápidamente al oscilar hacia Tauro y Aries. Finalmente se pierde en la oscuridad, y se vuelve la serpiente oscura, Seth, una vez más.
Como una serpiente mordiendo su cola, la
trayectoria invisible de la estrella oscura eventualmente conduce de
nuevo de regreso a Isis, creando una alborada en el cielo.
Ellos basarán este argumento sobre la predominancia del culto al dios sol Ra. Pero Ra no era Horus, y hay fuerte evidencia de que estas dos deidades solares eran enteramente entidades separadas. El problema ha sido la previa carencia de otro ‘sol’ para señalar a cualquiera de los dos. Por supuesto que todo ha sido reducido a un solo Sol. El culto de Ra surgió después del culto a Osiris/Isis/Horus. La religión egipcia fue una conglomeración de diferentes panteones de deidades, muchas de ellas importadas, y los egipcios eran reacios a desechar a los ‘viejos dioses’ a favor de los nuevos.
Como tal, su mitología creció moldeando a un dios sobre el otro, y esto es lo que eventualmente sucedió con el dios sol Horus:
Este punto es crucial. Horus fue representado por los antiguos
egipcios de la misma manera que Nibiru fue representado por los
sumerios. Dado que la cultura sumeria pre-databa al Egipto
Dinástico, y que los egipcios estaban encariñados con importar ideas
religiosas extranjeras, es evidente que la aparición del Planeta
Alado fue adorada por los Egipcios como Horus.
Pero la importación de la religión del ‘Planeta Alado’ nos da un cuadro muy claro y simple de lo que realmente se trataban estos cultos estelares. El culto al Sol absorbió al culto de la estrella durante y después de la Cuarta Dinastía, de la misma manera que la Cristiandad era tan adepta absorbiendo las religiones politeístas que reemplazó, formando un panteón de santos para compensar a los dioses perdidos.
En el texto egiptológico, tratando con esta absorción de la identidad de Horus en la identidad de Ra, es claro que no eran una sola ni la misma, sino más bien dos identidades solares separadas:
Aquí hay una clara prueba que la identidad Horus no era aquella de Nibiru, y que se convirtió en un Segundo sol en el cielo en las raras ocasiones del paso del perihelio del Planeta Alado.
El asesinato de los enemigos denota la derrota de aquellos que han cesado de creer en el mundo-hogar celestial de los dioses. Horus tenía un número de diversos nombres, dependiendo sobre el marco de tiempo y de la secta egipcia rindiéndole culto.
Esto crea dificultades de interpretación para los egiptólogos, pero el escenario dado arriba los acomoda a todos con facilidad. Su identidad como Harmakhis era aquella de ‘Horus de los Dos Horizontes’, representando la aparición de Nibiru a un nivel diferente del cielo que aquel de Ra.
Los Textos de las Pirámides enfáticamente afirma que los dioses nacen con ‘Horus del Este’:
Otras formas de Ra ven a los egiptólogos agarrando identidades planetarias para Horus, a pesar de su propia insistencia de que los egipcios no estaban para nada interesados en la astronomía como una base para sus dioses:
Uno debe preguntarse porqué los egipcios identificarían a Horus con tantos diversos planetas, así como el Sol.
Si Seth es verdaderamente Mercurio, ¿cómo puede Horus ser simultáneamente Júpiter, Saturno, Marte y varios aspectos de la aparición del Sol? Esto es un completo desorden.
Parece mucho más probable que estos varios aspectos de Horus representen a un diferente viajero en los cielos, identificando su ruta. ‘Horus de No Videntes’ es supuestamente Nibiru viajando de regreso hacia el ‘profundo primordial’, mientras que Horus el Toro es el disco alado al desaparecer en la constelación de Tauro.
(Interesantemente, los toros eran una fuerte parte de las antiguas creencias religiosas, y las referencias a ellos comiendo serpientes o anguilas en mitos es bastante común.
Esto alude a Nibiru, la serpiente oscura que desaparece, siendo
consumido por Tauro al partir este de nuestros cielos. Lo mismo va
para Aries, cuando el dios sol roza, al partir, esta constelación ,
y esto pudiera explicar el énfasis en las colisiones en la antigua
mitología egipcia.)
Ambas Tierras podría significar los gemelos zodiacales, Géminis, iluminados por la estrella al pasar esta de largo, pero no a través de esta constelación.
O pudiera referirse a
su cara resplandeciente, brillando sobre las Dos Tierras de Egipto.
No es extraño, entonces, que el dios sol se ‘venga’ a sí mismo durante este raro paso en los mitos. En los milenios de intervención, las memorias de Nibiru no han desaparecido del todo, como es claro en nuestra moderna edad.
¿Porqué creer en lo que enteramente invisible?
La diferencia ahora es nuestra tecnología, el uso de la cual podría
permitirnos redescubrir a la serpiente invisible cuando ésta se
mueve a través del profundo primordial de la Nebulosa de Oort.
Pero aún no tenemos una cuenta histórica del último paso de Nibiru, el cual llena el siguiente criterio:
Nibiru en La Duat
Esta imagen contiene mucha información simbólica pertinente a nuestra investigación.
La serpiente alada cósmica parece estar viajando alrededor del perímetro de esta ‘isla en la Duat’.
La isla toma la forma de una elíptica alargada, la forma orbital de Nibiru. La serpiente alada toma mucho del simbolismo que hemos explorado por Seth y Horus; una serpiente oscura, un dios con cabeza de halcón y un par de alas celestiales.
Las tres cabezas de la serpiente son reminiscentes de
las tres cabezas del dragón alquímico Azoth. La pieza más crucial de
las imágenes, sin embargo, es la cruz en forma de Ankh, conduciendo
a la cabeza a mano derecha de la serpiente alada. Esto, he sugerido,
es el símbolo multifacético de la aparición de Nibiru.
La Quinta Hora es aquel que precede de inmediato al reino de Osiris (Orión), por lo que esta posición en los cielos encajaría bien con esta suposición. Puesto que la Quinta Hora es la parte ‘subterránea más profunda’ de los caminos secretos de Seker, ¿no nos estarán mostrando el punto del perihelio de Nibiru en las constelaciones del sur?
Desde Cáncer, el sendero escondido de Seker conduce a su punto más bajo en la Duat cerca de Sirio, antes de regresar hacia Orión.
Referencias
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