del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
Muchos son los que lo han perseguido tratando de dibujar su rostro, encontrar su nombre o crear un perfil psicológico de su figura. Tratar de identificar la efigie que se esconde detrás de ese nombre es tarea titánica ya que por más que queramos conjeturar quien es Yahvé, acabaremos errando estrepitosamente.
Si nos guiamos por los textos bíblicos no encontraremos con un Yahvé, que encierra en sí mismo una personalidad compleja y extremada, demasiado para ser una sola, la personalidad que se esconde tras él.
Yahvé, es paranoico, obsesivo compulsivo, celoso, esquizoide, bipolar, psicópata, clasista, endogámico…
Acabaríamos por sacar un
perfil psicológico, ciñéndonos exclusivamente a los textos,
ciertamente terrorífico alguien oscuro y sin una mínima chispa de
luz, que invite a pensar que ese ser es siquiera un dios "creador"
como los textos nos quieren hacer creer.
Básicamente partimos de
una idea limitada y coartada que nos dice que Yahvé es "uno" y eso
es lo que nos induce al error.
Se la reparten, se erigen como amos, y cada cual hace con su trozo lo que quiere, hasta que empiezan a quererlo todo y comienzan a matarse entre ellos (véase la mitología egipcia), historia que según ha ido avanzando el tiempo quedo reflejada en distintos mitos, repartida por esos distintos pueblos, con distintos nombres y distintos entornos, pero con un germen común que une todos esos mitos en una historia planetaria.
Junto con esos dioses,
convivían distintos dioses afines (¿familia quizás?), que a
ratos robaban protagonismo a estos principales actores, entran y
salen a escena, de distintas formas, con distintos nombres,
encarnando distintos roles, que acaban formando un drama
Shakesperiano unas veces y Quijotesco otras.
solo es una entidad igual a lo que seria tu banco o tu franquicia favorita.
Me atrevería a afirmar que Yahvé, no es un ser, un dios o nada que se le parezca, es inútil buscar un malo o un bueno, y encajarlo tras la etiqueta Yahvé.
Debemos partir de la base que YHVH no es un nombre, ningún dios antiguo, de ninguna civilización antigua, permitió que su nombre figurara en ninguna parte.
Esos "nombres" por los cuales fueron conocidos no eran más que adjetivos teñidos de títulos nobiliarios, los cuales fueron adaptados a la lengua de cada pueblo.
Enki, por ejemplo es el dios del agua y Enlil el dios del viento (y no sé cuántas cosas más), no son sus nombres reales, sus nombres jamás trascendieron, ni quedaron grabados o escritos, ya que poseer el nombre de alguien implica tener un control sobre él (según algunas creencias).
Jamás hubieran
trascendido sus planes de haber llegado al ser humano el nombre de
estos seres, ya que la voluntad del Ser humano conectado a la
fuente, verdadera energía de creación, hubiera socavado la voluntad
de estos pretendidos dioses.
Esos nombres pueden ser invocados por su real descendencia y llamados en un ritual preciso para lograr el apoyo y la voluntad de ese ser (pacto).
Muchos de sus
descendientes han encarnado distintos títulos que directamente los
conectaba con dios, ya sean reyes o mesías, sus linajes se han
conservado dentro de una enfermiza endogamia, que hemos visto, como
a estas alturas esas prácticas, han llevado a tener familias regias
con perfil mental ciertamente mongoloide.
Los ángeles como Gabriel que interfirieron y compartieron con el hombre, en nombre de Yahvé, solo seguían los designios y la agenda de un consejo, una corporación o un clan.
Las luchas fratricidas dentro de ese consejo, acabaron con distintos genocidios en la Tierra, luchas entre facciones dentro de esa entidad llamada Yahvé.
Se puede concluir que uno
u otro se dirigió directamente a sus acólitos y sacerdotes,
interpretando los textos, por los distintos tipos de Yahvé que hay,
a mi modo de ver, encajar a Yahvé, en la figura de Enlil o
Anu, por ejemplo, es un error, ya que ellos tomaban
arbitrariamente esta etiqueta según les parecía.
Aun ves esta corporación como a un dios, pero solo tienes que echar un vistazo a cómo se comportan las empresas para darte cuenta que sus discípulos adoran a un dios societario, dictador y mercantil, que se apodera de los recursos y predica hambre y miseria.
Yahvé, la corporación que forma doctrina religiosa en sus adeptos y convierte en esclavos a sus seguidores, Yahvé se comporta como Monsanto, un banco o cualquier multinacional farmacéutica, no hay diferencia en sus políticas, en sus mandamientos, en sus dogmas, corporativismo y consumo, que consume a quien las sigue.
La fe de ayer es
el corporativismo de hoy, globalización a golpe de talonario,
dinero sacrosanto al que elevar nuestras plegarias, una forma de
convertir en religión una empresa.
con el
dinero como único evangelio.
Una empresa que manipulo y traumatizo al ser humano y lo fue guiando hacia su propia condena.
Queda patente que detrás de la organización que hay detrás de Yahvé, acabó venciendo la facción más psicópata y enfermiza, un creador que masturba y desquicia su propia creación, desligándola de sí misma y formando un ser miedoso y acomplejado, del que es fácil extraer un producto, con el cual mercadear.
Construir un entorno donde otras corporaciones (Federaciones) pueden exiliar a su disidencia y mantenerla bajo control férreo, contribuyendo a su vez a la producción de cosecha corporativa, la cual se está anunciando en los mejores hogares de la galaxia.
Eres producto, eres fruto
y desglose quántico de energía vital destilada y embotellada, eres
la taurina que inmortaliza la vida de unos pocos federados en este
selecto club de campo.
Es más sencillo comprar el concepto que dice que esto es una guardería espiritual, que un centro penitenciario.
Creadores creativos
encerrados en una creación totalmente descreída de todo lo que hay
en la creación. Aun muchos ven en Yahvé a un dios, muchos toman la
facción enkineana como lo correcto, como los verdaderos creadores,
pero no es más que otro engaño.
Debemos obviar y dejar de
tratar de encajar a ese "dios" tras las barbas de un solo ente,
aparcar un poquito a Enlil y a Enki ya que está claro que ambos
forman parte de esa entidad bipolar, junto con los otros
miembros que forman la constelación tras este malparido Yahvé.
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