21 Marzo 2016
del Sitio Web
GazzettaDelApocalipsis
Como venimos denunciando desde hace tiempo, hay gran cantidad de
detalles en nuestra vida cotidiana que nos pasan desapercibidos y
que ponen de manifiesto hasta qué punto alcanza el lavado de
cerebro al que todos estamos sometidos.
Y aunque parezcan simples anécdotas, si somos capaces de
identificar, analizar y exponer estos mecanismos de programación
mental que se manifiestan en nuestro día a día, estaremos dando
el primer paso indispensable para liberarnos de las cadenas
psicológicas que nos esclavizan.
Realmente no necesitamos descender al inframundo para enfrentarnos a
los demonios:
los demonios contra los que tenemos
que luchar para alcanzar nuestra libertad, ya están aquí, dentro
de nuestras cabezas, convertidos en mecanismos inconscientes que
nos subyugan por completo.
Y de nada servirán los grandes
manifiestos liberadores, ni las grandes teorías políticas,
espirituales o esotéricas que muchos querrían escribir para iniciar
la "gran liberación de los seres humanos", si al final resulta que
iniciamos esta "lucha" con estos mecanismos cotidianos cómodamente
instalados en nuestras mentes y que condicionan todas nuestras
actividades, anhelos y pensamientos, hasta el punto de convertirnos
en algo parecido a robots biológicos que se dedican a responder de
forma refleja y condicionada a estímulos sociales.
Vamos a poner como ejemplo un artículo que hemos visto navegando por
las redes y que se titulaba:
¿Buscas una Frase para Tatuarte?
Aquí tienes 20 Ideas...
A primera vista puede parecer el típico articulillo insulso que
podemos encontrar en webs o revistas dedicadas a noticias de
celebridades, modas urbanas, trucos de belleza y chuminadas
similares.
Pero volvamos a leer bien el título y démonos cuenta del mensaje que
nos está transmitiendo:
¿Buscas una Frase para Tatuarte?
Aquí tienes 20 Ideas.
Este titular es un retrato perfecto del
nivel de vacío mental y falta de significado de gran parte de la
sociedad actual.
Tengamos en cuenta lo que es un tatuaje:
se trata de un dibujo grabado en tu
propia piel (en un proceso no precisamente placentero), que
potencialmente debería acompañarte el resto de tus días.
El hecho de que esa imagen esté plasmada en tu piel, significa
que forma parte integral de ti mismo y que de alguna forma, te
representa como individuo, sobretodo de cara a los demás.
Este es el sentido que deberían tener
las cosas en un mundo en el que la mente de las personas funcionara
de forma mínimamente correcta y lógica.
Y más concretamente, en el caso de una frase tatuada, conteniendo
como contiene un mensaje explícito y concreto, lo lógico sería
suponer que esa frase tendrá un alto significado a nivel vital para
la persona que la lleva, pues ejercerá prácticamente de "leit motiv"
de su propia experiencia vital, de sus pensamientos o de su actitud
ante la vida.
En tal caso, el proceso mental que seguiría una persona con un
mínimo de conciencia de su propia identidad individual cuando se
tatúa una frase en el cuerpo, sería:
-
La persona experimenta un fuerte
SENTIMIENTO a nivel íntimo del tipo que sea
-
Ese sentimiento es traducido por
el propio individuo en forma de MENSAJE con el que se
identifica
-
Nace la NECESIDAD de expresar
ese mensaje
-
El mensaje se plasma sobre la
piel, en forma de frase tatuada, como EXPRESIÓN final del
sentimiento y del profundo significado que tiene para la
persona en cuestión
Así pues, en este proceso lógico,
generado por un sentimiento íntimo y por tanto, generado por una
conciencia individual, lo primordial es el CONTENIDO del mensaje y
no la FORMA en que se expresa, que finalmente, resulta ser algo
secundario.
Sentimiento-Mensaje-Necesidad-Expresión
Sin embargo, si leemos el titular '¿Buscas una Frase para Tatuarte?
Aquí tienes 20 Ideas', lo que tenemos es un proceso opuesto:
aquí se da la importancia principal
al hecho de tatuarse una frase en la piel y después, como
elemento subordinado, se busca el contenido o mensaje que debe
transmitir esa frase que va a tatuarse.
Es decir:
aquí el contenido el mensaje que se
quiere transmitir y que debería dar sentido al hecho de
tatuarse, es lo de menos. ¡Lo importante es tatuarse una frase,
sea cual sea! ¡Ya buscaremos después cuál debe ser!
En este caso, el CONTENIDO está
completamente supeditado a la FORMA.
Lo que resulta más significativo, es que esa frase grabada en la
piel y que por lo tanto, representa al individuo, ni tan solo la
genera el propio individuo que la lleva en forma de tatuaje, sino
que la "copia" de fuentes generadoras externas; es decir, la
adquiere como quien va a un supermercado a comprarse una chocolatina
y debe elegir entre las diferentes marcas que hay en la estantería.
Es una representación clara y evidente del triunfo del vacío
mental y de la falta de sentido y significado que se intenta
promocionar en la sociedad actual en todos los individuos.
En este caso, el proceso mental que sigue el individuo que se tatúa
la frase es:
-
Se genera la necesidad de IMITAR
una actitud externa, en este caso, "tatuarse una frase"
-
Se busca en el entorno un
MENSAJE que tatuar
-
Se genera la ilusión de una
IDENTIFICACIÓN con ese mensaje externo elegido
-
Se plasma el mensaje como
EXPRESIÓN final de esa necesidad de imitar una actitud
social externa
Fijémonos que este proceso no está
generado por un sentimiento íntimo, que nazca en el interior del
individuo y que después se plasme de cara al exterior.
En este caso, todo el proceso se produce en el EXTERIOR del
individuo.
La fuente generadora del proceso es básicamente la necesidad de
IMITAR una actitud social que ocurre "fuera de uno mismo".
No hay un sentimiento íntimo que derive
en la necesidad de plasmar un mensaje propio, porque de hecho, el
factor de conciencia individual es prácticamente inexistente.
El titular va dirigido a personas que "piensan" algo como:
"¡Hostia, que guapo eso de tatuarse
una frase en la piel! ¡Cómo mola! ¡Voy a buscarme una frase que
tatuarme para parecerme a todos esos que las llevan y que les
quedan tan bien!"
Para comprender mejor el nivel de
absurdo que implica el titular '¿Buscas una Frase para Tatuarte?
Aquí tienes 20 Ideas', vamos a hacer, a modo de ejercicio mental,
una analogía entre tatuarse una frase en la piel y otra actividad
cotidiana.
Por ejemplo, podríamos comparar a las personas que se tatúan el
cuerpo, con las personas que subrayan los libros que leen. (que
quede claro que no establecemos una relación entre ambas
actividades)
Hay personas que no tienen ningún problema en subrayar con un
marcador fosforescente o con un rotulador, las frases o párrafos que
más les llaman la atención en los libros que están leyendo.
Este tipo de personas, inconscientemente, consideran el libro como
una propiedad a su pleno servicio, un instrumento del que pueden
hacer pleno uso cómo más les plazca o más les convenga. El libro es
suyo y hacen lo que creen necesario para sacarle el máximo partido y
punto.
Las personas que se tatúan el cuerpo, actúan de forma análoga:
ven su propio cuerpo como una
propiedad o un instrumento al que pueden sacarle partido como
crean conveniente.
En oposición a esta actitud, hay otro tipo de personas que se
sienten incapaces de subrayar un libro con algo que deje una marca
permanente, aunque el libro sea suyo y se trate de un baratísimo
ejemplar de bolsillo.
De forma inconsciente, estas personas actúan ante el libro de forma
reverencial, como si el libro no fuera de su propiedad, sino un
préstamo precioso que se les ha concedido.
Si seguimos con la analogía, formarían parte de ese tipo de personas
que son incapaces de hacerse un tatuaje en el cuerpo, pues
inconscientemente lo consideran como la violación de "algo sagrado".
Bien, la posible analogía entre las personas que subrayan libros y
las que se hacen tatuajes, nos servirá para comprender hasta qué
nivel llega el absurdo de la programación mental a la que
estamos sometidos.
Supongamos que alguien con visión comercial, empieza a ver a las
personas que subrayan libros como un posible nicho de mercado del
que se puede sacar un beneficio.
Esa persona con visión empresarial, rápidamente empieza a crear una
colección de marcadores fosforescentes de diferentes colores,
formatos y diseños y decide venderlos al público de la forma más
atractiva posible para ganar dinero.
Para ello, el fabricante de los marcadores fosforescentes contrata a
una agencia publicitaria para que cree una campaña y el publicista
decide grabar un anuncio de marcadores fosforescentes con David
Beckham como protagonista.
Imaginemos por un momento cómo podría ser el anuncio:
"Vemos a David Beckham leyendo un
libro en un tren (sí, es una imagen chocante), con su cuerpo
esculpido en un gimnasio, sus cejas bien depiladitas y su típica
expresión de chico guapo super-mega-interesante estudiada
durante horas ante un espejo; viste de forma 'casual', pero a la
última moda (vamos, que lleva unos tejanos de 1000 euros).
Mientras lee el libro con expresión
concentrada, se golpea suavemente los labios con el marcador de
diseño, y de tanto en tanto, subraya sus frases preferidas en el
libro.
En un momento dado, Beckham levanta
los ojos de su lectura y mira por la ventana pensativo, mientras
las gotas de lluvia golpean el cristal y se ve un bonito paisaje
de fondo.
Al otro lado del vagón, una joven hermosa, que también lee y
subraya su libro con un marcador de la misma marca, lo observa
disimuladamente y entonces el tren entra en un túnel y Beckham
la descubre reflejada la ventana, mirándole fijamente.
Sus miradas se cruzan a través del
reflejo en el cristal, ella hace una caída de ojos e
intercambian una sonrisa entre cómplice y tímida, que
probablemente será el inicio de una conversación (elíptica en el
anuncio), que a su vez acabará en un romance (también elíptico
en el anuncio).
El anuncio se remata con el lema: 'Mark your best moments'."
Ya pueden imaginarse qué sucedería si
hicieran un anuncio como éste y vendieran un producto de ésta
índole, ¿no?
De repente nacería una nueva tendencia: la de la "gente super cool
que subraya libros con marcadores fosforescentes" y probablemente,
tendríamos una oleada de personas, (posiblemente jóvenes), que
empezarían a comprar libros para poder subrayarlos con el marcador
fosforescente de moda mientras viajan en metro, bus o tren, o están
tumbados sobre el césped del parque.
Lo importante ya no sería comprar los libros para leerlos, sino
comprarlos para poder subrayarlos e imitar así la pose de David
Beckham.
No importaría el libro que se comprara, ni las frases que se
destacaran: sólo importaría que los demás te vieran hacerlo.
¿Les parece una elucubración
ridícula y sin sentido?
¿Les parece imposible que algún día podamos ver proliferar en
nuestras calles una moda tan estúpida como ésta?
No es algo más absurdo que lo que ya vemos a nuestro alrededor.
Al fin y al cabo, hay gente que ve que
alguno de sus "ídolos" lleva una frase tatuada en el cuerpo y
piensan:
"Yo también quiero tatuarme una
frase como fulanito: la que sea, voy a buscar una por ahí".
Incluso ha habido gente que un buen día
vieron que su ídolo llevaba tatuada una expresión ininteligible con
caracteres orientales y corrieron a su tatuador a que también les
tatuara "lo que fuera, pero con letras chinas", aunque fuera la
frase "bésame el culo, Confucio"
Hemos llegado a este nivel de absurdo en nuestras
sociedades, expresándose de mil y una maneras diferentes.
Sin embargo, puesto que esta evidente patología psicológica afecta a
tantísima gente, todos lo consideramos como algo "normal", aunque
tales actitudes no tengan la más mínima justificación lógica.
Y aunque todo lo que denunciamos puede parecer una anécdota de
carácter social, en realidad es mucho más grave y profundo de lo que
parece a primera vista.
Lo que estamos viendo en realidad, son los estadios previos a la
destrucción final de la identidad y la conciencia individual en el
ser humano.
En el anterior artículo,
Sueños
de Borrego,
decíamos:
"Al principio, el Sistema manipulaba
con programación social nuestro propio ego para alejarnos de
nosotros mismos.
Ahora, ya ha dado un paso más y ya trabaja directamente en la
demolición de nuestro ego, como paso previo a que dejemos de ser
individuos diferenciados y pasemos a ser componentes integrales
de una futura mente de colmena".
Pues bien, un reflejo físico y evidente
de este paulatino proceso de programación mental, que nos lleva a
que despreciemos cada vez más nuestra propia identidad individual,
lo tenemos en la forma en que muchos jóvenes tratan sus propios
cuerpos, que al fin y al cabo, son su representación física y
tangible como individuos.
Estos últimos años hemos visto proliferar la absurda moda de
tatuarse el cuerpo hasta que éste parece un muro lleno de grafitis y
garabatos; o la moda de los piercings, que consiste en algo tan
incomprensible como agujerearse la piel por todas partes clavándose
trozos de metal, sin que ello tenga ninguna función ni ningún
sentido que justifiquen el dolor sufrido, la agresión al propio
cuerpo, el atentado a la propia salud, ni la incomodidad asociada a
tales prácticas.
Así ha sido como sin darnos cuenta, hemos pasado de tener a un
cierto tipo de personas que consideraban su propio cuerpo como un
instrumento a su servicio y que, ejerciendo la plena soberanía sobre
él, lo utilizaban para expresar sentimientos o actitudes propias en
forma de tatuaje, a una gran masa de gente que se tatúa o se
agujerea la piel sin ton ni son y que maltratan sus cuerpos sin
ningún sentido, sólo con el afán de imitar cualquier estupidez que
vean a su alrededor, aunque ello les comporte sufrir dolor físico, o
arriesgar su propia salud.
De hecho, si lo miramos bien, el Sistema ha conseguido que
determinados individuos empiecen a agredirse físicamente a sí mismos
llegando a causarse dolor, en lo que empezaría a ser un sacrificio
ritual inconsciente de la propia identidad individual.
Primeros casos extremos
de auto-sacrificio al
Sistema
Ya solo falta que ese ente llamado Sistema, un buen día llene
las calles de altavoces y nos grite explícitamente:
"¡Sacrifica de una vez tu asquerosa
individualidad y entrégala al Dios-Sistema para que la devore en
el altar del Nuevo Paraíso sin individuos diferenciados!
¡Deja de 'ser tú mismo', miserable individuo y conviértete 'en
parte de mi' y te garantizo que tu angustia terminará para
siempre!"
Y quizás el Sistema tiene razón y
cumplirá con su promesa: al fin y al cabo, no hay nada menos
angustioso que NO SER NADA...
NOTA ADICIONAL:
Ante la posibilidad de que alguien
malinterprete este artículo, quiero dejar claro, que en él no se
critica el mundo del tatuaje ni a la gente que se tatúa. Cada uno
hace con su cuerpo lo que quiere.
Esto no va de tatuajes, sino del sentido
que se le da a nuestros actos y actitudes…
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