8 Octubre 2014
del Sitio Web
GazzettaDelApocalipsis
Todos somos conscientes de ello: la población está siendo
manipulada.
Vivimos inmersos en una constante guerra psicológica a gran escala,
en la que la mayoría de la población es conducida como un rebaño
camino del matadero, bajo la susurrante e hipnótica cantarela de
los medios de comunicación y las
paternales proclamas y los lemas anestesiantes de la clase política
dirigente.
Uno de los primeros pasos que debemos dar para liberarnos de este
yugo es tomar plena conciencia de cuáles son las técnicas de
manipulación empleadas sobre nosotros y una vez las conozcamos,
observar los hechos bajo la nueva lente que nos ofrezca ese
conocimiento, con el fin de detectar las futuras maniobras de
aquellos que nos consideran una masa informe y descerebrada.
Hay muchas técnicas de manipulación, pero en este artículo nos
centraremos en dos que están basadas en la gestión de la amenaza.
Las podríamos llamar:
LA LEY DE LA AMENAZA
INCUMPLIDA
Últimamente nos hemos visto azotados por
las terribles escenas de decapitaciones de los rehenes del Estado
Islámico.
Invariablemente, una y otra vez, se repite la misma escena:
los rehenes hablan a cámara con toda
tranquilidad y permiten, sumisamente, que su captor les ponga el
cuchillo en el cuello, sin oponer resistencia ni mostrar el más
mínimo atisbo de terror ante lo que les está a punto de suceder.
Duele decirlo de forma tan cruda, pero
todos se han comportado hasta el momento como corderos a punto de
ser degollados.
Y eso ha llevado a que mucha gente se pregunte:
¿por qué estas personas se muestran
tan tranquilas si están a punto de ser decapitadas?
La posible respuesta parecen tenerla
personas como el periodista francés Didier Francois, que
permaneció capturado durante 10 meses por el Ejército Islámico,
antes de ser liberado. (link)
Según Francois, los captores someten a los rehenes a numerosas
ejecuciones simuladas.
Es decir, cada rehén, agotado, aislado, maltratado y humillado por
sus captores, es regularmente arrancado de su celda y se ve sometido
al mismo ritual de la decapitación, una y otra vez, hasta que se
acostumbra a ello como si se trate de una rutina.
Podemos imaginar que las primeras veces los rehenes deben chillar de
terror y deben tratar de luchar y liberarse ante el destino
inminente que creen que les espera. Pero cada vez que se ven
sometidos a esta escena, la ejecución que tanto temen se limita a
una simple escenificación teatral, tras la cual son devueltos a sus
celdas, sanos y salvos.
De esta manera, los rehenes se acostumbran a vivir la misma
situación, una y otra vez, y dados los precedentes y la repetición
de la liturgia que experimentan rutinariamente, llega un momento en
que al ser sacados de sus celdas ya no muestran miedo ni oposición,
pues acaban creyendo que todo terminará como las veces anteriores.
Una vez conseguida esta actitud sumisa en los prisioneros y una vez
se muestran dóciles y agotados, llega el momento en el que los
captores, ahora sí, pueden decapitarlos ante las cámaras con toda
tranquilidad y sin ningún tipo de oposición.
Es, sin lugar a dudas, una técnica de manipulación psicológica
espantosa y retorcida.
Ahora bien:
¿puede aplicársele una técnica
similar a toda una población?
Hay ciertos indicios de que podríamos
estar experimentando algo parecido a gran escala.
Imaginemos que regularmente somos advertidos de la llegada de algún
tipo de acontecimiento apocalíptico:
En este caso, los rehenes amenazados de
muerte somos nosotros, la población, y cuando somos advertidos del
peligro que se cierne sobre nosotros, todo parece encajar:
multitud de pistas y la propia
realidad que nos rodea nos indican que ese acontecimiento
apocalíptico va a producirse, de la misma manera que al rehén,
que se ve con el cuchillo en el cuello, todo le indica que está
a punto de ser ejecutado.
Y cuando creemos que llega el momento y
que el cielo se nos caerá encima… no sucede absolutamente nada.
Una y otra vez, de forma invariable,
tras cada advertencia de cataclismo, la situación sigue siendo
estable y la rutina continúa, como todos los días.
Si esto fuera realmente así y se estuviera aplicando esta técnica de
manipulación psicológica sobre la población, llegaría un día en el
que todos seríamos advertidos de la llegada de un gran cataclismo y
unánimemente responderíamos con expresión cansina:
"Bah, ni caso: es la típica
advertencia apocalíptica que solo busca provocar miedo. Ya lo
hemos vivido muchas veces y nunca sucede nada",
...y seguiríamos con nuestra rutina
diaria sin prestar atención a los indicios que nos rodearan, por
inquietantes que éstos fueran.
Al ofrecer este tipo de respuesta, estaríamos en la misma situación
que los rehenes habituados a las simulaciones de ejecución y
podríamos ser sacrificados en masa sin ofrecer la más mínima
resistencia, de la misma manera que son decapitados los rehenes
del Estado Islámico.
¿Realmente es descabellado sospechar que estamos siendo sometidos a
esta técnica de manipulación mental?
Los medios alternativos, aquellos que vienen a ser calificados
peyorativamente como "conspiranoicos", vienen advirtiendo, desde
hace años y por poner un ejemplo, de la llegada de un gran
colapso económico.
Colapso de la Economía USA
¿Está usted preparado?
Los datos que ofrecen muchas veces son
dignos de tener en cuenta.
Además, la situación económica general,
combinada con las incesantes mentiras de los gobiernos y de los
grandes organismos financieros, ofrecerían indicios de que dicho
colapso puede llegar a producirse de un momento a otro.
Sin embargo, año tras año, y a pesar de todas las advertencias
apocalípticas, el colapso sigue sin producirse y los medios
alternativos quedan a ojos de la población como unos mentirosos,
unos paranoicos y unos exagerados.
Lo mismo podemos decir acerca de otros tipos de eventos
catastróficos.
Por poner un ejemplo, ahí están los presuntos preparativos que desde
hace años se vienen produciendo en EE.UU. ante un,
"evento catastrófico
'indeterminado'."
Click en imagen
Al menos desde 2009, corren por Internet
numerosas noticias y vídeos en los que se muestran descampados
repletos de supuestos ataúdes de plástico
destinados a realizar enterramientos masivos, imágenes de grandes
explanadas con cientos de contenedores de hormigón enterrados,
presuntamente construidos para albergar fosas comunes, o las ya
insistentes noticias de carácter "conspiranoico" que hablan de la
creación de numerosos y gigantescos
refugios subterráneos en los que
las élites irían a guarecerse ante la llegada de un gran cataclismo
aún por concretar.
Incluso hemos vivido con anterioridad la aparición de un par de "epidemias
falsas" como la de la gripe aviar, así como constantes
amenazas con enfermedades como el SARS, el MERS y todo tipo de virus
con nombres extraños e inquietantes.
No es extraño pues, que tras tantas advertencias de epidemia mundial
que han resultado ser exageraciones, el comentario más frecuente que
se puede escuchar acerca de
la
actual 'epidemia' de Ébola sea:
"están haciendo lo mismo que con lo
de la gripe aviar. Solo buscan crear miedo para hacer negocio
con las vacunas"
Más o menos todos hemos pensado lo
mismo, incluido quien escribe este texto.
Y todos seguimos con nuestras vidas sin mover ni un dedo, creyendo,
convencidos, que todo lo del Ébola no es más que un "cuento".
Pensar y actuar así es lo lógico, es lo que dicta el sentido común.
Pero no nos engañemos:
es el mismo sentido común basado en
la repetición de situaciones que han experimentado las personas
decapitadas por el Ejército Islámico.
Si seguimos con la hipótesis de que
estamos siendo sometidos a esta técnica de manipulación masiva, lo
que queda claro es que los medios de comunicación alternativos
están siendo utilizados como tontos útiles, como meros altavoces
que nos advierten de la llegada de un lobo que nunca hace acto de
presencia… hasta el día en que realmente llegue y nadie les haga
caso.
Evidentemente hay puntos débiles en esta
hipótesis.
Alguna gente podría argumentar acertadamente que:
"si suponemos que hay élites que
quieren provocar algún tipo de cataclismo mundial que conduzca a
un masivo Reset planetario, lo mejor sería hacerlo directamente
y por sorpresa, sin tanta amenaza incumplida"
Pero quizás, llevar a cabo una maniobra
de tal magnitud requiere de unos largos y costosos preparativos que
dejarán pistas inevitablemente. Indicios que harán sospechar a
periodistas e investigadores, capaces de difundir información a
través de Internet y por lo tanto, relativamente difíciles de
controlar.
Si ésta fuera realmente la situación y llevar a cabo estos
preparativos dejara inevitablemente cabos sueltos, lo mejor sería
aplicar La ley de la Amenaza Incumplida…y ahora mismo ya
estaríamos todos listos para ser "decapitados".
Evidentemente, esto no es más que una hipótesis sin fundamento… pero
da que pensar, ¿no?
LA LEY DE LA AMENAZA
EXAGERADA
Su aplicación es constante, tanto en el mundo de la política como en
el terreno mediático, pero sin embargo, es en los medios
alternativos de Internet donde alcanza sus mayores cotas de
efectividad.
Para definir en qué consiste, utilicemos un ejemplo:
Supongamos que eres un esclavo y que
tus "amos" te amenazan con que van a cortarte un brazo por
haberte portado mal.
Tú, temeroso, te preparas para lo
peor y cuando llega el momento, tus amos se limitan a cortarte
un dedo de la mano.
Acabas mutilado y dolorido, con un dedo menos, pero te sientes
aliviado porque estabas convencido de que ibas a perder el brazo
entero. De hecho, ya te veías sin él.
Cuando esto sucede, observas tu brazo casi como si te lo
hubieran regalado, como si fuera algo perdido que acabas de
recuperar y dejas de fijarte en la auténtica realidad de los
hechos: y es que esos amos tan crueles, te han cortado un dedo.
Sin embargo, y aunque tú no lo sepas, resulta que tus amos
siempre habían tenido la intención de tan solo cortarte un dedo
para que pudieras seguir trabajando para ellos.
Se trata pues, de una maniobra de
manipulación mental de carácter narrativo.
Resumiendo, con la Ley de la Amenaza Exagerada, se alcanzan
tres objetivos:
-
Primero, desactivar tu posible respuesta
De alguna manera olvidas que te han cortado un dedo y lo
aceptas como un mal menor, porqué creías, convencido,
que ibas perder mucho más.
Es decir, te resignas, en lugar de rebelarte, pues la sombra
de la posible amputación del brazo si no obedeces a tus
amos, sigue ahí, bien presente.
-
Segundo, destruir tu credibilidad
Si cuando recibes la amenaza le cuentas a los otros esclavos
que los amos van a cortarte el brazo y después resulta que
solo te cortan el dedo, tu credibilidad queda afectada y tú
quedas a ojos de los demás como un paranoico y un exagerado.
Incluso tú mismo te acabas viendo como un paranoico.
Esta es la maniobra que se utiliza fundamentalmente para
destruir la credibilidad de los medios alternativos a
ojos de la población y encaja plenamente con los
procedimientos empleados en la maniobra de manipulación
anteriormente expuesta, la de la Ley de la Amenaza
Incumplida.
-
Tercero, amar a tus agresores
Al final acabas pensando:
"solo me han cortado un
dedo… en el fondo, mis amos no son tan malvados, podrían
haberme cortado el brazo, o incluso matarme, pero me han
tratado con una cierta humanidad…"
Es decir, acabas albergando un
cierto grado de agradecimiento hacia aquellos explotadores
que te han arrebatado un dedo.
Como podemos ver, estas leyes de la
amenaza se reproducen, constantemente, de una manera u
otra, en todas las teorías de conspiración que inundan las
redes en estos momentos.
Pero lo que es más grave es que estas mismas técnicas de
manipulación masiva son ampliamente utilizadas en el campo de la
política actual, a todas las escalas y por parte de la mayoría de
gobiernos.
Es esencial, pues, que todos y cada uno de nosotros las tengamos
bien presentes ante cualquier anuncio de nuestros gobernantes o de
los medios de comunicación, sean en el ámbito que sean, para evitar
que nos sigan manipulando como a un vulgar montón de borregos.
Y más importante aún, cuando veamos que las utilizan, no debemos
dudar ni un momento en denunciarlo y en hacérselo ver al máximo
número de personas posible.
Si nos tratan como a un rebaño es porqué nosotros no hacemos nada
por impedirlo…
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