por Carmen
12 Septiembre 2011
del Sitio Web
OffTheGridNews
traducción de
Adela Kaufmann
Versión
original
Con la obvia excepción de un terremoto, en general no es exacto
decir que los desastres naturales golpean sin previo aviso.
Pero a pesar de que la mayoría de las personas atrapadas en un
huracán, inundaciones, tornados, o incendios forestales por lo
general tienen alguna oportunidad de prepararse para la inminente
calamidad, los cambios que estas tormentas pueden traer son aún
dramáticos y traumáticos.
No importa lo bien preparado que alguien piensa estar cuando algo
malo viene en camino, los desastres naturales son un verdadero giro
de la rueda de la ruleta, y cuando los agentes caprichosos de la
naturaleza de la destrucción llegan, podrían decidir tirar el
martillo a quien sea.
Por supuesto, los que pagan el precio más alto son las verdaderas
víctimas de los desastres naturales, y los que sobreviven tienen
muchas razones para sentirse agradecidos y bendecidos.
Sin embargo,
mientras los sobrevivientes tienen la suerte de estar vivos, nadie
queda indemne después de un desastre natural.
Los sobrevivientes de un desastre pasan a través de una amplia gama
de sentimientos y emociones, y si no se cuidan a sí mismos o
reconocen todo lo que han pasado, pronto pueden encontrarse a sí
mismos ahogándose en un mar de depresión y crisis emocional.
¿Cómo es sobrevivir?
Eventos, como tornados,
terremotos, deslizamientos y tsunamis dejan
un rastro de destrucción a su paso.
Incluidas en este camino de lágrimas están las almas rotas y
espíritus de aquellos que en un instante han perdido sus bienes, sus
casas, sus animales domésticos, y en algunos casos, las personas que
conocían y por quienes se preocupaban. Los desastres naturales son
eventos traumáticos, y los que viven a través de ellos experimentan
una serie de síntomas que son familiares a los que han pasado por la
guerra o han sido víctimas de un crimen.
Es lo repentino de todo eso lo que mueve los mundos de la gente
hasta sus cimientos.
Los acontecimientos traumáticos sacuden a las personas hasta su
núcleo emocional, psicológico, espiritual, financiero y social.
Dejan caos y ruina donde antes habían estado hogares seguros y
protegidos, y un enorme y abierto proceso de reconstrucción de la
vida donde antes había habido estabilidad.
En el período inmediatamente posterior a un desastre natural, los
sobrevivientes pueden experimentar una mezcla de sentimientos. Por
supuesto que habrá alegría y alivio por estar vivo, y también una
gran felicidad si sus seres queridos sobrevivieron ilesos a través
de todo.
Pero una vez que la adrenalina del momento desaparece, los
sobrevivientes son propensos a experimentar una serie de síntomas
negativos, que podrían incluir:
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Miedo
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Ansiedad
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Insomnio
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Cólera repentina
-
Sensibilidad a los ruidos fuertes
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Ataques de llanto
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Depresión
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Problemas de concentración
-
Pesadillas y flashbacks
-
Cambios de humor e irritabilidad
-
Pesimismo general
Estas son las reacciones típicas ante un estrés extremo.
Además de estas respuestas de base psicológica, aquellos que han
pasado por un evento impactante y traumático también pueden
experimentar los síntomas de enfermedades físicas, tales como,
Hay una cosa de todo esto que es muy importante tener en cuenta, y
es que estas reacciones son completamente normales en la cara de un
evento mundial estremecedor.
Sólo cuando estos síntomas persisten por meses en lugar de semanas
es que hay un problema grave que pudiera ser necesario abordar.
Haciendo frente a las secuelas
Para los sobrevivientes de desastres naturales, la agitación interna
y el caos no podían llegar en peor momento.
No sólo son muy vulnerables a causa de todo lo que ha pasado, sino
que también puede haber una enorme cantidad de trabajo que se tiene
que hacer para reconstruir sus vidas y las vidas de sus familias.
Estos son tiempos que empujan a los hombres y a las mujeres al punto
de quiebre, pero también son los tiempos en que la gente necesita
ser fuerte, resistente, y decidida a no ser golpeada por las fuerzas
oscuras de la naturaleza destructiva.
Por lo tanto, es sumamente importante que las personas tomen las
medidas necesarias para ayudarse a sí mismos a superar lo que ha
sucedido y seguir adelante con sus vidas lo más rápidamente posible.
Lo que están sintiendo es natural, y nadie debe estarse golpeando a
sí mismos debido a que no están en su mejor momento en esos
terribles momentos después de un desastre. Pero al mismo tiempo, las
víctimas del desastre no pueden permitirse el lujo de sentarse y
esperar a que los síntomas incapacitantes a desaparezcan por su
propia cuenta.
En su obra clásica El Hombre En Busca De Un Sentido (Man’s Search for Meaning), el psiquiatra y
sobreviviente del Holocausto Viktor Frankl estudió a personas que
habían logrado sobrevivir en las circunstancias más extremas, y se
encontró con que lo único que los unía a todos es que cada uno tenía
algo importante que necesitaban para vivir, algo que le dio sentido
y propósito a sus vidas.
Sin ese propósito, el alma humana se marchita y muere, pero cuando
tienen algo que da verdadero sentido a su vida, la gente puede
lograr cosas asombrosas e inspiradoras.
Desafortunadamente, la psicología moderna no ha seguido el ejemplo
del Dr. Frankl, y en vez de estudiar a aquellos que prefieren
descubrir sus secretos, se han seguido concentrando en la disfunción
y discapacidad mental, buscando respuestas, donde las cosas han
salido mal en lugar de donde han salido bien .
Para víctimas de desastres naturales, sólo una actitud positiva va a
ayudar, y logrando salir a través de los tiempos oscuros les obliga
a estar completamente centrados en cosas que puedan dar sentido a
sus vidas sentido y propósito.
Estrategias específicas para la supervivencia y reavivamiento
Hay cuatro cosas que la gente puede hacer para ayudarse a sí misma a
encontrar el sentido y la inspiración cuando los tiempos son los más
difíciles.
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La primera de ellas es vivir en el momento en que la medida de lo
posible. Las víctimas del desastre no deben mirar hacia atrás a lo
que fue, o hacia adelante a lo que pudieran querer que sean las
cosas. En su lugar, deben poner toda su energía física y emocional
en sobrevivir el momento y ayudar a sus miembros de la familia a
hacer lo mismo.
Centrándose en las necesidades de supervivencia sin
duda pone enfrente y en el centro lo que es a corto plazo más
significativo, donde debe estar, y vivir el momento es uno de los
mejores antídotos encontrados para desactivar la depresión.
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La segunda estrategia importante para hacer frente es practicar es
un estilo de vida saludable en todos los aspectos.
Comer alimentos saludables, beber mucha agua, dormir lo suficiente,
hacer ejercicio regularmente - todas estas cosas dan sentido y
propósito a la actividad diaria, ya que entregan el mensaje
subliminal de que la vida vale la pena vivirla y luchar incluso
cuando los tiempos son más duros.
Estas actividades también ayudan a reducir drásticamente los niveles
de estrés y ayudan a combatir la enfermedad física que pudiera
aprovecharse de aquellos cuyos sistemas inmunes son vulnerables
debido a los efectos del trauma repentino.
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La tercera cosa importante que hacer es ponerse en contacto con
otras personas que han visto sus vidas destrozadas por el mismo
evento traumático. Ayudar a los demás como una forma de ayudarse a
sí mismo es una de las mejores cosas que cualquier persona puede
hacer para dar mayor significado a sus vidas.
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Además, conectarse con otros que han experimentado lo misma dará a
las víctimas de desastres naturales la oportunidad de hablar acerca
de sus propios sentimientos y reacciones con otras personas que
entienden, y esto puede tener un efecto catársico de gran alcance.
Encontrando Tu Luz Interior En Tiempos De Oscuridad
El sufrimiento psicológico y emocional a raíz de un desastre natural
es inevitable.
De cómo elegimos hacer frente a ese sufrimiento, sin embargo,
depende enteramente de nosotros. Si asumimos la responsabilidad de
sanarnos a nosotros mismos, podemos lograr salir adelante a través
de un tornado, inundación, terremoto, huracán o un incendio con
nuestra dignidad y nuestra fuerza interior intacta.
Los desastres naturales pueden destruir nuestras posesiones, pero
sólo pueden destruir nuestras almas si los dejamos.
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