|
traducción de Adela Kaufmann
del sitio Web
HumanOrigins
¿Porqué?
Porque la respuesta, si pudiera ser determinada más allá de la duda,
nos revelaría los más profundos significados detrás de nosotros
mismos y de todo lo que vemos a nuestro alrededor. Más importante,
esto demolería de una sola vez todo el enredo espinoso de
pensamiento consciente e inconsciente y creencias que causan más
matanzas.
La Religión insiste con igual fervor que la vida fue
llevada a la existencia única y completamente por medio de un
Creador divino llamado por nombres diferentes por las diversas
sectas mundiales. Entre estos puntos de vistas tan diametralmente
opuestos, no hay traslape, no hay terreno común en donde pudiera ser
hecha alguna negociación. Cada quien considera su propia posición
ser totalmente correcta y que la otra está totalmente equivocada,
una certeza alentada por el hecho de que cada una puede abrir
grandes agujeros en la lógica/dogma del otro.
Por supuesto, la gente con fe son inmunes a argumentos
basados en hechos o lógica. La Fe requiera que ellos acepten la
cuenta bíblica sin importar cuan disonante pueda estar con la
realidad. Además, ellos pueden demostrar que no existe ni la más
mínima evidencia tangible para apoyar la noción de que cualquier
especie puede transmutarse hacia otra especia dado el suficiente
tiempo y las suficientes mutaciones genéticas positiva, lo cual es
la roca de fondo de la teoría de
Charles Darwin
de la "evolución
incremental o gradual.”
Cada variación claramente permanecía parte de la misma raíz - los pinzones permanecían pinzones, tortugas seguían siendo tortugas - pero aquellas modificaciones obvias en partes aisladas del cuerpo condujeron a Darwin a la suposición lógica que cuerpos enteros podrían cambiar de la misma manera con el curso de mucho más tiempo. ¡He aquí!
El gradualismo fue concebido y, luego de gestarlo casi por tres décadas, nació en 1859 con la publicación de la marca Sobre El Origen de Las Especies. Desde entonces, Darwin y su trabajo han sido tópicos de intenso y usualmente mordaz debate entre la ciencia y la religión.
La ironía de un sistema político bipartito cuyos miembros pasan la mayoría del tiempo disparando brechas en las políticas de cada cual es que se vuelve muy claro para todos mas allá de la beligerancia, que ninguna de las partes sabe ya de que diablos está hablando.
Sin embargo, aquellos parados fuera de la refriega de la ciencia-religión no se vuelven beligerantes y dicen,
¡No! En esta atmósfera emocionalmente cargada, casi todos parecen obligados a elegir ya sea uno otro bando, como si la búsqueda de un terreno medio más objetivo, de alguna manera es causa de una aniquilación instantánea.
Tal es el peaje psicológico provocado en
todos nosotros por la adopción de la actitud de ‘no tomar
prisioneros de ambos bandos luchando por nuestros corazones y
nuestras mentes con relación a este tema.
Así, si alguien
leyendo esto tiene una visión del mundo basada en revelación divina,
mejor pare aquí y pase a otra cosa. A usted no le gustará (por decir
poco) lo que está a punto de leer. Ni, de hecho, en este tema,
tampoco les gustará a quienes creen que lo que postula la ciencia
está más allá de cualquier duda válida. Como resulta, y como fue
observado anteriormente, ningún lado de este sistema bipartito
conoce nada de lo que se está hablando.
Llamémoslos Darvinistas, un término a
menudo usado para este fin. Los Darvinistas se han ocupado de una
difícil parte a jugar, porque aquellos mares prebióticos tenían que
existir en un cierto grado de frescura para que los químicos
inorgánicos flotando en ellos pudieran unirse hacia moléculas
complejas.
Así, pues,
entre los Darvinistas surgió un amplio consenso que la animación
espontánea de la vida tendría que haber ocurrido (de nuevo, porque
ellos no le dan cabida a la posibilidad de intervención foránea,
divino o extraterrestre), y tendría que haber ocurrido no antes del
umbral continental de hace 2.5 billones de años.
A veces,
tales “hechos” consensos tienen una corta duración (como la
suposición de Isaac Newton de que la velocidad de la luz era una
medida relativa, duró solamente 200 años), mientras que otras
soportan como percebes en la parte inferior de nuestra conciencia (que
el universo se expande obstinadamente más allá de cada medida finita
dada para el).
En resumen y de entrada, allí encontramos la primera grieta del palo, Charles Darwin era, como ellos dicen en el sur, un pájaro carpintero explotado.
Son docenas
de veces más grandes que un típico virus, con cientos de filamentos
de ADN en vez de los cinco a diez de los virus más simples. Así pues,
es claro que las procariotas son criaturas extremadamente
sofisticadas con relación a lo que uno podría asumir que fue la
primera forma de vida auto-animada, lo cual puede plausiblemente ser
imaginado como incluso más pequeño que el virus más pequeño.
Ningún libro de texto fue re-escrito para acomodar el nuevo
descubrimiento. Los maestros continuaron enseñando la teoría de la
animación espontánea como lo habían estado haciendo durante décadas.
Los estromatolitos fueron consignados al misterioso limbo, donde se
fueron a morar también todas las OOPARTES (artefactos fuera de lugar),
mientras los científicos afanosamente anticipaban la siguiente bomba.
Este inesperado y sorpresivo descubrimiento aclaró algo más allá de cualquier sombra de duda:
Para que apareciera tan temprano como lo hizo según el registro
fósil, y que consistiera de dos diversos y relativamente
sofisticados tipos de bacteria, significó una animación espontánea
que simplemente no ocurrió.
Mencione las palabras “estromatolita” o “procariote” y usted obtendrá ceños fruncidos de confusión tanto de maestros como de estudiantes.
Para todos los efectos y propósitos, esta es una información desconocida, retenida de aquellos quienes más necesitarían conocerla, solamente porque no encaja con el actual paradigma aceptado construido alrededor de la ya vencida teoría del gradualismo de Charles Darwin.
Si los fundamentalistas mantuvieran sus opiniones y
teorías dentro de las iglesias, en donde pertenecen, los científicos
estarían mucho más aptos (si no inclinados) a reconocer que la
realidad no coincide con sus propias teorías. Pero porque los
fundamentalistas andan tan cercanamente detrás de ellos, golpeando
ruidosamente a las puertas de sus propios territorios, escuelas, los
científicos no tienen más opción de mantenerlos a raya por cualquier
medio posible, lo cual incluye apoyar una explicación sobre los
orígenes de la vida que ya ha estado devaluada por más de dos
décadas.
Considere los miles de millones de dólares de impuestos y subvenciones financieras que se gastan cada año tratando de contestar una sola pregunta: ¿Existe la vida más allá de la Tierra?
La realidad de dos tipos de procariotas apareciendo repentinamente, virtualmente de la noche a la mañana, aproximadamente hace unos 4.0 billones de años proporciona un abrumador testimonio de que la respuesta a esto es un claro y conciso “¡Sí!”.
Claramente, la vida no hubiera podido animarse
espontáneamente desde químicos inorgánicos en mares compuestos de
lava en plena ebullición en vez de en aguas relativamente frescas.
Así, miles de millones de dólares de financiamientos se
desvanecerían, si los científicos siquiera concedieran abiertamente
que la vida debió haber llegado a la Tierra de alguna otra parte,
porque obviamente no se pudo haber originado aquí.
Como en la vida, en general, los científicos insisten que la humanidad es un producto de la misma serie de prolongadas y graduales mutaciones genéticas que, ellos sienten, produjeron cada cosa viva en la Tierra, Y, de nuevo, todo esto ha sido hecho por procesos naturales dentro de los confines del planeta, sin intervención foránea de ninguna clase, ya sea divina o extraterrestre.
Así, si la animación espontánea sale por la ventana, entonces el temido espectro de la intervención foránea entraría a tomar su lugar, y esa idea es tan un anatema para los científicos que ellos preferirían tratar con la miríada de vergüenzas causadas por su icono explotado y su teoría claramente en quiebra.
Dadas estas realidades comprobadas e innegables, ya es tiempo de hacer el espantoso salto mental que pocos, si acaso algún científico o teólogo haya estado dispuesto o haya sido capaz de hacer: ¡La vida fue sembrada aquí!
Allí… está en la mesa… la vida fue sembrada aquí…
La Tierra no se ha partido abierta. No han llovido rayos y truenos.
El tiempo sigue su marcha. Parece seguro discutir más la idea.
Bien, la idea de una siembra accidental ha sido explorada en considerable detalle por un sorprendente número de pensadores que no son de la corriente principal, e incluso por unos pocos científicos con credenciales (el astrónomo británico, Fred Hoyle siendo quizás el más renombrado).
La
teoría de la “sembradura accidental” es llamada panspermia, y la
idea detrás es que la vida bacteriana vino a la Tierra en cometas o
asteroides, arribando desde planetas en donde había existido antes
que estallaran y enviaran pedazos chocando a través del espacio para
colisionar algunos milenios más tarde con nuestro planeta apenas en
formación.
Pero para algo tan evidente como la
panspermia no-dirigida desafía el principio científico de que toda
vida comienza y termina dentro de los confines de la tierra, es
marginalmente aceptable como una posibilidad alternativa. Ha habido
serias tentativas en marcha, para tratar de determinar si las
materias primas para la vida pueden ser encontradas en cometas.
(Entienda que los procariotas existen hoy en día así
como lo hicieron hace 4.0 billones de años… sin cambio alguno,
adaptadores indestructibles, microscópicos, con la capacidad única
de convertir cualquier infierno en un cielo. Pero más acerca de eso
en un momento).
Todas muy buenas preguntas, y muchas como éstas pueden ser construidas. Pero todas nos alejan del tema fundamental de porqué alguien o (para ser justos) algo quisiera traer vida acá, en primer lugar, ya sea a la proto-Tierra o a cualquier otro protoplaneta?
Y esto nos lleva a la pregunta principal, una pregunta que pocos de nosotros nos sentimos cómodos contemplando: ¿Está la Tierra siendo deliberadamente terraformada?
Un inquietante e incluso poco probable escenario, pero uno que debe ser abordado.
Bien, ¿y que? ¿Qué si solo somos unos pocos
jugadores en una película cósmica que ha estado filmándose durante
4.0 billones de años? Mientras hemos sido dejados solos para hacer
nuestro trabajo y vivir nuestras vidas en una paz relativa, ¿Dónde
está el daño en ello?
Considere los hechos como los conocemos que son, no los hechos como hemos sido engañados a creer por aquellos en quienes confiamos de informarnos correctamente. La simple verdad es que la vida vino a nuestro planeta cuando la Tierra no tenía nada que albergar un malvavisco tostado a nivel-galáctico. Las formas de vida fueron traídas, los dos procariotas, resultaron ser las más sencillas y más duraderas criaturas de las que estamos conscientes.
Y lo más importante de todo es que tienen la capacidad única de
producir oxígeno como resultado de sus procesos metabólicos.
Porque sin una atmósfera
basada en oxígeno, la vida, tal como la conocemos actualmente es
imposible. Por supuesto, los organismos anaeróbicos viven
perfectamente bien sin el, pero no serían buenos vecinos o
compañeros sociales. No, el oxígeno es esencial para la vida
compleja tal y como la conocemos, y es muy posible que sea necesario
para formas de vida superiores en todas partes. Si este es el caso,
si el oxígeno es el ingrediente clave para la vida a través del
universo, entonces, desde la perspectiva de un terraformador
trayendo una carga de procariotas a este sistema solar hace 4.0
billones de años comienza a hacer sentido.
Toman un buen impulso y se
toman un lugar. A este punto, todo protoplaneta es tanto un caldero
hirviente como lo era la proto-Tierra, por lo que espolvorean los
procariotas en todos ellos con la esperanza que a uno o más se les
permita prosperar.
Los
Eucariotes son distintivos, porque son la primera forma de vida
con un núcleo, el cual es la marca registrada de toda vida en la
tierra excepto por los procariotas. Nosotros, los humanos, somos
criaturas eucarióticas. Pero estos segundos inmigrantes, (los cuales,
como los procariotas, existen todavía tal y como lo hicieron cuanto
arribaron acá) eran mucho más grandes que sus predecesores, más
frágiles y más eficientes produciendo oxígeno.
Miles de formas
altamente complejas aparecen virtualmente de la noche a la mañana,
machos y hembras, depredadores y presas, viéndose como nada vivo en
la actualidad. Esto es lo que realmente ocurrió.
Ellos esperan
unos pocos miles de años después de cada acontecimiento, mientras el
planeta recupera de nuevo su equilibrio biótico, luego lo vuelven a
surtir con nuevas plantas y animales que pueden abrirse su camino en
el ambiente posterior a la catástrofe. Esto, también, es
corroborado por el registro fósil, el cual los científicos tratan de
explicar con una adición Darviniana de las especies, llamada
“equilibrio puntuado”.
Esto es, por supuesto, comprensible, porque para discutirlo abiertamente pudiera darle una credibilidad que ninguna de las partes puede permitirse en la actualidad. Ambos tienen sus manos muy ocupadas manteniendo la batalla los unos contra los otros, de modo que lo último que quiere o necesita cualquiera de los bandos es una tercera rueda tratando de estrellar su parte.
Sin embargo, esa tercera rueda ha llegado, y está rodando su camino.
|