Parte I
5 Diciembre 2009
“Es más fácil desintegrar un átomo que un preconcepto”
ALBERT EINSTEIN (1879-1955)
“Fue necesario mucho poder, mucha capacidad para controlar las instituciones científicas, para instaurar el darwinismo y es necesario mucho poder para mantenerlo.
Las pocas personas que constituyen el verdadero poder, que son las mismas que controlan las fuentes de energía, las
multinacionales farmacéuticas y biotecnológicas, tienen un gran interés en que se mantenga la concepción darwinista de la realidad (el mundo es así de terrible porque, según la Ciencia, son “leyes naturales”, y ellos están, lógicamente, en la cumbre), y la concepción reduccionista de “los genes” y el azar es fundamental para sus negocios”
MAXIMO SANDIN Bioantropólogo y profesor del Departamento de Biología en la Universidad Autónoma de Madrid, a cargo de la docencia de Evolución Humana y Ecologia
“Las principales revistas científicas parecen un catálogo de
anuncios de las empresas biotecnológicas. La investigación “aplicada”,
es decir la enfocada a fines comerciales, está financiada, es decir,
controlada por estas grandes empresas.
Los medios de comunicación,
en los que sus “expertos” son siempre fervientes darwinistas, no se
cansan de transmitirnos los grandes logros que se producirán “para
la Humanidad” como consecuencia de estas investigaciones…
Las grandes multinacionales tienen tanto poder que son capaces de
controlar las instituciones internacionales como la FAO, la OMS,
algunos parlamentos e incluso las concesiones de los premios Nóbel,
que son la mejor publicidad para sus negocios, como se ha comprobado
con la fraudulenta concesión de este premio a
Zur Hausen y el
peligroso negocio de la vacuna contra el papilomavirus.
Después de la “lucha contra las bacterias” - nuestras “competidoras”
bajo la óptica darwinista - que ha conseguido que se extienda la
resistencia a los antibióticos gracias al abuso de su utilización
(de su comercialización), ha comenzado la 'lucha contra los virus',
comenzando por extender el terror en la población.
El motivo real de la aparición de estos nuevos enemigos es que las
patentes de los antibióticos están caducando y dejarán de ser
negocio. Hay que buscar nuevos negocios, y la lucha contra
los virus
y
las vacunas
son el mejor negocio. No importa cuales serán sus
efectos.”
Máximo Sandín
2009
2009, el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin (12 de
febrero de 1809 en Shrewsburry, Inglaterra) ha sido el año de
“celebración global” del darwinismo. El año de Darwin.
“Charles Darwin, hijo de un prestigioso médico de la alta sociedad,
estudia en la universidad de Cambridge y, tras graduarse en 1831, y
con sólo 22 años, se embarca durante 5 años en una expedición
científica alrededor del mundo. El barco, llamado HMS Beagle, le
hace descubrir todo tipo de especies animales, geografías diversas y
multitud de plantas diferentes.
Más tarde, cuando llega a Inglaterra,
publica 'Diario del viaje del Beagle'. De golpe, se convierte en una
celebridad entre la sociedad científica de la época”.
Desde El Proyecto Matriz, queremos dar amplitud a la voz lúcida y
crítica de Máximo Sandín, Bioantropólogo y profesor del Departamento
de Biología en la Universidad Autónoma de Madrid.
UNA NUEVA BIOLOGÍA PARA UNA NUEVA SOCIEDAD
- Máximo Sandín -
“En Junio de 1999 tuvo lugar en Budapest la
'Conferencia Mundial
sobre la Ciencia', organizada conjuntamente por la UNESCO y el
Consejo Internacional para la Ciencia.
Los participantes, en un número próximo a los 2000, elaboraron un
manifiesto, impregnado de inquietud, con el título 'Declaración
sobre la Ciencia y la utilización del Conocimiento Científico', que
en su Punto 20 afirma:
'Ciertas aplicaciones de la Ciencia pueden
ser perjudiciales para las personas, así como para la sociedad, el
medio ambiente y la salud humana, y que pueden incluso amenazar la
supervivencia de la especie humana…'
Y en el 21:
'Constituye una responsabilidad específica de los
científicos prevenir aquellas aplicaciones de la Ciencia que
resulten contrarias a la ética o que tengan consecuencias indeseadas'.
“Mi intención aquí, es dar cumplimiento a este mandato” - afirma
Máximo Sandín.
Con la utilización, en la década de los 70, de la técnica del
ADN recombinante, nació lo que hoy se conoce como “ingeniería genética”.
Un nacimiento rodeado de controversias e inquietud… Veamos por qué.
La técnica del ADN recombinante consiste en la utilización de
enzimas obtenidas de bacterias que son capaces de cortar en trozos
el ADN por sitios que tienen tendencia a unirse de nuevo (es decir,
no se trata de una invención, porque es la manipulación de un
fenómeno existente - que se produce - en la Naturaleza).
El uso de
estas enzimas hace posible insertar, con mayor o menor precisión,
trozos de ADN ajenos en el de virus, plásmidos o elementos genéticos
móviles, todos los cuales tienen, en la Naturaleza, las capacidades
de, o bien infectar las células y multiplicarse dentro de ellas, o
de insertarse en sus cromosomas y replicarse junto con la célula
receptora.
Son lo que se conoce como “vectores”, que permiten, por
ejemplo, transferir “genes” de una especie a otra con la que no se
cruza naturalmente.
Pero fueron los propios científicos involucrados en estas prácticas
los que se alarmaron ante sus posibles implicaciones.
Comprendieron
que existía la posibilidad de que un error, o incluso una acción
deliberada, condujese a la aparición de nuevos virus y bacterias
patógenos, dada la plasticidad y capacidad natural de recombinación
de su material genético.
En 1974, los investigadores pioneros en este campo acordaron aplazar
voluntariamente varios tipos de experimentos que podían resultar
arriesgados.
Los debates científicos sobre los riesgos de la “ingeníeria genética”
congregaron a los máximos expertos en la materia.
- Erwin Chargaff -
Erwin Chargaff, pionero en las investigaciones que condujeron al
desciframiento del código genético, afirmó:
“Mi generación, o quizás la que me precede, ha sido la primera que ha librado, bajo el liderazgo de las ciencias exactas, una batalla destructiva y colonial contra la Naturaleza. El futuro nos maldecirá por ello”
Cuando se pronunciaba esta sentencia, que lleva camino de
convertirse en premonitoria, la actividad científica todavía estaba
concebida como una profundización en los conocimientos, cuyos
avances debían ser compartidos por toda la comunidad científica y
sus posibles aplicaciones prácticas por toda la Humanidad.
Pero en los Estados Unidos ya se palpaba la inquietud por la
posibilidad de que las prácticas de manipulación genética escaparan
del control científico y social:
ha ido ganando terreno la idea de
que es necesario dar inmediatamente una base legal a la regulación
que se encuentra en las normas de los Institutos Nacionales de Salud.
En particular, la regulación debe extenderse a las actividades no
financiadas por organismos no federales, especialmente en el sector
industrial.
También eran contempladas con inquietud las posibles desviaciones de
los científicos de la ética científica: para estar sobre aviso desde
el principio, es de especial importancia un sistema de control
eficaz que siga las direcciones reales de la investigación del ADN
recombinante.
Es esencial que se sigan de manera sistemática los
caminos que toman los intereses de los investigadores, desde los
programas de ayudas económicas y las comunicaciones hasta la
publicación del trabajo.
Como hemos podido comprobar, las inquietudes de los científicos de
los 70 estaban plenamente justificadas.
En la actualidad, las
prácticas de manipulación genética han pasado, en su mayor parte, a
estar dirigidas por los intereses de las empresas privadas.
La irrupción del “Mercado” en la Ciencia ha transformado la
concepción de la investigación hasta convertirla en una actividad
comercial.
Las perspectivas de rentabilización de los
descubrimientos genéticos ha llevado a que muchos genetistas
moleculares se hayan convertido en dueños de sus propias compañías
de biotecnología, colaboren o dependan de la financiación de grandes
empresas.
Esta actitud es entusiastamente justificada por los medios
de comunicación: Algunos de los investigadores más brillantes, al
menos en los Estados Unidos, parecen haberse hartado de que la mina
de oro de sus ideas acabe siendo explotada comercialmente por otros
y han decidido constituir sus propias empresas.
(El País, 9-4-2000)
La “economía de libre mercado” y la Biología se han encontrado, y el
resultado es que esta última parece haber olvidado su condición de
Ciencia como búsqueda del conocimiento para convertirse en una
supuesta tecnología (dado el insuficiente conocimiento y control de
los fenómenos que manipula), al servicio de la industria y el
comercio, y un factor más a incluir en las oscilaciones de la Bolsa
(fenómeno del que las multinacionales de la biotecnología son el
máximo exponente).
La consecuencia de esta degradación del espíritu científico es la
confluencia en un sendero por el que biotecnología y economía
caminan alegremente hacia un callejón sin salida, añadiendo a la
creciente degradación ambiental, a la extensión de la pobreza y al
agotamiento de recursos, la progresión, aparentemente imparable, de
los peligros derivados de la irresponsable manipulación genética de
los seres vivos.
Craig Venter
Sin embargo, esta confluencia no resulta sorprendente, porque desde
el 24 de Noviembre de 1859, la Biología y la Economía han estado
estrechamente unidas.
Tan estrechamente unidas que sus conceptos
centrales y su terminología son prácticamente indistinguibles.
Videos
Dr. Máximo Sandín
La Lucha Contra Bacterias y Virus - Una Lucha Autodestructiva
Conferencia en Biocultura Madrid sobre el mundo de los
microorganismos
GRACIAS MIZAR-PETRUS POR TU PRESENCIA INCANSABLE EN ESTOS EVENTOS
El Proyecto Matriz #120
MÁXIMO SANDIN vs DARWIN - DARWINISMO SOCIAL IV
por
elproyect0matriz
Diciembre 4, 2009
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