INTRODUCCIÓN
La motivación que me impulsó a escribir este libro fue el enojo, la
desesperanza y la frustración. El sueño de mi vida se destruyó con
una serie de descubrimientos que apuntan a una inminente catástrofe
mundial, de hecho, la más grande de la historia de la humanidad.
Nunca antes estuvo la Tierra tan densamente poblada, por lo tanto,
este será un desastre sin parangón. Cuando me enteré, quedé
destrozado y profundamente conmovido, sin poder conciliar el sueño
durante noches enteras y esto comenzó a regir y dominar mi vida
entera.
Después de todo, esta estaba prolijamente planeada hasta
ahora; pasé años siguiendo una dieta de frutas y verduras que me
haría llegar a la edad de 120 años, invertí en varios fondos de
pensión para poder jubilarme sin problemas de dinero, entonces ¡iba
a poder disfrutar de 60 años de mi vida! y todo eso con una buena
salud. Los que han leído mis libros anteriores saben de lo que estoy
hablando. Las pruebas realizadas en animales han demostrado
claramente que esto es posible, que su expectativa de vida aumenta
entre un 30 y 100 por ciento cuando se alimentan con una dieta sana.
Como no podía ignorar este hecho, decidí hacer lo mismo. La
posibilidad de jubilarme rico y viajar por el mundo era una idea
sumamente atractiva para mí. Entonces, mi sueño se hizo pedazos.
De
acuerdo con el libro
The Mayan Prophecies [Las profecías mayas], la
Tierra se destruirá el 21 ó 22 de diciembre de
2012. Las
conclusiones del libro parecían correctas, aunque el autor sólo
reveló una pequeña parte. Según los mayas, el magnetismo del Sol se
dará vuelta ese día, causando probablemente un vuelco en la Tierra,
con fatales consecuencias para la humanidad. Me sentí profundamente
consternado. Un enorme desastre nos aguardaba, uno sin igual.
Primero me paralicé y luego maldije e insulté con todo mi corazón.
¡Después
de todo, recién podía cobrar mis jubilaciones en el año 2015!
Hace
veinte años firmé esta cláusula de no hacer efectiva ninguna suma
antes de la fecha de vencimiento. De esa manera, el importe a pagar
se incrementaría y yo podría tener una vida de lujos por décadas.
Estaba completamente convencido de que había hecho un excelente
negocio. Pero eso sucedió antes de leer ese libro en particular.
Allí, toda mi certidumbre en la vida, al igual que todos mis sueños,
colapsaron, entonces decidí investigar. Si este desastre en verdad
va a ocurrir, yo tenía que comprobarlo con una sólida evidencia,
pues se trata de la supervivencia de la humanidad.
Naturalmente, investigué y tuve éxito en develar este inminente
desastre global. Prepárese para leer los descubrimientos más
sorprendentes de nuestra moderna civilización. El desastre natural
que nos golpeará excederá la comprensión de todos. Sus pensiones ya
no tendrán valor; de hecho, ya cancelé las mías. No hay un solo
gobierno que tome medidas para tratar de sobrevivir a la catástrofe
y nadie lo creerá hasta que sea demasiado tarde. Por eso usted
tendrá que controlarse y diseñar su propia estrategia de
supervivencia. Yo actuaré como un banco de datos.
Sobrevivir a tal
inmenso desastre será sumamente difícil, si nada se ha preparado.
Se destruirán los suministros de alimentos, no habrá atención
médica y los profesionales que trabajan en los rescates, ellos
mismos también habrán muerto. En resumen, sin un cuidadoso
planeamiento no lo lograremos.
Por lo tanto, debemos formar grupos
urgentemente, para empezar a trabajar en esta enorme tarea. Será
necesario construir "Arcas de Noé" para que nos transporten cuando
lleguen las marejadas, y también procurarnos suministros de
alimentos y energía. Habrá que hacer innumerables cosas y sólo nos
quedan unos pocos años antes de la fecha fatal.
Espero que se
acerquen muchos voluntarios para poner en práctica la estrategia de
supervivencia que detallaré en este libro.
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PARTE I
DESCUBRIMIENTOS ASOMBROSOS
EL ZODÍACO DE DENDERA
Luego de haber leído The Mayan Prophecies [Las profecías mayas]
llegaron a mis manos algunas otras obras de esta índole. Según los
autores del libro
When the Sky Fell [Cuando el cielo cayó], la
Atlántida se movió hacia el Polo Sur, debido a un enorme cambio de
la corteza terrestre hace unos doce mil años. La base de esta
hipótesis se halla en otro libro,
The Path of the Pole [La senda del
Polo] del profesor Charles Hapgood.
En un prólogo para la primera
edición de esta obra, Albert Einstein escribe:
"Con frecuencia recibo comunicaciones de personas que desean
consultarme sobre sus ideas, que no han sido publicadas. De más
está decir que estas ideas, rara vez tienen alguna validez
científica. No obstante, la primera comunicación que recibí del Sr.
Hapgood me dejó electrizado. Su idea es original, de gran
simplicidad y, si puede demostrarse, será de gran importancia para
todo lo que se relaciona con la historia de la superficie terrestre.
Gran cantidad de datos empíricos indican que en cada punto de la
superficie de la Tierra que ha sido cuidadosamente estudiado, se han
producido muchos cambios climáticos y aparentemente, de manera
bastante repentina. Según Hapgood, esto es explicable si la corteza
exterior de la Tierra, que es virtualmente rígida, de vez en cuando
soporta un extenso desplazamiento de las capas interiores viscosas,
plásticas y posiblemente fluídicas. Tales desplazamientos pueden
tener lugar como consecuencia de fuerzas comparativamente suaves que
se ejercen en la corteza y derivan del ímpetu de la rotación de la
Tierra, la cual a su vez, tenderá a alterar el eje de rotación de la
corteza terrestre.
El autor no se ha circunscripto a una simple presentación de esta
idea, sino que también ha expuesto, con cautela y en profundidad, el
rico material que apoya esta teoría del desplazamiento. Creo que
esta idea algo asombrosa, incluso fascinante, merece una seria
atención por parte de
todo aquel que se interese en la teoría del desarrollo de la
Tierra".
En ediciones posteriores, el profesor Charles Hapgood escribe:
"Los avanzados conocimientos de las condiciones de la corteza
terrestre ahora sugieren que las fuerzas responsables de estos
movimientos en la misma, se encuentran a cierta profundidad dentro
de la Tierra, más que en su superficie.
A pesar de este cambio en el carácter de la explicación ofrecida
sobre los movimientos, la evidencia de que estos se produjeron se ha
multiplicado en los últimos años. Los temas principales del libro,
es decir, los desplazamientos de la corteza que se han producido,
incluso en una reciente historia geológica, y sus efectos en la
formación de las características de la superficie de la Tierra, por
lo tanto, permanecen inalterables".
Cuando tiene lugar un deslizamiento de la corteza, algunos
continentes se mueven hacia los Polos y otros se alejan de ellos, y
una ola gigantesca cruza toda la Tierra.
Los sobrevivientes no
pudieron hacer otra cosa más que huir de su tierra condenada, el día
en que la Atlántida se movió hacia el Polo Sur; y en este libro
demostraremos con claridad que tales cosas sucedieron.
Inmediatamente después de los acontecimientos, la agricultura
prosperó en distintas partes del planeta.
Esto, sin dudas, relaciona
la muerte de un mundo con la fundación de nuevas culturas eh los
lejanos continentes.
Así,
los atlantes estuvieron presentes no sólo
en el origen de la cultura maya, sino también en el de la india,
china y egipcia. Casi todos están familiarizados con la leyenda de
la Atlántida, la tierra que desapareció en terribles terremotos de
desconocida intensidad. El filósofo griego Platón tuvo noticias de
ello, en el antiguo Egipto. Si todo esto es verdad, entonces tiene
que haber una conexión entre las profecías maya y egipcia.
Revisé varias obras sobre cultura egipcia y sus grandes logros me
impresionaron cada vez más.
Un caleidoscopio de templos, pirámides, obras de arte, esfinges,
etc., desfilaron ante mis ojos, pero no hallé la conexión; eso fue
frustrante. Les conté a varias personas amigas sobre mis malogrados
intentos, hasta que uno de ellos me preguntó:
"¿No has leído aún
Serpent In The Sky
[La serpiente en el cielo]?"
"No, ¿quién lo
escribió?"
"John Anthony West. Estuvo en televisión el otro día con un
documental sobre la Esfinge. Mostraron evidencia de que la Esfinge
es miles de años más antigua de lo que siempre se ha pensado y que
el secreto conocimiento de la Atlántida tal vez esté oculto justo
debajo de ella".
"¡Ahí está!" pensé, si los atlantes manejaban esta importante
información, entonces tenían que estar interconectados con el mundo
egipcio.
Empecé a leer el libro y me sorprendió que yo hubiera
subestimado su inteligencia. Sus matemáticas tenían un nivel
sumamente alto y el libro contiene ejemplos de ello; en verdad, me
asombró sobremanera. También me enteré de que nadie logró traducir
aún una parte importante de los jeroglíficos.
"¡Qué tal!", pensé,
"si debo empezar aquí, esto será una tarea imposible".
Leí casi el
noventa por ciento del libro, aprendí muchísimo, pero no lograba
avanzar, hasta que comencé el capítulo denominado "Eggypt: Heir
of
Atlantis" [Egipto: Heredero de la Atlántida].
En él, West comenzó a
investigar la edad de la Esfinge, siguiendo una sugerencia del
filósofo francés R. A. Schwaller de Lubicz, quien dijo que los
patrones de erosión sobre la Esfinge apuntan a ser más antiguos de
lo que siempre se ha asumido. Demostrar esto se convirtió en el
motivo de su vida. De ser cierto, testimoniaría que la civilización
egipcia es miles de años más antigua de lo que comúnmente se creyó
y que provendría de la Atlántida.
Estaba por terminar el libro, pero aún no hallaba nada que resultase
de utilidad para mi investigación y estuve a punto de abandonarlo,
cuando en la anteúltima página, algo llamó mi atención. Allí vi
fotos y dibujos del zodíaco de Dendera; se lo veía radiante y
misterioso al mismo tiempo. Yo nunca había sido un creyente de las
predicciones de un zodíaco y su existencia casi me hacía reír.
Pero
entonces, en una décima de segundo, mi manera de razonar y también
mi vida, cambiaron profundamente. Cada vez más perplejo miré las
antiguas escrituras; eran una sublime obra de arte, algo especial y
único en la ciencia arqueológica. Más aún, eran mágicas,
inspiradoras y tenían cierto encanto. Supe que Cotterell halló
muchos más códigos en la tumba de Palenque, de los que alguien
podría imaginar a primera vista y aquí también, tuve la sensación de
que este sería el caso.
Pero ¿cómo descifrar el código?
Los
jeroglíficos superaban con largueza mi comprensión, y los dibujos,
aunque mucho más claros, contenían un código terriblemente difícil.
Un enigmático secreto del pasado
Esta obra de arte no fue realizada para reírse de ella y luego
dejarla de lado. Muchas personas creen en las predicciones del
zodíaco, por lo tanto,
asumamos que está basada en la realidad. Aceptemos también que los
autores del zodíaco querían compartir parte de su sabiduría, por
ejemplo, el día del fin de la Atlántida y el día del próximo
cataclismo.
¡Eso debe ser!
¡No puede tratarse de ninguna otra cosa!
Figuras 1 y 2.
El Zodíaco de Dendera de ángulo recto, una de las creaciones más
enigmáticas de los antiguos egipcios.
¡El zodíaco predijo la fecha exacta del próximo fin de la Tierra!, y
fue mi intuición la que me condujo a esta conclusión.
Más adelante,
claramente, lo intuido resultó ser cierto. Sentí que con gusto
estaba dispuesto a dar parte de mi vida para resolver estos
acertijos, aunque por supuesto no podía hacerlo solo. Necesitaba con
urgencia la ayuda de un egiptólogo, pues esta era la única manera de
revelar los antiguos misterios.
Pero ¿a quién convocar? Hice algunos contactos, pero ellos no
estuvieron interesados. Entonces, la suerte dio un giro a mi favor.
Una periodista del diario belga Hett Belang Van Limburg vio un
artículo sobre mí en el mayor periódico holandés, The Telegraph.
En
este artículo, yo explicaba que vivía a base de una "dieta de
hambre", consistente en frutas y verduras, con el propósito de
alcanzar la mayor longevidad. Hasta ese momento, era el único en
Bélgica y los Países Bajos que lo estaba intentando; en EE.UU. había
fácilmente unos cien voluntarios, pero aquí el interés era escaso.
La periodista decidió que quería conocerme y escribir un artículo,
incluso, lo redactó ese mismo día porque al siguiente se iba de
viaje. El artículo debía aparecer dos o tres días más tarde y, por
cierto, yo compré el diario para el que ella trabajaba, todos los
días subsiguientes.
Hasta que se desató el mayor escándalo sobre
pedofilia en la historia de Bélgica. La noticia cubría todos los
periódicos y mi artículo quedó de lado durante un tiempo. No
obstante, el sábado 17 de agosto de 1996, compré el periódico.
Coincidentemente, leí un artículo sobre astronomía en el cual se
hablaba del astrónomo Gino Ratinckx, quien estaba interesado
específicamente en la
arqueoastronomía.
Para ser más preciso, estaba
buscando una similitud entre ciertas constelaciones estelares y la
ubicación de antiguos templos, como las pirámides de Giza, por
ejemplo, que están emplazadas de acuerdo con la constelación de Orion.
Él tenía sumo intenso interés en esto. El artículo mencionaba
su domicilio y número de teléfono; vivía en las afueras de Amberes,
muy cerca de mi casa. Recorté el artículo y lo guardé, pues antes de
establecer el contactarlo, quería leer el libro
Keeper of Génesis
[El guardián del Génesis], en el cual Bauval y Hancock demuestran de
manera brillante, dónde los atlantes enterraron su secretos
conocimientos.
Luego de leerlo, llamé a Gino Ratinckx.
Esta llamada
iba a cambiar mi vida para siempre.
"Sr. Ratinckx, le habla Patrick Geryl. Leí un artículo sobre usted y
me gustaría conocerlo personalmente".
"¿De qué desea hablar?" "En el libro The Mayan Prophecies se describe cómo el autor descifró
el código de los mayas. Tengo un libro con el zodíaco de Dendera y
estoy convencido de que, similarmente, también contiene códigos.
¿Podría ayudarme a descifrarlos?" "¡Oh, eso no va ser ningún problema! Hice un estudio sobre el templo
de Dendera para mi examen de arqueología".
Al oír esto, mi corazón se llenó de gozo y le pregunté:
"¿Es posible
que nos encontremos para discutirlo?" "El próximo miércoles a la noche me viene bien".
Era lunes a la noche y, en dos días más, probablemente iba a hallar
un avance real en mi investigación.
Entonces le pregunté:
"¿A las
ocho está bien?"
"Venga a mi casa, ¡ah! y llámeme Gino".
La primera reunión
Miércoles a la noche, ocho menos diez. Nervioso, toqué el timbre.
Gino abrió la puerta. Decididamente, me resultó un hombre agradable.
Me llevó al primer piso; allí estaba su computadora, sobre un
caótico escritorio. Al mirar alrededor vi algunos muebles antiguos
muy bonitos y las paredes cubiertas con las pinturas de su esposa.
Nos sentamos a la mesa y le mostré la pila de libros que había
leído.
"Mire", comencé, "según los mayas, el año 2012 deparará un desastre
porque habrá un cambio en el magnetismo solar, y ahora que he visto
esta foto y estos dibujos del zodíaco, por alguna razón estoy
convencido de que allí hay códigos ocultos".
"Bueno, usted ha llegado al lugar indicado, pues yo participé de la
investigación sobre el significado de algunos de los códigos
mayas".
Bueno, pensé, ¡esto no podría haber resultado mejor!
Entonces
proseguí:
"¿Tiene usted alguna idea sobre cómo podemos manejar
esto?" "Las ideas no son un problema para mí, pero sí tengo dificultad para
escribirlas; de hecho, soy incapaz de producir un libro escrito con
fluidez".
Sonreí, era justo para mí. Yo ya había escrito seis libros y en uno
de ellos demostraba que la teoría de la relatividad era incorrecta.
Hasta ese momento no lo había mencionado, pues, como Gino era
astrónomo, tal vez se hubiera sentido un poco alarmado al oír que yo
disentía con Einstein.
Pero como parecía muy afable me animé y le
dije:
"Puede dejar la escritura para mí; ya he escrito varios
libros, incluyendo uno en el cual demuestro que los quásares ¡son
inconsistentes con la teoría de la relatividad!"
Esto captó la atención de Gino y con cierta sorpresa me preguntó:
"¿En verdad? ¿Y puede explicármelo?"
"Usted sabe que cuando la velocidad de un objeto aumenta, su masa
también aumenta, según los cálculos de Einstein. Cuanto más nos
aproximamos a la velocidad de la luz, más aumenta la masa. Ahora,
imagine que hay un bulto de masa increíblemente grande al final del
universo. Con sus fuerzas gravitacionales "tira hacia sí" los
sistemas estelares en el centro del universo. Lentamente, comienzan
a moverse en su dirección. En miles de millones de años, la masa de
los soles pertenecientes a dicho sistema aumenta.
Por cierto,
pierden masa por la radiación, pero la ganan por aumento de masa.
Todos saben que cuando la masa de un planeta aumenta, la fuerza
gravitacional también aumenta. En la Luna, por ejemplo, usted puede
saltar diez metros con total facilidad, pero en Júpiter casi no
puede moverse. Debido a este aumento de la masa de un sistema
estelar, el sistema mismo está sujeto a un continuo proceso de
achicamiento. Finalmente, el sistema colapsará y se convertirá en
un quásar".
Gino me miró sorprendido y respondió:
"Es la primera vez que oigo
esta teoría, pero me parece lógica. ¿Puede darme más evidencia?"
"Si la velocidad de un sol aumentara a la velocidad de la luz, su
masa también aumentaría. Todos los astrónomos saben que el lapso de
vida de un sol depende de la cantidad de su masa. Cuanto más pesado
es el sol, más rápido será el proceso de envejecimiento. Tomemos
nuestro Sol, por ejemplo. Tiene una expectativa de vida de diez mil
millones de años.
Un sol con el doble de esta masa sólo tiene una
expectativa de vida de ochocientos millones de años. Esto es así
porque las fuerzas gravitacionales internas aumentan tanto que las
reacciones nucleares se aceleran. Un sol que aumenta en velocidad y,
por lo tanto, en masa, se quemará más pronto y tendrá una vida más
corta. Yo la denomino la paradoja de la gravitación cuántica".
Gino reaccionó con entusiasmo y me preguntó:
"¿Existe alguna otra
consecuencia?"
"Escribí las principales consecuencias en mi libro
A New Space-Time
Dimensión [Una nueva dimensión del tiempo y el espacio]. Una de
ellas, bastante importante, es que la galaxia se está
expandiendo a un ritmo acelerado.1-2 Otra es que el noventa por ciento del
universo contiene sistemas estelares explosivos, los cuales están
pereciendo, debido al aumento de la fuerza gravitacional.
Desde un
punto de vista estrictamente científico, la vida extraterrestre es
imposible allí, por lo tanto, la vida tiene que estar limitada al
centro del universo. Por cierto que esto incluye a muchos sistemas
estelares, pero son muchos más de lo que todos piensan. Las series
de televisión como 'Viaje a las estrellas' están profundamente
equivocadas, pues su historia trata de mundos que no podrían existir
de ninguna manera".
"Lo que usted me está diciendo aquí podría ser cierto y si se
publicara, podría provocar bastante consternación. Pero está bien,
hay algo que debemos hacer primero: descifrar el código Dendera".
Gino tomó un libro de un estante:
"Pienso que tengo precisamente lo
que necesita. Aquí está la decodificación de
The Egyptian Book
of the Dead [El libro egipcio de los muertos]. Hasta la fecha de
publicación de este libro, nadie había logrado decodificar las
veneradas escrituras. Este autor, Albert Slosman, lo hizo, y
¡quedará sorprendido por su contenido!"
Con respeto, tomé el libro en mis manos y, de inmediato, me di
cuenta de que había generado en mí un intenso sentimiento. ¡Este era
el indicado! Y aquí yo iba a hallar códigos de suma importancia.
Esa
misma noche empecé a leer la obra y hallé claves de una catástrofe.
1 Fue confirmado por los astrónomos en 1998.
2 El viernes 23 de noviembre de 1990, la televisión belga (BRT)
difundió esta teoría durante 15 minutos. En ese entonces, Patrick
Geryl fue el único en el mundo que difundió con precisión esta
expansión acelerada del universo. En 1983 también predijo
correctamente que IRAS [Satélite Infrarrojo Astronómico (N. de la
T.)] iba a encontrar miles de millones de galaxias en el infrarrojo.
Nuevamente, fue el único que hizo esta afirmación en ese entonces.
Esto se publicó en el diario belga Het Laatste Níeuws, el 11 de
febrero de 1983. Su correspondencia con G. Neugebauer —del Instituto
de Tecnología de California— y Peter Clegg —de la Facultad Queen
Mary (Universidad de Londres)—, lo confirma. Ambos fueron
responsables de la interpretación de los resultados de IRAS. Todos
estos hechos demuestran la validez de estas teorías.
CLAVES PARA UNA CATÁSTROFE
Leer el libro
Le Livre de l'au-delá de la vie [El libro de allende
la vida] no resultó nada simple. Yo no entendía francés muy bien y
hasta un simple texto ya me resultaba difícil, por lo tanto, esto
era mucho más complicado. Una secuencia de palabras inusuales,
códigos misteriosos, sagradas escrituras y arcaicas palabras
mitigaron mi entusiasmo. Tuve que leerlo siete veces para
comprenderlo.
Afortunadamente, mi intuición no me abandonó y no pasó mucho tiempo
antes de que yo comprendiera la importancia de algunos de los
códigos. Todo el resto era menos importante para mi investigación.
Lo que había leído era suficiente para poner el mundo de la
egiptología patas para arriba. Las traducciones del Libro Egipcio
de los Muertos eran desastrosas, estaban tan llenas de flagrantes
errores e interpretaciones equivocadas, que no quedaba nada de su
significado original.
Sólo
Albert Slosman logró traducir las
venerables escrituras correctamente y yo pude distinguir con
claridad sus asombrosas conclusiones. En primer lugar, el título
del libro era una versión errónea, pues debería llamarse El libro
de la luz y no El libro de los muertos. ¿Por qué este título? Porque
describe con precisión los acontecimientos celestiales que se
produjeron durante la caída de la Atlántida.
Más aún, describe cómo
los sobrevivientes fueron guiados por el Sol en su huida a Egipto.
Como lo más importante fue lo sucedido en el Sol mismo. Como el tema
central de las escrituras es, en especial, el hecho de que el Sol
irradiaba la luz de la luz —en otras palabras, una luz
increíblemente intensa—; el nombre correspondiente es El libro de la
luz.
A fin de informar cuan razonables son los hallazgos hechos, se
presentan los jeroglíficos originales junto con la traducción del
primer verso:
Soy el más Elevado, el Primero, el Creador del Cielo y la Tierra,
soy el Moldeador de los cuerpos humanos,
y el proveedor de las partes espirituales. He colocado al Sol sobre
un nuevo horizonte, como un signo de benevolencia y como prueba de
la Alianza.
Explicación: él levantó el Sol naciente hacia un nuevo horizonte,
entonces la nueva Tierra se hizo realidad.
Para hacerlo, los Mandamientos del Creador, verificados por el más
Elevado de Todos, actuando por medio de las Almas de los
Antepasados, fueron transmitidos a los más jóvenes,
siendo sus cuerpos traídos nuevamente a la vida, por haber empezado
a funcionar los Ocho Lugares.
En esta correcta traducción, los códigos astronómicos derraman una
nueva luz sobre el origen y la religión de Egipto. Si comparamos
esta versión con las otras, las diferencias son realmente notables.
Los egiptólogos tan sólo usan jerigonza.
Sin embargo, en la interpretación de Slosman uno puede hallar cosas
lógicas, con un poco más de estudio. Más aún, parece que los
atlantes conocían y usaban el zodíaco para procesar datos
astronómicos.
El día de la destrucción:
"He colocado al Sol sobre un nuevo
horizonte".
Esta es una acertada traducción.
Más adelante, en el
libro se dice que el Sol "da vueltas" en el zodíaco (= cordón), lo
cual significa que el Sol se mueve por los signos del zodíaco. La
única interpretación correcta para esto es que no es el Sol sino la
Tierra la que giraba sobre su eje. Este girar sobre el eje hizo que
el Sol se elevara a un nuevo horizonte.
En otras palabras, la
corteza terrestre se había movido, tal como yo lo había leído en
otros libros.
La teoría de la obra The Path of the Pole [La senda del Polo]
sostiene que la corteza de nuestro planeta ha sufrido reiterados
desplazamientos y que estos se produjeron con mucha rapidez; en
cuestión de días o tal vez de horas. Hapgood explica que el
caparazón exterior de la Tierra se mueve de tanto en tanto,
trasladando algunos continentes hacia los polos.
Como resultado de
sus estudios, Hapgood asevera en una nota preliminar de su libro The
Path of the
Pole:
Hasta hace una década, la idea de que los polos a menudo han
cambiado su posición en la superficie de la Tierra era considerada
como extrema, improbable y sin sustento, siendo apoyada por gente
un tanto excéntrica.
Nadie con cierto renombre en el mundo de las
ciencias iba a tener algo que ver con esto.
Las modas cambian; actualmente, todos los libros que tratan sobre
las ciencias de la Tierra dedican espacio al deambular de los polos
y a los impulsos continentales.
Este libro presentará evidencia de que el último movimiento de la
corteza terrestre (la litosfera) tuvo lugar en tiempos recientes, a
fines de la última era glacial.
Como ya lo ha leído anteriormente, los egipcios hablan en sus textos
en carácter de testigos de esos notables acontecimientos. Quedé sin
aliento cuando empecé a darme cuenta de esto.
En otra nota, hallé
que este evento, "el gran cataclismo", sucedió el 27 de julio de
9792 a.C.
He aquí los jeroglíficos:
Soy la temible luz encendida
que navega por el cordón, permitiendo desde lejos, en el firmamento,
que se juzguen las acciones de todos.
Explicación: Su nombre es Osiris (Orion).
Descripción: Él es la
semilla del contenido de todos los cuerpos humanos.
Segunda
descripción: Su nombre comanda desde lo alto las partes espirituales en los
cuerpos humanos.
Tercera descripción: El nombre del Glorioso brilla eternamente en lo infinito. Él crece
todos los días
en el firmamento de las estrellas.
Explicación: el Sol feroz que se quema muestra que su campo
magnético se ha dado vuelta. Esto se cumple por violentas
explosiones en la superficie solar, mediante las cuales, el Sol
parece "incendiarse" (ver Figura 3).
La configuración estelar de Orion está señalada como el principal
culpable de este acontecimiento. Juzga a las almas humanas y su
supervivencia.
Más adelante menciona que Orion está conectada
directamente con el código para calcular el cambio del campo
magnético del Sol; así tenemos entonces, el código de Orion de
las
pirámides de Giza. Fueron puestas ahí para advertirnos que Orion es
de suma importancia para nosotros y debe ser estudiada
minuciosamente.
En los escritos de Ibrahim Ben Ebn Wasuff Shah,
leemos:
"El complejo de Giza fue construido para conmemorar un
tremendo cataclismo en el sistema planetario de la Tierra, que
afectó al globo, con fuego e inundaciones".
Llamé a Gino y se lo expliqué.
"Gino, te habla Patrick, tengo un
problema. Según las venerables escrituras, Orion concordaría con
ciertos códigos del día del cataclismo. ¿Podrías averiguar esto?" "Ahora sí que tenemos un problema. Yo sólo puedo reconstruir en
parte la posición de las estrellas y los planetas, tanto en el
futuro como en el pasado. ¿Tiene alguna idea sobre qué códigos está
buscando?" "En realidad, no. No logro decodificarlos correctamente. He estado
devanándome los sesos durante días, pero no lo hallo". "Bueno, sí, eso puede llegar a ser un problema; las posibilidades
son enormes".
Figura 3
Antiguos textos describen un catastrófico cambio en el campo
magnético del Sol
Entonces, algo me
sucedió:
"Espere un
minuto", dije, "los
códigos del pasado tienen
que coincidir
exactamente con los códigos del 21 / 22 de diciembre de 2012.
¡Tienen que hacerlo! Si las estrellas y planetas durante la
desaparición de la Atlántida tuvieron cierta posición, esto apunta a
una similitud con ese acontecimiento; esa era su manera de
describirlo".
Gino, de inmediato estuvo de acuerdo con mis hallazgos y se dispuso
a trabajar los dos días siguientes. Pero se fue de vacaciones por
más de una semana y la tarea quedó inconclusa.
Me llamó a su
regreso:
"Tengo noticias alarmantes, Patrick, las posiciones de Orion y Aldebarán coinciden de manera precisa con ambas
informaciones. Yo lo había calculado manualmente y ocurre tres
veces en doce mil años. La otra fecha es 3114 a.C. Eso podría ser
correcto porque varios pueblos, entre ellos los mayas, comienzan su
era desde este punto".
¡Allí estaba!
Me sentía como si estuviera dando saltos mortales. Con
esta prueba quedaba irrefutablemente demostrado que la fecha de la
destrucción
del mundo en el año 2012 provenía de los atlantes.
Más aún, los
egipcios tenían que conocer esta fecha también. Pero esto era para
más adelante. Nadie podía negarlo: la fecha de la destrucción de la
Atlántida era ciento por ciento correcta. Esto hizo del trabajo de Slosman algo incontestable de un solo golpe. El mundo egiptólogo
entero podrá hacer lo que le plazca, ¡pero la Atlántida era un
hecho!
Y con él, también la desaparición futura de nuestro mundo.
El
hecho de que yo hubiese resuelto esto tan rápidamente me dejó sin
habla. Algunos meses después, Gino me dijo que sus cálculos no eran
una prueba real, pero para entonces ya habíamos descifrado los
verdaderos códigos de la destrucción, contenidos en las venerables
escrituras egipcias. Con esto teníamos la prueba definitiva de la
exactitud de nuestra teoría.
Media hora más tarde me encontraba
observando, junto a Gino, el cielo del año 2012.
"Observe con cuidado", me dijo Gino. "Programé el horizonte sobre El
Cairo; puede ver a Venus elevándose justo sobre las pirámides,
seguido de otras constelaciones y de Orion".
Me dejó sin aliento.
"¡Oh!", exclamó Gino sorprendido, "aquí hay
algo que se me escapó antes".
Miré con atención el programa de la computadora y le pregunté:
"¿A
qué se refiere?" "Venus pasa por los signos de la Serpiente y Escorpio; la serpiente
es un importante símbolo mitológico tanto para los mayas como para
los egipcios, pero el escorpión también era temido". "Posiblemente recibieron sus nombres por los acontecimientos de la
Atlántida, o por los que vendrán en el año 2012", repliqué. "Es posible. De ese modo, tanto la Serpiente como Escorpio pudieron
haberle dado un simbólico mordisco mortal a Venus, ¡y eso puede
llegar a explicar muchas cosas!"
Yo temblaba de emoción, pero también de miedo.
Mi suposición parecía
ser verdad, por lo tanto, la Tierra entonces iba a ser golpeada por
un gigantesco cataclismo; los códigos lo demostraban con suficiente
claridad. ¡Rayos, entonces era cierto, después de todo!
Entusiasmado con esta serie de descubrimientos, me fui a casa. Esa
noche no pude dormir; pensaba en eso una y otra vez.
El cataclismo
anterior había sucedido en la era de Leo (10.960 a 8800 a.C).
La Esfinge, acerca de la cual tanto se habla actualmente, no sólo
tuvo un
significado astrológico o mitológico, sino también uno práctico. Fue
construida por los sobrevivientes de la Atlántida para advertirnos
de lo que había ocurrido. Pero eso es sólo una parte de la
historia. Esta Esfinge, junto con los otros códigos de las
pirámides, tienen que brindarnos un indicio de la fecha del próximo
cataclismo; y de esto trata toda la "religión" egipcia.
Es un
gigantesco monumento arqueo-astronómico que nos dice exactamente lo
que sucedió y lo que volverá a suceder. ¡No podrían haberlo hecho
más grande!
Aun así, lo hemos ignorado durante mucho tiempo. Ahora
que ya casi es demasiado tarde, los códigos empiezan a irradiar sus
signos de advertencia. Si el mundo no va a recibir la información,
la humanidad será nuevamente reducida por miles de años a un estado
primitivo. Esta era mi tarea: pulsar el botón de alarma. No tenía
sentido seguir esperando.
Entonces, decidí comenzar un libro de
inmediato para que se publiquen las primeras conclusiones. Nadie
podrá culparme alguna vez de no haber hecho nada. Sólo espero que
este mensaje ominoso sea comprendido a tiempo.
No pueden iniciarse
los preparativos necesarios con un año de anticipación, pues no
habrá el tiempo o el poder suficiente para que se logre el éxito en
la operación de rescate más grande de todos los tiempos.
Figura 4.
Los leones en dirección opuesta son un símbolo
de que el Este se
convirtió en Oeste y
viceversa.
Al día siguiente de haber imaginado que la Tierra temblaba y que
miles de millones de personas morían en una gigantesca marejada
demoledora, empecé a escribir mi mensaje de advertencia.
Cuando el Sol pasó el décimo sexto grado del signo de Leo en el año
9792 a.C, el infierno se desató. Una luz abrasadora proveniente de
aquel alcanzó la Tierra y el cielo pareció desmoronarse, pero de
hecho, la Tierra se inclinó. El símbolo de los dos leones es una
ilustración de nuestra evidencia.
La interpretación correcta del símbolo de los dos leones es la
siguiente: al sufrir la corteza terrestre un desplazamiento, los
continentes ya no se encontraron en su posición original.
Pero hay
más todavía: cuando el Sol volvió a salir en el horizonte, este era
un nuevo horizonte porque la Tierra se había dado vuelta. Los
egipcios simbolizaron esto, agregando una cruz de asa, que es el
símbolo de la vida eterna en Egipto. El Sol iría a quedarse en ese
horizonte hasta el día del próximo cataclismo, después del cual
puede empezar un nuevo ciclo de destrucción y resurgimiento.
El
profesor Frank C. Hibben describe la magnitud de la destrucción
provocada por el último cataclismo, en la obra
The Lost Americans
[ Los americanos perdidos]:
Parecería que en medio de un cataclismo catastrófico hace doce mil
años, todo el mundo viviente de animales y plantas de Alaska se
congeló de repente, en plena actividad, originando así un tétrico
acertijo [...] Los grandes animales que le habían dado el nombre al
período se extinguieron y su muerte marcó el fin de una era.
Pero, ¿cómo murieron? ¿Qué fue lo que causó la extinción de cuarenta
millones de animales? Este misterio constituye una de las más
antiguas historias de detectives en el mundo. Un buen relato
detectivesco incluye seres humanos y muerte, condiciones que se
hallan al final del pleistoceno. En este caso particular, la muerte
tuvo tan colosales proporciones que daba vértigo contemplar sus
rastros [...]
De los fosos de estiércol del valle del Yukón hemos obtenido el
cuadro de una rápida extinción. Las pruebas de violencia allí son
tan obvias como las de los campos del horror en Alemania. Esas pilas
de cuerpos de animales o personas no ocurren simplemente porque
haya intervenido un medio natural común[...]
A través del estiércol de Alaska también hay evidencia de que hubo
alteraciones atmosféricas de una violencia sin par. Los mamuts y
bisontes, por igual, fueron destrozados y retorcidos como por una
mano cósmica en un arranque de furia divina... Los animales fueron
desgarrados y desparramados por todo el paisaje como si se tratase
de hebras de paja e hilo - aunque algunos de ellos pesaban varias
toneladas.
Mezclados con las pilas de huesos se encuentran los
árboles, también retorcidos, destrozados y apilados en grupos
confusos; y todo esto cubierto por un fino estiércol cernido que, al
congelarse, quedó en estado sólido.
Esto sucedió la última vez.
Ahora nos encontramos frente al próximo
cataclismo. ¿Será en la parte final de la Era de Piscis, la cual
finaliza en 2016, o en la Era de Acuario?
Estamos buscando la
respuesta a esta pregunta, urgentemente. El momento del próximo
cataclismo ha sido descripto en el zodíaco de Dendera. Descifrar el
código es un proceso difícil, pero estamos logrando algún progreso.
De hecho, por el libro de Slosman, sabemos que la posición de las
estrellas durante el cataclismo anterior tiene que concordar con su
posición en el año de la próxima hecatombe.
Es fácil, ¿no es cierto?
Sinceramente, espero que en verdad sea así de fácil. Pero además del
zodiaco simbólico hay algunos otros códigos y glifos que complican
sumamente el caso. Esperamos recibir alguna ayuda de otro libro de
Slosman, Les Divines Combinaisons (Las combinaciones divinas). En
él, trata de descifrar los códigos. Pero esta obra apareció sólo en
una edición limitada y fue objeto de burla de los egiptólogos
oficiales.
La suegra de Gino está haciendo todo lo posible para
conseguir un ejemplar; hemos depositado toda nuestra esperanza en
ella, aunque aún no hemos tenido suerte.
Un terrible secreto del pasado
Al comparar la información de las venerables escrituras con los
datos de otros libros que he leído, muchas cosas se aclaran. Surge
que una luz incandescente alcanzó la Tierra. Según los mayas, se
produciría un cambio en los polos magnéticos del Sol en el año 2012.
Entonces, desde el interior del Sol, se liberarán enormes fuerzas
electromagnéticas con un poder desconocido. Llamaradas gigantes
desde el Sol enviarán una descomunal onda de partículas a la Tierra.
Este fenómeno se ha observado recientemente y se ha confirmado en
dos soles. Durante varias horas exhibieron una actividad explosiva,
después de la cual regresaron a su estado normal. Los astrónomos se
preguntaban si este sería un acontecimiento único o si podría
ocurrir más a menudo.
¡Pueden estar seguros de que volverá a
ocurrir! Nuestro Sol también muestra este tipo de patrón.
Las partículas que son expulsadas harán que la atmósfera de la
Tierra "entre en llamas" con un efecto verdaderamente destructivo en
las
Bandas de Van Allen [Ver N. de la T]
*.
* [N. de la T.]: Son cinturones de radiación, descubiertos por James
Alfred Van Alien, físico estadounidense.
Debido al continuo flujo
de electromagnetismo, el campo magnético de la Tierra se
sobrecargará, billones de partículas llegarán a los polos y se
generarán desconocidas fuerzas eléctricas, en resumen, una pesadilla
para todos.
Cuando los polos se llenen de auroras de las partículas
que caen, lo inevitable sucederá: el campo interior electromagnético
de la Tierra se sobrecargará y estallará, siendo esto un megacircuito corto con efectos superletales. Toda la atmósfera del
planeta sin una protección magnética, será bombardeada por
partículas que caen. El campo magnético de la Tierra funciona para
protegernos, dirigiendo partículas electromagnéticas a los polos,
pero esto se tornará imposible.
Las partículas van a penetrar en la
Tierra desde todas partes, generando una intensa radiación, tanto
en luminosidad como en radioactividad. El cielo completo podría
describirse como si ardiera con toda intensidad, o como dicen las
escrituras:
"la luz de las luces se encuentra alrededor del
mundo, ahora".
Y ese es el preludio del cataclismo. El núcleo de
hierro de la Tierra es magnético; debido al desplazamiento del
núcleo magnético, la Tierra comenzará a moverse hacia el otro lado.
En consecuencia, la corteza terrestre exterior se desgajará, en
otras palabras, quedará "flotando", suelta, ya no estará aferrada a
su "patrón". Si usted se encuentra en el planeta en ese momento,
este se inclinará unos miles de kilómetros en un par de horas. Al
mirar al cielo parecerá que este "se viene abajo", como lo describen
las antiguas escrituras. Se producirán sismos gigantescos.
Las
placas terrestres se moverán, las montañas se elevarán allí donde
no había nada, partes de la tierra se abrirán y colapsarán, las
montañas van a desmoronarse, la tierra se hundirá en el océano y
los volcanes entrarán en erupción en muchos lugares. En resumen, la
peor de las pesadillas no podría ser tan terrible para describir la destrucción de este mundo.
Para saber cuan
dramáticos fueron los acontecimientos hace 12.000 años, puede leer The Path of the Pole.
Allí, Hapgood escribe:
Un número considerable de antiguas playas que ahora se hallan en
grandes elevaciones sobre el nivel del mar —y a veces, tierra
adentro, lejos de las actuales costas—, evidencian cambios
verticales prácticamente drásticos en las posiciones de las masas
de la Tierra. Así, el geólogo P. Negris dijo haber encontrado
evidencias de playas en tres montañas de Grecia, a saber, Monte
Hymeto, Monte Parnaso y Monte Geraneia, a 1.400, 1.500 y 1.700 pies,
respectivamente, sobre el nivel del mar; también encontró una playa
en el Monte Délos, a 500 pies.
Sobre la costa de la Baja California pueden hallarse rastros de
costas "labradas" por las olas, ahora en perfecto estado de
preservación, y en algunos casos, a unos mil quinientos pies sobre
el nivel del mar. Estos rasgos son testimonios de las más grandes
perturbaciones, producidas por los terremotos que visitaron la
región en épocas recientes.
Sería posible multiplicar interminablemente la evidencia de las
playas elevadas que se hallan en todas partes del mundo, y muchas
de ellas pueden implicar cambios en las elevaciones del fondo del
mar, como lo sugiere Umbgrove.
Una de las características más sobresalientes de la superficie
terrestre es el gran valle producido por la falla en África. El ya
fallecido Dr. Hans Cióos señaló que los elevados acantilados de una
de las márgenes de este valle, alguna vez fueron el borde del
propio continente africano, no sólo el comienzo de la plataforma
continental sino el mismísimo borde de la masa del continente. En
algún vasto movimiento, ese costado del continente fue tremendamente
elevado y el fondo del mar también subió con él cerca de una milla,
de modo que pasó a convertirse en tierra seca.
Esto es tan
interesante que yo cito a Cióos, extensamente, en
Conversation with
the Earth [ Conversación con la Tierra]:
Continentes hundidos y surgentes
Hay dos márgenes del continente africano y el problema fundamental
aparece dos veces, a saber: ¿por qué los continentes de la Tierra
terminan de manera tan abrupta y se sumergen tan empinadamente en el
profundo mar? [...] Y más sorprendente aún, ¿cuál es el significado
de las márgenes montañosas de la mayoría de los continentes, que
son altas, gruesas y en relieve?
[...] La corta sección transversal en la larga cadena Lebombo no
parece demasiado impresionante, pero ilumina acontecimientos
lejanos de este remoto solar de la Tierra, pues aquí queda expuesta
la antigua margen del continente. No hace mucho tiempo, durante el
período cretácico, el mar se extendía hasta aquí desde el Este. Y la
llanura entre las colinas de Lebombo y la actual costa, es el lecho
del mar elevado... Lo que vemos son los flancos de una curva
descendente de África Septentrional hacia el océano Índico.
Pero vemos mucho más. Vemos los estratos sedimentarios seguidos por
rocas volcánicas hacia el este de las colinas; algunas corren
paralelas a los estratos, como torrentes o láminas derramados sobre
ellos e inclinadas con ellos. Otras irrumpen por las capas de
piedra arenisca, elevándose empinadamente desde abajo. Esto
significa que, dado que el borde del continente se plegó en las
colinas de Lebombo, la corteza explotó y se abrieron grietas, por
las cuales la sustancia incandescente e hirviente salió disparada.
En consecuencia, la margen oriental —hacia fines del período
paleozoico—, era una gigantesca bisagra sobre la cual se doblaba la
corteza terrestre para ser cubierta por el océano. Lo que vemos
aquí es meramente una sección transversal [...], uno puede seguir
más adelante hacia el Norte o Sur, e incluso al otro lado del
continente y descubrir que grandes franjas de esta tierra especial
han tenido el mismo destino.
Los océanos se hundieron adyacentes a
los continentes, y el continente se elevó desde el océano.
Por lo tanto, queda en claro que los continentes se elevaron y se
plegaron a escala gigantesca y que volverán a hacerlo en el año
2012.
Esto nos retrotrae a nuestra historia. Cuando, luego de horas
y horas, la onda cargada de partículas declina, el magnetismo del
interior de la Tierra puede restablecerse.
Sin embargo, los polos
igual se moverán porque el que se encuentra más cerca del Sol habrá
recibido el impacto completo. La corteza terrestre dejará de flotar
acompañada nuevamente por apocalípticos terremotos, con partes de
tierra que se derrumban, una desconocida actividad tectónica y
volcanes en erupción.
Pero entonces, como si eso no fuera lo
suficientemente malo, la mayor catástrofe sucederá, pues debido a la
inercia, el movimiento de los océanos no puede detenerse, por lo
tanto, una gigantesca ola cubrirá la tierra. Según la antigua
tradición, la altura de semejante ola llegó a alcanzar en muchos
lugares un kilómetro y medio. Por eso, y no sin razón, los mayas
estaban horrorizados.
Escondido en lo alto de la montaña había un
templo de vírgenes quienes, luego del desastre, debían encargarse de
volver a poblar el mundo.
Antigua ciencia
Esta es la ciencia de los ancestros y yo creí firmemente en ellos
sin ninguna duda. ¿Por qué? Porque nuestro campo magnético es una
de las maravillas menos comprendidas del universo.
En el artículo
"Reversiones geomagnéticas" publicado en Science el 17 de enero de
1969, Alian Cox afirma:
"Existe una incómoda falta de teorías que
expliquen el actual campo magnético".
En el año 2000 nada ha
cambiado. ¿Qué piensan los científicos ahora?
Nuestro campo
magnético es electromagnético; todo el mundo lo sabe. ¿Cómo es eso?
Bueno, dado que nuestro planeta rota, el magnetismo es inducido de
una manera muy similar a la inducción por el flujo de una corriente
eléctrica, a través de una bobina de alambre. En otras palabras, la
Tierra es una dínamo gigantesca con un polo norte y otro sur. Eso es
todo.
No les pregunte más, pues ¡en verdad no lo saben!
Las reversiones de la polaridad suelen ocurrir y los geólogos lo han
comprobado. Sucede cada 11.500 años, pero nadie sabe por qué. Toda
especulación conduce a una "fuerza desconocida" que produce las
reversiones, pero aún no hay respuestas. ¿Incómodo? ¡Seguro que sí!
Eso nos conduce al Sol, donde se observa qué poderosa puede llegar a
ser una reversión magnética. Las fuerzas magnéticas son el mismísimo
disparador de millones de explosiones nucleares en el Sol. Esto es
así porque nuestro Sol es una estrella magnética, con un polo norte
y un polo sur, además de un ecuador.
Al igual que la Tierra, el Sol rota y lo hace muy rápidamente, a más
de 6.400 km por hora en la superficie, creando millones de campos
magnéticos que calientan su corona a más de un millón de grados.
Sólo una llama solar que explota desde un cortocircuito en un campo
magnético, da tanta energía como dos mil millones de bombas de
hidrógeno. Imagine semejante explosión en la Tierra y rápidamente
podrá calcular la magnitud del daño.
Luego están
las manchas solares.
Su propiedad más predominante es su
intenso campo magnético. La fuerza magnética de una mancha solar es
inmensa, 20.000 veces más poderosa que la de la Tierra. Las manchas
solares explotan por la superficie del Sol cada once años, ese es su
ciclo. Al comienzo de cada ciclo, la polaridad magnética en las
manchas solares se revierte, creando gigantescas explosiones
nucleares.
Eso nos retrotrae a los antepasados. Ellos habían hallado una teoría
sobre los campos magnéticos del Sol. En su libro The Mayan
Prophecies [Las profecías mayas],
Cotterell describe esta teoría y
presenta los cálculos mayas de las reversiones en el campo magnético
del Sol, estableciendo que al cabo de miles de años se produce una
verdaderamente grande. Cuando eso suceda, enormes llamas solares
escaparán del Sol y caerán sobre los polos de la Tierra.
Y luego,
¡pum! El campo magnético de la Tierra se revertirá y esta comenzará
a girar en otra dirección, convirtiéndose el polo norte en el sur y
viceversa.
¿Leyó eso? ¡La Tierra comenzará a girar en sentido
contrario y los polos se revertirán!
Después de leer estas advertencias, un terrible temor se apoderó de
mí. Es evidente que un desastre mundial de desconocidas proporciones
se está acumulando para nosotros. Casi toda la población de la
Tierra perecerá. Europa se deslizará nuevamente a la era glacial y
se tornará inhabitable, pues la corriente del Golfo habrá
desaparecido.
América del Norte será peor, pues desaparecerá de un
momento a otro bajo el hielo del Polo Sur, así como ocurrió con la
Atlántida. Me desesperé tanto que pude haberme matado. Por fortuna,
no tuve tiempo de hacerlo porque primero debía terminar mi
investigación. No cabe ninguna duda de que esto va a suceder.
En su
libro The Path of the Pole, el profesor Charles Hapgood escribe:
He hallado evidencia de tres posiciones diferentes del Polo Norte,
recientemente.
Durante la última glaciación de América del Norte, el polo parece
haber estado ubicado en la bahía de Hudson, aproximadamente a 60°
de latitud Norte y a 83° de longitud Oeste.
Parece ser que se corrió a su sitio actual en medio del Océano
Ártico, hace unos 12.000 años.
Los métodos para obtener datos sobre la radiación, también nos
sugieren que el polo llegó a la bahía de Hudson hace unos 50.000
años; antes de esa fecha, se encontraba ubicado en el Mar de
Groenlandia, aproximadamente a 73° de latitud Norte ya 10° de
longitud Este. Treinta mil años antes, es probable que el polo haya
estado en el distrito del Yukón en Canadá.
Si el Polo Norte cambia, el Polo Sur cambia también.
Hapgood escribe
lo siguiente:
Una poderosa confirmación de otro de los corolarios de un polo
emplazado en la bahía de Hudson, proviene de
la Antártida. Con un
Polo Norte a 60° de latitud Norte y 83° de longitud Oeste, el Polo
Sur correspondiente habría estado ubicado a 60° Sur y 97°
Este en
el océano que baña las costas de Mac-Robertson en la tierra de la
Reina Maud, en la Antártida. Esto colocaría al Polo Sur unas siete
veces más lejos del casquete del Mar de Ross en la Antártida, de lo
que está ahora (ver la figura). Cabe esperar, entonces, que el Mar
de Ross no se haya helado en esa época.
Precisamente, tenemos la confirmación de este hecho.
Junte la precesión equinoccial —que es un desplazamiento de la
corteza terrestre— y las reversiones magnéticas y habrá creado un
asesino colosal. Estas transportan islas y montañas más alto aún',
hacia el cielo, provocando extinciones a una escala gigantesca.
Es
innegable que existe un vínculo entre las eras glaciales y las
reversiones magnéticas.
LA SENDA DEL POLO SUR
Figura 5 La senda del Polo Sur según Hapgood.
Figura 6
Nueva vista del interior de la Tierra
El hielo desempeñó
un papel fundamental en casi todas las extinciones de la historia.
Steven M. Stanley —de la Universidad John Hopkins— dice que el
enfriamiento climático fue el "agente dominante" de la extinción
cámbrica, como lo fue en el periodo pérmico, en el devónico,
etcétera.
Hace poco más de cien años, la gente se asombraba ante la sugerencia
de que grandes láminas de hielo con un espesor de aproximadamente
1,6 km, alguna vez se depositaron sobre las templadas tierras de
América del Norte y Europa. Luego, la gente aceptó la idea no sólo
de una era glacial sino de una serie de ellas. A medida que pasó el
tiempo se hallaron evidencias de eras glaciales en todos los
continentes, aun en los trópicos. Se descubrió que las láminas de
hielo alguna vez cubrieron vastas áreas de la India tropical y del
África ecuatorial.
Arthur Coleman, una de las mayores autoridades sobre
eras glaciales, escribió en su libro Ice
Ages Recent and Ancient
[Eras glaciales recientes y antiguas]:
También se descubrió que estas láminas de hielo se distribuyeron
aparentemente de una manera caprichosa. Siberia, ahora una de las
partes más frías del mundo, no estaba cubierta, tampoco lo estaban
la mayor parte de Alaska ni el territorio del Yukón en Canadá, si
bien el norte de Europa, con su clima relativamente cálido, se
encontraba bajo el hielo a la altura de Londres y Berlín. La mayor
parte de Canadá y Estados Unidos estaba cubierta de hielo hasta la
altura de Cincinnati y el valle del río Missisipi.
Los escritores más recientes concuerdan en que la situación
descripta por Coleman, en esencia es muy precisa.
El profesor J. K. Charlesworth, de la Universidad de Queen en Belfast, expresa su
opinión de la siguiente manera:
"La causa de todos estos cambios,
uno de los mayores acertijos en la historia geológica, aún no ha
sido develada, a pesar del esfuerzo realizado por generaciones de
astrónomos, biólogos, geólogos, meteorólogos y físicos".
Coleman, quien realizó un gran trabajo de campo en África y la
India, estudiando las evidencias de las eras glaciales, narra de
manera interesante sus experiencias, al hallar signos de un intenso
frío, en áreas donde debía trabajar bajo el abrasante calor del sol
tropical:
Una calurosa tarde de comienzos del invierno, a dos grados y medio
dentro de la tórrida zona en medio de un entorno tropical, era muy
difícil imaginar esta región cubierta, durante miles de años, con
miles de pies de hielo. El contraste del presente con el pasado era
sorprendente y resultaba fácil ver por qué algunos de los primeros
geólogos lucharon tanto tiempo contra la idea de la glaciación en la
India a fines del período carbonífero.
Después de algunas horas de trepar y martillar bajo el intenso sol
africano, a 27° 5 minutos de latitud, sin una gota de agua, juntando
piedras estriadas, y una losa de piso pulido de pizarra, me
ofrecieron un contraste sumamente impresionante entre el presente y
el pasado, pues aunque en el 27 de agosto aún está por comenzar la
primavera, el calor es muy igual al que se encuentra en un soleado
día de agosto en América del Norte.
La luminosidad agobiante y la
transpiración hicieron que la idea de pensar en una lámina de hielo
de algunos miles de pies de grosor, en ese punto, fuera algo
sumamente increíble pero muy atractivo!...
Por lo tanto, ahora sabemos que las eras glaciales y los
desplazamientos de los polos suceden con frecuencia. En unos pocos
años volverá a ocurrir. Pero aún yo tenía muchas preguntas que
seguían sin respuesta, tales como: si de repente mi país es
destruido, ¿cómo puedo escapar si no tomé ningún recaudo?
En la
obra When the Sky Fell estaba claramente escrito que, luego del
desastre de la Atlántida, se inició la agricultura en diversos
lugares del mundo y con los mismos cultivos y las mismas técnicas.
¡Estos debían provenir sin duda de la misma civilización!
Con
intriga lo leí y me quedé pensando sobre el tema. Parecía un
acertijo sin solución, algo imposible.
Si su país desaparece de un
plumazo, no puede levantar vuelo con una carga de cereales y
construir una civilización como la de Egipto. Me era imposible
resolver esto, hasta que un día recibí el libro
Le Grand Cataclysme
(El gran cataclismo) de Albert Slosman. Anne Papillon me lo envió
desde París. Yo la había conocido dos meses antes en Amberes y le
había comentado acerca de mi investigación. Entonces, ella comenzó a
buscar en las librerías de París para mí y halló una copia del
libro, de segunda mano.
Empecé a leerlo con grandes expectativas.
EL GRAN CATACLISMO
Rara vez he leído con tanto asombro un libro.
No me permitió
relajarme; Slosman, en verdad sabe cómo captar nuestra atención.
Desde el comienzo no se advierte al lector que esto no es una novela
sino una historia real, una que pasó realmente. Fue una ardua tarea
decodificar los jeroglíficos que describen los últimos años de la
Atlántida.
Gracias a sus enormes esfuerzos, ahora estamos
familiarizados con los secretos de una civilización que se esfumó en
un día, en un gigantesco cataclismo. En un minuto le ofreceré un
breve resumen de Le Grand Cataclysme. Es chocante y se aplica
directamente a nosotros. Más adelante comprenderá por qué, pero
primero debe saber que el conocimiento de los atlantes sobre el
movimiento de las estrellas y la posición de los planetas era muy
superior al nuestro. Es de suma importancia que sepamos esto porque
nos conduce a develar sus secretos.
Vea usted, ellos percibieron el
fin de la Atlántida con sus conocimientos sobre astronomía.
El día
que la Atlántida se hundió bajo las aguas, un 27 de julio de 9792 a.C, Orion, Venus y algunas pocas estrellas y planetas más ocuparon
algunas "posiciones codificadas". Los sumos sacerdotes que escaparon
del cataclismo se llevaron los conocimientos con ellos y los
guardaron en el laberinto (el Círculo de Oro) en Egipto. Y allí
precisamente se elaboró el plan maestro para advertir a la humanidad
sobre el próximo cataclismo.
Esta historia increíblemente asombrosa
debe ser conocida en el mundo entero, porque en el año 2012 las
estrellas estarán exactamente en la misma posición que en el año en
el cual la Atlántida se hundió.
Osiris La historia de Osiris (Orion) empieza en el año 10.000 a.C.
L'An-Nu,
el sumo sacerdote de Aha-Men-Ptah, reunió al consejo. Tenía noticias
alarmantes, pues con "cálculos matemáticos de las configuraciones
estelares", estaba en condiciones de calcular la fecha del fin de su
mundo. Esto se basaba en los sucesos del cataclismo anterior,
ocurrido el 21 de febrero de 21.312 a.C, cuando la Atlántida fue
destruida en parte (la Tierra giró 72 grados en el zodíaco).
Su
mensaje fue sumamente doloroso y duro:
"Hermanos, estamos hoy
reunidos aquí para hablar de los aterradores acontecimientos que
sufrirán nuestros bisnietos. Sin dudarlo, debemos organizar un éxodo
de nuestro pueblo hacia otras regiones y esto representa un enorme
esfuerzo durante mucho tiempo".
Pudo oírse un murmullo y luego una
ola de protestas, pero el alto prelado era inexorable:
"No me baso
en las sagradas escrituras sino en combinaciones matemáticas que
pueden ser comprendidas por cualquiera que lo elija. Todo movimiento
de las estrellas y los planetas se produce en armonía, siguiendo las
leyes de Dios. Lo que sabemos con seguridad es que las
'combinaciones matemáticas celestiales' tienen influencia sobre
todos los organismos de la Tierra, por medio de las configuraciones
que representan.
Eso, por una parte.
Segundo, los cálculos de mis
predecesores y de los científicos de nuestra 'Doble casa de la
vida' de Septa-Rerep establecen que una catástrofe de desconocidas
proporciones nos aguarda. Durante la anterior, el Norte de nuestro
país se convirtió en un enorme iceberg y fueron destruidas otras
partes del mundo. Esta vez, nuestro país entero desaparecerá. He
recalculado lo que nuestros científicos estimaron tantas veces con
anterioridad, y lo único que podemos decir es que nuestro país
desaparecerá por completo bajo las aguas.
No quedará nada, y si no
se toma ninguna medida no habrá nadie que pueda contar la historia
de nuestra patria, porque pertenecerá al reino de los muertos".
La mayoría de los oyentes permanecían en silencio, pues estaban
impresionados por lo que acababan de oír. Uno de los miembros más
ancianos interpretó la conmoción general:
"¡No dudo del poder de
sus palabras! Es lógico que si aceptamos este gran cataclismo como
algo que sucederá con certeza, aquí debemos discutir el éxodo con
calma. Pero esto significa la construcción de cientos de miles de
barcos, sin mencionar toda la comida que se necesita para millones
de personas. Se requiere la intervención de varias generaciones de
preparativos".
L'An-Nu volvió a hablar:
"La ley celestial determina la armonía de
los cielos y el movimiento matemático de la Tierra a lo largo del
tiempo. Sobre la base de esto, 'aquellos que saben de números',
podrán determinar la fecha exacta y la ley causante de la
catástrofe. Se producirá el 27 de julio de 9792 a.C, dentro de 208
años y será inevitable.
Por lo tanto, apresúrense, honorables
miembros del consejo, a tomar las medidas necesarias para que dentro
de dos siglos todos puedan abandonar estas tierras e iniciar una
segunda patria. Los primeros signos de lo que nos aguarda ya son
visibles en el horizonte, donde el Sol está más rojizo a su salida.
Aquí concluyo mi argumento, el Este tendrá color rojo, tan rojo como
nuestra sangre, porque nuestro imperio pertenecerá a los muertos".
Esto produjo el efecto deseado. A partir de ese día, empezaron a
tomar las medidas precautorias necesarias para llevar a cabo un
éxodo sin fallas.
Los años transcurrieron. En 9842 a.C. nació el primer hijo del rey
Geb y la reina Nut. Era un varón y su madre le puso el nombre de la
constelación que dominaba el cielo meridional, es decir, Osiris u
Orion. Estaba predestinado a convertirse en el gobernante 589° de
Aha-Men-Ptah. (Posteriormente, Aha-Men-Ptah fue llamada Atlántida,
por los filósofos griegos.)
En 9841 a.C. nació su hermano Seth y un
año más tarde, sus hermanas mellizas Isis y Nepthys. Todos amaban a
las dos niñas, pero Seth se comportaba como un pequeño tirano.
Envidiaba el éxito de sus hermanas y estaba sumamente enojado por no
ser el heredero del trono. A Isis le gustaba reír y a menudo se la
veía en compañía de Osiris.
El rey Geb observó una estrecha relación
entre los dos y decidió que se casaran. En presencia de una gran
audiencia, el matrimonio fue solemnizado. Seth estuvo ausente, dado
que estaba furioso cuando se enteró del casamiento. En un rapto de
ira, se marchó luego de amenazar con vengarse y cometer fratricidio.
De la unión entre Isis y Osiris nació Horus. Mientras tanto, Seth se
dedicó a reunir un ejército cada vez más grande. Muchos de sus
rebeldes se irritaron al tener que realizar las medidas coercitivas
que les infligían para el cataclismo venidero, rehusándose a seguir
participando de las tareas por algo en lo que ellos no creían.
En
esos tiempos difíciles, Osiris se convirtió en el nuevo gobernante,
a los treinta y dos años de edad. Era 9805 a.C, y faltaban trece
años para la fecha del cataclismo. Osiris, inmediatamente tomó
medidas para asegurarse la fidelidad de los otros estados del país.
Formó un ejército que no sólo tendría que conquistar a los rebeldes,
sino también proteger los puertos y los depósitos de almacenaje.
Miles de botes se guardaron, luego de haberse dado cuenta de que
muchos de ellos se habían ido y ahora servían como madera para hacer
fuego. Una profunda reorganización tuvo lugar para que pudiera
lograrse una tranquila evacuación de aquellos que permaneciesen
leales.
El resto de la tierra era un caos causado por Seth.
Hubo una
increíble cantidad de material a utilizarse en el éxodo que se tornó
inútil, se demolió, se
rompió o fue robado. Seth ejerció una dictadura criminal y provocó
el terror, demostrándolo cuando envió de regreso a dos embajadores
del palacio, decapitados, en sus ataúdes.
Su mensaje era claro:
"No
voy a negociar".
Sólo quedaban tres años. Horus tenía 24 años cuando su tío incorporó
su séptimo estado y ordenó la inmediata destrucción de 4.000
"Mandjits".
Estos barcos a prueba de hundimientos, ¡deberían
asegurar la supervivencia de 30.000 personas de esa provincia! Luego
de este insensato aniquilamiento hubo un impasse por unos tres años.
Un par de semanas antes del cataclismo, Seth intensificó su ataque
vigorosamente. En la noche del 26 de julio pudo hacerse con la
capital, por sorpresa. Sin duda, todos estaban preocupados por el
cataclismo venidero que interfería con las medidas que debían
adoptarse para la defensa.
El resultado fue desastroso. Hubo saqueos y asesinatos; sólo el
palacio real no fue tomado. Seth discutió con sus capitanes la
estrategia necesaria, pero decidió no atacar porque sus tropas
estaban demasiado ebrias y en este estado no iban a hallarse en
condiciones de conquistar las tropas de élite, que se encontraban
bajo el mando de Horus.
La oposición también supo que Seth no tomó
prisioneros y que ellos iban a luchar con todo su vigor por sus
vidas. Entonces pensó en una treta. Envió un mensajero al palacio
para ofrecer una rendición honorable, con la condición de que Osiris
en persona viniera a firmarla. A pesar de las advertencias de Geb,
Nut e Isis, el rey decidió ir. Dejó la defensa en manos de su hijo
Horus.
Lo escoltaron seis hombres y un oficial. Osiris condujo hasta
el lugar del encuentro, pasando por las ruinas en llamas de su
capital. Antes de que pudieran reaccionar, las lanzas penetraron los
corazones y las cabezas de sus escoltas y los hombres fueron
brutalmente asesinados. El rey apenas había sido herido y fue
conducido a una habitación donde Seth, con sus oficiales
comandantes, lo aguardaban con impaciencia.
Convencido de su
triunfo, Seth miró a su hermano con arrogancia, en tanto que este
sólo lo observaba con profunda tristeza.
Entonces, una ira
irracional lo invadió. Tomó la espada de uno de sus capitanes y la
clavó en el cuerpo de su hermano; ni un sonido se oyó de los labios
de Osiris. Luego, le ordenó a sus capitanes que hicieran lo propio.
Osiris murió sin emitir un solo sonido. Seth miró a su alrededor,
notó que allí había una piel de toro y arrojó el cuerpo aún tibio
sobre ella, atando las dos partes que la constituían. Después,
ordenó a sus capitanes que arrojaran el "paquete" al mar.
Los peces
carnívoros y los cangrejos se darían un festín con él.
Figura 7. Jeroglíficos de las vidas de Isis y Osiris.
En el palacio, Nepthys, que tenía el don de la videncia, vislumbró
los trágicos acontecimientos. Luego de comunicárselos a Horus, este
decidió lanzar un contraataque. En muy poco tiempo reunió a dos mil
hombres, les explicó lo ocurrido y les informó qué se esperaba de
ellos. Con sus corazones llenos de enojo, comenzaron el ataque,
matando instantáneamente a cada rebelde que encontraron a su paso.
Pronto arribaron al lugar donde habían asesinado al padre de Horus.
Eran espectadores de una escena apocalíptica: estaba lleno de
cuerpos a los cuales se les había dado muerte de una manera bestial,
pero Osiris no estaba allí. Horus continuó con la reconquista y
pronto recibió refuerzos de los habitantes y de las otras brigadas.
Justo antes del atardecer, la capital fue liberada, ¡pero
completamente destruida!
Figura 8. Osiris retomó su lugar a la diestra de Dios, lo cual indica que la
Tierra se dará vuelta.
En el momento en que el Sol debía elevarse sobre el horizonte, no
sucedió nada.
Era el 27 de julio de 9792 a.C. y ese sería el último día de la
Atlántida. Apareció un ocaso irreal, sin sol ni cielo; una bruma
rojiza, sofocante, de difusa claridad a causa de su espesor, fue
tendiéndose como un manto parejo que no sólo absorbió todos los
sonidos sino también la luz del Sol.
La respiración se hizo difícil
debido al profundo olor a muerte que dominaba la atmósfera. En todo
el continente, la gente comprendió que lo inevitable estaba por
desencadenarse. El instinto de supervivencia afligió a todos con un
intenso temor del drama que estaba por venir. No hay palabras para
expresar el pánico que se desató. En los anales está registrado en
detalle y puede comprenderse el pandemónium descripto, al pensar en
el temible panorama que la gente debía enfrentar.
La mañana
transcurrió sin que nadie estuviera en condiciones de precisar la
hora, porque el Sol permaneció invisible detrás de la sofocante
niebla, que se tornó color rojo sangre.
Horus comprendió que este era el fin de su país. También se dio
cuenta de que si la desesperanza de su pueblo era así de enorme,
mucho peor iba a resultar con los rebeldes. Entonces, decidió
aprovechar esta situación y asestar un golpe definitivo a las
tropas de su tío. Brevemente, explicó esto a sus comandantes,
quienes se entusiasmaron mucho con la idea.
Les prometió a los
soldados que podrían irse a tiempo con sus familias. El asfixiante
silencio de la bruma estaba enloqueciendo a las tropas y, debido al
olor insoportable y a este rojizo fenómeno, casi perdieron la razón.
Como consecuencia, se produjo un violento encuentro con el enemigo,
algo que pareció casi un sueño, pues la borrosa bruma aún impedía
una clara visión.
Entonces, la furia celestial se hizo conocer en su omnipresencia;
suaves terremotos pusieron fin a la batalla. Nadie pudo ganar porque
todos iban a perecer. Muchos fueron arrojados al suelo con sus
cuerpos temblorosos a causa de las siniestras oscilaciones. Esto se
prolongó con igual intensidad, mientras la bruma impenetrable
parecía aclararse.
En el palacio, Geb asumió el mando nuevamente. El monarca anterior
no tenía otra alternativa, pues su hijo estaba muerto y Horus aún no
había tomado su juramento. Basándose en las leyes reales, decidió
iniciar de inmediato el éxodo general. Debieron abandonarlo todo,
sin ninguna esperanza de recuperarlo. Primero se envió la orden al
puerto para poder empezar con las acciones y medidas planificadas y
evitar, en lo posible, el pánico. Los soldados reales estaban todos
allí para facilitar la partida del pueblo que estaba a punto de
huir.
En el puerto real había miles de "Mandjits", cuya característica
principal era que no podían hundirse. Estaban rigurosamente
protegidos y a bordo tenían equipos completos de supervivencia,
como por ejemplo, botellas de agua, tortas de cebada, cereales, etc.
Se había practicado la evacuación hacía tiempo y esta había
funcionado sin fallas. En un breve lapso, cientos de miles de
personas se embarcaron.
A su vez, comenzó la evacuación de la
familia real y de los sumos sacerdotes. Todos se dirigieron a los
botes que ya habían sido
designados con anterioridad.
Para estas personas, las medidas que se
habían tomado hacía años, ahora estaban rindiendo sus frutos. El
sumo sacerdote, con calma, impartió sus órdenes, las cuales fueron
acatadas al pie de la letra. Un gran contingente de seguidores
pusieron los tesoros a salvo; nadie tenía la menor idea del alcance
de la catástrofe, aunque todos se imaginaban lo peor.
A ciento sesenta kilómetros, los antiguos volcanes que tenían más de
mil años de antigüedad se reactivaron. Con un enorme poder arrojaron
rocas, tierra y polvo al aire, y la bruma volvió a tornarse espesa.
Una lluvia de piedras más pequeñas y pedazos de toda índole cayeron
sobre la capital y el puerto; como consecuencia de ello muchas
personas fueron heridas o murieron.
En medio del pánico que
sobrevino, perdieron el autocontrol y comenzaron una verdadera
carrera hacia el puerto. Todos arrojaron lo que llevaban consigo,
para poder escapar más rápido. Cualquier indicio de pensamiento
humano fue reemplazado por un puro instinto animal de supervivencia.
Los soldados fueron atropellados por esta estampida de personas. La
turba saltó a los barcos de papiro que estaban recubiertos con
resina y betún para impermeabilizarlos y hacerlos indestructibles.
El terror causado por los horribles e inimaginables acontecimientos
hizo que la gente olvidara toda noción de seguridad. En lugar de
subir a bordo en un número no mayor a diez por barco, luchaban por
subir en los primeros Mandjits a su alcance. Cientos de barcos se
hundieron junto con sus pasajeros ni bien zarparon, o incluso antes
de hacerlo. Miles de desafortunados murieron en el puerto, el cual
ya no iba a subsistir por mucho tiempo más.
Desde lejos se podía oír los volcanes otra vez, que arrojaban lava
al aire. El resto de la aterrorizada población que permaneció en
tierra, pereció en un torrente de fuego. Cientos de miles de litros
de un infernal fuego líquido, hallaron su camino en los pueblos y
las ciudades, destruyendo y cubriéndolo todo a su paso. En medio de este terrorífico curso de los acontecimientos, Nepthys e
Isis buscaban el cuerpo de Osiris.
Nepthys condujo a su hermana a
través de la bruma de la invisibilidad. De los soldados que los
acompañaban sólo quedaron tres. Dado que la "vidente" tenía grandes
dificultades para concentrarse en el lugar exacto donde se
encontraba el cuerpo envuelto en el cuero del toro, la búsqueda se
hacía muy difícil. El pánico omnipresente y los miles de cadáveres
complicaban su tarea. Al parecer, eran los únicos que aún
permanecían vivos en este inmenso cementerio, donde las aves, otros
animales y las personas habían muerto.
¿Valía la pena seguir
buscando, si de todos modos iban a morir?
Eso era exactamente lo que se preguntaba Seth. Luego de los primeros
temblores, la parte principal de sus brigadas partió; los que se
habían reído incrédulos ante el profetizado final de su mundo, se
apresuraban a escapar de su desobediencia a las leyes de Dios,
aunque para muchos ya era demasiado tarde. Seth se dio cuenta de que
esta rebelión contra las leyes celestiales había, incluso,
acelerado el proceso inevitable. Se quedó solo, estupefacto y sin
comprender qué había sido de su honor y su reino perdidos.
Horus les dio a los hombres restantes la libertad de partir en orden
y decidió quedarse a la zaga y buscar a su tío, para matarlo en
venganza por su padre. Ahora había dos hombres en el bosque, cuyas
cabezas estaban atiborradas con los trágicos sucesos, sabiendo
ambos que uno debería matar al otro año de sobrevivir.
Una vez más, la furia celestial se desató. El tumulto en el puerto
ahora estaba en su punto máximo. Cientos de miles se empujaban en la
densa niebla para poder abordar alguna nave. No había soldado que
pudiera cumplir con su deber en esta masa de gente que se
atropellaba camino a la muerte.
Las primeras filas simplemente
fueron echadas al agua. En ese momento, los rebeldes que aún
quedaban llegaron al puerto. Con una despiadada violencia se
abrieron paso hacia los botes. Todo el que se interponía en su
camino era arrojado al agua o asesinado, luego de lo cual, los
soldados se arremolinaron frente a los barcos. Pero a causa de su
miedo, cometieron los mismos errores que aquellos que los habían
precedido, pues sobrecargaron los botes con demasiados hombres. En
cuestión de segundos se hundieron y los ahogados se unían a las
pilas de cuerpos flotantes.
Otros se dirigieron al puerto real donde
se llevaba a cabo el éxodo con toda calma, pero con gran apuro. Los
rebeldes provocaron un gran derramamiento de sangre y enfilaron
hacia el mar en barcos hurtados. Afortunadamente, el sumo sacerdote
y su familia, junto con otras naves que también transportaban a
sacerdotes, ya habían partido.
Debido a la densa niebla, no les era
posible ver u oír nada acerca de este criminal episodio en el último
día de su reinado.
Mientras tanto, los comandantes se acercaban unos a otros sin que se
dieran cuenta. La niebla los hacía invisibles e inaudibles entre sí.
Seth miró a su alrededor cuando una ráfaga de viento rasgó la
niebla; entonces vio a Horus, que estaba meditando a unos veinte
metros de distancia.
Lleno de odio y sufrimiento, con el deseo de matar al hijo de su hermano, dio un paso
adelante. Otra vez la Tierra temblaba y se expandía una temeraria
sinfonía, cuya fantasmal imagen era pesada y siniestra. La lava
volvía a correr, continuando su destructivo trabajo. Los árboles se
quebraban como si sólo fuesen pequeñas ramas y luego ardían en
llamas.
El fuego rugiente mataba todo lo que encontraba a su paso,
tanto vegetal como animal. Nada podía escapar a eso. Un desagradable
olor acompañaba todo ese panorama. Seth, quien en ese momento se
encontraba sólo a tres pasos de su sobrino, cayó presa del miedo; un
pánico irracional se apoderó de él y atacó sin pensar. Su grito se
perdió en el ruido atronador del bosque envuelto en llamas, cuando
su espada rozó el hombro de Horus; con otro golpe le pegó a la cara
de su sobrino. Horus estrechó sus manos frente a su rostro y pronto
estas comenzaron a sangrar. Seth estaba seguro de su victoria y se
escapó, tratando de huir del torrente de lava que se aproximaba.
Aunque Horus aún estuviera vivo, con seguridad iba a morir en ese
torrente de fuego fantasmal. Unas enormes nubes ardientes provenían
de la lava, la cual serpenteaba emitiendo monstruosos silbidos. Cada
vez se acercaba más al hijo de Osiris quien, solo y muy herido,
había quedado a merced de los cielos.
Había perdido su ojo derecho y
el otro estaba lleno de sangre, tenía una rodilla destrozada y un
hombro roto, pero aún estaba vivo, aunque no podía ver ni moverse.
Sabía que el infierno se cernía sobre él y tenía la esperanza de que
Isis y el resto de su familia hubieran podido escapar a tiempo. El
arroyo hir-viente llegó a los árboles cercanos y los destruyó en
apenas unos segundos. Un profundo suspiro se escapó de sus pulmones
y sintió el intenso calor que en breve lo iría a quemar hasta
convertirlo en cenizas.
Entonces se produjo el milagro. Horus yacía
sobre un afloramiento de granito, dado que la lava no podría pasar
por allí; más bien sólo podría rodearlo, dejándolo a salvo por algún
tiempo.
En la costa, por fin Nepthys tuvo éxito. Divisó una pequeña bahía
con una enorme higuera. Allí, en una rama que se encontraba sobre el
agua debería estar colgado el cuero que guardaba el cuerpo de
Osiris. Se comprobó que esto era cierto. Isis suspiró con alivio,
pues al final, su demora en abandonar esta tierra había tenido su
recompensa. Las dos hermanas, con cuidado tomaron el cuero y los
soldados lo colocaron en uno de los pequeños Mandjits que había por
ahí abandonados. Al cabo de un corto intercambio de ideas, la reina
le ordenó a su hermana que se uniese a su familia junto con los
soldados.
Isis se fue sola en busca de su hijo, quien era el
heredero legal del reino que ahora se
había perdido y llegó al palacio real donde Geb y Nut se disponían a
partir.
Figura 9. Jeroglíficos que describen la pelea entre Horus y Seth.
Habían estado aguardando las noticias de su hijo y nieto,
desesperadamente.
Confrontados con la resoluta decisión de Isis de
buscar a su hijo, Geb impartió sus últimas órdenes. Sin más demora,
Nut y los restantes jefes debían irse, siendo su lugar de destino,
allí donde terminaba el parque y empezaba el canal. Dos fuertes
galeras que eran lo suficientemente resistentes como para navegar
por los mares más bravíos los aguardaban.
Un nuevo país iba a
necesitar una nueva madre, señora de un nuevo cielo, la cual, en
ausencia de Osiris y Horus, debía enseñarles a los sobrevivientes
cómo vivir en su segunda patria. Su nombre sería Ath-Ka-Ptah, cuyo
significado literal era "Segunda Alma de Dios", el cual luego sería
cambiado fonéticamente por los griegos por Ae-Guy-Ptos (o Egipto, en
castellano).
Nut, a quien no le había gustado tener que dejar a su amado, fue
arrastrada por los incontrolables elementos. Una enorme explosión
en el centro de la capital sacudió a los sobrevivientes,
impeliéndolos hacia el caos. Geb, que había decidido acompañar a su
hija, se apoderó de varios caballos para poder moverse lo más rápido
posible.
En cuanto vio todo ese daño y caos, dudaba de que Horus aún
estuviera con vida. Pero Isis no quería oír hablar de abandonar la
búsqueda. Con confianza lo alentó a continuar, aunque no era una
tarea fácil en medio de la niebla. De repente y de la nada, empezó a
aclarar y por primera vez hubo luz ese día. La actividad volcánica
en la distancia, habiendo lanzado miles de toneladas de lava, se
detuvo y un silencio sobrenatural los rodeó. ¡Esto tendría que
ayudarlos a encontrar a Horus!
Pero ¿dónde buscarlo?
Isis extendió
sus brazos hacia el cielo y rezó:
"¡Oh, Ptah-Hotep, rey de los
cielos, abre tus esclusas y deten el fuego; salva al hijo de tu
hijo! Ordena que este día del gran cataclismo no se convierta en el
día del gran luto. Oh, Ptah-Hotep, rey de la tierra, ordena que el
gran arroyo abra todas sus reservas!"
Seis mil años después, esta plegaria está cincelada en todas las
tumbas del valle de los reyes de Luxor, y también en Dendera.
Y en
los anales del libro The Four Times [Las cuatro veces] se lee:
"La
plegaria de Isis fue respondida y una lluvia rojiza se esparció
sobre la tierra, como si la sangre de los muertos se hubiera
desparramado sobre la tierra rasgada".
Al cabo de algunas horas, la
lava se había enfriado y para Isis y Geb era difícil trepar por
ella.
La reina, desesperada por la tristeza, no sabía qué camino
elegir en este desolado paisaje. Como su padre, estaba completamente
mojada y exhausta, y apenas podía moverse mejor entre las rocas
endurecidas. Entonces, Isis vio el cuerpo que estaba buscando... ¡y
parecía moverse! Lágrimas de alegría brotaron de sus ojos. Horus
pensó que estaba alucinando, pues no podía ser que su madre
estuviera tan cerca.
Pero una mano lo tocó y una voz amorosa le
habló:
"Ya no tengas miedo hijo mío, Dios me mostró el camino para
llegar a ti y salvarte".
Isis, en su mano, juntó un poco de agua que brotaba de la roca y
lavó la sangre del ojo que Horus no se había lastimado, entonces él
pudo ver a su madre y también lloró de alegría. Trató de pararse,
pero se hubiera caído pesadamente si su abuelo no lo hubiera
sostenido, a raíz de su rodilla destrozada. Con la ayuda de Isis, lo
tomaron por los hombros y muy despacio lo llevaron hacia los
caballos que aguardaban pacientemente.
Allí, Geb habló con una voz
que no admitía réplica alguna:
"Isis, debes irte de inmediato,
Osiris escondió un Mandjit bajo un techo en el Lago Sagrado.
Apresúrense los dos para llegar allí y váyanse lo más rápido posible
al mar abierto. Hay sólo un par de remos a bordo y les resultará
fácil partir. Yo soy prácticamente un peso muerto para ir con
ustedes; además, aún debo arreglar algunos asuntos en el palacio. No
piensen en mí, ¡es una orden! Sólo piensa en tu hijo. Ahora,
váyanse".
"¡Pero, padre!"
"¡Vayanse, es una orden!"
Era imposible oponerse a su decisión e Isis se fue, con su otro
caballo detrás de ella. Durante la travesía le habló a su hijo de
manera alentadora. Ella sabía que el sufrimiento debía ser
insoportable y trataba de hacerle olvidar el dolor por un momento.
Llegaron al barco sin ninguna dificultad. Isis se sentó en el lugar
de los remos y comenzó a remar con vigor hacia el estrecho, donde
probablemente podría cambiar por un barco más grande y Horus podría
ser cuidado por otros sobrevivientes. Luego de haber pasado el canal
grande y el pequeño, se produjo el primer choque sísmico verdadero.
La tierra fue arrojada hacia los cielos, mientras una intensa luz
destellante atravesó el cielo antes de desaparecer en las aguas, en
dantescas llamas saltarinas.
Horus no se dio cuenta de ninguna de
estas convulsiones de la tierra, pues estaba inconsciente.
Durante ese día —día que aparentemente nunca llegaba a su fin (27 de
julio)—, el destino de Aha-Men-Ptah quedó sellado. En el extremo
meridional del continente que se hundía, flotaban los Mandjits
considerados como imposibles de hundirse y ahora había llegado el
momento de probar su reputación. En Occidente, el cielo aún brillaba
con un color púrpura, a causa de los acontecimientos producidos por
el cataclismo.
Pero ¿en verdad era el Oeste? Se avecinaba una
tormenta, en tanto olas de varios metros de altura se estrellaban contra los Mandjits.
El agua entraba por los huecos de las
embarcaciones haciendo difícil que estas se mantuvieran derechas.
Luego de un período relativamente tranquilo, la violencia volvió a
desatarse. Esta vez fue un ciclón y algunos de los barcos de papiro
se hicieron trizas. En estas enormes masas de agua, los capitanes
sobrevivientes de los barcos trataron de luchar contra el terror de
la naturaleza.
Aún no habían sobrepasado el límite de lo imposible.
En el cielo púrpura que ahora estaba tranquilo, de repente vieron
salir el Sol con movimientos abruptos y lo observaron con angustia.
Se aferraron a las barandas de los barcos para cerciorarse de que
todavía estaban a bordo. Unos minutos más tarde, el Sol volvió a
desaparecer y sobrevino la noche. Para su asombro, las estrellas
también adoptaron ese ritmo rápido; luego la Luna apareció y se
movió con tal velocidad por el cielo que parecía que iba a chocar
con la flota. La noche entera sobrevino en menos de una hora.
Nadie
sabía qué estaba sucediendo, nadie podía decir si este día sería
seguido por otro o no. El horizonte se mantuvo color carmín, con una
claridad sobrenatural, fantasmal y enigmática.
Todos pensaban que su
final había llegado, como así también había llegado el fin del
mundo, por obra de titánicos terremotos.
Figura 10. Esta es una de las ilustraciones fundamentales, escritas en las
paredes de los templos egipcios. Muestra el escape de Osiris, Horus e Isis. A la izquierda está la
inundación y a la derecha, los Mandjits casi destruidos. En el medio la reina Nut. Ella los
protege.
Todo se había ido, excepto
la bruma.
En el horizonte la calma reinaba otra vez. Un chorro de piedras
incandescentes fue arrojado en la lejanía y el mar turbulento se
encendió. Mientras caía una lluvia de fuego, los sobrevivientes se
dieron cuenta de que habían presenciado las últimas convulsiones de
Aha-Men-Ptah.
Para muchas personas era demasiado duro de creer, pues
por generaciones y generaciones su tierra había sido el centro del
mundo y ahora se caía a pedazos, mezclándose con las aguas que se
elevaban, abandonándolos. Los que tenían buena vista pudieron ver a
través de una niebla púrpura que las últimas montañas habían
desaparecido bajo las aguas.
¡Nada había quedado! ¡Nada!
Este hundimiento elevó el nivel de las aguas. Una ola gigantesca, de
doce metros de altura y varios kilómetros de ancho se aproximó
envolvente hacia ellos, destruyéndolo todo a su paso. Cientos de
personas fueron arrojadas al mar pero, afortunadamente, muchos se
habían atado a los mástiles, con las sogas que colgaban de las
velas. Isis y Horus estaban atados sujetos en su barco perdido,
igual que Nepthys y Nut y sus compañeros.
¡Y Seth también! Él se las
había ingeniado para escapar y ahora buscaba a los "Hijos de la
Rebelión".
Mientras tanto, Horus empezó a diseñar estrategias tratando de
olvidar su insoportable dolor. No iría a salvarse permaneciendo en
su barco; a fin de sobrevivir, debía elegir un lugar de destino
donde pudiera desembarcar sin peligro. Se preguntaba cómo podría
suceder todo esto. Del "Maestro de las Combinaciones Matemáticas
Celestiales" había aprendido que la Tierra era una esfera, igual que
la Luna y el Sol. La observación, seguida por minuciosos cálculos de
figuras geométricas formadas por los planetas y los cuerpos
celestiales, habían revelado una única ley universal, la cual
condujo a este gran cataclismo.
Pero la Tierra iba a seguir
existiendo, aunque fuera .destruida en su mayor parte por los
acontecimientos. Esto era algo esperanzados.
De repente, Horus se dio cuenta de que los Mandjits no se
mantendrían a flote. Habían sido tratados con betún y este ya se
estaba derritiendo a causa del calor. Pronto comenzarían a tener
filtraciones y desaparecerían en las profundidades. Después de este
descubrimiento, volvió a dormirse y llenarse de sueños. Se
preguntaba por qué los sacerdotes apuntaban a la falta de creencia
como la causa principal del cataclismo.
¿Acaso su Creador no sentía
ninguna
piedad por ellos? Él tendría que empezar todo de nuevo para poder
comprenderlo. Un grito de su madre lo devolvió a la realidad.
Abrió
el ojo que le quedaba, que por cierto tenía severas heridas, y a
través de la bruma preguntó:
"¿Hay algún problema con los Mandjits,
madre?" "No, es el día, el cual aparentemente está comenzando por el lado
correcto". "¿Por el lado correcto? ¡Eso es imposible! Eso sería posible sólo si
estuviéramos en la dirección equivocada". "Por cierto que es el Este, Horus, porque hay tierra visible en el
Oeste".
El nuevo acertijo dejó a Horus perplejo; ya era hora de encontrar
una solución para todos estos acontecimientos apocalípticos. Un
clamor angustioso provenía de todos los barcos cuando vieron este
inexplicable movimiento del Sol. Todos estaban aterrorizados. Pero
el día transcurrió con el Sol del lado equivocado, sin que nada
sucediera y la paz fue restituida. Isis se cambió la ropa y fue
reconocida por su pueblo.
Cuando estuvieron cerca, ella habló con
voz estentórea:
"Les hablo a todos, si están dispuestos a vivir en
paz con Dios, quien los creó a su imagen, entonces una segunda
patria los aguarda: Ath-Ka-Ptah. Allí, los rayos de un segundo Sol
se encargarán de nuestra resurrección".
En otro barco, Nepthys pensaba. En la proa se encontraba el cuerpo
de su querido hermano, envuelto a salvo en el cuero del toro. De
repente ella "vio" ¡a una persona muerta!, algo que no tenía cómo
explicar...
Entonces se llenó de regocijo; comprendió que un milagro se había
producido. Frente a ella, Osiris apareció en el cielo estrellado.
¡Él, que había nacido como un Dios y asociado con esta constelación,
renacía en el cielo! Su Padre, para hacerles saber de su
omnipresencia en toda circunstancia, ¡le dio vida otra vez a su
Hijo!
Nepthys no sabía por qué, pero de pronto se sintió llena de
confianza en sí misma.
Aquí la historia de los muertos de la Atlántida llega a su fin.
Todos los hechos estarían entretejidos más adelante en la religión
egipcia.
La constelación de Orion —nombre con el cual Osiris fue designado—,
hallará su imagen en la Tierra en las tres pirámides de Giza. El
hecho de que Orion (Osiris) volvió a "despertar" en el cielo
estrellado, se convertirá en la fuerza conductora que sustenta la
religión estelar egipcia.
Todos los posteriores faraones que fueron
sucesores quisieron "renacer" en la bóveda de estrellas, como lo
había hecho su ilustre predecesor.
Figura 11.
Osiris, Amo de las Dos Tierras: Aha-Men-Ptah y Ath-Ka-Ptah.
Por eso, las pirámides están
construidas a semejanza de las estrellas; la culminación del ciclo
real de nacer de nuevo. En esencia, una religión basada en estrellas
se generó a partir de la creencia de que los reyes muertos se
convertirían en almas estelares. ¡Esta religión iba a durar más de
9.000 años!
Los faraones se consideraron a sí mismos como los seguidores de
Horus reencarnado, el Viviente. Cuando murieran, renacerían a fin de
poder elevarse a las estrellas. Todos los funerales tuvieron lugar
en la margen occidental del Nilo, donde la comarca de las pirámides
simbolizaba el área que rodeaba a Orion en las "orillas" de la Vía
Láctea.
El traslado de los cuerpos muertos a la
orilla opuesta del
Nilo era un simbólico pasaje ritual del alma hacia el otro lado del
Nilo celestial (la Vía Láctea), donde se encontraba el paraíso
celestial y donde Osiris empuñó el cetro. Ahora todos pueden
comprender por qué: Orion (Osiris) fue el primer rey-Dios que
resucitó, ¡por eso el monumento erigido en su nombre es la mayor
obra "arqueo-astronómica" de la resurrección que jamás haya
existido!
Los puntos cardinales en esta brújula eran importantes en este
ritual, pues el Sur marcaba el comienzo del ciclo, el Oeste el
inicio de la muerte simbólica en el momento en que la estrella
desaparecía en el horizonte; el Este simbolizaba el renacimiento de
la estrella.
Todo esto es una reminiscencia de los acontecimientos
del día del "Gran Cataclismo". Aparte de eso, hay centenares de
cosas que podrían simbolizar la religión y los hechos
interconectados. Por ejemplo, en Heracleópolis, se ofrendaba un toro
por día para que tomaran su cuero; en el templo de Dendera, el cuero
del toro simbolizaba la mayor santidad. El ojo perdido de Horus
puede hallarse en el pecho de todos los faraones, etc.
En Egipto,
también es posible encontrar "arcas" de la Atlántida.
LOS MANDJITS DE LA ATLÁNTIDA
Del capítulo anterior sabemos que los sobrevivientes de la
catástrofe tuvieron que agradecer por sus vidas a los Mandjits, que
tenían fama de permanecer siempre a flote.
Naturalmente, sus
descendientes iban a incluir este gozoso suceso en su religión. El
descubrimiento de embarcaciones en medio del desierto, sólo
representó una fuente de problemas insuperables e inexplicables
para los egiptólogos. En mayo de 1954, el arqueólogo Kamal-el-Mallakh halló un pozo en el lado sur de la Gran Pirámide,
de 31,5 metros de largo y 23,5 metros de profundidad. Dos metros
debajo de eso, encontró bloques de piedra caliza, algunos de los
cuales pesaban más de quince toneladas.
Debajo de este techo de
piedra se encontró un bote de cedro, desarmado. Tardaron catorce
años en reconstruirlo, pero el resultado valió la pena, pues resultó
ser una nave de 43 metros de longitud, del mismo tamaño que tenían
las que eran usadas por los vikingos para cruzar el Atlántico. El
hallazgo provocó muchos interrogantes entre los egiptólogos. Si este
barco había sido construido por armadores que tenían conocimiento de
navegación en el mar abierto, entonces ¿quiénes eran ellos?
Según la
historia ortodoxa, los egipcios fueron nómadas durante algunos
siglos antes de la construcción. ¿Dónde habrían podido adquirir los
conocimientos en el desierto para construir embarcaciones para
navegar en el mar?
Por cierto, podría decirse que los faraones sólo
los usaban en los rituales, pero aun así, ¿de dónde obtuvieron el
diseño?
Preguntas, preguntas y más preguntas. Por supuesto, ya
sabemos que la única respuesta lógica es que provenía de sus
antepasados, los cuales usaron embarcaciones similares para escapar
de su país. En 1991 el misterio fue aun mayor para los egiptólogos.
En Abydos existe uno de los edificios más antiguos de Egipto, el
Osireion. Según el profesor Naville, quien descubrió la estructura
en 1914, este enorme edificio fue un gran depósito de agua que se
llenaba cuando subía el río Nilo.
El templo cercano de Seti estaba
dedicado a Osiris.
Figura 12
Oroníeus Finaeus, mapa de la Antártida, Oronteus Finaeus
de la Antártida.
Los textos de la
pirámide dicen lo siguiente sobre el tema:
"Tú has muerto, pero
vivirás de nuevo. Ve al lago y sigue por el canal a Abydos".
Una vez más, vemos aquí la conexión con los acontecimientos que
habían sucedido casi doce mil años antes. Osiris (Orion) se
encontraba en una bahía y fue transportado por el mar. Luego, él
"despertó" en el cielo.
Si echamos una cuidadosa mirada al mapa
estelar, veremos que la Vía Láctea se encuentra situada próxima a la
constelación de Orion. En Egipto se asociaba al Nilo con la Vía
Láctea (o el mar de estrellas), por lo tanto, la historia es
correcta en todos sus detalles. Una reconstrucción de estos datos
nos ofrece la siguiente historia. Orion, que está en la pirámide,
debe ir al lago y desde allí, al Nilo en dirección a Abydos.
Naturalmente, esto sólo puede hacerse por barco. Y ¿qué encontramos
a un kilómetros hacia el Noroeste de Osireion? Exactamente doce
grandes barcos. ¿Por qué doce? Es probable que haya una conexión con
el zodíaco.
En la publicación The Guardian, del 21 de diciembre de
1991, leemos lo siguiente al respecto:
"Una flota de barcos reales
de hace cinco mil años fue hallada a 31 kilómetros del Nilo. Los
expertos dicen que los barcos, que pueden variar en longitud de 15
a 18 metros, son los primeros barcos reales de Egipto y los más
antiguos que se hayan encontrado".
Ocultas en sus sepulturas de
ladrillos, las embarcaciones probablemente fueron colocadas primero
sobre la arena del desierto. La capa de tiza blanca alrededor de los
sepulcros permitía que, bajo el Sol, se advirtiera su brillo desde
lejos. Los investigadores también convinieron en que los barcos
pudieron soportar las peores condiciones climáticas en el mar.
Sin
embargo, eran 500 años más antiguos que el barco de la pirámide.
Otro sorprendente misterio fue que los mismos barcos se hallan
representados en pinturas murales que son 1.500 años más antiguas.
Los egiptólogos aún no logran resolverlo. Pero nosotros sí que lo
sabemos, pues los atlantes eran una nación con muchas habilidades
como navegantes que hasta trazaron un mapa perfecto de la Tierra.
Sabían todo acerca del movimiento de las estrellas y los planetas,
y este conocimiento era necesario para que sus marineros pudieran
navegar hacia otros países.
En su libro
The Path of the Pole [La
senda del Polo], el profesor Charles Hapgood escribe:
Todo investigador serio debe conseguir un gran mapa moderno de la
Antártida, ya sea el que produjo National Geographic Society o el
que preparó American Geographic Sociely, que es más elaborado y más
moderno. En ese gran mapa debe seguir la costa, comparándola con el
mapa de Oronteus Finaeus y esta tabla.
Estoy seguro de que llegará a la
conclusión de que la concordancia entre los mapas antiguos y
modernos está completamente más allá de toda probabilidad de
coincidencia. Como un comentario final sobre esta extraordinaria
evidencia, diré que aunque está comprobado que este mapa ya existía
en 1531, no hubiera sido posible dibujar uno con semejante precisión
en los tiempos modernos, hasta la invención del cronógrafo en el
reino de Jorge III, alrededor del año 1780.
Este instrumento
primero hizo posible la determinación exacta de la longitud.
Conclusión: el mapa es una evidencia de una adelantada civilización
perdida.
Con este conocimiento y gracias a los Mandjits, los atlantes
pudieron escapar al cataclismo; a ellos les deben sus vidas. Por
eso el éxodo a través del mar seguía repercutiendo miles de años más
tarde. A causa de esto, mucho después se construyeron enormes barcos
de piedra y con las mismas exactas proporciones; algunos fueron
descubiertos en Abusir y Saqqara, en el camino a Giza, con sus proas
apuntando hacia el Oeste.
El barco en Abusir mide cerca de 30 metros y es un verdadero
monumento.
El nombre que había sido cincelado en él en jeroglíficos
es lo suficientemente claro:
"Padre de Osiris". En otras palabras,
¡Dios! Este Mandjit fue construido por orden de Ni-Osiris-Ra, faraón
de la quinta dinastía, cuyo nombre significa, "Descendiente de
Osiris y del Sol".
La orientación del barco es Oeste-Este, con la
proa apuntando hacia el Oeste, donde el Sol actualmente "está
tranquilo". La amarra, al igual que sus otras partes, habían
desaparecido, pero el barco conservaba su excelente estructura. El
notable casco de la embarcación, capaz de soportar los mares más bravios, muestra una ingeniosa disposición de líneas, igual que los
Mandjits de papiro.
El barco de piedra de Abusir. por lo tanto, es tan importante como
los de madera. Entonces, desde aquí hago un llamado urgente a los
egiptólogos para que se ocupen del alto valor simbólico de todos
estos barcos.
Cuando uno tiene una de estas embarcaciones delante de sí y conoce
la historia del éxodo, entonces soñar despierto es casi inevitable.
El inolvidable espectáculo de los miles de Mandjits dirigiéndose al
mar durante el cataclismo, pronto aparecerá en su mente. Sin estos
navíos, Egipto nunca hubiera existido como lo conocemos hoy. Sin
ellos, Isis, Horus, Nepthys, el sumo sacerdote y su familia e
innumerables personas, no hubieran podido escapar. Dado que la
civilización actual se basa completamente en la egipcia, sólo
seríamos una
cultura primitiva, ni siquiera cercana a la presente.
Sólo quiero dejar aclarado lo importantes que estos Mandjits fueron.
Su existencia hizo posible que se nos revelaran los secretos de la
Atlántida, siendo primordial en esto, el hecho de que los sacerdotes
pudieron predecir el día del cataclismo con ayuda de las
"Combinaciones Matemáticas Celestiales".
Este día se está acercando
a pasos agigantados.
Figura 13.
Réplica de un pequeño Mandjit.
Como sucedió antes, tendremos que construir una
flota de modernos Mandjits para sobrevivir a la catástrofe. La
conciencia de esto hará despertar a los egiptólogos, confiriendo a
dichas embarcaciones su merecido lugar en la historia.
De hecho,
todos los historiadores deberían proceder así. Después de todo, yo
inicié y terminé el primer capítulo, señalando que justo a
posteriori del último derrumbe —en el cual la Atlántida se
destruyó—, la agricultura apareció en diversas llanuras elevadas, en
el mundo.
El botánico ruso Nikolai Vavilov se ha dedicado a un
profundo estudio sobre esto, habiendo ubicado ocho centros agrarios
diferentes, donde se usaron los mismos semilleros.
La pregunta que
yo formulé (¿cómo hicieron los atlantes para escapar con las
semillas, si su país fue destruido en un día?), aquí está resuelta
definitivamente: ellos sabían de antemano que esto iba a suceder,
entonces construyeron barcos y se encargaron de repoblar el mundo.
Por esa razón hay tantas personas en esta tierra en la actualidad y
estamos enfrentando el mayor cataclismo de todos los tiempos.
Aún
queda la pregunta última y esencial: ¿cómo hicieron para saber que
esto sucedería?
Y esto nos conduce a la próxima sección.
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