por Ranandiro
22 Febrero 2014
del Sitio Web
PluralidadDeLosMundos
Parte I
Estamos acostumbrados a llamar 'suerte' a los acontecimientos
que rodean una situación particular, pero sobre los que no tenemos
control; la caratulamos como buena o mala
respectivamente cuando se amolda o se vuelve hostil a nuestros
objetivos.
Quizá algún ojo somnoliento que comience
a despertar tenga la sensación de que algo no está bien:
¿es suerte o estaremos siendo
manipulados...?
Efectivamente, algunos se encontrarán
impotentes a resistirse o a cortar los hilos invisibles de las manos
tenebrosas del astuto titiritero. El condicionamiento social
coercitivamente implantado nos limita.
Pero otros reflexionarán y recordarán el
lema del
ars bellica de Sun Tzu:
Si te conoces a ti mismo y conoces a
tu enemigo, no necesitas temer al resultado de un centenar de
batallas.
Si te conoces a ti mismo pero no
conoces a tu enemigo, por cada victoria que ganes sufrirás
también una derrota. Si no te conoces ni a ti mismo ni a tu
enemigo, sucumbirás en cada batalla.
Hemos hablado en numerosas oportunidades
sobre el trabajo interior y el reconocimiento de las propias
debilidades.
Nos concentraremos entonces en conocer
estratégicamente al enemigo pero sin olvidar que los límites pueden
estar difusos:
no desconsideremos la posibilidad de
que el enemigo acampe en nuestro interior.
¿Pero quiénes son los Manipuladores? El
control requiere de una organización jerárquica, como una pirámide:
pocos en la cima estratégica y muchos en la base.
¿Pero cuán lejos llega este ápice? Los
estudiosos de regímenes totalitarios sabrán que los tentáculos
confluyen en varias
sociedades secretas acusadas de
conspirar en la implantación del
Nuevo Orden Mundial.
Pero el ojo entrenado comprenderá que el
ápice estratégico se pierde en las brumas y nieblas de la cuarta
densidad, fuera y debajo de nuestro planeta, más allá del tiempo
lineal.
El físico sueco Fritjof Capra,
famoso por su declaración que no hay diferencia entre vivir y
aprender, en su libro El Punto Crucial nos comenta:
Si bien somos capaces de discernir
las partes individuales de un sistema, la naturaleza de un todo
siempre es otra cosa que la mera suma de sus partes.
La tendencia de los sistemas
vivientes a formar estructuras poliniveladas con distintos
niveles de complejidad está extensamente difundida en toda la
naturaleza y ha de considerarse un principio fundamental de la
autoorganización.
En cada nivel de complejidad nos
encontramos con sistemas que son conjuntos integrados
"auto-organizadores," formados de partes más pequeñas. Cada
nivel actúa y se comunica recíprocamente con su entorno.
De este modo la predominancia del orden en el universo adquiere
un nuevo significado; el orden en los sistemas es consecuencia
de la autoorganización a un nivel superior...
El aspecto importante del orden
estratificado en la naturaleza no es la transferencia del
control sino la organización de la complejidad. Los distintos
niveles de sistemas son niveles estables de complejidad
diferente, y esto nos da la posibilidad de una descripción
diferente para cada nivel.
Ahora bien, como ha señalado [el
biólogo Paul] Weiss,
"Cada nivel tomado en
consideración es en realidad el nivel de la atención del
observador."
La nueva percepción de la física
moderna parece tener un significado en el estudio de la materia
viviente: las estructuras de materia observadas son un reflejo
de las estructuras mentales.
Entre los conceptos de Weiss y Capra
podemos sintetizar algo importante:
la Naturaleza (Cosmos) no busca
control sino complejidad (¿pluralidad?) y la interpretación
humana que podemos hacer estará limitada a nuestro nivel de
consciencia.
Tal vez por designio, carezcamos del
receptáculo mental para poder comprender a las
entidades hiperdimensionales
necesitando recurrir inicialmente a una elaboración subjetiva que se
apoye en símbolos conocidos.
Quizá se trate de la razón por la cual
esotéricamente se le brinda tanta importancia al cáliz filosofal,
cuenco de la abundancia o matraz alquímico, en la que ciertas
corrientes rosacruces ven el cráneo humano: la necesidad de la
suficiente apertura mental para poder reconocer el titiritero tras
el telón.
La
humanidad está siendo ordeñada por entidades
de consciencia superior con la capacidad tecnológica de viajar en el
tiempo, reconfigurar el pasado y combinar universos alternativos
para alterar probabilidades de ocurrencia o generar coincidencias
artificiales, eligiendo como blanco para abducción, monitoreo y
manipulación a cualquier individuo.
Estas entidades son nativas de la
cuarta densidad:
un estado incrementado de existencia
que interpenetra nuestra realidad tridimensional, y poseen la
característica de fisicalidad variable: la capacidad de
proyectarse en cualquier espacio-tiempo tridimensional.
Desde nuestro punto de vista, podemos
interpretar dicha proyección como una aberración física, un hecho
marginal al que asociamos con un episodio de irrealización.
Pero sus habilidades para operar por fuera de las leyes físicas
conocidas no son las únicas.
Mucho del control subrepticio que
ejercen sobre la humanidad es efectuado por una legión silenciosa,
tal vez de una jerarquía menor, que se cuela en los intersticios
ignorados, cincelados por la falta de balance e impecabilidad, la
cual repta insaciable por su tesoro de guerra:
la energía
emocional y sexual provista por la masa humana.
Esta oculta legión de parásitos busca
sustento y cobijo en la oscuridad del subconsciente desconocido.
Jonathan Zap nos comenta
su visión:
Me parecía estar mirando dentro de
las cavidades orgánicas que mi intuición me dijo que eran los
órganos de mi cuerpo.
Uno de ellos, estuve seguro, era mi
corazón, pero visto desde un plano de energía alquímica:
parecía una cámara con válvulas
como portales, y todo estaba tejido de filamentos
infinitamente intrincados de energía viviente; los colores
parecían revelar secretos de la función de las diferentes
estructuras.
El corazón se reveló como un nexo
complejo y transformador alquímico de las energías cósmicas, y
no simplemente una bomba de fluido.
Pero de repente se produjo un cambio tan definido como el clic
de un interruptor:
una fuerza maligna se dio cuenta
que estaba teniendo esta visión prohibida de la realidad
sutil, y tomó medidas para aplacar esta insurrección. Una
respuesta inmunológica, un ataque feroz, fue lanzado hacia
mí.
Este ataque interrumpió la visión
prohibida que estaba teniendo, pero también proporcionó una
instancia reveladora sobre la existencia de los parásitos
mentales operando en mi cuerpo sutil.
Experimenté un ataque:
una forma de pensamiento como un
proyectil altamente cargado, como una bala de diamante rojo,
que penetró mi psique, con la intensidad explosiva que
genera la expansión de ondas concéntricas de miedo
y perturbación.
Mi mente pudo registrar este
proyectil como una palabra en contracción:
"cáncer-asesino,
cáncer-asesino, cáncer-asesino", y era acompañada de
terribles imágenes: las escaleras de un sórdido sótano
iluminado por una sola bombilla colgando, a los pies de la
escalera un pollo con su cuello cortado, y débilmente
visible una víctima escuálida de un campo de concentración
mientras se deslizaba hacia un horno.
Estas imágenes perturbadoras
bloquearon mi prohibida vista alquímica de los órganos
corporales.
Desde que tuve esta experiencia, a menudo me pregunto si otros
ataques de ansiedad no se generan acaso de manera subliminal por
las inyecciones urticantes de la energía del miedo
proveniente de los parásitos de la mente.
Un tema constante en la escasa
literatura sobre los parásitos de energía es que viven de las
ráfagas de intensas emociones negativas y deseos sexuales
oscuros.
Se ha asociado incluso con antojos
de ciertos alimentos, especialmente los alimentos azucarados o
dulces:
parece como si los parásitos
mentales pudieran alimentarse de la temperatura del color
rojo del metabolismo hipercalórico, el exceso de emotividad
y la excitación sexual.
Puede que no sean capaces de
alimentarse de la energía más azul de la dieta hipometabólica,
lo que en el Ayurveda se llama la dieta sátvica, que hace
énfasis en pequeñas porciones, alimentos vivos y carbohidratos
con un índice glucémico bajo.
Son especialmente incapaces de
alimentarse de una conciencia en un estado de homeostasis
emocional.
La mano tenebrosa retira del tablero
una pieza draconiana, pero
¿quién la derrotó? ¿el poderoso guerrero
o un humilde peón?
Las entidades hiperdimensionales
usualmente prestan particular atención a aquellos que perciben como
una amenaza para la concreción de su agenda, la cual podríamos
resumir en:
-
consumo
-
reclutamiento
-
destrucción
¿Pero qué perfil psicológico existe en
un ápice estratégico con este programa?
Si consideramos que la orientación
espiritual es claramente de
servicio a sí mismo, es decir, que ven a los demás como
piezas de un ajedrez para ser explotadas, reclutadas o destruidas,
entenderemos que su naturaleza psicológica se ajusta a nuestro
concepto de psicópatas altamente desarrollados que buscan dominio
sobre los demás.
Son seres extremadamente astutos
y excelentes estrategas que conocen como optimizar sus
recursos.
Parte II
En nuestro primer
acercamiento sobre la manipulación hiperdimensional,
hicimos hincapié en la naturaleza psicológica de los manipuladores.
Planteamos que su orientación espiritual
es de servicio egótico, decantando en conductas parasitarias y
destructivas, bastante similar a como la psicología ha caratulado a
los psicópatas:
personas cuya preocupación es su
propio bienestar y la satisfacción de sus deseos e intereses,
percibiendo en los demás lo que un exprimidor vería en una
suculenta naranja.
También distinguimos varias clases de
entidades según su nivel de consciencia:
-
el ápice estratégico, siendo las
entidades de consciencia superior nativas de cuarta
densidad, que en diferente literatura rosacruz se las
reconoce como
los Arcontes: aquellos que
detentan el poder, debido a su habilidad y astucia para
imponer su voluntad.
Estas entidades inorgánicas
pocas veces encuentran necesario proyectarse en la realidad
tridimensional humana y cuando lo hacen, utilizan en general
la línea media como medio de personificación
-
la línea media donde podríamos
reconocer a las sondas de cuarta densidad que en ufología
se conocen como Grises (Grays),
encargados del trabajo de trascender densidades:
de la física a la etérica y
viceversa.
También de aquellos que realizan
el trabajo sucio de acoplarse a un ser humano con
fines de monitoreo y control (que deportivamente
podríamos considerar como una marca personal):
seres descarnados que
Robert Monroe identificó en cualesquiera de los
anillos de la zona de enfoque lúgubre (1)
-
un núcleo funcional de menor
jerarquía, conformado por miríadas de parásitos que
cohabitan silenciosamente nuestro cuerpo sutil.
Estos seres parecen tener
conductas robóticas o mecánicas, con un bajo umbral de
consciencia, pero de nivel suficiente para denunciar a los
niveles superiores o detonar correctivos psíquicos en caso
de cualquier insurrección gnóstica del huésped.
Si bien la clasificación parece
completa, es probable que la enumeración no lo esté.
Seguramente existirá una gran variedad
de flora y fauna etérica: hemos dado ejemplos de ello, cuando
comparamos la
literatura de
Lovecraft y sus semejanzas con la visión shamánica de
los 'Guachos'.*
* NOTA: Las
Transcripciones Cassiopaea y las
del
Material Ra poseen un término
curioso para aquella entidad que trascendió la Tercera Densidad (el
nivel de consciencia humano) y que sin embargo decide volver a
encarnar para brindar servicio al prójimo: un
Wanderer. Comparamos a los
wanderers con los Guachos, Brujos o Bodhisattvas.
Esta oculta jerarquía estratificada de entidades, que representa los
pisos invisibles del ziggurat energético, dejaría a la humanidad en
un nivel intermedio, como explotadora de los recursos físicos
planetarios:
El conglomerado de sociedades secretas,
oficiaría como cima estratégica de los controladores terrestres,
pretendidos directores del destino mundial, donde los frecuentes
rituales ocultos operan como un mecanismo para obtener poder a
cambio de ceder libre albedrío y devoción a los pisos superiores del
ziggurat energético.
Debajo de estos escalones se sitúa la ignorante piara humana:
un simple eslabón de la cadena que
facilita la transformación de alimento material en alimento
inmaterial.
En palabras de Gurdjieff, el
sufrimiento inconsciente o 'loosh'.
Los mecanismos de
ordeñe del ganado humano consisten
en los baluartes sociales del sistema de control hiperdimensional:
...que mantienen a las masas
complacientes, dormidas, y sobre todo, maleables.
Thomas Minderle en el
volumen tercero de
Universal Seduction comenta:
La naturaleza emocional de la
sociedad, junto a sus hábitos sexuales, y la dirección de la
devoción espiritual son manipulados y ajustados a través del
condicionamiento social y la programación mental con el objetivo
de maximizar la cosecha de loosh.
Los shows televisivos y las películas inducen una montaña rusa
de emociones en los reactivos espectadores, como lo hacen los
deportes o el adoctrinamiento al miedo de los canales de
noticias.
Las religiones organizadas
demandan obediencia ciega y devoción emocional a través de
oraciones a falsas deidades.
Los medios infunden una cultura con
valores paradójicos:
obsesionan a la gente con sexo y
la llenan de remordimiento por no adaptarse a lo considerado
como norma.
Y estos son sólo algunas formas en
que varias instituciones son utilizadas como tentáculos del
Sistema de Control para recolectar loosh y mantener a las masas
bajo control.
Estas instituciones parecerían haber
sido creadas por humanos codiciosos o manipuladores de acuerdo a
sus propios planes, pero en la jerarquía de servicio a sí mismo,
aquellos que logran sus planes no están más que sirviendo a
la planificación de los niveles superiores.
Existen otros métodos de cosecha
energética que podríamos clasificarlos en masivos e individuales:
-
en el caso de los masivos,
un régimen estacionario de cosecha de loosh frecuentemente
culmina con cataclismos o hecatombes provocados, cuyo
resultado es la muerte, dolor, enfermedad y pánico de
millones.
Las guerras han servido
claramente a este propósito: son extremadamente provechosas
para los estratos superiores del ziggurat energético, y no
sólo para los niveles hiperdimensionales;
-
en cambio, los métodos
individuales son específicos para drenar a los seres con
alma individual:
los humanos pueden ser
utilizados como sondas o portales desde donde la
jerarquía superior se alimenta.
Tristemente, cualquiera puede
funcionar como un portal cuando su consciencia falla en
estar totalmente presente en un momento dado.
Estos episodios de fuga ocurren
cuando uno entra en modo de piloto automático:
se pierde en un mar
turbulento de emociones negativas o ingresa en un
tórrido trance hipnótico.
Bajo estas condiciones, la
conducta puede ser manipulada con facilidad para lastimar
emocional o psicológicamente a otros.
La planta energética y las
sondas recolectoras
en
The Matrix
En términos matemáticos, la mitad de la población funciona en algún
momento como portal, mientras que la otra mitad funciona todo el
tiempo.
Y esto se debe dado que la primer mitad
posee un alma individual (pero que intermitentemente puede omitir
estar presente... ¿cuántas veces deseamos no estar donde estamos?),
mientras que la segunda sólo posee un alma colectiva, (2)
carente de un núcleo individual consciente.
Esta ausencia de profundidad espiritual
y la tendencia a la masificación, significa que actúan todo el
tiempo en "piloto automático" y son por tanto, utilizados por la
jerarquía superior para drenar a seres con alma individual.
De esta forma, retienen a los seres
almados con un umbral de energía bajo: incapaces de reconocer u
oponerse al sistema de control.
Jonathan Zap
nos comenta su llamativo caso
particular:
En medio de la noche, una alerta
interior me sacudió y desperté en un instante.
No estoy seguro de cómo describir lo
que siguió... me despertó una de las sensaciones más impactantes
que sentí en mi vida: una transferencia de energía masiva estaba
teniendo lugar, la energía primordial de la vida, estaba
saliendo de mí y se encaminaba hacia una persona que yacía cerca
dormida.
Me encontraba paralizado, y parecía
algo más que una parálisis del sueño ordinario: me sentía sujeto
con anclajes de energía ardiente.
Había una entidad parasitaria flotando justo por debajo del
techo cerca de los pies de la persona que dormía en la
oscuridad: era como una nube oscura lenticular, aunque mi
percepción visual no era del todo definida.
Entendí que esta era la entidad que
parasitaba a la persona dormida y ahora, mientras se encontraba
inconsciente, orquestaba esta transferencia de energía masiva.
Con la mente ya despierta, y mi voluntad activa para detener
este robo insidioso de energía, el color de la temperatura de mi
metabolismo energético psíquico cambió de rojo a azul, una forma
de energía que aparentemente no le es para nada nutritiva,
incluso es peligrosamente tóxica para los parásitos.
La entidad con forma de nube oscura
en espiral hizo un sonido distintivo que de la única manera que
puedo traducirlo sería como la frustración de un animal
hambriento al que se la ha quitado su alimento.
Fue entonces que la entidad parasitaria se desvaneció en forma
de nube sin dejar ni siquiera un rastro. La transferencia de
energía se había detenido.
Todo esto ocurrió en un instante de
tiempo, pero dejó una huella indeleble en mi memoria.
Debido a esta paridad de seres, por cada
humano con alma individual existe otro que es un portal orgánico.
Este es un eficiente método para
recolectar loosh:
un ser almado puede evitar ir
a la iglesia, a recitales, películas, eventos deportivos o
incluso volverse célibe, pero salvo que se convierta en un
ermitaño siempre se generarán sincronismos negativos en donde si
se está con la guardia consciente baja.
Se convertirá en un recurso energético
listo para ser aprovechado por las entidades negativas.
Referencias
(1) Esto parece coincidir con las
Zonas de Enfoque Consciente (Focus) 23 y 24 que comenta
Robert Monroe en Viajes Fuera del Cuerpo (Journeys
Out of the Body):
Focus 23 es la zona temporaria para aquellos que parten de
manera traumática del plano físico, a través del suicidio,
muerte repentina o inesperada; las entidades presentan rasgos
psicóticos o cercanos a la locura, impulsadas por las emociones.
Presentan además una alta
carga/descarga sexual. Este Zona de Enfoque se encontrarían en
las orillas de Locale II (la Segunda Banda de la Cuarta
Densidad, habitada por entidades descarnadas, donde el
"pensamiento es acción.")
Focus 24 es la zona cuya naturaleza comienza a ser totalmente
maleable, producto del sistema de creencias que uno posea.
Aquí efectivamente "Creas tu propia
irrealidad". Las entidades residentes exhiben conductas con
patrones aberrantes que los distancian de darse cuenta de los
aspectos cruciales de la realidad que habitan y que los
mantienen atascados y sin poder avanzar a realidades más
avanzadas.
Focus 24 se extiende hasta Focus 26
y sería el comienzo de los sub-anillos de las Realidades basadas
en Sistema de Creencias.
(2) Llamados en diferente literatura como,
-
portales orgánicos (Sesiones
Cassiopaea)
-
seres preadámicos (libros
Gnosis de Boris Mouravieff)
-
homo-sapiens que se
distingue del
hombre estelar
(rosacruces de la logia de John Baines - Dario Salas
Sommer)
-
cuaternarios: humanos que
poseen los cuatro cuerpos básicos: físico, vital, astral
y mental pero sin conexión al Espíritu (neognosticismo
de Samael Aun Weor - Víctor Manuel Gómez Rodríguez)
Parte III
En las entregas previas (arriba descritas como Parte I y Parte II)
hicimos una disección del plano sutil junto a las formas encubiertas
en que los manipuladores hiperdimensionales explotan a los
seres almados, haciendo uso de
la otra mitad de la humanidad:
los
portales orgánicos, aquellos
seres que están dando sus primeros pasos en la tercera densidad.
En esta ocasión exploraremos el
sometimiento o reclutamiento de aquellos seres almados, que
por medio de la coerción o por sus ansias de poder, se transforman
en la élite de varias instituciones que forman parte de las
extensiones sociales del sistema de control, funcionando como los
guardia-cárceles humanos que mantienen cautivos a sus iguales.
Para tener una noción completa de la manipulación, debemos observar
el big-picture - el negocio estratégico - de las entidades de
servicio a sí mismo.
Bajo esta visión global podemos
prescindir inicialmente de la parafernalia ovni, de las realidades
sutiles, o de la presencia de parasitología astral, pero no podemos
desestimar el concepto de la revolución de las almas.
El eje del negocio de las entidades
parasitarias de consciencia superior es la ignorancia, como menciona
Sogyal Rimpoché en
El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte
en mantenernos como inconscientes cadáveres vivientes, en sus
lacerantes palabras:
¿A quién que estuviera en su sano
juicio se le ocurriría redecorar minuciosamente la habitación
del hotel cada vez que se alojara en uno? [...]
A veces pienso que el mayor logro de la cultura moderna es su
brillante manera de vender el samsara [el reino de la
ilusión:
el ciclo incontrolado del nacimiento y
muerte] y sus distracciones estériles.
La sociedad moderna me parece una
celebración de todas las cosas que alejan de la verdad, que
hacen difícil vivir para la verdad y que inducen a la gente a
dudar incluso de su existencia.
Y pensar que todo esto surge de una civilización que dice
adorar la vida, pero en realidad la priva de todo sentido
real; que habla sin cesar de "hacer feliz" a la gente, pero que
de hecho obstruye su camino a la fuente de la auténtica alegría.
Los gobernantes del plano físico
entienden que el ser que despierta a la gnosis, y que por tanto
tiene capacidad de despertar a otros, es su principal adversario en
el velado marketing de la narcolepsia humana.
Estos seres con tendencias esenciales al
balance, que encarnan con la misión de capacitar a otros en el
reconocimiento y recuperación de su propia libertad y
por tanto, en desanclar del ciclo urobórico de las encarnaciones,
son el principal blanco de la reprogramación mental y posterior
reclutamiento por el arcontado hiperdimensional o, de encontrar
suficiente resistencia, en su destrucción.
Debido a su naturaleza de cuarta densidad, las entidades
hiperdimensionales pueden rastrear a los seres que encarnan en cuya
esencia yacen características que ellos pueden explotar o temer.
Los seres espirituales reconocen que el
proceso de encarnación es peligroso. Además del trauma del
nacimiento que conlleva el velo amnésico que restringe el acceso a
los recursos del núcleo espiritual donde reside el conocimiento de
densidades superiores, también arrastra la predisposición inherente
al cuerpo orgánico con tendencias al desbalance.
El cuerpo humano actual ha sido objeto
de múltiples manipulaciones hiperdimensionales a través de la
recodificación del ADN, con objeto de suprimir percepciones y
enfatizar las conductas mecánicas y la reactividad emocional.
Leemos en el 'Evangelio Secreto de
Juan', del libro Las Enseñanzas Secretas de Jesús de
Marvin W. Meyer:
Cuando [los Gobernantes o
Arcontes] alzaron los ojos,
vieron que la capacidad de Adán para pensar era mayor que la
suya, así que idearon un plan con toda la multitud de
gobernantes y ángeles [caídos].
Tomaron fuego, tierra y agua, y los
combinaron con los cuatro vientos ardientes. Los batieron juntos
e hicieron una gran conmoción [probablemente indique un
Cataclismo para barrer con la humanidad anterior].
Los gobernantes trajeron a Adán al interior de la sombra de la
muerte para poder producir una figura otra vez, pero ahora de
tierra, agua, fuego, y el espíritu que procede de la materia,
esto es, de la ignorancia de las tinieblas, y el deseo, y su
propio espíritu contrario.
Esta figura es la tumba, el cuerpo
creado nuevamente que estos criminales ponen al humano como
grillete de olvido.
Un ser espiritual que encarna puede ser
fácilmente detectado cuando entendemos que la tecnología
hiperdimensional les permite
viajar en el tiempo:
un insurrecto en el futuro puede ser
torturado en su niñez o coercitivamente adoctrinado con el fin
de atrofiar su misión o programar su autodestrucción.
No podemos dejar de mencionar el papel
dominante que en esto ejercen los parásitos etéricos, emanaciones
inmateriales de pensamientos de suicidio, ausencia de asertividad,
emociones negativas y depresión.
El mecánico ojo reptiliano:
la efigie de los controladores
terrenales
Cuando el adoctrinamiento sea efectivo, quizá provocando una
personalidad 'border',
el niño voluntariamente se someterá a la orientación de servicio a
sí mismo, y comenzará a actuar bajo impulsos egocéntricos, lo que el
psiquiatra Dabrowski denominó crecimiento lateral.
Será entonces cuando la manipulación
hiperdimensional creará oportunidades para maximizar el
aprovechamiento de estas tendencias, colocando a la persona en una
posición destacada:
Esto último es una táctica bastante
común del sistema de control, pues no sólo maximiza los réditos en
loosh sino como Thomas Minderle sostiene en el tercer volumen
de The Universal Seduction:
[...] el tutor será la principal
fuente de trauma emocional y psicológico para el niño, cuyo
principal objetivo es detonar cualquier sesgo de servicio a sí
mismo latente a nivel genético o kármico, quizá lo suficiente
como para anular las tendencias más positivas del niño.
Este método de sometimiento y
quebrantamiento, emparentado con las tácticas denunciadas en
Pedagogía Negra por la terapeuta Alice Miller, decantará
para aquellos seres que aun mantengan conductas altruistas, en
personalidades sórdidas, parcas e introvertidas, con amplias
carencias para desempeñar la misión pretendida.
Mantener la integridad durante el
desarrollo del infante será todo un desafío. El sistema de control
podrá orquestar episodios de bullying durante la adolescencia
para incrementar la sensación de alienación y separación del resto,
con lo que bien podrá declararse como un sobreviviente.
Por supuesto, todo esto es previsto y
reconocido previo a la encarnación desde una densidad superior, y la
entidad altruista es consciente en someterse a toda esta experiencia
traumática... ¿pero por qué?
Usado de manera correcta, todo este trauma puede resultar ser un
catalizador del crecimiento. En efecto, esta dura pericia puede
actuar como detonante del despertar.
En este caso, el frecuente ataque
hiperdimensional, capacitará a la persona en el reconocimiento de
patrones sobre la presencia de un factor exógeno que interviene e
interfiere en el normal desarrollo de las situaciones.
Volvemos a invitar a las palabras de
Sogyal cuando describe al Espíritu del Guerrero:
Correctamente entendidos y
utilizados, los obstáculos y dificultades a menudo pueden
resultar una fuente inesperada de energías.
En las biografías de los maestros se
observa con frecuencia que de no haberse enfrentado a obstáculos
y dificultades no habrían descubierto la fuerza que necesitaban
para superarlos.
Este fue, por ejemplo, el caso de Gesar, el gran rey guerrero
del Tíbet, cuyas hazañas constituyen la mayor epopeya de la
literatura tibetana. Gesar significa "indomable", una persona a
la que nunca se puede abatir.
Desde el momento en que nació, su
malvado tío Trotung trató de eliminarlo por todos los medios,
pero a cada nuevo intento Gesar se volvía más y más fuerte. En
realidad, fue gracias a los esfuerzos de Trotung que Gesar llegó
a ser tan grande.
De ahí surgió un proverbio tibetano:
Trotung tro ma tung na, Gesar
ge mi sar,
...lo cual quiere decir que si
Trotung no hubiera sido tan perverso e intrigante, Gesar nunca
habría podido encumbrarse tanto.
Para los tibetanos, Gesar no sólo es un guerrero en el plano de
las armas, sino también en el espiritual. Un guerrero espiritual
es una persona que ha desarrollado una clase especial de coraje,
alguien de por sí inteligente, apacible e intrépido.
Naturalmente, los guerreros
espirituales todavía pueden tener miedo, pero aun así son lo
bastante valerosos para saborear el sufrimiento, para
relacionarse claramente con su miedo fundamental y extraer sin
evadirse las lecciones de las dificultades. [...]
Llegar a ser un guerrero significa
que,
"podemos cambiar nuestra
mezquina lucha en pos de la seguridad por una visión mucha
más vasta, una visión de intrepidez, apertura y auténtico
heroísmo..."
La interacción con las fuerzas negativas
hiperdimensionales puede asemejarse a jugar una partida de ajedrez
teniendo los ojos vendados contra la maestría de un adversario
experimentado.
¿Cómo ganar cuando son ellos quienes han
dispuesto del tablero, manejan a todas las enceguecidas piezas y han
reglamentado el juego?
La clave es no jugar bajo sus
reglas. El condicionamiento social nos estabula en cuáles
movimientos son posibles, y la ignorancia nos limita en las tácticas
que podemos implementar.
Los
seres almados que resuenen con
algunas de las situaciones aquí planteadas, tal vez encuentren el
introspectivo tiempo necesario para reconocerse como guerreros
espirituales, comenzando a entender las razones por las cuales
decidieron encarnar en estos tiempos y en determinada posición
geográfica.
Aquellos que habiten al sur del
triángulo, diásporo destino de la excrecencia nazi de la Segunda
Guerra, quizá perciban
la ponerogénesis que la política gubernamental
esparce ya sin velos en la persecución de una moral
fétida,
una educación corrompida como la
luz de un fuego fatuo que nada alumbra, incitando al naufragio de la
sociedad en el oscuro piélago insondable del vale todo, haciéndola
vacilar en un nauseabundo hálito de putrefacción.
Este quizá sea un llamado a unirse en un cambio de paradigma:
La humanidad está dirigiéndose hacia
las puertas de un cambio sin precedentes, que requerirá de la
toma de una decisión clave: orientarse en el servicio al prójimo
o plegarse a las conductas entrópicas de los Arcontes.
Aquellos que ya hayan tomado la
decisión, quizá decidan por oficiar como consejeros y catalizadores
para los humanos que trastabillando en sus últimos pasos, estén
concluyendo las lecciones finales de la tercera densidad...
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