07
Febrero 2017
del Sitio Web
ElRobotPescador
Como ya advertimos en anteriores artículos, la implantación de
determinadas tecnologías es el aspecto clave que configurará las
características reales
del Nuevo Orden Mundial hacia el que nos
encaminamos, más allá de las luchas entre facciones de las élites
por el poder o por los diversos intereses geopolíticos.
En el artículo
El Gran Experimento de la India - Nuestra
inminente Esclavitud y una Cruda Realidad que Nadie quiere Aceptar, ya
podíamos ver como uno de los países claves
del bloque BRICS, la
India, era el que más avanzaba hacia la implantación de las bases de
ese nuevo orden, dando los primeros pasos hacia la eliminación del
dinero en efectivo.
En ese artículo vinculábamos la
eliminación del dinero en efectivo
con la implantación de la renta básica de ciudadanía y ahora sabemos
que la India, también va en esa dirección…
La tercera pata de esta maniobra para implantar las bases del Nuevo
Orden, caracterizada por la vigilancia y monitorización constante
sobre la población y que implicará el fin de las libertades
individuales, se centra en la implantación de dispositivos
subcutáneos que permitan la interacción de nuestro cuerpo con
dispositivos electrónicos, convirtiéndonos en ciborgs, así como
nuestra geolocalización constante y que sirvan, finalmente, como
métodos de pago, identificación y en definitiva, control total sobre
todos los individuos del planeta.
Al respecto, hace unas
horas veíamos esta noticia sobre la implantación de chips en
Bélgica…
Implantan chips bajo la piel a 8 belgas por primera vez en la
historia del país
La empresa tecnológica Newfusion se ha convertido en la primera en
Bélgica que ha implantado bajo la piel de varios de sus empleados
unos microchips del tamaño de un grano de arroz.
El objetivo de este paso es hacer la vida de los trabajadores más
cómoda, dado que los chips implantados sustituyen a las tarjetas que
permitían abrir puertas y obtener acceso a los computadores.
El chip con el microprocesador cuesta unos 100 euros y se coloca
debajo de la piel entre el dedo pulgar y el índice de la persona.
Hasta la fecha 8 empleados han dado su permiso para la implantación
de esta llave electrónica. Los directivos de la empresa subrayan que
el procedimiento es completamente voluntario.
Pues bien, otro de los países donde encontramos los pasos más
decididos en esa dirección, es en Rusia, al menos de momento.
Tal y como encontramos en un artículo de Russia Beyond the
Headlines (traducido por Sputnik), Moscú ha sido una de las
cinco ciudades del mundo, además de,
-
Londres
-
Hamburgo
-
Bonn
-
Munich,
...en las que ha empezado la implantación masiva de microchips
subcutáneos, que pueden ser utilizados como pasajes de transporte
público o tarjetas de pago.
El creador del proyecto, Patrick Kramer, conocido biohacker alemán y
director de la empresa
Digiwell, implantó 15 chips a 10 voluntarios
durante su visita a Moscú.
De acuerdo con el doctor, la popularidad
de estos implantes sigue creciendo en todo el mundo.
"La curiosidad es la razón principal para instalar el chip.
Hay
personas que hacen cosas realmente fantásticas con ellos. Un amigo
mío tiene 11 microchips instalados en las manos, para él es una
especie de hobby.
Y para mí es una gran herramienta social y de
comunicación".
En total, hay entre 30.000 y 50.000 personas en el mundo que tienen
instalados estos microchips.
En 2012, el administrador de sistemas moscovita Serguéi Sorokin fue
una de las primeras personas en Rusia en tenerlo.
El hombre reconoce
que el uso del chip,
"se percibe como algo mágico" y que "el 99% de
la gente que lo ve, se queda fascinada".
Por su parte, el ingeniero ruso
Vlad Zaitsev no solo utiliza el chip
como un ticket para el transporte público, sino también para entrar
en su oficina.
A su vez, un empleado de la empresa Ericsson Russia, Stanislav
Kupriyánov, creó un blog en el portal de la popular
revista GQ en el
que describe su vida como cíborg.
Por ejemplo, narra las
dificultades que afrontan en el país eslavo las personas con chips.
"Cuando digo en un hotel que tengo un chip en mi mano y que quiero
instalar una llave electrónica para entrar en mi habitación, me
miran como si fuera un loco".
Por su parte, un especialista de la empresa de ciberseguridad
Kaspersky Lab, Evgueni Cheréshnev, empleó el chip para examinar las
amenazas que afrontan los usuarios de Internet.
Un chip, que tiene el tamaño de un grano y puede ser comprado
online, cuesta unos 100 dólares.
Después de que un especialista lo implante, se puede utilizar para
abrir puertas, desbloquear smartphones, entrar en sitios Web, así
como para intercambiar datos.
Según los expertos, estos chips no provocan rechazo en el organismo,
puesto que están hechos de cristal biocompatible.
Como podemos ver, en estos momentos nos encontramos en una fase en
la que los dispositivos móviles (smartphones y tablets), se erigen
en los estadios intermedios previos a la implantación de este tipo
de tecnologías más avanzadas.
Mientras tanto, paralelamente, proliferan otros conceptos previos
aplicables con las tecnologías disponibles, como la eliminación del
dinero físico y la implantación de la Renta Ciudadana, cuyo pago
será de carácter electrónico para disponer de un control total sobre
la población.
De momento, los
chips RFID siguen siendo demasiado voluminosos y su
implantación (acompañada de la imagen de largas agujas y dolorosa
perforación de la piel), sigue provocando rechazo entre la
población.
Pero el concepto ya ha sido creado y socialmente aceptado como
posible y por lo tanto, en estos momentos, si no se produce un
rechazo generalizado y radical hacia ello, su implementación futura,
será imparable.
Es fácil prever que será así.
Pronto estos chips RFID serán
diminutos y su implantación dejará de ser traumática y dolorosa,
para convertirse en prácticamente imperceptible.
Ello vendrá combinado con el hecho de que dichos dispositivos nos
dotarán de "poderes", que nos permitirán interactuar con todo tipo
de dispositivos electrónicos, convirtiéndonos a nosotros mismos en
cyborgs funcionales y en una pieza más incluida en el "Internet de
las cosas".
Quien no se adapte a estas circunstancias de la nueva sociedad, se
convertirá en algo así como "un ciudadano obsoleto", que no tendrá
la posibilidad de competir con sus congéneres por los mejores (y
escasos) puestos de trabajo.
Así pues, es fácil intuir que cuando estos dispositivos implantables
bajo la piel estén ya disponibles en el mercado,
-
el dinero
electrónico ya habrá sido erradicado
-
la Renta Ciudadana habrá sido
implantada
-
ya existirán las
primeras inteligencias artificiales que estarán monitoreando
la seguridad mundial a gran escala
Entonces, como paso final, se implantarán estas tecnologías de forma
generalizada y el individuo humano, tal y como lo conocemos en la
actualidad, dejará de existir.
A ello debemos añadirle la más que posible creación de chips
cerebrales que nos permitirán conectar nuestras mentes a Internet y
visionar directamente en el interior de nuestro cerebro la "realidad
aumentada", algo que previsiblemente, sucederá en pocas décadas, por
lo que la propia percepción de la realidad, ya no la determinará
nuestro cerebro, sino los programas o interfaces que llevemos
instalados en él.
Y como podemos ver, de momento al menos, no parece que ningún líder
mundial esté dispuesto a detener este proceso que nos llevará a la
esclavitud más inimaginable, hasta el punto de que nuestro propio
planeta se convertirá en una inmensa prisión en la que seremos
vigilados las 24 horas del día, lo que repercutirá finalmente en la
eliminación de nuestros rasgos diferenciados como individuos.
Desgraciadamente, aún hay gran cantidad de gente que cree que esto
es ciencia ficción, suponemos que por su incapacidad intelectual
para ver algo que esté más allá del próximo fin de semana…
Fuentes
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