09 Julio
2019
del
Sitio Web
Tendencias21
Foto: Johannes Plenio
La polémica acerca de si las plantas tienen consciencia
continúa dividiendo a la comunidad científica.
Las
plantas no piensan
y toda la
inteligencia que se les atribuye
es sólo
genética.
Sin cerebro ni
neuronas,
no pueden
manifestar consciencia
ni la necesitan.
La polémica
científica continúa...
Un artículo de opinión (Plants
Neither Possess nor Require Consciousness) publicado la
semana pasada en la revista Trends in Plant Science, de la
Universidad de California, asegura que las plantas no piensan.
Firmado por el profesor Lincoln Taiz, del Departamento de
Biología Molecular, Celular y del Desarrollo de Universidad de
California en Santa Cruz, y por otros colegas, el artículo argumenta
que las plantas no pueden tener ningún tipo de consciencia.
Señalan que en 2016, el neurocientífico del hospital Mount Sinai,
Todd Feinberg, y el biólogo evolutivo de la Universidad del
Estado de Washington, Jon Mallatt, realizaron un amplio
estudio de la literatura anatómica, neurofisiológica, conductual y
evolutiva, a partir del cual pudieron derivar una serie de criterios
para la emergencia de la consciencia.
Los únicos seres vivos que cumplieron con esos criterios fueron los
vertebrados, artrópodos y cefalópodos (como los pulpos y los
calamares).
"Feinberg y Mallatt
llegaron a la conclusión de que solo los vertebrados, los
artrópodos y los cefalópodos poseen la estructura cerebral
mínima para la consciencia", señala en su artículo el profesor
Taiz.
Añade que estos hallazgos
hacen que sea extremadamente improbable que las plantas, que
carecen de estructuras anatómicas remotamente comparables a la
complejidad
del cerebro, posean la
'cantidad' mínima de consciencia necesaria para ser registrada
por un sistema.
"Y si hay animales
que no tienen conciencia, entonces podemos estar bastante
seguros de que las plantas, que ni siquiera tienen neuronas, y
mucho menos cerebros, tampoco la tienen", añade Taiz.
Antecedentes
Tal como explicamos
en otro artículo, desde 2006
diversas investigaciones han llegado a la conclusión de que las
plantas muestran indicios de que disponen de algún tipo de
consciencia.
Por ejemplo, son sensibles a la anestesia, se comunican a través de
sustancias químicas con hongos y animales, e incluso pueden
establecer relaciones de diversa índole con los humanos.
También se ha demostrado que las plantas alimentan a los miembros
débiles de su propia especie proporcionándoles nutrientes, lo que
parece indicar que pueden reconocer a su propia "familia".
Otro de los descubrimientos ha sido la identificación de los
"árboles madre", que ayudan a las plántulas a crecer,
suministrándoles los nutrientes que necesitan a través de las
microrrizas (que son las simbiosis que se dan entre
los hongos del subsuelo y las
raíces de los árboles).
Por último, se ha argumentado que las plantas tienen también memoria
y capacidad de aprendizaje, a partir de la
Mimosa púdica, una planta que
cierra sus hojas inmediatamente cuando entra en contacto con
potenciales depredadores, una reacción aprendida de la experiencia y
que recuerda durante semanas.
A partir de estos y otros descubrimientos, diversos investigadores
defienden que, a pesar de carecer de cerebro y de sistema nervioso,
las plantas son inteligentes porque luchan por la
supervivencia aplicando estrategias.
Reacción en
contra
El nuevo artículo descalifica todo el argumentario elaborado a
partir de estas investigaciones, considerando que no han tenido en
cuenta la complejidad de los procesos naturales que alumbran la
consciencia en los seres vivos.
Sobre la supuesta capacidad de memoria y aprendizaje, Taiz y
sus colegas enfatizan que estas respuestas están codificadas
genéticamente y se han perfeccionado a través de generaciones de
selección natural.
"El mayor peligro de
las plantas antropomorfizantes en investigación es que socava la
objetividad del investigador. Lo que hemos visto es que las
plantas y los animales desarrollaron estrategias de vida muy
diferentes.
El cerebro es un
órgano muy complejo, y la planta no tiene ninguna ventaja en
tener un sistema nervioso altamente desarrollado", señala Taiz.
Y concluye:
"los defensores de la
conciencia vegetal han pasado constantemente por alto el
extraordinario y notable grado de complejidad estructural,
organizativa y funcional que tenía el cerebro animal para
evolucionar, antes de que la conciencia pudiera emerger."
La polémica
continúa
El nuevo artículo ilustra el debate sobre la posibilidad de que las
plantas tengan algún tipo de conciencia, pero no cierra la polémica.
El filósofo de la Universidad del País Vasco Michael Marder
plantea que las plantas están en sintonía con su entorno y que, en
función de él, toman muchas decisiones complejas, como el momento
en que deben florecer.
"Si la consciencia
significa ser 'con conocimiento', las plantas se ajustan a la
perfección" a este concepto, señala Marder.
Otra autora de referencia
de esta interpretación, Monica Gagliano, de la Universidad de
Australia Occidental, señala que pensar en nosotros mismos nos
proporciona una sensación subjetiva de lo que puede ser la vida
interior de un árbol o de un arbusto.
Sin embargo, señala Gagliano, las plantas podrían estar llevando
una forma de consciencia diferente que nuestra inteligencia
no puede todavía apreciar...
Referencia
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