por Irene H. Velasco
17 Noviembre 2019

del Sitio Web ElMundo

Información enviada por MGGdeCh

 

 

 



FOTOGRAFÍA:

ÁNGEL NAVARRETE
 

 

 

José Antonio Marina (Toledo, 1939), filósofo, escritor, pedagogo y experto en inteligencia.

 

En su nuevo libro Historia Visual de la Inteligencia, analiza cómo ha progresado nuestra mente y cómo lo hará con la inteligencia artificial y la ingeniería genética.
 

En su libro examina nuestro pasado, nuestro presente y sobre todo el futuro que nos espera...


Sí, porque se repite insistentemente que de aquí al año 2040 va a haber un cambio trascendental en la especie humana, va a aparecer el transhumanismo. La naturaleza humana va a quedar completamente transformada.

 

La aplicación de tecnologías de ingeniería genética, los implantes neurológicos y los sistemas de inteligencia artificial nos van a transformar enormemente.

 

Algunos dicen que vamos a conseguir la 'inmortalidad', los más pesimistas que llegaremos a vivir 140-150 años.

 

Hace poco el ex-presidente de Facebook, Sean Parker, dijo literalmente que sólo Dios sabe lo que estamos haciendo con el cerebro humano.

 

Lo que he pretendido en este libro es explicar que antes de decir adiós a la "humanidad", debemos conocer cómo hemos llegado donde estamos, cómo ha ido evolucionando la inteligencia humana, para saber lo que debemos conservar.
 

 

Usted hace un llamamiento a la cautela y advierte de que puede haber un aumento brutal de las desigualdades sociales...
 

Sí.

 

En esas tecnologías para extender la vida y mejorar las funciones cerebrales ya está trabajando el dueño de Tesla y muchos departamentos de universidades americanas dedicados al Human Enhancement, a la mejora de la especie.

 

Son todos procedimientos muy caros y sólo los que tengan mucho dinero podrán beneficiarse de ellos, quienes tengan dinero podrán vivir más y acceder a un nivel de inteligencia muy superior, entrando así en un bucle que se alimenta a sí mismo.
 

 

Los cimientos de esa posible enorme desigualdad futura, ¿se estarían poniendo hoy?
 

Con toda seguridad...

 

En el futuro se lograrán cosas extraordinarias en el ámbito por ejemplo de la salud o de la comodidad. Ya hoy todos vivimos mejor gracias a la tecnología. Lo que pasa es que es tan poderosa que tenemos que aprender a manejarla.

El peligro es una sociedad híper-tecnificada que desdeñe el mundo de las emociones, de los valores, de la dignidad humana...

Esos no son conceptos científicos y la ciencia con frecuencia los desdeña. Pero no sólo somos animales listos y tecnológicos, somos animales dotados de dignidad.

 

Y eso a muchos les empieza a sonar rarísimo, les parece una cosa fantástica porque lo han olvidado...

 

Y lo han olvidado porque nos dicen que todo lo va a solucionar la tecnología y porque las humanidades cada vez están más arrinconadas.

 


¿Habría entonces que conectar la ciencia con las humanidades?


Sí.

 

Ahora mismo son dos vías que van separadas y que hablan lenguajes muy diferentes. Necesitamos conectores, gente que domine los dos lenguajes.

 

Estamos ante una transformación acelerada y no hay una voz autorizada que hable de ética.

 


¿De cuánto tiempo disponemos?


No mucho, no más de cinco años. Por eso habría que hacer un gran rearme de la inteligencia crítica. Pero no se está haciendo.

 

Acaba por ejemplo de publicarse en España un libro que se titula La Transformación de la Mente Moderna escrito por Jonathan Haidt, de la Universidad de Nueva York, y Greg Lukianoff, presidente de la Foundation for Individual Rights in Education (FIRE), que denuncian como la universidad americana está excluyendo todo tipo de debates sobre temas que no sean científicos o tecnológicos para no 'inquietar' a los alumnos.

 


Sin ese rearme ético, ¿no podremos competir con los ordenadores?


No. Dentro de muy poco tiempo la invasión de los sistemas de inteligencia artificial va a ser muy potente.

 

Van a manejar información muchísimo más rápido de lo que podemos manejar nosotros:

los humanos no podemos leer más de 600 palabras por minuto si leemos rápido, los ordenadores leen 600 millones de páginas por segundo.

El programa AlphaZero, diseñado para aprender a jugar al ajedrez, adquiere partiendo de cero el nivel de un maestro en cuatro horas. No podemos competir en información con la inteligencia artificial.

 

El asunto es quién va a tomar las decisiones:

¿nosotros o los ordenadores?

En las últimas elecciones americanas a la presidencia hubo un candidato del que apenas se habló porque era muy testimonial, pero era sintomático:

Watson, un sistema de inteligencia artificial, un ordenador diseñado para gobernar.


Y con la capacidad de aprender que tienen los actuales sistemas informáticos, ¿no sería mejor gobernante quizás que una persona?
 

A lo mejor sí.

 

Estamos en un momento muy crítico. Ha habido tres giros radicales en la historia y ahora estamos en la antesala del cuarto, y no sabemos bien cómo va a ser.

 

Yo personalmente estoy preocupado.

 

Pienso por ejemplo en mis alumnos.

¿Qué pasará cuando se generalice la realidad virtual y te permita vivir en un mundo feliz pero irreal?

Estamos en un momento muy crítico. El futuro puede ser fantástico, pero también nos podemos equivocar. Y por eso tenemos que reflexionar.

 


Y si saliera mal, ¿qué podría suceder?


Pues que los seres humanos podríamos convertirnos en un grupo residual, poco importante.

 


¿Y por qué no reflexionamos sobre los cambios que pueden traer las nuevas tecnológicos?


Por dos razones.

Primero, porque la tecnología avanza realmente muy deprisa.

 

Y, en segundo lugar, porque los que tendríamos que reflexionar no entendemos bien la tecnología.


Usted lleva toda la vida estudiando la inteligencia, ¿cree realmente que seremos capaces de no dejar de lado los valores éticos?


Yo creo que sí, pero porque cuando observas toda la historia te das cuenta de que la humanidad ha ido progresando.

 

Lo malo es que se ha progresado a bandazos. Hasta ahora siempre que hemos llegado a un punto peligroso hemos cambiado la vela y hemos vuelto al rumbo.

 

Pero no tenemos la seguridad de que vayamos a seguir haciéndolo. Además cualquier sociedad está expuesta a un colapso ético y social.

 

Alemania en los años 30 era la nación tecnológicamente más avanzada y refinada, con los mejores compositores, los mejores filósofos. Y ese mismo país cometió brutalidades que nos resultan inconcebibles.

 


¿Los gobiernos deberían involucrarse más en la planificación del futuro? En España no es un tema del que hablen los políticos...
 

Los gobiernos deberían tener muchísima implicación.

 

Pero por un lado se encuentran desbordados y por otro, superados por fuerzas que no son gubernamentales. Las empresas privadas son las que manejan la tecnología, en ese sentido van muy por delante de los gobiernos.

 

Google, por ejemplo, quiere ser el tercer hemisferio cerebral de todos los humanos. Y debemos tomarnos muy en serio este propósito.