por Roberto Savio
22 Julio
2019
del Sitio Web
Other-News
Versión original en ingles
Versión en italiano
Cuando todo está dicho y hecho, parece que
Thomas Hobbes, aquel
filósofo inglés del siglo XVII que tuvo una terrible visión del
hombre, no estaba totalmente equivocado.
Pues bien, miremos lo frívolo y lo serio del mundo en que vivimos.
En solo una semana hemos tenido cuatro noticias que no ocurrirían en
un mundo normal.
Una belleza porno inglesa con 86,000 seguidores en las redes
sociales ha puesto a la venta frascos con el agua con la que se baña
a unos 33 euros por frasco y ya ha vendido varios miles de ellos.
Luego, una encuesta en Brasil reveló que el 7% de los ciudadanos
cree que la tierra es plana (el 40% de las escuelas estadounidenses
enseñan que el mundo se creó en una semana, según la Biblia, por lo
que no puede haber civilizaciones antiguas). Una conferencia sobre
el mismo tema, reunió en junio en Sicilia gente de todo el mundo.
Otra encuesta, esta vez de miembros del partido británico Tory que
probablemente elegirán a Boris Johnson como primer ministro (no es
precisamente un triunfo de la razón) están tan a favor de un Brexit
"duro" que no les importa que esto signifique la salida de Escocia y
el fin del Reino Unido.
Finalmente, para ganar las elecciones, el presidente de los Estados
Unidos, Donald Trump, ha hecho del racismo una de sus banderas y, en
un país de inmigrantes, ello le ha dado un aumento de 5 puntos en
las encuestas de opinión.
Hay tantos signos de barbarización que llenarían un libro… y más de
uno!
Eurípides escribió:
"A quien los dioses quieren destruir, primero lo
vuelven loco".
Supremacistas blancos chocan con la policía
en Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto de 2017.
(Evan Nesterak, CC BY 2.0, Wikimedia Commons)
No es popular, pero tenemos que mirar la realidad y observar que, en
el período de mayor desarrollo científico y tecnológico de la
historia, estamos viviendo en tiempos de una barbarización
precipitosa.
La
desigualdad social se ha convertido en la base de la nueva
economía.
La gente ya ha reducido sus expectativas y está preparada
para trabajar a tiempo parcial en un ‘empleo’ precario, y a los
jóvenes (según la Organización Internacional del Trabajo) solo les
queda la expectativa de recibir una pensión de jubilación de 600
euros al mes.
Esto ha sido aceptado por el sistema político.
Tenemos un estudio de
España según el cual, en el actual mercado inmobiliario, casi el 87%
de las personas necesitan el 90% de su salario solo para alquilar
una vivienda.
Un Salario quiere decir Sobrevivir
Hoy en día, para muchos, un salario significa supervivencia, no una
vida digna. La nueva economía ha desarrollado la llamada "economía
del calesín":
usted trabaja para distribuir alimentos, pero lo hará
como un co-emprendedor, sin ninguno de los derechos de un empleado,
y por una paga que nunca le permitirá casarse.
Y los niños ya se han acostumbrado a ver fenómenos como la pobreza o
la guerra como algo natural.
Por lo demás, la política ya no se basa en ideas, sino en cómo poder
explotar con éxito las entrañas de la gente, ondeando pancartas
contra los inmigrantes (ahora que estamos presenciando una rápida
caída de la tasa de natalidad) y dividiendo los países entre
"nosotros" que representamos a la gente, y "ustedes" enemigos del
país.
Estados Unidos es el mejor ejemplo, donde los republicanos
consideran a los demócratas enemigos de los Estados Unidos.
Esto nos lleva a una pregunta central:
¿Acaso no han sido elegidos
democráticamente tanto
Trump, como el italiano Matteo Salvini,
el brasileño
Jair
Bolsonaro y compañía?
¿Son el síntoma o la causa de
la "populocracia" que reemplaza a la democracia?
Evidentemente no es posible ofrecer aquí un estudio sociológico o
histórico, así que nos quedamos en un juego de palabras:
hemos
pasado de la era Gutenberg a una nueva: la
era Zuckerberg.
Quienes celebraron con entusiasmo la llegada de Internet también lo
hicieron porque democratizaría la comunicación y, por lo tanto,
generaría una mayor participación.
La esperanza era la de ver un
mundo donde la comunicación horizontal reemplazaría al sistema
vertical de información que Gutenberg hizo posible.
La información era, de hecho, un instrumento para los estados y las
empresas, que la utilizaban para llegar a los ciudadanos, que no
podían recurrir a la retroalimentación.
Con la Internet, en cambio, la
gente ya puede hablar directamente en y a todo el mundo y la
propaganda que acompañó su llegada no se consideró relevante:
saber ya no es lo importante, lo importante es saber
dónde encontrarlo…
Bueno, tenemos todas las estadísticas sobre cómo
Internet ha afectado el nivel general de cultura y diálogo.
Anuncio para una empresa que ofrece
"servicios independientes bajo demanda".
(Billie Grace Ward / Flickr)
Capacidad de atención disminuida
La capacidad de atención de la gente ha disminuido dramáticamente.
La mayoría de los usuarios de Internet no se fijan en una un tema
más de 15 segundos.
En los últimos cinco años, el volumen de libros
se ha reducido en 29 páginas de media. Y hoy en día, los artículos
de más de 650 palabras ya no son aceptados por los servicios de los
columnistas.
La última reunión de editores de agencias de noticias
internacionales decidió bajar el nivel de comunicación de las
noticias del de 22 años al de 17 años.
En Europa, el porcentaje de
personas que compran al menos un libro al año ahora es del 22% (en
los Estados Unidos es de solo el 10,5%).
Y según un estudio reciente
en Italia, solo el 40% de la población es capaz de leer y entender
un libro. Y el 13% de las bibliotecas del país han cerrado en los
últimos diez años.
Una transmisión muy popular en España fue la de
"59 segundos", que
vio a varias personas debatir en torno a una mesa; a los 59 segundos
desaparecerían sus micrófonos.
Hoy, el sueño de un entrevistador de
televisión es que la persona entrevistada dé una respuesta más breve
que la pregunta.
Y los periódicos ya son para personas mayores de cuarenta años.
Y
hay una queja unánime sobre el nivel de los estudiantes que ingresan
a la universidad: no todos están libres de errores de ortografía y
sintaxis.
Y la lista podría continuar prácticamente hasta el
infinito.
El problema de la barbarización adquiere mayor relevancia para la
participación política.
Las generaciones Gutenberg estaban
acostumbradas al diálogo y la discusión.
Hoy en día, el 83% de los
usuarios de Internet (con el 80% menores de 21 años), lo hacen solo
en el mundo virtual que se forjaron.
Las personas del Grupo A se
reúnen solo con las personas del Grupo A. Y si se encuentran con
alguien del Grupo B, se insultan.
Los políticos han podido adaptarse rápidamente al sistema.
El mejor
ejemplo es Trump. Todos los periódicos de los Estados Unidos tienen
en total una circulación de 60 millones de ejemplares (de los cuales
aquellos de calidad circulan diez millones de los conservadoras y
otros tantos de los progresivas).
Trump tiene 60 millones de seguidores que toman sus tweets como
información. No compran periódicos y, si ven televisión, son
espectadores de Fox, que es el amplificador de de la voz de Trump.
No es de extrañar, pues, que más del 80% de los votantes de Trump
vayan a votar por él nuevamente.
Y los medios, que han perdido la capacidad de ofrecer análisis y
cubrir procesos, y no solo eventos, ya toman el camino fácil: seguir
a los famosos y hacerlos aún más famosos.
El periodismo analítico
está desapareciendo.
En los Estados Unidos todavía existe gracias a
subvenciones y, en todos los países europeos, quedan pocos diarios
de calidad, mientras que la mayor circulación la tienen los
periódicos que ahorran a sus lectores el esfuerzo de pensar.
The
Daily Mirror en el Reino Unido y Bild en Alemania son los mejores
ejemplos.
Representación simbólica de la adicción a Internet.
(Sam Wolff, CC BY-SA 2.0, Wikimedia Commons)
Internet ha hecho de todos un comunicador.
Este es un logro
fantástico. Pero en esta creciente barbarización, la gente utiliza
Internet también para transmitir información falsa, historias
basadas en la fantasía, sin ninguno de los controles de calidad que
solía tener el mundo de los medios de comunicación.
Y la clase
política cabalga este camino, en lugar de enseñar civismo y visión.
La inteligencia artificial ha entrado con fuerza en la red, creando
muchas cuentas falsas, que interfieren en el proceso electoral, como
se demostró en las últimas elecciones en los Estados Unidos.
Debemos agregar a esto que
los algoritmos
utilizados por los
propietarios de Internet pretenden captar la atención de los
usuarios para mantenerlos lo más posible.
Este mes, el diario
español El País publicó un extenso estudio titulado "Así
caemos por la Espiral Tóxica de YouTube", en el que muestra cómo sus algoritmos llevan al espectador
a elementos que son de fantasía, pseudo-científicos pero de gran
atracción.
Ciudadanos en Consumidores
Esto se debe al hecho de que los propietarios se han enriquecido
fabulosamente al transformar a los ciudadanos en consumidores. Ellos
descubren nuestra identidad y la venden a las empresas para su
comercialización, y también para las elecciones.
Esos propietarios
tienen una riqueza sin precedentes, nunca alcanzada en el mundo
real:
y no solo en el mundo de la producción, sino también en el
universo de las finanzas, que se han convertido en un casino sin
control.
El entero mundo de la producción de servicios y bienes, hecho por el
hombre, se acerca a un billón de dólares por día; en el mismo día,
los flujos financieros alcanzan los 40 billones de dólares.
El divorcio del fundador de Amazon, Jeff Bezos, proporcionó a su
esposa 38 mil millones de dólares.
Esto equivale al ingreso promedio
anual de 20,000 dólares correspondiente a 19 millones de personas.
No es de extrañar, pues, que solo 80 individuos posean ahora la
misma riqueza que 2.3 billones de personas (en 2008, eran1.200
individuos).
Ahora bien, según los historiadores, la codicia y el
miedo son
grandes motores de cambio en la historia. Eso también fue cierto en
la era de Gutenberg. Pero ahora se ha activado una combinación de
ambos en un corto período de tiempo.
Después de la caída del Muro de
Berlín, la doctrina de la globalización liberal llegó con tal fuerza
que Margaret Thatcher (quien junto a Ronald Reagan introdujo la
nueva visión de los beneficios individuales y la eliminación del
bienestar social) habló del No Hay Alternativa (TINA por las siglas
en inglés de There Is No Alternative).
Protestando los rescates de Wall Street
en la Reserva Federal de Chicago / Junta de comercio,
21 de septiembre de 2008.
(freemarketsmyass / Flickr)
Todo el sistema político, socialdemócratas incluidos, aceptó manejar
un sistema de valores basado en la codicia y la competencia sin
restricciones a nivel individual, estatal e internacional.
Llevó 20 años, desde la
caída del muro de Berlín, hasta
la crisis financiera del 2008, para
comprender que,
los pobres se han vuelto más pobres y los ricos más
ricos,
...y que los estados han perdido gran parte de su soberanía ante
las corporaciones multinacionales y el mundo de las finanzas.
Vale la pena señalar que, en la crisis del 2009, para salvar un
sistema financiero corrupto e ineficiente, el mundo gastó 12
trillones de dólares (4 trillones solo en Estados Unidos).
Desde ese
rescate, los bancos han pagado la impresionante suma de 800 mil
millones de dólares en multas por actividades ilícitas.
La crisis financiera de 2009 ha provocado una ola de miedo. No
olvidemos que hasta 2009, no hubo partidos soberanistas, populistas
y xenófobos en ninguna parte, excepto Le Pen en Francia.
Y viejas
trampas como "en nombre de la nación" y "la defensa de la religión"
no tardaron en ser resucitadas por políticos capaces de montar la
ola del miedo.
Se encontró un nuevo chivo expiatorio, los
inmigrantes, y los populócratas ya están socavando la democracia en
todas partes.
La Populocracia
La populocracia es la nueva ola.
El ex primer ministro italiano,
Silvio Berlusconi, introdujo un nuevo lenguaje político y
televisivo. Salvini, Trump y otros lo han actualizado.
Twitter,
Facebook e Instagram son el nuevo medio y ahora el medio es el
mensaje. La vieja élite no ha encontrado un nuevo lenguaje para
comunicar con las masas.
La era de Zuckerberg es una era de
codicia y miedo.
Él intenta ahora
crear una moneda global, Libra, para ser utilizada por sus 2.300
millones de usuarios. Hasta ahora, los estados eran las únicas
entidades capaces de emitir dinero, un símbolo de la nación.
La
moneda de Zuckerberg se basa totalmente en Internet y no tendrá
control ni regulaciones. En caso que falle, tendremos una crisis
mundial sin precedentes. En la era de Gutenberg esto no era posible.
Pero,
¿quién ha hecho que Jeff Bezos pueda dar 38 mil millones de
dólares a una ex esposa?
¿Quién ha elegido a Trump y Salvini y
compañía?
Quienes hablan en el nombre de la nación y de la gente y
convierten a los que no están de acuerdo con ellos en enemigos de la
nación y de la gente, crea una polarización sin precedentes,
acompañada por una orgía de revueltas contra ciencia y conocimiento,
que han apoyado a la élite, y son por lo tanto enemigos de la gente
común.
Nunca se había visto una campana para reducir la instrucción,
la investigación, la medicina pública, y eliminar los pilares de la
cultura clásica, como griego y latín.
Bolsonaro en Brasil ha
anunciado que quiere eliminar filosofía y sociología.
Este proceso de barbarización no debe ocultar un viejo proverbio:
cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Se llama democracia.
Sin embargo, la elite tradicional no tiene código de comunicación
con la nueva era. Hay una brecha creciente entre la elite y los
ciudadanos.
Y la respuesta podría encontrarse en la movilización
ciudadana...
Una joven sueca,
Greta Thunberg, ha hecho más con su obstinación por
crear conciencia sobre el cambio climático inminente, que todo el
sistema político.
Incluso Trump (aunque por motivos electorales) ha
declarado que el cambio climático es importante.
https://twitter.com/GretaThunberg/status/1153940926517194752
Hoy en día, muchos "puntos de luz" están apareciendo en el mundo.
Las elecciones en Estambul son un buen ejemplo, al igual que las
movilizaciones en Hong Kong, Sudán y Nicaragua, entre muchos otros.
Esperemos llegar a un punto en el que la gente tome las riendas del
proceso y despierten al mundo del curso precipitado de la
barbarización.
Incluso Thomas Hobbes llegó a la conclusión de que,
la
humanidad siempre, más tarde o más temprano, encontrará el camino
correcto y se otorgará un buen gobierno.
Pensó que una élite siempre
sería capaz de dirigir a las masas.
Bueno, las élites son ahora los y las Greta Thunbergs de este mundo...
|