22 Marzo 2021
del Sitio Web
ElMensajeroAudaz
Según un estudio publicado por el National Center for Biotechnology
Information estadounidense, la mayor parte de fallecidos en la
devastadora "gripe española" de 1918 perecieron debido a una
neumonía bacteriana, no a un virus.
Otro estudio publicado por el
mismo organismo americano, extraído del Oman Medical Journal,
demuestra que,
las
mascarillas quirúrgicas pueden ser
fuente de
¡infecciones bacterianas...!
¿Qué es la
neumonía bacteriana?
La
neumonía bacteriana es una
infección que se manifiesta en uno de los pulmones o en ambos.
Las
bacterias hacen que los sacos de aire de los pulmones (alvéolos) se
inflamen y se llenen de pus, líquido y desechos celulares.
Esto, a
menudo, afecta la capacidad del organismo para intercambiar oxígeno
y dióxido de carbono.
Si se padece neumonía bacteriana, se podría
tener dificultad para respirar o sentir dolor al hacerlo.
La neumonía bacteriana puede ser leve o grave e incluso dar lugar a
una insuficiencia respiratoria o la muerte.
Cómo se verá afectada
cada persona dependerá de la potencia del agente bacteriano y de su,
-
edad
-
salud
-
sistema inmunitario...
Fue la
principal causa de muerte durante la llamada "gripe española" de
1918
Según
un estudio realizado por David M. Morens,
Jeffery K. Taubenberger y
Anthony Fauci publicado en la
Web
oficial del National Center for Biotechnology Information de Estados
Unidos, en el que examinaron información relevante de la 'pandemia' de
influenza (gripe común) que ocurrió durante la 'pandemia' de "gripe
española" de 1918-1919, llegaron a la conclusión de que,
la mayoría
de las muertes en la pandemia de influenza de 1918-1919
probablemente se debieron directamente a una neumonía bacteriana
secundaria causada por bacterias comunes del tracto respiratorio
superior.
Además, en el estudio añaden que otros datos menos sustanciales de
las pandemias posteriores de 1957 y 1968 son consistentes con estos
hallazgos.
Para realizar este estudio examinaron secciones de tejido pulmonar
obtenidas durante 58 autopsias y revisaron datos patológicos y
bacteriológicos de 109 series de autopsias publicadas que describían
8398 investigaciones de autopsias individuales.
"Las muestras post mortem que examinamos de personas que murieron de
influenza durante 1918-1919 exhibieron de manera uniforme cambios
severos indicativos de neumonía bacteriana.
Los resultados
bacteriológicos e histopatológicos de las series de autopsias
publicadas implicaron clara y sistemáticamente la neumonía
bacteriana secundaria causada por bacterias comunes del tracto
respiratorio superior en la mayoría de las muertes por influenza",
revela el estudio.
Recordemos que,
la "gripe española" de 1918 acabó con la vida de
entre 40 y 50 millones de personas, lo que supuso una mortalidad de
más del 2% de la población mundial de la época, a diferencia del
0,03% de
la actual 'pandemia' de coronavirus...
Entonces, si según este estudio la mayor causa de muerte durante esa
pandemia no fue un virus, sino que seguramente fue una neumonía
bacteriana (pues virus y bacterias son microorganismos diferentes),
¿Cómo pudo tanta gente padecer ese tipo de neumonía en todo el
mundo?
¿Qué acciones pudieron realizar las personas alrededor del
globo para que hubiera tantos casos de neumonía bacteriana?
¿Puede el uso
prolongado de mascarilla provocar neumonía bacteriana?
En la misma Web oficial del National Center for Biotechnology
Information se puede encontrar
otro estudio extraído del Oman
Medical Journal en el que evalúan la relación de la contaminación
bacteriana y fúngica en las mascarillas quirúrgicas usadas por el
personal del hospital y la calidad microbiana del aire en sus salas
de trabajo.
Los resultados de este estudio demuestran una alta
contaminación bacteriana en el área exterior de las máscaras usadas,
y mostró una correlación significativa con la calidad microbiana del
aire de las salas de trabajo.
Según el estudio,
"las evidencias mostraron que la mascarilla
quirúrgica podría no ser suficiente para proteger a la persona de
los patógenos transportados por el aire y también podría ser la
fuente de infecciones transportadas por el aire o por gotitas.
Este
estudio tuvo como objetivo investigar la contaminación microbiana en
las mascarillas quirúrgicas desechables entre el personal
hospitalario y la calidad del aire microbiano en sus salas de
trabajo".
"Además, algunos comportamientos con mascarillas usadas
probablemente aumentaron la contaminación microbiana en las
mascarillas".
Pero también existen múltiples efectos adversos que nunca mencionan
las autoridades que recomiendan o incluso
obligan a llevar
mascarilla, como los que se indican
en otro estudio científico
publicado por Baruch Vainshelboim, de la Universidad de Stanford,
quien concluye que,
"los datos sugieren que tanto las mascarillas
médicas como las no médicas son ineficaces para bloquear la
transmisión de persona a persona de enfermedades virales e
infecciosas como el SARS-CoV-2 y COVID-19, lo que no respalda el uso
de mascarillas.
Se ha demostrado que el uso de mascarillas tiene
efectos fisiológicos y psicológicos adversos sustanciales.
Estos
incluyen,
hipoxia, hipercapnia, dificultad para respirar, aumento de
la acidez y toxicidad, activación de la respuesta al miedo y al
estrés, aumento de las hormonas del estrés, inmunosupresión, fatiga,
dolores de cabeza, disminución del rendimiento cognitivo,
predisposición a enfermedades virales e infecciosas, estrés crónico,
ansiedad y depresión.
Las consecuencias a largo plazo del uso de
mascarilla pueden causar deterioro de la salud, desarrollo y
progresión de enfermedades crónicas y muerte prematura".
Estas conclusiones
coinciden con las de
otros estudios que parece que no se
están teniendo en cuenta a la hora de obligar a llevar mascarilla a
toda la población, enfermos y sanos.
Esto podría incurrir en
responsabilidades penales por parte de las
autoridades al forzar a la ciudadanía a utilizar algo que, a la
vista de los estudios aquí mencionados, está científicamente
demostrado que puede llegar a producir múltiples efectos adversos de
los que no informan.
"Se ha demostrado que
el uso de mascarillas tiene efectos fisiológicos y psicológicos
adversos sustanciales.
Las consecuencias a
largo plazo del uso de mascarilla pueden causar deterioro de la
salud, desarrollo y progresión de enfermedades crónicas y muerte
prematura".
Pero no hace falta que
nos vayamos a estudios científicos publicados en países lejanos.
Según la médico neumólogo del hospital HM Regla de León,
Laura Sierra, en la entrevista publicada en
Uppers (Mediaset España),
"la inhalación
continuada de esos virus y bacterias acumulados en las
mascarillas, sumado a la falta de efectividad derivada de su uso
excesivo, predispone a nuestro organismo a padecer una
neumonía".
"El problema es que gran parte de las bacterias de la boca o de
las vías respiratorias superiores pueden acabar produciendo
patología a nivel inferior, baja el moco a los bronquios y
producen infecciones de vías respiratorias inferiores".
Por tanto, existen
evidencias suficientes para creer que,
un mal uso de la
mascarilla podría acarrear más problemas de salud de los que se
intentan mitigar...
No olvidemos que en
el documento actualizado de la OMS
en diciembre de 2020 respecto al uso generalizado de mascarillas en
la población, reconocen que,
"en la actualidad,
tan sólo existe evidencia limitada y científicamente
inconsistente que apoye la efectividad del uso de mascarilla en
personas sanas de la comunidad para prevenir infecciones con
virus respiratorios, incluido el SARS-CoV-2".
En este documento se
explica que, tras realizar un gran ensayo comunitario aleatorio para
comprobar la efectividad de las mascarillas en personas sanas,
"la revisión concluyó
que usar una mascarilla puede hacer poca o ninguna diferencia en
la prevención de enfermedades similares a la influenza o
enfermedades de laboratorio confirmadas".
Además, el documento
muestra una lista de posibles perjuicios por el uso de la
mascarilla, tales como:
-
Dolor de cabeza
y/o dificultad para respirar, según el tipo de mascarilla
utilizada.
-
Desarrollo de
lesiones cutáneas faciales, dermatitis irritante o
empeoramiento del acné, cuando se usa con frecuencia durante
largas horas.
-
Dificultad para
comunicarse claramente, especialmente para personas sordas o
con problemas de audición.
-
Malestar.
-
Una falsa
sensación de seguridad que conduce a una reducción de otras
medidas preventivas críticas tales como el distanciamiento
físico e higiene de manos.
-
Cumplimiento
deficiente del uso de mascarillas, en particular por niños
pequeños.
-
Problemas de
gestión de residuos; eliminación inadecuada de la mascarilla
lo que lleva a un aumento de la basura en lugares públicos y
peligros ambientales.
Según su texto
actualizado,
la OMS no recomienda usar
mascarilla a personas sanas siempre que se pueda mantener 1
metro de distancia interpersonal y que no sean población de riesgo,
ni tampoco recomienda su uso cuando se realice actividad física
intensa.
"La inhalación
continuada de esos virus y bacterias acumulados en las
mascarillas, sumado a la falta de efectividad derivada de su uso
excesivo, predispone a nuestro organismo a padecer una
neumonía".
El tiempo de uso
recomendado por los profesionales de la salud en relación a la
mascarilla no debe exceder las 4 horas, tal y como publicó
OK Diario.
Uso
obligatorio en España aunque estés solo
Pese a no existir evidencia científica contundente en el uso de
mascarillas en personas sanas, y sí existir evidencia probada
en los riesgos de un mal uso o un uso prolongado de las
mismas, el Congreso de los Diputados
aprobó el pasado jueves 18 de marzo
la "ley de la nueva normalidad" con 199 votos a favor.
Esta ley obliga a toda la población española a llevar mascarilla
en todo momento,
"en la vía pública,
en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso
público o que se encuentre abierto al público",
...aunque no haya ninguna
otra persona alrededor, contraviniendo las recomendaciones de la OMS
y de cientos de médicos y biólogos que se oponen a una medida
totalitaria sin ningún respaldo científico, que además puede ser
incluso perjudicial para la población.
Después de todo, y teniendo el antecedente de la cantidad de muertes
producidas en 1918 por neumonía bacteriana, quizá
Tedros Adhanom, 'Director' General de la OMS, tuviese
razón cuando
afirmó el pasado verano que,
"lo peor está por
llegar",
...sobre todo si tenemos
en cuenta la cantidad de personas en todo el mundo que están
haciendo un uso indebido de la mascarilla, y que esto
podría producir una neumonía bacteriana a gran parte de la
población, que, según el estudio ya comentado, fue la principal
causa de muerte en la "gripe española" de 1918...
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