Resumimos los
resultados de un estudio en animales que Pfizer presentó a las
autoridades sanitarias japonesas en 2020, y que se refería a la
distribución y eliminación de un modelo de vacuna de ARNm.
Demostramos que
este estudio presagiaba claramente graves riesgos de coagulación
de la sangre y otros efectos adversos.
La falta de
seguimiento y evaluación de estos riesgos en los ensayos
clínicos subsiguientes, y el proceso de revisión groseramente
negligente junto con las autorizaciones de uso de emergencia,
han resultado previsiblemente en un desastre médico sin
precedentes.
Es
especialmente preocupante la lentísima eliminación de los
lípidos catiónicos tóxicos.
En las personas
que se inyectan repetidamente con vacunas de ARNm que contienen
estos lípidos - ya sean dirigidas contra el COVID, o cualquier
otro patógeno o enfermedad - esto daría lugar a una toxicidad
acumulativa.
Existe la
posibilidad real de que los lípidos catiónicos se acumulen en
los ovarios.
El grave riesgo
implícito para la fertilidad femenina exige la atención más
urgente del público y de las autoridades sanitarias.