del Sitio Web
EspacioMisterio que nos ocultan
de la extracción de petróleo, que derivará muy pronto en la falta de "oro negro", con el "apocalipsis" que eso implicaría
para la economía
y nuestra forma de vida
Las ventas de vehículos adaptados al diésel predominaron sobre las de gasolina.
Pero de la noche a la
mañana, ese "ángel" del motor se ha tornado "demonio", y lo que
antaño se alentaba con agrado, ahora es percibido como un horror.
Las emisiones más dañinas para la atmósfera y el envenenamiento del aire proceden de las partículas quemadas por el gasoil, así que en una etapa histórica tan sensibilizada con el cambio climático parece haber llegado el momento de acometer acciones definitivas.
Se estima que un vehículo
diésel moderno expulsa seis veces más dióxido de nitrógeno que uno
de gasolina.
En España, Antonio Turiel, el doctor en Física Teórica e investigador del CSIC, lleva unos años clamando contra esta perspectiva monolítica.
Desde su blog, The Oil Crash, Turiel postula que el problema de fondo no ha sido tanto la alta toxicidad del diésel como la cada vez más escasa producción de petróleo de calidad.
La campaña contra el gasoil sería el primer síntoma evidente.
El investigador expone en su blog:
No tanto por el perjuicio medioambiental, sino porque vamos a un estancamiento en la extracción de petróleo, que además ofrece menos posibilidades de refinado que antes.
El escenario resultaría muy distinto:
Primero se eliminarán los coches diésel cuyo petróleo refinado es más exigente, pero a continuación la persecución afectará a los vehículos de gasolina, algo que en cierto modo ya está ocurriendo al restringir su acceso al centro de las grandes ciudades y primar los transportes híbridos y eléctricos.
Sin embargo, estos
todavía no están preparados para cubrir todas las necesidades ni
sustituir adecuadamente a los vehículos movidos por hidrocarburos.
Desafortunadamente,
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