por EFE
20 Octubre
2022
del
Sitio Web
ElMundo
Versión en
italiano
Excavación de las
fosas
de la peste en Londres
AP
Una
investigación publicada en 'Nature'
arroja que los
genes que en su día
protegieron a la
humanidad de la peste negra,
están asociados
a una mayor susceptibilidad
a patologías
autoinmunes...
La peste negra - el acontecimiento más devastador de la historia -
no solo acabó con la mitad de la población europea en menos de cinco
años, también modificó nuestro
genoma y nuestro
sistema inmunitario.
Según un estudio publicado este miércoles en la revista 'Nature',
los mismos genes que en su día nos protegieron contra la peste
negra, hoy están asociados a una mayor susceptibilidad a patologías
autoinmunes como,
Los autores del estudio,
realizado por,
-
la Universidad de
Chicago (Estados Unidos)
-
la Universidad
McMaster (Canadá)
-
el Instituto
Pasteur (Francia),
...han estudiado el
impacto genético de la peste bubónica que hace 700 años acabó con
entre el 30% y el 60% de la población del norte de África, Europa y
Asia.
Desde hace tiempo, se ha especulado que,
la pandemia de peste
negra, causada por la bacteria
Yersinia pestis, podría haber
ejercido una presión selectiva sobre los humanos pero era
difícil de demostrar estudiando poblaciones modernas porque,
desde entonces, los humanos han afrontado muchas presiones
selectivas.
Para este estudio, el
equipo secuenció antiguas muestras de ADN de huesos de más de 200
individuos de Londres y Dinamarca que murieron antes, durante y
después del paso de la peste negra, a finales del 1340.
De 300 genes relacionados
con la inmunidad, seleccionaron cuatro que, según la variante,
protegían o aumentaban la susceptibilidad a Y. pestis.
El equipo se centró en un gen con una asociación particularmente
fuerte con la susceptibilidad:
ERAP2, que contribuye a que el
sistema inmunitario reconozca la presencia de una infección.
Los individuos que
poseían dos copias de una variante genética específica, denominada
rs2549794, eran capaces de producir
copias de longitud completa del transcrito de ERAP2, y producían más
de la proteína funcional.
"Cuando un macrófago
se encuentra con una bacteria, la corta en trozos para
presentarlos a otras células inmunitarias señalando que hay una
infección.
De modo que tener la
versión funcional del gen probablemente mejora la capacidad de
nuestro sistema inmunológico para detectar el patógeno invasor",
explica Luis Barreiro, de la Universidad de Chicago y
coautor del estudio.
"Según nuestras estimaciones, tener dos copias de la variante
rs2549794 habría hecho que una persona tuviera un 40% más de
probabilidades de sobrevivir a la peste que los que tenían dos
copias de la variante no funcional", apunta.
Después, en el
laboratorio, el equipo demostró que la variante rs2549794 afectaba a
la capacidad de las células humanas vivas para ayudar a combatir la
peste, y que los macrófagos que expresaban dos copias de la variante
eran más eficientes neutralizando a Y. pestis que los que no la
tenían.
"Estos resultados
apoyan la evidencia del ADN antiguo de que el rs2549794 es
protector contra la peste", según Javier
Pizarro-Cerda, del Instituto Pasteur.
Pero, con el tiempo,
nuestro sistema inmunitario ha evolucionado para responder a los
patógenos,
y lo que antes era un
gen protector contra la peste, se asocia hoy a una mayor
susceptibilidad a las enfermedades autoinmunes...
Es el acto de equilibrio
con el que la evolución juega con nuestro genoma, apuntan los
autores.
Este estudio es una
primera aproximación a cómo las pandemias pueden modificar nuestros
genomas y pasar desapercibidas en las poblaciones modernas.
Las próximas investigaciones ampliarán el proyecto para examinar
todo el genoma, no sólo un conjunto de genes relacionados con la
inmunidad.
"Comprender la
dinámica que ha dado forma al sistema inmunitario humano es
clave para entender cómo las pandemias del pasado, como la
peste, contribuyen a nuestra susceptibilidad a las enfermedades
en la actualidad", concluye Hendrik Poinar, de la
Universidad de McMaster y coautor principal del estudio.
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