por Rodrigo Bernardo Ortega Recibido por Email 16 Marzo 2018
La multinacional estuvo involucrada, entre otras cosas, en,
De igual manera, Monsanto monopolizó durante la década de 1980 los endulzantes sin calorías y diez años más tarde inició el negocio de las semillas genéticamente modificadas.
Sin embargo, a pesar de todos los daños causados a la humanidad (¿Porqué Monsanto es la Peor Compañía sobre la Faz de la Tierra?), Monsanto sigue siendo una de las multinacionales con más ingresos del mundo y su éxito reside en dos pilares:
En efecto, una de las principales preocupaciones de diversos sectores sociales es que, debido a la actual circunstancia económica, las empresas multinacionales gozan de amplias ventajas y protección puesto que tienen el poder de manipular los mercados, comprar la justicia y pagar a costosos abogados.
Esta organización que se conoce como el Tribunal Monsanto y está compuesta por reconocidos jueces internacionales, quienes se han encargado de recoger testimonios de víctimas y expertos para emitir opiniones legales.
De hecho, el pasado 18 de abril de 2017, el Tribunal Monsanto, siguiendo los procedimientos de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, encontró culpable a Monsanto de ser un agente comercializador de productos altamente tóxicos que contaminan el medio ambiente de manera permanente e irreversible, causando enfermedades y muertes a miles de personas en todo el mundo.
En pocas palabras, la acción de la multinacional norteamericana ha contribuido de manera definitiva al incremento de las consecuencias del cambio climático.
Por esta razón, no es para nada extraño que el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump niegue las evidentes secuelas del aumento de la temperatura del planeta y el deshielo de los polos.
De igual forma, no es una sorpresa que el magnate haya negociado con la nueva empresa Bayern-Monsanto y que una orden ejecutiva promoviera la utilización de semillas genéticamente modificadas (conocidas por la sigla GMO).
En este sentido la ecuación es clara:
Si el presidente Trump logra convencer al mundo (o al menos imponer su 'estrecha visión') respecto a que el cambio climático es "un cuento chino", las grandes multinacionales como Monsanto seguirán depredando los recursos.
De ahí la importancia de
iniciativas como el Tribunal Monsanto.
La presión ejercida por el Tribunal y la iniciativa ciudadana respaldada por casi dos millones de personas ha provocado que el gobierno de Estados Unidos difunda una serie de documentos en los cuales se demuestra la manipulación científica, política y económica que ha ejercido la multinacional.
De igual forma, la generación de cultivos Bt en la India ha sido un fracaso rotundo de la multinacional.
El propósito de la organización es poner a disposición los datos legales sobre las afectaciones de los plaguicidas en todo el mundo. De esa manera se espera crear una amplia red de colaboradores para reunir casos, datos y evidencias que soporten las demandas en contra de Monsanto.
Con la información jurídica y científica disponible, la ONG aspira a prohibir los plaguicidas que afectan la salud humana y el ambiente.
Empero, es una lucha complicada pues como es costumbre, la multinacional tiene importantes influencias en todos los círculos poderosos del mundo por lo que no será fácil encontrar elementos contundentes para prohibir el uso de todos los productos que envenenan los campos y el medio ambiente.
De hecho, Monsanto ya ha tenido importantes reveses financieros y judiciales, pero siempre encuentra la manera de recuperar sus inversiones. Esto desde luego no resta importancia a la actividad que el Tribunal lleva a cabo.
Por ejemplo, el campesino francés Paul François denunció haber sido envenenado en 2014 con el herbicida Lasso que posteriormente fue prohibido en Francia.
En esta misma vía, las múltiples denuncias en contra del glifosato hicieron que la Corte Constitucional de Colombia prohibiera las aspersiones aéreas en 2015 y en abril del 2017 reafirmó su postura aduciendo que el herbicida tiene el potencial de generar daños en la salud y el medio ambiente.
Estos casos revelan que la lucha en contra de las imposiciones de Monsanto rinde sus frutos y que es posible transformar el modelo de agricultura promovido por la revolución verde.
De este modo,
organizaciones como el Tribunal Monsanto demuestran ser efectivos en
las denuncias y un puente entre campesinos y asociaciones de todo el
mundo afectadas por los productos dañinos de la empresa
norteamericana.
Con el apoyo del magnate-presidente, Monsanto espera seguir siendo el principal proveedor de veneno en el mundo so pretexto de "combatir el flagelo de las drogas".
En efecto, en junio de 2017, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson instó al gobierno colombiano a retomar las aspersiones aéreas para combatir el crecimiento de los cultivos de coca.
Y aunque el propósito aparente es reducir la producción de narcóticos, la realidad es que Trump busca darle un empujón financiero a la recién creada Bayern-Monsanto luego de los fracasos registrados con los cultivos Bt.
Ahí radica la importancia de la presión ejercida por las ONG que combaten a Monsanto.
A pesar de que es una batalla desproporcionada debido al entramado legal y económico con el que cuenta la multinacional, pequeñas acciones del Tribunal pueden significan una piedra en el zapato para el gigante que en cualquier momento lo pueden hacer tropezar.
Sin embargo, el Tribunal es consciente de que la historia de Monsanto constituye un paradigma de la impunidad y que la lucha en contra de una empresa respaldada firmemente por uno de los gobiernos más poderosos del mundo es un asunto serio y complicado.
Es claro que mientras para los accionistas siga siendo más rentable la promoción de un modelo de negocios en detrimento de los derechos fundamentales de las personas, las circunstancias difícilmente cambiarán.
Por ello resulta imperativo que el papel del Tribunal se reconozca y se promocione como una alternativa eficaz para salvar al mundo de las empresas depredadoras de recursos naturales.
Cada denuncia es una oportunidad para visibilizar las atrocidades que la multinacional comete y que en su mayoría quedan en la impunidad o que se resuelven simplemente con indemnizaciones económicas que jamás repararán los daños ocasionados.
A pesar de que el juicio celebrado en abril del 2017 en el que se imputaron cargos a Monsanto por ecocidio y crímenes de lesa humanidad haya sido de forma simbólica, las repercusiones han comenzado a tener eco en diferentes medios de comunicación.
Si bien la empresa sigue teniendo importantes activos económicos y goza de protección gubernamental, también ha tenido graves perdidas judiciales que sin duda continuarán en 2018 cuando se revelen nuevos casos de afectación al medio ambiente y la salud humana.
Sin el propósito de ser exagerados o alarmistas, el futuro de la humanidad dependerá de la presión que organizaciones como el Tribunal Monsanto logren para detener las acciones criminales de este tipo de empresas.
Si logra reunirse el suficiente material probatorio y si existen un movimiento generalizado que demuestre las atrocidades cometidas por Monsanto y sus pares, se logrará revertir una lógica de producción de alimentos que está llevando a la humanidad a su paulatina extinción.
Por eso el fallo de Abril tuvo repercusiones más que simbólicas.
Es una oportunidad sin precedentes para que la sociedad civil sea consciente de que la protección de la biodiversidad es la única clave para tener un porvenir distinto al que un puñado de grupos económicos quiere imponernos desde sus lujosas oficinas...
|