Los Virólogos que
Afirman que hay...
"Virus Patógenos"
...son Estafadores Científicos
por Dr. Stefan Lanka
traducción de Ser y Actuar
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Resumen
La ciencia y el estudio científico son herramientas importantes
que ayudan a identificar y a resolver problemas.
La ciencia
tiene reglas muy claras:
cualquiera que haga una afirmación
tiene que demostrarla de forma clara, comprensible y
verificable...
Solo las afirmaciones verificables pueden llamarse
científicas, todo lo demás entra en el terreno de las creencias.
Las cuestiones originadas en creencias no pueden presentarse
como hechos científicamente demostrados para derivar o
justificar acciones gubernamentales a partir de ellas.
Las afirmaciones científicas deben ser refutables, susceptibles
de ser comprobadas, antes de poder afirmar que son hechos
científicos. En ciencia la regla más importante es el intento
documentado de demostrar la afirmación que se pretende verdadera
y científica.
El primer deber escrito de todo científico es
comprobar estrictamente sus propias afirmaciones, e intentar
refutarlas. Solo en el caso de que esta refutación no haya
tenido éxito y este fracaso haya sido claramente documentado
mediante pruebas de control, se puede calificar de científica
una afirmación.
En última instancia, todas las medidas contra
el coronavirus que
los gobiernos y las autoridades subalternas han promulgado están
reguladas por leyes - en Alemania, por la Ley de Protección
contra la Infección - pero solo están legitimadas en apariencia,
y no están justificadas.
Por ejemplo, con el artículo 1 de la
Ley de Protección de la Infección, la definición de "científico"
somete a todas las personas que habitan o trabajan en Alemania a
las reglas de la ciencia.
Todas las reglas científicas están
precedidas por el cumplimiento de las leyes del razonamiento y
la lógica, y si éstas no se respetan o se violan, la afirmación
científica se rechaza como si se tratara de un experimento de
control exitoso.
En todas las publicaciones el significado y la elección de las
palabras sobre 'virus causantes de enfermedades' ha demostrado
que los virólogos no solo violan las leyes del pensamiento, la
lógica y las reglas vinculantes de la ciencia, sino que ellos
mismos han desmentido sus propias afirmaciones sobre la
existencia de los virus causantes de enfermedades.
Si uno se
quita las hipnóticas gafas del miedo, y lee objetivamente,
comprendiendo lo que hacen y escriben los autores, cualquier
interesado que sepa hablar inglés, y que haya adquirido
conocimientos sobre los métodos utilizados, descubrirá que estos virólogos (a excepción de los que trabajan con fagos y con los
virus gigantes similares a los fagos) han interpretado
erróneamente secuencias genéticas normales como componentes
virales, desvirtuando así todo su campo de especialización.
Esto
es particularmente fácil de ver en las afirmaciones sobre la
existencia del
supuesto virus SArS-CoV-2...
Dado que estos virólogos han violado claramente las leyes del
razonamiento, la lógica, y las reglas del trabajo científico con
sus declaraciones y acciones, se les puede calificar
coloquialmente de estafadores científicos.
Sin embargo, dado que el fraude científico no existe en derecho
penal, y todavía no hay precedentes en este sentido, propongo (y
lo haré yo mismo), que el fraude de los virólogos - que se hacen
pasar por científicos pero actúan y argumentan de forma
anticientífica - sean denunciados en los tribunales y en el
derecho penal.
Se pide a las autoridades estatales responsables
que persigan a estos anticientíficos defraudadores de empleo
para impedirles sus acciones anticientíficas y, en consecuencia,
antisociales y homicidas.
Desde el momento en que un primer tribunal establezca los hechos
que se exponen a continuación y condene al primer virólogo por
fraude profesional, se anunciará el fin de la crisis del
coronavirus, se sellará judicialmente, y la crisis global del
coronavirus se convertirá en una oportunidad para todos.
Introducción
La humanidad se enfrenta a un gran desafío: la dinámica
inherente y las consecuencias del miedo y la anti-biología a
través de la biología que se enseña y de la medicina ejecutiva,
perturban y destruyen el medio ambiente, las plantas, los
animales, las personas y la economía.
La 'crisis' del
coronavirus es solo la punta visible de un iceberg
en curso de colisión con todos y con todo.
Una de las causas de
este desafío es el materialismo, el intento de explicar la vida
mediante modelos puramente materiales.
Nuestro materialismo actual se inventó en la antigüedad
"post-socrática" como una reacción explícita a la creación del
miedo y al abuso de poder de
las religiones.
Es una acción
comprensible, humana y humanitaria, pero tiene consecuencias
dramáticas.
Este materialismo ha dado lugar,
-
a la biología
doctrinal del bien y del mal
-
a la "opinión dominante" en
medicina basada en ella
-
a la antibiosis resultante
(antibióticos, radiaciones, quimioterapia, desinfección,
restricción de derechos básicos, vacunación, confinamiento,
cuarentena, distanciamiento social, etc.)
Debido a esta
ideología, cada vez más personas, el medio ambiente y la
economía se ven perjudicados.
Su teoría materialista
del bien y
del mal, que no tiene ninguna base factual, sino que se basa en
supuestos rebatibles, se ha convertido, sin que ello se
reconozca, en la religión más poderosa.
La teoría materialista de la vida dice que solo hay átomos, pero
no hay conciencia, ni fuerzas espirituales, ni un motor que los
haya creado y puesto en movimiento.
Para poder explicar el
cosmos y la vida en términos puramente materiales, nuestra
"ciencia" se siente obligada a afirmar que hubo un
Big Bang
(gran explosión) en la que todos los átomos surgieron de la nada
y se separaron.
Algunos átomos se habrían tocado por casualidad
y habrían formado moléculas.
Estas moléculas habrían formado una
célula primordial al juntarse al azar, de la que habría surgido
toda la vida posterior mediante la lucha y selección.
Se supone
que todo esto ocurrió en tiempos prehistóricos muy lejanos, de
duración inimaginable, por lo que se sustrae al examen
científico y, por lo tanto, no puede calificarse de científico.
Aquí dejaremos fuera de la ecuación a la "física teórica", con
sus teorías cuánticas, que fantasean esta forma de pensar con
una inversión de capital cada vez mayor en cosas cada vez más
pequeñas.
Para una mejor visión, real, y el simple experimento
accesible de la vida, me remito a la sustancia misma que compone
la vida.
Es la sustancia elemental que compone la membrana, la
llamada membrana de tensión superficial del agua, que forma
el
agua allí donde entra en contacto con otras sustancias o consigo
misma durante el movimiento y los vórtices.
Esta sustancia fue denominada éter por Aristóteles, y
redescubierta por el Dr. Peter Augustin en forma de sustancia
primordial. Los fisiólogos de plantas japoneses llamaron a esta
sustancia agua pi.
Este conocimiento y perspectiva resultante
del conocimiento del éter/sustancia primaria también revive el
principio presocrático, haciéndolo concebible e imaginable: como
es en lo grande, también es en lo pequeño.
Pensar en términos de teoría atómica dificulta, cuando no
imposibilita, este tipo de imaginación y de mundos imaginativos
y, si no se conocen otras posibilidades de pensamiento, o si
éstas están mal vistas, nos obliga a hacer suposiciones
erróneas.
Todo el imaginario del mundo académico en biología y
medicina se basa en esa falsa suposición.
En 1848, cuando los efectos constructivos de la revolución
francesa tuvieron la oportunidad de desarrollarse en Alemania,
los intentos de agitación fracasaron provocando un dramático
endurecimiento y deterioro de la vida política y social.
En
1848, durante el desarrollo de la biología y la medicina
actuales, el pueblo abogaba por medidas humanas, lógicas y
correctas para la "profilaxis de las epidemias", en los diez
años siguientes acabó adaptándose a las condiciones políticas,
cada vez más duras y extremas.
Fue Rudolf Virchow quien, en
1858, sin ninguna base científica pero basándose exclusivamente
en la teoría atómica de Demócrito y Epicuro, postuló la teoría
celular de la vida y de todas las enfermedades:
la patología
celular...
A lo largo de su vida, Rudolf Virchow suprimió "hechos
relevantes" de la embriología y la ciencia de los tejidos para
poder presentar y popularizar su nueva teoría celular como algo
real.
Sin embargo, este conocimiento de la embriología y de la
teoría de los tejidos, la teoría de vida de las capas germinales
de la vida, es un requisito indispensable para comprender la
vida, su desarrollo y, sobre todo, las enfermedades, las
curaciones, las crisis de curación y las trabas a la curación.
Al igual que la teoría atómica, Rudolf Virchow sostenía que toda
la vida se originaba en una célula.
La célula era la unidad más
pequeña e indivisible de la vida, que al mismo tiempo, sin
embargo, manifiesta todas las enfermedades mediante la formación
de los supuestos 'venenos' causantes de enfermedad, en latín,
los 'virus'.
Esto sentó las bases sobre las que tuvieron que
desarrollarse las teorías del gen, la infección, el sistema
inmunitario y el cáncer, para poder explicar los procesos de la
vida, la enfermedad y la curación dentro de esta teoría.
Si
creemos, porque así se enseña, que todos los procesos son
causados únicamente por interacciones materiales, y que toda la
vida surge de una célula, los partidarios de esta teoría se ven
obligados a suponer un plan constructivo y funcional de la vida,
es decir, un material hereditario, y a afirmar que éste existe.
La misma lógica coercitiva se aplica a los supuestos venenos
causantes de enfermedad.
Si la célula produce supuestamente
virus (= venenos) como causa de la enfermedad, para distribuirlos
dentro y fuera del cuerpo, se debe reivindicar un lugar en el
individuo donde y en el que este veneno de enfermedad, el virus,
haya surgido por primera vez.
Si esta forma de pensar se eleva a
dogma, contra el que no se puede enseñar nada más, y se difaman
otros puntos de vista como 'anticientíficos' o de 'conspiración'
contra el Estado, se excluyen de entrada otras posibilidades de
pensar e imaginar el origen de las enfermedades en un cuerpo o
en un grupo de personas.
Esta lógica coercitiva siempre busca
las causas profundas solo en las categorías de defectos
materiales o de malignidad material.
De este modo se
oculta que la idea del virus como veneno de la enfermedad fue
refutada y abandonada elegante y científicamente en 1951 y desde
entonces hubo que inventar otra idea:
En cuanto a la
idea de que los virus son un conjunto de genes peligrosos,
se oculta que hasta la fecha no hay ninguna prueba
científica fiable que respalde la hipótesis de secuencias de
genes, a los que poder llamar virus.
La buena noticia es
que la nueva virología genética, que tuvo su auge a partir de
1954, ha demostrado estar equivocada por sus propias
afirmaciones, de forma realmente científica, es decir, de forma
fácilmente comprensible y verificable.
Esta afirmación es 100%
correcta, demostrada, y la defiendo como virólogo, como
científico, como ciudadano y como ser humano.
La
transición de la virología de las toxinas a la virología
genética actual
La idea de un veneno causante de la enfermedad sigue siendo
bastante efectiva, ya que se sigue atribuyendo a la existencia
de peligrosas toxinas de proteínas bacterianas.
O bacterias,
como las bacterias espiroquetas (en forma de sacacorchos), que
se afirma que son peligrosas, y que supuestamente se abren
camino desde el presunto punto de entrada a través de los
nervios hasta el cerebro.
Lo que los virólogos, los médicos y
los periodistas científicos no mencionan es el hecho de que la
idea de que los virus se definían como toxinas proteicas, que
fue válida hasta 1951, tuvo que ser abandonada ese mismo año.
Para poner a prueba
la hipótesis y la afirmación de la toxicidad de los virus, y
darles validez científica, se llevaron a cabo dos experimentos
de control:
-
Se expusieron
a descomposición no solo tejidos supuestamente dañados
por los virus sino también tejidos sanos.
Se comprobó
que las proteínas producidas cuando el tejido sano se
descompone son las mismas que las producidas cuando se
descompone el tejido "dañado por el virus".
La hipótesis
del virus quedó así refutada.
-
La hipótesis
de la proteína-toxina-virus fue refutada también por el
hecho de que nunca se pudo encontrar ni fotografiar en
el microscopio electrónico nada diferente en los seres
humanos, en los animales y en sus fluidos "infectados de
virus", de lo que ocurría también en los seres humanos
sanos.
Por cierto, esto ha seguido siendo así hasta la
actualidad.
La virología clínica,
es decir, la médica, se refutó a sí misma con estos exitosos
experimentos de control, y se rindió con palabras de
arrepentimiento, que solo los lectores atentos de las revistas
profesionales advirtieron.
Este hecho fue suprimido por los medios de comunicación, ya que
los 'hipnotizadores del poder' celebraban sus campañas de
vacunación en curso.
Aunque los virus dejaron de ser la
justificación de la vacunación, las campañas de vacunación no se
interrumpieron gracias al silencio de las autoridades sanitarias
y de la "ciencia".
Tras el abandono de la virología, la biología
y la medicina no pudieron encontrar otra explicación dentro de
la teoría celular, puramente material, para las enfermedades
definidas como virales, y para los fenómenos de aparición
simultánea o masiva de enfermedades.
Así que los implicados se vieron obligados a inventar una nueva
teoría sobre lo que deberían ser los virus en el futuro. Se
basaron en estructuras realmente existentes llamadas fagos, que
forman las bacterias cuando son extraídas de su entorno, y
cuando se les impide el intercambio vital con otras bacterias y
microbios.
Cuando era un joven estudiante, tuve la suerte de aislar una
estructura similar a un fago del océano, para estudiar su
estructura, composición e interacción con el medio ambiente.
Esto me llevó directamente al campo de la virología para
investigar el origen de los virus, porque, sin sospecharlo, creí
haber descubierto un virus inofensivo y una relación estable
entre virus y anfitrión.
Treinta años después, se descubrieron y
se siguen descubriendo nuevas estructuras, ahora conocidas como
"virus gigantes".
Mientras tanto se ha comprobado claramente que
están en los procesos iniciales de la vida biológica, tal y como
comienza o se hace visible para nosotros.
Los virólogos
franceses reconocen que estas estructuras forman el cuarto reino
de la vida, junto con las bacterias primordiales, las bacterias
y los eucariotas.
Las estructuras denominadas erróneamente fagos, es decir,
comedores de bacterias y virus gigantes, también pueden
describirse como un tipo de espora que forman las bacterias y
los organismos vivos que tienen una organización simple, cuando
sus condiciones de vida cambian de tal manera que ya no pueden
reproducirse o sobrevivir de manera ideal.
Dependiendo de
la especie, estas útiles estructuras siempre están formadas por
una hebra con exactamente la misma longitud y la misma
composición del llamado material genético ADN.
Este tipo de ADN
siempre está rodeado por una envoltura de esa sustancia densa de
la que surge la vida biológica.
Esta es la razón por la que los
"fagos" y los "virus gigantes" - mejor llamémoslos
biontes -
pueden ser fácilmente aislados, es decir, enriquecidos y
separados de todos los demás componentes de la vida. En esta
forma aislada pueden ser analizados bioquímicamente, y lo son
con regularidad.
Todas las descripciones bioquímicas muestran
que el ácido nucleico de un tipo de "fago" o "virus gigante"
tiene siempre exactamente la misma longitud y la misma
composición.
De hecho, durante décadas los fagos han sido la única fuente de
ácido nucleico puro (ADN) en los estudios bioquímicos.
El
proceso de captación y liberación de ADN dentro y fuera de las
bacterias, documentado con el microscopio electrónico, se
interpretó como una infección. Se afirmó, sin prueba alguna, que
los fagos invaden las bacterias, las violan, les imponen sus
ácidos nucleicos y, como resultado, las bacterias mueren.
En realidad la situación es muy diferente. Solo las bacterias
extremadamente endogámicas, es decir, que se multiplican
constantemente, sin tener contacto con otras bacterias o
microbios, se transforman en fagos, en un acto de metamorfosis.
Esta transformación se interpreta erróneamente como la muerte de
la bacteria por parte de los fagos.
Por otro lado, las bacterias recién aisladas de su entorno nunca
se transforman en fagos, y no mueren cuando se les colocan fagos
en cualquier cantidad.
Ésta es también la razón por la que la
frecuentemente citada terapia con fagos como sustituto de los
antibióticos, (por ejemplo para suprimir el dolor y otros
síntomas) - al igual que con cualquier otro envenenamiento - no
puede funcionar y nunca funcionará en el sentido y medida
deseados.
La biología
de los fagos y los virus gigantes, y la consiguiente refutación
de la teoría celular de la vida
En el caso del
alga (ectocarpus siliculosus), de la que aislé
sus "virus gigantes", esta situación se presenta así:
Las formas
móviles del alga, los gametos y las esporas, buscan los "virus
gigantes" en su entorno con sus flagelos móviles y los llevan a
su interior.
En el proceso, las
algas en crecimiento integran el ácido nucleico de los "virus
gigantes" en sus propios cromosomas.
Se ha observado que las
algas con virus gigantes se comportan mejor que las que no los
tienen. Nunca se ha observado que las algas con "virus gigantes"
estén peor que las que no los tienen.
Constantemente se
encuentran nuevos y más sorprendentes "virus gigantes", con
propiedades cada vez más asombrosas, y cada vez se encuentran
más pruebas de que las bacterias y los microorganismos, las
amebas y los protozoos surgen a partir de "virus gigantes", en
los que vuelven a transformarse cuando ya no se dan sus
condiciones de vida.
Los virus gigantes son obviamente creados por y en torno a los
ácidos nucleicos, que desarrollan actividades catalíticas, es
decir, liberan energía de forma independiente, sintetizan más
ácidos nucleicos, otras moléculas y sustancias y, por tanto,
generan constantemente nuevas propiedades y capacidades.
Las formas de ácido nucleico especialmente reactivas y diversas
del ácido nucleico del ARN - palabra clave "el mundo del ARN" -
que pueden transformarse fácil y constantemente en ADN y
viceversa, también surgen en el proceso de autoorganización de
la vida, sin una razón o causa científicamente comprensible.
La vida biológica que es visible para nosotros se materializa de
forma bastante evidente fuera del agua.
Cada vez se están
encontrando más organismos celulares cuyo genoma está formado en
gran parte por los ácidos nucleicos de los "virus gigantes".
Con el descubrimiento
de los fagos, que solo se producen durante la transformación de
cultivos bacterianos extremadamente endogámicos ('incestuosos'),
y de los virus gigantes, que se mantienen, se agrandan, y
realizan activamente el metabolismo, y con el descubrimiento de
nuevos organismos formados por virus gigantes, se han demostrado
hasta ahora tres cosas:
-
La teoría de
la célula, según la cual la vida biológica solo existe
en forma de células, y solo surge de ellas, queda
refutada.
-
La afirmación
de que la vida biológica surgió en los remotos tiempos
de la prehistoria ha sido refutada.
La vida está
surgiendo constantemente de nuevo y ante nuestros ojos,
basta con que la observemos de forma objetiva, y sin
restricciones debido a dogmas y teorías sin fundamento.
Está demostrado que la vida biológica, tal y como la
conocemos ahora, puede surgir en cualquier lugar donde
haya agua, y quizás también en condiciones iguales o
similares a las de nuestro planeta madre Tierra.
-
La
interpretación negativa de que la absorción de ácidos
nucleicos, por parte de "fagos" y "virus gigantes", en
otros organismos se consideraba una infección y era
perjudicial, ha quedado refutada.
Sin embargo, a partir
de 1952, esta observación dio lugar a la creencia de que en el
ser humano existían virus genéticos que, al transmitir sus
"peligrosos" ácidos nucleicos, producían enfermedades y podían
ser considerados responsables de la muerte y la destrucción.
Hasta la fecha, no se
ha podido aislar ni un solo ácido nucleico que se corresponda
con la longitud y la composición de las hebras genéticas de los
supuestos virus causantes de enfermedades, a pesar de que el
aislamiento, la representación y el análisis de la composición
de los ácidos nucleicos de esta longitud es posible desde hace
tiempo con las técnicas estándar más sencillas.
Un premio
Nobel y sus fatales consecuencias
En forma aislada, los "fagos" y los "virus gigantes" (biontes)
pueden fotografiarse rápida y fácilmente en grandes cantidades
con un microscopio electrónico, documentando así su grado de
pureza.
Sin embargo,
¡todavía
no se ha conseguido el aislamiento y la fotografía de
estructuras aisladas y definidas de ninguno de los supuestos
virus patógenos...!
Los biontes (también conocidos como
fagos y virus gigantes) se
ven regularmente en gran número bajo el microscopio electrónico,
y se fotografían en las investigaciones científicas en los
organismos por los que se producen, o que los producen (¡sic!).
¡Por otra parte, la fotografía de estructuras en el microscopio
electrónico, que se presentan como virus patógenos, hasta ahora
no ha tenido éxito ni se ha documentado en ningún ser humano,
animal, planta, ni en los fluidos procedentes de ellos, como
sangre, semen, saliva, etc., para ninguno de los virus que se
alegan como 'patógenos'...!
¿Por qué?
Las imágenes de supuestos virus obtenidas con el microscopio
electrónico solo muestran las estructuras procedentes siempre de
fuentes totalmente diferentes.
Estas estructuras (como puede
rastrearse y verificarse fácilmente a partir de las
publicaciones) nunca se aislaron, ni se caracterizaron
bioquímicamente, ni se utilizaron como origen de los trozos
cortos de ácidos nucleicos, a partir de los cuales los virólogos
construyen un ácido nucleico largo, que se hace pasar por la
supuesta hebra genética de un virus.
A partir de todos los tipos de "fagos" y "virus gigantes"
siempre es posible obtener ácidos nucleicos de exactamente la
misma longitud y la misma composición.
Nunca se ha podido aislar
un ácido nucleico (ADN o ARN) de una estructura o líquido, cuya
longitud y composición se corresponda con lo que los virólogos
afirman que es la hebra genética de un virus patógeno.
El motivo de que los virólogos hayan perdido totalmente el rumbo
en un peligroso enfoque anticientífico, absolutamente alejado de
la realidad, se desprende de la secuencia de lo ocurrido entre
1951 y el 10 de diciembre de 1954.
Una vez que la virología
médica se asentó mediante experimentos de control en 1951, a
partir de 1952 los fagos de las bacterias se convirtieron en el
modelo de la ideología que insistía obstinadamente sobre el
aspecto que debían tener los "virus causantes de enfermedades":
un ácido nucleico de cierta longitud y composición, rodeado por
una envoltura, formada por un cierto número de determinadas
proteínas.
Pero:
-
a falta de
micrografías electrónicas de los "virus patógenos" en
seres humanos, animales y plantas
-
a falta de
imágenes microscópicas electrónicas de los "virus
patógenos" en forma aislada
-
a falta de
descripción bioquímica de los componentes de los "virus
patógenos"
-
a falta de su
aislamiento,
...los virólogos se
han visto y se ven obligados a asociar, mental y gráficamente,
los componentes individuales de los tejidos supuestamente
"patógenos" a los virus, y a pretender ante sí mismos y ante el
público que estos productos mentales son ¡virus que existen...!
Los virólogos que afirman que los virus causan enfermedades se
remiten principalmente a una única publicación con la que
justifican sus acciones, y las hacen pasar por científicas.
Hacer esto es fácilmente reconocible como una locura y como algo anti-científico.
Los autores, que publicaron estas
consideraciones el 1 de junio de 1954, describieron
explícitamente sus observaciones como especulaciones que han
sido refutadas en sí mismas, y que necesitan ser revisadas en el
futuro.
Esta futura revisión
aún no ha tenido lugar, porque el primer autor de este estudio,
el profesor John Franklin Enders, recibió el Premio Nobel de
Medicina el 10 de diciembre de 1954, por otra especulación en el
marco de la vieja teoría de que "los virus son peligrosas
toxinas proteicas", que había sido refutada en 1951.
El Premio
Nobel supuso dos cosas:
La vieja y refutada teoría de los virus
tóxicos recibió un halo pseudocientífico, y la nueva virología
genética recibió el más alto honor, aparentemente 'científico'.
A partir de 1952 la nueva virología genética contó con dos
principios esenciales:
-
los virus
patógenos se estructuran en principio de la misma manera
que los fagos, y
-
surgen cuando
las células mueren en el tubo de ensayo, después de que
se les añada material de muestra supuestamente
infectado.
Enders y sus colegas,
en su única publicación de fecha 1 de junio de 1954,
establecieron la idea de que las células que mueren en el tubo
de ensayo, tras añadirles material supuestamente infectado, se
convertían en 'virus'.
Esta muerte se hizo pasar simultáneamente por el aislamiento del
virus - porque supuestamente se introdujo algo desde el exterior
en el laboratorio - y por la multiplicación del presunto virus,
utilizándose la masa celular moribunda como vacuna.
Al hacerlo, Enders,
sus colegas, y todos los virólogos pasaron por alto - cegados
por el Premio Nobel - que:
Los componentes de
las células que mueren en el laboratorio de esta manera se
siguen 'ensamblando' mentalmente en un virus, y se presentan
como una realidad.
La virología de los virus patógenos es así de
simple. Hasta la fecha, ni Enders ni los "virólogos" han
realizado nunca los experimentos de control para "infectar las
células en el laboratorio con material estéril".
En el
experimento de control mueren exactamente igual que con el
material supuestamente "vírico".
Refutación
breve, clara y fácilmente comprensible de las afirmaciones de
todos los virus patógenos
El error y el autoengaño son humanos, comprensibles y
disculpables.
Lo que no es excusable son las constantes
afirmaciones de los virólogos de que lo que dicen y hacen es
científico. Esto es claramente falso, y cualquiera puede
fácilmente comprenderlo y verificarlo.
Por lo tanto, los virólogos que afirman que los coronavirus u otros virus son los
causantes de enfermedades deben ser tachados de estafadores, y
deben ser perseguidos por medios legales para que se retracten
de sus falsas, refutadas y peligrosas afirmaciones.
De esta
manera, la
crisis del coronavirus y otras catástrofes "víricas"
con consecuencias fatales, como
el "SIDA",
el "Ébola", y otras
pandemias "víricas" sin fundamento, pueden y serán no solo
detenidas y evitadas en el futuro, sino convertidas en una
oportunidad para todos.
La definición de lo que puede llamarse una declaración
científica, y las obligaciones resultantes están definidas de
forma inequívoca.
En resumen:
-
Toda
afirmación científica debe ser verificable, comprensible
y refutable.
-
Solo si la
refutación de un enunciado científico mediante las leyes
del razonamiento, la lógica y, en su caso, mediante
experimentos de control no ha tenido éxito, puede
llamarse un enunciado científico.
-
Todo
científico está obligado a comprobar y cuestionar sus
propios enunciados.
Dado que los
virólogos nunca han hecho este examen por sí mismos, y son
reacios a hacerlo por razones comprensibles - quién quiere
refutarse a sí mismo, a sus acciones, a su reputación - lo
hacemos públicamente con siete argumentos.
Cada argumento
individual es suficiente para refutar la existencia de todos los
"virus patógenos" y el trabajo de este tipo de virólogos
(excluyendo a los investigadores que se ocupan de los "fagos" y
de los " virus gigantes" existentes).
En los siguientes
puntos, se utiliza la palabra "virus" en lugar de la combinación
de palabras "virus patógenos".
1. El hecho de
la orientación = alineación
Los virólogos nunca han aislado el genoma completo de un
virus ni lo han mostrado directamente en toda su longitud.
Suelen utilizar solo trozos muy cortos de ácidos nucleicos,
cuya secuencia de cuatro moléculas que los componen
determinan y llaman secuencia.
A partir de una multitud de
millones de secuencias muy cortas, determinadas de este
modo, los virólogos ensamblan mentalmente una larga cadena
ficticia de material genético con la ayuda de complejos
métodos computacionales y estadísticos.
Este proceso se
llama alineación.
El resultado del complejo alineamiento, esa hebra genética
ficticia y larguísima, es presentado por los virólogos como
el núcleo de un virus, y afirman que demuestra la existencia
de un virus.
Sin embargo, en la realidad, o en la literatura
científica, nunca aparece como un todo una hebra tan
completa, aunque hace tiempo que se dispone de las técnicas
estándar más sencillas para determinar la longitud y la
composición de los ácidos nucleicos de forma sencilla y
directa.
Con el uso de la 'alineación', en lugar de
presentar directamente un ácido nucleico de la misma
longitud, los virólogos se desmienten a sí mismos.
2. El hecho de la falta de experimentos de control sobre
la orientación/alineación
Los virólogos nunca han realizado ni documentado la
alineación con ácidos nucleicos igualmente cortos,
procedentes de experimentos de control.
Para ello, DEBEN
aislar los ácidos nucleicos cortos a partir del mismo
procedimiento exacto de cultivo celular, con la diferencia
de que la supuesta "infección" no se hace añadiendo muestras
supuestamente "infectadas", sino con materiales estériles o
con muestras esterilizadas que han sido "infectadas como
control".
Estos experimentos de control, lógicos y obligatorios, nunca
se han realizado ni documentado.
Solo con esto, los virólogos han demostrado que sus declaraciones no tienen
valor científico y no pueden hacerse pasar por declaraciones
científicas.
3. La orientación/alineación solo se produce por medio de
construcciones conceptuales
Para poder ensamblar mental/computacionalmente las
secuencias muy cortas de los ácidos nucleicos utilizados en
un genoma largo, los virólogos necesitan una plantilla para
alinear las secuencias cortas en una cadena muy larga,
supuestamente viral, del genoma.
Sin esa secuencia
predefinida y muy larga, ningún virólogo es capaz de crear
mental/computacionalmente una hebra de genoma viral.
Los virólogos sostienen que la cadena genómica construida
mental/computacionalmente procede de un virus, ya que la
alineación se llevó a cabo utilizando otra cadena genómica
viral predefinida.
Este argumento de los virólogos queda así
refutado brevemente y sin ambigüedades, porque todas las
plantillas con las que se generaron
mental/computacionalmente nuevas hebras genéticas fueron a
su vez generadas exclusivamente mental/computacionalmente, y
no se originaron a partir de un virus.
4. Nunca se han visto virus en un ser
humano/animal/planta, ni en fluidos procedentes de ellos
Los virólogos afirman que los virus infecciosos, es decir,
intactos, se encuentran en gran número en la sangre y la
saliva.
Es por eso que, por ejemplo, en la crisis de
Coronavirus, todo el mundo debe llevar mascarilla.
Sin
embargo, hasta la fecha no se ha fotografiado ni un solo
virus en la saliva, la sangre, ni en otros lugares de los
seres humanos, los animales, las plantas, ni en sus fluidos,
a pesar de que la obtención de imágenes mediante el
microscopio electrónico es ahora una técnica estándar fácil
y rutinaria.
Este hecho claro y fácilmente verificable por sí solo, de
que no hay constancia de virus en humanos/animales/plantas
ni en fluidos procedentes de ellos, invalida todas las
afirmaciones sobre los virus.
Algo que nunca se ha visto en
humanos/animales/plantas, ni en sus líquidos, no debe
hacerse pasar por un hecho científicamente demostrado.
5. La composición de las estructuras que los virólogos
hacen pasar por virus nunca ha sido definida bioquímicamente
Hay dos técnicas diferentes que los virólogos utilizan para
producir fotografías de supuestos virus.
Para la microscopía
electrónica transparente (de transmisión), utilizan cultivos
celulares que incrustan en resina sintética, raspan en capas
finas y 'miran' a través de ellas.
Las partículas que
aparecen en dichas imágenes nunca han sido aisladas ni se ha
determinado su composición bioquímicamente.
Sería necesario
encontrar todas las proteínas y la larga cadena genética
atribuida a los virus.
Ni esto, ni el aislamiento de dichas
partículas incrustadas, ni la definición bioquímica de su
composición aparecen en ninguna publicación de los virólogos.
Esto refuta la afirmación de los virólogos de que dichas
imágenes podrían ser virus.
El otro método
que utilizan los virólogos para fotografiar los virus en el
microscopio electrónico es la sencilla y rápida microscopía
electrónica denominada "tinción negativa".
Para concentrar
las estructuras realmente existentes, como los "fagos" y los
"virus gigantes", y separarlos de todos los demás
componentes, lo que se denomina "aislamiento", se utiliza
una técnica estándar, la centrifugación en gradiente de
densidad.
La visualización en el microscopio electrónico de
la presencia, aspecto y pureza de estas estructuras aisladas
se consigue recubriendo estas partículas con una sustancia
que contiene metal, y permitiendo que las estructuras
subyacentes aparezcan como sombras en el haz de electrones.
La otra parte de
las partículas aisladas, que se hicieron visibles mediante
tinción negativa, se caracteriza bioquímicamente.
En el caso
de todos los fagos y virus gigantes, siempre se encuentran
los ácidos nucleicos intactos, siempre idénticos, siempre
muy largos y de composición idéntica, y se documenta el
resultado de la caracterización bioquímica.
En el caso de todos los virus que se definen como virus
mediante esta técnica de "tinción negativa", se produce lo
siguiente.
Estas partículas no se enriquecen, limpian y
aíslan con la centrifugación en gradiente de densidad
prevista para ello, sino que se sedimentan en el fondo del
tubo de centrifugado mediante una centrifugación simple, lo
que se denomina "granulación", y luego se observan con el
microscopio electrónico.
Hasta ahora nunca se ha determinado
bioquímicamente la composición de tales estructuras
presentadas como virus.
Con esta afirmación, fácilmente
verificable y comprensible, basada en todas las
publicaciones de los virólogos, en las que las estructuras
en la microscopía electrónica de transmisión se presentan
como virus, sin darse cuenta, los virólogos han refutado
también simple y elegantemente, ellos mismos, este argumento
de la afirmación de la existencia viral.
6. Las imágenes del microscopio electrónico, que se
difunden como virus, son conocidos artefactos típicos o
estructuras celulares
Los virólogos publican multitud de imágenes de estructuras,
obtenidas con el microscopio electrónico que, según ellos,
son virus.
Al hacerlo, ocultan el hecho de que TODAS estas
imágenes son solo estructuras típicas de cultivos celulares
moribundos, o que representan vesículas de grasa-proteína
producidas en el laboratorio y que NUNCA han sido
fotografiadas en seres humanos/animales/plantas ni en
fluidos procedentes de ellos.
Los investigadores que no son virólogos se refieren a las mismas estructuras que los
virólogos afirman que son virus como componentes celulares
típicos, como las vellosidades (protuberancias parecidas a
las amebas con las que las células se aferran al sustrato y
se desplazan), como exosomas o como "partículas similares a
los virus".
Se trata de otra prueba independiente de que las
afirmaciones de los virólogos de ver los virus bajo el
microscopio electrónico han sido científicamente refutadas.
7. Los experimentos con animales de los virólogos refutan
las afirmaciones sobre la existencia de virus
Los virólogos llevan a cabo experimentos con animales para
demostrar que las sustancias con las que trabajan son virus,
y pueden causar enfermedades.
De cada una de las
publicaciones en las que se han llevado a cabo estos
experimentos con animales, se desprende que la forma en que
se trata a los animales produce exactamente los síntomas que
se afirma que son el efecto del virus.
Se puede ver en cada
una de estas publicaciones que no se llevaron a cabo
experimentos de control en los que los animales fueran
tratados de la misma manera con material inicial
esterilizado.
Estos dos hechos evidentes refutan a los virólogos que
afirman haber establecido la presencia y el efecto
de los virus en los experimentos con animales.
Observaciones finales
Para acabar con la 'crisis del coronavirus' y convertirla en una
oportunidad para todos, hay que hacer públicas y efectivas estas
refutaciones de la virología claras, fácilmente comprensibles y
verificables.
Una forma de hacer efectivas estas refutaciones es
utilizar contra los virólogos los recursos legales adecuados en
los tribunales, y hacer públicos los resultados.
A través de
nuestra lista de distribución de Science-Plus os informaremos si
tenemos que comunicar resultados que estén listos para ser
dictaminados.
Garantizo con mi nombre que cualquiera que quiera comprobar
estas afirmaciones sobre cualquier "virus causante de
enfermedades" llegará exactamente a las mismas conclusiones, si
domina el inglés y ha leído los métodos.
Como nota de precaución: mientras continúe la crisis del
coronavirus, mis colegas y yo solo responderemos a las preguntas
relacionadas con los supuestos virus de coronavirus y del
sarampión.
Para las consultas sobre todos los demás "virus"
durante el periodo de coronavirus, me remito a los artículos
publicados en la revista WissenschafftPlus desde 2003.
¡Por favor, hay que tener presente que la sentencia en el juicio
del virus del sarampión, confirmada por el tribunal supremo, ha
eliminado el fundamento de todo el campo de la virología!
Se ha
establecido judicialmente, y por lo tanto forma parte de la
jurisprudencia alemana, que la publicación el 1 de junio de 1954
del método fundamental de la virología, en el que la muerte en
laboratorio, involuntaria e inadvertida, de las células, se
utilizó como 'prueba' de la existencia de virus patógenos,
¡y
que a partir del año 2016 ya no demuestra la existencia de un
virus...!
La crisis del coronavirus ha aumentado la posibilidad de que el
veredicto del juicio sobre el virus del sarampión pueda
provocar, por sí solo, un cambio de rumbo en el pensamiento y la
actuación de "bueno- malo" que en la actualidad domina la
biología, la medicina, la sociedad y el Estado.
Tal vez la
aplicación al SArS-CoV-2 de uno, varios, o todos los siete
argumentos enumerados anteriormente baste para acabar con él, a
mi juicio, previsible impulso de la histeria mundial por el
coronavirus, y a la especulación de los procedimientos de prueba
y las vacunas.
En relación con el caso del virus del sarampión y
en general, me remito a la página de Internet Corona_Fakten en
el portal de Telegram.
Hay un muy buen resumen de los
procedimientos sobre el significado del caso del virus del
sarampión, y también otros artículos que son muy buenos.
Mi optimismo de que la crisis del coronavirus sea una
oportunidad para todos se basa en el artículo 1 de la
Ley de
Protección de la Infección, abreviada Ley de Protección de la
Infección.
La frase (2) del artículo 1 de la
Ley de Protección
de la Infección, "Objetivo de la Ley", dice:
"La cooperación y
la colaboración de las autoridades federales, estatales y
locales, los médicos, los veterinarios, los hospitales, las
instituciones científicas y otras partes implicadas que sean
necesarias para este fin se organizarán y apoyarán de acuerdo
con el respectivo estado de la ciencia y la tecnología médica y
epidemiológica.
Debe aclararse y promoverse la responsabilidad
personal de los patrocinadores y gestores de las instalaciones
comunitarias, las empresas alimentarias, los centros sanitarios
y los particulares en la prevención de las enfermedades
transmisibles".
Todas las medidas y ordenanzas contra el coronavirus, y así como
las leyes establecidas debido al coronavirus, se basan única y
exclusivamente en la Ley de Protección de la Infección.
Sin
embargo, puesto que la "estipulación de objetivo" en el artículo
1 de la Ley de Protección de la Infección "se diseñará y apoyará
de acuerdo con el estado actual de la ciencia y la tecnología
médica y epidemiológica", ha sido refutada por las declaraciones
publicadas de los propios virólogos, y se ha demostrado que es
anti-científica, todas las medidas, ordenanzas y leyes a causa
del coronavirus carecen de base legal para ser aplicadas.
Ninguna de las instituciones y gestores de instalaciones
comunitarias, establecimientos alimentarios, centros sanitarios
a los que se refiere el artículo 1, párrafo (2), así como el
individuo, es decir, cada ciudadano al que se dirigen las leyes
y a quien afecta, pueden llevar a cabo ni tolerar las medidas y
regulaciones del coronavirus si han reconocido y aceptado en el
artículo 1, apartado 2, que los virólogos no tienen pruebas
científicas de la existencia de virus causantes de enfermedades,
sino que se han refutado a sí mismos a través de sus propias
acciones y publicaciones.
Mientras se mantenga la obligación de la investigación
científica del artículo 1 de la Ley de Protección de la
Infección, es posible, con referencia al artículo 1 de esa Ley
de Protección de la Infección, presentar con éxito ante los
tribunales las pruebas de la falta de fundamento, anarquía,
nocividad e inmoralidad de todas las medidas, decretos y leyes
del coronavirus.
La mayoría de jueces son honestos y
conscientes, siguen la ley, porque de lo contrario en este país
habría gobernado durante mucho tiempo una dictadura abierta, que
quiere construirse cada vez más visiblemente, mediante
argumentos pseudocientíficos y refutados de la virología y la
medicina.
Por favor, al hacerlo tened en cuenta lo siguiente:
La mayoría de la
población cree en la existencia y el efecto de los virus
causantes de enfermedades, y en el efecto positivo de las
vacunas.
Para decirlo de forma drástica: los que creen en el cáncer
como efecto de un principio de maldad mal entendido, también
creen en las metástasis, y creen en las "metástasis
voladoras", también conocidas como 'virus'.
El sufrimiento
experimentado directa e indirectamente por casi todos los
seres humanos, con las consecuencias negativas de los
diagnósticos de cáncer y sus graves tratamientos, cala hondo
y tiene efecto.
Por favor, tened
en cuenta que solo este sufrimiento, experimentado directa e
indirectamente, ha creado y reforzado el sentimiento y la
certeza en la gente de que existen enfermedades y virus
peligrosos y mortales.
Obsérvese que de éstas y otras experiencias puede resultar
la opinión de que 'solo nuestro Estado y sus especialistas
son capaces de tratar con él', y se les permite hacerlo. Así
evitarás que tus acciones tengan el efecto contrario. Esto
es especialmente importante cuando se trata de médicos, a
los que todos necesitamos.
Por ejemplo, yo
le explico a cada persona que se lo cuestiona que existe un
sistema de conocimiento mejor que explica científicamente
(en sentido positivo) los procesos que conducen a la
enfermedad y a la curación, que se pueden producir crisis de
curación, y que los obstáculos a la curación pueden ejercer
su efecto.
Sin embargo, para
poder aceptar este nuevo punto de vista, a menudo el
requisito previo es que se reconozca como desmentido el
sistema anterior explicado, basado en la teoría celular.
La crisis del coronavirus es una oportunidad única, y un
claro llamamiento a defender la vida y los tres ideales
universales de la humanidad: libertad, igualdad y
fraternidad, es decir, la estructura social triple de las
comunidades humanas.
(Véase el
artículo de este número de WissenschafftPlus del 4/2020, "Die
soziale Dreigliederung" - El tripartito social).
La información de la fuente de este artículo se puede encontrar
en: "Interpretación errónea de los virus, parte I" en la revista
WissenschafftPlus No. 1/2020 "Interpretación errónea de los
virus, parte II" en la revista WissenschafftPlus No. 2/2020.
Este artículo y el
artículo "Desarrollo de la medicina y la humanidad - ¿Cómo
sigue?" en la revista WissenschafftPlus No. 6/2015, se puede
encontrar de forma gratuita en Internet www.wissenschafftplus.de,
y aquí "Textos importantes: "Introducción a una nueva forma de
ver la vida, parte I a III.
Se encuentra en los números 1, 2 y 3
de 2019 de Wissenschafft Plus.
Este artículo se ha reproducido en nuestro libro "Coronavirus:
¿más caos u oportunidad para todos?"
Véase la reseña del
libro en la página 46 de este número de w+.