por Guillermo Caso de los Cobos
28
Agosto 2018
del
Sitio Web
TerraeAntiqvae
Versión en
italiano
En esta foto de 2013 proporcionada por Bogdan Onac,
el investigador Vasile Ersek se encuentra en la
Cueva de Ascunsa en Rumania.
Los científicos dicen que los cambios ancestrales en
el clima ayudaron a nuestra especie a reemplazar a
los neandertales en Europa.
Los investigadores utilizaron datos de esta cueva y
otra para documentar dos períodos largos de frío y
seco.
(Bogdan Onac vía AP).
Durante miles de años, la especie a la que pertenecemos todos, Homo
sapiens, coexistió en Europa con otra,
Homo neanderthalensis, también
inteligente y sofisticada, según han demostrado numerosos estudios
en los últimos años.
Pero estos parientes, los
más cercanos que tuvimos jamás, desaparecieron hace unos 40.000 años
de la faz de la Tierra, dejando en nosotros una pequeña parte de su
genoma como herencia.
Porqué
los neandertales no tuvieron éxito,
es uno de los misterios científicos más fascinantes de la evolución
humana.
Si eran tan parecidos a
nosotros, hasta el punto de que cocinaban, cazaban en grupo,
enterraban a sus muertos e incluso pudieron crear arte,
Son preguntas intrincadas
que pretende ayudar a responder un nuevo estudio (Impact
of Climate Change on the Transition of Neanderthals to Modern Humans
in Europe) publicado en la revista Proceedings of the
National Academy of Sciences (PNAS), llevado a cabo por el
equipo de Michael Staubwasser, de la Universidad de Colonia,
Alemania.
Los científicos creen que
fue la dieta de los neandertales, esencialmente carnívora, la clave
de su declive.
Los períodos fríos que
atravesó el continente durante
el Paleolítico diezmaron las piezas
de caza en el paisaje estepario, lo que provocó que estos homínidos
se quedaran sin su principal fuente de alimento.
La transición de los neandertales a las poblaciones humanas modernas
se produjo durante un período de ciclos
climáticos fríos recurrentes,
en los que, en el valle superior y medio del Danubio, las
temperaturas pudieron alcanzar los -2º C como promedio anual, una
condiciones insostenibles para una ocupación humana permanente.
Staubwasser y sus colegas examinaron registros paleoclimáticos de
estalagmitas en el este de Europa central de hace entre 44.000 y
40.000 años, y compararon los datos con los registros arqueológicos
de artefactos creados por los neandertales.
Los autores encontraron
que las capas arqueológicas desprovistas de herramientas
neandertales corresponden a los períodos fríos, a pesar de que sus
cuerpos bajos y rechonchos se adaptaban a estos ambientes.
Después de esos períodos,
Europa experimentó una renovación genética a medida que los
humanos modernos se expandieron.
Las evidencias
científicas sugieren que el último cruce entre miembros de nuestra
especie y los neandertales ocurrió de cuatro a seis generaciones
antes de que estos últimos fueran borrados del registro
arqueológico.
Cueva de Tausoare,
de casi 20 Km. de longitud, en los Cárpatos
orientales en Rumania.
Los análisis isotópicos de las estalagmitas en la
cueva ayudaron a reconstruir el clima frío hace más
de 40.000 años en Europa Central.
derstandard.at
Una dieta
limitada
Para los investigadores, la dieta de los neandertales, que era más
limitada que la de los humanos en el paisaje estepario, puede
explicar su declive durante los períodos fríos.
Bajo la presión de un
clima cambiante, las fuentes de carne terrestre (grandes mamíferos)
de las que dependían principalmente para sobrevivir pudieron haber
escaseado.
"Esto hizo inviable
la estrategia de subsistencia de los neandertales", explica
Staubwasser a ABC.
Sin embargo, los Homo
sapiens no tuvieron tantos problemas, ya que complementaban su dieta
con alimentos vegetales, pescado y marisco, lo que les permitió
sobrevivir y adaptarse mejor al medio.
"Los neandertales se
acomodaron mejor a los bosques, que disminuyeron severamente en
las condiciones más secas y frías. De hecho, en realidad, no
regresaron a Europa central y occidental hasta que el glacial
terminó", señala Staubwasser.
En esos lugares, sí
accedían a frutas y nueces.
Los autores explican en PNAS que la desaparición de los neandertales
no estuvo provocada directamente por nosotros, los Homo sapiens,
sino por una mayor vulnerabilidad a los rápidos cambios ambientales
y al estrés ecológico en la tundra o la estepa.
Independientemente de las
causas de su extinción, los neandertales resultan sin duda
fascinantes:
hábiles cazadores,
capaces de comunicarse, sociales y hasta compasivos,
probablemente fueron también los primeros artistas de la
humanidad, con una capacidad de pensamiento simbólico y
cognitiva que algunos creen muy similares a las nuestras.
Katerina Harvati,
experta en el hombre de Neandertal de la Universidad de Tuebingen,
en Alemania, quien no participó en el estudio, dijo que es útil
tener nueva información climática del sureste de Europa, región que
se cree atravesó el Homo sapiens para dispersarse por el continente.
Pero añadió que no está claro si el Neandertal desapareció y el Homo
sapiens apareció en las épocas que los autores indican, dado que los
estudios que ellos citan se apoyan en evidencias limitadas y en
ocasiones están abiertos al debate.
Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de
Londres, dijo que creía que el documento era un buen ejemplo del
impacto de los cambios climáticos en los neandertales, aunque cree
que otros factores también estuvieron presentes en su desaparición.
Rick Potts, del Smithsonian
Institution, calificó el estudio como,
"una nueva mirada
refrescante en el reemplazo de especies".
Fuentes
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