La
Dra. Ana María Miguel Chía, respaldada por
evidencia científica y documentación oficial, sugiere
que la humanidad está infectada con la nanotecnología de
la vigilancia.
Se reporta que los individuos vacunados emiten un brillo
anaranjado bajo la luz ultravioleta, y se sugiere que
esto puede estar relacionado con la dispersión de
filamentos a través de la piel.
Se
plantea la posibilidad de transmisión de individuos
vacunados a no vacunados por inhalación y contacto con
la piel.
Se discute luego la
presencia de microcolorantes
fluorescentes en las vacunas y su relación con la
tecnología de rastreo.
Se
menciona el uso de hidrogeles en la sangre de personas
vacunadas y no vacunadas, programables y encriptados,
que podrían fusionar humanos con máquinas.
Se
discute cómo esta tecnología puede usarse para almacenar
información en el cerebro y facilitar transacciones
financieras seguras.
Se señala que la nanotecnología se está distribuyendo
ampliamente y está presente en alimentos, agua y
vacunas.
Se
menciona la falta de efectividad de los protocolos para
revertir los efectos negativos de las vacunas, así como
las preocupaciones sobre la falta de consentimiento en
el despliegue de esta tecnología.
Finalmente, se destaca la importancia de atender esta
grave situación y se menciona que el potencial humano es
infinito.
Se
alienta a actuar para buscar soluciones y se hace
referencia a la importancia de la imaginación y la
espiritualidad en este proceso.
Fuente