Hijos de Gaia, estamos en el umbral.
Un mundo gobernado por reyes, guerreros y sacerdotes, en su hora
final, claramente ha demostrado haber fracasado, ha probado ser un
modelo auto-extinguible de arrogancia y omnipotencia - implacable,
cruel y destructiva.
Esta edad está finalizando - que suenen las campanas! - Y de la
manera que va, nos lleva al punto absoluto de ruptura, de agitación
social y deterioro ecológico. La Edad de la Razón, con todos sus
picos y valles, se arquea sin razón, rota y colapsada - herida y
separada de la belleza de todo aquello que hace de la vida un
maravilloso honor mágico.
En la medida en que se desliza en las tinieblas de un tiempo que no
puede irse tan pronto, deja a su paso un rastro de destrucción:
-
los campos de batalla de una guerra interminable
-
El abuso sin igual de tóxicos de nuestro magnífico planeta
-
los sueños rotos de una civilización
En todo lo que nos rodea, al parecer, reina el caos, mientras se
desarrollan los cambios terrestres con un inquietante mecanismo de
precisión de reloj, honrando las líneas de tiempo de los mayas y de
otras culturas nativas, que fueron capaces de prever el futuro.
Las viejas estructuras se están cayendo a nuestro alrededor,
anunciando el camino del Nuevo Mundo.
Por otro lado, para no perder el sitio de la naturaleza del universo,
nos encaminamos a la Edad del Despertar, el Nuevo Amanecer - el
regreso de la Divina Femenina, una época de renacimiento, curación y
renovación. El péndulo hace que oscile el pulso del tiempo cíclico
regresa a la vibración yin.
El tiempo de la celebración está sobre nosotros!
Gaia, la diosa que con tanto amor nos lleva a través de los reinos
del espacio sagrado, simplemente ya tuvo suficiente. Ella ha sido
estirada hasta el límite absoluto, violada y abusada, y finalmente
se rebela - demandando nuestra atención inmediata!
Ha llegado el momento de devolverle aquello de lo que ha sido
despojada, ensuciada y manchada en su cuerpo sin límites y restaurar
la armonía de un mundo que sabemos que puede ser mejor que este ...
un mundo que necesita de cuidado y compasión: un mundo que podemos,
juntos, volver a tejer, en las cadenas de la luz del Corazón Único.
Para ello, sin embargo, debemos liberarnos de la mentalidad de "desastre"
y entender que todo lo que está ocurriendo ahora es para el bien
supremo, y que requiere enfoque y una visión de lo que somos capaces
de crear.
Seamos claros acerca de nuestra situación global actual, ya que
afecta a cada hombre, mujer, niño y ser viviente en el planeta Gran
Planeta Tierra.
Estamos aquí, en la hora de la medianoche de la evolución de la
humanidad en este planeta, conscientes de que debemos elevar nuestra
conciencia, como civilización, si queremos avanzar rápidamente en el
Nuevo Amanecer del Despertar... conscientes de que lo viejo tiene
que irse, para poder marcar el comienzo de lo Nuevo.
Cuando dejamos de lado el miedo, lo entendemos y derivamos el poder
de él.
Cuando nos doblamos, abrumados por la magnitud de la falta de
armonía que nos ha llevado al "punto de quiebre", sólo alimentamos
el mecanismo que nos ha puesto de rodillas.
A pesar de los alarmantes cataclismos de lo que parece ser nuestra
realidad que se desintegra, lo que realmente está en marcha es una
forma de feng shui mundial - un proceso dinámico de eliminar el
desorden de lo que ha sido, para dar paso a lo que puede ser: lo que
pronto será dado a luz.
Cuando recordamos cómo y por qué se produce este proceso de
purificación, para despejar el camino para aquello que nuestras
comunidades de la luz crearán en el futuro cercano, dejamos ir el
miedo que envuelve las estructuras moribundas de todo lo que se está
derrumbando, ante nuestros ojos. Podemos encontrar la fuerza y
elevar la llama interior para ponernos, juntos todos de pie, como
una fuerza que realmente puede cambiar el mundo - una fuerza
determinada a brillar la Luz a través de las tierras de sombras de
la ignorancia, la ira y la resignación.
Nuestra generación está ahora experimentando un pico sin precedentes
en los tumultuosos cambios en la evolución humana y planetaria -
cambios que han sido previstos por todos los profetas y videntes a
través del tiempo, desde las abuelas indígenas, los padres que han
transmitido la sabiduría de tantas generaciones, hasta los
visionarios de nuestro tiempo.
Es el tiempo de la profecía desarrollándose en este momento - un
momento que los Ancianos han reconocido como el momento en que nos
enfrentaríamos a las consecuencias provocadas por los cambios
equivocados al materialismo y podría (un camino de auto-gratificación
de separación y desprendimiento), uno que nuestras sociedades han
propagado entre nuestra raza hacia una insaciable codicia en todos
los niveles.
Cualesquiera que sean las creencias que tenemos sobre el futuro, no
podemos negar que hemos llegado al punto de ruptura evolutiva de
inmensos cambios y agitación, desde donde tantos han sido
condicionados a creer que no se puede volver a la cordura ni a la
convivencia pacífica.
Estamos, sin lugar a dudas, en el cruce galáctico de nuestra especie
y nuestro hogar planetario, mientras giramos a través de la
inmensidad de esta tempestuosa tormenta de cambio y renovación - un
renacimiento a nivel planetario y solar.
-
¿Cómo vamos a responder a los desafíos inherentes a la formación
de un nuevo mundo?
-
¿Cómo vamos, hijos de Gaia, a movernos a nuestras posiciones clave
como guardianes de lo vivo?
Veamos dónde nos encontramos en el juego de la dualidad en sus
manifestaciones más extremas, en este momento de inmensa
transformación en nuestro mundo y a través de toda la red de nuestra
Deidad Solar de cuerpos celestes.
Estamos aprendiendo cada día más acerca de cómo todos somos
responsables de la creación y el resultado de todo lo que ocurre en
nuestras vidas y sobre este globo azul-verde que nos acarrea a
través del espacio infinito.
Como mujeres, hemos hecho enormes progresos en el logro de una mayor
comprensión de nuestro papel como Guardianas de la Tierra, pero, sin
lugar a dudas, todavía hay un largo camino por recorrer antes de que
estemos facultadas a traer al primer plano la alternativa de un
diálogo sobre la guerra, de la comunidad sobre la separación, la
vida sobre la muerte y el amor sobre la rabia y la violencia que
marcan nuestros días actuales.
Este tiempo del liderazgo del yang-dominante, hombres contra
hombres, mujeres y niños - en contra de todos los seres vivos -
coincide con el tiempo de la decadencia de nuestra civilización, es
verdad, pero es el ímpetu para una revolución a través de la cual el
espíritu divino femenino se eleva para guiar la vida de vuelta a la
cordura y al amor.
La tarea que tenemos por delante de nosotros es enorme.
Estamos llamados a liberarnos de cualquier sumisión que hayamos
permitido hasta ahora, y cumplir con el reto de restablecer el
equilibrio de nuestro planeta y en la comunidad. Estamos en posición,
respirando dentro de la maravilla del nuevo paradigma para la raza
humana, donde nos unimos para curar, cuidar y restaurar.
Sabemos de lo que somos capaces de hacer y lo que debemos hacer.
No es que seamos elitistas:
ese aspecto femenino de nuestro ser, nuestro ser magnético, no está
limitado al género. De hecho, es una celebración para encontrar a
tantos hombres que están ahora alcanzando ese crecimiento, ese
potencial de amor dentro de sí mismos, un reflejo de cómo nos
estamos moviendo hacia la vibración yin.
Sin embargo, al mirar hacia fuera en la oscuridad de las fechorías
de tantos y la enormidad de la violencia que permea y señorea a la
humanidad, no podemos dejar de notar que estas escenas de
inhumanidad parecen, en general, ser perpetradas por el impulso
eléctrico masculino.
No podemos dejar de notar que mientras que muchos hombres están en
su apogeo, guerreando, luchando y destruyendo, las mujeres están
llorando... curando... tratando de recoger los pedazos rotos del
hogar y el corazón.
Tal vez, si observamos nuestra realidad en términos de opuestos
polares electromagnéticos que definen el reino físico, pudiéramos
ser capaces de comprender la dinámica que nos han conducido a un
conflicto. ¿Puede ser que nuestra condición, como un colectivo de
almas, esté dominada por un incremento sin precedentes de campos
eléctricos, chocando y explotando, mientras se irrumpen en nuestro
reino, desde nuestra explosiva Deidad Solar en transición?
Me atrevo a sugerir que nuestro sol nos está ayudando mucho a través
de este gran cambio, cargando a todo el planeta con un exceso de
fuerza eléctrica yang, la cual se manifiesta a través de la
sobreabundancia de testosterona como en forma de una desenfrenada
explosión emocional!
Con lo que estamos aprendiendo sobre
el multiverso y nuestra
creciente comprensión de la forma cómo co-creamos
el Cosmos, nos
estamos volviendo rápidamente conscientes de cómo nuestra percepción
de que
el tiempo es una ilusión y que nuestra existencia en el marco
de 3D no es más que un punto en el continuo espacio-tiempo, donde
tenemos resonancia.
Se trata de una frecuencia con la que, por alguna razón, indefinible,
que vibramos. Es donde hemos decidido tomar parte en el drama que
ahora se abre ante la raza humana. Y es real para nosotros - tan
real que a veces nos resulta casi imposible imaginar que todo lo que
aquello de lo que somos testigos no es más que una pequeña parte de
nuestra experiencia multidimensional como esencia del alma emergente.
Miramos a nuestro mundo y vemos mucha oscuridad, esto no se puede
negar - la oscuridad es... como es la luz.
Nuestros líderes no son corruptos - descarada e implacable, la fibra
de la sociedad se está desmoronando y triturando en discordia y
descontento cada vez mayor, la Tierra se rebela violentamente contra
nuestro abuso y desprecio. El miedo se extiende por sobre la
conciencia humana colectiva - el miedo que está siendo esculpido en
nuestras mentes, diseñado con precisión magistral, cincelado en
nuestra conciencia en lo que parece que bien podría convertirse en
una cicatriz permanente en nuestro espíritu y voluntad de la
colectividad humana.
Sin embargo, sentimos una aceleración en nuestras venas
-
llevándonos apresuradamente hacia lo desconocido de nuestra realidad
emergente, y es este sentido de urgencia el que nos obliga a
enfrentarnos, como nunca antes, para buscar la explicación cada vez
más difícil de alcanzar para lo que está sucediendo en todas partes
a nuestro alrededor... preguntándonos de hasta qué punto vamos a
sobrevivir a lo que tenemos por delante y lo que podemos que hacer
para entender que todo lo que ocurre está en orden divino.
Una cosa es cierta:
ha llegado el momento de decidir cómo queremos vivir todos estos
años - sin embargo, muchos permanecerán en nuestra actual densidad.
Los eventos cada vez más catastróficos de hoy en día y la locura de
aquellos que nos gobiernan están conduciendo a la humanidad a buscar
y dar sentido a nuestras vidas, al mismo tiempo que nos obliga a
reflexionar sobre nuestra inmortalidad - y eso es luz brillando en
la oscuridad.
Miramos más allá del humo y la destrucción, las furiosas aguas, los
secretos y las mentiras, la desesperanza y la desesperación, y
reconocemos que el tiempo para estar en nuestra más alta humanidad
se cierne sobre nosotros. Para cada uno, suena una llamada - el alma
grita muy claro a través de la cacofonía del caos.
Operamos nuestras mentes en los teclados de nuestras almas, como los
toques de la mano del más grande maestro, dámndonpos cuenta de que
somos parte de la orquesta de la vida como cualquier otro ser vivo y
es música... todo es música. El tambor... la flauta... y la
pandereta.
Aunque discordante, aunque magnífica, hacemos sonar la música de
nuestras almas con cada pensamiento que enviemos al mar cósmico,
cada palabra que decimos y cada acción que tomamos.
Gaia, la madre arquetípica, es nuestra maestra/. Ella nos habla de
lo que necesita ahora - de la limpieza y de la entrega de lo que ha
dado por siempre a la vida de la Tierra, de modo que ella conoce el
paso suave de su re-nacimiento al cuerpo de luz.
Vamos a tomar el poder ahora: no más miedo, no más culpa, no más
sufrimiento. Tenemos el amor, tenemos la sabiduría, tenemos la
experiencia para tejer un tapiz nuevo para toda la humanidad.
Unidos, en un servicio sin ego, podemos crear un mundo mejor.
Nosotros podemos.
Gaia llama a sus hijas en busca de ayuda, para se nutrida en este
momento crucial de su extraordinario paso.
A
esta hora del Quinto Sol, vamos a encontrar esa unidad, a través
de la cual nos elevaremos a la tarea ante nosotros... por el amor de
Gaia.