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por
Alejandro González
del Sitio Web
ElAguaSerVivoImpresionante
Canto de los genios sobre las aguas
El alma del hombre se parece al agua: de los altos cielos a la tierra baja para, nuevamente, con ligeras alas, en eterna danza, tornar otra vez a esta tierra ingrata.
Cuando de alta roca con estruendo rueda, el puro manantial brioso se despeña, con hirviente curso que el contorno vela, hacia el hondo valle que allá abajo espera.
Entre huraña espuma las peñas rebasa, que a su paso oponen inútil muralla, Y en gradual descenso al fondo se lanza.
Sobre un manso cauce el prado recorre Y en su liso espejo, llegada la noche, se miran los astros que esmaltan el cielo. Rival de sus ondas y a la par amante,
es el viento leve, voluble, inconstante, que alborota y peina, todo a un mismo tiempo, Su trenza espumante.
¡Oh alma del hombre, como al agua te asemejas!
¡Destino del hombre como al viento recuerdas!
Johann Wolfgang von Goethe
Simplemente Agua
Esa que simplemente es agua y que parece lo mas normal del mundo,
esa que todo el mundo conoce como una molécula tan simple como H2O, esa que tenemos en nuestras casas, esa que es como omnipresente,
esa, es la gran desconocida y la cenicienta de nuestra casa y de
nuestro planeta.
El ser humano, el mayor depredador del mundo, se encuentra ante el
agua y comienza a descubrir la gran dependencia que de ella tiene,
que la ha estado utilizando como estercolero y depuradora de todas
sus inmundicias, que la ha pretendido transformar, manipular, poseer,
y manejar sin darse cuenta de que es un ser vivo, su más preciado
bien, la base primordial de su existencia, y fundamental para su
supervivencia.
Después de haberla ensuciado hasta casi la saturación,
empieza a surgir la necesidad de ocuparse de ella, cuidarla, mimarla
y respetarla y si me apuran un poco, hasta pedirle perdón, lo cual,
seria un buen ejercicio de humildad ya que sin ella no somos nada,
perderíamos como mínimo el 70% de nuestro organismo.
De la conciencia que tenían nuestros antepasados sobre el agua poco
queda. Aquella parte reverencial, mística, respetuosa y limpiadora
de cuerpo y alma ha quedado todo reducido a un simple H2O, la
formula química más conocida del mundo.

Pero tenemos que empezar a darnos cuenta de que la relación que
mantenemos con Ella, no solamente es personal, es “trascendental“.
De Ella depende la vida en el planeta. El ciclo
circulatorio-sanador-vivificador que realiza en este planeta lo
hemos interferido y hoy, los ríos, lagos, pantanos, aguas
subterráneas, lluvias y mares están envenenados, sin darnos cuenta
de que este elemento es la condición previa para cualquier forma de
vida. Es la sustancia más importante no solo cuantitativamente sino
cualitativamente.
Es la sangre de un ser vivo (Gaia) que si enferma,
lo harán también todos los seres vivos que hay en este planeta.
Acerquémonos a Ella para contemplarla e indagar en algunas de sus
múltiples facetas, como si nos acercásemos a nosotros mismos, pues
es parte fundamental de lo que somos y donde nos movemos.
La podemos contemplar desde tantos aspectos diferentes como la misma
vida, ya que es vida líquida, es el aire para los peces y para
nosotros la vida. Acerquémonos a ella y mirémosla de una forma
ordenada, pero ya que tiene tanta afinidad con nuestro ser, o mejor
dicho, somos tan afines a Ella que haremos el intento de estudiarla
bajo la idea de un ser vivo que tuviese un cuerpo físico o denso, un
cuerpo energético o pránico, uno emocional, el mental y si
alcanzamos, hasta uno búdico que seria el más cercano y reflejo de
la divinidad o energía primigenia.
Acerquémonos a sus estructuras
biológicas culturales y espirituales, o al aspecto ecológico,
económico, político, global o metafísico.
Su cuerpo más denso o químico
El filósofo griego Aristóteles ( 384-322 a. J.C.) la definió como
uno de los cuatro elementos constituyentes del Universo (los demás
son el aire, la tierra y el fuego). Durante mucho tiempo el agua fue
considerada como un cuerpo simple, una materia prima sin posibilidad
de disgregación .
Todos los gases conocidos hasta entonces eran "aires" ya que se
suponía que el aire podía estar contaminado por vapores y olores que
lo impurificaban temporalmente.
Fue en el siglo XVIII y a partir de
1766 cuando aparecen los trabajos y descubrimientos del químico y
físico Henry Cavendish, ( 1731-1810) que descubrió que el agua no es
un elemento, al sintetizarla por combustión del hidrógeno en el aire,
determinando de esta manera la composición de la atmósfera ,
afirmando que
"el agua está compuesta por aire deflogistizado (oxígeno)
unido al flogisto (hidrógeno)".
A partir de esta sintetización
fueron apareciendo trabajos de varios investigadores, como:
...entre
otros.
Posteriormente, el químico francés
Antoine Lavoisier
(1743-1794), al que se le acredita como padre de la química moderna,
en el año 1790 aportó la prueba con la formula H2O.
Desde
entonces la relación 2:1 de ambas sustancias ya no se pone en duda.
La molécula de agua, está formada por dos átomos de H de carga
positiva unidos a un átomo de O de doble carga negativa por medio de
dos enlaces covalentes, éste es el compuesto químico que resulta en
el agua. El átomo de H puede aceptar dos electrones pero retiene
sólo uno y el de O que puede aceptar hasta ocho, retiene sólo seis.
El resultado es que la molécula de agua, aunque tiene una carga
total neutra (igual número de protones que de electrones), presenta
una distribución asimétrica al estar los electrones más fuertemente
atraídos por el átomo de oxígeno que por el de hidrógeno.
Como consecuencia de esto, el oxígeno queda cargado negativamente y
los hidrógenos positivamente, convirtiéndola en una molécula polar
ya que como decimos, alrededor del oxigeno se concentra una densidad
de carga negativa, mientras que los núcleos de hidrógeno quedan
desnudos y desprovistos parcialmente de sus electrones, manifestando,
por tanto, una densidad de carga positiva, este desequilibrio en la
distribución de las cargas eléctricas, añadido a la geometría no
lineal de la molécula de agua, hace que en la practica, la molécula
de agua se comporte como un dipolo, estableciéndose así
interacciones dipolo-dipolo entre las propias moléculas de agua,
formándose entonces enlaces o puentes de hidrógeno, la carga parcial
negativa del oxígeno de una molécula ejerce atracción electrostática
sobre las cargas parciales positivas de los átomos de hidrógeno de
otras moléculas adyacentes.
Cuando la distribución de carga electrónica no es simétrica
alrededor de su centro se origina una molécula polar, es decir, una
molécula que se comporta como un dipolo permanente.
Un ejemplo
típico es la molécula de agua.

La disposición tetraédrica de los orbitales del oxigeno determina un
ángulo entre los enlaces de aproximadamente 104,5. Este ángulo
especial ligeramente elástico es el que da origen a algunas
características del agua.
El interior de una molécula de agua es similar al de una batería,
dos polos electromagnéticos que captan y liberan electrones de carga
negativa, resultando una tensión alterna constante. Por esta gran
alternabilidad en el interior de la molécula, la capacidad de enlace
del agua, es una característica destacada. Los polos de distinta
carga atraen moléculas de agua al entorno, enlazándose al formar los
llamados puentes de hidrógeno.
Estos enlaces junto con el carácter bipolo son los elementos principales de la estructura del agua.
Sobre su cuerpo pránico o su comportamiento físico
Pero la clave de muchas propiedades del agua reside en los enlaces
que pueden realizar las moléculas individuales con sus vecinas
formando cadenas moleculares de tamaño variable , aun que son
uniones débiles.
El hecho de que alrededor de cada molécula de agua
se dispongan otras cuatro molécula unidas por puentes de hidrógeno,
permite que se formen en el agua (líquida o sólida) una estructura
de tipo reticular y esta capacidad de agrupar o fraccionar estas
asociaciones (c) moleculares, algo que no es tan fácil con otros
líquidos , es la responsable en gran parte, de su comportamiento
anómalo y de la peculiaridad de sus propiedades fisicoquímicas.

Gracias a esta propiedad, las moléculas de agua tienden a formar
agregados como el que se muestra esquemáticamente en el diagrama,
siendo ésta la razón por la que se forman las nubes y las gotas de
lluvia.
Intentemos enumerar algunas de estas características o propiedades
físicas. Su acción disolvente, su fuerza de cohesión y de adhesión y
su gran calor específico y de evaporación.
Su acción disolvente se debe a su capacidad para formar puentes de
hidrógeno (quizás la mas importante) con otras sustancias. El
carácter polar del agua la hace un excelente solvente para los
solutos polares e iónicos, que se denominan hidrofílicos (del griego
hydor, agua y philos, amante), en cambio, tiene dificultad para
disolver los compuestos no polares que son virtualmente insolubles
en agua (“el agua y el aceite no se mezclan”) y por lo tanto, son
hidrofóbicos (del griego fobos, temer).
En el caso de las
disoluciones iónicas, los iones de las sales son atraídos por los
dipolos del agua, quedando "atrapados" y recubiertos de moléculas de
agua en forma de iones hidratados o solvatados.
Es importante destacar las investigaciones realizadas por el Jesuita
español Martín-Artajo (1.904 – 1.984) que investigo y patento lo
que denomino "sistema SLACKSTONE II"
que consiste en modificar la constante dieléctrica de la molécula de
agua creando un campo electro físico para poder aumentar la
capacidad disolvente del agua, aumentando el momento dipolar, es decir, la asimetría de la
molécula del agua, y así, poder influir sobre la distancia y
colocación de los átomos de H y O logrando distanciar el átomo de O,
de los átomos de H, y disminuyendo el ángulo de colocación espacial
de éstos, respecto de aquel, de tal forma que el momento dipolar
aumenta, aumentando también la capacidad disolvente del agua.
Las moléculas de agua pueden disolver la sal gracias a que son
polares.
Atraen a los iones de la superficie del grano de sal,
rodeando y separando sus moléculas Si nos acercamos al
comportamiento hidrófobo , y el hecho de que los grupos hidrocarbonados CH tiendan a ser repelidos por las moléculas de agua,
nos encontramos con que este comportamiento es el responsable, en
parte al menos, de las complejas estructuras espaciales que
presentan las proteínas, el ADN y las bicapas lipidicas de las
membranas celulares.
En ausencia de agua, todas estas estructuras
serían inestables. Es como el yin y el yang de la vida y en el agua
no podría ser de otra manera pues ya desde el
principio la
catalogábamos como “La esencia densa del existir”.
Su fuerza de cohesión, se debe a que el agua, esta formada por la
unión de moléculas de agua, las cuales, tienen fuerzas atrayentes y
repelentes ( cohesión adhesión ) siendo los puentes de hidrógeno,
los que mantienen a estas moléculas fuertemente unidas,
manifestándose en todas direcciones, vertical y horizontalmente
cuando se presentan en un medio equilibrado, formando una estructura
compacta.
Si observamos un vaso lleno hasta el borde y un poco mas,
tendremos la impresión de que la superficie esta un poco abombada,
redondeada ligeramente hacia el borde exterior, dando la impresión
de que tuviera una piel, una película tensa que produce un efecto
como de capa, incluso, podemos depositar en esta superficie,
pequeños objetos, cuando estos, con una densidad mayor, deberían
hundirse .
Esto es debido a que las fuerzas activas en sentido
vertical - y debido a la ausencia de moléculas hacia la superficie -
no pueden equilibrarse, abombándose y tensándose, produciendo los
efectos de tensión superficial.
Basta una sola gota de detergente para cambiar esta relación de tal
manera que la tensión superficial disminuiría hasta el punto de que
una grapa de oficina, p.ej., que en un agua normal se sustentaría,
en ésta, se precipitaría hasta el fondo. La tensión superficial se
mide científicamente y se define en la unidad física del Milinewton/m
(mN/m.)
La propiedad de los líquidos de expandirse, de manera variable, en
fisuras o tubos estrechos, se llama efecto de capilaridad. Esta
fuerza de expansión, está en relación a la masa del líquido y
mantenida gracias a los puentes de hidrógeno que se establecen entre
las moléculas de agua y otras moléculas polares, por ejemplo, en un
pequeño tubo con un diámetro de 1 mm., la superficie exterior del
agua, que esta en contacto con las paredes, resulta particularmente
grande en proporción con la que no esta en contacto.
La capacidad y
fuerza adhesiva a las paredes del capilar es mucho mayor que la
fuerza de cohesión interior que es menor, o lo que es lo mismo,
cuando la adhesión (capacidad adhesiva /adhesividad interfacial) es
mayor que la cohesión (tensión interior / fuerza tensora interior),
el liquido se eleva/tira hacia arriba, hasta alcanzar un nivel
superior al del recipiente donde la presión que ejerce la columna de
agua, se equilibra con la presión capilar.
Esto es el caso del agua.
En las venas de un árbol este efecto de capilaridad llega a ser un
mecanismo de importancia vital. De esta manera el agua puede llegar
desde las raíces hasta la más alta copa. Sin este efecto, la vida
vegetal no sería posible. En líquidos con una cohesión superior a la
adhesión, como es el caso del mercurio, la capilaridad no existe o
es, por lo menos, muy reducida.
Respecto a las propiedades de "calor específico" y “calor de
vaporización" como decíamos anteriormente, están relacionadas con
los puentes de hidrógeno que se forman entre estas moléculas. El
agua puede absorber grandes cantidades de "calor" que utiliza para
romper estos puentes y como consecuencias de esto la temperatura se
eleva muy lentamente.
Esto permite que el citoplasma acuoso sirva de
protección ante los cambios de temperatura. Así se mantiene la
temperatura constante. Para evaporar el agua, primero hay que romper
los puentes y posteriormente dotar a las moléculas de agua de la
suficiente energía cinética para pasar de la fase líquida a la
gaseosa. Para evaporar un gramo de agua se precisan 540 calorías, a
una temperatura de 20° C.
Cuando los químicos Dimitri Mendeleiev y Julius Lothar Meyer, a
finales del siglo XlX, buscaban los elementos y piezas constitutivos
del universo y se centraron en los elementos, descubrieron que
determinadas propiedades importantes de los elementos se repetían
periódicamente. A partir del hidrógeno, cuya masa es inferior a
todos los demás elementos, ordenaron, en forma de tabla, las
características repetitivas de los elementos según el principio de
la masa atómica creciente.
Había nacido el sistema periódico de los
elementos conocidos entonces.
De este "sistema periódico de los
elementos” también debería haber resultado, las propiedades del agua
pero dado que el agua, no se deja clasificar en este sistema
periódico, es por lo que se habla de las “anomalías del agua”.
Podríamos enumerar algunas de ellas:
-
El agua es, químicamente inalterable, lo que no es el caso ni del
oro ni del platino.
-
El agua, acorde a los principios físicos, debería ser sólida y no
liquida.
-
La tensión superficial del agua es diez veces superior a la que
cabría de esperar según las normas físicas.
-
Ningún copo de nieve, en su estructura, es idéntico a otro.
-
Ninguna gota de agua es exactamente igual a otra.
-
El hielo, siguiendo “las normas”, debería pesar más que el agua y
hundirse pero debido a que se crean vacíos, y a su densidad
específica, es más ligero que el agua y permanece en la superficie.
-
Sin la capa “protectora “aislante de hielo, la vida en las aguas no
sería posible. (Los lagos se helarían desde el fondo, con un efecto
fatal para los seres vivos en el agua).

-
La temperatura de una sustancia, normalmente, aumenta cuando esta
sujeta a presión, pero la temperatura del agua, a la presión que
sea, no aumenta por encima de los 35,6° C (si no fuera así, los
buceadores, en cada inmersión, se sobrecalentarían, al igual que si
tuviesen fiebre).
-
Sin la capacidad del agua de almacenar calor y frío durante mucho
tiempo y de librarlos de forma muy gradual, las temperaturas
ambientales tendrían variaciones de más de 100° C.
-
Sin la humedad atmosférica, nada frenaría el viento, y la superficie
de la tierra estaría expuesta continuamente a vientos profundamente
devastadores.
-
Si el agua se comportase “normal”, es decir, según las normas
básicas de las leyes físicas y químicas, no habría vida sobre la
tierra.
-
En el agua, la transmisión de las ondas de sonido es 4 veces mas
rápida que en el aire.
-
El agua es un solvente universal, al que con tiempo, no se le
resiste ningún material sea hierro, piedra o minerales. De esto se
deriva el dicho de: “la última gota rompe la piedra”.
El agua cumple simultáneamente con muchos trabajos en nuestro
cuerpo. No sólo trabaja como vehículo disolvente, medio de
transporte o líquido refrigerante; también actúa como portador
idóneo de información, combinando y diluyendo los diferentes
líquidos corporales, de forma individualizada y, reaccionando con
una gran flexibilidad a influencias exteriores.
Introduzcámonos más en los interiores del agua, lo que en un
principio habíamos comentado que era simplemente agua H2O y
recapitulemos.
Hasta ahora hemos visto el cuerpo denso del agua, lo que
equiparábamos a nuestro cuerpo físico o que también podemos llamar
cuerpo denso. También hemos visto ciertos comportamientos del agua
que podrimos equiparar a los comportamientos energéticos del ser
humano y si nos introducimos más, nos encontraremos con las
propiedades del agua que son equiparables a nuestros cuerpos o
estructuras mentales y emocionales. Me estoy refiriendo a ese poder
que el agua tiene para guardar informaciones y transmitirlas pero
para llegar a ese punto deberemos profundizar algo mas en sus
estructuras y encontrarnos con los clusters .
Se denominan clusters, a la agrupación de unidades individuales
interrelacionadas mutuamente en todos los sentidos (verticales,
horizontales, etc.) que establecen vínculos de interdependencia
funcional para el desarrollo de sus procesos.

Esta definición nos serviría para el universo, acercándonos a los
clusters de las galaxias que son los objetos más grandes conocidos,
o los clusters empresariales donde se agrupan un número determinado
de empresas con una interrelación específica, o también una forma
operativa del mundo de la informática, como puede ser el Linux.
Pero
en este viaje hacia lo pequeño donde nace lo más simple, es hacia
donde queremos acercarnos. Los clusters del agua son una cantidad de
partículas individuales asociadas entre sí, y a las que se les
considera una unidad uniforme, siendo variable la cantidad de
moléculas que los forman.
Las cargas diferenciadas en el interior de cada molécula (el oxígeno
de carga negativa y el hidrógeno de carga positiva) representan un
dipolo. Como cargas iguales se repelen y cargas diferenciadas se
atraen, las moléculas se unen formando determinados diseños /
patrones, cuyas agrupaciones tridimensionales se llaman “cluster”.
Los enlaces de las moléculas entre sí son enlaces hidrogénicos y
estos puentes de hidrógeno son los que se encargan de transmitir la
información al agua.
Las moléculas de agua que determinamos como pequeños triángulos
isósceles cuyos vértices están ocupados por un oxígeno y dos
hidrógenos, con las fuerzas de unión de sus enlaces covalentes,
tienen algo mas.
Sir John Anthony Pople (1925 - 2004), (químico
inglés, premio Nobel de Química en 1998) expuso en 1.950 una
novedad extraordinaria :
“Los hidrógenos de una molécula se unen al
oxigeno de su vecina por medio de enlaces de hidrógeno de una fuerza
mucho más débil, esto es que cada átomo de oxígeno se une a cuatro
de hidrógeno, a dos mediante enlaces covalentes normales y a dos por
enlaces de hidrógeno, el oxígeno en el centro del tetraedro y los
cuatro hidrógenos en los vértices con cargas electroestáticas que
difieren”.
Estos enlaces de hidrógeno descubiertos por Pople ,
operan con una fuerza mucho más débil que los covalentes normales
pudiendo estirarse, doblarse, y moldearse sin romperse. De esta
forma estos enlaces pueden absorber, almacenar y ceder energía como
la alta capacidad calorífica. Estos enlaces se comportan como si
fueran unos resortes flexibles que modificando sus características
posicionales y espaciales de infinidad de maneras distintas,
almacenan información en la estructura del agua de una manera
similar a como puede almacenar, captar y transmitir los elementos de
la memoria de un ordenador.
La mayoría de los físicos y químicos
especializados en estos campos, manteniéndose en una ortodoxia
conservadora, admiten que la estructura del agua está ordenada en
tetraedros igual a la de un cristal de cuarzo. Si continuásemos
caminando en esta dirección tendríamos que empezar a hablar de la
Física Tetraédrica y del físico japonés Sinichi Seike con su teoría
bautizada “Ultra relatividad “.
En base a ella se han logrado
modificaciones gravitatorias e inerciales que implican curvaturas
locales del espacio tiempo, naciendo de esta teoría la Física
tetraédrica. De acuerdo con las leyes de la mecánica quántica y el
principio de incertidumbre de Heisenberg , estos tetraedros
“acuosos” que forman las unidades moleculares del agua pueden ser
pulsantes eléctricamente pues estos enlaces de Hidrógeno se
intercambian por covalentes con cargas eléctricas muy distintas, al
mismo tiempo que los electrones que desaparecen de un vértice,
aparecen en otro, según expone el Profesor Alberto Borras (energías
cósmicas del agua).
Es por esto que los clusters de agua emiten señales de energía
típicas que dependen del movimiento de sus moléculas individuales.
En el agua, los clusters forman estructuras cuasi-cristalinas. Estas
redes vibran con altas frecuencias de gran variabilidad. Pueden ser
similares a las ondas de radio, pudiendo ser captadas (lo está
haciendo un grupo de investigación de químicos de la University of
California in Berkley, con un espectrómetro de absorción por
infrarrojo, almacenándose en ellos las informaciones .
En este punto tenemos que preguntarnos sobre el poder memorizador
del agua y todas las bases, que sobre esta particularidad del agua,
ha establecido la homeopatía.
La Homeopatía, como terapia médica, fue creada por el medico alemán
Samuel Friedrich Hahnemann (1755-1843) el principio básico
desarrollado por Hahnemann está basado en “curar con lo mismo”. Se
trata de administrar una pequeña cantidad de la sustancia cuyos
efectos sean similares a los de la enfermedad es decir, curar con
aquello que enferma de igual manera al individuo sano.
Una serie de
observaciones condujeron a Hahnemann a suponer que, cuanto menor
fuera la dosis administrada al enfermo, más rápida y eficaz sería la
curación, estableciéndose así, uno de los principios básicos
conocido como "el principio de las dosis infinitesimales". Cualquier
producto que se elaborase para administrárselo a un paciente, de
acuerdo con la teoría homeopática, consistiría en una pequeña
porción de la sustancia activa, prescrita de acuerdo con la materia
médica, y diluida sucesivamente hasta que prácticamente no quede
sustancia activa en el preparado.
La única explicación lógica que
podía buscarse a este principio era que, en el proceso de dilución
del principio activo, el medio en el que se diluía éste - normalmente
agua - fuera capaz de “memorizar” las características del agente
activo, pero evitando su toxicidad, ya que aquél desaparecía.
Suponiendo cierto esto, para que el tratamiento fuera más eficaz se
necesitaría agitar vigorosamente el preparado durante su proceso de
dilución, de manera que todas las moléculas del disolvente entraran
en contacto con la sustancia activa.
Es lo que se conoce como
dinamización, y exige no sólo una intensa agitación del preparado,
sino también que el proceso se realice en sucesivas fases de
dilución 1/10 ó 1/100. Es decir, disolviendo sucesivamente una parte
de la mezcla original en 10 ó 100 partes de disolvente
respectivamente, repitiendo a continuación el proceso.
El número de
repeticiones efectuadas determina la potencia de la disolución, en
decimales (o centesimales) hahnemannianos: DH (o CH).
Con esto y
todo lo anteriormente expuesto podríamos establecer que los clusters
así emergentes constituyen a su vez, según el principio de la
resonancia,
unos patrones de oscilaciones que pueden llegar a tener
su efecto hasta niveles insospechados, pues a mayor frecuencia de la
oscilación, mayor será el impulso que encadena la curación.
El
científico francés Prof.
Jacques Benveniste, a finales de 1980, se
hizo con renombre mundial por sus trabajos sobre “la memoria del
agua”.
Su grupo, que trabajaba entonces en uno de los mayores
institutos de investigación en Francia, publicó en 1988 un articulo
en la revista técnica de ciencias naturales mas famosa, “Nature”
(vol. 333, no. 6176), que debió confirmar el principio de acción de
la homeopatía. La existencia de la memoria del agua permitiría
justificar los postulados de la práctica homeopática.
El postulado
fundamental de ésta es como ya expusimos, el principio de similitud
que merece realmente el título de postulado, es decir, de afirmación
tenida por cierta, pero no demostrable. Sin embargo, la experiencia
sobre la cual Benveniste quería apoyar su descubrimiento, no tiene
nada que ver con el principio de similitud.
No se trata aquí de
curar absolutamente nada, ni siquiera “in vitro”.
Lo que es nuevo,
es que Benveniste observó estas reacciones con disoluciones de
anticuerpos de una “potencia” tal que, evidentemente, no queda el
más mínimo vestigio del anticuerpo en la disolución.
En esto se basa
fundamentalmente Benveniste para afirmar que el agua mantiene
“memoria” de la sustancia biológica con la que estuvo en contacto,
sin plantearse ninguna hipótesis alternativa que justificase el
efecto observado.

Si el mundo técnico hubiese reconocido los resultados, tendría que
haber sido necesaria una revisión completa de los fundamentos de la
bioquímica. Lo que ocurrió fue el detonante de uno de los mayores
escándalos de la ciencia.
Unos años mas tarde, en marzo 2001, el periodista inglés Lionel Milgrom escribió en el “Guardian” sobre los experimentos llevados
a cabo por la biotécnica Prof. Madeleine Ennis de la Queen's
University de Belfast. Inicialmente, el objetivo de sus nuevos
estudios sobre la homeopatía era poder probar como un “no-sentido”
la tesis de la alegada capacidad del agua de memorizar información.
Científicos de la universidad de Belfast llevaban a cabo un
experimento de grandes dimensiones, tomando parte en él también
universidades y laboratorios en Bélgica, Francia e Italia.
De los
estudios resultó el reconocimiento de que las moléculas de agua,
“tienden a organizarse de alguna manera y de forma estable, por lo
que pueden memorizar información absorbida a su vez previamente de
otras moléculas”.
El Prof. Bernd Kröplin del
Institut fuer Statik und Dynamik der
Luft- und Raumfahrtkonstruktion (Instituto de Estática y Dinámica de
construcciones aéreo-espaciales) de la Universidad de Stuttgart
sugirió, casi como efecto segundario, que
el agua posee memoria, en
un proceso de ”secado de gotas de agua”.

Muestras de agua fueron
expuestas a un campo alternante electromagnético de 50 Hz. y de 500 hz. resp. (el efecto de un teléfono móvil en funcionamiento) y
examinadas por el método micro-óptico fueron observadas las fases de
secado del agua, y luego comparadas.
“Si se produce alguna
alteración, entonces hemos de hablar de que ha habido memorización
de información y de que existe una memoria”.
Estos ensayos probaron
que la radiación emitida por teléfonos móviles causa una reducción
de la estructura básica del agua, lo que afecta a su calidad,
incluso sin haberse utilizado sustancia alguna, sea química o otras.
De la misma manera se examinó la saliva, demostrándose que ésta
había sido afectada significativamente.
Kröplin insiste en que los
resultados son reproducibles y que resistirán a la comprobación
científica.
En los últimos años, en lo que concierne a la calidad del agua, se
ha dado gran importancia a sus características físicas, en especial
a las que involucran la estructura molecular y la capacidad del agua
para agruparse de diversas formas. Los modelos actuales para el
comportamiento del agua líquida proponen que las estructuras
principales que explican las anomalías físicas y químicas del agua
son las agrupaciones icosahédricas de un número determinado de
moléculas.
Se trata de una red cerrada de moléculas de agua cuya
estructura le permite contraerse y expandirse para conservar el
equilibrio entre sus puentes de hidrógeno, lo que le da una elevada
estabilidad por lo que también se les llama estructuras metaestables.
Una muy interesante prueba adicional de esta fuerza ordenante que
actúa en el fondo fue aportada hace poco por un grupo de
investigadores de química física en la Universidad de Pensilvania .
Descubrieron que estas moléculas de clusters se agrupan en
estructuras de ordenación superior. Estas estructuras no son formas
cualesquiera: son, exclusivamente, los Cinco “Cuerpos Platónicos”, o
sea el tetraedro, hexaedro, octaedro, dodecaedro y el icosaedro.
Una única molécula de H2O forma ya un minúsculo tetraedro (una
pirámide equilateral) y puede por ejemplo, agruparse en estructuras dodecaédricas de veinte moléculas individuales, lo que se parece al
dibujo de una pelota de fútbol. De esta manera se constituyen en el
agua complejas estructuras estables, quedando intactas incluso en el
vapor de agua; deduciéndose que poseen una gran energía en su
interior.
A estas formaciones se les podría calificar también como
“densidad de información extremadamente alta“. El grado de
ordenación de estas estructuras de agua es tan alto como el de los
cristales (la estructura de ordenación más alta conocida), por lo
que estos agrupamientos se llaman también “cristales líquidos” o “agua
cristalina”.
Dependiendo del grado de ordenación de la información,
las fuerzas de unión para la memorización en el agua, son
diferentes.
El joven ingeniero e investigador Bernhard Ratheiser , quien
desarrolló el sistema UMII de energetización de agua, trabaja muy
meticulosamente y según los principios de la santa geometría, en sus
sistemas de activación de agua (de líneas especialmente acertadas).
Estos aparatos han podido penetrar rápidamente el mercado en el
campo de la activación de agua.
Existen también teorías que tienen como punto de partida la tesis
que el agua lo sabe todo. Por su larga historia y su omnipresencia
tendría impresa el conocimiento histórico entero del mundo.
Sustancias activas/activadas, cuando entran en contacto con el
agua, no imprimen información nueva, sino sólo activan estructuras
particulares de la memoria.
Siguiendo esta teoría el agua
funcionaría parecida al cerebro humano:
"Por excitación externa se
genera estimulación de la memoria, lo que activa a su vez los
recuerdos".
Estas estructuras pueden ser comparadas a un tejido pre-tratado con pliegues: por muchos lavados que sean, no pierde los
pliegues originales, para cuya eliminación haría falta proceder de
forma especial.
Casi todo el “saber” del agua es eliminado cuando se calienta el
vapor hasta la temperatura de 400º C. De esta manera sería posible
librar al agua de datos; algo que los usuarios de ordenadores
consiguen ya mediante el formateado del disco duro. La destilación
del agua está basada en esa idea. (?)
¿Ante qué nos estamos enfrentando?
Lo que en un principio nos
habíamos planteado como “Simplemente agua“ se está convirtiendo en
algo que ya está alcanzando unas magnitudes inmanejables (hasta
ahora) por la propia ciencia. En esta vida no todo es ciencia,
también existen otros métodos de investigación y de confirmación que
son tan válidos como el propio sistema científico a pesar, por
lógica, que esta no lo admita.
Hasta ahora el agua tiene unas
supuestas capacidades de poder llegar a tener toda la información
del universo al igual que nosotros; es capaz de transmitir
informaciones al igual que nosotros, es la
sangre de Gaia y también
nuestra "sangre". Toda la vida, en efecto, no es sino agua
organizada, y el ser humano, desposeído del agua, se reduce a unos
pocos kilogramos de sales minerales.
Como todos los seres estamos
hechos de agua, ésta nos conecta con nuestro pasado, con todos los
procesos de creación y con el secreto mismo de la vida en el
Universo.
En palabras del célebre biólogo
Claude Bernard ( 1813
–1878):
"Cuando el hombre salió del mar, se llevó el océano consigo"
.
Quizás el camino para el encuentro con nosotros mismos sea primero
el encuentro con el agua. Por algo somos iguales en un 70%.
Algunos científicos modernos sostienen que los ritmos y los ritos de
la Naturaleza, siguen eternamente el ciclo del agua, lejos de
constituir un proceso mecánico, forman parte de un superorganismo
viviente, que los antiguos griegos llamaron Gea, entre otros nombres
de divinidades. Hoy hablamos de Gaia, esta Madre Tierra, en cuyo
claustro acuático vivimos.
Más aún: nosotros, como todos los
mamíferos, nos desarrollamos, en el período de gestación, sumergidos
en un microcosmos acuático, salado y cálido. Y durante el resto de
nuestra vida sentiremos una atracción irresistible por el agua, que
nos vincula con nuestro origen por partida doble, individualmente y
como especie. En todo caso, tanta familiaridad con este elemento ha
hecho que la mayoría de las personas no hayan reparado en su extraña
singularidad, y en los misterios que nos plantea.
Investigadores como Theodor Schwenk, Peter Redgrove o
Victor
Schauberger, han reconocido en los modelos de su fluidez una
dirección en relación con la naturaleza y con nosotros mismos.
Schwenk, en su obra, El Caos Sensible, una verdadera obra maestra
en el campo de la investigación, escribió:
"Un arroyo que serpentea
murmurando alegremente sobre las piedras de su cauce, engendra una
multitud de pequeños remolinos y superficies internas que son
verdaderos órganos sensoriales abiertos al cielo, que perciben el
río del devenir cósmico. Al ser absorbida después por todas las
criaturas terrestres, las plantas, los animales y el hombre, les
transmite todas las impresiones recibidas y las difunde por todas
partes".
Nos estamos dando de bruces con algo grandioso y no nos damos
cuenta. Nos conectamos con nuestro entorno a través de unos vórtices
o chacras que son remolinos de energía y también la naturaleza así
se manifiesta por ex. el principio del vórtice o remolino,
“capaz de
disolver estructuras que forman parte de las sustancias dañinas “.
Dicho principio fue llevado a la práctica por el bio-jardinero y
antropólogo... Ralf Rössner, en el sentido del clásico principio
del torbellino... según Schauberger. Huevos de cristal de silicato
(como un reloj de arena) montados en cadena. En este caso también,
el éxito fue deslumbrante.
A ese serio bio-jardinero, el empleo de
dicha agua le resultó muy esencial para el cultivo óptimo de la
“raíz de luz de china”, una planta que da energía luminosa o que
crea luminiscencia energética...
Viktor Schauberger, (1885-1958) el padre de la investigación
moderna del agua, nos recordó la teoría del torbellino... para el
tratamiento de agua. Él, que no era científico, sino un excelente
observador y conocedor de la naturaleza, fue el inventor y
“preparador de camino” de la “energía libre” posterior. Por su
tecnología de implosión, contrapuesta diametralmente a nuestra
actual tecnología de explosión, le llamaron también “pensador
límbico” y el “científico de la mitad derecha del cerebro”.
Su
capacidad extraordinaria de comprender la naturaleza y la técnica se
diferenciaba profundamente de nuestra actual civilización altamente
industrializada. Sus conclusiones resumidas, recopiladas durante 15
años de trabajo de investigación por el australiano Callum Coats,
fueron publicadas por primera vez hace pocos años bajo el título “Energy Evolution”.
La experimentación en el campo de la naturaleza realizada por
Schauberger ha tenido ya su confirmación científica.
El físico
atómico, Prof. Félix Ehrenhaft (1879-1952), conocido por sus
trabajos sobre “los movimientos de pequeñas partículas de materia en
el campo magnético y en rayos... de luz en haz”, comentó respecto
sus investigaciones lo siguiente:
”Lo que es totalmente nuevo y
sorprendente, es que el movimiento de las partículas en el campo no
ocurre en línea recta, si no por vía en espiral, con formas, tamaños
y frecuencias de rotación muy regulares”.
Además, durante estos
ensayos, en el torbellino se producía una fuerza centrífuga 130
veces mayor que la fuerza de gravedad. “(fuerzas toroidales).
Todavía nos queda profundizar un poco más en este viaje hacia el
interior y en comportamiento del agua. Todavía nos queda profundizar
un poco más en este viaje hacia el interior del agua y su
comportamiento. Como ya sabemos la molécula de agua, esta formada
por dos átomos de H de carga positiva unidos a un átomo de O de
doble carga negativa por medio de dos enlaces covalentes, este es el
compuesto químico que resulta en el agua.
El átomo de H puede
aceptar dos electrones pero retiene solo uno y el de O que puede
aceptar hasta ocho, retiene solo seis. Pues bien, concretemos un
poco más y comprendamos que la mayor parte del átomo es espacio
vacío, el resto consiste en un núcleo cargado positivamente de
protones y neutrones, rodeados de una nube de electrones con carga
eléctrica negativa.
El núcleo es pequeño y denso comparado con los
electrones. Hoy día los científicos ya aceptan la existencia de un
movimiento permanente, que se aplica incluso a lo que llamamos
materia muerta (las piedras). Estos movimientos no son perceptibles
al ojo, pero existen instrumentos de alta sensibilidad capaces de
demostrar que los átomos no son las partículas más pequeñas de la
materia, sino que alrededor del núcleo, giran partículas a una
velocidad increíble.
En el caso de sustancias líquidas o gaseosas,
la velocidad de estas partículas giratorias es todavía más rápida,
y, por si esto fuese poco, también tienen un movimiento de rotación.
Para que lo entendamos mejor, cualquier objeto que gira o se mueve
alrededor de un punto tiene un momento angular.
La tierra, por
ejemplo, tiene su momento angular orbital por su movimiento anual
alrededor del sol y un movimiento angular intrínseco por su rotación
diaria alrededor de su eje .

En una particula ocurre lo mismo,
tiene su momento angular elemental que correspondería al movimiento
alrededor del núcleo y un momento angular intrínseco, por la
rotación sobre su eje. Estos giros, cuando son en el sentido de las
agujas reloj se llaman “spin hacia la derecha”, y los que son en
sentido inverso “spin hacía la izquierda”.
Este spin le proporciona
al electrón una orientación direccional, (al proporcionarle
propiedades parecidas a las de un objeto sólido girando) teniendo un
momento magnético intrínseco, que lo convierte en un imán diminuto,
alineándose a lo largo de su eje giratorio. Gracias a ese momento
magnético, que es una propiedad de las partículas, se provoca la
alineación del eje con un campo magnético, al igual que la aguja de
una brújula lo hace ante un campo magnético o ante el campo
magnético terrestre.
Las moléculas de agua y sus átomos también
están sujetas a tales movimientos de giro. En la materia casi
siempre, el spin es hacía la izquierda, lo que llevó a la suposición
que esto seria el “caso normal”. Ahora bien, el caso normal no
siempre es el ideal, al igual que la cantidad no es una garantía de
calidad. Cuando las partículas alrededor de un átomo están en un
equilibrio ideal, deberían ser capaces de girar, alternativamente,
hacía la derecha o hacía la izquierda.
Con el agua, tal equilibrio
de las rotaciones lo encontramos principalmente en las aguas que
nacen en lugares que se han salvado del impacto negativo del medio
ambiente (sobrecarga electromagnética). Es por lo que las partículas
suspendidas en el agua y en rotación permanente, están bajo la
influencia de los campos magnéticos al poseer cargas eléctricas.
Por
este motivo, los campos magnéticos que se instalan en equipos de
tratamiento de aguas, pueden actuar sobre los clusters de agua y
compensar estas influencias.
Uno de los investigadores del agua, el ingeniero alemán Peter Gross, en sus seminarios de divulgación y trabajo subraya que en
el
activador Gie de su invención, y con relación al llamado spin, el
agua es liberada de las informaciones dañinas al producirle gran
cantidad de veces movimientos de “remolinos“ al mismo tiempo que se
le producen unas inversiones múltiples de polaridad entre la
orientación norte sur con los magnetos, lo cual se puede comprobar
en mediciones técnicas.
Hoy sabemos que el agua es capaz de captar frecuencias
electro-magnéticas, es decir información. Mediante campos magnéticos
inalámbricos ha sido posible transmitir al agua interna de nuestro
organismo y también al agua corriente, las frecuencias y longitudes
de ondas de piedras preciosas, colores y sonidos, y de más
frecuencias existentes en la naturaleza.
Curril W. Smith de la Universidad Stanford en Inglaterra ha podido
demostrar mediante estudios a doble ciego, que las alergias se
pueden se producidas por determinadas frecuencias electromagnéticas
y determinadas frecuencias electromagnéticas son propias de las
sustancias causantes de alergias. En dicho estudio, una solución
ligeramente salina fue sometida durante 15 minutos a radiaciones de
una frecuencia específica.
Cuando una persona alérgica entró en
contacto con la mano, con la frecuencia de su alergia, manifestó de
inmediato las reacciones típicas de defensa, de modo que no era
necesario que ingiriese “agua informada”.
Sorprendentemente, también
fue posible conseguir que se parase la reacción alérgica, incluso
anularla, en el momento en que el paciente cogió con la mano otra
ampolla con la contra-frecuencia exacta neutralizante, a pesar de
que estas frecuencias existían solamente como información impresa al
agua.
Después de todo lo expuesto parece absurdo e infantil pensar que con
los tratamientos físicos y químicos a los que sometemos al agua de
nuestras ciudades, somos capaces de convertirla en lo que llamamos
“potable “y que denominaría como agua “no manifiestamente dañina “.
Es cierto que ciertas substancias activas son eliminadas por
filtración o neutralizadas con la adicción de ciertos productos,
pero a la altura de los conocimientos
que se poseen, la información
memorizada en el agua se conserva intacta. El físico e investigador
alemán Wolfgang Ludwig (1927-2004) mantuvo toda su vida la
convicción de que la limpieza química del agua no se podía comparar
a “energéticamente limpio“.
El Dr. Ludwig, consultor/consejero de
la World-Research-Center-Foundation de Los Ángeles, y colaborador
estrecho de la Temple University en Philadelphia , dedico muchos
años su atención al tema del impacto de nuestro entorno sobre los
flujos de energía en la estructura humana.
Fue uno de los primeros
científicos que resaltaron la fuerte influencia que sobre nuestro
organismo producían las frecuencias electro-magnéticas propias de
las sustancias dañinas y mantuvo que el agua posee la capacidad de
desalmacenar, en niveles de determinadas frecuencias, información
impresa previamente y transmitirla a otros sistemas, por ejemplo,
organismos vivos.
Demostró que lo que se conoce con respecto al aire, como
electrosmog, también se produce en el agua propiciando la existencia
del smog de agua, o “aguasmog”, y calificaba un agua de tales
características como la causante de muchas enfermedades.
Sus
experimentos demostraron que con la actual calidad del agua potable,
es necesario hacer un tratamiento posterior bastante largo para
librar al agua, por vía natural, de las vibraciones de las
sustancias dañinas. Las vibraciones así emergentes consiguen llevar
a una nueva orientación estructural de la parte acuosa, potenciando
las fuerzas sanas reparadoras y, simultáneamente, expulsando las
enfermas y dañinas.
En la actualidad en el
Instituto en Horb en
Alemania, se continúan con los experimentos en esta línea de
investigación.
Muchos físicos investigadores están convencidos que siendo nuestro
organismo un 70 % agua y conociendo todos los posibles daños que le
podemos infligir no solo con la ingesta de aguas con informaciones
perjudiciales y contaminadas, mas la ingesta de productos
contaminados por infinidad de pesticidas, colorantes, saborizantes,
y demás conservantes y aditivos.
Además los 1.000 productos químicos de
síntesis que se lanzan al mercado anualmente, mas las radiaciones de
los dispositivos eléctricos con los que convivimos diariamente y que
también crean campos magnéticos como son motores, televisores,
mobiliario de oficinas, ordenadores, teléfonos móviles, hornos de
microonda, el cableado eléctrico en hogares, y las líneas de
potencia que los proveen.
Todo esto, tienen que estar afectando
severamente a nuestra salud y pueden ser las causas de la aparición
de tantas nuevas enfermedades, bien pues muchos de estos científicos
están convencidos de que el 90 % de las enfermedades que padecemos
en la actualidad están ocasionadas por la acumulación de todos estos
productos tóxicos acumulativos, incluyendo en estos residuos las
informaciones antinaturales que poseemos en ese 70 % de plasma
marino que somos.
Podríamos continuar realizando esta información divulgativa e
insistir en mirar hacia abajo, hacia lo mas pequeño, al microcosmos
del agua o de las cosas, pero es tanta la información exístete que
se nos convertiría en un trabajo excesivamente técnico y para eso ya
hay trabajos realizados por físicos y químicos investigadores del
agua a los que les corresponde la divulgación en los foros
adecuados.
De todas formas y antes de continuar abordando el agua
desde un punto de vista mas global no quiero dejar de mencionar
algunos científicos como el alemán Prof. Fritz Albert Popp,
investigador de los biofotones o partículas de luz, midiendo las
radiaciones ultra débiles en las células vivas.
Estos biofotones o
partículas de luz que se encuentran desde la zona ultravioleta,
pasando por el espectro de luz visible, hasta la zona infrarroja son
pulsos coherentes y armónicos, que se almacenan en el ADN, y se
propagan a la velocidad de la luz. La bióloga de Milano Enza Ciccolo
y sus investigaciones en los campos del “agua con luz“ quien después
de su diversas investigaciones con el instituto de mayor prestigio
de Italia, el Instituto Mario Negri de la Universidad de Pisa,
llegó a la conclusión de que la vibración del agua es el
determinante de su calidad.
Estudiando las “particularidades”
físicas, medicinales e energéticas de las aguas de manantial de los
5 lugares europeos de peregrinaje mas conocidos y mediante
mediciones físicas, descubrió en Lourdes las llamadas “aguas de luz
blanca“ que son las que reúnen el espectro completo de la luz.
El médico suizo Dr. Hans Jenny, que en los años 60 del siglo
pasado, y profundizando en la técnica del científico Ernst Florenz
Chladni (1756-1827) (consistía en producir unas vibraciones con el
arco de un violín sobre unas placas de cristal, en las que se había
esparcido arena fina, para que se generasen y se hiciesen visibles
las oscilaciones y figuras que conocemos hoy día como las figuras de
Chladni, ) y trasladando estas técnicas al agua observo que según el
sonido elegido, se hacían visibles complejas estructuras en el agua,
a las que se clasificó como “ondas estagnantes".
También el fotógrafo e investigador Alexander Lauterwasser, que con
efectos de complejos sonidos y música, obtuvo unos resultados
impresionantes (su técnica consistió en transmitir oscilaciones
sonoras al agua a través de un recipiente, de modo que se crearon en
su superficie una multitud de estructuras impresionantes llamadas
“figuras”acuáticas-sonoras” haciéndolas visibles por medio de reflectancias luminosas especiales, para luego fotografiarlas y
filmarlas).
 
O el Dr. Dieter Aschoff , inventor del conocido
test
sanguíneo Aschoff, que insistió en señalar la importancia de la
orientación magnética de la sangre ya en todos los enfermos de
cáncer examinados por él, la sangre había perdido su orientación
magnética.
El trabajo del físico ruso Konstantin Korotkov catedrático de la
Universidad de San Petersburgo, desarrollando en Rusia el Sistema de Bioelectrografía GDV que permite medir los fotones y electrones de
la superficie de la piel y sus parámetros cuánticos, demostrando la
existencia de cuerpos energéticos o de luz.
También ha habido estudios relacionado el estado de cáncer con el
agua, como los que a mediados de los años 60 del siglo pasado,
realizo el Prof. Louis-Claude Vincent (1906-1988) llegando a una
conclusión similar a la que había llegado anteriormente el ingeniero
ruso George Lakhovsky (1870-1942) en las que según sus
observaciones, las ciudades que eran abastecidas con aguas de
manantiales, pobres en minerales, blandas y sin cloro, las
incidencias de cáncer era claramente mas bajas.
Ya Víctor Schauberger había establecido una relación entre la
calidad del agua potable y las incidencias del cáncer. Mantenía la
opinión que solo se debería beber un agua que reuniese las calidades
del “agua de manantial “dado que tienen una mayor densidad de
ordenación y de información obtenida de modo natural. Esta relación
del agua con la salud la confirmó con una de sus demostraciones más
populares: se bebió un litro de agua de manantial (que pesaba
exactamente 1 Kg.), y su peso corporal aumentó solo 300-400 grs.,
cosa que no ocurre con el agua de las ciudades.
Esto quiere decir que más de la mitad del agua de manantial fue
absorbida directamente por el organismo como información energética
o como impulso vital de ordenación.
El espectacular trabajo del doctor
Masaru Emoto (1943) graduado en
Relaciones Internacionales en el Departamento de Humanidades y
Ciencias de la Universidad de Yokohama en Japón y Doctor diplomado y
licenciado en Medicina Alternativa por la Universidad Internacional
Abierta, que con
su trabajo de investigación procedente del análisis
del agua de diversos países y procedencias mediante la utilización
de resonancia magnética, permitió observar el Hado (energías sutiles
relacionadas con la conciencia) y que en su libro “Mensajes del
Agua“ nos muestra unas magnificas imágenes de agua cristalizada,
evidenciando que los pensamientos y las emociones pueden alterar la
estructura molecular del agua haciéndonos comprender la forma tan
intima en la que estamos conectados los seres Humanos, el Agua y el
Universo.
 
Después de todas las informaciones que hemos manejado llegamos
fácilmente a la conclusión de que un agua químicamente pura sigue
teniendo, desde el punto de vista físico, sustancias contaminantes,
transmitiéndose estas vibraciones interferentes a otros organismos
vivos.
Por otro lado, mediciones electro-magnéticas demostraron que
las llamadas aguas de manantial tienen frecuencias especialmente
positivas para organismos vivos, incluso en los casos donde la
composición química es todo lo contrario al agua limpia (similar al
agua del Ganges)

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Entendamos y comprendamos que un agua sana y viviente se distingue
por el alto grado de intercambio de fotones con su entorno, de modo
que se mantiene intacta la comunicación luminosa, lo contrario que
ocurre con el agua envenenada (incluyendo las aguas con
contaminación química) que prácticamente han dejado de emitir luz.
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Entendamos y comprendamos que el agua insalubre tiene modificadas
sus propiedades de resonancia debido a las sustancias dañinas.
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Entendamos y comprendamos que un agua químicamente pura no es
sinónimo de agua sana.
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Entendamos y comprendamos que no solamente somos un cuerpo físico
sino que también tenemos una estructura luminosa, tenemos un cuerpo
de luz.
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El agua es el recurso natural más importante que tenemos. Su
carencia y su calidad influyen de una manera directa y fundamental
sobre nuestro bien-estar y sobre nuestra supervivencia.
En el momento en que evaluemos el agua, no sólo según los criterios
de observación de unos valores limites preestablecidos (que son
modificados en la medida que interesa), es decir, basados en la
ausencia de determinadas sustancias químicas, y tomemos en
consideración también los aspectos físicos, biológicos o más bien
TODOS sus aspectos, es cuando nos haremos con una visión integral de
la calidad del agua.
Solamente entonces, estaremos en disposición de
admitir los métodos de examen o investigación integrales,
estudiarlos y a su vez aceptarlos.
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