del Sitio Web Katehon
Su elección y posterior
tiempo en el gobierno del país más poderoso del mundo ha rasgado la
máscara de un grupo estancado de insatisfechos que tras los
terremotos políticos han sido activados por sus pagadores para
causar tanto pánico, alteración, y violencia como sea posible.
Las instigaciones como las que voy a enlistar no están emprendidas sin ningún objetivo final en mente.
Justo como activos
radicales similares de la camarilla liberal globalista fueron
activados en Georgia,
Ucrania, y otros lugares,
utilizando tanto a idiotas útiles como a
fanáticos comprometidos para provocar las denominadas
revoluciones de color, así, también están siendo sembradas las
semillas de una revolución de color en los EE.UU..
En el otrora bastión de los neoconservadores, el miedo y la aversión por el presidente ruso y su omnipresente grupo de "hackers" han sido sacados repentinamente por los medios principales de comunicación y los demócratas convenciendo al público de que Rusia de "algún modo" amañó la elección en favor de Trump.
Esto por supuesto deslegitima al presidente, pero también desata una cadena de bilis e insultos contra la misma Rusia.
Uno de tales ejemplos el nocivo "educador anti-racista" de nombre Tim Wise, un pseudo-académico que es rutinariamente invitado a las universidades estadounidenses y redes de noticias para pronunciar diatribas cargadas de odio.
Wise tuiteó el 15 de diciembre de 2016:
Dejando a un lado que los primeros progromos ocurrieron sobre el 1.300 en Europa occidental, la autocracia es tan vieja como la humanidad, y los huevos de Fabergé son subastados por más de lo que Tim Wise ganará en toda su vida.
Las declaraciones de este
auto-descrito como anti-racista, cargadas con nada más que aversión
total por los rusos étnicos fueron una muestra de lo que estaba por
venir.
El día después del brutal y cobarde asesinato del embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, un escritor para el NY Daily News con el nombre de Gersh Kuntzman, aplaudió al asesino y pidió más asesinatos de personal diplomático ruso.
Aunque Rusia exigió una
disculpa, nunca fue dada, sobre el fundamento de que Vladimir
Putin era el equivalente de Adolf Hitler.
La depravada marcha de las mujeres en Washington DC, alentada por feministas radiales conocidas por enviar vía correo la sangre menstrual y crear pancartas tales como,
...congregaron a un
surtido grupo de celebridades venidas a menos para declarar que
Donald Trump también era Hitler y dejar claro su deseo de
asesinar a su familia y estallar la Casa Blanca.
La insensible mayoría del Partido Demócrata se inclinó a proteger a los criminales ilegales extranjeros usando ciudades de refugio, y desestimaron incluso los gritos de aquellos cuyos parientes habían sido brutalmente asesinados por miembros de bandas centroamericanas y lunáticos trastornados.
Mientras tanto,
George Soros (que también había denunciado a Trump
como un impostor tras su elección) estuvo vertiendo fondos para
trasponer un movimiento anarquista europeo violento en los EE.UU.
Todo el mundo que esté en desacuerdo con ellos es un "fascista" y de este modo es el objetivo de sus tácticas con reminiscencias de principios de la década de 1930.
Desde la victoria de
Trump, marcas locales en los EE.UU. han estado reclutando por todos
los campus universitarios, e hicieron sentir su presencia en el
reciente evento en la Universidad de California en Berkeley, bajo
lemas tales como "Matar a Trump" y "Esto es la guerra".
Esto está cubierto por el derecho de la primera enmienda a la libertad de expresión, y la universidad está obligada a proporcionarle una plataforma segura, dadas las circunstancias.
El acontecimiento fue asaltado por aproximadamente 1.500 personas que sirvieron para proteger y ocultar a un grupo de unos 100 violentos anarquistas "antifa" usando una táctica conocida como "el bloque negro" que sirve para ocultar sus identidades y prevenir los arrestos ya que ellos causan daños en la propiedad y cometen asaltos y agresiones.
Estos matones dispararon spray de pimienta contra una chica en edad universitaria, y golpearon a un hombre casi hasta la muerte con palas. Dañaron la propiedad privada con descarado desenfreno, y para alegría de las autoridades municipales, el evento fue cancelado.
Durante este caos, otra lista de degenerados de Hollywood demandaron el golpe de Estado y la insurrección civil, incluyendo los aprecios de la comediante Sarah Silverman y el director Judd Apetow.
Además de esto, una rama
"antifa" en Arizona amenazó con asesinar a la hija de un reportero,
llevando a que muchos solicitaran que Donald Trump marque esta
organización como grupo terrorista doméstico.
Tiempo antes, la figura insigne del movimiento "Alt-Right", Richard Spencer fue atacado por uno de estos cobardes enmascarados en DC. E incluso más recientemente, una charla por el libertario Gavin McInnes fue interrumpida en Nueva York, de nuevo por estos fanáticos vestidos de negro.
Por suerte, la policía de
Nueva York se comportó de manera competente en esta ocasión y
arrestó a muchos de ellos.
La mayoría de ellos son tan poca cosa que por ello tienen un desempeño pésimo cuando los combates están más igualados, pero aman su trabajo y están pagados espléndidamente por ello.
Los partidarios de Trump, e incluso los transeúntes neutrales cogidos en medio del caos tienen que sufrir porque tales criminales están ayudados por elementos del partido demócrata y los medios de comunicación que hacen de interferencia para ellos con mentiras descaradas.
De hecho, uno de los
mayores cambios de la era Trump es que
los medios de comunicación están
exigiendo abiertamente feroces asaltos por sí mismos.
Esto necesita ser terminado ahora, y eso significa empezar con algo que es tan esperado:
Financiar terrorismo doméstico es un crimen, y las conexiones entre la fundación Open Society de Soros y los manifestantes violentos sacudiendo los Estados Unidos no son difíciles de desenmarañar.
Es más, el presidente tiene que perseguir por cargos de incitación e incluso sedición a los elementos de la industria mediática y del entretenimiento que están exigiendo un Maidán estadounidense.
Debería completar su amenaza de privar de fondos a las universidades donde sus partidarios son amenazados y golpeados con el consentimiento tácito de los administradores.
Finalmente, tiene que
etiquetar a muchos de estos grupos radicales tales como "antifa",
como terrorismo doméstico, por lo que puede suponer una
sentencia de 15 años en cárcel.
Es momento para decapitar a esta víbora y su prole indecente.
Trump debe seguir el
ejemplo de tolerancia cero para este tipo de agitación,
fraguada por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el
presidente ruso, Vladimir Putin.
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