del Sitio Web RedVoltaire
Sobre todo después de que el organismo que regentea se encuentra en las profundidades fangosas del desprestigio, merced a su desastrosa gestión del colapso mundial iniciado en 2007 y que todavía se encuentra distante de superarse, el cual estremeció los fundamentos del capitalismo y lo dejó en calidad de tierra arrasada, destruyó la credibilidad que algunos sectores sociales tenían en el sistema que fueron seducidos,
En ese ambiente desolado, toparse con Luis Videgaray y Agustín Carstens en los palaciegos salones del FMI fue para Lagarde una especie de placentero ansiolítico, un fármaco que acaso redujo su crisis de ansiedad producto de las fuertes tensiones emocionales a las que ha sido sometida desde 2007, cuando, en el inicio de la tragedia global, fue nombrada ministra de Economía del gobierno de Nicolas Sarkozy y después, a partir de 2011, cuando ocupa la gerencia de dicho organismo en sustitución del malandrín Dominique Strauss-Kahn.
Ello a pesar de que la señora presume de
sus nervios templados, ya que ante una investigación que enfrenta
por presuntas operaciones irregulares en Crédit Lyonnais, en
2011 dijo que se sentía "absolutamente tranquila".
Cómo no va a estar feliz la gerente con gobernantes como Enrique Peña Nieto que, como extraños cruzados tardíos, en un mundo de contrastes admiten y exhiben públicamente su servidumbre voluntaria ante la desacreditada ideología neoliberal y su proyecto mundial en bancarrota.
Como en la nostálgica época dorada de las décadas de 1980 y 1990, cuando la mayoría de los gobiernos se sometían como vasallos ante los dictadores del FMI y el BM.
Unos que en ruinas se veían obligados a mendigar su socorro financiero para pagarle a sus implacables acreedores y tenían que aplicar las políticas del "Consenso" de Washington.
Otros que ante el temor de ser marginados de la tierra prometida de la globalización aceptaban las reglas.
Y los fundamentalistas autoconvencidos:
...y demás que asumían sin cortapisas,
Cuando ahora el binomio, ya sin sus aristocráticas formas, se ve obligado a,
Cuando desde las movilizaciones de Seattle, Estados Unidos (1999), son asediados por los descontentos que los tratan como vulgares delincuentes y los orillan a realizar sus flemáticas tertulias entre la protección de los sables, los gases lacrimógenos y las fieras represiones.
Cuando países asiáticos acumulan
reservas para evitar cualquier trato con el FMI-BM - China ni les
hace caso - y en América Latina, los gobiernos
democrático-progresistas que siguieron a los
autoritarios-neoliberales hacen lo mismo.
Esto con el objeto de liberarse del protectorado - se han dado el lujo de expulsar a los funcionarios del FMI-BM que sólo protegen los intereses del capital financiero-industrial - recuperar su soberanía nacional y explorar sus propias estrategias de desarrollo que privilegian a las mayorías, al margen de la hegemonía neoliberal estadunidense y de tales organismos.
En lugar de subastar sus riquezas que no lograron privatizar los neoliberales
Poco le importó a Lagarde que su algarabía fuera como el beso del diablo (osculum infame) al gobierno de Enrique Peña Nieto, ya que no tuvo reparos en llamar por su nombre a las reformas (y que los peñistas tratan de eludir denominándolas como "modernizadoras"):
La intención de la apertura peñista a la inversión privada nacional y foránea es la privatización y la reprivatización.
Lagarde sólo habló abiertamente de las telecomunicaciones y el resto lo dejó en la ambigüedad, pero indudablemente también abarcará a la educación y la salud citadas por la francesa.
Más aún, Peña Nieto aplica
"espontáneamente" la "austeridad fiscal" que el FMI-BM y los
tecnócratas de la Unión Europea imponen a golpes de hacha en el
viejo continente.
...copados por familiares, amigos,
mercenarios al mejor postor, que se convirtieron en agentes de
venta, administradores y leguleyos protectores de los capitalistas
locales y extranjeros.
El Estado, a Petróleos Mexicanos o la
Comisión Federal de Electricidad, les asigna la tarea de
administradoras de concesiones, la fachada con la que pretenden
ocultarse las privatizaciones.
Ahora los extranjeros podrán construir
viviendas en esas zonas.
El argumento del priísta fue que "el mundo cambia", que es la "modernidad", que la prohibición es un resabio de la "demagogia nacionalista". Lo único que es claro es la "demagogia" de Beltrones sustentada en ambigüedades, en palabras hueras.
¿A qué parte del "mundo" se refiere? Porque unos privatizan y otros nacionalizan.
El vocablo "modernidad" es una anfibología y está más manoseado que una hetera (o hetero). El "nacionalismo" era la piel del viejo partido despótico-hegemónico y su cambio es la expresión de lo que Beltrones les dijo a los diplomáticos estadounidenses:
Se reinventó en los pellejos
neoliberales.
Dijo que era,
Tragicómico bufón de Beltrones.
Pero eran las condiciones que
estimulaban un desarrollo capitalista nacionalista, autónomo,
aplastadas por la realidad de los neoliberales que llevaron a
pisotear y arrojar la Constitución a la basura y que también se
tragó a los perredistas corruptos ideológico-políticos.
Lo llamativo es el papel del PRD que se subió al furgón de cola del sistema.
Es la reafirmación de la traición de sus
dirigentes a sus militantes y sus votantes. Ahora es más que claro
"quiénes son los 'amigos del pueblo'," como diría Lenin, los
adversarios contra los que el pueblo tendrá que luchar a muerte.
Como pajarracos estrafalarios y solitarios defensores del viejo orden neoliberal quedan Enrique Peña, el colombiano Juan Manuel Santos y los golpistas de Honduras y Paraguay que han preferido la reforma del coloniaje neoliberal, no su abolición.
Que refuerzan la relación metrópoli-país vasallo, en la que aquella gobierna y el otro obedece; en la que uno goza del tesoro y es feliz y el otro, miserable.
Ellos tratan de aligerar La carga del
hombre blanco (Rudyard Kipling), el "moderno" colonialismo
betroniano de los territorios primitivos, bárbaros, en beneficio
exclusivo de los civilizados "hombres blancos" y las elites
político-oligárquicas criollas, sus socias.
Lo redujo a un ser grotesco.
Aunque, después de todo, quizá Richardson tenga razón si se considera a otros "hombres influyentes":
El esperpento latinoamericano cabalga de
nuevo...
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